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U.: T:. O:. S:. A:. A:. G.. I:. S:. E:. P:. Justicia y Moral Antes de dar inicio al presente trabajo, deseo agradecerle por la asignación del mismo a nuestro Eminente Juez Inquisidor. A vosotros Q:.H:. Les solicito su tolerancia y comprensión acerca de las opiniones que en ella exponga, se trata siempre, de entregarles una plancha fraternal antes que un tratado enciclopédico. Mil disculpas anticipadas por lo humilde de este trabajo. 1.- Introducción.- Definir Justicia y Moral, pareciese ser una labor fácil y por ello nos hemos alegrado, empero, las dificultades aparecieron al tratar de abordar este tema. No parece existir universalidad para definir la Justicia. Y mucho menos la moral. Sin embargo, en el desarrollo de la Ceremonia de Exaltación al grado XXXI, existen pasajes que tratan sobre este tema. Una Ceremonia dividida en tres partes. En la primera se representa a un Tribunal masónico, cuyo deber especial es administrar la Justicia. En la segunda parte, se reconstruye la Corte de los Muertos en la mitología egipcia. Y en la última parte, nos encontramos con las almas de los más grandes sabios de la humanidad. Permitidme os narre un pasaje de una película. Un juez definía la Justicia, como que, deriva de “jus” que quiere decir “yo” y posteriormente “Jusjus” o sea “yo y yo”, con lo que la Justicia vendría a ser la relación existente entre “un Yo y otro Yo”. Genial definición. Ahora podremos adentrarnos en el mundo del “Yo” y del “otro Yo”. Utilizaremos nuestra intuición sensible, aquella, de la que nos hablaba Bergson, para definir la justicia como, “toda relación deseable entre el yo y su propia esencia”. Habemos creado, últimamente, un término denominado “empatía” que, nos enseña la conducta deseable entre los humanos. Y sea por la vía positiva, como un “trata a los demás como desearías ser tratado” o por la vía negativa “no hagas a los demás lo que no quieres que se haga contigo”. Nos encontramos con que, “la medida de la justicia está en la razón humana”. En ese cuerpo de experiencias vivenciales que han ido formando nuestro carácter y nuestro cuerpo de actitudes y hábitos. Cuando os hablo de un cuerpo de actitudes y hábitos, estoy refiriéndome a las influencias que el entorno imprime en el cerebro del hombre. Muchos psicólogos debaten sobre la incidencia de la herencia en la conducta, entre

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ellos Kandel(1997), hoy en día se sabe que herencia y medio ambiente se juntan con otras múltiples influencias en la decisión del hombre. En el aprendizaje de ciertas conductas, se realiza un proceso eléctrico químico en el cerebro, que, dejan huellas en el mismo, llamadas huellas neurales, que una vez marcadas funcionan como un disco de vinilo, reproduciendo en sus canales la información almacenada en ellas. No existe un lugar especializado para esta memoria en el cerebro, por ello al ser convocados como recuerdos, la información en ella almacenada, llega parcializada y no clonada, de la experiencia vivida y guardada. En razón de que son llamadas a intervenir diferentes partes del cerebro, el recuerdo será parcial. Esta es la importancia de la “empatía”. No se trata solamente de vivir y actuar, en un momento dado, de la manera más civilizada y socialmente aceptable, sino que se trata, de acumular información en el cerebro de la mayor cantidad de datos sobre la experiencia empática. De esta forma, cuando la información sea requerida tendremos una mayor cantidad de datos empáticos. Convirtiendo nuestras actitudes y hábitos en la forma más justiciera posible y haremos de nuestro entorno una forma más amena de vivir. A estas alturas, me llega el recuerdo de las exigencias en la admisión de nuevos candidatos para la logia, requiriendo de ellos que sean “buenos y de buenas costumbres”, la masonería que, trata al hombre bueno para que sea más bueno, no pierde en su mirada el deseo utópico, de que todos los hombres sean libres, iguales y hermanos. Por la lucha de este ideal, trata a cada cual de la forma más ecuánime posible. Comprende que todos son y tienen un bagaje de conocimientos y habilidades muy distintos entre sí, comprende que dadas sus facultades, les es posible participar de esta cruzada, en mayor o menor escala, y es tolerante con cada uno de sus miembros, aplicando la Justicia para su evolución. Una mirada de dulzura acompaña al verdadero masón junto a su hermano. Es decir, que las leyes humanas, si bien, útiles y necesarias, no son nada si no se acompañan de la acción y la dulzura. 2.- Desarrollo.Queridos hermanos: Comprenderéis que, en la historia de la humanidad, se crearon las ciudades como una etapa del desarrollo humano, necesitado de sedentarismo. La ciudad surge como un conjunto de leyes para la perfecta convivencia y la felicidad. El hombre en su afán de supervivencia, deja de lado la sobrevivencia y se convierte en el humano que trata de dominar, no solo a

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la naturaleza, sino al propio humano. A su semejante. Y se hace necesario frenar este ímpetu de su naturaleza, normándolo con una serie de leyes, que acompañan castigos. Es a través de los castigos que la ley, la norma, la justicia, entrega a los más débiles la posibilidad de su existencia. Y aunque no garantizaban la felicidad, les permitía una existencia más llevadera y tolerable. Este frenar impulsos, lo llevaba al hombre a ser menos egoísta. Lo llevaba a ser un ser gregario, uno que vive en comunión con sus semejantes. Y aquellas épocas, de primitivo sedentarismo se convirtieron en sociedades de la civilización. La civilización es la primera copia de la ciudad de Dios. Han sido necesarias una vivencia de siglos y siglos, para ir modificando, poco a poco, el concepto de civilización, el concepto de justicia, el concepto de moralidad, tratando en lo posible de emular ese ideal quimérico de la ciudad de Dios. Hoy por hoy, vivimos una concepción democrática sobre estos tópicos, sin embargo, muchos valores se han visto mermados de su importancia en la conducta humana, otros han desaparecido por completo y han sido reemplazados por otros nuevos valores. Desgraciadamente vivimos una época de acentuado materialismo. Los valores de la civilización actual, pasan por una búsqueda de satisfacer las necesidades de hedonismo y confort, producto de un capitalismo globalizado. Atrás quedaron los valores de la familia, de la naturaleza y la vida humana. Se ha perdido el respeto a las generaciones mayores, el respeto a la naturaleza, a la ley y el orden. Y se fueron frenando los impulsos del animal salvaje anidado en las luchas cotidianas; pero han emergido valores, como el de tanto tolerar la impuntualidad, nació la hora boliviana, de tanto hablar de los derechos a una identidad sexual, nació el derecho a adopción por parte de los homosexuales. De tanto hablar de libertad de culto, se derivó en prácticas de satanismo y otros abusos a vista y paciencia, de una sociedad cada vez más quemeimportantismo. Y del matrimonio hasta la muerte, se pasó a la muerte del matrimonio con la práctica del divorcio a la vuelta de la esquina. Entonces no se puede pensar en una justicia o en una moral innata, sino en una sociedad injusta é inmoral. Y en este marco real.

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¿Cómo pensar en exigir requisitos, prácticamente ideales, a nuestros candidatos?? ¿Cómo pensar en una masonería educadora é instructiva, cuando la barbarie se ha apoderado de nuestros recintos y debemos usar otros ambientes para nuestras reuniones, fuera de nuestra propia casa? ¿Cómo practicar nuestro mejoramiento diario, cuando no hay coherencia en nuestras autoridades y recibimos de ellas un trato displicente y nada fraternal? A no extrañarse queridos hermanos, que el día de mañana seamos negados de nuestra filiación masónica, por el avance de la barbarie y el ostracismo. Y este resultado es producto de una sociedad injusta é inmoral. La masonería es en todas partes, lo que son sus adeptos. Es lo que nos toca revertir. No en una lucha fraternal, sino en una lucha contra la ignorancia y el error, acudiendo al conocimiento de las ciencias y de las leyes, para exterminar de nuestro fuero interno, todo rastro de incultura y de barbarismo. En la medida en que nuestro accionar sea empático y enseñemos la fraternidad, como masones, en esa medida estarán desubicados los impostores. Hace falta coraje. Hace falta valor. Hace falta decir basta de imposturas. No estamos acá por una necesidad proselitista, buscando cargos administrativos o de figuración. No estamos acá porque necesitemos ser maltratados por nuestros hermanos, como escarnio de nuestra ingenuidad. Estamos acá porque creemos todavía en el hombre, en el triunfo de la Justicia y la Moral. Estamos todavía en la trinchera de nuestro trabajo, porque sabemos que esta es una etapa efímera en el curso de nuestra evolución espiritual. Que dentro de todo este caos, hay un orden, una enseñanza, una bendición, que es necesaria para cada uno de nosotros, y será distinta para nuestras personales conciencias. Cada uno estará recibiendo la dosis necesaria para su avance. Volvamos a la filosofía. Justicia y Moral se caracterizan ambas por ser virtudes. Lo que caracteriza a un sentimiento es su temporalidad, cuando un sentimiento deja de ser temporal y llega a ser una orientación definitiva hacia el Bien, entonces es una virtud. Es moral. La justicia consiste en dar a cada quien lo que le corresponde. Ya vimos que, se basa en normas de la convivencia humana, ahora digamos que es un intérprete fiel de las leyes divinas y de las leyes de la naturaleza.

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Si bien es cierto que, pareciese no haber castigo a quienes desacatan las leyes divinas o las de la naturaleza, esa es una creencia que vulnera la inefabilidad de Dios. En esta vida o en la próxima, se tendrá que pagar los daños causados. Quienes aceptamos el ciclo de las reencarnaciones, pensamos que de la justicia nadie se escapa. Que toda causa tiene un efecto y todo efecto tiene una causa. Que lo que se hace, tarde o temprano, se paga. En la naturaleza todo está previsto como un justo equilibrio. Si luego de la transgresión a una ley se agrega la evasión al castigo, lo que ocurre es que se pierde la oportunidad de aprender la enseñanza de la transgresión, el aprendizaje se posterga a un nuevo ciclo de encarnaciones. En otras palabras se atrasa la evolución. Y si en otra vida la pagamos, será porque logramos aprender nuestra enseñanza, no se trata de una venganza, sino, como el resultado lógico de una transgresión. Carma y Darma. Finalmente, a raíz de esa posible burla a los castigos de nuestros actos, está la Justicia consigo mismo. Con uno mismo. ¿Qué le diremos a nuestra conciencia? Debemos tratarnos con mesura de acuerdo al conocimiento de nuestros propios actos y decisiones. Sólo nosotros conocemos lo que anidamos en el corazón y debemos ser Inquisidores sabios. Moral es el hábito de obrar bien independiente de los preceptos de la ley, por la sola bondad de la acción, por amor al bien. Y si tenemos una intuición acerca de lo que es el bien, tenemos también, por inferencia, una idea de lo que es el mal. Así, una vez reconocida la existencia del mal natural y el mal moral, convengamos que ambos pueden ser derrotados por la decisión del hombre. Dejemos que aquellos, que así lo deseen, pasen su tiempo contemplando tales misterios; queda para la mayoría de nosotros, simplemente, luchar contra el mal y hacer de este mundo lo mejor que podamos. No le toca a la masonería determinar la veracidad de las diferentes interpretaciones por ser tolerante con las ideas. Los tiempos cambian, las costumbres y los hábitos difieren de época en época, pero las virtudes permanecen. A pesar de que estén guardadas en un cajón de la memoria popular, siguen brindando sus beneficios a los hombres y a la humanidad cuando son utilizados por el amor al bien. Los males contra los que hay que luchar toman otra forma y se desarrollan de manera diferente.

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Albert Pike nos asiste en la comprensión de este tema cuando nos reflexiona que: “La verdad moral como toda otra verdad universal y necesaria, no puede permanecer como una mera abstracción. Las abstracciones no son realidades. En nosotros mismos, la Verdad moral es meramente concebida. En algún lugar debe de haber un Ser que no solo concibe, sino que la constituye. El tiene esta característica; que no solamente es, para los ojos de nuestra inteligencia, una verdad universal y necesaria, sino que es una verdad obligatoria en nuestra voluntad. Es una LEY. Nosotros mismos no establecimos esa ley. Ella supone un legislador…Como todas las cosas bellas y verdaderas se refieren a sí mismas, éstas se refieren a una Unidad que es la VERDAD absoluta y aquellas se refieren a una unidad que es BELLEZA absoluta, así todos los principios morales se centran en un solo principio, que es EL BIEN… Este Bien Absoluto debe ser necesariamente atributo del SER Absoluto. …Y este Ser es a la vez triple y uno. Quien suma en si mismo la Belleza perfecta, la Verdad perfecta y el Bien perfecto, es DIOS (pp702’703). Albert Pike. Dios es necesariamente el principio de la verdad moral y de moralidad personal. El hombre es una persona moral, es decir, una persona dotada con razón y libertad. El es capaz de virtud; y la virtud tiene en si dos formas principales, el respeto por otros y el amor por otros; la justicia y la caridad (p703). “La moralidad es el reconocimiento del Deber como deber y su consumación cualquiera sean sus consecuencias. La completa existencia moral está incluida en estas dos palabras: DEBER y ESPERANZA (717). “Hemos tenido una experiencia larga, que el conocimiento es provechoso, estamos empezando a darnos cuenta que es moral y al final descubriremos que es religioso. (p 713). 3.- Conclusiones.La moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los ciudadanos las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo. En contexto filosófico, la ética y la moral tienen diferentes significados. La ética está relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que guían el comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad. Estos términos tienen diferente origen etimológico. La palabra “ética” viene del griego ethos que significa “forma de ser” o

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“carácter”. La palabra “moral” viene del latín morales, que significa “relativo a las costumbres”. En un sentido práctico, el propósito de la ética y la moral es muy similar. Ambas son responsables de la construcción de la base que guiará la conducta del hombre, determinando su carácter, su altruismo y sus virtudes, y de enseñar la mejor manera de actuar y comportarse en sociedad. Y la sociedad, en su conjunto, busca emular la ciudad de Dios. Busca los mejores caminos y leyes para garantizar la felicidad y convivencia humana. “Como es arriba es abajo. Como es abajo es arriba” La única manera de cumplir con nuestros propósitos de alcanzar la utopía, es siendo cada día más empáticos, cada día más justicieros y de conservar los valores. Actuando y juzgando siempre, como si de nosotros mismos se tratará. De enfrentando a nuestro “Yo” con el otro “Yo”. Como si tuviésemos que enfrentar siempre el Juicio de los muertos, donde nuestro otro Yo o Kha será juzgado por nuestros actos. En la película titulada “Antes de Partir” existe un momento que, un actor relata su sueño al otro. En ese sueño en un Juicio de los muertos, ante Dios, deberá responder dos preguntas. La primera pregunta era: “¿Has sido feliz?” Al tratar de responder a esta pregunta, desfilaban por su mente todos los pasajes de su vida. Qué propósito tuvo su vida?, Fueron valiosas sus acciones y le condujeron a algún fin? Queridos Hermanos…. Esta es la pregunta más clave de nuestras vidas, meditémosla….Has sido feliz? La segunda pregunta era: “¿Han sido felices contigo tus hermanos?” En la vida que tenemos, nos toca ser seres gregarios, nos toca frenar nuestros ímpetus, nos es permitido crecer espiritualmente, nos mueve el afán de ser felices, pero nada es nuestra vida, si hemos caminado solos, si no hemos puesto en acción los mandatos del corazón, si las acciones o la falta de acciones nos ha impedido obrar de acuerdo a los dictados del corazón, si hemos impedido que Dios obre a través nuestro. Si hemos ignorado la presencia de nuestros hermanos junto a nosotros.

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Por ello la pregunta, si los demás son felices con nosotros o por nosotros y nuestros actos, adquiere el tenor de Justicia. La verdadera justicia es la acción que nosotros ejecutamos para construir los caminos que el corazón nos pide, nuestra conciencia divina. Tu tarea es borrar todos los obstáculos que has puesto al amor. Sin embargo nuestro corazón está frenado por el ego, eso es lo que motiva nuestro vivir: El desapego del ego y la libertad del AMOR. Hermanos Míos: Hemos de juzgar y juzgarnos a nosotros mismos, con la misma vara. Con sabiduría y con dulzura. Que todos nuestros actos y pensamientos sirvan para construir una ciudad más justa y moral, porque así, sólo así, estaremos trabajando: A La Más Grande Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo. Y por que así sea: UCE queridos hermanos. He concluido E:. Juez Inquisidor.

Il: H:. Jorge Mazuelo Mercado, 31ᵒ Campamento de Oruro, 25 de agosto de 2017 e:. v:.

Bibliografía 8

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“Cuando la Palabra Hiere” Ricardo Castañón Gómez Grupo Internacional Para la Paz La Paz, 2008

“Un Puente Hacia la Luz” Rex R. Hutchens, 33ᵒ Ediciones Excelsior S.R.L. La Paz – Bolivia, 1995

“Morals & Dogma” Albert Pike Wikipedia.

Ritual del Grado XXXI SS:. CC:. Del R:. E:. A:. A:. La Paz-Bolivia, 2006

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