Universidad De Antioquia – Corrientes contemporáneas pedagógicas y didácticas Agosto 15 del 2018 Medellín, Colombia John Alfonso Díaz Vásquez
La importancia del alumno en la educación
En las últimas generaciones docentes del nuevo milenio se puede evidenciar un desarrollo de métodos encaminados en romper los paradigmas establecidos anteriormente para poder expandir las áreas de saber, el alcance y los procesos pedagógicos, convirtiendo un aula de clase en un mecanismo de acción que interactúe cada vez más con la realidad. Este propósito es importante tanto por que marca un punto de partida pedagógico nuevo en América latina en relación a los métodos ortodoxos, como por que empieza a problematizar su medio desde la educación para comprenderlo y transformarlo. En el texto para analizar extraído de Blogspot “La importancia de la historia en la educación” reconocemos en primer plano ésta intención de ruptura en quien lo escribe, que podríamos deducir es un educador, contemporáneo de estas últimas generaciones de docentes de este siglo XXI en México. El autor nos lleva de lleno a reconocer la historia como identidad cultural capaz de cimentar las bases de un presente en el cual enfrentamos nuestros problemas como comunidad de manera consciente. Es así que propone la ruptura del paradigma formativo actual (o más bien, el que siempre ha sido) ortodoxo o eclesiástico, para poder conectar los conocimientos de la institución o academia con la vida real a través de juegos de asociaciones coherentes entre la teoría y la practica haciendo así mucho más lúdica una clase; todo esto con el fin de responder a lo que en propias palabras el autor problematiza como “discentes… con actitud negativa y una motivación nula” que se pueden encontrar aun hoy en casi cualquier escuela. Una de la propuestas del docente gira en torno a didácticas reforzadas en la tecnología (como enciclopedias interactivas o plataformas de bibliotecas digitales) que pueden ser más digeribles en las aulas de la modernidad que el típico dictado de contenidos, característico de una clase de historia ortodoxa donde predomina la capacidad de los estudiantes de memorizar y no de reflexionar acerca del conocimiento y su conexión con la realidad; todo esto de la mano de docentes predispuestos a actualizarse y padres realmente comprometidos con la formación educativa de sus hijos que puedan ver la escuela más allá de un escenario para desligarse de una responsabilidad temporalmente. Esta intención de cambio de paradigma se queda como la idea predominante y también la única presentada en el texto, pues sin conocer el contexto real o la intención del escritor puede llegar a ser un discurso muy neutral.
Ya que es el cambio de paradigma un proceso natural en el desarrollo del hombre (en casi todas sus facetas), la propuesta explicita que nos trae el autor puede servir a cualquier intención o propósito educativo encaminado a la modernidad, sin embargo unos puntos clave en el texto podrían dar tinte a esta neutralidad para confirmar la intención del autor, Víctor Manuel Pérez Pazos, de quien no se tiene bibliografía o información más allá de que posiblemente se desempeñe en este momento como educador en la ciudad de Veracruz, México. Ya en el último párrafo podemos avisar que el autor reconoce el ocio y las relaciones entre estudiantes más allá de la academia pero dentro de la escuela, como un obstáculo: “los padres se liberan de sus hijos por ese momento pero los alumnos creen que la escuela es para jugar y pasar momentos de óseo con sus compañeros”. Dejando reflexionar así que propone procesos integrales tecnológicos que tienen en cuenta los formatos pero no al estudiante ni sus intereses reales, un intento desesperado por volver más atractivo el tema pero no más personal, o al menos cercano a las experiencias reales que componen también las experiencias cotidianas. También podemos reconocer en la última parte del texto la preocupación y el objetivo del autor: “Hoy en dia no se le da la importancia que tiene una educación de calidad por estas dos partes (alumno-padre de familia) por lo que debemos sensibilizar a la sociedad con el fin de mejorar nuestros resultados“. En este fragmento se puede entender el foco que espera el autor tengan los estudiantes y padres como prioridad, y es una educación de “calidad”, mismo discurso que acompañado con las herramientas tecnológicas y con el fin de responder a problemáticas modernas (como lo es conseguir mano de obra más barata para ocupar puestos de profesionales o responder ante unas dinámicas económicas agresivas como las que acompañan al neoliberalismo) han introducido e institucionalizado la tecnificación de la educación, esto es su eficacia frente a la globalización y como resultado la deshumanización de los procesos, tal y como lo viene haciendo el SENA y las políticas estatales Colombianas de “innovación” y “tecnificación”; para llegar al objetivo final del autor que es “… mejorar nuestros resultados”, resultados medibles y cuantificables en un sistema de educación muy parecido al sistema de producción en el cual el fin último es la eficacia y la eficiencia del saber aprendido en las mecánicas empresariales actuales, dejando de lado la parte humana e insertando al estudiante en una vida laboral rápida para la normalización de su conducta. Peligroso es hablar sin tener la certeza de la verdadera intención del autor, sin conocer sus precedentes o su trabajo de manera más cercana, finalmente lo que se rescata del texto es la capacidad que tiene sobre el lector de cuestionarse o replantearse, sea el modelo pedagógico que se vive o sea al mismo autor que supone muchas interrogantes.