Informe Adoc 2009

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Informe ADOC sobre Perspectivas Políticas 2009 0.- Introducción: En la última reunión realizada de ADOC en el mes de octubre de 2008, se acordó elaborar una propuesta de informe sobre las perspectivas políticas del país –en la óptica de los movimientos sociales- con el fin que ese informe fuera la propuesta analítica y programática que se llevará a los estados que acordaron tener reuniones, este proceso culminará con la reunión nacional en Oaxaca en marzo de 2009. Estas notas pretenden apoyar el inicio de elaboración del mencionado informe, de ninguna manera son el informe mismo. Se partirá de hacer un breve recordatorio de los objetivos de ADOC, de las maneras como hemos leído la situación política, de los principales cambios que se han dado, de los propósitos que debiéramos plantearnos y, finalmente de las acciones posibles. Para elaborar lo anterior se acudirá a los diversos documentos que hemos elaborado dentro de ADOC, así como a reflexiones nuevas. Es necesario insistir en que son un conjunto de proposiciones en la perspectiva que se desarrollen sistemáticamente por un equipo de trabajo.

1.- Antecedentes En octubre de 2006 conformamos la ADOC con el objetivo específico de: promover la influencia de las OC’s en el ámbito público, en orden a impulsar las reformas políticas y socioeconómicas fundamentales que instauren un régimen democrático garante de los derechos integrales; estableciendo para ello vinculaciones y alianzas políticas con diversos actores sociales y políticos, tanto a escala nacional como local, en pleno respeto a las autonomías locales. Para alcanzar este objetivo nos planteamos diversas estrategias, entre las principales: - promover un amplio frente social que tenga como objetivo principal subsanar el déficit de representación de los sectores sociales: “que sin perder autonomía, siga una estrategia de acciones concurrentes con las posiciones partidarias de izquierda, cuyo centro sea la búsqueda de la redistribución del poder y los recursos. “ Lo anterior con los criterios formulados a partir de la interrogante: “¿Cómo impulsar un periodo de reformas profundas desde la condición minoritaria pero simbólica de la sociedad civil? Las respuestas fueron básicamente: I. Que una larga tradición de izquierda de las organizaciones civiles se concrete en un “polo de izquierda”, capaz de expandirse hacia organizaciones sociales, intelectuales, formadores de opinión, en un Frente Social Amplio, capaz de lograr plena interlocución con segmentos de la clase política. II. Definir una posición de interlocución ante el nuevo Ejecutivo Federal y el partido en el Gobierno, que reconozca como principal problema a resolver el superar estrategias de LEGITIMACION que sólo ofrezcan reformas cosméticas y de corto alcance. III. Un Programa Mínimo de amplia convergencia que impacte en dos ámbitos: en mejoras de vida y de fuerza negociadora de los ciudadanos, y otro, en la gran política, donde se deciden asuntos que afectan a la vida de todos y que permite construir reglas de convivencia en apego a derechos. IV. Una coincidencia sobre las Reformas, donde las Políticas sean redistribuidoras de recursos, NO compensatorias; y donde la Política se proponga un sentido de redistribución del

2 poder. En ese trazo redistributivo orientado por los DHI entendemos la Reforma Social del Estado (RSE). Para llevar adelante estas perspectivas realizamos múltiples acciones, entre ellas: Vinculación con diversos espacios organizativos (Espacio Social Tripartito, Convención Nacional Democrática, Otra Campaña, Foro Social en México, Movimiento Nacional por la Soberanía…), Participación en diálogos con el gobierno, con organizaciones políticas (pacto con el FAP), en interlocución con el Legislativo, en procesos interinstitucionales (reforma del Estado). Podríamos decir que el balance de todas ellas es que agotamos todas las posibilidades, que nos sirvieron para entrar en interlocución con múltiples actores, pero ni con todas ellas se ha logrado una modificación de las tendencias políticas que se han dibujado desde que constituimos la ADOC Por supuesto que no se puede ver en ello un fracaso de ADOC (es en todo caso un fracaso de los que participan en los diversos espacios de los que hemos formado parte), sino que la pregunta tiene que llevarnos a mucho más fondo: ¿qué es aquello que parece hacer irreformable al régimen político mexicano? Por un lado vale, la pena echarles un vistazo a como se han desarrollado tres iniciativas desde la izquierda que salieron a la luz pública en los últimos tres años. La Otra Campaña Se convocó a la constitución de un movimiento social de izquierda no partidaria por parte del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, a partir de la Sexta Declaración de La Selva Lacandona se proponía lo siguiente:

1.- Vamos a seguir luchando por los pueblos indios de México, pero ya no sólo por ellos ni sólo con ellos, sino que por todos los explotados y desposeídos de México, con todos ellos y en todo el país. Y cuando decimos que todos los explotados de México también estamos hablando de los hermanos y hermanas que se han tenido que ir a Estados Unidos a buscar trabajo para poder sobrevivir. 2.- Vamos a ir a escuchar y hablar directamente, sin intermediarios ni mediaciones, con la gente sencilla y humilde del pueblo mexicano y, según lo que vamos escuchando y aprendiendo, vamos a ir construyendo, junto con esa gente que es como nosotros, humilde y sencilla, un programa nacional de lucha, pero un programa que sea claramente de izquierda o sea anticapitalista o sea antineoliberal, o sea por la justicia, la democracia y la libertad para el pueblo mexicano. 3.- Vamos a tratar de construir o reconstruir otra forma de hacer política, una que otra vuelta tenga el espíritu de servir a los demás, sin intereses materiales, con sacrificio, con dedicación, con honestidad, que cumpla la palabra, que la única paga sea la satisfacción del deber cumplido, o sea como antes hacían los militantes de izquierda que no paraban ni con golpes, cárcel o muerte, mucho menos con billetes de dólar. 4.- También vamos a ir viendo de levantar; una lucha para demandar que hacemos una nueva Constitución o sea nuevas leyes que tomen en cuenta las demandas del pueblo mexicano como son: techo, tierra, trabajo, alimento, salud, educación, información, cultura, independencia, democracia, justicia, libertad y paz. Una nueva Constitución que reconozca los derechos y libertades del pueblo, y defienda al débil frente al poderoso. La otra campaña se planteo hacer política de otra manera, es decir, sin mediación institucional alguna. Según González Casanova esto significa:

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En el momento actual de transición de la cultura de la negociación, mediación, sometimiento a una política en que los propios patrones y políticos neoliberales se niegan a negociar en materia de políticas nacionales y sociales, y en que los neopopulistas rápidamente fracasan o traicionan sus proyectos nacionales y sociales, los valores éticos que representan el “ interés general” y la fuerza de los trabajadores y los pueblos excluidos e incluidos adquieren una gran importancia para la creación de un poder alternativo, “abajo y a la izquierda”. En el terreno ético y en la política de poder (contra el poder autoritario establecido y de los depredadores), los problemas del nuevo enlace tienden a resolver con la firmeza y la coherencia en la lucha por los objetivos generales, y contra cualquier política de mediación, no se diga de cooptación, corrupción o intimidación. Perder la dignidad y la autonomía como personas y colectividades constituye una derrota ética para la otra política y el otro poder. El problema del enlace fortalecedor de trabajadores y de pueblos sólo se resuelve por el mensaje ético de las palabras consecuentes en las prácticas colectivas e individuales1. El desafió que los Zapatistas se imponen y comparten con aquellos que están dispuestos de subirse a su aventura es de gran magnitud, ya que no se plantean ninguna programa revolucionario y condenan toda forma reformista del sistema capitalista, en una palabra la otra campaña no se plantea ni reforma ni revolución, pero lo que se quiere construir carece de referencia histórica, social y política, ya que no se puede extrapolar la experiencia de los municipios autónomos, las juntas de buen gobierno y los caracoles como formas sociales a seguir. Ahí radica la innovación de la otra campaña, pero a la vez su limitación, porque no quiere ser fuerza política institucionalizada, ni agrupación social hegemónica, ni mediación instrumental para aglutinar el descontento social, por lo que su rostro y cuerpo aún no están definidos plenamente. Desgraciadamente en tiempos de crisis los pobres, excluidos y marginados buscan soluciones, respuestas y salidas concretas o específicas a sus problemas. Por último, el EZLN, rompió relaciones con la izquierda partidaria, especialmente con el PRD y con ello el distanciamiento de amplios sectores sociales que aun simpatizan con la causa indígena, pero que apoyan la lucha emprendida por Andrés Manuel López Obrador contra el fraude electoral, la privatización del petróleo y el rescate de la soberanía nacional y la defensa del pueblo de México ante la crisis económica, poniendo en una alta vulnerabilidad a las comunidades zapatistas en Chiapas, como resultado de su actividad antielectoral del 2006 y por el asedio de Felipe Calderón y el gobierno estatal de Chiapas que están provocando enfrentamiento y división entre comunidades indígenas, así como por su silencio ante la lucha en defensa del carácter estatal del petróleo (porque ese movimiento es dirigido por López Obrador) o de los salarios y conquistas obreras, que el intento gubernamental de modificación de la Ley Federal del Trabajo amenaza (porque los sindicatos estarían burocratizados). 2 1

Gonzáles Casanova, Pablo. Las razones del zapatismo y “La Otra Campaña”. En publicación: OSAL, Observatorio Social de América Latina, año VI, No. 19. CLACSO. Consejo Latinoamernicano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina. Julio. 2006. 2 Almeyra, Guillermo. Los vaivenes de los movimientos sociales en México. En publicación: OSAL, Observatorio Social de América Latina, año IX, No. 24. CLACSO. Consejo Latinoamernicano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina. Octubre de 2008.

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El Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional. Como resultado al paquete de iniciativas en materia energética enviadas por Felipe Calderón titular del ejecutivo federal al Senado de la República general una serie de acción por diferentes actores políticos como fue el caso de la toma de tribunas por legisladores del Frente Amplio Progresista y de la Convención Nacional Democrática, para frenar el intento privatizador de Petróleos Mexicanos. Asimismo, a raíz de esas movilizaciones se constituyo el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional, el cual se constituyo con los siguientes objetivos: Objetivos generales: a) Evitar que se viole la Constitución y se entregue el territorio nacional a empresas extranjeras para la exploración y producción de nuestro petróleo. b) Defender la economía del pueblo ante la crisis y lograr que se utilicen todos los instrumentos del Estado para apoyar al pueblo y no a los potentados de siempre. c) Ser solidarios, generosos, humanos, apoyando todas las causas justas de organizaciones sociales, campesinas, indígenas y de los ciudadanos de todo el país. Objetivos específicos: a) Darle seguimiento a la aplicación de las leyes aprobadas en materia de petróleo. b) Cuidar que no se viole la Constitución para el otorgamiento de contratos de servicios con duración indefinida, con compensaciones especiales y concediendo a compañías extranjeras, en exclusiva, lotes o bloques del territorio nacional para la exploración y producción de petróleo. c) Elaborar y poner en práctica un programa integral para la defensa de la economía popular, bajo los siguientes criterios: Orientar el presupuesto del año próximo para atender las necesidades del pueblo. Se tiene que reducir el costo del gobierno a la sociedad. Lograr que los créditos que se otorguen a empresas y comercios, sean con bajos intereses y condicionados a que no despidan trabajadores. Congelar los precios en alimentos, impuestos y servicios, y con la reducción de los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica. Impulsar la construcción de infraestructura, de vivienda y de obras públicas para reactivar la economía y crear empleos. Apoyar a los productores del campo para lograr la autosuficiencia alimentaria. Poner en práctica de programas de apoyo directo a personas con discapacidad, becas para madres solteras y programa de pensión alimentaria para los adultos mayores de todo el país. Proteger los ahorros y los fondos de pensiones de los trabajadores y de las clases medias. Dar atención especial y prioritaria a los jóvenes. Fortalecer la educación pública, gratuita, de calidad en todos los niveles escolares. Garantizar la atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuentan con seguridad social. Hacer recomendaciones concretas a la población, orientar a la población para enfrentar la crisis con humanismo y buscando soluciones colectivas. Tenemos que fortalecer, cohesionar a la familia y cohesionar a la colectividad.3 3

Plan de Acción El Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional.

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A pesar de su alta convocatoria el movimiento enfrenta el desafío de mantener su autonomía con respecto al proceso electoral que se avecina, especialmente en la división en la izquierda partidaria, la fractura del FAP, la penosa y dolorosa batalla dentro del PRD, derivado de su proceso para la renovación de su dirigencia nacional, enmarcado esto en el proceso electoral que se avecina para renovar la cámara de diputados. Además de no tener una política clara de alianzas estratégicas con otros movimientos sociales que se vienen manifestando en la vida pública con la misma agenda. Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas.4 Este movimiento se constituye en enero de 2008 –como ampliación del Espacio Social Tripartito- como síntesis de acciones conjuntas entre organizaciones de trabajadores, campesinas y ciudadanas para presionar al gobierno federal con el objetivo de frenar reformas estructurales que van en contra de los intereses de los y las mexicanas. Así lo expresa el llamamiento a constituir dicho movimiento: Para hacer frente a la crisis del país, las organizaciones que suscribimos el presente Acuerdo Político, hacemos un llamado a todos los sectores sociales comprometidos en la lucha por la democratización y transformación de nuestro país, a participar en el “MOVIMIENTO NACIONAL POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA, LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS”, será un amplio movimiento social, plural y solidario capaz de desarrollar la movilización indispensable para impulsar una nueva correlación de fuerzas que modifique la actual política económica y social Neoliberal. Luchamos por la restitución de la legalidad constitucional porque en ese contexto es posible generar las condiciones para democratizar el régimen político y modificar la política económica. Ya que con el actual modelo neoliberal, la sociedad mexicana presenta graves problemas de inequidad para alcanzar los satisfactores mínimos consagrados en la Constitución. El desempleo, la pobreza y la falta de libertades son constantes en detrimento de las clases marginadas y mayoritarias del campo y la ciudad. Con el creciente deterioro del medio ambiente y entrega de los recursos naturales, el problema social se agrava, ha llegado el momento de revertirlo. Ante la demanda de modificar la política neoliberal, expresada en diversas movilizaciones realizadas por organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, sociales, populares y civiles, se ha profundizado la agresividad e insistencia del

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Las organizaciones integrantes del movimiento son: Confederación Nacional Campesina; Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros; Unión Nacional de Organizaciones Regionales, Campesinas y Autónomas; Central Campesina Independiente; Unión Campesina Democrática; Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo, “Sin Maíz no hay País y sin Fríjol Tampoco, ¡Pon a México en tu boca!”, Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas; Coalición Ciudadana Nacional, Diálogo Nacional, Unión Nacional de Trabajadores, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, Federación Nacional de Sindicatos Universitarios, Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de la Educación Superior; Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalurgicos y Similares de la Republica Mexicana, Frente Sindical Mexicano.

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gobierno en mantener esta política depredadora, privatizadora y excluyente que privilegia los intereses de unos pocos por encima de los derechos de la mayoría. El movimiento se plantea como ejes estratégicos los siguientes: I.- Convocar a todas las expresiones campesinas, sindicales, sociales, ciudadanas y al pueblo en general, agraviados por la actual política gubernamental a participar en nuestro plan de lucha cuyo punto de partida es la gran marcha Nacional del 31 de enero y que incluye las movilizaciones del 7de febrero, del 6 de marzo, del 18 de marzo, del 10 de abril y del 1° de Mayo, entre otras acciones que llevaremos a cabo durante el año en curso. II.-Construir un movimiento que se extenderá a todos Estados y regiones de la República Mexicana, propiciando la articulación de estrategias y acciones entre las organizaciones participantes. III.-Impulsar una alianza entre los diversos sectores sociales democráticos del país con una perspectiva de largo plazo, que inicia con la suscripción del presente Acuerdo Político. IV.- Promover la vinculación y solidaridad con organizaciones internacionales afines. VI.- Exigir al Ejecutivo Federal y convocar al Poder Legislativo, a la Conferencia Nacional de Gobernadores y a los distintos órdenes de gobierno para que conforme a sus atribuciones constitucionales resuelvan nuestras propuestas. VII.-Articular las principales demandas de las organizaciones campesinas, sindicales, y ciudadanas para construir una agenda integral, no fragmentable, que exigiremos por medio de la movilización. Elaboraremos propuestas y alternativas para solucionar la grave crisis política y social del país.5 Pero a pesar de su alta convocatoria en movilizaciones y a su disponibilidad al diálogo con diferentes secretarias del Gobierno Federal no se ha dado avance en la satisfacción de las demandas planteadas por cada uno de los sectores que lo componen, la valoración que hace el propio Movimiento de las diferentes mesas de diálogo que se sostuvieron con diferentes secretarías del Gobierno Federal es que no se han tenido resultado sustanciales, a pesar de los acuerdos manifestados como positivos en temas torales como lo son “la reforma laboral”, la conformación del “consejo económico y social”, “protección al salario, ingreso y consumo de los trabajadores y mantenimiento y ampliación de la planta productiva”, pero ante los cuales faltó voluntad gubernamental para convertirlo en acuerdos firmados.6

2.- El Contexto de la crisis (un dato nuevo) Cuando en 2006 analizamos perspectivas decíamos: “Lo que inició como una crisis postelectoral puede desembocar en una crisis mayor, incluso en la crisis de las instituciones políticas del país, ya que se combina la pérdida de autoridad de la 5

Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional. Pronunciamiento. 28 de enero de 2008. 6

Anexo de respuestas de las dependencias del ejecutivo federal, con respecto a la agenda de temas planteados por parte del Movimiento nacional por la soberanía alimentaria y energética, Los derechos de los trabajadores y las libertades democráticas. 22 de mayo de 2008.

7 política con la falta de adecuaciones oportunas para construir los canales que procesen los intereses contrapuestos que existen en toda sociedad.” *…+ “Vemos con preocupación que no sólo hay fallas e insuficiencias, sino orientaciones de estos modelos contrarios a los derechos, de manera especial contra los DESC, los derechos políticos y los derechos vinculados a la igualdad de género, la diversidad sexual y la no discriminación.” Hoy esa crisis es ya inminente, aunque no precisamente por los motivos que entonces suponíamos, centrados en la dinámica interna del país. En las últimas semanas de 2008 se hizo evidente que ha iniciado la eclosión de la actual fase del capitalismo, genéricamente conocida como neoliberal, de la que aún no conocemos sus alcances, sí podemos afirmar que no se tratará de una vuelta al viejo Estado de Bienestar de los países desarrollados, así como tampoco una reedición del neoliberalismo. Por ahora los gobernantes y los capitanes de empresa de los países desarrollados se muestran más proclives a nuevas intervenciones del Estado, pero esto no es necesariamente mayor democratización, como ya decíamos en octubre pasado: “Las salidas propuestas a la crisis implican una mayor intervención económica de los gobiernos, que si bien cuestiona el credo neoliberal, la intervención gubernamental –sin control social- no necesariamente asume un carácter progresista, más bien puede tener como resultado la captura de fondos públicos por intereses privados”. El dato de una crisis a escala internacional abre nuevas oportunidades para impulsar modelos de crecimiento con redistribución: incluyentes y democráticos, ello nos fuerza a pensar sobre las condiciones reales para operar cambios en el país. La negativa del gobierno mexicano de aceptar los afectos de una crisis ya existente en nuestro país, más que dar confianza a la población y a los inversionistas nacionales y extranjeros, ha generado desconfianza y el mejor indicador ha sido el deslizamiento del valor de nuestra moneda frente al dólar. El Banco de México había utilizado hasta la última semana de enero del año en curso, 19 mil 340 millones de dólares de la reserva internacional de divisas para tratar de inyectar liquidez al mercado de cambios y evitar con ello una mayor devaluación de la moneda. De esa cantidad, 18 mil 674 millones corresponden a operaciones realizadas en los últimos meses de 2008 y otros mil 388 millones de dólares en lo que va de este año, de acuerdo con datos del Banco de México. De agosto de 2008 hasta la fecha el peso de ha devaluado alrededor de 30%.7 La depreciación de nuestra moneda paradójicamente se da en el marco de que nuestra nación cuenta con el mayor número de divisas, por ejemplo en julio de 2008 las reservas alcanzaban alrededor de 87 mil millones de dólares y al 23 de enero de 2009 eran de 84 mil millones de dólares según información del Banco de México. Otra razón por la cual nuestra moneda se ha visto debilitada, es por la alta dependencia del comercio con Estado Unidos, y al estar éste en recesión pues baja la demanda de productos hacia México. Pongamos un ejemplo para continuar. Durante años, se ha insistido en la necesidad de hacer adecuaciones al TLC, particularmente en los últimos tres años las organizaciones campesinas han insistido en la revisión del capítulo agropecuario, la respuesta invariable fue que ello era imposible. En días pasados Calderón se entrevistó con Obama, éste solicitó la revisión de los acuerdos suplementarios del TLC8, la respuesta fue que el gobierno mexicano estará dispuesto a mejorarlos, ¿porqué ante la población se da la negativa y ante el gobierno de USA la 7

La Jornada 4 de febrero de 2008. Como se recordará, cuando Clinton llegó a la presidencia de USA, su desacuerdo con el tratado firmado entre Bush y Salinas se solucionó agregando dos capítulos suplementarios al TLC (Trabajo y Medio Ambiente). Cuando Obama anuncia la revisión de estos aspectos es en cumplimiento de sus compromisos de campaña con la AFL-CIO, sobre protección del empleo. 8

8 aceptación sin reticencias? Nadie duda del poder del gobierno de USA, pero lo que llama la atención es la cerrazón del gobierno mexicano ante las demandas sociales. Son tres los aspectos que de manera concurrente pueden explicar esta situación: 1) El déficit de representación de las organizaciones sociales. La confirmación de la hipótesis, que formulamos desde 2005, sobre el déficit de representación de los movimientos sociales en los espacios decisorios y en la institucionalidad política se mantiene. Los sectores sociales en México no han tenido, ni tienen en la actualidad, espacios ni prácticas institucionalizadas para expresar sus demandas y obtener decisiones que les sean favorables. Cuando Obama reclama la revisión de los acuerdos suplementarios lo hace en cumplimiento a los compromisos con las organizaciones sindicales Norteamericanas, compromisos de esta naturaleza se establecen en todas las democracias consolidadas ¿porqué en México no se han podido dar este tipo de compromisos?, esto nos lleva al segundo asunto, de carácter histórico. 2) La tradición del corporativismo. Las décadas de control gubernamental sobre las organizaciones sociales (sindicales, campesinas, profesionales y prácticamente de todo tipo) que caracterizaron al antiguo régimen priista se reproducen más allá del propio PRI. Calderón incrementó sus votos por el acuerdo con la dirigente de la SNTE, firmó recientemente un “Pacto” (05-01-08) con la subordinación de algunas organizaciones del Congreso Agrario Permanente (la CNC y el CONORP no firmaron) y con el Congreso del Trabajo, al mismo estilo que los pactos de López Portillo. Cuando a López Obrador se le propuso hacer alianzas con organizaciones sindicales y campesinas, fundamentó su negativa en el hecho que quería llegar con las manos libres de compromisos, que no tenía porque llegar a acuerdos con las organizaciones puesto que de todas maneras las bases de esas organizaciones votarían por él. Es decir: el legado del corporativismo atraviesa a los tres actores partidarios relevantes y no permite que las fuerzas políticas traten en un plano de igualdad y no de subordinación a las organizaciones sociales. 3) El horizonte de la política centrado en la alternancia y en la rotación de élites. Los avances democráticos que el país ha experimentado han puesto en el centro la alternancia política que ha servido para que nuevos actores tengan acceso a los puestos públicos pero no ha servido para la reorientación de las políticas públicas. Lo que hasta ahora ha sido el consenso democrático –construido en los 90- que veía la construcción de la democracia por etapas (primero la electoral y luego la socieconómica) no ha sido capaz de conducir a la democracia sustentable: Por detrás de este consenso permanecieron diferencias importantes. Para algunos, el cambio de régimen sería consecuencia necesaria de la salida del PRI de los Pinos, para otros, además de ello sería necesaria la transformación de las instituciones, leyes y mecanismos del régimen autoritario, poniendo entonces en el centro el tema de la Reforma del Estado. Una tercera posición sostenía que la modificación de fondo del régimen político requería, además de las dos anteriores, la modificación en la relación gobierno – sociedad, para que ésta pudiera intervenir en las decisiones sobre las políticas económicas y sociales. Sabemos que el cambio de régimen se estancó en la primera de las opciones y es por ello que sigue vigente la pregunta ¿cómo reformar al Estado con un sentido social que implique el cambio en las políticas y en la relación gobierno - sociedad?

3.- Los Retos Actuales No es nada sorprendente que ante el proceso electoral que se avecina resurja la tentación de echar mano de estrategias de sociedad civil que en el pasado parecieron ser exitosas, pero que sin un balance serio, que arroje sus alcances y sus limitaciones, podría llevar al error de repetir la historia, pero ahora como comedia. Estas actitudes podrían ser:

9 i) Considerar que la acción política eficaz es la que conduce a obtener candidaturas cedidas por los partidos políticos; ii) Considerar que lo propio de las organizaciones civiles es la sola observación – denuncia de lo que ocurra con las campañas electorales; iii) Considerar que es la hora de apoyar a una sola fuerza política para que esta sea capaz de impulsar las reformas que se encuentran en nuestra agenda histórica. Habrá que señalar que no se pretende desconocer a priori la validez y legitimidad de cada una de ellas, lo que sí se quiere es discutir su eficacia en función de lo que hoy podrían ser los retos fundamentales. i) Las candidaturas. Nadie puede negar que haya sido positivo que personas de las OC’s hayan llegado a puestos en el Congreso, pero pocos podrían afirmar que esto haya sido suficiente para tener logros sustantivos. Es previsible que cada vez más sea menor el atractivo que para los partidos políticos tengan las candidaturas ciudadanas y, en consecuencia, cada vez mayor la dificultad de construir una estrategia con esos supuestos. Como quiera es previsible que haya personas de OC’s que tengan esa opción, por lo que urge hacer un balance del significado, pasado y futuro, alcances y restricciones, de personas de sociedad civil en puestos de gobierno. ii) La observación. La sofisticación que ha alcanzado el uso inequitativo de los recursos públicos y de la inducción del sufragio van mucho más allá de la observación, ya no sólo de la jornada, sino del propio proceso electoral. Quien quiera encontrar el uso político de Hábitat en la entrega de los recursos lo más probable es que no encuentre nada, el uso político se inicia desde el diseño de los polígonos de pobreza, con una lógica de generar enclaves electorales oficialistas en zonas controladas por la oposición. Quien quiera saber del rasurado de votos a favor de AMLO, tendría que tener acceso a las actas del 25% de urnas en las que el PRD, por las tensiones con los representantes impuestos por su candidato, terminó por no tener representantes. La conculcación del voto se da hoy en las políticas públicas y en el diseño de las estructuras electorales de los partidos políticos. iii) Una sola opción política. En diversas ocasiones se han favorecido opciones políticas específicas sin caer en el proselitismo restringido por la ley, en muchas ocasiones la pregunta central era ¿cómo apoyar? Hoy el dilema se ha transformado por ¿a quién apoyar?, y, por encima de ello ¿para qué apoyar? Esta es la pregunta relevante, dada su importancia se requiere darle un apartado propio. La fragmentación de la izquierda y el escenario electoral Que la izquierda suela dividirse es algo siempre lamentable, que lo haga cuando más posibilidad tiene de avanzar es algo particularmente trágico. El desgaste de Acción Nacional, la memoria aún fresca –aunque no por mucho tiempo- del autoritarismo del PRI, la fuerte crisis económica que ya se estableció, un entorno internacional favorable a la innovación, un contexto latinoamericano en el que predomina la búsqueda de opciones de inclusión social, son todas estas situaciones que debieran favorecer el avance de la izquierda, hay una sola situación en contra, su estado actual de guerra civil, que está resultando más poderosa que todas las condiciones enunciadas. No puede ser el sentido de la discusión reproducir las descalificaciones entre los contendientes, sino tratar de percibir qué es lo que hay por detrás de ella, en la que todos pierden. Tal vez se trate de una izquierda que perdió su vocación social desde hace muchos años y sólo hasta ahora caemos en la cuenta de las consecuencias de esta pérdida. Entre los indicadores de esto estarían: a) la carencia de un programa en el que lo social vaya más allá de acciones de asistencia e incluso bienestar, que se abriera a la participación de la sociedad;

10 b) la falta de vínculos con organizaciones sociales, que desde hace algún tiempo se redujo al de clientelas territoriales; c) la ausencia de una institucionalidad para la participación de la ciudadanía, centrándose las decisiones en voluntades unipersonales o en el arreglo entre corrientes; d) la inexistencia de una discusión teórica y de una estrategia educativa que fortalezcan la identidad de izquierda; e) la falta de referentes para la negociación, convirtiéndose esta en un fin y no en un medio. El fenómeno de la disolución de la identidad de la izquierda no es privativo de México, ocurre en las democracias avanzadas, en Latinoamérica se está gestando su discusión a partir de la construcción de alternativas (Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, entre otros). En nuestro país al desdibujamiento de la identidad se añade la confrontación, lo que le da una trágica peculiaridad en el contexto mundial. Podríamos decir que el populismo del PRI le sigue ganando las batallas, aún después de muerto, a la izquierda mexicana. ¿Qué es lo que está en punga entre las distintas facciones? 1) No es el proyecto social, este se ha eclipsado entre los diferentes grupos, lo que lleva a suponer que es más bien el instrumento de acceso al poder (el partido) y no la perspectiva histórica la materia de la disputa. 2) No es la ética de la política, en ambos bandos hay prácticas que son absolutamente reprobables, por lo que entonces la suma –intercambio de adherentes es el eje de los diferendos. 3) Es entonces el predominio del cálculo con racionalidad patrimonialista (conseguir posiciones para la corriente propia, sin importar el proyecto histórico) lo que se impone, cuando esto ocurre son los comerciantes de la política y no los políticos con visión de Estado quienes tienden a predominar. 4) Si el fraude de 1988 dejó a la izquierda con un partido unificado, el de 2006 aún eso le ha quitado, los actores políticos jugaron sin visión histórica. Los escenarios: i)

De continuar las disputas partidarias, no es previsible cuál de las dos facciones pierda menos votos que la otra, el PT y Convergencia son insignificantes electoralmente, sólo los votos menguantes de AMLO les darían respiración artificial, misma que por uno u otro medio consiguen trianualmente. La estructura partidaria del PRD está prácticamente intacta, pero con un enorme desprestigio. Lo previsible es que el 17 – 19% que las encuestas le han dado al PRD se divida, entre un 12 - 14% generado por la estructura y un 5 - 7% para PT – Convergencia, un máximo de 90 – 100 diputados para ambos, 3ª y 4ª fuerza electoral en ambos casos.

ii)

Un esfuerzo de racionalidad político – electoral podría llevar a un acuerdo de último hora, a través del cual saldrían sacrificados PT y Convergencia, pero que ni aún en esta perspectiva podrían regenerar ninguna de las partes la confianza perdida en el electorado, del cual probablemente una parte significativa de los votos de 2006 se vayan a la abstención. Por supuesto que el efecto positivo de tal acuerdo de última hora sólo se podría ver hasta el 2012.

iii)

De seguir las tendencias actuales es claro que el único que repuntaría sería el PRI (que, caeteris paribus, podría hacerse de más de 200 diputados), si bien esto lo pone en el camino de vuelta a los Pinos, no es aún el retorno, muchas cosas

11 podrán pasar en los largos tres años que hay de por medio. Lo que sí es claro que salvo un verdadero milagro –o desastre- político, bajo ninguna hipótesis la izquierda (como quiera que se vaya a llamar el partido dominante en 2012) tiene opción de llegar sola al poder, como parecía que lo lograría en 2006.

Los Movimiento Sociales ante el desafío de la crisis en un contexto de electoral Las iniciativas de López Obrador y del FAP en torno al proyecto de reforma energética fueron un indudable acierto, antes de que apareciera claramente la nueva coyuntura de la crisis económica mundial que parece clausurar las formas actuales del neoliberalismo. Esto permitirá contar con gran parte de los recursos petroleros del país para desarrollar una industria nacional articulada, dejando atrás los intereses iniciales representados por la propuesta de Calderón. También la estrategia de defensa de la economía popular coloca en un lugar neurálgico la movilización ciudadana, independientemente de las diversas cartas electorales con las que está jugando AMLO, aunque también se echa de menos un proyecto social más amplio que rebase la sola oposición –por demás necesaria- a medidas específicas de profundización del neoliberalismo. También es de observarse la dificultad que surja una instancia de dirección democrática de este movimiento, supeditado a las decisiones unipersonales de su dirigente. Si bien el Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas es a nivel de AL una de las experiencias más avanzadas de articulación entre diversos actores sociales, no ha tenido aún la capacidad de articular y ejercer la fuerza necesaria para sacar adelante puntos cruciales de la agenda ciudadana como la renegociación del capítulo agrícola del TLC, la generación de políticas de protección al empleo, Reforma Social del Estado o algunas otras demandas generalizadas de la sociedad civil. Es necesario analizar por qué. Lo que podemos constatar es que más allá de planteamientos y movilizaciones generales tradicionales, no ha encontrado la forma de arraigar sus luchas en la vida cotidiana de los cientos de miles de integrantes de las diversas organizaciones ni ha logrado desplegar con fuerza articulaciones que enfrenten los problemas a nivel estatal, es decir, se mantienen las inercias corporativas en el uso de la fuerza, a la manera tradicional, movidas desde arriba por las direcciones, pero con poca experiencia y capacidad para que sus bases reapropien profundamente y luchen autogestivamente por sus demandas y sus causas, más allá de formas cuasi corporativas, si bien la firma de los pactos estatales pretende revertir esas tendencias que tardarán en cambiar, cambio que se podría acelerar si cada vez más se incorporaran organizaciones con prácticas distintas. La fuerza que ha tomado el narcotráfico no puede ser soslayada, pues además del incremento de la militarización y de una estrategia chata, no integral para combatirlo, ha servido de base para la criminalización de la disidencia y para sacar al ejército a las calles, contribuyendo a generar un clima de inseguridad ciudadana y de miedo social. Las instituciones electorales: Consejo General del Instituto Federal Electoral y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación están estalladas y no recuperan la confianza ciudadana como se revela en el carpetazo sin castigo a los comportamientos delictivos de empresarios y a la campaña sucia de Calderón, o más todavía en la burda resolución del Tribunal sobre el caso de Zimapán, Hidalgo para favorecer intereses de una empresa española. El país es un gran mosaico de diferentes opciones ciudadanas que se van a dar todas juntas y revueltas. Por un lado con las propuestas de la Otra Campaña aunadas al poco sensible comportamiento del conjunto de la clase política ha crecido el descontento frente a las instituciones, empezando por todos los partidos políticos, y aunque estamos lejos del “que se vayan todo”, de Argentina, los caminos anarquistas se afirman.

12 En estados en los que hay una clara fuerza de derecha consolidada tras tres gobiernos estatales panistas sucesivos, como Jalisco o Guanajuato y un priísmo autoritario, casi dictatorial, la izquierda no representa nada confiable, o donde los gobierno están supeditados al narco como en Chihuahua, la ciudadanía más consciente se pregunta ¿para qué votar? si todos son iguales, es solamente legitimar a los que queden; mejor posicionar una demanda ciudadana en la coyuntura electoral y más allá de ella y hacer una abstención activa del voto o un voto nulo con peso para ilegitimar todo el sistema. Ciertamente que hay otras visiones válidas del proceso electoral. Las organizaciones campesinas lo dijeron claramente en la reunión nacional de ADOC de noviembre del 2008: a nosotras nos interesa tener diputados para que apoyen la gestión de las demandas campesinas, que de otra manera pierden fuerza. En otras coyunturas como por ejemplo la de Zimapán, en que la gente eligió a un candidato del PRD pero el poder judicial anuló la elección y obligó a repetirlas, es indudable que se sigue requiriendo una participación electoral para defender los intereses del pueblo. Ante las erráticas y represivas políticas de Sabines en Chiapas o de Zeferino Torreblanca, crece el malestar por los procesos electorales. En Oaxaca hay gran malestar y Ulises Ruíz se prepara para ganar todo el proceso electoral, ¿qué están proponiendo ahí las organizaciones de la sociedad civil que conformaron parte de la APPO y qué está proponiendo la sociedad oaxaqueña que en la APPO resistió largamente la dictadura de Ulises? Es precisamente por la gran variedad de situaciones políticas estatales por lo que se necesita realizar las reuniones estatales con compañeros y compañeras que forman parte o son cercanas a ADOC, para poder conocer qué está pasando en las diversas sociedades civiles y partir de cómo se vive la coyuntura política electoral en tiempo de crisis, a fin de construir estrategias locales y nacional que culminen en el Encuentro de Oaxaca en marzo y nos orienten para la forma de participar en el Movimiento por la Soberanía Alimentaria y en la relación con otros movimientos. Veamos algunos de los múltiples escenarios que tenemos adelante: Los escenarios subyacentes en las diversas apuestas. I) La descomposición política. Para esta apuesta es claro que el desgaste del régimen político aunado a la crisis internacional y al referente mítico de los 10 (1810, 1910) pueden dar lugar a una fuerte crisis social el próximo año. Lo que no parece estar muy claro es que la descomposición social sea causa suficiente para transformar la actual situación hacia otra, más incluyente y democrática. Lo que hace que una situación de descomposición social se vuelva productiva de algo nuevo es que haya organización social con la suficiente visión programática que le permita tener capacidad de conducción de los procesos políticos, de negociación con las dirigencias políticas. Tendríamos que reconocer que en este momento no se tiene aún está capacidad en las distintas formas de agrupación social. Existe una variante de esta posición, que supone que con la crisis la capacidad de conducción de AMLO podría recuperarse, algunos dirigentes sociales apuestan a que en una segunda ocasión éste se vería forzado a llegar a acuerdos con las organizaciones sociales, no parece realista suponer que un amplio sector de las clases medias y de los propios sectores populares que en el 2006 votaron por AMLO –y que explican la dimensión del voto a su favor- estuvieran dispuestos a darle una segunda oportunidad. II) La alianza amplia de la izquierda. Para este apuesta se supone que pasado el proceso electoral (con un muy probable descalabro de todas las izquierdas) será posible retomar la negociación interna que permita superar las visiones maniqueas que de uno y otro lado se han propalado, negando las ventajas de los contrarios (por ejemplo no se reconoce el manejo parlamentario de los unos ni el trabajo de arraigo social de los otros) y así avanzar juntos hacia 2012, pasando para ello con acuerdos con las

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organizaciones sociales. Desafortunadamente no hay indicios de que ello sea posible, más allá de los buenos deseos, lo cual no quiere por supuesto decir que sea absolutamente imposible, en todo caso se requiere de un trabajo de crítica y autocrítica que aún no inicia. La alianza de la izquierda con el PRI. Quienes sostienen esto parten del supuesto que las tendencias actuales se mantienen igual en los próximos años, que en consecuencia el PRI es el que tiene mayores posibilidades de recuperar la Presidencia (sin que este claro qué es lo que de ella quedaría) y que por tanto una alianza con ese partido podría servir para derrotar a lo más radical del neoliberalismo representado por el PAN. Sin lugar a duda que esta posición tiene la ventaja de partir de los hechos más probables, pero también es un hecho que, dentro de los equilibrios internos de ese partido, el sector que predomina no es el que está más preocupado por las reformas sociales, sino el que se ha caracterizado por aceptar mejor la dirección de los vientos hegemónicos, por lo que estará menos interesado en pactar las reformas sociales y más en llegar a algún acuerdo de cogobierno con el PAN. Alternancia entre dos. Mucho más cómodo para el sector predominante dentro del PRI sería llegar a un acuerdo con el PAN para irse rotando el gobierno, al modelo norteamericano y canadiense, lo que terminaría de convertir a México en parte del bloque norteamericano. Para ello les bastaría con llegar a ciertos acuerdos cupulares y entre ambos a hacer a un lado el “estorbo” de la izquierda, lo que parece fácil de hacerse aplicándoles la técnica del judo -de aprovechar la fuerza del contrario- en este caso: las pugnas y vaivenes de las izquierdas partidarias. Habrá que decir que de continuar las tendencias actuales ésta se convierte en la tendencia más probable, pero sería a la vez la más desastrosa históricamente, revertirla requiere de construir con mucha fuerza la quinta posibilidad. La larga marcha para construir una alternativa a las tendencias actuales. Por supuesto que ya la misma imagen de la larga marcha puede ser desmotivante, sin embargo hay que tener en cuenta que es larga no tanto por lo que hay hacia adelante, sino también por lo que hay hacia atrás, es decir: se requiere retomar lo mejor de la experiencia de las organizaciones sociales y de las civiles y proyectarlas hacia un futuro, que si bien se ve ahora lejano, la crisis puede acelerarlo. Para decirlo en breve: se trata que la sociedad civil, en su sentido amplio, tenga la fuerza suficiente para llevar adelante un programa de reformas sociales de fondo, lo que requiere de tener la capacidad para negociar su proyecto con las fuerzas políticas, democratizando la vida pública, más allá de clientelismos, corporativismos y caudillismos. Esto reclama también generar dentro de los movimientos sociales direcciones colectivas, democráticas y legítimas.

4.- Al reencuentro con los objetivos. No se trata tanto de construir nuevos objetivos, sino nuevas estrategias para realizarlos, sin lugar a duda que entre los objetivos posibles –junto con otros- deberán estar los siguientes:  Configurar una estrategia que permita aglutinar a la fuerza civil para incidir en diferentes ámbitos y aliarse con diferentes actores sociales en la modificación de las tendencias actuales en materia económica, política, social y de seguridad (que va más allá de la seguridad pública pero que la incluye) en un marco de garantía de todos los derechos humanos.

14  Promover la articulación civil para tratar de responder desde lo local hasta lo nacional a las demandas y necesidades de la población, replanteándose de manera seria los vicios del centralismo y del localismo, no se puede pensar que tenemos una agenda nacional sin que ella sea una agenda también de las regiones, ni se puede pensar que el cambio en el país surja si sólo atendemos los problemas locales, urge replantearse con el auxilio de toda nuestra experiencia histórica- la realidad de nuestras posibilidades de articular efectiva y eficientemente lo local y lo nacional. Nuestro horizonte político debe estar más allá, sin negarlas, de las reivindicaciones sectoriales.  Los dos propósitos anteriores necesitan retomar el análisis y la discusión permanentes, teniendo las organizaciones civiles un espacio propio de confianza, pero sin encerrarnos en nuestras visiones sectoriales, sino confrontándolas y socializándolas con los espacios sociales más diversos y con las distintas corrientes de la izquierda partidaria, sin dejarse atrapar en sus pugnas internas y sin caer en los maniqueísmos que las han degradado. El sentido es construir puentes discursivos y prácticos que hagan posible el tránsito de las alianzas, teniendo una agenda común, que tanto reconoce las diferencias como unifica las estrategias. Pensar nuestro futuro reclama la revisión crítica de nuestras experiencias y su confrontación con las experiencias en América Latina. Actuar en nuestro presente necesita de un esfuerzo de concreción, éste es el proceso que este informe inicial espera desatar de aquí a nuestro encuentro nacional.

México, DF 12-02-09

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