La ciudad de los puntos. En la ciudad de los puntos, sus habitantes, las palabras, estaban muy ocupadas, no tenían autoridades, los signos de puntuación se habían ido. La situación era terrible, las palabras corrían por la ciudad una tras otra sin descansar, desordenadas y sin entenderse. Hasta que un día comenzaron a regresar los signos. El primero que llegó fue el Intendente, el Sr Punto (.). Enseguida comenzó a separar grupos de palabras con sentido, a las que llamó “enunciados”. Cuando los enunciados trataban un mismo tema las ordenó separadas por él mismo, llamándose entonces punto y seguido y las obligó a detenerse por un tiempo. Si los grupos de palabras cambiaban de enfoque en un mismo tema, se convertía en punto y aparte y la llevaba al renglón siguiente. La ciudad de los puntos. En la ciudad de los puntos, sus habitantes, las palabras, estaban muy ocupadas, no tenían autoridades, los signos de puntuación se habían ido. La situación era terrible, las palabras corrían por la ciudad una tras otra sin descansar, desordenadas y sin entenderse. Hasta que un día comenzaron a regresar los signos. El primero que llegó fue el Intendente, el Sr Punto (.). Enseguida comenzó a separar grupos de palabras con sentido, a las que llamó “enunciados”. Cuando los enunciados trataban un mismo tema las ordenó separadas por él mismo, llamándose entonces punto y seguido y las obligó a detenerse por un tiempo. Si los grupos de palabras cambiaban de enfoque en un mismo tema, se convertía en punto y aparte y la llevaba al renglón siguiente. La ciudad de los puntos. En la ciudad de los puntos, sus habitantes, las palabras, estaban muy ocupadas, no tenían autoridades, los signos de puntuación se habían ido. La situación era terrible, las palabras corrían por la ciudad una tras otra sin descansar, desordenadas y sin entenderse. Hasta que un día comenzaron a regresar los signos. El primero que llegó fue el Intendente, el Sr Punto (.). Enseguida comenzó a separar grupos de palabras con sentido, a las que llamó “enunciados”. Cuando los enunciados trataban un mismo tema las ordenó separadas por él mismo, llamándose entonces punto y seguido y las obligó a detenerse por un tiempo. Si los grupos de palabras cambiaban de enfoque en un mismo tema, se convertía en punto y aparte y la llevaba al renglón siguiente.