Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, 28 de marzo de 1936), conocido como Mario Vargas Llosa, es un escritor peruano que cuenta también con la nacionalidad
española
desde
1993.
Considerado
uno
de
los
más
importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, su obra ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan el Nobel de Literatura 2010, el Cervantes (1994) —considerado como el más importante en lengua española—, el Premio Leopoldo Alas (1959), el Biblioteca Breve (1962), el Rómulo Gallegos (1967), el Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y el Planeta (1993), entre otros. Desde 2011 recibe el tratamiento protocolar de Ilustrísimo señor al recibir de Juan Carlos I de España el título de Marqués de Vargas Llosa. Vargas Llosa alcanzó la fama en la década de 1960 con novelas como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965) y Conversación en La Catedral (1969). Continuó escribiendo prolíficamente en varios géneros literarios, incluyendo la crítica literaria y el periodismo. Entre sus libros se encuentran obras de teatro, novelas policiacas, históricas y políticas. Varias de sus novelas, como Pantaleón y las visitadoras (1973) y La fiesta del Chivo (2000), han sido adaptadas y llevadas al cine. Muchas de las obras de Vargas Llosa están influidas por la percepción del escritor
sobre
la sociedad
peruana y
por
sus
propias
experiencias
como peruano; sin embargo, de forma creciente ha tratado temas de otras partes del
mundo.
Desde
que
inició
su
carrera
literaria
en
1958
reside
en Europa (entre España, Gran Bretaña, Suizay Francia) la mayor parte del tiempo, de modo que en su obra se percibe también una cierta influencia europea. Al igual que otros autores hispanoamericanos, ha participado en política. Luego de simpatizar con el comunismo en su juventud, a partir de la década de 1970 se adscribió al liberalismo. Fue candidato a la presidencia del Perú en las elecciones
de
1990 por
la coalición
política de centroderecha Frente
Democrático(Fredemo). Perdió la elección en segunda vuelta frente al independiente Alberto Fujimori.
Biografía[editar] Mario Vargas Llosa nació en el seno de una familia de clase media en la ciudad de Arequipa, en el sur del Perú en 1936. Fue el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado (Lima, 1905 - 1979) y de su esposa (Arequipa, 4 de junio de 1935) Dora Llosa Ureta (Arequipa, 1914 - 1995), quienes se separaron meses antes de su nacimiento para divorciarse luego del mismo, de mutuo acuerdo.
Poco
después de que Mario naciera, su padre reveló que tenía una relación con una mujer alemana y como resultado de dicha unión, nacieron dos medios hermanos menores del escritor: Enrique y Ernesto Vargas (el primero falleció de leucemia a los once años de edad; el segundo es abogado y ciudadano estadounidense). Su padre era el único hijo de Marcelino Vargas y de su primera mujer Zenobia Maldonado, fallecida en 1925. Su abuelo paterno se casó por segunda vez con Constanza Serpa y tuvieron ocho hijos e hijas (Manuel Vargas Serpa, Ana Vargas Serpa, Rosa Vargas Serpa, Yolanda Vargas Serpa, Humberto Vargas Serpa, Ortencia Vargas Serpa, María de Lourdes Vargas Serpa y Orlando Vargas Serpa). Su madre era hija de Pedro Llosa y Bustamante y de su esposa María del Carmen Ureta Vargas. Mario vivió con su familia materna en Arequipa hasta un año después del divorcio de sus padres, en 1937, momento en que su abuelo Pedro J. Llosa Bustamante se trasladó con toda su familia a Bolivia, donde había conseguido un contrato para administrar una hacienda algodonera cercana a Cochabamba. En dicha ciudad pasó los siguientes nueve años de su niñez, junto con su madre y la familia materna, y cursó hasta el cuarto grado en el Colegio La Salle. Hasta los diez años, se le hizo creer que su padre había fallecido, ya que su madre y su familia no querían explicarle que se habían separado. Al iniciarse el gobierno del presidente José Luis Bustamante y Rivero en 1945, su abuelo, que era primo hermano del mandatario, obtuvo el cargo de prefectodel departamento de Piura, por lo que la familia entera regresó al Perú. Los tíos de Mario se establecieron en Lima, mientras que Mario y su madre siguieron al abuelo a la ciudad de Piura. Allí Mario continuó sus estudios de primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco, cursando el quinto grado. Fue ahí
donde hizo amistad con uno de sus compañeros, Javier Silva Ruete, quien tiempo después sería ministro de economía. A fines de 1946 o principios de 1947, y cuando tenía diez años de edad, Mario se encontró con su padre por primera vez en Piura. Sus padres restablecieron su relación y se trasladaron a Lima, instalándose en el distrito de clase media Magdalena del Mar. Luego se trasladaron a La Perla, en el Callao, donde vivieron en una pequeña casa aislada. Los fines de semana Mario solía visitar a sus tíos y primos, que vivían en el barrio de Diego Ferré, en el distrito de Miraflores, donde hizo muchos amigos y donde tuvo sus primeros enamoramientos En Lima estudió en el Colegio La Salle, de la congregación Hermanos de las Escuelas Cristianas, cursando el sexto grado de primaria en 1947, y los dos primeros años de secundaria de 1948 a 1949. La relación con su padre, siempre tortuosa, marcaría el resto de su vida. Por años, guardó hacia él sentimientos entremezclados, como el temor y el resentimiento, debido a que durante su niñez debió soportar violentos arrebatos de parte de su padre, además de un resentimiento hacia la familia Llosa y grandes celos para con su madre pero, sobre todo, a causa de la repulsión de su padre por su vocación literaria, que nunca llegó a comprender. A los 14 años, su padre lo envió al Colegio Militar Leoncio Prado, en el Callao, un internado donde cursó el 3º y el 4º año de educación secundaria, entre 1950 y 1951. Allí soportó una férrea disciplina militar y, según su testimonio, fue la época en la que leyó y escribió «como no lo había hecho nunca antes», consolidando así su precoz vocación de escritor. Sus lecturas predilectas fueron las novelas de los escritores franceses Alejandro Dumas y Victor Hugo. Entre sus profesores figuró el poeta surrealista César Moro, quien por un tiempo le dio clases de francés. Durante las vacaciones veraniegas de 1952, Vargas Llosa empezó a trabajar como periodista en el diario limeño La Crónica donde se le encomendaron reportajes, notas y entrevistas locales. Ese mismo año se retiró del colegio militar y se trasladó a Piura, donde vivió con su tío Luis Llosa (el “tío Lucho”) y cursó el último año de educación secundaria en el colegio San Miguel de Piura. Simultáneamente trabajó para el diario local, La Industria, y presenció la
representación teatral de su primera obra dramatúrgica, La huida del Inca, en el teatro «Variedades».
En 1953, durante el gobierno de Manuel A. Odría, Vargas Llosa ingresó en la Universidad
Nacional
Mayor
de
San
Marcos,
donde
estudió Derecho y Literatura. Participó en la política universitaria a través de Cahuide, nombre con el que se mantenía vivo el Partido Comunista Peruano, entonces perseguido por el gobierno de Odría, contra el que Vargas Llosa se opuso a través de los órganos universitarios y en fugaces protestas en plazas. Poco tiempo después se distanció del grupo y se inscribió en el Partido Demócrata Cristiano de Héctor Cornejo Chávez, esperanzado en que esa agrupación lanzaría la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero, quien, por aquel entonces, regresaba del exilio. Dicha expectativa no se cumplió. Durante este
tiempo,
trabajó
como
asistente
del
renombrado
historiador
sanmarquino Raúl Porras Barrenechea en una obra que nunca llegó a concretarse: varios tomos de una monumental historia de la conquista del Perú. En mayo de 1955, a la edad de 19 años, contrajo matrimonio con Julia Urquidi, hermana de su tía política por parte materna, quien era 10 años mayor y ya divorciada.28 Debido al rechazo que este matrimonio causó en su familia, la pareja se vio forzada a separarse durante un tiempo pese a que estaban recién casados. Para lograr mantener una vida en común el joven Mario, ayudado por Porras Barrenechea, cumplió con hasta siete trabajos simultáneamente: como asistente de bibliotecario del Club Nacional, escribiendo para varios medios periodísticos e incluso catalogando nombres de las lápidas del Cementerio Presbítero Matías Maestro de Lima; finalmente ingresó a trabajar como periodista en Radio Panamericana, aumentando sustantivamente sus ingresos. Por entonces, Vargas Llosa empezó con seriedad su carrera literaria con la publicación de sus primeros relatos: El abuelo (en el diario El Comercio, 9 de diciembre de 1956) y Los jefes (en la revista Mercurio Peruano, febrero de 1957). A fines de 1957 se presentó a un concurso de cuentos organizado por La Revue Française, una importante publicación francesa dedicada al arte. Su relato titulado El desafío obtuvo el primer premio, que consistía en quince días de visita en París, hacia donde partió en enero de 1958. Su estadía en la capital
de Francia se prolongó durante un mes, antes de retornar a Lima. Ese mismo año se graduó de bachiller en Humanidades en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a mérito de su tesis sobre las Bases para una interpretación de Rubén Darío.
Fue, además, considerado como el alumno de Literatura
sanmarquino más distinguido, por lo que recibió la beca Javier Prado para seguir cursos de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, en España. Antes de partir hacia Europa, hizo un corto viaje por la amazonía peruana, experiencia que después le serviría para ambientar tres de sus novelas —La casa verde, Pantaleón y las visitadoras y El hablador— en dicho espacio geográfico. En 1960, luego de terminarse la beca en Madrid, Vargas Llosa se mudó a Francia creyendo que iba a obtener una beca para estudiar ahí; sin embargo, llegado a París se enteró de que su solicitud había sido denegada. A pesar del inesperado mal estado financiero de Mario y Julia, la pareja decidió quedarse en París donde Vargas Llosa comenzó a escribir de forma prolífica. Su matrimonio duró algunos años más, pero terminó en divorcio en 1964. Un año después, Vargas Llosa se casó con su prima hermana y sobrina materna de su primera mujer, Patricia Llosa Urquidi, hija de su tío materno Luis Llosa Ureta y de su esposa Olga Urquidi Illanes, hija de Carlos Urquidi y de su esposa María del Carmen Illanes, con quien tuvo tres hijos: Álvaro Vargas Llosa (1966), escritor y editor, Gonzalo (1967), empresario y representante en el Reino Unido del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR);
y Morgana (1974),
fotógrafa. En la capital francesa, terminó de escribir su primera novela, La ciudad y los perros, y allí, a través del hispanista Claude Couffon, entró en contacto con Carlos Barral, director de la editorial española Seix Barral. La novela consiguió en 1962 el Premio Biblioteca Breve y se publicó al año siguiente en la editorial barcelonesa. En 1966, durante la lectura que ella hizo de La casa verde, la entonces responsable de derechos de la editorial, Carmen Balcells, decidió proponerse al escritor para convertirse en su agente literario. Lo animó a centrarse exclusivamente en la literatura y le consiguió sustento económico durante el tiempo que durase la redacción de Conversación en La Catedral, a condición de que el contrato con la editorial lo hiciese ella. A partir de ese
momento, Balcells se convirtió en su agente y llegó a conseguirle contratos extraordinarios. En 1971, bajo la dirección del profesor Alonso Zamora Vicente, obtiene un Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de sobresaliente cum laude por su tesis García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa, publicada luego bajo el título de García Márquez: historia de un deicidio. Fue jurado del Festival de Cannes de 1976. Aficionado al fútbol, Vargas Llosa es un experto en estadísticas de este deporte y durante el Mundial España 1982 ejerció como periodista deportivo. En 1983 su ex esposa Julia Urquidi publicó sus propias memorias tituladas Lo que Varguitas no dijo en respuesta a la novela La tía Julia y el escribidor, basada en parte en la relación entre ambos, que fueron reeditadas en 2010. En junio de 2015, después de que la revista ¡Hola! publicara unas fotos en las que Vargas Llosa aparece con Isabel Preysler,47 el escritor reconoció estar separado de su segunda esposa, y pidió respeto por su vida privada. Vargas Llosa se divorció de Patricia Llosa en 2016. En enero de 2019 anunció que abandonaba el PEN Club Internacional por su apoyo al independentismo.
El
Sexto es
la
cuarta novela del escritor peruano José
María
Arguedas publicada en 1961 y que mereció el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962. Es una breve novela basada en la experiencia carcelaria del autor en la prisión limeña del mismo nombre, entre los años de 1937 y 1938, bajo la dictadura de Oscar Raimundo Benavides Larrea. Aunque ambientada en un contexto urbano y con personajes mayoritariamente costeños y criollos, no deja de tener elementos en común con sus anteriores novelas neoindigenistas, en especial con Los ríos profundos, pues su protagonista-narrador (que usa el sobrenombre de Gabriel) es también un ser marginal, sensible e idealista, escindido entre dos mundos (el serrano-andino y el costeño-criollo) y entre dos culturas (la quechua y la castellana). Asimismo la
novela es un cuadro descarnado de la vida carcelaria, que se desarrolla en un edificio lóbrego donde conviven presos comunes con presos políticos. El dolor, la angustia, el sufrimiento y la muerte, son los elementos vitales que giran alrededor de la obra. Tema central[editar] La denuncia del horror carcelario, las experiencias del estudiante universitario Gabriel. En este lugar será testigo de las injusticias y demás aberraciones que se cometen dentro de una prisión, como el dolor, la angustia, el sufrimiento y la muerte. Contexto político[editar] En el epígrafe de la primera edición de la novela, Arguedas afirma que decidió escribirla en 1939, no bien salió de la cárcel, pero que solo empezó a poner en práctica esta idea recién a partir de 1957.
General Óscar R. Benavides, presidente del Perú entre 1933 y 1939. El escritor tenía 26 años cuando vivió dicha experiencia carcelaria. Ocurrió durante la dictadura del general Oscar R. Benavides (aludido en la novela como El General), bajo la cual se hallaban fuera de la ley los partidos aprista y comunista. En realidad, Arguedas nunca fue un activo militante partidario, pero sus simpatías estaban del lado del comunismo y en contra del fascismo, pues se había formado intelectualmente con las lecturas del amauta José Carlos Mariátegui. Fue por eso que cuando en 1937 se
anunció la visita del general italiano Camarotta (representante del dictador Benito Mussolini) a la sede de la Universidad de San Marcos, un grupo de estudiantes sanmarquinos se puso de acuerdo para organizar una protesta; entre ellos se encontraba Arguedas. Todos ellos eran partidarios acérrimos de la Segunda República Española y como tales, opositores declarados de la dictadura italiana, que por entonces apoyaba al bloque fascista en plena guerra civil española. En el fragor del acto, los estudiantes rodearon al general Camarotta e intentaron arrojarlo a la pila del patio de Derecho, hecho que fue impedido por un grupo de profesores. La embajada italiana protestó enérgicamente ante el gobierno peruano, y el general Benavides, a fin de dar un escarmiento ejemplar, ordenó la prisión de todos los estudiantes involucrados. Fue así como Arguedas fue a dar en El Sexto (prisión llamada así por estar aledaña a la sexta comisaria "Alfonso Ugarte" de Lima), donde pasó once meses, de noviembre de 1937 a octubre de 1938. Contexto ideológico[editar] El mundo de los presos políticos en el Sexto refleja la realidad peruana de la década de 1930: comparativamente, los apristas son mayoría y los comunistas solo una minoría.1 Estos partidos, de carácter revolucionario, habían surgido en los años 1920con la pretensión de transformar radicalmente al país; pero fue el APRA, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, que al comenzar la década de 1930 irrumpió como un partido de masas, apoyado por obreros, campesinos, estudiantes y la clase media. Participaron en las elecciones generales de 1931, que perdieron frente al teniente coronel Luis Sánchez Cerro; no reconocieron el resultado y pasaron a la más desaforada oposición, cuya cima alcanzó con la llamada revolución de Trujillo de 1932, ferozmente reprimida por el gobierno. Apristas y comunistas fueron perseguidos y puestos fuera de la ley bajo una norma de la Constitución de 1933 que proscribía a los partidos de carácter internacional; de esa época data la acuñación del término apro-comunismo. Las cárceles se llenaron de presos políticos, situación que no varió tras el ascenso al poder de Óscar R. Benavides luego del asesinato de Sánchez Cerro en 1933 a manos de un militante aprista. La novela es un eco de la lucha de los apristas y comunistas contra el régimen dictatorial de Benavides, pero a la vez refleja el enfrentamiento de ambos grupos en el plano
doctrinario. Los apristas acusan a los comunistas de estar al servicio de la Unión Soviética y de ser antipatriotas; a la vez los comunistas consideran a los apristas como intrigantes al servicio de los intereses de los explotadores para frenar así la auténtica revolución. Frente a esta disputa, el joven Gabriel se muestra como un individualista acérrimo: no comparte ninguno de esos fanatismos extremos, aunque se siente más cercano a los comunistas. Se podría definirlo como un independiente. Escenario[editar] Los hechos narrados transcurren en el interior de El Sexto, una prisión situada en el centro de Lima, en la Av. Bolivia con Alfonso Ugarte. Al inicio del relato, el joven Gabriel cuenta su llegada luego de abandonar la Intendencia; tras cruzar un patio inmenso fue conducido hacia el tercer piso o pabellón de los presos políticos. En el primer piso se hallan los presos comunes más peligrosos (asesinos, ladrones prontuariados) y en el segundo los no avezados (violadores, estafadores, ladrones primerizos). El nombre de la prisión se debía a que el edificio estaba aledaño al cuartel a la sexta comisaria "Alfonso Ugarte" de Lima. Personajes Principales
Gabriel, el narrador-protagonista, es un joven estudiante, serrano, artista, idealista, apolítico. Es natural del pueblo de Larcay, cerca de Chalhuanca. No se alínea ni con los apristas ni con los comunistas, pues siente aversión por las doctrinas y disciplinas políticas que, según él, limitan su libertad. Prefiere juzgar a los individuos no por sus diferencias políticas, sino por su personalidad, y es así como se hace amigo por igual del comunista Cámac y el aprista «Mok’ontullo». Es muy sensible y le atormentan las terribles escenas que ve en la cárcel. En los momentos de mayor angustia recuerda las bellas y apacibles imágenes de su tierra natal, a manera de paliativo.
Alejandro Cámac, hombre maduro, alto, flaco, serrano, campesino de origen, carpintero de minas, sindicalista y comunista. En Morococha (región minera en la sierra central del Perú) había sufrido encierro y torturas, antes
de ser trasladado a Lima. Compañero de celda de Gabriel, quien llega a admirarle por su sentido de justicia, que estaba por encima de su militancia partidaria. Muere en prisión y sus camaradas lo homenajean, sumándose incluso los apristas al acto, pues todos le reconocen como un gran luchador social. Pedro, el líder de los comunistas, pronuncia un discurso en su honor.
Juan, apodado «Mok’ontullo», joven, alto, blanco, arequipeño y aprista. Es la esperanza de su partido, aunque él se define solo como el músculo del mismo, siendo otros los cerebros. Empero, no es fanático y hace amistad con Gabriel.
Francisco Estremadoyro, apodado «Pacasmayo», por ser natural del puerto de ese nombre, situado en el departamento de La Libertad, donde tenía un negocio de lanchas. Estaba como acusado de aprista, pero en realidad era apolítico y según su versión su encierro era obra de un diputado liberteño a raíz de una disputa por el amor de una mujer. Es muy jovial, conversador y lleno de energía, pero de pronto es aquejado de una extraña enfermedad que le hace enrojecer el rostro. Ello, sumado al deprimente espectáculo de la prostitución de un muchacho apodado Clavel en plena cárcel, hace que enloquezca y se suicide arrojándose contra los barrotes de la celda del muchacho.
El piurano Policarpo Herrera, natural de Chulucanas. Es un hombre alto y fornido, pequeño propietario, agricultor cañavelero, que según su versión estaba en prisión por su enemistad personal con el subprefecto de su provincia. Como todo hombre andino siente aversión hacia la homosexualidad; detesta por eso al Rosita y a los violadores como el Puñalada y su banda de negros.
Maraví, delincuente de alta peligrosidad, gordo, bajo y achinado. Es uno de los jefes de El Sexto, rivalizando con Rosita y Puñalada por el control de los negocios en el interior del penal.
Puñalada, es un negro ladrón y asesino. Es alto, corpulento y con mirada de caballo. Es jefe de una de las bandas que existen dentro de la prisión. Es también el encargado de llamar a los presos desde la puerta del penal. Controla el negocio de prostituir a un joven llamado Clavel, así como el
tráfico de alcohol, hojas de coca y droga dentro de la prisión. Se enamora del Rosita pero éste lo rechaza.
Rosita, homosexual y travestido, quien purga prisión por ladrón y asesino. Es otro de los líderes del Sexto, en rivalidad con Maraví y Puñalada. Es hábil con la navaja y muy respetado por todos. Su pasatiempo favorito es el canto que entona con delicada voz. Convive en su celda con «el Sargento», un preso común condenado por estupro.