JUEGOS Y DEPORTES POPULARES, AUTÓCTONOS Y TRADICIONALES . Desde que en el siglo I, Estrabón narrara las luchas entre cántabros y astures, muchas han sido las prácticas lúdicas de los habitantes de la península ibérica. Cada pueblo, cada civilización, dando rienda suelta a sus necesidades de relación social y de esparcimiento ha ido desarrollando sus propias manifestaciones culturales. Pero, precisamente la relevancia del fenómeno deportivo y de otros ejercicios junto a otros factores como la industrialización o las migraciones de la población hacia las grandes urbes ha provocado, que en la mayor parte de los países del mundo, los deportes populares tradicionales hayan manifestado un declive hacia el primer tercio del siglo XX (Cagigal, 1981: 43). En España, el estado de las autonomías ha contribuido a generar un nuevo interés por la conservación de los elementos que configuran las señas de identidad cultural de cada comunidad autónoma (Moreno, 1992). Sin embargo, actualmente, el fenómeno de la globalización propio de nuestra sociedad posmoderna amenaza con imponer la cultura de las clases dominantes, por lo que es un añadido más a la progresiva decadencia de los juegos populares. Hoy en día, el deporte constituye la manifestación de la cultura física predominante. En nuestras sociedades occidentales, ha existido por tanto, una evidente marginación del juego frente al deporte de masas. Este alejamiento, se traslada también a la Educación Física, donde durante cierto tiempo el juego ha sido utilizado sólo como medio para mejorar las habilidades deportivas. El entorno urbano en el que la juventud se mueve hoy en día también es distinto. Además la calle es más peligrosa menos humana y más impersonal. La progresiva domesticación del medio, que las
sociedades occidentales han ido realizando ha determinado también una domesticación de la actividad física de los jóvenes. Si antaño la infancia desarrollaba su motricidad y su personalidad libremente en el campo o en la calle, ahora las familias inscriben a sus hijos
en
actividades (generalmente deportivas) organizadas por adultos y desarrolladas por monitor de manera que sean mucho más seguras. Aunque existen iniciativas de ocio urbano ligado a la actividad física (parkour, skate, breakdance), a todos los inconvenientes anteriores hay que unir hoy en día, el ocio tecnológico casero que es tan atractivo como la actividad física y que por tanto suplanta erróneamente al juego de la calle. Pero la Educación física puede contribuir a rescatar los valores que encierran los juegos populares que antaño protagonizaban el ocio juvenil y que hoy en día se han visto relegados por el deporte o, lo que es aún peor, por las videoconsolas.
3.1
¿Por qué hay que preservar los juegos populares? Es pues esencial el mantener la tradición de los juegos
populares por los beneficios que estos aportan tanto para los propios jóvenes como para el desarrollo cultural de nuestra sociedad:
Porque son manifestaciones autóctonas de la cultura popular de una extraordinaria riqueza. Vía de acceso a la cultura.
Porque pueden acercar a la actividad física a aquellos sectores de la población cuyos intereses se encuentren alejados del fenómeno deportivo.
Ahondando en estos beneficios, para Trigo (1994) los juegos populares cumplen las siguientes funciones educativas: o Favorecen la mejora cualitativa del tiempo libre. o Conllevan la autoestima hacia lo propio.
o Contribuyen a favorecer la relación con otras personas de distintas edades, sexo y condición. o Permiten conocer mejor la cultura propia y por ello valorarla. o Generan en los jóvenes un interés especial por el cocimiento de los juegos tradicionales a partir de su práctica. o Posibilitan el desarrollo de la capacidad de investigación de todo ser humano, al descubrir el patrimonio lúdico.
3.2
Juego popular, autóctono y tradicional. Al igual que ocurre con los conceptos anteriores, varios de estos
tres conceptos suelen coincidir en muchos juegos y deportes, por lo que frecuentemente será difícil deslindar lo que es un juego popular de otro juego tradicional, así como entre el juego tradicional y el deporte federado. Juego popular: Se trata del juego practicado por el pueblo, por las masas. Normalmente proceden de la práctica de actividades laborales o bien de una tendencia mágico-religiosa. Algunos de estos juegos, en determinados lugares y épocas, han ido alcanzando gran éxito y popularidad hasta el punto de traspasar el marco en el que se originaron. Es frecuente que esta expansión de la práctica lúdica conlleve ciertas modificaciones tanto en el nombre del juego como en alguna de sus reglas. Así, un mismo juego mostrará diferentes variantes en función de la cultura y la región en la que se juegue. Juego tradicional: Es aquel juego que se transmite en una cultura de generación en generación. Esta transmisión se ha realizado generalmente de forma oral aunque posteriormente también se está haciendo de forma escrita. Constituye una evolución del juego popular. Cuando el juego se practica por muchas personas pasa a reglamentarse. Estas reglas unifican la forma de jugar en diferentes contextos y son las que se
van
transmitiendo
de
padres
a
hijos
para
que
las
nuevas
generaciones también puedan jugar. Aunque los adultos también han jugado, por lo general el juego tradicional de adultos se ha manifestado casi exclusivamente en las zonas rurales. Juego autóctono: Es aquel que ha nacido en una determinada región y es propio y característico de esta. A menudo, todos estos conceptos se entremezclan en diferentes definiciones hablándose de juegos populares- tradicionales. Deporte tradicional: Usualmente proceden de la evolución de los juegos populares y tradicionales, fruto de una mayor popularidad y práctica. Sin embargo, cuando se habla de deporte tradicional hay que
considerar
que
el
juego
tradicional
pasa
a
tener
las
características de un deporte cualquiera, es decir: o una reglamentación formalmente escrita o un sistema de competición y o una institución que lo sostiene. Existen deportes tradicionales con reglamentos unificados e incluso federados, como por ejemplo la pelota vasca.
3.3
Clasificación de los juegos y deportes populares y
tradicionales. Dada
la
variedad
de
prácticas, muchas podrían ser
las
clasificaciones que se establecieran. Por una parte se podrían estructurar por comunidades autónomas, pero muchos de los juegos arrastran su influencias sobre ámbitos regionales más extensos que una única comunidad y además otros muchos se repiten. Moreno
(1992:22) ampliando
clasificaciones anteriores de
García Serrano (1974) y Renson (1981) los clasifica en: •
Juegos y deportes de locomoción: carreras y marchas,
saltos, equilibrios, otros. •
Jyd de lanzamiento a distancia: a mano, con elementos
propulsivos, otros. •
Jyd de lanzamiento de precisión: bolos, de discos y
monedas, de bolas, de mazo y bola, otros. •
Jyd de pelota y balón: pelota a mano, pelota con
herramientas, juegos y deportes de balón, otros. •
Jyd de lucha: lucha, esgrima, otros.
•
Jyd de fuerza: levantamiento y transporte de pesos, de
tracción y empuje, otros. •
Jyd náuticos y acuáticos: pruebas de nado, regatas a vela,
regatas a remo, otros. •
Jyd con animales: competiciones de valía y adiestramiento,
luchas de animales, caza y persecuciones,otros. •
Jyd de habilidad en el trabajo: actividades agrícolas y
otras actividades laborales.
Para el museo de juegos tradicionales de la localidad de Campo, Maestro (2002a) los clasifica por edad y sexo en juegos infantiles (de niñas y de niños), juegos de adultos (juegos de mujeres y juegos de hombres).
3.4
Juegos populares-tradicionales en España Como se puede constatar a partir de la extensas clasificaciones
de juegos que se han venido realizando, España es un país con una gran riqueza de juegos populares y tradicionales. Sin embargo, dentro de esta riqueza, existe un claro desequilibrio Norte-Sur en favor de las comunidades próximas a la cornisa cantábrica, donde la orografía del terreno a contribuido a preservar estas manifestaciones lúdicas, frente a zonas como Castilla-La Mancha o Andalucía. Andalucía se encuentra alejada de ese núcleo primigenio y además, las múltiples influencias culturales de las que se ha ido enriquecido a lo largo de su historia, han hecho difícil la conservación de sus costumbres lúdico-culturales. Por todo ello, nuestra comunidad
se encuentra considerada entre las zonas de escaso arraigo en juegos tradicionales (García Serrano,1974; Moreno ,1992).
NIVEL MÁXIMO
País Vasco y Navarra. Aragón,
NIVEL ELEVADO
Cantabria,
Asturias, Castilla
Canarias, y
León,
Galicia, La Rioja. NIVEL MEDIO
NIVEL ESCASO
Castilla-La Mancha, Cataluña, Madrid, Murcia, Valencia Andalucia,
Extremadura,
Baleares.
Tabla 1. Distribución de los juegos y deportes tradicionales en España (Moreno, 1992).
No obstante, existen muestras autóctonas como el bolo serrano practicado en las jiennenses sierras de Cazorla y Segura, y otras manifestaciones compartidas con otras comunidades como las carreras de sacos, la petanca, las cucañas, la rana, la rayuela, las carreras de cintas, los pulsos, las carreras de galgos, las peleas de gallos o los encierros de toros.