INSULINA Estructura química
Estructura molecular
La insulina es como una llave que abre la cerradura de las puertas de las células del cuerpo para que la glucosa (azúcar en la sangre) pueda entrar y sea utilizada como energía. Además, cuando los niveles de azúcar alcanzan cierto nivel, los riñones tratan de eliminarla por medio de la orina, lo que quiere decir que necesitará orinar con más frecuencia. Esto puede hacer que se sienta cansado, sediento y hambriento. Puede también empezar a perder peso. Su cuerpo empezará a formar energía de un azúcar complejo llamado glucógeno, que se almacena en el hígado y músculos. El hígado convierte el glucógeno en glucosa y lo libera en el torrente sanguíneo cuando se está en estrés o cuando se tiene mucha hambre. Cuando la insulina está presente, los músculos pueden utilizar el glucógeno como energía sin tener que liberarlo al torrente sanguíneo.
Cuando la glucosa no puede entrar en las células, se acumula en la sangre. Si se deja sin tratamiento, la acumulación de azúcar en la sangre puede causar complicaciones a largo plazo.
Las inyecciones de insulina ayudan a utilizar esa azúcar liberada por el hígado por la noche y a mantener los niveles de glucosa normales en la mañana. Los carbohidratos se transforman en glucosa, que es el combustible que da energía al cuerpo. La función más importante de la insulina es ayudar a que las células utilicen la glucosa para crear energía.