Itinerario De La Fe Cristiana 3442

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Tema 1: Personalizar la propia historia

Tema N° 1

Personalización de la propia historia Introducción. Nuestra historia es mi nuestra historia de salvación. Dios nos salva desde lo que somos y desde lo que vamos viviendo. Somos lo que vamos construyendo en el día a día. De ahí la necesidad de acercarnos a la propia historia, conocerla, aceptarla, reconciliarnos con el y reconstruirla. No nos acercamos para juzgarnos ni condenarnos, sino para comprendernos y encaminarnos hacia una personalización, un irnos haciéndonos sujetos de nuestra propia historia. No a culpabilizaciones ni condena a priori. La finalidad de la oración es asumir la propia realidad delante de Dios Por eso el tono desde el cual vamos a acercarnos lo tomaremos de la siguiente oración Lecturas Bíblica Salmo 139 (138) 1-18 Es una mirada global de tu vida entera. Es lo más tuyo. Sin embargo no tienes la última palabra sobre ella. Porque hay muchas cosas que se te escapan. Porque arrastras mucha carga negativa. Porque eres una criatura limitada... Quizá tu yo se resiste a poner tu historia ante la mirada de Dios. El salmo expresa la experiencia de quien, por fin, no necesita el conocimiento que controla. Por fin, puedes ser tú mismo ante Alguien. Por fin, puede descansar tu historia en el Padre. Por fin, alguien te conoce y no necesitas defenderte de su juicio. Toma el salmo y dale una primera lectura. Luego ve versículo por versículo, saboreándolo, dejando que

Tema 1: Personalizar la propia historia

resuene en ti. Quédate allí donde sientas o intuyas que hay algo para ti, que te dice algo. Isaías 55 Cada frase es una llamada a la esperanza. Cuando todo parece perdido, cuando tienes miedo a enfrentarte contigo y tu historia, basta salir de ti y escuchar: “Ustedes que están sedientos... Vengan, escuchen y vivirán...” Basta un poco de confianza. Aunque los planes de Dios no sean los nuestros, aunque miremos con tristeza nuestra vida... “en vez de espinos, crecerá el ciprés”. Fíjate en los siguientes aspectos: • La invitación gratuita -sin requisitos- que te hace Dios. Él invita a y no pone condiciones. • Los tipos “sed” que traigo, que tengo... • La Alianza que quisiera establecer conmigo • Su insistencia en que le busque, mientras es posible hacerlo: quizá sea el momento de comenzar este caminar. • Te invita a revisar tus caminos, con la confianza de saber que El, por encima de todo es misericordia. • La eficacia de su Palabra; llega a lo más hondo de nuestra existencia y arideces y germina vida • La alegría como promesa del Padre para todos aquellos que se decidan entrar... Lc 13,1-21 Es el Dios de la vida. Somos nosotros los prisioneros de nuestros esquemas del bien y del mal, sin esperanza. Pero Dios es capaz de suscitar la vida en cuanto ve un corazón abierto. Dios paciente con su higuera, el que endereza a los que se doblan, a los encorvados bajo el peso de su pasado. Si supiésemos ver el reino de Dios en el granito de mostaza, en la levadura… Al principio, cuando estrenas la fe, ¡parece débil! Pronto verás fermentar toda la masa.

Tema 1: Personalizar la propia historia

Mi historia Observaciones. Nada es irreversible. Todo puede ser re-vivido dándole un sentido. Recordar no significa pasar la película de mi vida en plano objetivo, sino volver a recorrerla, comprometiéndome en ella, haciéndola mía. Por supuesto, nadie mira su propia historia sin que se remuevan los fondos: experiencias críticas, sueños íntimos, personas significativas... Dios lo ha asumido todo antes que yo. ¿Por qué me niego a reconocer mi historia? ¿Es que hay algún capítulo que me produce malestar, hasta el punto de que instintivamente quiera arrancarlo? ¿Por qué? Sin duda, está revelándome algo importante de mí no integrado aún. ¿Qué temas se repiten en mi historia? ¿Qué lugar ocupa Dios? Mi historia de adulto ha ido elaborando “mi mundo”, es decir, un conjunto de realidades, externas e internas, que dan a entender desde donde he dado sentido a mi vida. Lo que socialmente puede ser verificado como “mi mundo” no siempre coincide con mi proyecto íntimo de ser. Quizá una cosa es el discurso que mantengo ante los demás y ante mí mismo, y otras cosas son las motivaciones reales que me mueven. Sería interesante que escribieras tu historia. Sin prisas: según vas orando y trabajando los temas posteriores. • Escribir la propia historia significa en primer lugar, dar nombre a los recuerdos. Algunos los percibes como amenazantes. Descríbelos, vivéncialos emocionalmente. • Releer los acontecimientos: situarlos en un conjunto, de modo que, ahora, los ves con otra luz. Lo que antes era puramente negativo, ahora no lo es tanto. • Releerlos como historia de salvación: “Yo viví aquello así; pero ¿qué pretende Dios con ello?”

Tema 1: Personalizar la propia historia



Toma la oración “Mirarme desde Ti” . Hazla tuya. Pídele a Dios que te permita mirarte con la misericordia de su mirada y no con los prejuicios que pueden existir en ti. Este primer tema introductoria atraviesa, en parte, toda una etapa, pues una de las experiencias mayores de fundamentación es la de reconciliarse con la propia historia. En la guía encontrarás ayudas complementarias para comenzar a escribir tu historia personal. Si conoces alguna otra, utilízala y recomiéndala.

Mirarme desde Ti Mírame tú, Jesús de Nazaret. Que yo sienta posarse sobre mí tu mirada libre, sin esclavitud de sinagoga, sin exigencias que me ignoren, sin la distancia que congela, sin la codicia que me compre. Que tu mirada se pose en mis sentidos, y se filtre

hasta los rincones inaccesibles donde te espera mí yo desconocido, sembrado por ti desde mi inicio, y germine mi futuro rompiendo en silencio con el verde de sus hojas la tierra machacada que me sepulta y que me nutre.

Déjame entrar dentro de ti, para mirarme desde ti, y sentir que se disuelven, tantas miradas propias y ajenas que me deforman y me rompen. Benjamín González Buelta.

Tema 1: Personalizar la propia historia

La Conclusión Me imagino que hoy voy a morir. Solicito tiempo para estar a solas y redactar para mis amigos una especie de testamento en el que los siguientes puntos podrían constituir otros tantos capítulos: Tales cosas he amado en mi vida: Cosas que he saboreado... contemplado... olido... escuchado... tocado... Tales experiencias he apreciado... Tales conceptos me han ayudado a liberarme... Tales creencias he dejado atrás… De tales convicciones he vivido… Tales cosas para las que he vivido… Tales ideas he adquirido en la escuela de la vida: Ideas acerca de Dios, Del mundo, De la naturaleza humana, De Jesucristo Del amor, De la religión, De la oración. De... Tales riesgos he corrido... Tales peligros he buscado... Tales sufrimientos me han moldeado...

Tales lecciones me ha enseñado la vida... Tales influencias han configurado mi vida (personas, ocupaciones, libros, acontecimientos, responsabilidades...)... Tales textos bíblicos han iluminado mi camino... Tales cosas lamento de mi vida... Tales logros he alcanzado... Tales personas llevo en el corazón... Tales deseos no he satisfecho... Escojo un final para este documento: Un poema (mío o de cualquier otro); O una oración O un dibujo O una fotografía de una revista O un texto bíblico O cualquier cosa que me parezca podría ser una apropiada conclusión a mi testamento Anthony de Mello

Realidades más significativas Mira hacia atrás, recorre tu historia desde niño. ¿Qué experiencias te parecen más significativas, sean positivas o negativas? ¿Hay algún capitulo en tu vida que preferirías que no hubiese existido? ¿Por qué? ¿Porque fue ofensa a Dios, y aunque te sabes perdonado te da pena por El? ¿O es porque ha roto tu imagen? ¿Nunca lo has podido aceptar? Si lo tienes enquistado como algo perturbador te esta revelando cosas muy importantes de ti mismo. Lo que ahora percibes como herida, a lo que no puedes dar sentido, mas tarde lo percibirás como gracia, tal vez la más importante de tu vida. En toda vida humana ni hay alguna experiencia configuradora. Todo cambió desde entonces. Cuando lo vivías, notabas inconscientemente, que estabas poniendo en juego lo mejor y lo peor de ti mismo. ¿Cuál es tu experiencia configuradora más importante? Casi siempre estas experiencias tienen mucho que ver con los sueños íntimos, los que uno ha alimentado, a pesar de todo. Han sido como las constantes de la propia historia. ¿Te sirven de tapadera ante la dureza de la vida? ¿han ido adaptándose según la edad? ¿Alguna frustración de tus sueños te ha marcado? ¿Cómo la elaboraste? ¿Esas experiencias y sueños tienen algo de incondicional y absoluto? Por ejemplo, el amor, los valores éticos, la relación con Dios… ¿Tienen algo que ver con tu modo actual de plantearte la vida? Por desgracia, hay personas que al topar con experiencias significativas, prefieren no mojarse mucho. Curiosean, viven un poco, pero no se comprometen. ¿Qué tal andas tú?

Crisis existenciales 1 El tiempo humano no es solo cronología, sucesión. Sino historia vivida. Por eso cada tiempo tiene su propia densidad, y hablamos de cambio de ritmo existencial. Aunque hay personas que no tienen historia, sino sucesos porque no viven su tiempo.

2. Las crisis existenciales señalan el modo deferente de vivir los grandes ciclos vitales. Deberían ser crisis de crecimiento; pero a veces son mal resueltas, y la persona se expone a bloquear su historia. 3. La crisis de autoimagen corresponde a la primera etapa de adultez, cuando se sale de la adolescencia y han de tomarse las decisiones que orientan definitivamente el sentido de la vida y, normalmente, el proyecto de vida. • Crisis de identidad, porque hasta ahora el yo se percibía desde un ideal de sí. Ahora se percibe el desfase entre el ideal del yo y el yo real. • Sensación confusa de insatisfacción consigo; primeras experiencias globales de limitación, hasta ahora latentes, comienzan a emerger (autorrealización, primado del proceso personal sobre ideales, etc.) • Pero todavía el futuro está lleno de esperanza. 4. La crisis de realismo, en general, va de los 30 años en adelante y suele ser progresiva. • La realidad no ha respondido a las expectativas ni a tus sueños juveniles de vida espiritual, de virtud, de transformación del mundo. • Hay que inclinarse ante la limitación. Peligro de escepticismo. ¿Merece la pena tanta entrega? ¿No vale más hacerse un lugar vital cómodo? • Emerge la necesidad de significación personal para alguien concreto. 5. La crisis de reducción. Prolonga y radicaliza la de realismo. • Viene por el declive de la edad; sensación de que el tiempo no es ya posibilidad, sino límite; o por circunstancias: enfermedad, fracaso profesional… • Tentación de huir de la caducidad (viajes, concentración en la eficacia laboral, coqueteos afectivos) y desafío en orden a una nueva sabiduría de la vida, en que queda lo esencial (Dios y el amor desinteresado al prójimo) 6. Los ciclos vitales se entremezclan, pero pregúntate. ¿Puedes soldar tu historia, dar a cada tiempo su sentido, integrar cada crisis, percibirla como posibilidad real de crecimiento, de modo que no reniegues de nada? ¿En qué crisis te sitúas? ¿Cómo la estás abordando?

Sentido de mi historia 1. Nuestro racionalismo busca explicaciones causales. Pero lo más importante no es determinar por qué tuviste tales padres, por qué elegiste tal carrera, por qué has sido un idealista, sino dar sentido al conjunto de tu historia. Lo cual depende del horizonte de sentido en que has vivido. 2. Nada en la vida humana está perdido, ni siquiera el pasado, pues siempre puede ser revivido de otro modo: Hoy, el problema no está en lo que sucedió sino en ti: porque intentas negarlo, porque no lo haces tuyo. ¿Cómo hacer mío algo que es malo? No se trata de justificarlo sino de asumirlo. En el conjunto de tu vida, también eso tiene sentido. Descubre su lado positivo. Donde hay desventaja hay desventaja: por ejemplo, si tuviste una educación rígida, represora de pulsiones, ¿no te das cuenta que te dio una mayor sensibilidad para lo absoluto? La realidad, positiva o negativa, tiene sentido, sencillamente, porque es tu historia. Depende de la actitud básica de aceptación de la finitud, de la limitación. Sobre todo para ti creyente, “todo es gracia”, si te das cuenta de que Dios te ama como eres, que El es quien da sentido al sinsentido, incluso al pecado, como etapa o momento de la historia de la salvación. 3. Intenta describir qué constante da sentido a tu historia. ¿Notas que algo, en particular, te está impidiendo percibir la relación de sentido entre tu pasado y tu presente? 4. ¿Comienzas a intuir alguna experiencia configuradora que te permita reelaborar el sentido de toda tu historia, por ejemplo, la experiencia del amor gratuito de Dios, la vida como autenticidad o alguna otra? Comienzas a darte cuenta de que el futuro ya no podrá ser cuestión de deseos, sino de fidelidad a tu historia, se decir, de proceso de personalización?

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