LA ESCUELA DE LA NOCHE “LAS CIUDADES EN LA POESÍA” El ser humano desde su origen siempre ha manifestado su deseo de dar a conocer su pensamiento de todo lo que lo rodea, de lo que está lejos de él, de lo que le inquieta y lo desconocido. El lenguaje es el vehículo que le ha permitido transmitir su pensamiento desde lo verbal o escritural; nuestros antepasados lo hacían a través de sus rituales y de sus manifestaciones orales, contaban historias sobre la creación del mundo de sus habitantes; historias extraordinarias acerca de toda suerte de fenómenos naturales y sobrenaturales; hasta el día en que el mismo hombre, vio la necesidad de dejar por sentado los grandes acontecimientos, y así las generaciones venideras lo tuvieran presente, surge entonces el invento de la imprenta que auxilio dicha necesidad, dando paso a la literatura, entendiendo que el término literatura designa el conjunto de producciones literarias de una lengua, de una nación, de una época o incluso de un género. Dentro de nuestro aprendizaje hemos comprendido que las obras literarias se clasifican en tres grandes géneros: narrativo, lírico y dramático. Pero es el género lírico a través de la poesía quien permite que el hombre materialice lo que hay en su corazón y en el mundo de sus ideas; además se cree que la poesía desempeña la función primordial de unir al ser humano con un sentido trascendente de la vida, del universo, de su propio estar en el mundo. En el libro de William Ospina “la escuela de la noche” en su tercer capítulo nos quiere demostrar que desde hace muchos años atrás la ciudad ya hacia parte de la poesía como nos muestra desde su segundo párrafo “Quienes abogan por que la poesía se vuelva urbana olvidan que la poesía comenzó siéndolo”, es decir que la ciudad ya está en la poesía, ya sea que el hombre viva en ella, este lejos o tenga la idea de lo que es una ciudad. Este autor a través de su texto nos confirma que la poesía nació con la misma humanidad; desde el poema más antiguo y más vivo de la tradición que podemos llamar occidental, La Ilíada un canto a la destrucción de una ciudad como a la construcción del templo de Jerusalén en la Biblia, obras que demuestran y detallan que las ciudades han estado en la poesía. El pensamiento que ha tenido la humanidad de que hace poco existe la poesía urbanista es algo muy falso, ya que el urbanismo y la poesía siempre han estado entrelazados con la expresión de sentimientos de una persona con querer vivir o estar viviendo en un lugar aglomerado y comercial, como nos demuestra la poesía pastoril que existió en la época medieval; y aunque la ciudad siempre ha estado tácita en la obra de los poetas, la verdad es que no siempre fue un tema evidente de la poesía, en cambio ahora, la ciudad es más notoria ya que es utilizado como tema central por lo que el autor está expuesto diariamente en su cotidianidad, como la frase que nos expresa Borges “la ciudad es un misterio, y el lazo que nos une a ella más irrompible de lo que imaginamos”. En conclusión puedo decir que la poesía en sí nació con la propia humanidad al querer expresar y contar su propio mundo, tomando a la ciudad como un escenario para expresión de sus sentimientos; y el concepto de poesía urbanista la hacemos más cercana ahora por la identidad que asume el poeta en relación con su contexto, es decir, con la ciudad misma.
JUDICIAL
J. William Pearl. COLOMBIA. 28 Ago 2017 - 9:00 PM EL ESPECTADOR. www.elespectador.com/opinion/judicial-columna-710399 En Colombia siempre ha estado vigente la corrupción y la guerra, J. William Pearl explica a través de su artículo periodístico que los colombianos debemos tener claro de que si seguimos con este gobierno corrupto siempre existirán más pobres que ricos queriéndonos dominar y opacar. Para nosotros poder llegar a cambiar se requiere de un gran esfuerzo, lo cual esto no sucede de un momento para otro sino que solo funciona cuando sus ciudadanos y gobernantes de un país son honestos. En este artículo nos muestra que Colombia está pasando unas situaciones, las cuales serán cruciales para nuestro desarrollo como Estado, como son cerrar el ciclo de la guerra, enfrentar la corrupción y tener claro que las Farc solo firmaron la paz buscando su propio beneficio para tomar el poder. Por lo tanto los colombianos piensan que la guerra ya culmino y el tema central del otro año será la erradicación de la corrupción, la cual está arraigada en los tres poderes públicos y en las empresas privadas que compran personas o contratos para conseguir lo que quieren. ¿Estamos listos para dar este cambio? Ante la realidad de nosotros como ciudadanos debemos tener en cuenta que cada vez la situación económica y social está más precaria, y ante la presencia de nuevos partidos que lo único que hacen es darnos esperanzas falsas porque solo buscan su propio beneficio, acabando lo poco que tenemos como sociedad. Para nosotros poder tener este cambio debemos tanto exigirle al Estado y exigirnos a nosotros mismo, porque si no cambia la sociedad que somos nosotros con nuestro actos pequeños como esperamos que cambie el gobierno.
28 Ago 2017 - 9:00 PM Por: J. William Pearl Judicial Siempre sostuve que para ahondar en el asunto de la corrupción tenía primero que cerrarse el ciclo de la guerra. Tal parece que para los colombianos (aun cuando faltan unos trámites en el Congreso) la paz ya es un hecho y en las presidenciales del otro año el tema central será la corrupción. Ojalá esta no existiera en Colombia, es necesario enfrentarla para poder erradicarla. Se dice que no tenemos las herramientas suficientes para eliminarla, pero lo que hace falta es una mayor perseverancia y que los ciudadanos se pronuncien, salgan a las calles, se manifiesten y sobre todo denuncien. ¿Estamos listos para dar el salto? La corrupción está vigente en los tres poderes públicos principalmente, en el Ejecutivo, en el Legislativo y el Judicial. En el ejecutivo se da desde hace mucho tiempo, lo cual para nada la justifica. Este, al tener la chequera, la dirige a algunos para buscar su apoyo y que resulte el “negocio”. En el Legislativo se da ya que son “dueños” de entidades que asumen les pertenecen y manejan a su antojo. El aparato judicial está en un lío grande que le costará el replanteamiento de la forma como debe operar el sistema. Existe otro actor que es la empresa privada, la que muchas veces ofrece dinero con tal de ganar un contrato o superar barreras burocráticas. El caso Odebrecht es uno de los últimos, pero existen otros, entre ellos el caso de los hermanos Nule que se convirtió en un símbolo. Las sociedades evolucionan con el tiempo y existen dos posibilidades extremas, o se es como Haití o se es como Holanda; para lograr alguna similitud con Holanda se requiere dar comienzo a una gigantesca lucha encaminada a erradicar la corrupción a todo nivel, el país tiene que empezar a cambiar y lamentablemente esto no sucede de un momento a otro, es un proceso que se da cuando los ciudadanos y sus gobernantes son honestos. Para citar un ejemplo, cuando Mockus fue alcalde Bogotá, en el recibo de impuestos se podía adicionar un pago voluntario. Muchos lo hicieron, pues se veían las obras. Pero ahora está tan
corrompido todo, que muchos prefieren evadir los impuestos, lo que lleva a que todos los ciudadanos y sobre todos los menos favorecidos vean muy pocas obras públicas. Ayer empezó el congreso de las Farc y un tema muy importante para ellos es la corrupción a nivel nacional. En Colombia ya se cerró el tema de la guerra con las Farc, se viene el de la corrupción. Los colombianos tenemos que tener claro que existen más pobres que ricos y estos pueden fácilmente elegir como opción al nuevo actor político, quien aparentemente como en Venezuela no busca nivelar por arriba. Es decir, lo que logran es que todos sean pobres. Los antecedentes de Venezuela muestran una corrupción rampante. Colombia enfrenta tres retos muy importantes, cerrar bien el ciclo de la guerra, enfrentar la corrupción y tener bien claro que las Farc firmaron la paz al no poder derrotar al Estado y aspiran llegar al poder por los votos, es decir, a usar todas las formas de lucha. Si Colombia no empieza a derrotar la corrupción, estaremos condenados a vivir la situación que enfrenta Venezuela, una facción que llegó al poder por la vía democrática, pero gobierna como lo hacen en Cuba, es decir a la fuerza y quitándole libertad al pueblo. Sí, en Colombia estamos encaminados a luchar contra el flagelo de la corrupción o tendremos que estar listos para dar ese gran salto.