La Guerra de las Salamandras y las distopías en la literatura
David Gil, 1ºBach.H
1.-Distopía----------------------------------------------------------------Podríamos considerar el término distopía como un antónimo de la más conocida utopía; ambas representan un destino futuro y ficticio, reguladas por unas normas y unos patrones diferentes a los de la sociedad actual. Pero allí donde la utopía imagina una futura sociedad idealizada, pacífica y positiva, la distopía muestra, en general desde la sátira, un futuro negativo, donde el camino que sigue la humanidad la ha llevado a una sociedad perversa, cruel y apocalíptica. Así pues, podríamos aclarar que la distopía es una situación extrema, exagerada y satírica, a la que conduce inevitablemente el rumbo de una sociedad, y que se emplea frecuentemente en obras literarias con intención crítica, y de advertencia sobre ciertas tendencias sociales. 1.1 Distopías en la literatura………………………………………………………... En el mundo de la literatura, podemos encontrar diversos ejemplos de éste recurso, que se popularizó a principios del siglo pasado, derivándose de la inestabilidad social y política de la época. Así, podemos encontrar uno de los ejemplos más evidentes en la novela 1984, de George Orwell, donde se nos sitúa en un mundo gobernado por un estado autoritario y represivo. También son importantes las aportaciones de Ray Bradbury, en su obra Fahrenheit 451, que muestra una sociedad que persigue la igualdad basándose en la quema de libros, o de Aldous Huxley, con Un mundo Feliz, donde la humanidad ha alcanzado el progreso y la felicidad deshaciéndose de elementos como la ciencia, la cultura, la familia, la religión, el arte, la filosofía, etc
2.-La novela--------------------------------------------------------------La Guerra de las salamandras, del escritor checo Karel Capek narra la historia del descubrimiento de una nueva raza animal, de gran habilidad y capacidad para el aprendizaje, que es utilizada por grandes compañías como mano de obra extremadamente barata en la realización de obras marítimas. Su uso se generaliza tanto, que acaban aumentando de número descontroladamente, llegando a querer quebrar los continentes para conseguir nuevas costas donde aumentar sus colonias. Esto desencadena un conflicto bélico entre hombres y salamandras, que terminará con la expulsión de los hombres a los puntos más aislados tierra adentro. Finalmente, una guerra civil entre las salamandras acabará con su raza, y las pequeñas comunidades de hombres volverán a poblar la tierra. 2.1.- La distopía como destino inevitable. “Utopía capitalista”…………………... Durante el transcurso de la novela, se ve con claridad que el desenlace de la historia, derivado de la proliferación de las salamandras se debe a la persecución de la utopía sobre la conquista de los mares, que formula el señor G.H.Bondy en los inicios de la historia. El empresario, precursor de la industria de las salamandras, expone a sus inversores la idea de la colonización de los mares mediante el uso de las salamandras. Así, la
humanidad expandiría sus dominios sobre la superficie del planeta que le había sido vedada hasta ahora. Esta utopía, no obstante, es sustituida por otra, el verdadero motor de la revolución salamandrina, quedando la primera relegada a un mero adorno, una fantasía utilizada como recurso de convicción. La verdadera utopía que mueve el desarrollo de la historia es la ambición de una ampliación del territorio por parte de grandes potencias, y los ingentes beneficios que supone el uso de las salamandras para la economía de cada país. De este modo, el capitalismo es la única utopía que mueve la expansión de las salamandras. A pesar de ello, ni esta utopía de la colonización de los mares, ni las posibles esperanzas que pudiera tener nadie puestas en esta nueva especie jamás llegarán a realizarse, ya que las salamandras tan solo contribuyen a aumentar el territorio y el poder de las distintas naciones, dejando la situación internacional en el mismo estado de hostilidad y desconfianza mutua que existía antes de las salamandras, pero ahora ampliado por la existencia de éstas. Pero si hay un destino inevitable para todo este asunto, es el que, desde el principio, se imagina el lector, y en el que los lideres mundiales de la novela, concentrados en el crecimiento de su propio país y sobre todo en el del vecino, no advierten. Éste destino inevitable es la expansión y el aumento de número de las salamandras, que tarde o temprano, acabará por crear un conflicto. La naturaleza de este conflicto, sin embargo, es imposible de imaginar para el lector en un principio. 2.2.- La raza humana se resigna. “Utopía antihumanista” ………………………. De lo que sí parece percatarse la humanidad de la novela es de su sustitución por las salamandras. La situación de tensión internacional que existía en el periodo de entreguerras, periodo en el que transcurre la trama de la novela se ve aplazada por la aparición de las salamandras, pero una vez éstas ya no representan una novedad, y han sido incorporadas a la sociedad, la humanidad comprende que todo sigue igual, y que la raza humana sigue separada y enfrentada, basando este enfrentamiento en sus diferencias. Esta hostilidad no existe entre las salamandras, raza única y homogénea: por ello, el filósofo de la novela Wolf Meynert pone en evidencia que la humanidad, corrupta e imperfecta, debe dejar paso a las salamandras como herederas del planeta. Ésta aceptación del fin de la humanidad sugiere una primera distopía, que podríamos catalogar más bien como una utopía para todo el planeta, excepto para los humanos. Ésta retirada de la raza humana se convierte en el final preferido por gran parte de la sociedad, pero tampoco ésta situación llega a producirse. 2.3.- El fin es inminente. “Utopía salamandrina”…………………………………. Tal vez la resolución final coja por sorpresa a más de un lector, ya que, allí donde se esperaba una rebelión de las salamandras contra los humanos, justificada por la explotación, o la discriminación, se produce un levantamiento carente de ningún tipo de ideología, nacionalismo o ideal alguno: el ataque de las salamandras a los continentes humanos se justifica, simple y lógicamente, en la necesidad de más terreno donde alojar a una población en continuo y desmesurado crecimiento. Ésta concepción de la guerra de las salamandras como una guerra con ideales fríos y simplemente, de supervivencia, sin ningún tipo de intención hostil o subversiva, y totalmente basada en la lógica innegable entra en contraste con las ideas del ser humano para la futura sociedad de salamandras: salvación de la civilización, ideales
trascendentales, y la creación de una sociedad salamandrina basada en la fraternidad y la igualdad. Así, la expansión de las salamandras no está movida, como pudieron estarlo otras revoluciones humanas, por ideales e ideas utópicas, sino por una lógica pura y fría. 2.4.- La mano divina. Distopía final ……………………………………………….. Llegados a éste punto, nos encontramos con una raza de fríos y calculadores anfibios dominando el planeta, abriendo grietas en la tierra y transformando el perfil de los continentes a golpe de explosivos, sin que la humanidad pueda hacer nada contra ella. Cuando la historia llega a un punto en que es evidente el dominio total de las salamandras (cuando éstas alcanzan los territorios del interior de los continentes) la historia se da por irremediable, la distopía del dominio de las salamandras queda fijada, y se llega a una situación en que tan solo una intervención “divina” es capaz de arreglar lo que el curso natural de las acciones de los hombres ha ocasionado. Aún así, y siendo ya evidente que va a ser necesaria la intervención del propio autor para alterar el curso de los acontecimientos, él mismo se ve incapaz de encontrar una solución lógica que resuelva finalmente el problema y permita la supervivencia de la raza humana. El autor dialoga consigo mismo, hasta que encuentra la única solución válida: romper la fachada de raza lógica, única y fría de las salamandras, y sembrar en ellas una semilla de perversión humana, haciendo que sean los mismos elementos de envidias y hostilidades los que originen el final de la raza de las salamandras, en el estallido de una guerra civil. Ésta guerra civil se resuelve con el envenenamiento de las aguas, que acaba por exterminar a toda la raza de las salamandras. De no ser por la época en que fue escrita la novela, recordaría, por la manera en que fue resuelta, a un guiño al armamento nuclear y las tensiones mutuas entre los EE.UU y la URSS durante la guerra fría. Así finalmente, la situación se resuelve con una anulación “artificial” de la situación distópìca, y el resurgimiento de la raza humana, que conserva como huellas de civilizaciones pasadas, tal como ocurre hoy en día con la Atlántida, los nombres de las naciones europeas anteriores a las salamandras. 2.5.- Conclusión…………………………….………………………………………... La novela, en su conjunto, se nos muestra como un conglomerado de diferentes posibilidades utópicas, formuladas por diversos sectores sociales, que terminan necesariamente con la conclusión más lógica y menos esperada, formando una distopía que el propio autor se ve obligado a remediar. De este modo, el escritor interviene en el curso natural de los acontecimientos, alterando así el curso natural de una distopía, del mismo modo en que una madre aparta la mano de su hijo pequeño de la estufa para evitar que se queme, evitándole al mismo tiempo una lección, valiosa a la vez que terriblemente dolorosa. Pero de poco sirve decirle al niño que no toque la estufa, igual que también es inútil advertir a la humanidad sobre su destino. Ay, humanidad, ¡Cuánto nos costarás de criar!