LA EDUCACION PSICOMOTRIZ Y SU RELACION CON LA MUSICA La educación psicomotriz, que relaciona las funciones neuromotrices del organismo con sus funciones psíquicas, adquiere cada vez más importancia en la educación de los niños y niñas. Ya en su época, Jacques Dalcroze señaló que la educación rítmica es completamente necesaria para la formación y equilibrio del sistema nervioso, lo que derivará en un correcto desarrollo psicomotriz. Esto es debido a que todo movimiento adaptado a un ritmo requiere un conjunto de actividades coordinadas. El progreso en los primeros años
Resumen de los eventos que se suceden durante el desarrollo psicomotriz
Durante los primeros meses de vida los bebés reaccionan corporalmente ante estímulos sonoros y poco a poco aumenta su interés por los sonidos. Pasados los cuatro meses comienzan a explorar su cuerpo y su capacidad de movimiento, interactúan con los objetos que les rodean agarrándolos, golpeándolos, y evidentemente, escuchándolos. El el segundo semestre de vida aumenta su capacidad motriz y por lo tanto, su capacidad para explorar el mundo. Son capaces de seguir e imitar diferentes ritmos musicales con sus movimientos y también de utilizar objetos como apoyo, lo que se afianza en el momento en que empiezan a andar de forma autónoma (usualmente a partir del año de vida).
A partir de los dos años, la capacidad para caminar y correr se afianza: suben, bajan, saltan... todas estos se pueden desarrollar a partir del seguimiento de canciones y las actividades motrices con apoyo sonoro. En la segunda etapa de la educación infantil (entre los tres y los cinco años), la evolución cognitiva de los pequeños permite que estos sean capaces de aprender el texto de canciones completas, series de gestos, ritmos y bailes... y el aumento de su psicomotricidad fina, permite trabajar con instrumentos musicales convencionales (cuyo uso aumentará notablemente dicha capacidad psicomotriz). Propuesta de actividades Durante los primeros meses es muy recomendable cantar al niño y presentarle objetos sonoros que pueda seguir fácilmente con la mirada, las manos, los pies... A partir del momento en que el pequeño muestre un mayor interés por explorar sus capacidades motrices más profundamente podemos incorporar a nuestro cancionero melodías basadas en la imitación de gestos o realización de movimientos (saco una manita, muevo los pies, muevo la cabeza...) adecuadas al momento evolutivo en el que se encuentre el niño. Poco a poco, a medida que la psicomotricidad fina aumenta se pueden incorporar instrumentos musicales de pequeña percusión. http://aprenderconmusica.blogspot.com/2012/11/musica-y-desarrollo-psicomotriz.html
El procesamiento de la música ayuda a activar los dos hemisferios del cerebro. Ambos hemisferios desempeñan misiones distintas, aunque susceptibles de ser puestas simultáneamente en marcha con la realización de algunas actividades, como las musicales, cuya ejecución activa las funciones del hemisferio derecho (ligado por lo general a la emoción, la capacidad artístico-musical y espacial) y del hemisferio izquierdo (relacionado con el lenguaje y las operaciones lógicas). Existen 2 tipos principales de música en relación con sus efectos:
La música sedante, que es de naturaleza melódica sostenida, y se caracteriza por tener un ritmo regular, una dinámica predecible, consonancia armónica y un timbre vocal e instrumental reconocido con efectos tranquilizantes.
La música estimulante, que aumenta la energía corporal, induce a la acción y estimula las emociones.
La música influye sobre el individuo a 2 niveles primarios diferentes: la movilización y la musicalización. La música es energía y por tanto moviliza a los seres humanos a partir de su nacimiento y aún desde la etapa prenatal. A través de la escucha o la creación, la música imprime una energía de carácter global que circula libremente en el interior de la persona para proyectarse después a través de las múltiples vías de expresión disponibles. A través de la música se puede educar íntegra y armónicamente al niño/a. Además, es muy importante que el niño/a relacione la música con la actividad, el juego, el movimiento y la alegría, de forma que le ayude a expresar de forma espontánea y afectivamente las sensaciones musicales.
Unir la música al aspecto físico del niño posibilita y favorece la motricidad, la coordinación y todas las funciones físicas en un contexto de relación interpersonal, pudiéndose potenciar aspectos que se trabajan en otras disciplinas como la fisioterapia, pero bajo el prisma ameno y lúdico propio de la música y los instrumentos musicales. De igual manera, en el ámbito educativo, ayuda a la formación y desarrollo personal de los alumnos con dificultades de aprendizaje, discapacidad psíquica y problemas de conducta (hiperactividad, dislexia, síndrome de down, autismo, adolescentes conflictivos, etc.) Según varios estudios realizados, la música es el hilo conductor para que el niño fije su atención. De esta manera, los niños prestan más atención a las actividades que realizan con la presencia de la música. Y no hay que olvidar añadir a la atención unimos el concepto de motivación, y su predisposición a realizar la actividad en cuestión. La música obliga a canalizar el movimiento, es decir, incita a éste, llega a "obligar" a la dramatización, la imitación, la representación… Además, ayuda a mejorar la relación del cuerpo con el entorno. A la hora de trabajar la vuelta a la cama, el mantener un ritmo al respirar o escuchar una melodía imaginando una escena puede ayudar al niño a calmar su ansiedad y el nivel de activación que se tiene después de realizar varias actividades Por lo tanto, podemos enumerar varias causas por las que la música puede ayudar a la mejora significativa de la psicomotrocidad: A.
B.
Psicofisiológicamente:
Desarrollar la coordinación motriz con movimiento de asociación y disociación, equilibrio, marcha, etc.
Desarrollar la discriminación auditiva aprendiendo sonidos y ruidos, recordándolos, reproduciéndolos.
Adquirir destrezas y medios de expresión corporales, instrumentales, gráficos, melódicos.
Desarrollar la locución y la expresión oral mediante la articulación, vocalización, control de la voz, el canto.
Controlar la respiración y las partes del cuerpo que intervienen en la fonación y el canto.
Dotar de vivencias musicales enriquecedoras desde el punto de vista psicológico y físico.
Afectiva, emocional y cognitivamente:
Reforzar la autoestima y la personalidad mediante la autorrealización.
Elaborar pautas de conducta que faciliten la integración social.
Liberar la energía reprimida y conseguir el equilibrio personal a través del ritmo.
Sensibilizar afectiva y emocionalmente a través de los valores estéticos de la música.
Desarrollar capacidades del intelecto como la imaginación, la memoria, la atención, la comprensión, de conceptos, la concentración o la agilidad mental.
El ritmo El ritmo es la parte dinámica, organizativa y repetitiva de la música. Las primeras composiciones musicales de los seres humanos fueron exclusivamente rítmicas, golpeando elementos naturales. La unidad fundamental del ritmo es el compás. Los compases se nombran como fracciones, de manera que el numerador indica la cantidad de divisiones que tiene cada compás y el denominador indica la duración de esas divisiones. En el ritmo de 3/4 (leído tres por cuatro), típico del vals, cada compás estaría compuesto por 3 negras. El compás de 9/8 que se usa en música clásica y jazz tendría 9 corcheas por cada compás. Hay estructuras rítmicas más complejas, usadas en géneros como el jazz o el flamenco, formadas por compases de amalgama donde se combinan varios tipos de compases en un mismo ritmo. El acento es un ligero incremento en la intensidad del sonido. Normalmente este acento recae en el primer tiempo de los compases, pero hay pasajes que pueden acentuarse en otras partes para dar riqueza interpretativa y movimiento. La síncopa es la estrategia compositiva destinada a romper la regularidad del ritmo dando una nota en tiempo débil y prolongando su duración sobre un tiempo fuerte. El contratiempo ocurre por la colocación de silencios en las partes fuertes del compás y sonidos en las partes débiles. Se diferencia de la síncopa en que el sonido no se prolonga sobre el tiempo fuerte.
Fuente : Beneficios de la música en la práctica psicomotriz Natalia González Valdés José Antonio Prieto Saborit http://www.efdeportes.com/efd139/beneficios-de-la-musica-en-la-practica-psicomotriz.htm