Vive la montaña de otra manera Es algo tan simple y natural como correr en plena naturaleza. Quizás el deporte más antiguo realizado por el hombre, aunque en su origen no fuera considerado como tal. Ascender montañas en tiempos antes impensables, correr cuando el desnivel casi no permite ni avanzar, bajar sin caer rodando, superar obstáculos con la sola ayuda de unas zapatillas y poco más... Es otra manera de disfrutar de la montaña. Cada parte de la montaña tiene su dificultad. En las subidas la zancada se acorta enormemente y el avance es mínimo, e incluso a veces es más rentable echar a andar. En las alturas el oxígeno es menor y cada bocado de aire se hace más difícil. En los descensos hace falta mucha atención y agilidad para no perder la verticalidad. Y cada trozo de terreno tiene su sorpresa.
Definición Responder a la pregunta de qué es una carrera de montaña ha sido una cuestión poco debatida. Todo el que corre por montaña lo tiene claro; no hace falta que se lo escriban. En España la referencia es la definición de la Federación Española Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), que también recoge el Reglamento de la Federación Madrileña de Montañismo (FMM). Según la FEDME, las Carreras de Montaña son una especialidad deportiva por la que los competidores deben realizar un itinerario a pie de baja, media y/o alta montaña, ya sea estival o invernal, en el menor tiempo posible. Y se define como carreras "de" montaña porque hay pruebas que se celebran "por" la montaña sin ser competiciones de las que ahora estamos hablando, bien porque se hagan por asfalto, porque no tengan desniveles o dificultad alguna, etcétera. Por lo general un carrera de montaña es una competición de fondo –de 10 kilómetros en adelante–, sin descansos ni neutralizaciones, que transcurre en su mayoría por senderos, caminos de montaña o campo a través, y con dificultades propias de la montaña como impedimentos naturales –arroyos, bloques de piedra, nieve– y fuertes desniveles. Una serie de factores son clave en el desarrollo de estas pruebas. Una de las principales es el terreno. Es clave saber desenvolverse por sendas, zonas de piedra, rocas, praderas o incluso nieve. También será definitivo el desnivel, tanto positivo como negativo. Subir deprisa y bajar aún más deprisa diferencia a los ganadores del resto. Habituarse principalmente a la altitud y a climas extremos es parte de la rutina del corredor alpino.
Un poco de historia En España podemos decir que desde hace unos 20 años se vienen ya celebrando carreras de montaña con continuidad y con organizaciones consolidadas. Pero la participación y el número de pruebas (ya más de 100 en toda España) se ha asentado en la última década. A pesar de que aún no se ha desarrollado tanto como en otros países europeos, puede que España y Madrid fueran pioneras en
esta especialidad. Es difícil saberlo pero lo cierto es que en 1918 la RSEA Peñalara ya celebró la Marcha de los Tres Refugios en la sierra de Guadarrama, una prueba competitiva que unía los tres edificios que este veterano club tiene en la sierra. Y una prueba felizmente recuperada en la actualidad. De 1923 a 1925 Peñalara también organizó la llamada Copa de Hierro, otra marcha competitiva a través de las cumbres de Guadarrama. Ambas experiencias quedaron en el olvido hasta los años 80. Desde entonces y hasta la llegada de las marchas competitivas o de velocidad, o los conocidos "rallies" en Cataluña, no consta nada por el estilo en nuestro país. En muchos pueblos de Aragón se realizaban los llamados “pollos”, carreras que en muchas ocasiones eran campo a través. Y en País Vasco existían numerosos retos y apuestas de subir corriendo al monte más cercano que llegaron a tener fama y reconocimiento aunque no eran realmente carreras abiertas y consolidadas. Ya a finales de la década de los 50 surgió en Cataluña el primer “ralli” de alta montaña, una competición de autosuficiencia por equipos que sentaría un precedente definitivo para las carreras de montaña actuales. Desde entonces se han desarrollado diversos rallies de alta montaña que continuan en la actualidad y la Federación Catalana organiza cada año una Copa de cinco o seis pruebas. Pero es definitivamente pasada la mitad de la década de los 80 cuando surgieron las primeras carreras que continuan en la actualidad. Y ya más recientemente, en 1995 llegó el primer maratón de montaña de la península: el Maratón Alpine Galarleiz, que en 2004 ha cumplido su 10 aniversario. La primera competición en España oficilamente reconocida por federación alguna (la FEDME en este caso) fue el Maratón de Montaña de Marina Alta en Alicante en 2001 y el primer Campeonato de España se celebró con el Maratón Alpino Madrileño de 2002. El Campeonato de Madrid se estrenó en 2003 con la prueba más veterana del calendario autonómico: la Carrera de Montaña Las Dehesas-Puerto de Navacarreda. 2004 es el año de la primera Copa de Madrid oficial compuesta por el Km Vertical de La Barranca, el Cross del Yelmo, la Carrera de Montaña Las Dehesas-Puerto de Navacarreda y el Cross de La Pedriza.
Juan Manuel Agejas Vocal de Carreras de Montaña de la FMM