LA ERA DE LOS ESPIRITUS
En estos tiempos que corren y estando como estamos; inundados de publicidad de cerveza y sobrecargados de información acerca de las bondades, tipos y nuevas marcas de vino, es muy poco probable que alguna persona ignore que ambos, acompañan a la humanidad desde tiempos remotos, que fueron los sumerios quienes probablemente inventaron la cerveza, que el imperio romano fue el gran impulsor del vino en toda la cuenca del Mediterráneo, bla, bla, bla… Para la mayoría de nosotros, tanto detalle es irrelevante, simplemente elegimos un vino que nos dio buen resultado en el ultimo asadito o salimos y pedimos la marca de cerveza que mas nos gusta. Sin embargo, resulta notorio para la mayoría que, aparte de las bebidas mencionadas (y ya que estamos, la sidra también) existen muchas otras bebidas en los estantes de bares, supermercados y discotecas. Todos nosotros hemos, por lo menos, oído hablar también acerca de whisky, ron, vodka, gin, etc, etc. Mas aun, la mayoría los ha probado y se habrá dado cuenta de que los últimos son “mas fuertes” que los primeros. Esto es, que tienen un contenido de alcohol mucho mayor que una simple cerveza o cualquier vino. Esto es asumido por todos como algo natural y algunos suelen mezclar las bebidas de más alta graduación alcohólica con juguito o gaseosa. Otros están acostumbrados a verdaderos cocteles, fuertes, complejos. Por supuesto, están quienes disfrutan de la amplia gama de whiskies (on the rocks, please!) con hielo y/o agua, algunos pocos amantes del cognac que libera sus aromas al calor de las manos y en el extremo opuesto a la legión de tomadores de ultra populares “vodkas y redbulles” e insulsos “frozen daiquiris” encontramos a la pequeña banda de valientes que ingieren vodka, gin o cualquier otro aguardiente con mas de 40 % de alcohol… así nomás, derecho viejo. Al fin y al cabo, es solo cuestión de gustos. No obstante, desde nuestro “moderno” punto de vista, la vieja costumbre de tomarse “una ginebrita pa´l calor” resulta inconcebible y sin embargo ahí están todavía algunos viejitos disfrutando su aguardiente bajo unos implacables 40º centígrados.
Se ve que es una costumbre muy vieja pero para muchos de nosotros resulta intrigante el hecho de que se hubieran empezado a fabricar alcoholes tan puros y sobre todo que la gente se hubiera acostumbrado a tomarlos en épocas en que no se solía mezclarlos con nada que redujera su potencia. ¿Qué circunstancias hicieron que la gente se acostumbrara a tomar “agua de fuego”? – Como llamaban al aguardiente los pieles rojas ¿habrá sido el frío?... en países como Rusia es entendible pero… ¿en el Caribe?... Por favor!
De cómo se introdujo fuego en el agua
Lo primero que deberíamos averiguar el porque de la elevada concentración de alcohol en dichas bebidas. El vino, la cerveza, la sidra y el sake, entre otras bebidas de bajo contenido alcohólico, se elaboran desde hace milenios a través de la fermentación del azúcar. Esta se produce cuando las pequeñas levaduras se reproducen en un liquido que contiene azúcar; estas levaduras se alimentan del azúcar y en el proceso generan alcohol etílico y gas carbónico (si señor, las burbujitas del champagne). El problema sobreviene cuando se acaba el azúcar; las levaduras mueren por falta de alimento o cuando la concentración de alcohol es demasiado elevada (más allá de un 13 a 15%), en este caso las levaduras mueren “envenenadas” por el alcohol, o sea que; no importa que le agreguemos mas azúcar para que las levaduras las sigan transformando, pasado cierto limite las levaduras se mueren y se acabo la producción, punto. Ahora tenemos un problema. ¿Cómo es posible que tengamos bebidas con una concentración de más de 40% de alcohol? La palabra mágica en este caso es: “Destilación”. Veamos, habíamos dicho que las bebidas fermentadas tenían un pequeño porcentaje de alcohol (entre el 3.5 y el 14%). También hay una muy pequeña cantidad de partículas que le otorgan sabor y aroma a la bebida… el resto es agua. Entonces, genial idea. ¿Qué tal si le sacamos el agua y nos quedamos con el alcohol? En teoría es fácil ya que el alcohol se evapora a una temperatura menor que el agua asi que calentamos el liquido hasta dicha temeperatura y esperamos, cómodamente leyendo el diario, a que el alcohol se separe del agua y luego lo condensamos en una superficie fría (como cuando hacíamos el experimento con el vapor de la pava y un vaso, ¿te acordas de la escuela?).
El problema es que el agua se evapora inclusive a temperatura ambiente (¿o no han visto nunca esos charquitos de agua que desaparecen del piso en un par de horas?). La historia completa de cómo se “soluciono” este problema no viene al caso, el hecho es que mediante un aparato conocido como “alambique” se logro reducir la cantidad de agua y por ende, aumentar el volumen de alcohol… ¿y por qué estas bebidas rondan siempre el 40% de alcohol por volumen? Eso es también otra historia y para eso nos tendríamos que meter en la historia de Dimitri Ivanovich Mendeleyev (el de la tabla periódica de los elementos, otra vez. ¿Recuerdan la escuela?).
La prehistoria del aguardiente
Ahora, después de tanta introducción, todavía subsiste la pregunta: ¿Cuándo y por que la gente empezó a tomar aguardiente? Para esto vamos a tener que, obviamente, retroceder un poco. Uff, otra vez! Resulta que la idea de concentrar algunas sustancias mediante la extracción de agua es bastante vieja y no solo se aplico a las bebidas alcohólicas. Los egipcios y los chinos destilaban líquidos para obtener perfumes, aceites y compuestos “medicinales” desde mas o menos el año 2000 A.C. Inclusive es sabido que esas civilizaciones destilaron bebidas alcohólicas pero, según los pocos registros que se poseen, para lo único que querían el alcohol era como una base más conveniente para sus preparaciones medicinales o de perfumería. En el siglo I, Plinio el historiador romano menciona la destilación en un famoso tratado sobre la vid y el vino pero sin darle mayor importancia. El diseño básico del alambique, como lo conocemos hoy, parece haber sido inventado en Alejandría, entre el 200 y el 300 D.C. época en la cual el famoso faro todavía irradiaba sabiduría a todo el mundo antiguo. Sin embargo, con la caída del imperio romano, Europa ingreso en una edad oscura para el conocimiento y muchas de estas habilidades se perdieron. Afortunadamente los alquimistas árabes recogieron gran parte de los conocimientos científicos de los antiguos Egipto y China, no solo eso, entre el siglo VI y el X, se convirtieron en el pueblo con mayor desarrollo científico del planeta, a ellos debemos entre otras cosas el método de numeración decimal, el álgebra, etc. Entre el siglo VIII y el IX la alquimia árabe inicio un proceso de desarrollo vertiginoso en donde se perfeccionaron los métodos destinados a modificar la materia y es posible que hayan destilado bebidas alcohólicas, aunque las limitaciones que impone el Islam respecto al
consumo de alcohol, al cual el Coran considera causa de la degradación moral del hombre, hace imposible que hallemos en ese periodo la clave del porque del éxito de los aguardientes en el mundo moderno. Es mas, en el sigo X, Avicena el genial filosofo y alquimista árabe, verdadera enciclopedia de los conocimientos de su época, menciona y describe el alambique y sus aplicaciones, aunque en ningún momento hace referencia al alcohol. No obstante la aversión del mundo árabe por el alcohol, sus conocimientos alquímicos viajaron junto con ellos en sus viajes de comercio y conquista hacia Europa. Entre dichos conocimientos se encontraba la destilación. En aquellos tiempos Venecia comerciaba activamente con el mundo árabe y en Salerno, en la misma Italia, se estableció una de las mas importantes escuelas alquimicas de occidente que en el siglo XII ya diferenciaba el “aqua ardens” con 60% de alcohol y el “aqua vitae” de 90%. En ese mismo siglo Córdoba, capital del califato español, se convierte en una especie de “nueva Alejandría” al concentrar a los mejores médicos, naturalistas y alquimistas, irradiando sabiduría a toda la cuenca del Mediterráneo. Allí la industria del destilado para producir perfumes, pomadas y elixires conoce un gran esplendor, aunque como podemos deducir del trabajo del genial filósofo árabe-cordobés Averroes, el alcohol para consumo, incluso medicinal, estaba fuera de su agenda. Sin embargo, la influencia del mundo árabe a la industria del alcohol es enorme y definitiva; palabras como alambique, alquitara y el mismo alcohol son de origen árabe. Asimismo, los términos y procedimientos que luego se aplicarían para la producción de aguardiente en Europa no solo llegaron por contacto directo con los árabes sino que viajaron a todo el continente debido a la traducción y publicación en latín de obras fundamentales de sabios árabes como Xabir Ben Hayyan (conocido en occidente como Geber), cuyo pensamiento había sido publicado en el año 850 D.C. y traducido al latín bajo el titulo “De Summa Perfectionis”. Este libro se convirtió en fuente de inspiración para muchos y reintrodujo en Europa los métodos químicos perdidos luego de la caída del imperio, perfeccionados durante siglos de experimentación. No obstante, la adopción del uso del aguardiente para consumo recreativo es plena responsabilidad de los alquimistas y monjes europeos. Aunque como veremos, no era esa su intención.
El Elixir de la Inmortalidad
Los alquimistas europeos se obsesionaron con la búsqueda de la piedra filosofal, que les permitiría trasmutar metales en oro, y también con el elixir de la inmortalidad. En la búsqueda de ambos objetivos contaron como mecenas a casi la totalidad de los gobernantes de la Europa
católica, incluido algún que otro Papa, por obvias razones derivadas de la condición humana, siempre sedienta de riquezas y poder pero concientes de su destino mortal. Por otro lado, en los monasterios, los monjes boticarios que habían sido depositarios de los antiguos conocimientos médicos que sobrevivieron a la caída del imperio romano y se empeñaban en encontrar mejores métodos de curación, se sintieron atraídos hacia la alquimia; algunos por legitimo interés medico y otros solo utilizaban la excusa para poder sustraerse a experimentos de su propio interés. Es allí donde empiezan a jugar un papel importante las bebidas destiladas. Para el siglo XIII ya era común el termino Spiritus Vini o “espíritu del vino” para referirse al destilado del vino, de donde provienen con seguridad el adjetivo “espirituoso” y el termino ingles “spirit”, aplicado a los aguardientes. Pero sobre todo se hacen cada vez mas conocidas las preparaciones de Aqua Ardens, de donde proviene “aguardiente” y Aqua Vitae o “agua de la vida” (nombre que es la raiz de casi todas las bebidas destiladas actuales) a la que se le atribuyen las virtudes de curar y prolongar la vida. Es durante ese siglo; cuando monjes y alquimistas europeos se afanaban en encontrar el elixir de la vida eterna, que proliferan los alambiques y las recetas para preparar aqua vitae en el continente. Arnaldo de Vilanova, nacido en 1238. Medico, teólogo, alquimista y escritor, protegido de los papas Bonifacio VIII y Clemente V, es sin embargo quien se ha llevado la fama de haber sido el “creador” del alcohol destilado. Escribe profusamente sobre las virtudes de las bebidas destiladas. En su obra “Elíxir de vinorum mirabilus especierum et artificiatum vinum” menciona en repetidas ocasiones al “elixir de la vida eterna” que se extrae “de la destilación del vino o sus heces” y al aguardiente le dedica un entusiasta opúsculo titulado “De conservando juventute et retardanza senectude”… aunque no hablemos latín, el titulo lo dice todo. Su obra y sus “descubrimientos” fueron difundidos a todo el continente gracias a fervientes discípulos como Raimundo Lullio y el aqua vitae se convirtió en un articulo buscado y consumido por gente que deseaba alargar su vida o recomponerse de sus dolencias, aunque de ninguna manera una bebida popular. En su mayoría, el alcohol era requerido por monasterios y boticarios que lo utilizaban para preparar cocciones de hierbas de propiedades aparentemente curativas (este es el origen de los licores de los benedictinos y los cartujos). Sin embargo, es difícil de imaginar una epidemia de consumo de jarabe para la tos en nuestros días… haría falta mas que una promesa de vida eterna para llevar a la gente a consumir masivamente el agua de fuego.
Solo la inminencia de la muerte a gran escala conseguiría que la gente se aficionara a una bebida tan potente… Haría falta que llegara la “Muerte Negra”.
La Peste Negra
Aunque existen muchas dudas acerca de la verdadera naturaleza de la peste, la opinión generalizada hasta ahora se inclina hacia la peste bubónica trasmitida por ratas, desperdigada por todo el continente y favorecida por las deplorables condiciones de higiene de las ciudades europeas y el hacinamiento, pese a que investigaciones recientes insisten en otras alternativas como virus hemorrágicos del tipo Ebola o inclusive una combinación de enfermedades. El hecho es que, venida de oriente, la peste entra en contacto con los europeos durante el ataque que los mongoles realizan a la ciudad de Caffa, en la península de Crimea, en esos momentos en poder de los genoveses. Estos arriban infectados a la isla de Sicilia donde, según el testimonio del cronista Michel de Piazza, "a comienzos del mes de octubre del año de la Encarnación del Señor de 1347, llegaron al puerto de la ciudad de Mesina doce galeras (genovesas). Los genoveses transportaban consigo, impregnada en los huesos, una enfermedad de tal naturaleza que todo el que hubiera hablado con alguno de ellos habría sido alcanzado por el mal. La enfermedad provocaba una muerte inmediata, absolutamente imposible de evitar". Rápidamente la epidemia se propaga a las islas de Córcega y Cerdeña y para la mitad del año 1348 la peste había invadido la casi totalidad de Italia, Francia y la Corona de Aragón. Para la segunda mitad del año la mortal enfermedad había terminado de devorar Francia y se desplazaba hacia el sur del Imperio Germánico y el sur de las islas británicas, al tiempo que invadía con rapidez terrorífica la Corona de Castilla y el Reino de Portugal. Para el año 1349 la epidemia continuaba sumando muerte a la caravana macabra que recorría Europa: Regiones germánicas e inglesas que se habían creído a salvo de la muerte se desplomaban con rapidez vertiginosa y la mortandad se sigue expandiendo hasta alcanzar su máxima expansión geográfica el año 1350 al arrasar Suecia, la mayoría de los países escandinavos y Rusia; aunque no por eso se detiene ya que en muchas regiones permanece activa durante años y en otras reaparece para causar mas dolor entre la población. Cálculos modernos indican que la peste negra pudo haber aniquilado en ese breve periodo de tiempo entre un tercio y la mitad de la población de Europa (aproximadamente 25 / 35 millones de seres humanos) aunque es difícil saberlo ya que la epidemia produjo tal caos que hizo
imposible calcular las perdidas en momentos en que “los vivos eran apenas suficientes para enterrar a los muertos”. No obstante, las consecuencias en los sobrevivientes fueron más asombrosas aun: Se generalizo un morboso culto a la muerte, inmortalizado en numerosas obras de arte y por las “danzas de la muerte” que empezaron a ser practicadas por los pueblos. El fanatismo religioso alcanzo grados alarmantes cuando se materializo en las sociedades llamadas de “flagelantes”, enajenados que recorrían regiones enteras en grupos de hasta un millar de personas y que se dedicaban a implorar el perdón divino flagelándose ellos mismos de manera brutal y a la vista de la población, a la que obligaban a “arrepentirse de sus pecados” a punta de latigazos, llegando inclusive a asesinar a los rebeldes o inclusive a aquellos representantes de la iglesia que se atrevían a enfrentarlos. Asimismo, el populacho de los centros urbanos arremetió contra los chivos expiatorios de siempre: Los judíos y los leprosos, acusados de contaminar las fuentes de agua. Paralelamente, la autoridad estatal y la eclesiastica se resquebrajaba por doquier, no solo por la muerte de los agentes del estado sino por la fuga de los sobrevivientes hacia otras ciudades, lo cual no hacia más que empeorar la situación ya que con los sobrevivientes viajaban los infectados, los que a su vez esparcían mas aun la plaga. A nivel individual se produjo una catástrofe ética y moral: Cronistas cuentan infinidad de casos de mujeres abandonando a sus maridos y padres a sus hijos enfermos, médicos que se negaban a atender a los pacientes y cuerpos abandonados en las calles ante el miedo de tocarlos y contagiarse. Sin embargo, esa debacle moral se vio mejor reflejada en la actitud que adoptaron muchos con respecto a sus costumbres: Pese a que una de las versiones mas difundidas acerca del origen de la peste era la ira divina por los pecados de la humanidad y que la iglesia llamaba al arrepentimiento y a una vida devota como manera de alejar el mal, la mayoría de los que continuaban vivos, en vez de ser "mejores, más humildes, virtuosos y católicos... llevan una vida más escandalosa y más desordenada que antes. Pecan por glotonería, sólo buscan los festines, las tabernas y las delicias en la comida, se visten de formas extrañas, inhabitúales e incluso deshonestas". Bocaccio, en su “Decameron” nos cuenta que "pensaban que la plaga se curaba bebiendo, estando alegres, cantando y divirtiéndose, y satisfaciendo todos sus apetitos, por lo que pasaban el día y la noche de taberna en taberna bebiendo sin moderación y haciendo sólo lo que les agradaba hacer".
Mientras que este tipo de actitud ante el peligro mortal nos puede parecer irresponsable y suicida, no es más extravagante que otros comportamientos observados durante esa época como la practica masiva de brujería, cultos paganos y exorcismos o las salvajes persecuciones a judíos, leprosos y enfermos mentales. Además, detrás de aquella conducta libertina parecían existir razones que la justificaban: Ante el miedo de que fuese el agua el agente de contagio de la peste, muchos párrocos recomendaban sustituirla por vino o cerveza. Por otro lado, la observación general de que entre los ebrios incurables que existían siempre en cualquier población se producían muy pocos casos de contagio fue tomada como excusa en muchas crónicas de la época. Y allí estaba… esperando su momento, el “Aqua Vitae”. Para cuando arriba la Muerte Negra ya eran conocidas las propiedades “curativas y regenerativas” del aguardiente y existían grandes centros de producción de aguardientes (como la ciudad de Modena que, ya para 1320 producía alcohol en gran escala) para uso medicinal que adaptaron su capacidad a la nueva demanda.
Un paisano de cada pueblo
Una de las consecuencias economicas de la Peste Negra mas importantes radica en que prácticamente sepulto el sistema feudal imperante hasta ese momento. Dicho sistema estaba sustentado en el dominio, por parte de los nobles terratenientes, de grandes masas de campesinos que vivian en servidumbre. Con la desaparición de gran parte de la masa laboral, los anteriormente comodos señores feudales se vieron ante una situación de doble peligro: Por un lado, y repentinamente, el sustento estuvo al alcance casi todo el mundo, ante el fallecimiento de gran parte de los consumidores. La comida y los medios existentes sobraban por doquier; asi que los precios de los bienes de consumo de origen agrario – fuentes de la riqueza de los señores – se desplomaron. Por otro lado, los sobrevivientes se habian desplazado en tal cantidad que los señores solo mantenian (si lo hacian) dominio sobre solo una pequeña fraccion de sus antiguos siervos. Sin grandes cantidades de mano de obra dominada por unos pocos, el sistema colapso.
La reaccion general de los antiguos terratenientes fue volcarse hacia la producción de productos tecnologicos, que requerian menos mano de obra, pero mas especializada y cuya producción requeria concentración de capitales e infraestructura fuera del alcance de los particulares. Pese a lo que nos han querido hacer creer, la Edad Media, sobre todo en sus ultimas etapas, fue una epoca de grandes avances tecnicos y eso se vio potenciado por las necesidades de los señores, quienes estaban decididos a tomar ventaja de las nuevas necesidades de las nacientes ciudades independientes y su incipiente burguesia. Molinos, talleres y forjas aparecian por doquier, patrocinados por los dineros de los antiguos terratenientes… Tambien destilerias. Recuerden que el alcohol solo se producia a partir de excedentes de granos o frutas… y que mejor momento que este cuando los europeos que quedaban no alcanzaban a consumir todo lo que producia el campo y dichas mercancías se conseguian solo por una fraccion de su valor. Que buen negocio! ¿Para que preocuparme porque no puedo controlar las cosechas? Si ahora compro por una bicoca y lo vendo transformado al precio que me da la gana!. De repente, en un periodo que oscila entre 100 a 150 años a partir de la plaga, por todo el continente encontramos pruebas de la producción de los grandes aguardientes europeos, ya establecidos como bebidas consumidas con fines recreacionales. Inicialmente destilados a partir de vino, se empiezan a elaborar a partir de las materias primas disponibles en cada región. - Escocia: En 1494 encontramos la primera referencia escrita acerca del Whisky en una carta que autorizaba a un tal fraile John Corr a disponer de 14.500!!! libras de cebada para la producción de aqua vitae. De hecho la palabra whisky proviene del gaelico “Uisge Beatha” que significa (oh casualidad) agua de la vida. - Francia: Para fines del 1500, los comerciantes holandeses que llegaban a la zona de Cognac para negociar con los famosos vinos de “Champagne” y “Borderies” empiezan a destilarlos y a convertirlos en los que ellos llamaban “brandwijn” (palabra holandesa que significa vino quemado y es el origen de “Brandy”). A su vez en Alsacia, los productores de frutas empiezan a producir aguardientes de frutas coma la manzana y la pera llamados hasta ahora “Eaux de vie”, termino que engloba, en Francia, a todos los destilados de fruta … Otra vez el agua de la vida. Asimismo, en Jerez, España. Se empiezan a destilar vinos para producir Brandy, pese a la gran fama y calidad del vino jerezano, la demanda por el brandy crece sostenidamente hasta que durante el siglo XVIII la demanda explota al ser requerido desde tan lejos como Alemania.
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Holanda: Pese a que se insiste en el año 1650 como la fecha en que el doctor De la Boe (Silvius o Franciscus, que mas da…) inventa la ginebra como una cura para los dolores estomacales a partir de alcohol destilado de cereales e infusionado con hierbas, ya en el año 1552, en el “Constelijck Distilleer Boek” escrito por los “Philippus Hermanni” se menciona al “genever aqua vitae” como un aguardiente infusionado con enebro. El merito del buen doctor De la Boe parece haber sido el de ser el impulsor de la popularidad de esta bebida y no su inventor (ya que hemos demostrado evidencias de ella mas de 100 años antes.) La ginebra se convierte pronto en una bebida alcohólica tan popular que, como lo destacan los mercenarios ingleses que lucharon en la “Guerra de los 30 años”, era el secreto detrás del “Coraje Holandés”, lo cual significaba que para esa época los holandeses acudían a la batalla totalmente alcoholizados (imaginense una de esas batallas… deben haber sido como “pogos” gigantescos). Rusia: Este inmenso pais estaba preparado para empezar a producir aguardiente desde 1430, año en que una delegación de la iglesia rusa había viajado a Italia con el fin de visitar monasterios y aprender de ellos las novedades en artes curativas, entre las cuales se encontraba la destilación de vino en aqua vitae. Se estima que en el periodo que va entre el año que empezó la peste (otra “coincidencia”) y 1478 se empezó a producir en el monasterio de Chudov, en Moscú. Pronto empiezan a fabricar destilados a partir del abundante centeno del que disponían, ¿el nombre popular de la bebida?... Vodka, el diminutivo de agua en ruso, en referencia a… No hace falta que aclare ¿no? Los países escandinavos caen rápidamente bajo el influjo del aguardiente y tanto Noruega, Dinamarca y Finlandia empiezan a producir sus Akevitt, Aquavit o Akvavit a partir de los más diversos ingredientes base y los aromatizan con hierbas y especias como el comino. Caso especial es el de Finlandia en donde, en menos de 100 años el aqua vitae reemplaza a la cerveza como la bebida mas popular. Suecia: otro de los países escandinavos empieza a producir “Brännvin” (palabra derivada de Brandy) tan pronto como a mediados del siglo XV pero lo hacia a partir de vino importado de manera que no era tan fácil ni barato de conseguir. Sin embargo, para el siglo XVI ya se había cambiado la base por los cereales producidos en abundancia en el sur del país y se transforma en un producto popular… quizás demasiado.
A su vez, por toda Europa los gobiernos empiezan a reaccionar de distintas maneras al aumento considerable de producción y consumo de aguardiente.
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En 1505 el gremio de barberos de Edimburgo recibe del gobierno el monopolio de la destilación de aqua vitae y se prohíbe la destilación casera. Todo esto para asegurarse el cobro de impuestos sobre esta, ahora, rentable actividad. Por supuesto que esto no funciono: Los orgullosos escoceses encararon la producción de whisky ilegal como un símbolo de insurgencia y sentaron las bases del Scotch Whisky. Polonia decreta los primeros impuestos sobre el “Crematum” o “Gorzalka” (nombres en latín y polaco del vodka) en 1564. Tanto la venta como los equipos para producir aguardiente eran gravados, lo que sugiere que era producido en cantidades significativas para esa epoca. En el año 1474 se establece en Moscú un monopolio sobre la producción de aguardientes; en este caso parece estar motivado no solo por el ansia de ganancias por parte del estado sino también porque el gran consumo de alcohol se percibía como un elemento políticamente peligroso. Los suecos utilizaban el alcohol como materia prima para la producción de pólvora y el elevado consumo amenazaba con dejar a la ciudad de Estocolmo indefensa ante ataques externos, así que en 1476 el ayuntamiento de la ciudad decide confiscar el aguardiente y el equipo para elaborarlo de cualquiera que lo fabricara sin licencia.
Y así podríamos seguir por largo rato. El hecho es que, pasada la crisis que genero la peste, la demanda de aguardiente se afianzo y su consumo se volvió parte integral de la cultura europea. Llegada la Era de los Descubrimientos, los europeos difunden el arte de la destilación por todo el mundo y en América observamos el nacimiento del Ron en el Caribe, El Pisco en el Peru y el Mezcal en Mexico , casi inmediatamente acabada la conquista. Con el tiempo, la disponibilidad de materias primas, las regulaciones estatales, la competencia, el sentido del orgullo por parte de los productores y diversas circunstancias políticas y comerciales consiguieron mejorar y diferenciar cada producto individual de los restantes y cada región de la adyacente hasta que llegamos a la Revolución Industrial y a la llamada “Era de las Marcas” cuyo resultado ha sido la búsqueda de calidad y singularidad de cada uno de los productores como argumento principal de posicionamiento en el mercado. Por supuesto, siguieron existiendo periodos en que la calidad se descuido peligrosamente y en que se produjeron verdaderas epidemias de ebriedad en
distintos lugares y momentos en que la situación social se vio gravemente afectada por crisis económicas, corrupción generalizada y altos índices de criminalidad. En esas circunstancias la población recurrió masivamente a la bebida sin ningún interés mas que el de evadirse por medio del alcohol y en donde fabricantes y comerciantes inescrupulosos se hicieron ricos vendiendo brebajes de pésima calidad a precios irrisorios, lo cual perjudico gravemente la imagen de los aguardientes entre la población y arruino la salud de los individuos desgarrando el tejido social en general. Cualquier semejanza coincidencia.
con
® Daniel Estremadoyro 2005
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