La industria del HUEVO
Crianza Intensiva Las granjas industriales que abastecen a las grandes ciudades, recurren a métodos masivos de producción, en donde las gallinas son sometidas a condiciones antinaturales, incómodas e insalubres con la finalidad de minimizar los costos y aumentar la producción, sin importar lo que sufren día a día hasta que mueren o cuando son sacrificadas.
Antes
Ahora
El Despique Una vez realizada la selección de gallinas que serán destinadas a la producción de huevos, son sometidas al “despique”. Este procedimiento consiste en cortar el pico de cada gallina con navajas ardientes sin que se les suministre anestesia, siendo que el pico es una parte sumamente sensible compuesto de terminales nerviosas cuyas funciones son equivalentes al de los dientes y labios, siendo este también su único método para
El despique se realiza con la finalidad de disminuir las heridas por picadas entre ellas, hecho que se presenta por el estrés que les causa el maltrato al que son sometidas. Muchas gallinas son incapaces de comer por semanas debido al dolor que este procedimiento les ocasiona. Algunas mueren de deshidratación o por lo débil que se encuentra su sistema inmunológico a falta de alimento.
Despique en pollitos
Hacinamiento en Jaulas Después de sufrir esa mutilación, las gallinas ponedoras son colocadas en pequeñísimas jaulas conocidas como “jaulas batería” las cuales miden 41 cm x 46 cm en donde se amontonan 10 gallinas siendo que cada una requiere como mínimo de 74cm para expandir sus alas, de modo que en estas condiciones ninguna puede hacerlo.
Cada gallina está condenada a vivir en un espacio equivalente a una hoja de papel o una caja de zapatos.
Acomodamiento de jaulas Las jaulas son acomodadas unas sobre otras con la finalidad de ganar espacio y así acomodar más gallinas. Las jaulas no poseen una base plana, son de alambre a manera de rejillas para evitar la inversión de tiempo en la limpieza de las mismas. El excremento cae sobre las que se encuentran en las jaulas inferiores acumulándose en las que se encuentran hasta abajo.
SUFRIMIENTO
DOLOR
Las condiciones tan insalubres en las que las gallinas ponedoras se encuentran, favorecen la propagación de enfermedades, el olor del amoniaco y excremento dificultan la respiración y provocan infecciones de todo tipo hasta la muerte.
Por la estructura de la jaula, las gallinas ponedoras no pueden descansar sus patas, cuestión que les produce fuertes dolores, fracturas, graves heridas al rozarse con los alambres trayendo como principal consecuencia pérdida del plumaje, estrés severo y la muerte.
No suelen ser alimentadas adecuadamente, se les suministran enormes cantidades de hormonas y antibióticos trayéndoles como consecuencia graves daños hepáticos. Muchas gallinas mueren y aquellas que logran sobrevivir, son forzadas a vivir con los cadáveres de aquellas que no lo lograron. Las gallinas muertas permanecen en las jaulas hasta que se pudren, haciendo aún más tormentosa la vida a las que sobreviven.
Vida “Útil” Cada gallina ponedora produce aproximadamente 300 huevos al año, perdiendo así, importantes pérdidas de calcio. Su vida dentro de la granja industrial es de aproximadamente dos años, ya que al encontrarse tan débiles, no pueden seguir poniendo huevos, entonces son transportadas en pésimas e inhumanas condiciones al matadero.
En el matadero El 30% de las gallinas ponedoras llegan con fracturas múltiples debido al maltrato al que fueron sometidas. Para acelerar el proceso de matanza, se les cuelga de las patas en una máquina en donde son sumergidas en contenedores de agua hirviendo para desplumarlas más fácilmente, esto se realiza mientras ellas están conscientes de lo que sucede. Cuando corren con “suerte” son degolladas antes de ser sumergidas.
Gallina ponedora fracturada y hervida viva
No sólo las gallinas corren con este maltrato. Los pollitos machos, al momento de ser separados de las hembras que serán destinadas a la producción de huevo, no representan un valor comercial para la industria, por lo mismo, en muchas ocasiones son tirados en enormes bolsas de plástico en donde mueren sofocados o aplastados.
En otras ocasiones son triturados vivos en licuadoras industriales para no ser desperdiciados y para ser revueltos con los cadáveres de las gallinas ponedoras que al estar en tan mal estado, sólo pueden ser destinados a la producción de consomés de pollo o alimento para perro y gato.
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México, consumidor # 1 de huevo Siendo el sexto productor a nivel mundial, México ocupa el primer lugar en consumo de huevo, con 22 kilos por persona al año. El Distrito Federal es el principal consumidor y vendedor de huevo a nivel nacional, siendo Jalisco el principal productor. Actualmente en México existen 124.2 millones de gallinas ponedoras. La principal desventaja del consumo de huevo es la probabilidad de enfermar con la bacteria salmonella, su contenido de colesterol es muy alto y por su peligrosidad no es recomendado para personas con enfermedades como hígado graso, diabetes o hipertensión, arteriosclerosis, enfermedades del corazón y en personas mayores de 50 años.
Cada huevo producido en una jaula, significa un consumo de 180 litros de agua mientras que en países en vías de desarrollo el consumo por persona es de 10 litros al día. Estudios científicos han demostrado que el gas amoniaco que se libera a la atmosfera derivado de las granjas avícolas, tiene graves consecuencias para el medio ambiente ligado directamente con la lluvia ácida. El nivel de amoniaco sobrepasa los límites regulados para la exposición continua para los animales y trabajadores.
Ayudemos disminuir el sufrimiento de los animales al no apoyar a la industria avícola. Si eres un consumidor frecuente, prefiere los huevos orgánicos cuya producción es menos cruel
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