La Actualidad Del Pensamiento

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LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE JEAN BODIN.

MTRO. ALEJANDRO MARTÍNEZ SERRANO. Julio, 2003.

LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE JEAN BODIN. El político prudente no es quien destierra de la República a los ladrones, sino quien les impide entrar. La sabiduría de un Príncipe es como un peligroso cuchillo en manos de un loco, cuando no está rematada por una singular y rara virtud, pues nada es más de temer que la sabiduría movida por la injusticia y armada de poder. La República se compone de buenos y malos, de ricos y pobres, de prudentes e insensatos, de fuertes y débiles, unidos por aquellos que constituyen un término medio entre unos y otros de modo que siempre el bien es más que el mal y la concordia predomina sobre la discordia. Jean Bodin

Introducción. Voltear la mirada a los clásicos es una tarea esencial en tiempos de incertidumbre teórica para las Ciencias Sociales. Tal es el objetivo del presente ensayo. El nombre de Jean Bodin es relacionado, en las ciencias políticas, con el tema de la soberanía y éste rubro es uno de los que ha tenido un constante cuestionamiento en nuestros días como consecuencia de la llamada globalización. Por ello, nos proponemos hacer una relectura de la principal obra de Bodin: Los Seis Libros de la República. En el contexto histórico donde se desarrolló Bodin se nos presentan los años de la consolidación del Estado-Nación, como la mayor institución política creada por la humanidad. Bodin tuvo el tacto y la percepción suficiente para recoger las inquietudes de sus contemporáneos y atreverse a plasmarlas en los Seis Libros de la 2

República, un texto que amalgama una serie de interpretaciones sobre la realidad política del siglo XVI. La lectura de los Seis Libros de la República nos presenta el reto de encontrar el pensamiento del primer estudio político que centra su construcción teórica en un concepto novedoso para el siglo XVI, la Soberanía. Si bien es cierto, que todo el planteamiento de Bodin giró en torno a la soberanía, a partir de ese punto de partida desarrolló otras aportaciones poco difundidas, que en este ensayo pretendemos comentar. En este caso tenemos: el estudio que hace de los tipos de Estados, de la evolución de la vida estatal, de la relación entre situación geográfica y política y de la organización de la administración pública.

La convulsionada Francia. La humanidad en 1530 aún vivía sorprendida por los descubrimientos geográficos de los marinos españoles y portugueses, ya se había comprobado que la tierra no era sólo ese mundo estrecho alrededor del Mediterráneo. A los hombres del primer cuarto del siglo XVI, les costaba trabajo admitir que la tierra habitable era más que Europa. Ya habían pasado 38 años del primer viaje de Cristóbal Colón a América, 11 años de la muerte de Leonardo da Vinci, 9 años de la caída de la gran Tenochtitlán, 8 años del primer viaje de circunnavegación y 3 años de la muerte de Maquiavelo.

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En 1530 la política europea era dominada por Carlos V, tenía 11 años de su coronación como Emperador y una década de que Lutero se declarara en contra de la infalibilidad de los concilios y de su condena por parte del Papa León X. Ese mismo año Francisco I Rey de Francia creó el Real Colegio de Francia y en el poblado francés de Angers nacía JEAN BODIN. Al año siguiente Francisco I celebró su matrimonio con Leonor, hermana de Carlos V. La Reforma estaba en plano auge y desde Roma sale la instrucción de crear en 1533 la Compañía de Jesús, institución que encabezaría la Contrarreforma. A los tres años de edad de Bodin se completa la conquista del Imperio Inca y al año siguiente Enrique VIII de Inglaterra rompía con la iglesia católica. Entre 1535 y 1544 Francia entró en guerra en dos ocasiones con Carlos V. A los 15 años, Bodin viajó a Paris para ingresar en el Convento de los Carmelitas. Mientras se celebraba el Concilio de Trento y al año siguiente murió Lutero. A los 17 años, Bodin se enteró de la muerte de Enrique VIII de Inglaterra y de Francisco I de Francia, quien es sucedido en el trono por Enrique II. Ese mismo año nació Miguel de Cervantes y de nuevo la guerra contra España se desató entre 1552 y 1556. En esa época Bodin realizó estudios de derecho en la Universidad de Toulouse (1554-1560). A los 26 años de Bodin, Carlos V abdicó a favor de su hijo Felipe II, quien hacía dos años se había casado con María Tudor Reina de Inglaterra (1553-1558); 4

cosas del destino, España e Inglaterra unen fuerzas y entraron en guerra en contra de Francia en 1557. En 1559 murió Enrique II, a consecuencia de las heridas recibidas en un torneo, Francisco II, a la edad de 15 años es nombrado Rey de Francia. La desgracia marcó a la casa reinante de Francia, pues, al año siguiente falleció Francisco II, quien es sucedido en el trono por Carlos IX, a la edad de 10 años, Catalina de Médicis, su madre, tomó posesión de la regencia. Así tenemos a una Francia convulsionada y dividida, por un lado, la corona y una parte de la nobleza mantenían su compromiso con la religión católica, en tanto que, otra parte de la nobleza se convirtió al calvinismo y a otras manifestaciones religiosas de la Reforma. De tal suerte que entre 1562 y 1593 se desató una guerra civil en territorio francés y se produjeron ocho guerras, denominadas guerras de religión, enfrentamientos armados entre las facciones católicas y las protestantes.1 Durante cuarenta años, los franceses vivieron la guerra civil, la guerra fraticida, mezclada de intervenciones inglesas y españolas; fue una guerra implacable, plagada de violencia fanática que se impuso al deseo de paz prevaleciendo la pasión religiosa, que sacudió brutalmente la autoridad real. 1

1562-1563 Primera guerra de Religión. 1567-1568 Segunda guerra de Religión 1568-1570 Tercera guerra de Religión 1573 Cuarta guerra de Religión 1575-1576 Quinta guerra de Religión 1577 Sexta guerra de Religión. 1579-1580 Séptima guerra de Religión. 1585-1593 Octava guerra de Religión.

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A partir de 1560, Bodin trabajó en París como abogado ante el Parlamento y ejerce diversas funciones oficiales. Durante las guerras de religión tuvo una influencia moderadora, inspirando el partido de los políticos y conciliadores. En este ambiente de guerra civil, de intolerancia y violencia, Jean Bodin2 publicó en 1566 un estudio historiográfico denominado Methodus ad facilem historiarum cognitionem. Ya habían pasado dos años del nacimiento de William Shakespeare y de Galileo y de la proclamación de mayoría de edad de Carlos IX, así como de la muerte de Calvino. Dos años después, en 1568, Bodin publicó su segunda obra, Réponse aux paradoxes de M. de Malestroit touchant le fait des monnaies et le enchérissement de toutes choses, un ensayo de teoría económica. A los 40 años, Bodin fue nombrado comisionado para la reforma del patrimonio forestal de Normandía. Al año siguiente las armadas conjuntas de España y Venecia destrozaron en Lepanto a la escuadra Otomana. Y solo un año pasaría para que toda Francia se horrorizara con la masacre de San Bartolomé (24 de agosto de 1572), que se llevo a cabo en París. Ya tenía cuatro años en el puesto Bodin cuando murió Carlos IX y su hermano, el duque de Anjou, quien en 1573 había sido electo Rey de Polonia, lo sucedió en el trono y es nombrado Enrique III. 2

Friedrich Meinecke consideró que “Bodin pertenece al partido de los políticos, el representante en sentido estricto de la moderna razón de Estado en la Francia de las guerras civiles, cuyos miembros querían desvincular el interés estatal de la tutela eclesiástica de la pasión religiosa. Reintegrar el Estado a sí mismo es la tendencia a cuyo servicio se pone Bodin con medios estrictamente jurídicos.” Friedrich Meinecke, La idea de la razón de Estado en la edad moderna, Madrid, España, 1959, p. 59

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1576 es un año muy importante para Bodin, primero contrajo matrimonio con Francoise Trovillart; segundo, es nombrado Diputado de Vermandois a los Estados Generales de Blois, y tercero, publicó Les Six Livres de la République (Los Seis Libros de la República)3. La primera versión de la obra se público en francés, siendo traducida por el mismo autor al latín diez años después pero con el texto considerablemente alterado, constituyendo la obra resultante la versión definitiva, considerada comúnmente como estándar. Les Six Livres de la Républi fue reeditado muchas veces en vida del autor y después de su muerte, ejerciendo gran influencia en toda Europa. Se trató del primer intento moderno de crear un sistema completo de ciencia política. En 1578, Bodin publicó Iuris Universi Distributio y otros dos para que saliera a la luz De la Demimanie des Sorciers, que es un tratado para demostrar la existencia de hechiceros y la legalidad de su condenación. A los 51 años, Bodin continuó con su prolífica carrera de escritor y publicó Apologie de Rene Herpin pour la Republique de Jean Bodin. Ese mismo año Bodin viajó a Inglaterra acompañando a la embajada francesa que negociaba el matrimonio de Duque de Anjou con Isabel I. Por esos días su obra Los seis Libros de la República ya era conocida y se utilizaba en las universidades de Londres y Cambridge.

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Jean Bodin, Los Seis Libros de la República, Madrid, España, 1997.p. 307.

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Pasarían seis años para que Bodin tuviera noticias de la derrota de la Armada invencible de Felipe II frente a la flota inglesa en el Canal de la Mancha acosada por un violento temporal y de la sentencia de muerte a Maria Estuardo. Al año siguiente nació en Inglaterra Thomas Hobbes. En 1589 fue asesinado Enrique III, y Enrique de Navarra, líder de la rama de los Borbón, de religión protestante se convierte en Enrique IV rey de Francia. Esta situación exasperó al ala católica de la nobleza francesa, ya que por una jugarreta de la línea sucesoria de la casa reinante el heredero al trono era un protestante, siendo que uno de los pilares del catolicismo durante la Reforma fue el Rey de Francia. Pasarían otros cuatro años de violencia y guerra para que Enrique IV abjurara a favor de la religión católica. Ese mismo año Bodin publicó Heptaplomeros, texto dedicado a la defensa de la tolerancia religiosa. En 1596, el año del nacimiento de René Descartes, Bodin terminó su carrera literaria con la publicación de Universae naturae theatrum, una lección sobre Historia natural, y se dispuso a morir ese mismo año y fue enterrado en la iglesia de los franciscanos de Laón. Jean Bodin es un hombre de su tiempo. Pierre Mesnard, uno de sus grandes estudiosos, establece que “(…) es un gran filosofo inspirado en el espíritu del Renacimiento, y está afirmación es cierta tanto en el plano de las fantasías demonológicas y simbolistas en que a veces se pierde, como en el campo de las sólidas y sabias meditaciones sociológicas en las que no cesa de ocuparse,

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como también finalmente en el de las tan originales como fecundas concepciones de su filosofía de la historia.”4

La República y sus seis libros. La obra los Seis Libros de la República dio la oportunidad a Jean Bodin para trascender en la historia del pensamiento político. El programa de este documento lo encontramos en el prefacio: “(…) después que la tormenta impetuosa ha castigado al navío de nuestra república con tal violencia que hasta el propio capitán y los pilotos están cansados y agotados por el continuo trabajo, se hace preciso que los pasajeros echen una mano, quien a las velas, quien a las jarcias, quien al ancla, y que quienes carezcan de fuerzas den un buen consejo o eleven sus votos y plegarias a Aquél que tiene poder desencadenar los vientos y amainar las tempestades, ya que todos juntos corren el mismo peligro. No incluyo en este número a los enemigos que aguardan en tierra firme, complaciéndose por el naufragio de nuestra república y prestos para acudir al botín, aunque ya se enriquecieron con el incesante chorro de cosas preciosas que se ha arrojado por la borda para salvar este reino… He aquí la razón para que, por mi parte, no pudiendo hacer cosa mejor, emprenda esta disertación sobre la república (…)”5 Como se desprende del texto anterior, Bodin utilizó una gran metáfora, propia de un hombre de mar, para mostrar que fue un testigo de excepción de los grandes acontecimientos de su tiempo: transfiguración del estado medieval al estado nacional, crisis de la autoridad monárquica y sobretodo el hundimiento del Reino de Francia en el desorden, la violencia y el separatismo provocado 4

Pierre Mesnard, Jean Bodin en la Historia del Pensamiento, Madrid, España, 1962, p. 71. (Subrayado propio). 5 Jean Bodin, Op. cit. p. 3 y 4. (Subrayado propio).

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por las Guerras de Religión.6 Por ello, Bodín tuvo como objetivo, cuando escribió esta obra, buscar la unidad de la nación francesa7. Bodin, a quien su larga formación jurídica y política, así como la erudición histórica y geográfica hacen la cabeza más sólida de su tiempo8, sufrió al ver la autoridad comprometida y descarriada. Heredero del derecho romano y de los principios del cristianismo intentó salvar por lo menos la doctrina del Estado y dejar un modelo capaz de satisfacer a los tiempos futuros. Las fuentes que utilizó Bodin para elaborar Los seis libros de la Republica son: a) Hebraicas, se piensa que su madre fue una judía española conversa, por lo que tenía un amplio conocimiento de la Biblia, en particular del Viejo Testamento. b) Textos helénicos de Aristóteles, Platón, Jenofonte, Tucídides, Heródoto y Estrabon. c) Textos romanos de Cicerón, Tácito,

Tito Livio y Polibio.

d) Textos Bizantinos de Procopio y Agathías.

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F. H. Hinsley, señala que “En el centro de este caos permanente en que los elementos combinados de la desafección feudal y protestante utilizaban al máximo el derecho de desobediencia sobre la base del derecho consuetudinario y divino, y en que los defensores del poder real se servían del derecho romano y del derecho divino para afirmar que los poderes de la monarquía eran absolutos e ilimitados.”El Concepto de Soberanía, Barcelona, España, 1972, p. 105. 7 Jean Touchard, establece que “La política de Bodin se inserta solidariamente en la tradición nacional de un Estado que se constituye en torno a una dinastía que se refuerza mediante una progresiva centralización.” Historia de las Ideas Políticas, México, 1994, p. 232. 8 Pierre Mesnard. El desarrollo de la filosofía política en el siglo XVI, México, 1956. p. 445

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e) Abundantes autores franceses respecto a la historia de la monarquía en Francia. f) Fuentes jurídicas: Constitucionales y Eclesiásticas. g) Polémicas de sus contemporáneos: Santo Tomás, Maquiavelo y Tomás Moro. Esta gama de autores que sirven de sustento para la República nos muestran el elevado grado de conocimiento de la cultura universal y de la actualización de sus autores. Bodin se muestra como un sabio de su época, un erudito que no escribió sobre política de la noche a la mañana, sino que fue producto de un proceso amplio que hemos desarrollado en el primer apartado de este ensayo. En una pronta mirada del contenido de esta obra podemos establecer el contenido de cada uno de sus apartados de la siguiente manera: Libro Primero: Es el más importante y conocido, en él se establece la definición de República y de Soberanía y explica los atributos de ésta. Libro Segundo: En este apartado Bodin establece un aporte al estudio de los sistemas políticos comparados, al identificar tres tipos de formas de Estado: Monarquía, Aristocracia y Democracia. Libro Tercero: Está dedicado a órganos auxiliares del soberano que le permiten el mejor desempeño de su gobierno. Identifica al Senado como consejero de

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Estado, y a los oficiales y magistrados como poseedores de poder de mando otorgado por quien detenta la Soberanía en la República. Libro Cuarto: Ahí se desarrolla una teoría del cambio social para la República. Bajo una premisa evolucionista se señalan seis cambios perfectos y seis imperfectos que puede sufrir cualquier República. Libro Quinto: Es un estudio que combina a la política con la geografía, llegando a realizar originales comentarios sobre estas dos áreas del conocimiento. Libro Sexto: Está dedicado esencialmente a lo que es común en una República, es decir, a la estructura de gobierno, a lo que se podría llamar, administración pública. En el análisis de los Seis Libros de la República encontramos que se establecen las bases para un estudio teórico de la política y del Estado. Así pues, tenemos que en el Libro Primero Capítulo I en las dos primeras líneas se hace la afirmación contundente que da nombre a la obra: “República es un recto gobierno de varias familias, y de lo que les es común, con poder soberano”.9 En esta definición podemos identificar cuatro piezas esenciales de toda República: a) Un recto gobierno.

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Jean Bodin, Op. cit. p. 9. (Subrayado propio)

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Para Bodin el recto gobierno es aquel que se dedica a la máxima tarea de hacer felices a sus súbditos. A propósito y utilizando un rasgo característico del contractualismo que posteriormente usaran Thomas Hobbes, John Locke y Juan Jacabo Rousseau, Bodin establece que la República se gobierna por mando y obediencia, “(…) una vez que la libertad natural que corresponde a cada uno para vivir a su arbitrio es puesta bajo el poder de otro.”10 No podemos olvidar que Bodin es producto del ius naturalismo, que le da la concepción del derecho natural y del libre albedrío, por ello, no es extraño que encontremos rasgos de contractualismo, como sustento a la creación de la República. b) Varias familias, Bodin comparó la República con la Familia, e incluso establece que el verdadero origen y fuente de la primera está en la segunda. Esta afirmación la tenemos presente cuando el propio Bodin define a la administración doméstica como: “(…) el recto gobierno de varias personas y de lo que les es propio, bajo la obediencia de una cabeza de familia.”11 Si hacemos una comparación entre esta definición y la que nos da el mismo autor de República tenemos que una es consecuencia de la otra, que ambas están armadas con el mismo esquema y que incluso podríamos atrevernos a

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Ibid p. 20 Ibid p. 15 y 16.

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afirmar que para Bodin el Estado es una familia de familias. Incluso consideró que la República no puede existir sin la familia. c) Lo que les es común. Consiste en las actividades propias de la administración pública, tal es el caso de la administración de la hacienda pública y del patrimonio, de las rentas y de los productos, impuestos y gravámenes, monedas, comercio exterior y otras.12 d) Poder soberano. Este término que analizaremos más adelante, es el mayor aporte de Bodin al estudio del Estado moderno. Asimismo, Bodin estableció elementos originarios que debía de poseer una República: territorio, tierra fértil, ganado abundante, medio ambiente propicio, materias primas para construcción de viviendas y fortalezas. Posteriormente, toda República requiere de otros elementos que Bodin llama de comodidad, tal es el caso de metales, medicinas, armas ofensivas y abundancia en las cosas necesarias y en las placenteras. Uno de los principales estudiosos de Bodin señala que “Los historiadores franceses descubren en Los seis libros de la República, de modo cada vez más

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Bodin dedica el Libro Sexto para este tema en específico.

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evidente el patrón ideal de la monarquía francesa histórica, considerándola una obra maestra de equilibrio y claridad”.13

Una visión de la realidad política. La realidad política está integrada por los fenómenos sociales que han sucedió o que están sucediendo y que son propios de la política. Dentro del análisis del presente texto existe una serie de categorías de la realidad política que Bodin conceptuó y que enseguida haremos referencia a ellas: Bodin es un sabio del renacimiento y por lo tanto basa mucho de su pensamiento en las ciencias exactas. Para determinar el origen del Estado nos refiere a lo siguiente: “Son necesarias al menos cinco personas para dar lugar a una familia completa. Si se precisan tres personas para formar un colegio y otras tantas para una familia, además del cabeza de familia y su mujer, diremos, por la misma razón, que, por lo menos, ha de haber tres familias para formar una república, lo que hace tres veces cinco personas, si se trata de tres familias perfectas. Por esta causa, según creó, los antiguos consideraban que quince personas constituían un pueblo (…)”14 La alegoría anterior es una mezcla de matemáticas aplicadas con demografía del siglo XVI, además, de que puede ser materia de un estudio sociológico e histórico sobre las formas de organización de la familia francesa del renacimiento.

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Pierre Mesnard. El desarrollo de la filosofía… Op. cit. p. 443. Jean Bodin, Op. cit. p. 16. (Subrayado propio)

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Bodin abunda en este tema y refiere que el origen de toda república puede deberse a las siguientes causas: 1) La lenta multiplicación de las familias, 2) El establecimiento de una multitud hasta entonces dispersa, 3) Una colonia fundada por otra república15. En síntesis, para Bodin el origen del Estado se encuentra en dos momentos: la violencia de los más fuertes, o por el consentimiento de un grupo de familias, quienes, voluntariamente, someten su libertad a otros, para que éstos dispongan de ella con poder soberano, lo cual nos remite, como ya lo habíamos comentado, al contractualismo social que estaría en boga un siglo después. Para el abogado de Angers, el poder público reside en el soberano que da la ley o en las personas de los magistrados que se pliegan a la ley y mandan a los demás magistrados y a los particulares. Además, establece una categoría denominada poder absoluto, que define como: “(…) la posibilidad de derogación de las leyes civiles sin poder atentar contra la ley de Dios (…)”16 El término soberano17 se desprende de un origen divino, por lo que tenemos que: “(…) después de Dios, nada hay de mayor sobre la tierra que los príncipes soberanos, instituidos por Él como sus 15

Al respecto Bodin escribió otra de sus metáforas: “(…) como nuevo enjambre de abejas o como rama de árbol transplantada, la cual, una vez que echa raíces, da más frutos que la que nace de simiente.” Op. cit. p. 165. 16 Ibid p. 63 17 Carl Schimitt haciendo una acertada lectura de Bodin establece que “Quien tiene el poder absoluto es soberano, y quien lo es tiene que ser apreciado en cada caso singular; pero no por razón de una mera apreciación fáctica de influencia política. Carl Schimitt, La Dictadura. Desde los comienzos del pensamiento moderno de la soberanía hasta la lucha de clases proletaria. Madrid, España, 1985, p. 58 y 59.

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lugartenientes para mandar a los demás hombres, es preciso prestar atención a su condición para, así, respetar y reverenciar su majestad con la sumisión debida, y pensar y hablar de ellos dignamente, ya que quien menosprecia a su príncipe soberano, menosprecia a Dios, del cual es su imagen sobre la tierra.”18 El Senado es la asamblea legítima de los consejeros de Estado para dar consejo a quienes detentan el poder soberano en la República. Sin embargo, el Príncipe puede ser sabio y prudente y prescindir del Senado. Asimismo, Bodin limita las funciones del Senado cuando estableció que: “(…) el Senado de una república bien ordenada no debe tener imperio, ni dar ordenes, ni ejecutar sus consejos y deliberaciones, todo lo cual compete a quienes detentan la soberanía.”19 En este orden de ideas, Bodin define a los altos funcionarios de la República como poseedores de mandatos otorgados por el Príncipe, que consisten en transmisiones del poder soberano. Así pues, tenemos a estos altos funcionarios ubicados en dos esferas: el oficial y los comisarios. El oficial es la persona pública que tiene cargo ordinario en virtud de un edicto y el comisario es la persona pública que tiene un cargo extraordinario en virtud de una simple comisión. Hay dos clases de oficiales y comisarios: los que tienen poder de mando y se llaman magistrados y los que solo conocen y ejecutan los mandatos.

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Jean Bodin, Op. cit. p. 72 Ibid p. 123.

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Así es como Bodin identificó dos clases de mando en el ejercicio del poder, al primero le denomino soberano, que es además, absoluto e infinito, que está por encima de las leyes y los particulares y que ejerce el soberano, mientras que al segundo, lo llamado legal, sometido a las leyes y al soberano, que es propio de los oficiales, comisarios y magistrados. Para Bodin, la Hacienda pública tiene tres funciones: hacerse de medios honestos para procurar fondos, su empleo en provecho y honra de la República y el ahorro de una parte de éstos como reserva para casos de necesidad. Hay que resaltar que a lo largo de Los Seis Libros de la República, no hay una referencia explícita al término política, lo cual podría ser señalar de alarma, pues, en un principio hemos destacado a Bodin como un estudioso del Estado y no encontramos en esta obra una referencia a la política. La solución a este dilema la tenemos en el siguiente apartado denominado La Soberanía. Esta categoría es la más importante y sobre ella gira todo el ordenamiento estatal bodiano y por ende su idea de política tenemos presente en quien es el detentador de la soberanía.

La Soberanía La primera elaboración sistemática del concepto de soberanía en el siglo XVI, fue elaborado por Bodin, quien refleja con claridad la situación histórico-política de la época. La motivación profunda que llevó a Bodin a la elaboración de su

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concepto de soberanía se encuentra en su propósito de justificar teóricamente el poder del Rey de Francia frente a las corporaciones y estamentos de la Edad Media y la guerra civil en el interior, y en el plano internacional, frente a los poderes de sus vecinos y las pugnas de la Reforma contra la Iglesia.20 Cabe recordar que el proceso que había de conducir al Estado Moderno se inició en la baja Edad Media desde los siglos XIV y XV, cuando el poder estatal comenzó a reaccionar en contra de las fuerzas supraestatales y las infraestatales. Esta misma idea la maneja Meinecke cuando señala que “El origen hay que verlo en la necesidad del Estado moderno y, en especial, del Estado francés de la época, de reunir de nuevo unitaria e indisolublemente aquellas partes del poder político que la Edad Media, que últimamente las guerras civiles, habían dispersado.”21 En el Libro Primero capítulo VIII, denominado De la Soberanía, Bodin se dedicó a desarrollar el concepto que le ha permito trascender en la historia del pensamiento político. Así tenemos que “La soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una república”.22 La soberanía no es limitada, ni en poder, ni en responsabilidad, ni en tiempo, es absoluta. Asimismo, es perpetua porque se puede conceder poder absoluto a un funcionario para realizar una encomienda, pero solo por tiempo determinado y cuando ostentan ese poder no son soberanos, ya que el poseedor de la soberanía la tiene en forma perpetua. 20

Véase Víctor Flores Olea, Ensayo sobre la soberanía del Estado, México. UNAM/FCPS, 1969 Meinecke, Op. cit p. 61 22 Jean Bodin, Op. cit. p. 47. 21

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En apego a su fe católica y en medio de la Contrarreforma, Bodin fundó su concepto de Soberanía con un alto contenido religioso: “(…) es absolutamente soberano quien, salvo a Dios, no reconoce a otro superior [y] quien solo está obligado a dar cuenta a Dios”.23 Esta expresión es repetida en forma reiterada, ya que el soberano es aquel que no puede estar sometido a la jurisdicción de otro. “Es señor absolutamente soberano quien, salvo a Dios, se lo debe todo a la espada, si depende de otro, ya no es señor soberano (…)”24 En este marco de referencia Bodin define seis grados de sumisión25 que están por debajo de un soberano: 1) el Príncipe tributario: retiene todos los derechos de la soberanía, sin quedar sometido de otro modo a aquél a quien paga el tributo; 2) el Príncipe bajo protección y amparo: no está a salvo de una invasión de sus enemigos por lo que requiere de la ayuda ajena de su protector, es decir, se pone bajo el escudo de otro soberano; 3) el Príncipe soberano de un país sin protección pero vasallo de otro príncipe en razón de algún feudo por el que le debe honor y servicio; 4) el Vasallo simple que debe fe y homenaje por la tierra que posee, no siendo príncipe soberano ni súbdito de quien ha recibido el feudo; 5) el Vasallo ligio de un Príncipe soberano del que no es súbdito natural y 6) el Súbdito natural. El ejercicio de la soberanía se realiza por medio de ocho atributos26 que sólo lleva a la práctica el soberano: 23

Ibid p. 49. Ibid p. 67 25 Ibid p. 67 y 68. 26 Véase el Primer Libro capítulo X De los atributos de la Soberanía, Ibid p. 72-84. 24

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1. Poder de dar leyes a todos en general y a cada uno en particular sin consentimiento de superior, igual o inferior. Este atributo comprende dar y anular leyes, su interpretación y enmienda. Es tan grande que comprende a todos los demás derechos y atributos de la soberanía. De modo que puede decirse que sólo existe este atributo y que todos los demás están comprendidos en él. 2. Declarar la guerra o negociar la paz. Este atributo es muy delicado, porque puede acarrear la ruina o la prosperidad de la República. 3. Instituir o destituir a los oficiales principales. Este derecho es el poder de mando para designar a todos los colaboradores del soberano. 4. Derecho de última instancia en los juicios. 5. Poder de conceder gracia a los condenados por encima de las sentencias y contra el rigor de las leyes, por lo que se refiere a la vida, a los bienes, al honor ya la condonación del destierro. 6. Hacer jurar a los súbditos fidelidad al soberano. 7. Derecho de amonedar, elevar o disminuir la ley, valor o tasa de las monedas. 8. Derecho de gravar a los súbditos con contribuciones e impuestos o de eximir de ellos a algunos.

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Estos atributos y lo omnipotentes que son sirvió para que Bodin fuera calificado por muchos autores como el justificador del Estado Monárquico Absolutista27 que tuvo su auge en Europa en el siglo XVII y XVIII. Sobre el particular y como se verá más adelante, Bodin se manifestó partidario de la Monarquía porque es el tipo de Estado que mejor se adapta a su modelo de Soberanía, que es producto de su contexto histórico. Es decir, Bodin no podía inclinarse por otro sistema político porque le eran ajenos a su realidad política, además de que para solucionar la guerra civil francesa era necesario un poder absoluto que calmará a todas las facciones en disputa. La aportación al estudio del Estado por parte de Bodin fue enorme, luego de Los Seis Libros de la República, no es posible concebir al Estado como una entidad política ajena a la soberanía. Hinsley estableció que “(...) los teorizadores posteriores no pudieron ya ignorar la noción de soberanía o modificar en alguna medida significativa la definición que Bodin dio a ella; que la historia posterior del concepto sea la historia de su uso y abuso en condiciones políticas variables y no la historia de nuevas definiciones en términos diferentes.”28 Al respecto Meinecke señala que “Lo singular en esta doctrina de Bodin y lo que había de conquistar la fuerza y eficacia en la época siguiente era que su fundamento no se hallaba en el bien del Estado y del pueblo, que es siempre 27

Véase Julian H. Franklin Jean Bodin et la naissance de la theorie absolutiste, París, Presses Universitaires de France, 1993. 28 F. H. Hinsley, El Concepto de Soberanía, Barcelona, España, 1972, p. 109.

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vago y sometido a interpretaciones subjetivas, sino en argumentos lógicos y jurídicos.”29 En síntesis, el concepto de soberanía se trata de un principio que sostiene que debe de existir una autoridad suprema dentro de la comunidad política, para que la comunidad pueda existir y actuar tal como exigen su carácter y las circunstancias. Si bien las ideas que plasmaron el concepto de soberanía tienen una historia bicentenaria, aún se sigue debatiendo sobre qué bases jurídicas y filosóficas se asienta y legítima, quién o quiénes constituyen la cabeza y el sostén en donde reside. De lo que no se duda es que constituye una de las mejores conquistas sociales y políticas y se vincula entrañablemente la formulación del Estado de Derecho. 30

Formas de Estado. En el Libro Segundo Bodin se aventuró a establecer un modelo de los sistemas políticas que le eran contemporáneos. Por ello, identificó tres tipo de Estado: “Si la soberanía reside en un solo príncipe la llamaremos monarquía; si en ella participa todo el pueblo, estado popular, y si la parte menor del pueblo, estado aristocrático”.31

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Meinecke, Op. cit p.60 Véase Elías Neuman. Victimología supranacional. El acoso a la Soberanía, Buenos Aires, Argentina, 1995. 31 Jean Bodin, Op. cit. p. 87 30

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Asimismo, Bodin realizó un análisis de estas tres formas de Estado. Empezó con la Monarquía, a la cual le dedica más espacio y la describe con mayor detalle. Señala que toda Monarquía es señorial, real o tiránica, lo cual no significa diversidad de Repúblicas, sino diversas formas de gobierno en la monarquía. La Monarquía señorial es aquella en la que el Príncipe se ha hecho señor de los bienes y de las personas por el derecho de las armas y en buena lid, gobernando a sus súbditos como el padre de familia a sus esclavos. Este tipo de Monarquía fue la primera que existió entre los hombres. La explicación para que exista este tipo de Monarquía la encontramos cuando Bodin señala: “Es razonable que un Príncipe soberano, tras haber vencido a sus enemigos en buena y justa guerra, se convierta en señor de sus bienes y personas, en virtud del derecho de guerra, y gobierne a sus súbditos como esclavos, del mismo modo que, en virtud del derecho de gentes, el padre de familia es señor de sus esclavos y de sus bienes y dispone de ellos a su voluntad”32 La Monarquía real o legítima es aquella en la que los súbditos obedecen las leyes del monarca y el monarca las leyes naturales, gozando los súbditos de la libertad natural y de la propiedad de sus bienes. En este caso Bodin estableció que:”El verdadero atributo de la monarquía real consiste, pues, en que el rey se

32

Ibid p. 95.

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muestre tan dúctil y flexible ante las leyes naturales, como grande es su deseo de que los súbditos le obedezcan.”33 La Monarquía tiránica es aquella en la que el monarca menos preciando las leyes naturales, abusa de las personas libres, esclavos y los bienes de los súbditos. Respecto a este último tipo de Monarquía Bodin manifestó lo siguiente: “Quienes mediante la fuerza o astucia habían obtenido la soberanía, al considerar que sus vidas estaban a merced de sus enemigos, se vieron obligados, para seguridad de ellos y de sus bienes, a mantener guardias de extranjeros a su alrededor y fuertes guarniciones en las fortalezas y, para pagarlas y conservarlas, a imponer grandes tributos e impuestos (…)”34 En cuanto a la Aristocracia, Bodin estableció que es la forma de Estado en la que la parte menor de los ciudadanos manda con poder soberano sobre los demás, en general y sobre cada uno, en particular. Asimismo, la Aristocracia puede ser señorial, legítima y facciosa u oligárquica. Para identificar una Aristocracia, Bodin nos indica que “(…) estaremos en presencia de una aristocracia cuando los nobles, los virtuosos, los ricos, los guerreros, los pobres, los plebeyos o los viciosos detenten el gobierno, siempre que constituyan la menos parte de los ciudadanos.”35

33

Ibid. p. 97 Ibid. p. 99. 35 Ibid. p. 107. (Subrayado propio) 34

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En tanto que, el estado popular, es aquella forma de República en la que la mayor parte del pueblo unido manda con poder soberano, sobre los demás, en nombre colectivo y sobre cada uno del pueblo en particular. Asimismo, se presentan tres formas de gobierno en este tipo de Estado: legítimo, señorial y turbulento. El Estado popular es el más estimable, persigue la igualdad y rectitud en todas las leyes y todo el público goza del bien público. Sin embargo, para Bodin de las tres formas de Estado solo una es la más destacada: la Monarquía, donde la soberanía es ejercida por un hombre, lo cual evita la generación de conflictos, envidias y ambiciones que merman a los Estados. “(…) la monarquía es la forma de república más segura, si se considera que la familia, que es la verdadera imagen de la república, solo puede tener una cabeza (…) Todas las leyes naturales nos conducen a la monarquía, tanto si contemplamos el microcosmos del cuerpo, cuyos miembros tiene una sola cabeza, de la cual depende la voluntad, el movimiento y las sensaciones, como si contemplamos el universo, sometido a un Dios soberano.”36 Encontramos que Bodin prefiere las monarquías hereditarias y percibimos un alto grado de misoginia, ya que solo considera viable aquellas que transmiten la soberanía entre los varones del linaje paterno, pues solo está dado a los hombres la fuerza, la prudencia, las armas y el mando.37

36 37

Ibid. p. 291. (Subrayado propio) Ibid. p. 296.

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Así es como Bodin hace una evaluación de los sistemas políticos que le son contemporáneos, tomando partido por la Monarquía hereditaria a varones del linaje paterno.

Dinámica política Bodin estableció en el Libro Cuarto una teoría del cambio, una dinámica de la vida política de toda República. Así es como definió el cambio: “Llamo cambio de la República al cambio de Estado, es decir, el traspaso de la soberanía del pueblo al Príncipe, o de los poderosos a la plebe, o a la inversa.”38 En este orden de ideas, el abogado de Angers definió que todo cambio es voluntario o necesario o ambas cosas a la vez. Además, puede ser natural o violento. Para adecuar esta teoría a la realidad del siglo XVI delineó seis cambios perfectos y seis cambios imperfectos39. Cabe aclarar que esta teoría va de la mano con el estudio presentado por Bodin respecto de los sistemas políticos, que le eran contemporáneos. Las causas que motivan estos cambios pueden ser, entre otras, las siguientes: la falta de descendencia de los soberanos, la pobreza extrema de la mayoría de la población y la riqueza excesiva de unos pocos40, el reparto desigual de las dignidades y honores, la ambición desmedida por el poder, la venganza de los

38

Ibid p. 165. Ibid p. 166-167. 40 Bodin señaló que “Entre todas las causas que producen sedición y cambio en las repúblicas, la más importante consiste en la riqueza excesiva de unos pocos y la pobreza extrema de muchos”. Ibid. P. 226 39

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agravios, la crueldad, la opresión, el temor hacia los tiranos, el cambio de leyes y religiones, la guerra extranjera y la guerra civil, y otras muchas más. A continuación se presentan dos cuadros que resumen los dos tipo de cambios: perfectos e imperfectos y sus diferentes modalidades. Cambios Perfectos Monarquía

Estado Popular Monarquía Aristocracia Monarquía Estado Popular Aristocracia.

Estado Popular Monarquía Aristocracia Aristocracia Estado Popular

Estos cambios representan una modificación del Estado, es decir, consisten en la transmisión de la Soberanía entre actores políticos. Esta es la causa por la que Bodin les denomina cambios perfectos, ya que implican una modificación total de la forma estatal. Cambios Imperfectos

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Estado Real Estado Señorial Estado Tiránico

Estado Señorial Estado Tiránico Estado Real Estado Tiránico Estado Señorial Estado Real.

Estado Real Estado Tiránico Estado Señorial Los cambios imperfectos representan una modificación en el tipo de gobierno al interior de cada uno de los modelos de Estado, es decir, se pueden generar estos cambios imperfectos sin haberse modificado el tipo de Estado. Como se ha destacado a lo largo de este ensayo, Bodin era un aficionado el lenguaje metafórico, para continuar con este mismo estilo encontramos la siguiente expresión: “Así como un edificio construido sobre buenos cimientos y de materiales resistentes, bien trabajados y ensamblados todos sus elementos, no teme ni vientos ni tormentas y resiste a la violencia, así la república fundada sobre buenas leyes, unidos y ensamblados todos sus miembros, no es presa fácil de las alteraciones. Por el contrario, las hay tan mal construidas y desunidas que se vienen abajo al primer viento. Sin embargo, no hay república que, con el paso del tiempo, no sufra cambio y no termine por desaparecer. En todo caso, es más miserable el cambio que opera lentamente.”41 En la idea anterior nos encontramos tres elementos de la dinámica de la vida estatal: 1) Un Estado bien definido por leyes y con unidad nacional es difícil que pueda ser sometido a alguna transformación, 2) Todo Estado está condenado a 41

Ibid. p. 176. (Subrayado propio)

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cambiar y a terminar. Aquí apreciamos tintes de evolucionismo naturalista, el cual compara a las instituciones políticas con seres vivimos, que deben pasar por el ciclo de la vida: nacer, crecer y morir, y 3) Bodin se contradice, pues, califica como miserable al cambio gradual siendo que antes había condenado el cambio violento. Aquí encontramos incertidumbre en Bodin, ya que no expresó tiempos ni duración para este tipo de cambios.

Geografía política En este punto quisiera destacar que Bodin en Libro Quinto presentó una combinación de la política de la República con geografía. Por lo que desde nuestro punto de vista tenemos un estudio de la geografía política, que nos plantea las necesidades y abundancias, así como las virtudes y los defectos de cada uno de los pueblos de acuerdo con la situación geográfica en la que se encuentran. Entonces, cada uno de los pueblos usa para el gobierno de la república de los recursos que les son propios de acuerdo con sus recursos naturales.42 Por lo tanto, y con fundamento en el mundo conocido por Bodin en el siglo XVI, estableció que los pueblos que habitan la tierra pueden dividirse en tres sectores. El primero, que ocupa los treinta grados más próximos al ecuador corresponde a las regiones ardientes y a los pueblos meridionales; los treinta

42

Bodin plantea de manera sencilla un reparto de estos recursos del carácter de cada uno de los pueblos: “El pueblo del septentrión de la fuerza, el pueblo central de la justicia y el meridional de la religión. Ibid. P. 221.

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grados siguientes, a los pueblos centrales y regiones templadas, hasta el paralelo sesenta; los treinta grados que se extienden desde allí hasta el polo, corresponden a los pueblos septentrionales y a las regiones frías. Esta división se puede realizar de cada lado del ecuador.43 El gráfico que se muestra a continuación trata de realizar una interpretación de esta manera de entender la política y la geografía.

A partir de esta clasificación de los pueblos de acuerdo a su localización en el globo terráqueo, Bodin realiza diversas interpretaciones de costumbres, creencias, grados de civilización y desarrollo, así como carácter de los pueblos, que incluso le permiten realizar grandes interpretaciones, como es el caso de la siguiente:

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Bodin estableció que esta división geográfica ya la había propuesta en su obra Methodus ad facilem historiarum cognitionem. Ibid p. 215.

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“Si se examina con atención la historia de todos los pueblos, se verá que los grandes y poderosos ejércitos proceden de septentrión, las ciencias ocultas, la filosofía, la matemática y otras ciencias contemplativas, de los pueblos meridionales y las ciencias políticas, las leyes, la jurisprudencia, la gracia en el discutir y bien hablar, de las regiones centrales.”44 Y de esta forma Bodin realiza una interpretación de las fortalezas y debilidades de las Repúblicas, que posteriormente será retomada por otras autores, quizá el más destacado sea Montesquieu.

Conclusión. Así llegamos al termino del recorrido por Los Seis Libros de la República, una obra que debe ser entendida como parte de la historia de las ideas políticas, pues, no podemos utilizar ahora los conceptos bodianos en forma estricta, ya que la evolución del Estado nacional ha tomado caminos que no previó Bodin. Sin embargo, su gran aporte fue el estudio de la soberanía, como una de las partes esenciales del Estado nacional, que lo distingue de otras formaciones políticas. Sin embargo, coincidimos con Herman Heller, quien señala que “(…) acerca del contenido de la doctrina de la soberanía de Bodin, pues me parece que muchos de los que hablan de él, en verdad no saben con certeza qué es lo que Bodin enseñó; quien alguna vez haya comparado los juicios emitidos sobre Bodin y las citas tomadas de su obra, tendrá que convenir que este ilustre

44

. Ibid p. 216.

32

teórico del Estado pertenece al grupo de autores más frecuentemente citados, pero menos leídos.”45 Actualmente es importante una relectura de Bodin, ante fenómenos que rebasan la soberanía, como la globalización, interdependencia, instituciones supranacionales, organismos internacionales, empresas multinacionales y un vertiginoso crecimiento de las telecomunicaciones y de los medios de transporte. Bodin enseñó la ausencia de límites en el poder supremo del Estado, situación que también ha sido superada, toda vez que la democracia no era para nuestro autor una forma de Estado viable. En este sentido, las propuestas de Bodin en materia de estudio de los sistemas políticos y la relación entre geografía y política, han sido superadas por los cambios ocurridos en casi cinco siglos. No obstante, la lectura de Los Seis Libros de la República permite revalorar el concepto de Soberanía y darle a nuestras ideas la frescura del pensamiento del abogado de Angers, quien tuvo la visión de aglutinar en su obra las vivencias de su tiempo y plasmar una interpretación de los importantes cambios que sufría el mundo con la consolidación del Estado nacional. Ahora, a casi cinco siglos de distancia y ante las transformaciones que está tenido el Estado, nos hace falta esa visión interpretativa para plasmar los

45

Hermann Heller, La Soberanía, contribución a la teoría del derecho estatal y del derecho internacional, México, 1995, p. 79 y 80.

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cambios de nuestro tiempo en una obra de las magnitudes de los Seis Libros de la República.

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Bibliografía. 1. Bodin Jean. Los Seis Libros de la República. Traducción Pedro Bravo Gala (Estudio preliminar). Madrid, España, 3ª edición, Editorial Tecnos, 1997. p. 307. 2. Chevallier Juan Jacques. Les Grandes Oeuvres politiques de Machiavel a nos tours. París, Francia, Librairie Armand Colin, 1970, p. 304. 3. Duby G y B. Mandrou. Historia de la Civilización francesa. Traducción Francisco González Aramburu. México, FCE, 1966. p. 578. 4. Flores Olea Víctor Ensayo sobre la soberanía del Estado, México, UNAM/FCPS, 1969, 141 p. , 5. Franklin Julian H. Jean Bodin et la naissance de la theorie absolutiste Traductor Jean Fabian Spitz París, Francia, Presses Universitaires de France, 1993, 201. 6. Goubert Pierre. Historia de Francia. Traducción Marta Carrera y Marga Latorre. Barcelona, España, Editorial Crítica, 1987, p. 411. 7. Heller Hermann. La Soberanía, contribución a la teoría del derecho estatal y del derecho internacional, Traducción y estudio preliminar de Mario de la Cueva, México, segunda edición, FCE/UNAM, 1995, p. 316. 8. Hinsley F. H. El concepto de Soberanía. Traducción Fernando Morera y Ángel Alandi, Barcelona, España, Editorial Labor, 1972, p. 203. 35

9. Meinecke Friedrich La idea de la razón de Estado en la edad moderna. Traducción Felipe González Vicen, Madrid, España, Instituto de Estudios Políticos, 1959, p. 407. 10. Mesnard Pierre. Jean Bodin en la Historia del Pensamiento. Madrid, España, Instituto de Estudios Políticos, 1962. p. 115. 11. Mesnard Pierre. El desarrollo de la Filosofía política en el siglo XVI. México, Universidad de Puerto Rico, 1956. p. 634. 12. Neuman Elías. Victimología supranacional. El acoso a la Soberanía, Buenos Aires, Argentina, Editorial Universidad, 1995, p. 220. 13. Schimitt Carl. La Dictadura. Desde los comienzos del pensamiento moderno de la soberanía hasta la lucha de clases proletaria. Traducción José Díaz García, Madrid, España, Alianza Editorial, 1985, p. 338. 14. Touchard Jean Historia de las Ideas Políticas. Traducción J. Pradera. México, Editorial Tecnos, 1994, 658 pp.

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