INCIDENCIA DEL DESMEMBRAMIENTO FAMILIAR EN EL INCREMENTO ACTUAL DE LA DELINCUENCIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD DE LA CHIVA (LICEY)
INTRODUCCIÓN
En el siguiente trabajo se expone de manera clara y precisa la incidencia que está teniendo el desmembramiento familiar en el incremento actual de la delincuencia juvenil en la comunidad de la Chiva (Licey). Siendo esto, una problemática que está afectando en gran medida a los habitantes de esa comunidad, considerando así necesario su estudio; a fin de determinar cuáles son las causas más influyentes en que la unidad básica de la sociedad, la familia, se encuentre atravesando por esta crisis de valores, lo cual ha venido a desencadenar nefastas situaciones, como es el caso que nos ocupa, la delincuencia juvenil. A través de esta investigación se pretende analizar a fondo tanto a las familias desmembradas como a los delincuentes juveniles, para así brindar las soluciones más eficaces para combatir esta situación que tanto nos aflige. Entre los tópicos más prominentes a tratar se encuentran los siguientes:
Función de la Familia como unidad básica de la sociedad;
Relación de Padres-Hijos;
Causas del Desmembramiento Familiar;
Teorías que justifican la Delincuencia;
Causas de la Delincuencia Juvenil;
Soluciones planteadas para contrarrestar la Problemática de la Delincuencia Juvenil en la comunidad de la Chiva (Licey); entre otros.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La inadaptación social y la delincuencia, principalmente de los jóvenes y adolescentes, son un problema social y científico-pedagógico que genera seria preocupación en nuestra sociedad actual. La delincuencia en nuestro país ha incrementado significativamente en los últimos años. Esto se debe al aumento en las pandillas juveniles que prácticamente están alrededor de todo el país. El mayor problema que se presenta con estas pandillas juveniles, es que por ser la mayoría menores de edad no reciben el castigo que se merecen y eso les permite hacer sus actos vandálicos libremente. Tradicionalmente, la delincuencia juvenil se consideraba como un fenómeno ligado a la subcultura de los ambientes humildes, mientras que el concepto de discordancia quedaba reservado para los medios privilegiados. La diferencia principal entre ambos términos es que la delincuencia era conocida por la sociedad, al paso que la discordancia se trataba en el seno de la familia. Como consecuencia de su propio incremento y de la creciente gravedad de sus hechos delictivos, el problema que ella plantea constituye uno de los rasgos más característicos de nuestra época. Desde hace cincuenta años tal problema ha suscitado análisis, encuestas o anatemas de jueces, sociólogos, psicólogos y educadores, o sea de aquellos que tienen diversas razones para interesarse en la juventud. Sin embargo, el aspecto publicitario de esos testimonios ha prevalecido sobre el científico, casi siempre parcial e incompleto. La pobreza, el desempleo y la falta de perspectivas, en la población, ha generado un aumento, acelerado, de los problemas sociales (delincuencia, tráfico de drogas, prostitución, desintegración familiar y la violencia contra mujeres y niños). Tal vez una de las causas más relevantes de la delincuencia juvenil sea la desintegración del núcleo familiar. Se supone que la familia es la base más sólida de la sociedad. Al desintegrarse, se desintegra a su vez la persona; entonces es ahí donde el individuo no le
encuentra sentido a su vida. Por lo tanto, no aprovechan su tiempo en educación, deportes y otras actividades de desarrollo, entonces se dedican a deteriorarse ellos mismos y lo más importante a hacerle el mal a sus semejantes, ya sea robándoles, hiriéndolos o como se ha dado en otras situaciones, matando a familiares, incluso a sus propios padres. Según datos presentados en el I Congreso de Delincuencia Juvenil realizado en la ciudad de Santo Domingo en el año 1997, del 70 al 80 % de los delincuentes proceden de familias disociadas, (por divorcio, muerte o abandono) o de familias cuyos padres no se entienden. Aunque la delincuencia continúa ligada a la miseria, su práctica se ha extendido últimamente a los grupos socioeconómicos medios y altos. Es importante el aumento experimentado por la delincuencia juvenil en nuestro país en los últimos años. Es por esta razón que este trabajo de investigación se ha planteado la siguiente interrogante: ¿Cuál es la situación en torno a la problemática de delincuencia juvenil en la comunidad de la Chiva y la incidencia que tiene el desmembramiento de las familias en esta?
SISTEMATIZACIÓN DEL PROBLEMA
1. Cuáles son los factores que inciden en la problemática de delincuencia juvenil en la comunidad de la Chiva (Licey)? 2. Cómo influye el desmembramiento familiar en esta problemática? 3. Cuál es el marco legal que regula esta problemática, tanto a nivel nacional como internacional? 4. Cuáles son las posibles soluciones a la delincuencia juvenil en la comunidad de la Chiva (Licey)?
ANTECEDENTES DEL PROBLEMA
La expresión delincuencia juvenil, que se usa por primera vez en Inglaterra en 1815, no tiene un significado uniforme en todos los países. En EE.UU. se consideran delincuencia juvenil todos los hechos antisociales cometidos por personas que no han alcanzado la edad penal. En Europa, comprende los hechos, realizados por estas mismas personas, que están considerados delitos o crímenes por la ley penal y las conductas que la ley asimila a la delincuencia. En la URSS sólo se considera delincuencia juvenil la realización por menores de crímenes graves. Estas diferencias se dejan sentir en las estadísticas, por lo que en el campo internacional se trata de encontrar un criterio unánime. Aumenta la equivocidad del término, el hecho de que la menor edad penal sea distinta en las diversas legislaciones y que el ámbito de la expresión delincuencia juvenil se extienda en la doctrina tanto a los menores como a los jóvenes delincuentes. En España, dado el sistema positivo existente (Código Penal y Ley de Tribunales Tutelares) debe entenderse por delincuencia juvenil los delitos y faltas y los comportamientos antisociales (fenómenos de corrupción y conductas para delictivas) realizados por menores de 18 años (en cuanto las medidas de tutela y reforma pueden extenderse hasta esa edad, según el artículo 65 del Código Penal). Aunque la realización de delitos por jóvenes y menores es un fenómeno tan antiguo como la humanidad, puede decirse que la delincuencia juvenil es un problema de nuestro tiempo. Aparece con la revolución industrial del siglo XIX, y su crecimiento está unido al desarrollo rápido y desordenado de ciudades e industrias, a la desintegración progresiva de la familia y a la disolución de muchas creencias ético-religiosas impuestas por las estructuras sociales que se configuraron en la segunda mitad del novecientos. Sobre los años cincuenta de nuestro siglo el fenómeno se agrava, no tanto por los índices cuantitativos que las estadísticas marcan, sino por la aparición de un nuevo estilo en la
fenomenología, novedad que reside sobre todo en la motivación que impulsa al delito, en la violencia empleada en su realización, en el carácter gratuito e inútil de la misma, y en la tendencia a la agrupación, que para la comisión de los hechos delictivos se advierte. La fenomenología de la delincuencia juvenil llena en realidad todos los tipos del Código Penal, pero hay algunos delitos que con mayor frecuencia son realizados por jóvenes y menores, especialmente los atentados contra la propiedad (hurtos y daños, sobre todo), delitos sexuales, lesiones e infracciones de circulación. En la actualidad, como esquemas delictivos peculiares de la delincuencia juvenil se señalan los hurtos en los grandes almacenes, hurtos y robos de vehículos de motor, el vandalismo y, en algunos países, el uso de estupefacientes. La etiología de la delincuencia juvenil es una de las cuestiones que más preocupa a la actual Criminología. Los factores que impulsan al joven a la realización de hechos delictivos suelen dividirse en endógenos y exógenos, según se trate de causas atribuibles a las condiciones biológicas o psíquicas del sujeto o de factores procedentes del medio ambiente en que vive. Sobre la importancia de estos factores no es unánime la opinión doctrinal, estando, sin embargo, de acuerdo los autores en que no puede atribuirse a una sola causa el carácter de factor determinante de la delincuencia juvenil, sino a un conjunto de ellas. No obstante, las últimas investigaciones destacan el buen o mal ambiente familiar como elemento de gran relieve. En cuanto a la profilaxis y tratamiento de la delincuencia juvenil, el Derecho Penal ha experimentado la más grande transformación de sus concepciones; ha sacado esta clase de delincuencia del Derecho Penal Común, del carácter represivo, y la ha encuadrado en un Derecho protector y reformador. El eje sobre el que gira este tratamiento tutelar son los Tribunales de Menores.
El tratamiento de los menores delincuentes ha atravesado tres fases o períodos. El primero (siglo XIX y mitad del presente), y en él se construyeron los reformatorios, con un régimen duro y muy escaso contacto con el exterior. La disciplina y el trabajo eran los medios empleados para corregir conductas que respondían a "defectos morales". Un segundo período (1945-1955), la Segunda Guerra Mundial había dejado a niños y jóvenes sin hogar, la raíz del problema estaba en las circunstancias sociales. Se diseñaron instituciones diferentes a las anteriores que pudieran reparar las lagunas educativas y emocionales de los niños. En esta etapa cobra fuerza el modelo médico y terapéutico, incorporándose un gran número de profesionales de la salud mental, educadores y trabajadores sociales. En la tercera fase (1955- ) el delincuente juvenil pertenece ahora a una sociedad cada vez más rica y desarrollada. En la práctica, el tratamiento del modelo terapéutico fue seriamente cuestionado como vehículo de implementación de programas sociales. El apoyo social es "un intercambio de recursos entre al menos dos personas, percibido por el proveedor o el beneficiado como pretendiendo incrementar el bienestar del beneficiado". La forma en que la gente puede ayudarse puede tomar muchas formas. En los últimos años se multiplicaban los trabajos sobre el apoyo social y hay razones para ello. El apoyo social se otorga, recíprocamente, entre un grupo más o menos amplio de personas que se auxilian mutuamente y contribuye una red social. En el caso de la República Dominicana un documento suministrado por el Organismo Rector del Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, para 1990, unos 58 mil niños deambulaban por las calles, de los cuales mil habían roto vínculos con sus familias y hecho de la calle su espacio de lucha, supervivencia y morada. El 50 % de éstos últimos se concentra en la ciudad de Santo Domingo.
Una sociedad donde un niño, niña o adolescente tiene la obligación de ocuparse del sustento de una familia, y donde no hay tiempo requerido u obligatorio para que se dedique a sus estudios, es una de las causas principales de este mal. Según la organización española ENDENSA, encargada de realizar encuestas de salud, en el año 1991, unos 300 mil niños trabajaban. De éstos, el 50 por ciento fluctúa entre los 7 y 14 años de edad, y 20 por ciento de ellos no asiste a la escuela. La delincuencia juvenil, sin lugar a dudas en una problemática de tal magnitud que nos pone prácticamente en ``estado de emergencia''. Según un informe de las organizaciones ONAPLAN-CELADE y PROFAMILIA, para el 1996, la población de menores de 18 años de edad en el país ascendía aproximadamente a tres millones, lo que representa casi el 43 por ciento de la población. De ésta, un segmento importante se encuentra en una situación de riesgo social. Según un estudio realizado por el Instituto Dominicano de la Familia (IDEFA), para el 1996, el 30 por ciento de los hogares del país no eran estables, por lo que se estima que alrededor de 300 mil niños viven en hogares con problemas. Esto quiere decir que alrededor de esa cantidad tienen posibilidad de caer en la delincuencia. En la ciudad de Santiago a diario se pueden constatar los hechos producto de la problemática de la delincuencia juvenil. La que en los últimos años ha tenido un gran auge, producto de factores tales como la falta de hogares estructurados, el analfabetismo, la condición socioeconómica, el alto índice de desempleo, entre otros.
JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DEL PROBLEMA
Como se planteó anteriormente la delincuencia juvenil ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años. Ante el reto de superar esta problemática es primordial identificar cuáles son las causas y los factores que están incidiendo en su desarrollo, siendo uno de los más influyentes la carencia de hogares estructurados en que se están desarrollando nuestros niños, para de esta forma trabajar y buscar medidas que corrijan la situación desde la raíz que la está provocando. Identificar también el marco jurídico, tanto nacional como internacional, para así estudiar más a fondo y desde el punto de vista legal las posibles soluciones a esta problemática. En esto radica la importancia de este estudio, pues a través de él se determinará las principales causas que motivan la delincuencia juvenil y sus posibles soluciones.
OBJETIVOS Objetivo General Analizar la Incidencia del Desmembramiento Familiar en el incremento actual de la Delincuencia Juvenil en la comunidad de la Chiva (Licey). Objetivos Específicos 1. Identificar las causas del desmembramiento familiar en la comunidad de la Chiva (Licey). 2. Identificar el marco legal que regula esta problemática, tanto a nivel nacional como internacional.
HIPÓTESIS
1. A mayor cantidad de familias desmembradas, mayor delincuencia juvenil en la comunidad de la Chiva (Licey). 2. A mayor inestabilidad emocional del joven, mayor vulnerabilidad a la delincuencia juvenil. 3. A mayor necesidad de reconocimiento, admiración y aprobación de un grupo que siente el joven, mayor es la tendencia a pertenecer a bandas o pandillas de delincuentes juveniles.
LA FAMILIA Conceptualizacion de Familia. Podría definir familia como grupo social básico creado por vínculos de parentesco o matrimonio, presente en todas las sociedades. Idealmente, la familia proporciona a sus miembros protección, compañía, seguridad y socialización. Henting afirma que “La familia es una unidad intacta, son los desórdenes de ella que lo conducen a la delincuencia”. Todo el mundo coincide en reconocer que la familia es la comunidad básica de la que gran parte depende el desarrollo físico, intelectual, moral y espiritual del niño, más tarde del adolescente, y por consiguiente del adulto del día de mañana, con lo que parece ser son numerosas las familias que ejercen mal sus funciones educativas. De ahí que el hogar es el factor más poderoso entre los que contribuyen a la formación del carácter y de las costumbres de los jóvenes.
La familia, como célula social es el primer y más promisorio campo de estudio de la falta de adaptación jurídica social de los menores. Al entregar el elemento familiar, como una posible fuente de desajustes y criminalidad, observados en la desorganización de la misma. En la exclusividad del seno familiar se ha abierto una brecha. La desintegración de la familia puede deberse a que como institución ya no resulta imprescindible para resolver las necesidades del individuo, puesto que el Estado u otras instituciones e incluso personas particulares se han encargado de funciones que antes eran propias de la familia. Con el desarrollo de la industrialización la familia ha ido evolucionando hasta quedar reducida a su mínima expresión. A ello han contribuido varios factores: la incorporación de la mujer al mundo laboral, la posibilidad de llevar a los hijos a las escuelas infantiles desde los primeros meses de vida, el distanciamiento apreciable entre el lugar de trabajo y el domicilio, etc. Paralelamente, la posibilidad de divorcio, los anticonceptivos, la independencia económica de la mujer con respecto al marido han debilitado el concepto de núcleo sólido e indivisible y el papel tradicional atribuido al cabeza de familia. Funciones de la familia
1. Función Socializadora.- La familia es fuente de educación y formación, su papel principal es hacer una renovación positiva de la sociedad. Su misión es la humanización de este mundo tecnificado y materialista, llevándole su experiencia de fraternidad. La familia es el principal agente o factor de la educación, incluso podemos decir que es el factor fundamental del ser humano. Su función educadora y socializadora está en base a que como institución, supone un conjunto de personas que aceptan, defienden y transmiten una serie de valores y normas interrelacionados a fin de satisfacer diversos objetivos y propósitos. La meta de la familia es socializar al individuo. En los primeros años de vida el niño está todo el tiempo en contacto con la familia, y se van poniendo los cimientos de su
personalidad antes de recibir cualquier otra influencia. Los padres, en este proceso de socialización actúan como modelos que los hijos imitan. 2. Función Educadora.- La familia educa múltiples facetas de la personalidad, a distintos niveles. Los más superficiales de estos niveles (Educación intelectual, Educación cívica, Educación estética, entre otros), son los que pueden confiarse a otras instituciones sociales, como a la escuela. Los más fundamentales, en cambio, como la intimidad y el calor familiar, es muy discutible que puedan transferirse. Lo que de un modo más insustituible ha de dar la familia a un niño, es la relación afectiva y más cuanto más pequeño es el hijo. En los primeros años de su vida esa corriente afectiva es para él, una verdadera necesidad biológica, como base de la posterior actividad fisiológica y psíquica. Se le inducen actitudes y habilidades necesarias (andar, hablar, respuesta afectiva -sonrisa-, etc.), que, sino se educan en el momento oportuno, luego ya no es posible imprimirlas en el niño. El papel de la familia consiste en formar los sentimientos, asume este papel no enseñando, sino contentándose con existir, es decir, amando y la acción educadora se extiende a los padres tanto como a los hijos. Esta formación de los sentimientos abarca: educación de las relaciones humanas, educación religiosa, educación sexual, educación estética, educación moral y educación de la sensibilidad. Si en estas cosas falla la familia, es dudoso que alguien más pueda sustituirla. También compete a los padres el educar la voluntad de sus hijos su capacidad de esfuerzo, de entrega y de sacrificio, su espíritu de cooperación y su capacidad para el amor. Definición de Familias Desmembradas. Son aquellas familias que originan delincuencia, en las cuales el padre o la madre, o ambos, por ausencia o impedimento debido a su deslealtad, separación legal o cualquier otra circunstancia, son incapaces de cumplir con los deberes y responsabilidades parentales. En
estas existen la carencia de un ambiente conducente, a un desarrollo adecuado del menor, entendiendo por tal, algo diferente en cada grupo social, por lo que resulta bastante difícil establecer qué es lo que debe entenderse por tal expresión. Causas del Desmembramiento Familiar. Muchos sicólogos piensan que a diario se pierde mucho potencial juvenil cuando se incurre en las pandillas, hay diversos motivos por los que un joven se puede sentir atraído a participar en ellas, pero se pueden resaltar algunos aspectos que se relacionan mucho con el sentimiento de libertad y de querer tomar la vida como un riesgo constante. En estos aspectos se puede nombrar principalmente la carencia de verdadero afecto en la familia. La familia como núcleo social ejerce una influencia en nuestra vida, en ella se fundan las bases y los primeros criterios además de ser el ejemplo de la niñez del mundo y de la sociedad que nos espera en la familia formamos nuestras ideas básicas que cubren todos los campos de la vida. Este ejemplo en la actualidad se ha distorsionado, lo que nos ha llevado poco a poco a una crisis social, de donde resulta una falencia en valores y sentimientos para las nuevas generaciones. En la ciudad de Santiago nos encontramos a diario con esta realidad, que ha devaluado el valor de la familia, donde cada individuo que la constituye carece de autoestima y autonomía y luego, en su continua búsqueda por sentirse aceptado se encamina por las vías menos favorables, fallando en el intento de encontrar su identidad y de recompensar el afecto menesteroso de su familia. Los padres deben entender que el afecto no se demuestra cubriendo las necesidades básicas de sus hijos como son alimentación, ropa, techo y estudio. Todos, como seres humanos, necesitamos sentir que hacemos parte de algo, requerimos de un cariño que trascienda lo material, de una unión que este fuera de intereses y de intercambios.
No faltan en el seno mismo de bastantes familias "signos de preocupante degradación de algunos valores fundamentales: una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí, las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos, las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores, el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional". La delincuencia juvenil es una reacción y una forma de expresar los resentimientos guardados por algunos jóvenes entre 14 y 18 años, por lo que todo esto nos lleva a cuestionar la educación y la vida que se le brinda al joven dominicano. Tipos de Familias Desmembradas. Familia no completa: Este factor que parece de gran importancia, y que algunos autores han defendido como paso para prevenir la delincuencia, ha dejado de ser importante por el simple hecho, de que una familia completa puede estar destruida en su interior y, por otro lado puede darse también el caso inverso de familias incompletas, que a pesar de ello, ofrecen buenas condiciones para un desarrollo sano. A pesar de esto, no se descarta la idea de que pueda ser un factor de riesgo, aunque no es el más importante dentro de la familia. No obstante, no existe duda alguna de que la mutilación de la familia influye fuertemente en el destino de niños y jóvenes y en verdad, la mayoría en sentido negativo. Los criminólogos y sociólogos ha encontrado siempre en sus investigaciones que una parte de los jóvenes criminales y abandonados moralmente procedía de familias incompletas. Se comprobó científicamente que el número de delincuentes huérfanos de solo padre o madre era casi el doble que los niños que conservaban a los dos padres.
Algunos autores han hecho una relación bibliográfica sobre los niños sin padre y aluden a la opinión de que muchas veces la pérdida de la madre es más perjudicial para el adolescente, que la falta o muerte del padre. Aquí en República Dominicana es evidente que el divorcio o separación, influye poderosamente en la delincuencia juvenil, ya que según datos obtenidos el 35 % de las delincuencias juveniles proviene de padres divorciados. Familia que plantea problemas en la evolución afectiva de los hijos: Entre los jóvenes con problemas de delincuencia siempre existen abundantes sujetos con un grupo familiar gravemente alterado. Los más importantes índices de falta de afecto son: el alcoholismo, abandono del padre o de la madre, drogas, entre otros. Familia con padres inmorales: Entre los factores familiares que determinan la delincuencia juvenil debe destacarse también, por su fuerte influjo criminógeno, la moralidad del hogar. Es muy considerable el número de niños que conviven con padres inmorales, alcoholizados, vagos, mendigos y criminales; con madres dedicadas a la prostitución, con padres o con otros familiares caídos en la degeneración moral más profunda. También existen padres vividores que utilizan a los niños para la mendicidad como profesión, pasándose luego a la vagancia y finalmente a la delincuencia. Una gran suma de los hábitos del niños están formados antes de los diez años, durante este tiempo el factor constante su educación es el ambiente de su propio hogar. Familia con hijos ilegítimos: El nacimiento ilegítimo, ha sido siempre relacionado con la posterior corrupción y criminalidad; las estadísticas parecen confirmarlo, así por ejemplo en República Dominicana, hay un alto porcentaje de delincuentes juveniles que son hijos ilegítimos. Esto es debido al hecho de que el hijo bastardo, casi invariablemente, tiene sólo el cuidado y atención de su madre y aún ni este frecuentemente; nace, por lo general en la pobreza y vive bajo una grave incapacidad social que en gran parte lo induce al camino del vicio.
Ahora bien, muchos autores dicen que el hecho de la legitimidad no es por si solo causa de ulterior corrupción y delincuencia, pero que el hijo ilegítimo está en peores condiciones iniciales y que fácilmente pueden añadirse otras causas condicionadoras del mundo circundante que son típicos en la crianza del hijo ilegítimo. Familia con dificultades en los procesos de identificación: Quizás este no es un factor muy importante, ya que el que los padres asuman plenamente sus papeles es una cosa normal, pero en muchas familias el joven al llegar a la adolescencia su vida cambia, y si el padre o la madre no tiene un carácter apacible o es excesivamente inimitable pueden tener consecuencias nefastas. Familia con fracasos educativos: Falta de unas bases educativas, no económicas sino educativas hace que el joven no sienta afición por la formación, aunque esto siempre ha sido tema de debate, ya que por otro lado, esta la familia con nivel educativo bajo que espera que sus hijos alcancen lo que ellos no pudieron conseguir. Familia con problemas económicos: Producto de las altas tasas de desempleo y de la precaria condición socio-económica. Si la familia cumpliese a perfección sus deberes, los hijos por ellos educados no se verían afectados de las grandes faltas que inducen a producir los grandes desórdenes dentro de su personalidad y que en consecuencia van a repercutir en la violación de los principios éticos y morales que son impuestos por la norma.
Marco Legal / directrices en torno a la Delincuencia Juvenil Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil
El tema de la prevención aparece claramente recomendado en las Directrices de Riad (Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Infantil).
“Artículo 5. Deberá reconocerse la necesidad y la importancia de contar con políticas progresistas de prevención de la delincuencia...Esas políticas y medidas deberán comprender lo siguiente:
Suministro de oportunidades, en particular educativas, para atender las diversas necesidades de los jóvenes y servir de marco de apoyo para velar por el desarrollo personal de todos los jóvenes, en particular de aquellos que están latentemente en peligro o en situación de riesgo social y necesitan un cuidado y una protección especiales.
Doctrinas y criterios especializados para la prevención de la delincuencia, basados en las leyes, los procesos, las instituciones, las instalaciones y una red de servicios, cuya finalidad sea reducir los motivos, la necesidad y las oportunidades de comisión de las infracciones o las condiciones que las propicien.
Una intervención oficial cuya principal finalidad sea velar por el interés general del joven y se inspire en la justicia y la equidad"
“Artículo 9. Deberán formularse en todos los niveles del gobierno planes generales de prevención que comprendan, entre otras cosas, lo siguiente:
Políticas, estrategias y programas basados en estudios de pronósticos que sean objeto de vigilancia permanente y evaluación cuidadosa en el curso de su aplicación.
Métodos para disminuir eficazmente las oportunidades de cometer actos de delincuencia juvenil.
Participación de la comunidad a través de una amplia serie de servicios y programas.
Estrecha cooperación interdisciplinaria entre los gobiernos nacionales, estatales, provinciales y locales, con la participación del sector privado, de ciudadanos representativos de la comunidad interesada y de organismos laborales, de cuidado del niño, de educación sanitaria, sociales, judiciales y de los servicios de represión, en la adopción de medidas coordinadas para prevenir la delincuencia juvenil y los delitos de los jóvenes.
Participación de los jóvenes en las políticas y en los procesos de prevención de la delincuencia juvenil, incluida la utilización de los recursos comunitarios, y la aplicación de programas de autoayuda juvenil y de indemnización y asistencia a las víctimas.
Personal especializado en todos los niveles."
"Artículo 10. Deberá prestarse especial atención a las políticas de prevención que favorezcan la socialización e integración eficaces de todos los niños y jóvenes, en particular por conducto de la familia, la comunidad, los grupos de jóvenes que se encuentran en condiciones similares, la escuela, la formación profesional y el medio laboral, así como mediante la acción de organizaciones voluntarias. Se deberá respetar debidamente el desarrollo personal de los niños y jóvenes y aceptarlos, en pie de igualdad, como copartícipes en los procesos de socialización e integración." Ley 14-94 “Código del Menor de la República Dominicana” La situación de riesgo social y personal en que se encuentran miles de niños, niñas y adolescentes, muchas veces por vivir en las calles a causa de la carencia de una familia estable, les lleva a conductas antisociales que desencadenan actos infraccionarios como robar, prostituirse, mentir, agredir. Se trata de una población vulnerable, dependiente e indefensa en cuanto a no tener la posibilidad real de autodirigirse positivamente.
Un documento denominado ``El rol del periodista en la aplicación de la Ley 14-94'', dice que cerca de mil adolescentes, niños y niñas son detenidos anualmente por violación a la ley. La Ley 14-94, Código para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, establece que se considerará una infracción cometida por un niño, niña o adolescente, la conducta tipificada como crimen, delito o contravención por las leyes penales, pero explica que éstos no podrán ser enjuiciados y penados por los tribunales ordinarios, y que en todos los casos, están bajo la jurisdicción de tribunales especializados y se les aplicarán las reglas establecidas por la ley 14-94. En cuanto a la detención o privación de la libertad, esta ley explica que sólo podrá realizarse cuando el joven fuere sorprendido cometiendo una infracción o por orden escrita de una autoridad judicial. Si un menor fuere aprehendido por la policía o una autoridad competente, deberá ser conducido de inmediato a las dependencias del defensor de niñas,
niños y adolescentes, cualquiera que sea la hora y razones de su detención, para ponerlo a disposición del tribunal correspondiente. El Organismo Rector del Sistema de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes tendrá como auxiliar a la Policía especializada en este grupo de edad, la cual forma parte de la Policía Nacional y funcionará en todos los destacamentos de dicha institución a fin de cumplir con los servicios que le asigna la ley.
Con relación a los tribunales, esta ley crea una jurisdicción especializada de niños, niñas y adolescentes. Esta jurisdicción será ejercida por tribunales especiales que funcionarán en los Distritos Judiciales y en otros lugares diferentes a los tribunales comunes.
El artículo 258 crea dos tribunales especializados y quince en cabeceras de provincias del país, con organización, competencia y procedimientos propios y una Corte de Apelación en cada Departamento Judicial, nueve en total. Con la creación de los tribunales de niños, niñas y adolescentes se eliminan los tribunales tutelares de menores. Estos tribunales especializados están compuestos por un juez, un equipo interdisciplinario (médicos, odontólogos, psicólogo, trabajador social y pedagogo, que tiene la responsabilidad de llevar programas de recepción, observación y reevaluación, tomando en cuenta el mejoramiento de la estabilidad familiar. El ministerio público está representado por el defensor del menor, cuya función es representarlo ante las autoridades y velar por el respeto de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. Cuando un menor presente graves problemas de conducta el tribunal tiene la facultad de ordenar su internamiento en un Centro de Observación y Diagnóstico. El resultado de esta observación deberá ser sometido ante el tribunal en un plazo de 60 días a partir del ingreso,
y en un plazo de 20 días hábiles el juez deberá dictar la medida que considere mejor al bienestar del niño, niña y adolescente.