PARTICIPACIÓN EN INTERCAMBIOS COMUNICATIVOS FORMALES E INFORMALES Celia Zamudio Mesa Graciela Quinteros Sciurano
El intercambio oral entre iguales, dentro y fuera del salón, constituye la forma más común de interactuar. Los estudiantes platican entre ellos de las cosas que les interesan, narran historias, cuentan chistes, hacen bromas, murmuran, chismorrean, se insultan o son corteses. Sin embargo, cuando se les obliga a participar en intercambios orales determinados por objetivos que no decide el grupo, los estudiantes muchas veces se inhiben, al punto de no poder intervenir. Para formar estudiantes que se atrevan a tomar la palabra, sepan escuchar y hacerse escuchar, que argumenten y convenzan a sus interlocutores, es indispensable que el maestro diversifique los espacios de interacción, sus finalidades y temas. Un avance importante en esta dirección es que participen en intercambios y discusiones informales, como la planeación de actividades cooperativas dentro del aula o la búsqueda de soluciones a los desacuerdos del grupo. En ellas los estudiantes deben aprender a escuchar los diferentes puntos de vista, a expresar los suyos y a argumentar su posición. Pero también es necesario que participen en redes de comunicación más amplias y variadas, que les permitan modificar sus formas de interacción y reflexionar sobre lo que requieren esas situaciones comunicativas. ¾ Es importante que los alumnos se percaten de que las formas de interacción propias del ambiente familiar o los círculos de amigos no siempre funcionan con los interlocutores que provienen de otros ámbitos. Ellos deben aprender a tomar en cuenta las características de los destinatarios y adecuar sus intervenciones al contexto comunicativo. En este sentido, los debates formales sobre temas de interés público son situaciones ideales para hacer uso de la palabra asumiendo diferentes roles (expositor, moderador o audiencia) y reflexionar sobre las estrategias discursivas y las actitudes que se ponen en juego. Esto requiere que los estudiantes elaboren guiones donde integren la información investigada respecto de un tema, que aprendan a apoyarse en éstos y reflexionen sobre el tipo de lenguaje que se requiere.
¾ Los guiones de apoyo proporcionan seguridad para participar en intercambios comunicativos formales de diferentes tipos como debates, exposiciones, paneles y mesas redondas. Grabar y analizar los debates y mesas redondas donde participan expertos resulta también útil para reflexionar sobre las propiedades de la situación comunicativa y el tipo de discurso que se requiere. Los estudiantes deben centrar su atención en las estrategias argumentativas y retóricas utilizadas por los participantes. Pueden comparar la credibilidad de las diferentes versiones que se construyen sobre un mismo hecho y la calidad del razonamiento mediante los siguientes procedimientos: ¾ Distinguir los argumentos basados en hechos de los basados en opiniones. ¾ Evaluar la precisión y procedencia de las referencias argumentativas. “Se dice”, “los expertos opinan”, “todo el mundo está de acuerdo” son expresiones que implican un comentario sesgado y no remiten a una fuente fidedigna. ¾ Detectar datos insuficientes o que refieren sólo una versión de los hechos. ¾ Señalar las opiniones contradictorias. Es también importante que los estudiantes discutan y evalúen las estrategias que se emplean para manipular la actitud de la audiencia, como apelar a su sensibilidad, descalificar al contrincante empleando comentarios discriminatorios o irónicos, y atribuyéndole opiniones que no son suyas.