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La escuela de la desesperanza

Estudio etnográfico en el Liceo Miguel de Cervantes y Saavedra.

Estudiante: Solange Ríos F. Cátedra: Culturas Escolares ll Profesor: Diego García D.

Introducción

El siguiente trabajo busca principalmente indagar en la cultura escolar, específicamente como se da la identidad juvenil escolar abordada desde un eje temático determinado, en este caso seleccione la violencia como parte de la identidad juvenil en construcción dentro del espacio escolar, además, este eje temático guiará las notas de campo de carácter etnográfico que fueron ejecutadas mediante dos jornadas de observación de 3 horas continuas en cada sesión, y que se desarrollan en su totalidad en el espacio extra aula escolar, es decir, en los pasillos y patios del Liceo Miguel de Cervantes y Saavedra, donde se imparten cursos de Primero a Cuarto medio. En primera instancia se hará una breve contextualización sobre el Liceo y antecedentes generales sobre la cultura escolar que predomina en la comunidad educativa del Liceo Cervantes en su conjunto, de este modo se podrá dar paso a un mejor entendimiento de las problemáticas que se generan en dicho espacio escolar y que serán evidenciadas en las notas de campo que fueron resultado de las 6 horas de observación en el liceo. Para continuar con el trabajo se hará un análisis de las notas de campo donde se expondrán algunas violencias institucionales que repercuten e inciden en el actuar de los y las estudiantes, con esto quiero decir, que pese a que el trabajo este enfocado principalmente en el estudio o identificación de la construcción de la/s identidad/es juvenil/es en el espacio escolar, también quedarán en evidencia la reproducción e imitación de las violencias como forma natural de relacionarse con el entorno social, en este caso en específico, como esta naturalidad se despliega en el espacio educativo. Y se concluirá con algunas ideas y propuestas que hagan frente a algunos de los aspectos generales sobre lo investigado, que tengan coherencia con la cultura escolar y la/s identidad/es juvenil/es del Liceo Cervantes.

Antecedentes generales del Liceo El liceo Miguel de Cervantes es un establecimiento educacional público científico humanista, su administración pasó a manos del Municipio de Santiago a partir del año 1991.

Desde su fundación en el año 1933 ha sido considerado un colegio

emblemático, pero a partir de su traspaso administrativo al Municipio de Santiago, fue perdiendo paulatinamente “calidad educativa”, por ende, ha adquirido la calidad de segunda categoría en las prioridades asociadas a la distribución de materiales y contratación de profesores/as que entrega el municipio a los colegios y liceos que dependen del. También sufrió un fuerte deterioro de infraestructura en que dirigencias políticas municipales e institucionales responsabilizaban a los y las estudiantes que se movilizaron entre el 2006 y 2014, olvidando su obligación administrativa en situaciones de catástrofes naturales como fue el terremoto del año 2010, que derrumbó y deterioró parte importante del liceo, donde la mantención de baños y techos fue nula por largos periodos. Evidencia de esto quedó plasmada en las demandas que realizaban los y las estudiantes en periodos de movilizaciones y tomas estudiantiles, se apuntaba directamente la demanda de un recinto educativo que tenga las condiciones óptimas para poder desarrollar una estadía digna para estudiar, entre otras cosas asociadas a la educación. Finalmente en el año 2014 se llevó a cabo el traslado físico del establecimiento desde calle Agustinas, al actual establecimiento ubicado en plena Alameda, entre las estaciones de metro República y ULA. Actualmente los y las estudiantes tienen representación estudiantil a través de un Centro de Alumnos electo democráticamente en un proceso que permitió el debate y la difusión de propuestas de 2 listas que se postularon para utilizar dichos cargos. El liceo Cervantes imparte cursos de enseñanza media a varones y mujeres, ofreciendo doble jornada, de mañana y tarde, permitiendo a las familias elegir la jornada que más les acomode acorde a la realidad social que envuelve a cada uno de los interesados/as en formar parte de ésta comunidad educativa que se caracteriza porque gran parte de sus estudiantes pertenecen a los sectores populares de chile y países como Venezuela, Haití, Colombia, entre otros.

Notas de Campo Miércoles 07 de noviembre, 2018. Jornada de la tarde 

Durante el horario de primer recreo los estudiantes se encuentran jugando ping-pong en el hall central donde hay 4 mesas de las cuales 3 están siendo ocupadas por grupos de entre 4 y 6 personas que rodean cada una de las mesas esperando su turno para jugar.



Gritan exaltados esperando sus turnos, dichos como “Buena culiao” , “Soy malo maricon” se escuchan en reiteradas ocasiones en la mesa 2



Se acerca el encargado de convivencia Escolar y le pide al estudiante X un turno para jugar en la mesa 1 (ordenadas numéricamente de izquierda a derecha) que se encuentra al lado izquierdo y que está más próxima a su lugar de trabajo.



El estudiante X responde inmediatamente cediendo la paleta para que el encargado de convivencia escolar juegue en su turno, al mismo tiempo, suena el timbre para hacer ingreso nuevamente a las salas de clases.



Pasan cerca de 2 minutos y pasa la Inspectora Paola por el hall central ordenando que suban a las salas. Cuando pasa por la mesa 3 quita de las manos las paletas a los estudiantes que se encontraban jugando. En esta situación los estudiantes sólo reclamaron entre dientes y caminaron lentamente hacia las escaleras que los llevaba a sus salas.



. Luego se acerca al encargado de convivencia escolar interrumpiendo el juego, y le solicita que también ordene y colabore con la instrucción para los estudiantes de volver a las salas.



Durante la jornada de clases, un profesor y una profesora salen de la biblioteca y se sientan en unas bancas del hall central, en ese momento, hablan sobre un estudiante que fue miembro del Centro de Alumnos. Dicen que tiene un discurso crítico, pero que no es tan consecuente, ya que no participa de los talleres que imparte el liceo y además se fuga de las clases.



La profesora le comenta al colega que ella siendo nueva en el liceo, ha tratado de ayudar a los estudiantes que ve complicados con algunas materias. Menciona que el profesor de biología se fue con licencia y que otro profesor está haciendo el reemplazo, pero que sin embargo, éste realizó una prueba sin pasar materia, y que además los y las estudiantes le habían comentado sobre algunas arbitrariedades en las evaluaciones del profesor reemplazante, ya que habían pruebas que tenían iguales respuestas, pero que habían obtenido distintas calificaciones. Destaca que es un tema que UTP ya tenía conocimiento pero que de todos modos no hacen nada, pese a reclamos previos de apoderados/as. El profesor dice que el colegio prefiere no dar reemplazos e inventar notas ya que otros profesores se enojan, y que considera que son problemáticas que se dan en la tarde, ya que “los profesores de la tarde siempre están con la lata, la dirección no pone atención y despreocupa a los estudiantes de la tarde”



En horario donde los y las jóvenes deberían estar en clases se encuentra un curso haciendo educación física, y cerca de 8 estudiantes dispersos dando vueltas por el liceo. De pronto caminan en dirección al quiosco que se encuentra en el tercer patio del liceo, dos chicas donde se genera el siguiente dialogo:



Chica 1: “Puta weona, esta cerrá esta weá. ¿Qué chucha hacemo? Chica 2: “Oh hermana, no sé, pero esta weá siempre está cerrá en la tarde. Te dije que mejor compráramos antes de entrar” Chica 1: “Puta sí, pero osino íbamos a llegar entero tarde” Chica 2: “Ya pero digámosle a la profe que el viejo tenía cerrao’ no má, y que si podemos unirnos a algún grupo que tenga cartulina”,



Mientras se alejan se encuentran de frente con una inspectora, cruzan un par de palabras y al parecer se devuelven a sus salas.



Se me acerca la inspectora y me dice: “Estas cabras, piensan que todos deben servirles a ellas, tienen que aprender a traer sus cosas de la casa, no pueden depender de los demás”

8 de noviembre, 2018. Jornada de la tarde Siendo las 13:30, se encuentran saliendo de clase los y las estudiantes de la jornada de la mañana y entrando las de la tarde. 

Hay cerca de 40 estudiantes en el hall central, se repite casi con exactitud las dinámicas del día anterior, grupos de jóvenes esperando sus turnos para jugar ping-pong. A diferencia que en esta ocasión el encargado de convivencia escolar sale del baño con un estudiante que es sorprendido fumando marihuana en el baño, se dirige a “entregarlo” a la inspectora general. El estudiante que tiene los ojos rojos, se niega y dice “sale pa’ lla, no hay mano”, intenta negarse a dar la cara e intenta retirarse, sin embargo, las autoridades insisten en que afronte la situación y que le citaran el apoderado.



Mientras doy vueltas por el liceo en los pasillos donde están las salas, se ve un chiquillo con cara de afligido buscando en los basureros, observando detrás de unos estantes que parecen nuevos,

entra y sale de dos salas en dos

oportunidades. Le pregunto que busca, y responde “Me escondieron la mochila. Estos envaraos’ culiaos, es segundo día que me la hacen”, se aleja buscando la mochila en otras salas y se va hacia el hall central. 

Antes de que los estudiantes ingresen a sus salas, la profesora de educación física se dirige junto a un “estudiante X” hacia el hall central donde se encuentra el encargado de convivencia escolar. La profesora muestra el evidente estado mojado del uniforme escolar del estudiante X y ambos retan al estudiante, prontamente aparecen dos chicas más que se introducen en la discusión que se estaba generando, una de ellas se encuentra igual de mojada que el estudiante X, y se va sin terminar la discusión. La profesora la llama en reiteradas ocasiones, sin embargo, ella se retira de todos modos en dirección al patio 2.



Respecto al estudiante 1 es advertido “te cambias ropa o te vas suspendido, tienes esa opción”, el estudiante no responde nada y se va al baño.



Tres minutos después la misma profesora de educación física se encuentra discutiendo con otra estudiante, pero esta vez a solas y en una posición mucho más cercana corporalmente.



Cuando son cerca de las 3:00 un profesor se encuentra parado en la puerta de la sala y sus estudiantes conversando fuera de la sala. Y se genera la siguiente discusión: - Inspectora: “¿Y? ¿a qué hora van a entrar los chicos a su clase? ¿Les hace clases o no?” -Profesor: “Lo mismo me pregunto yo, cuando USTED hará que los estudiantes entren a la sala” - Inspectora: “Ese no es mi trabajo, ellos saben que tienen que entrar a clases” - El profesor en un tono bastante molesto responde: “No puede depositar la responsabilidad de entrar a clases en menores de edad, y me gustaría saber entonces cuál es su trabajo en este colegio si no es controlar y mantener a los estudiantes en la sala. Si le molesta realizar su trabajo tendré que conversar con la inspectora Juana (inspectora general de la mañana que ese día se encontraba cubriendo un reemplazo). -La inspectora con una postura “chora” con la mano en la cintura responde: “Anda po’ si queri te acompaño”



Mientras esta discusión se llevaba a cabo los y las estudiantes se encontraban expectantes a lo que sucedía, se mostraban sorprendidos, pero al mismo tiempo hacían sonidos como “UUUH!!”, “Y QUÉ DICE EL OTRO”, “YA, PEGALE EL CHARCHAZO LUEGO WUM”, lo que causaba aún más tensión entre la funcionaria y el docente del liceo. Los estudiantes entran a la sala, la inspectora se fue a supervisar al patio y el profesor se dirigió a hablar con la inspectora general.

Análisis de la información Como mencionaba en los aspectos generales del liceo, el universo estudiantil que constituye parte de la comunidad del Liceo Cervantes, proviene en su mayoría de los sectores populares no sólo chilena, sino que también extranjera. En este contexto es importante entender que, la autoridad simbólica tradicional expresada en sus núcleos familiares podría verse distorsionados frente a posibles variantes propias y características de las clases populares, como la degradación de la familia tradicional, la ausencia de una figura paterno-filial, etc. Durante el primer y segundo día de observación logré evidenciar dos aspectos que deja en evidencia distintos tipos de violencias que se generan en distintas direcciones, por un lado, violencia relacionada con el lenguaje que utilizan los/las estudiantes entre ellos/as, y en segundo lugar la violencia que viene desde el sujeto adulto que tiene un rol de autoridad en el espacio escolar que se ejerce contra los y las estudiantes, e incluso entre ellos/as mismos como docentes y funcionarios/as. Podemos ver inspectoras que traspasan el límite de lo verbal, y por ejemplo, cuando quita de las manos de forma agresiva las paletas de ping-pong para que los y las estudiantes hagan ingreso inmediato a las salas de clases, incluso sabiendo que esto no sería inmediato. El habitus de mantener al estudiante dentro de la sala es parte de la cultura hegemónica que se reproduce en la estructura social y en la escuela, normaliza e intenta acostumbrar al trabajo en espacios reducidos, encerrados, etc. La desubjetivación prima en liceos como el Cervantes, no se tiene interés ni se respeta aquello que cada estudiante espera aprender, recibir y vivir en la escuela, no se buscan alternativas que comprometan e involucren la posición del/la estudiante, la desesperanza abunda, el interés por el cambio y un ejercicio docente se ve aplastado por la infantilización del/la estudiante. En otra instancia la profesora de educación física acusa de estar mojados a los estudiantes, no considera que hace mucho calor y que mojarse no causa daño alguno a alguien de la comunidad, se reproduce la expulsión social en base a posibles sanciones

que el joven pueda recibir. Situación similar se lleva a cabo con el joven que es descubierto fumando marihuana en el baño. No existe un esfuerzo por dar solución a los problemas, sino más bien, se busca sancionar a toda costa, clasificar a los estudiantes si son buenos o son malo. Así lo mencionan en una conversación dos docentes que se encuentran en el hall central, los reclamos de los/las estudiantes y apoderados/as son ignoradas por la Unidad Técnica Pedagógica, a nadie le importan los y las chicas de la tarde, y se evidencia incluso en que ambas tardes de observación el quisco se encuentra cerrado, es decir, que ni siquiera tienen la posibilidad de adquirir una colación en su recreo. Situación completamente distinta se genera en la jornada de la mañana, donde el control que intentan realizar docentes y funcionarios se encuentra bajo lógicas mucho más regulares y propositivas a soluciones. Por otro lado, se presenta la violencia mediante el lenguaje que ejercen los y las estudiantes entre sí, en este sentido podemos ver que la violencia también es una acción legitima desde la institucionalidad, los estudiantes ven en su día a día como docentes y funcionarios tienen malos tratos entre ellos/as, dan cuenta de las enemistades que existen entre los y las docentes, en este sentido pueden naturalizar con facilidad aquello que no debiese ser natural en un espacio educativo que apuesta por una convivencia sana libre de todas las violencias, “Bordieu insiste en el hecho de que toda acción pedagógica es al mismo tiempo imposición de una cultura arbitraria” (Duschatzky, 2008), en este sentido, podemos afirmar que la cultura que se trasmite y naturaliza es una cultura autoritaria y desesperanzadora frente a los y las estudiantes. En conclusión: El uso de la violencia en las relaciones sociales en la cultura escolar juvenil se establece como algo necesario dentro de la sociedad para mantener cualquier tipo de orden imperante, en este caso los estudiantes la utilizan para perpetuar lo que ellos/as creen que es lo correcto, o que el otro/a se someta a sus mandamientos. Desde las autoridades la violencia se utiliza de forma similar, para que los estudiantes respondan a la disciplina que se intenta imponer pero sin mayor esfuerzo, ya que la desesperanza y la idea de fracaso proyectada con frecuencia hacia los y las

estudiantes. Para los y las jovenes, sin embargo, sigue siendo importante su etapa escolar, pese a la evidente demostración de desacuerdo con las amenazas y sanciones, estos prefieren acatar , ya que la permanencia en la escuela les permite seguir siendo jovenes estudiantes. La realidad de las clases populares no avecina un mejor futuro cuando se deja de estudiar, un joven que es expulsado es muy probable que sea enviado a trabajar, es mirado por su entorno social de forma despectiva, como aquel que no terminó de estudiar, etc. ¿La escuela reproduce en sus relaciones sociales la violencia que dice rechazar? Creo que si, la violencia institucionalizada es peligrosa en el sentido que es “legal” y hasta bien vista. Si bien es importante mantener roles de autoridad fuera de las lógicas autoritarias, este colegio no es de aquellos que lo cuestiona o que busca nuevas formas de construir la escuela, de construir nuevas relaciones sociales, que busca eliminar la estigmatización por su calidad de pobreza de los y las estudiantes. Existe una multiculturalidad que puede evidenciarse como un avance en temas discriminatorios que años atrás podían naturalizarse, y que hoy en día, se han trabajado a punta de mucho esfuerzo, discusión, empatía y socialización de ideas, sin embargo, también puedo relatar hechos de violencias que se han generado en torno a esto, el patriotismo tajante de ciertos sectores de docentes no permiten que estudiantes puedan mostrar a la comunidad la cultura traen sobre si desde sus distintas nacionalidades. Educacionalmente se estigmatizan a los buenos y malos estudiantes, estos saben que piensan los profesores de ellos/ellas y lo interiorizan. ¿Qué esperan de los estudiantes aquellas escuelas que reproducen la violencia institucional? Probablemente suponen que los y las estudiantes no dan cuenta que se les estigmatiza, se les etiqueta en categorías que nos disminuye. Les quitan su calidad de sujetos/as pensantes que dan cuenta de lo evidente del espacio educativo donde pasan mayor parte de su tiempo.

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