La Metáfora: Fata Morgana de la Verdad Cuanto más cerca se mira una palabra, Tanto más lejos la palabra mira. Karl Kraus …alguien encuentra una palabra y la dice… y la historia del mundo cambia. Cornelius Castoriadis …la mayor parte de nuestros paisajistas mienten justamente porque se olvidan de mentir. Charles Baudelaire Mi duda es definitiva. Gruocho Marx
Sumario: 1. Introducción 2. La Metáfora es una Verdad en el sentido fuerte 3. No es un privilegio humano 4. ¿Cómo aparece “lo humano”? 5. Vivir en la Mentira es Vivir en la Verdad 6. ¿Y si al final de tantas palabras, la palabra muere? 7. Metáfora: Paradoja, Ironía, Humor, Verdad Resumen: Con el hombre advino el poder de la imaginación sobre el mundo y la realidad. Porque, en efecto, la imaginación es parte de la realidad. Entonces, ¿Cómo es posible que la verdad niegue la metáfora? Por el contrario, afirmamos que la verdad es otra forma de la metáfora y que sin ésta, aquella es imposible.
1.
Introducción
Fata Morgana, Hada Cambiante, espejismo de orden superior, metáfora óptica, pero que ocurre y es real. ¿La Metáfora puede apoyar la conversión – Efecto Pigmalión – que conduzca a otra definición de Verdad, en el sentido fuerte y ontológico del término? “Cuanto más cerca se mira una palabra, tanto más lejos la palabra mira.” Después de leer esta frase de Karl Kraus es imposible detenerse. Por otro lado, creemos en la posibilidad única de la experiencia como fuente generadora de conocimiento suscribimos completamente este giro reflexivo y proponemos que la educación no puede
cumplirse
sin
apelar
a
la
“memoria
involuntaria”,
sin
convertirse en experiencia encarnada, en el mismo sentido en que Marcel Proust interpretaba la creación artística, como fuente dadora
de sentido y de conocimiento. Así las cosas, no sólo la metáfora de la palabra en la narración y el relato, sino también las metáforas visuales y auditivas de la pintura y la música aportan nuevas aproximaciones a la cuestión de la verdad. En particular, nos interesa destacar algunas de las consecuencias existenciales de la metáfora: El humor, la risa y la ironía, como expresiones exclusivamente humanas. Porque la verdad es un resultado antropológico total. Se piensa con la mente, no sólo la consciente. También con el resto del cuerpo y no en sentido figurado. Pensamos que todas estas expresiones harán lo suyo para que el conocimiento deje de pretender ser el producto del esfuerzo racional y comience a verse a sí mismo como lo que es: Vehículo de movimiento psíquico. Consciente e Inconsciente en un nuevo intercambio dialógico y complejo, sin jerarquías y sin coerción, entendido como experiencia plena. 2.
La Metáfora es una Verdad en el sentido fuerte
Nuestra hipótesis: En la metáfora está instituida la posibilidad del ser y de la hominización, la metáfora es la única forma de aproximarse al caos y la incertidumbre que invade todo lo humano. Entonces, la metáfora es una verdad en el sentido fuerte. Sin embargo, recordemos, la metáfora es por definición falsa. Jamás reproduce la realidad y es creación pura. Luego, por continuidad, hay que aceptar que sólo podemos realizar una vida humana en la fantástica posibilidad que abre la creación a partir de lo falso. Esta afirmación
fantástica es autopoieisis
1
y realidad pura y dura, realidad trágica
de esta cosa extraña que es el ser humano. 3.
No es un privilegio humano
Pero la capacidad metafórica no es un ejercicio exclusivo del ser humano, sino expresión vital de todo lo vivo, porque anida como una luz autónoma en lo “vivo” que alumbra la oscuridad primordial de la realidad. Podemos imaginar un universo sin vida como algo sin luz, como una noche densa. Sin vida las cosas están allí sin lograr ser percibidas, la realidad está y es imposible dudar de ella y, sin embargo, no hace sentido ni lo requiere, simplemente “es”. Al aparecer la vida es como si apareciera una primera abertura de luz. En ese momento algo que se cierra sobre sí mismo inaugura la “exterioridad”, aún no lo “otro”, pero sí la exterioridad. Esta exterioridad sólo es posible porque “eso” vivo que ha aparecido, representa un “para-sí”. Sólo existiendo un para-sí habrá un exterior a ese para-sí. ¿Cómo podría ser de otra manera? Esa exterioridad recién aparecida, no es sino para el para-sí. Queremos decir con esto que no es la realidad y mucho menos la verdad del exterior lo que ha aparecido. Lo vivo sólo da origen a un nuevo mundo que es la idea
2
del mundo, “su” idea del mundo. Una “idea” que es selección obligatoria y que también es “creación”. Vivir es seleccionar y crear
1
Para el profesor Humberto Maturana, la autopoiesis es la propiedad básica de los seres vivos y consiste en que estos son sistemas que se producen a sí mismos, se crean a sí mismos. 2 Un ser vivo básico, una célula, no imagina, no idea, pero de alguna manera interpreta el exterior para reaccionar.
mundos.3 Entonces, esta percepción ¿no es una metáfora primigenia? Si no es la realidad, ¿qué puede ser sino metáfora? 4.
¿Cómo aparece “lo humano”?
Pero esta primera abertura, esta primera luz, que inaugura la exterioridad, no se detiene en ella misma y produce una segunda abertura, cuando el primer ser vivo se cruza con otro, que también fue primero, y en ese cruce de linternas, aparece lo “otro” para cada uno. La otredad es un gran paso para la formación del sujeto, la persona, la subjetividad. No basta la exterioridad, es necesario que el ser vivo dé estatus a “otro” situándolo a su mismo nivel. A su vez, esta aparición, el otro, abre el camino del sujeto que es consciencia originaria de religación con otra subjetividad. Por último, cuando podemos intercambiar percepciones, se produce el efecto de la “verdad” –
¿Efecto Pigmalión? – que corona la vida en su estatus
máximo de realización, problematización y existencia. 5.
Vivir en la Mentira es Vivir en la Verdad
Entonces, desde esta perspectiva, ¿qué es la verdad? Pues es el resultado de la acción humana y de la inter-subjetividad, es sólo una manifestación antropológica y nada más. También nada menos. No es y no puede ser “concordancia con las cosas y la realidad”, sino expresión y resultado existencial de un tipo particular de ser vivo que, por acción de una situación imposible o, al menos, improbable, logró la subjetividad y la inter-subjetividad. Dicho de otro modo, la verdad no existe y la certeza, en la medida en que expresa seguridad 3
Una percepción absoluta de la realidad no es posible y sería una dilución absoluta del ser que percibe que, por tanto, se hundiría en la realidad para perder nuevamente la percepción y volver a la noche.
absoluta, tampoco. Si sólo podemos ver lo que “no es”, si sólo vemos una selección interesada de la realidad ¿cómo puede surgir la verdad? Pues no surge. Sin embargo, metafóricamente, mágicamente, de tanto ver lo que “no es”, podemos decir algo de la realidad y este “decir algo” es el único asidero de la ontología. La subjetividad accediendo a la objetividad plena.
plena
termina
4
Por eso, resumiendo, la metáfora es lo único que tenemos, no es exclusiva de nosotros y su empleo conduce a la cuestión de la verdad, no como cuerpo organizado e infalible de determinaciones sobre la realidad, sino como aparición recursiva de nuestro mundo antropológico. Puede haber ontología en la medida en que alguna metáfora se sostiene “engañándonos” siempre de la misma manera. Así entendemos la afirmación de Baudelaire, quien en el Salón de París de 1859,
concluía
que los pintores
paisajistas mentían
precisamente por olvidar mentir. Al contrario, si deseo no mentir, tengo que admitir mentir y, así, la subjetividad plena es la plena objetividad y una ontología es posible. El asunto es muy fuerte, porque estamos hablando de que la imaginación es capaz de crear al mundo, la emoción es capaz de crear al mundo, porque si ambas en un momento y lugar determinado conectan radicalmente, la palabra, la metáfora que surge puede constituir “el mínimo de soporte material” necesario para hacer “emerger” el mundo. La palabra como 4
La objetividad del hombre y la objetividad de la cucaracha, ambas funcionan y son verdad porque son efectivas. No hay superioridad ontológica en el hombre y convencernos de esto, pensamos, es necesario para hacer factible una hominización efectiva. Sin embargo, la cucaracha no debate sobre la cuestión de la verdad… ¿o lo hace?
“soporte material del mundo humano”, de eso es de lo que hablamos! Nada menos. Lo hemos visto, todos lo hemos vivido alguna vez en el ámbito privado o público. Castoriadis lo describe en forma simple y genial: “una multitud en estado de ebullición, alguien encuentra una palabra y la dice… y la historia del mundo cambia”.
5
Es la
representación la que ha hecho que el mundo cambie, la simple representación que es metáfora. Soporte simbólico que crea el mundo. El mundo no es un dato que está ahí y que podemos reconocer. Nunca sabremos lo que el mundo “es”. Ha sido, es y será siempre una pregunta. Claro, nosotros mantenemos una relación con “ese” mundo, pero ésta ha sido, es y será, una relación metafórica y nada más. Ese es el punto. Por eso, la razón ha sido, es y será siempre insuficiente y por eso el arte y el inconsciente pueden romper el cerco racional de mil maneras, todas metafóricas, mostrándonos la experiencia de la incertidumbre y abriendo la posibilidad de comprender, que es más que conocer. Hay que soportar el shock de estas rupturas para poder aspirar entender la educación como experiencia y no como profesión, cuyo objetivo no puede ser trasmitir ni acumular, sino impactar, crear experiencia y flujo en un sentido total. Es aquí que comprendemos la metáfora como plataforma y soporte material de la transformación educativa. 6.
5
¿Y si al final de tantas palabras, la palabra muere?
Cornelius Castoriadis, “Sujeto y Verdad en el Mundo Histórico-Social. La Creación Humana I”, FCE, 2004, Pág. 419.
Se nos escapa la cita exacta, pero la pregunta la formuló César Vallejo, enorme poeta peruano. Su pregunta nos enfrenta al otro aspecto del problema. Problema que es propio de todas las construcciones humanas y que es su carácter paradójico y dialógico. La metáfora, instrumento que soporta la realidad y abre preguntas que movilizan la experiencia autónoma, el conocimiento y la comprensión, es susceptible de otro uso. Su poder puede ser usado para exactamente lo contrario y, en lugar de constituir una pregunta abierta, transformarse en una respuesta cerrada y mutiladora. Es la metáfora utilizada como instrumento de dominación y no de autonomía. Es la metáfora empleada como instrumento demagógico y de engaño. Algo para lo que nuestros pueblos de América Latina parecemos ser tan susceptibles. Cuando la política
6
se transforma en
dominación y pensamiento unilateral y se anula el razonamiento. La respuesta para todo la tiene el líder o el partido único o que pretende ser único y todo se monta en un entramado racionalizado y no racional, donde ya no se piensa y se ha perdido toda capacidad cuestionadora y, por tanto, creadora. Todo en nombre de un slogan que al impedir el cuestionamiento no puede terminar sino vacío de contenido, aunque alguna vez haya contenido algo. En la demagogia nos encontramos frente a la metáfora que mata a la metáfora. Ya no hay preguntas abiertas que provocan nuevas preguntas abiertas, sólo anulación
del
pensamiento.
Sólo
encontramos
un
nuevo
determinismo, esta vez montado sobre el mismo instrumento que una
6
También la educación y el psicoanálisis.
vez pudo ser usado como instrumento de libertad. Por eso, otra vez e inevitablemente nos encontramos con el telón político del asunto. ¿Cuál es la institución en la que queremos vivir? ¿Con qué ley? ¿Cómo la debemos modificar? También la educación esta inmersa en este conflicto político y no puede entenderse de otra manera. Si la educación va a educar para la libertad, tendrá que ser en una institución libre y esto es sustancialmente el problema de la democracia y sus instituciones. 7.
Metáfora: Paradoja, Ironía, Humor, Verdad
¿Pero por qué siempre buscamos la ladera heterónoma? ¿Por qué el ser humano y la sociedad buscan siempre alguien que se haga cargo en lugar de hacerse cargo? Mito, Religión, Dios, Ciencia, Razón, Ley Histórica, Tradición, Líder, buscamos siempre algo o alguien que nos invista, que produzca el sentido para que valga la pena ser individuos y sociedad, que responda por nosotros. ¿Habrá que decir que en Occidente tenemos al menos dos mil quinientos años creyendo que un Dios responde por nosotros o que una verdad o ley absoluta es posible y a ella hay que atenerse parar construir un mundo con sentido? Igualamos “sentido” a “verdad” y ésta a “certeza”, impidiendo o negando el surgimiento del pensamiento complejo. Simultáneamente, esta verdad “en serio” rechaza al arte, la metáfora y, con ella, niega la paradoja, la ironía y el humor. Nosotros queremos rescatar estas expresiones de lo humano como fórmulas esenciales. El discurso científico claro y concordante se proclama superior a la narración, al relato literario y a la metáfora y habla de la verdad de
una vez por todas. En un mundo así, la metáfora, el humor y la ironía, si se aceptan, es sólo como males menores, travesuras que, eventualmente, deben reprimirse o controlarse por su carácter anormal, engañoso e inferior. ¿Pero qué pasa con este mundo si resulta que esa verdad o ley absoluta es falsa e imposible? No se trata sólo de ofrecer disculpas a la metáfora, al humor, a la ironía, sino de recuperarlas como única posibilidad de humanización, porque con ellas aparece la tolerancia y el sentido de falibilidad, a partir de los cuales, será posible construir el mundo hominizado al que nos convoca el profesor Morín. Es curioso que haya que recuperar la risa, justo frente al abismo de la incertidumbre. Pero ahora podemos hacer hablar como amigos a la verdad con sus antiguos adversarios. Con la incertidumbre, recuperan su estatus antropológico frente a la verdad, no sólo la metáfora, sino la ironía y el humor. Todos se convierten en “serios” instrumentos existenciales. Parece que no es verdad el epitafio en la tumba de Groucho Marx (1890-1977) que rezaría: “Disculpe que no me levante”, lo que si es cierto es que él mismo fue capaz de declarar abiertamente: “Mi duda, es definitiva”, otorgando así a la incertidumbre su estatus de certidumbre definitiva. Seguramente, si se levantara, sería para celebrar la verdad como metáfora, como nuestra fata morgana, hada cambiante. También para asistir y reír un poco en ese otro funeral: El de la filosofía como “saber absoluto”.