Inf Sobre La Mas En La Ti No America

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INVESTIGA CIONES SOCIOLOGICASACERCA DE LA FRANCMASONERIA PROGRESISTA UNIVERSAL

Informe Acerca de la Situación

de la

Masonería Latinoamericana Por J. Caridad Mateo

SUPREMO CONSEJO DEL RITO PRIMITIVO, REGION MAYA Apartadio Postal No. 76 C.A.P. Recorma C.A., C.P. 97006, Mérida, Yucatán, México.

E. Mail: [email protected]

Pagina Web: http://members.tripod.com/~ritoprimitivo/rito.htm

Francmasonería Progresista Universal (Rito Primitivo)

CONFEDERACION DE SUPREMOS CONSEJOS INFORME ACERCA DE LA SITUACION DE LA MASONERIA LATINOAMERICANA Concepción de la masonería.- Hay una actitud mental que identifica las propias creencias, las propias modalidades culturales, con la “verdad”, con la “naturaleza humana”, con “lo racional”, con “lo justo”, etc., y que engendra la incomprensión, la intolerancia el estancamiento, entorpeciendo en consecuencia, la fraternidad humana. En efecto, para el que adopta esa posición, las demás son “falsas”, “antihumanas”, “irracionales”, “injustas” etc., lo que justifica menospreciarlas y aun agredidas. El masón que identifica “su masonería” con “la masonería”, y considera sin más examen, que las demás son “irregulares”, se coloca precisamente en esa actitud parroquialista, contraria a los principios que dice defender. La realidad es que existe dentro de la Institución muchas tendencias y estamos por lo tanto en la obligación de estudiarlas, descubrir lo que son, los intereses que representan, para elegir en ella nuestro lugar, el que nos corresponda con arreglo a nuestra honrada y consecuente manera de ser, de sentir, de pensar y de querer, prescindiendo en absoluto de intentar la busca de aquellas que pueda ser “la verdadera, la única, la regular”, etc., empleando para ello criterios arbitrarios. Ahora bien, la totalidad de las tendencias existentes, pueden ser agrupadas en dos concepciones fundamentales, a las que vamos a referirnos: La metafísica y la científica. Concepción metafísica.- Considera que la Institución es una sociedad nacida en el espíritu creador de un iluminado, que la fundó con independencia de los problemas de la sociedad en la que surgió, y la basó en verdades absolutas independientes del tiempo y del lugar. Se origina pues esta concepción, en una filosofía idealista impregnada de espíritu religioso que hace de ella una entidad dogmática al margen de la sociedad y de sus luchas, y es por lo tanto inmutable y estática. Concepción científica.- Para la ciencia sociológica, las instituciones humanas son hechos sociales, que deben ser estudiados en función de los problemas de los países donde nacen y se desarrollan, y de la influencia que recíprocamente ejercen ellas sobre la comunidad social. La concepción científica de la masonería exige pues conocer su origen, desarrollo, influencias recibidas y su proyección en la sociedad por medio de sus obras. Según este concepto, la INSTITUCION, no es

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inmutable ni estática, sino dinámica y en constante evolución, determinada por su historia y por el trasfondo social de los países en las diversas épocas de su desenvolvimiento. El carácter de la historia de una sociedad, aparece luminosa e ilustrativa, cuando se muestra al lado de la comunidad en la que surge y, por el contrario, privada de significación, cuando es simple relato de hechos, sin conexión con problemas humanos. “Las Instituciones son respuestas de los grupos a las condiciones de los mismos. Las respuestas y las condiciones, son igualmente complejas y complejamente condicionadas”. (R. Mac Iver, Causación social). Así pues, conocidas las respuestas representadas por las Instituciones, el concepto científico obliga a preguntarse a qué grupos y a qué condiciones de los grupos respondieron; por ello dice el historiador M. Bloch: la historia es más “comprender que saber”. Y ningún fenómeno histórico puede ser comprendido haciendo abstracción de su momento que plantea cuestiones a las cuales responde, con una función en el pasado que nunca está completamente muerto, sino que vive en cierto modo en el presente bajo formas diferentes. “La solidaridad de las edades tiene tal fuerza, que los lazos de inteligibilidad entre ellas, tienen verdaderamente doble sentido. La incomprensión del presente, nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es quizá menos vano esforzarse por comprender el pasado, si no se sabe nada del presente” (M. Bloch). En resumen la concepción científica de la masonería, es histórica y sociológica, y considera a la institución sujeta a los cambios sociales y a los intereses de los grupos, que se reflejan a su ideología y en sus obras, enriqueciendo y refinando sus conceptos a lo largo del tiempo. Puntos de vista de la Francmasonería Progresista.- Estando inspirada nuestra Institución en una filosofía científica, es obvio recalcar que nuestra concepción es la segunda de las señaladas. Por lo tanto, para analizar las tendencias masónicas de Latinoamérica, hemos de examinar en este informe, aunque sea muy brevemente, los problemas confrontados en el pasado y en el presente por los países del continente americano, desde su emancipación como Colonias, hasta hoy, pues la masonería, que se ha identificado siempre a través de la historia con la vida de los pueblos en que desarrolla su actividad, no permaneciendo nunca al margen de sus luchas, tiene reflejado en su propio seno aquellas luchas y problemas en forma de tendencias progresistas o conservadoras, místicas o inhibidoras, a las que nos vamos a referir. Las dos tendencias extremas que señalamos, han existido siempre en forma más o menos pura; pero frecuentemente en el seno de la Institución, se ha producido el fenómeno del sincretismo, dando lugar a agrupaciones masónicas con orientaciones tan etremezcladas y contrapuestas, que las ha hecho estériles como instrumentos de educación y como grupos de presión dentro de la sociedad, favoreciendo en consecuencia las situaciones existentes, es decir, la causa conservadora. 4

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El objeto del presente informe, es precisamente contribuir a la clarificación de los fines de las diferentes tendencias, a la jerarquización de los mismos y a la creación de una fuerte conciencia masónica que elimine la depresión y atomización de esfuerzos y metas, así como la inconsciencia de los grupos que sirven en realidad a intereses opuestos a los nuestros pueblos latinoamericanos. De este modo creemos colaborar eficazmente en el reagrupamiento y unidad de las Potencias Masónicas capaces de sentir su responsabilidad histórica. Colonización y emancipación de América del Norte.La colonización de América del Norte fue de tendencias democráticas y en lo religioso, de carácter protestante. A aquellas tierras llegaron los rebeldes perseguidos por la monarquía inglesa, gobernada por los Torys latifundistas. Cuando se hace la restauración de la monarquía después del período republicano de Cromwell, el desarrollo industrial había adquirido tal importancia, que un nuevo sector de burgueses industriales, representados por los Whigs, reclamo su puesto en la dirección de la política, y por eso la “gloriosa revolución de 1688" que restauró el Trono, se hizo a base de la alianza de Torys y Whigs, con la colaboración de la Iglesia oficial protestante. Esto obligó a emigrar a las colonias americanas a los elementos más progresistas que quedaron al margen de aquella alianza, como los inconformes, cuáqueros, anabaptistas, librepensadores y Francmasones del Rito Primitivo que habían colaborado con Cromwell, etc., con los que las colonias comenzaron a industrializarse, naciendo en consecuencia un proletariado que contribuyó a dar a la revolución de independencia, un signo democrático y liberal. Colonización y emancipación de Latinoamérica.La colonización de los pueblos supeditados a la Corona Española, fue en cambio, teológica y feudal, como consecuencia de la situación imperante de la metrópoli. A estas colonias llegaron también perseguidos por la monarquía y por la inquisición, como librepensadores, erasmitas, judíos, etc., que fueron fermento de futuras revoluciones democráticas, pero que no pudieron constituirse en clase industrial, pues la Corona cuidaba celosamente de impedir el proceso de industrialización de estas tierras; en consecuencia tampoco pudo desarrollarse la clase proletaria, pero sí un artesanado que, con la masa de indios y esclavos explotados, constituían el pueblo. Cuando se hace la emancipación de las colonias, se había fortalecido el criollismo terrateniente, feudal y aristocrático, que deseaba para sí el disfrute de sus bienes, prescindiendo del gobierno de la metrópoli. Por otra parte la Iglesia también había acaparado enormes extensiones de tierra y controlaba la situación en alianza con la burocracia española gobernante. El resultado de esta situación fue que la independencia de los países Informe Acerca de la Masonería Latinoamericana

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latinoamericanos dejó intacta la estructura teológico feudal de los mismos, con una economía rudimentaria basada en la agricultura, en la ganadería y el artesanado pero sin industrias. Y puesto que la libertad política en nada había mejorado la situación económica y social, al conseguir aquella libertad que mantuvo momentáneamente unidos a los criollos con el pueblo explotado, al que demagógicamente se le prometieron muchas cosas, reaparecieron inmediatamente en la realidad social, los mismos problemas que los pueblos latinoamericanos habían confrontado durante la colonia, obligando a las fuerzas que combatieron juntas por la independencia, a reagruparse alrededor de aquellos, representando dos frentes en constante pugna: el liberal y el conservador. El primero estaba inspirado en doctrinas importadas de Europa, y que los propios criollos, allí educados, habían llevado a América. El partido conservador, en alianza con la Iglesia, pretendía dejar las cosas como estaban, es decir, perpetuar en su beneficio la estructura feudal y la explotación de los pueblos. Desarrollo de los Estados Unidos y de sus relaciones con Latinoamérica. El rápido progreso industrial de los EE.UU., llevó a sus clases gobernantes a abandonar paulatinamente los orígenes democráticos de su independencia y a considerar a los países de América Latina, como colonias propias, disfrazando esta política en sus comienzos, con una supuesta protección para ayudarlos a emanciparse de España. Así apoyaron la revolución cubana, con la intención de anexionarse esta isla y la de Puerto Rico, consiguiéndolo hasta ahora por que se refiere a esta última. La doctrina inspiradora de esta política fue expuesta por Monroe y se justificaba filosóficamente con un supuesto “destino manifiesto” de los EE.UU., estimulado por la idea protestante de la “predestinación”. Desde el comienzo del siglo XIX, la América Latina fue para el gobierno norteamericano un conjunto de países a los que debía dirigir y explotar, extrayendo de ellos sus materias primas y vendiéndoles productos industriales. Los Estados Unidos procuraron por lo tanto mantener a nuestros pueblos en estado de sumisión, sometiéndolos brutalmente a sus ambiciones. La larga cadena de atropellos y desembarques de marinos, ataques de toda índole a su soberanía, etc., ha creado en Latinoamérica un profundo resentimiento hacia los representantes de esa política imperialista. Los gobiernos del país del Norte, se dieron cuenta posteriormente de que esa forma de proceder era torpe y la transformaron, para seguir extorsionando a nuestros pueblos en una forma menos visible, provocando revoluciones en los mismos y poniendo al frente de cada república a traidores que sirvieran con fidelidad a sus intereses. Así se han perpetuado los dictadores latinoamericanos, mantenidos por el imperialismo y apoyados en el interior de cada país por los elementos más retrógrados, como

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los grandes terratenientes, la burguesía burocrática enriquecida en el gobierno y la Banca. La existencia de dictaduras sirve, además, a los EE.UU., para demostrar la falta de madurez política de nuestros pueblos y para justificar por consecuencia una actitud paternalista, con la que en realidad, el imperialismo, adoptó la postura de “comprador de checo”, que consiste en comprar a los precios que el gobierno americano fija, lo que previamente roban a sus pueblos los dictadores impuestos y protegidos por él. El imperialismo americano mantiene actualmente sin ningún escrúpulo su papel de promotor y protector de las más viles dictaduras de América y del mundo, como las de Somoza, Trujillo, Stroessner, etc., en este continente, y la de Franco en Europa al que el propio presidente de la república. Sr. Eisenhower, acaba de visitar y estrechar la mano, en reciente revista que hizo a los subvencionados peones de su imperio. El Capital de los EE.UU., enormemente desarrollado a base de esta política de rapiña, invade los países sojuzgados, como los latinoamericanos, donde cuenta con materias primas, mano de obra barata, mercados y un trato fiscal moderado. Normalmente, el capital financiero americano, industrial y bancario, se emplea en la minería, en extracción de materias primas en general, y en industrias de productos de consumo en los propios países donde se establecen. Las industrias extractivas presentan balances muy pobres, a fin de defraudar al fisco, lo que consiguen mediante ventas de las materias primas a otras compañías, también americanas, a precios irrisorios. Estas últimas, asociadas en realidad a las primeras, elaboran productos con aquellas materias, y los venden a precios fabulosos, con lo que ellas se enriquecen y los pueblos latinos se arruinan, Además, los beneficios de las compañías son llevados por sus accionistas a los EE.UU., provocando la ruina de la burguesía nacionalista, comercial e industrial, y la descapitalización de nuestras repúblicas. Situación actual de Latinoamérica.La expansión del capital financiero de los EE.UU., y la política imperialista de ese país, determina la situación actual de los pueblos latinoamericanos: agricultura rudimentaria y campesinos pobres, sin capacidad adquisitiva; en consecuencia, un mercado interior reducido que no permite el desarrollo industrial. Industria nacional pobre que, además de carecer de mercado, lucha con los grandes monopolios extranjeros y, por último, un comercio exterior controlado igualmente por los monopolios del país del Norte que compran nuestro algodón, café, azúcar, minerales, etc., en las cantidades y precios que les conviene, vendiéndolos ellos mismos, como intermediarios, en el mercado mundial. Y si cualquier país intenta salirse de este tutelaje y comerciar directamente con otros, sufre inmediatamente la presión imperialista, en el valor de su moneda, en una nueva dictadura, etc. La estructura político social corresponde al panorama económico que

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acabamos de bosquejar. En efecto, en la mayoría de los países latinoamericanos, existen dos grupos antagónicos que representan, unos los intereses nacionales y, otros los extranjeros. A la cabeza del segundo, se encuentran con harta frecuencia, gobiernos dictatoriales y vendidos a EE.UU. y apoyados en el interior por una burocracia que participa en los beneficios que el poder malhabido otorga, por una burguesía consumidora e intermediaria de donde salen los socios menores y hombres de paja de las sociedades de capital norteamericano, en las que aparecen como grupos mayoritarios para eludir así las leyes relativas a los intervencionistas extranjeros. A este grupo están unidos los grandes terratenientes laicos, jefes del ejército, la banca y la iglesia naturalmente. Este sector se autotitula democrático y progresista, y es desde luego, el abanderado del anticomunismo, término que le sirve para combatir a los verdaderos demócratas a los movimientos sindicales libres de controles oficiales y en definitiva para que las oligarquías señaladas sigan cómodamente explotando a los pueblos. Es innecesario señalar que este grupo tiene amplísimo apoyo económico, militar y diplomático de los EE.UU. Frente a este agrupamiento reaccionario y anticonstitucional, están en primer lugar los pueblos que sufren las consecuencias de su política, en su bajo nivel de vida, en la carencia de instrucción y de la debida asistencia sanitaria. A la causa popular están aliados los intelectuales progresistas, los restos de los antiguos liberales, la pequeña burguesía, y los industriales nacionalistas que se ven amenazados por los monopolios. Existen también algunos gobiernos que pugnan por liberarse de la presión del imperialismo, luchando a la vez contra él, y frente a los grupos reaccionarios del interior sin tener en cambio el apoyo decidido de las masas populares educadas para la democracia y para la vida nacional, a las que en el fondo temen. Como veremos más adelante, los movimientos obrero y masónico, están divididos en los mismos frentes señalados. El sector nacionalista lucha por la libertad política, contra los dictadores, y por la liberta económica, contra los EE.UU.; persigue la vigencia de la democracia, muchas veces plasmada en las Constituciones de las Repúblicas y ensalzadas demagógicamente por los gobiernos, sobre todo en reuniones internacionales, pero que en la práctica es sistemáticamente pisoteada; lucha por una reforma agraria que destruya los latifundios, muchos de los cuales se hallan en manos extranjeras, con el fin de mejorar las condiciones de vida en el campo y ampliar los mercados interiores para estimular la industrialización; lucha igualmente por la protección a las industrias de capital nacional, pidiendo se establezcan cotos a la entrada libre del capital foráneo, y por el aprovechamiento para beneficio de los pueblos, de los recursos naturales de los mismos; Luchan en fin por la mejor distribución de la renta nacional y por una educación democrática que capacite a los pueblos para autogobernarse, prescindiendo de tutelas, 8

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especialmente de la del clero. En tal sentido reclama el establecimiento de una educación basada en un estricto LAICISMO. En resumen, el grupo nacional-progresista pretende una plena autodeterminación de los pueblos, su industrialización, el aumento de sus niveles de vida, de su cultura, y la eliminación de todo colonialismo, de todo imperialismo, para consumar la revolución democrática-burguesa, y no otra, cuyos dos enemigos son el feudalismo nativo por un lado y el imperialismo por otro. Constituye un ejemplo del triunfo de este sector progresista la revolución cubana, tachada maliciosamente por el imperialismo de comunista: la reforma agraria que esta revolución está llevando a cabo es sin embargo menos drástica que la que Mac Arthur impuso en el Japón. Otras formas de penetración imperialista.Abandonada la antigua y brutal agresión armada del imperialismo a las Repúblicas Latinoamericanas, por considerarla torpe, y sustituida por la política del dólar, las formas de penetración se han hecho algo más sutiles. Ya hemos expuesto el procedimiento de provocar dictaduras y protegerlas; la invasión de capitales para controlar materias primas e industrias; el control del comercio exterior y otros. A ellas hay que añadir tratados políticos y militares préstamos bancarios, etc., que hacen de nuestros países siervos del Departamento de Estado Norteamericano. Pero Además, el imperialismo practica la penetración cultural, que tiende a ablandar la solidaridad nacional de nuestros pueblos y a controlar organizaciones de carácter continental, como las obreras y las masónicas. Para ellos se apoya en ideas como el “interamericanismo” el “cosmopolitismo” etc., que le permite introducirse y dirigir las mencionadas agrupaciones. La penetración cultural está facilitada por el monopolio de las cadenas de información periodística, la radio, la televisión, y aún por revistas de difusión continental escritas en nuestro idioma. Con estos medios deforma y propaga las noticias que convienen a su interés, hostiliza a las democracias con una propaganda mendaz, y apoya a las más viles dictaduras. Los organismos principales que el imperialismo ha puesto a su servicio, amén de muchos gobiernos latinoamericanos, son: la Iglesia Católica, la Organización de Estados Americanos (O.E.A.), la Organización Regional Interamericana del Trabajo (O.R.I.T.) y la confederación masónica Interamericana. La Iglesia Católica.En los EE.UU., tradicionalmente de religión protestante, existen numerosas sectas que están casi en su totalidad al lado del imperio, y son por lo tanto vehículos utilizados por el mismo, para la penetración en nuestras repúblicas. Pero teniendo en cuenta que la religión predominante Informe Acerca de la Masonería Latinoamericana

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en estas, es la católica, el intervencionismo de los EE.UU. ha llevado a pactar a su gobierno con la mencionada iglesia a la que le unen muchos intereses comunes. La Iglesia católica, es hoy, un poderoso aliado del imperialismo, cuya política antidemocrática respalda, con su apoyo a las dictaduras y su hostilidad hacia los movimientos emancipadores. El clero político es muy numeroso en nuestras repúblicas que desde el establecimiento del eje Madrid-Washington, se han visto invadidas con agentes de la iglesia, procedentes de España y adiestrados debidamente para controlar la enseñanza, empresas de toda índole y en fin, para servir de apoyo ideológico a la reacción. El Opus Dei se distingue en esta labor. La O.E.A. La Organización de Estados Americanos se constituyó con el aparente propósito de establecer una honrada cooperación entre los pueblos de América para resolver sus comunes problemas. En realidad fue inspiración de los EE.UU. para controlar con más efectividad a algunos gobiernos latinoamericanos, basándose en la votación favorable a los intereses del imperio de la mayoría de los dictadores impuestos por el mismo. Sus fines inmediatos fueron el control político y económico del continente, la constitución de un bloque militar con bases en todas las repúblicas, etc. La balanza de fuerzas en el seno de la O.E.A. comienza sin embargo a cambiar de sentido, pues si bien en la conferencia de Caracas, el imperialismo consiguió la condenación del régimen democrático de Guatemala, con el pretexto de combatir el “comunismo internacional”, lo que le permitió agredirla con un ejercito mercenario, en la más reciente de Santiago de Chile, no pudo conseguir lo mismo en relación con la revolución cubana. La O.R.I.T. La anterior organización de Trabajadores de América Latina (C.T.A.L.) ha sostenido constantemente una postura anti-imperialista, razón por la que los EE.UU. maniobraron con el fin de socavar su influencia en las masas trabajadoras, consiguiendo, a fuerzas de persecuciones por un lado y sobornos por otro, reducir la importancia de la CTAL que es tachada de comunista. Actualmente la más fuerte confederación es la O.R.I.T. (subsidiaria de la S.I.O.S.L.) cuyos dirigentes siguen la política marcada por el Departamento de Estado. Sin embargo, a pesar de la influencia de la O.R.I.T., y sus agentes provocadores infiltrados en todos nuestros países, las agrupaciones obreras se van saneando y eliminando a lideres inmorales. En algunas repúblicas el movimiento obrero es fuerte, sano y antiimperialista. LA MASONERIA Paralelamente al desarrollo económico y a los acontecimientos polí10

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ticos y sociales de América, la Masonería que se había arraigado en el continente antes de su emancipación de las metrópolis europeas, fue adaptando diversas posturas y cambiando su modo de actuar, con una ideología también cambiante, reflejo de los intereses de los elementos que la integraron en cada época, y que eran a su vez los de los grupos sociales en pugna a que antes hemos hecho referencia. La Institución se desarrolló en las colonias americanas inspirada en los principios de lucha libertadora de la masonería primitiva, y se nutria principalmente de los perseguidos en Europa por la inquisición y por las monarquías existentes en Inglaterra y España. Así la masonería de las colonias inglesas estaba constituida por los perseguidos de las sectas religiosas enemigas del anglicanismo oficial y por los restos de los republicanos de la época Cromweliana, a los que la “gloriosa revolución de 1688" hizo objeto de implacable persecución; su ideología era la de los Francmasones primitivos, nacida desde la época de Tomás Moro, muy desarrollada durante la República y mezclada con el misticismo de los puritanos, anabaptistas, etc., compañeros de exilio de los librepensadores. Con esa base, la masonería luchó decididamente por la emancipación de la metrópoli, de las colonias inglesas y actuó en los primeros años de su liberación con arreglo a las doctrinas progresistas de Lincoln y Jefferson, que incluso se extendieron por las colonias hispánicas influenciando la masonería de estas últimas. Pero el desarrollo como potencia industrial de Norteamérica y su tendencia hacia el imperialismo, influyó de tal manera en su masonería, que logró desnaturalizar por completo su espíritu original, siendo hoy una aliada y un puntal de la política dictada por Wall Street. Por su parte, la masonería de las colonias dependientes de la península ibérica, se fundó igualmente por los emigrados perseguidos, como los librepensadores, judíos y Francmasones, a los que se unieron muy posteriormente los criollos que deseaban la emancipación y la libertad de sus tierras nativas, frente a España y Portugal. La Francmasonería Latinoamericana, nacida con el espíritu de la primitiva Institución, sufrió bien pronto las influencias de la inglesa, de la americana, de la francesa y de la misma española. La inglesa, monárquica, aristocrática y religiosa, se había constituido para barrer los restos de la Primitiva, de la época republicana, y ser el sostén del Trono y el Altar, llegando a constituir la avanzada del imperialismo británico. Era bien acogida en los países católicos, como reacción de los liberales ante la opresión de la política papista, y porque, además, en aquella época en la que Inglaterra quería destruir el imperio español, estimulaba todo movimiento libertario de sus colonias. La americana, como ya hemos dicho, actuaba también a través de sus agentes, apoyando la lucha por la emancipación, proclamando los principios de libertad, igualdad y fraternidad, de los que se olvidó inmediatamente de conseguida la independencia que puso a las nuevas repúblicas al alcance de las Informe Acerca de la Masonería Latinoamericana

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ambiciones del naciente imperialismo. La masonería francesa influyó en la latinoamericana, con un signo francamente libertario y progresista, a través de los criollos educados en París, que traían las enseñanzas y doctrinas -prohibidas en las coloniasde la revolución de 1789 y, especialmente, de los enciclopedistas. El representante más caracterizado de la Francmasonería progresista, fue el General Francisco Miranda, criollo venezolano iniciador de la independencia de las colonias, que conviviera en París con los hombres de la Enciclopedia y que había luchado después por la revolución mandando las tropas de los sans-culottes. Miranda fue el introductor en América del Rito Primitivo, por medio de la Gran Logia Americana, con raíces en Inglaterra España, y cuyos talleres extendió por el continente, en especial por América del Sur, donde las logias Lautaro y Lautarianas lucharon eficazmente por la liberación de las colonias. Los más conocidos héroes de esa lucha emancipadora, habían sido iniciados por Miranda en Londres o en París y, muerto el Precursor, llevaron hasta donde fue posible, las doctrinas del Maestro. En México, el cura Hidalgo representaba igualmente, el pensamiento de los enciclopedistas. Los diferentes grupos de la Institución a que acabamos de referirnos, actuaron unánimemente en la persecución del fin común representado por la libertad de las colonias; pero una vez que ésta fue alcanzada, aparecieron las luchas entre los liberales y conservadores, que antes mencionamos, escindiendo el campo de la masonería en dos tendencias correlativas. La Liberal, quería una independencia con un mínimo de cambios sociales y políticos que la conservadora no admitía de ninguna manera, como la abolición de la esclavitud, mayores posibilidades de trabajo libre, y las libertades proclamadas por la revolución francesa y la misma americana. La Iglesia, enemiga tradicional de la Institución que en un principio había combatido en contra de la independencia, se unió a la causa de los vencedores, aliándose como es natural, a los conservadores, cuyos intereses materiales eran los mismos. Bolívar, perteneciente a una familia de esclavistas, hizo una labor positiva en lo que respecta a la independencia, pero como no sentía los ideales avanzados, ni quería reformas profundas en la estructura político social, pertenecía al campo conservador. Había sido iniciado en la masonería escocesa en sus andanzas por Europa, y ya durante la lucha por la emancipación, manifestó su desprecio por la Institución al entregar al General Francisco de Miranda a las tropas españolas, siendo este Gran Maestro de la Gran Logia Americana. Más tarde, cuando tenía en sus manos todo el poder, se alió a la Iglesia y decretó su disolución. No obstante, la masonería siguió viviendo, escindida como hemos dicho en liberal y conservadora. La segunda tuvo pronto el apoyo de la americana y de la inglesa; las influencias francesa y española se fueron tornando cada vez más débiles. Este proceso se fue acentuando al correr de las luchas políticas para dar resultado la transformación del grupo 12

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conservador en una entidad sometida e identificada con los dictadores de las repúblicas latinoamericanas, los que frecuentemente se hacían masones para aparentar un liberalismo del que carecían. La masonería liberal y progresista, se vio perseguida y tuvo que relegarse a la clandestinidad, con el ideario más o menos alterado del Rito Primitivo. Este tuvo un período de resurgimiento en México en 1828, con el llamado Rito Nacional Mexicano, cuya estructura e ideología era la de aquel, y al que pertenecieron Juárez y sus más destacados colaboradores en la Revolución de Reforma de este país. El Rito Nacional Mexicano sigue existiendo, si bien muy dividido es escocificado; las Academias Mexicanas y Españolas del Rito Primitivo, mantienen fraternales relaciones con el grupo más progresistas. En la actualidad, la masonería escocesa sigue dividida, existiendo, numerosos grupos liberal-progresistas, de lo que es un buen ejemplo el Gran Oriente Nacional de Puerto Rico, que lucha por la independencia de la isla, sometida a un régimen colonial por los EE.UU., disfrazado de “Estado Libre Asociado”. Estos grupos se mantienen aislados entre sí, sin constituir ninguna Confederación; en cambio, el grupo conservador, se halla unificado en la llamada Confederación Interamericana y ha venido a ser instrumento de la política de los EE.UU., al haberse colocado bajo la tutela de la masonería americana, que con el gobierno, la iglesia protestante y Wall Street, representan los mismos intereses. Tal dependencia, de la masonería conservadora latinoamericana, tiene para los EE.UU. una gran importancia, puesto que siendo la Institución defensora tradicional de la libertad y del progreso, resulta significativo a los ojos del mundo, que se coloque al lado de “los defensores de los pueblos libres”, lo que sirve para ocultar su verdadera política de sojuzgamiento de los débiles. Confederación Masónica Interamericana.A consecuencia de la pasada guerra y de la propaganda de las potencias aliadas frente al eje nazi-fascista, que tenía por objeto conseguir el apoyo de todos los pueblos, los hombres de buena fe creyeron que, terminada la contienda, la humanidad comenzaría una nueva etapa de vida, en la que no habría opresiones y abusos de los pueblos fuertes sobre los débiles. Así lo creyeron también los masones latinoamericanos de todas las tendencias, y pensaron que había llegado el momento de olvidarse de pasados agravios, y darse un abrazo por encima de las fronteras con los masones de Norteamérica. Con este espíritu nació la Confederación Masónica Interamericana, cuya vida se inició en la reunión de Montevideo de Abril de 1947. Era pretensión de esta primera Conferencia, agrupar a todas las organizaciones masónicas del Continente, superando la división tradicional de tendencias conservadoras y liberal en Latinoamérica y su alejamiento de las de los EE.UU. y Canadá, a fin de planear

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conjuntamente el nuevo mundo libre que la propaganda había prometido. Pronto se vio que las esperanzas de los masones latinoamericanos, iban a ser defraudadas; en efecto, las Grandes Logias de los Estados Unidos y Canadá, enviaron solamente observadores a la conferencia de Uruguay, con el visible fin de influir en sus deliberaciones, sin comprometerse a aceptar los acuerdos que surgieran, que les obligaría, cuando menos a convivir en los Talleres con negros e indios, cosa a la que nunca estuvieron dispuestos. La alarma de los EE.UU. comenzó en la Conferencia de Montevideo, al plantearse el asunto de la libertad y autodeterminación de Puerto Rico, momento en que la embajada del gobierno de Washington presionó al de Uruguay, para que esta a su vez, obligará a los delegados en la conferencia a soslayar el mencionado problema, lo que consiguieron. Consecuencias de la Conferencia de Montevideo.Los acuerdos de la primera Conferencia de la Confederación Interamericana estaban animados de un ingenuo espíritu democrático; se decidió una acción permanente e ineludible contra los gobiernos dictatoriales y que la Institución debería dirigir su actividad a fin de que todos los pueblos del continente se rigieran por su libre y espontánea voluntad. Se hizo un llamamiento a la paz y a la convivencia rechazando las concepciones chauvinistas generadoras de hostilidades entre los pueblos. En resumen, las conclusiones de esta primera conferencia, fueron positivas y alabadas por todos los masones progresistas del continente, pues formaban en realidad un ideario y una bandera de lucha para la masonería latinoamericana. Los EE.UU., poco dispuestos a secundar aquel ideario, comenzaron a maniobrar a través de la masonería de su propio país, planeando una operación que había de conducir a dividir la masonería latinoamericana, eliminando de la Confederación a los sectores rebeldes y premiando a los sumisos con el “reconocimiento”, en vista de su “regularidad”. Las hostilidades contra la Confederación Interamericana, comenzaron sin embargo por la Gran Logia Unida de Inglaterra, que rompió relaciones con la del Uruguay, inspiradora de la Conferencia de Montevideo, por considerarla “irregular” al no someterse a sus ridículos dogmatismos y a su punto de vista o pretensión de constituir la fuente original de la Institución. Desde el punto de vista en que estamos colocados, la masonería inglesa es una deformación de la primitiva, que se constituyó, a partir de la alianza a que hicimos referencia anteriormente de Torys y Whigs con el trono inglés y el altar protestante, a través de la “gloriosa revolución de 1688" y que tenía por objeto precisamente la consolidación de los citados trono y altar, en contraposición de los ideales de la masonería primitiva que pugnaba por destruirlos. Por su parte, la masonería norteamericana realizó una intensa labor

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divisionista en el seno de las Grandes Logias de Latinoamérica, por medio de la actividad del Supremo Consejo del Rito Escocés, con sede en Charleston, el cual también se considera así mismo, venero de la masonería filosófica, de la que es, según nuestro punto de vista, su deformación y antítesis. Este Supremo Consejo presidido en aquella época por el Gran Comendador Jhon H. Cowles, recibía Ordenes del Departamento de Estado, que transmitía “fraternalmente” a los Supremos Consejos de Latinoamérica para que éstos a su vez influyeran sobre las Grandes Logias, en los asuntos de vital importancia para los intereses del Imperialismo. Los cuerpos más irreductibles fueron tachados de “irregulares”, otorgando en cambio la protección de la masonería americana a los que aceptaban su tutela, protección que tomaban muchas veces la forma de ayuda para construir tal o cual templo masónico. Esta maniobra fue descubierta por el Gran Comendador del Supremo Consejo de Cuba, Ilustre Hermano Llansó, que no ocultaba las indicaciones que recibía de Charleston, a la vez que las arrojaba al cesto de los papeles. Regularidad Masónica.El concepto de “Regularidad” y de “Carta Patente” se ha establecido desde muy antiguo, por los Reyes Absolutos, para limitar el derecho de asociación, tolerando solamente lo que es grato, al poder constituido. Desde nuestro punto de vista, es decir, de la Francmasonería Progresista, la regularidad la otorga el cumplimiento de antiguas leyes, usos costumbres, constituciones, estatutos, etc. y, por lo tanto, cualquier agrupación de masones puede libremente constituirse en Logia, sin necesidad de “Carta Patente”. Nuestra Institución otorga solamente “Cartas de Reconocimiento” a aquellas logias que se forman haciendo uso de la libertad de asociación, y que declaran el acatamiento a los preceptos legales a que antes hicimos referencia. Nace este concepto, de la opinión señalada al principio de este informe, de que la masonería no constituyó un hecho social enraizado en los problemas de los pueblos, sino que procede de un espíritu iluminado, el del cura protestante Sr. Anderson. Partiendo de este concepto metafísico, la masonería inglesa desconoce cualquier otra, aunque sea más antigua, y puesto que para ella está desligada de los problemas sociales, ha de mantenerse como la instituyó el citado cura en colaboración con nobles ingleses, que perseguían en realidad consolidar la estructura social y política, conseguida por medio de la revolución de 1688, de Inglaterra. El concepto de regularidad masónica está basado en el sometimiento a dogmas religiosos y a principios que tienen por objeto privar de toda actividad a los masones para que no pretendan cambiar las estructuras políticas, sociales y económicas que convienen a los intereses anglosajones. Así, la masonería inglesa es intolerante respecto a la creencia en Dios y en la inmortalidad del alma; afirma que es un culto, una religión, que

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debe reverenciar a un libro sagrado y niega que es un movimiento filosófico activo que admite variadas orientaciones y criterios, tendientes al mejoramiento del hombre y de la sociedad. La masonería inglesa sostiene que estos criterios son estrictos, rígidos, inmutables, a lo largo del tiempo y están fuera de toda discusión. Para la masonería anglosajonas, la presencia de la Biblia en el Ara es absolutamente indispensable. La Francmasonería primitiva como es sabido, coloca en el Ara un libro de Geometría, representativo del pensamiento científico, y para ella no constituye un problema a debatir en sus logias, la cuestión de la Biblia. Ahora bien, consideramos que las potencias progresistas que trabajan en el Rito Escocés o en cualquier otro que reconozca el origen andersoniano al mismo, deben de liberar en torno a este problema una dura batalla que no es inútil, y está perfectamente justificada. En efecto, para la política imperialista anglosajonas, la Biblia fue siempre la punta de lanza que se introdujo en los pueblos dominados por la iglesia católica, a través de misioneros protestante, bien recibidos por las masas anticlericales, y a los que seguían inmediatamente comerciantes, industriales, inversionistas, diplomáticos y militares. Por tales razones, la lucha sostenida por la Alianza Fraternal de Potencias Masónicas, con sede en París y, particularmente por los Grandes Orientes de Francia y de Bélgica, para mantener el principio de la libertad absoluta de conciencia y, por lo tanto, para rechazar la presencia de la Biblia sobre el Ara, tiene para nosotros una gran significación; la de no tolerar la influencia anglosajonas en los asuntos privativos de los países latinoamericanos. Apoliticismo.Otro de los dogmas de la masonería inglesa, es el que supone que la Institución es apolítica. Esta concepción procede de una actitud filistea nacida de la satisfacción de los anglo-sajones ante el reparto de las riquezas del mundo, y tiene por objeto, evitar cualquier discusión sobre este punto, conservando pacíficamente lo que disfrutan. Siguiendo ese principio la Confederación Masónica Interamericana, purgada de elementos Progresistas, hace en sus reuniones platónicas cantos a la libertad, pero se niega a actuar para conseguirla, sin perjuicio de admitir en su seno a las Grandes Logias plegadas a la voluntad de los dictadores de Latinoamérica. Segunda Conferencia de la Confederación.Se celebró en México y en ella fueron convocadas exclusivamente las organizaciones masónicas consideradas “regulares”. No fueron admitidos -ni en calidad de observadores- los representantes de la Gran Logia de Lengua Española de Nueva York, ni el Gran Oriente Nacional de Puerto Rico, que aspira a la liberación del yugo colonial a que está sometido este 16

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país. En cambio asistieron representantes de las Grandes Logias Americanas, pero no con carácter oficial, para influir, como siempre, y no comprometerse. La segunda Conferencia Interamericana vino a sancionar el punto de vista anglosajón. En ella, la operación de someter a la Masonería Latinoamericana, quedó concluida. A partir de ese momento, se podía ya iniciar su utilización en favor de los propósitos del imperialismo, pues el apoliticismo garantizaba la no-intervención de la masonería latinoamericana, en los atropellos cometidos por aquel. Después de la segunda Conferencia, ya no tuvo explicación la actitud de las Grandes Logias Confederadas que, a pesar de las reiteradas negativas de los norteamericanos y de los canadienses para ingresar en la Confederación, siguieron llamando a ésta “Interamericana”. No se comprende cómo estos desaires, que se vienen produciendo desde muy atrás, no den lugar a una actitud digna, orientada a constituir una Confederación Latinoamericana. Es oportuno recordar a este propósito que los representantes del Gran Oriente Español, no fueron recibidos por la Gran Logia Unida de Inglaterra durante la guerra civil, por considerar que pertenecían a una Potencia “irregular”, y lo mismo sucedió hace algunos años con el Gran Maestro de la Gran Logia Valle de México, quien tampoco fue recibido por la citada potencia inglesa. La masonería norteamericana, desconoció a las Potencias y Grandes Orientes de Latinoamérica, que no se sometieron a su paternalismo, llegando incluso a hacer lo mismo con las Potencias de Filipinas que tenían su origen en la masonería española, reconociendo en cambio al Supremo Consejo impuesto por Charleston en aquella isla. Además, las potencias anglosajonas, violando su propio principio de “regularidad”, que prohibe la invasión territorial, constituyen Logias, Grandes Logias o Supremos Consejos, donde les parece bien. Tercera Conferencia de la Confederación.Se celebró en la Habana, siendo Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, el Dr. Piñeiro, que hizo gala de su apoyo a la dictadura de Batista. El Gran Maestro quería poner el prestigio de la Institución, al servicio de aquel sanguinario gobernante, e hizo todo lo que pudo para conseguirlo, pues le estaba agradecido por la colaboración y la ayuda que le prestó para constituir el templo masónico, colaboración puesta de relieve con la emisión, por parte del gobierno, de un timbre de correos en el que aparece la silueta del mencionado Templo. Batista prefería tener a su lado a la Confederación Interamericana y no al pueblo católico que, como se vio a la caída del dictador, lo repudió con la misma energía que los barbudos de la Sierra Maestra. En esta Confederación, el Dr. Piñeiro propuso que se consultase a la masonería norteamericana, respecto a lo que ésta creía que podía hacer la

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Institución por la libertad y la democracia de los pueblos, por la educación laica y para conseguir la unificación Universal de todas las potencias “regulares”. Tal proposición tuvo que ser retirada en vista de la opinión de muchos de los congresistas en el sentido de que no era preciso solicitar autorización ni norma de ninguna clase a la masonería americana para tratar los mencionados puntos. La celebración de esta Conferencia, se hizo coincidir con la toma de posesión de Batista, después de su golpe de estado y las elecciones subsiguientes, fraudulentas desde luego, para que estuviese claro a los ojos de América, que la masonería apoyaba a su gobierno. En la visita protocolaria realizada por una delegación de la Conferencia al presidente Batista, el Dr., Piñeiro, en lugar de cumplimentarlo como exige la cortesía hizo un descarado elogio del dictador. El Gran Maestro Piñeiro, se alió estrechamente al gobierno del exsargento y, valiéndose de sus cargos, honró a sus colaboradores. Obsequió personalmente a Batista, en visita que éste hizo al Gran Templo Masónico, y se rodeó para formar su gabinete de los mismos sicarios del dictador. El Dr. Piñeiro ha sido tan fiel servidor del imperialismo, que ha merecido la distinción de ser el único Gran Maestro de Latinoamérica que tiene acceso a las reuniones anuales de los Grandes Maestros de las Grandes Logias de los Estados Unidos. Los acuerdo de esta conferencia no constituyen nada digno de ser mencionado. Durante su desarrollo se celebraron desde luego grandes banquetes y excursiones. Cuarta Conferencia de la Confederación.Se celebró en Santiago de Chile. Piñeiro, que llegó a la presidencia de la Confederación, se distinguió por su acentuado servilismo hacia los intereses imperialistas. En dicha conferencia, además de las consabidas declaraciones demagógicas y a la vez platónicas en relación a los principios masónicos, se tomó el acuerdo bochornoso para los países latinoamericanos, de celebrar la quinta conferencia en Puerto Rico, señalando como anfitrión a la Gran Logia Soberana de la isla, pro-imperialista. La significación de este acuerdo es claro; Se trata de hacer ver a todos los demócratas del mundo que si la masonería latinoamericana se reúne en Puerto Rico para hablar de justicia, libertad y democracia, y tal reunión se realiza bajo los auspicios de la Gran Logia que apoya la situación de “Estado Libre Asociado” que soporta la isla, es que esta situación es de completa y absoluta libertad y, por lo tanto, Puerto Rico no es una colonia, sino un país libre y satisfecho. El cumplimiento de esta acuerdo será la piedra de toque para acabar de juzgar a las potencias masónicas que integran la Confederación, pues las que concurran quedarán señaladas a los ojos de los pueblos latinoamericanos, como Caínes que colaboran

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consciente o inconscientemente en la frustración de la independencia de un país hermano. Resumen del panorama masónico de Latinoamérica.Existen tres grupos fundamentales en la masonería de los países latinoamericanos, representativos de las tendencias antes señaladas: reaccionaria, liberal-nacionalista y progresista. Los dos primeros pertenecen al Rito Escocés y el tercero está constituido por la Francmasonería del Rito Primitivo. El grupo reaccionario, reconocido naturalmente por la masonería de los EE.UU., está agrupado en la Confederación Masónica Interamericana, y sus componentes se autotitulan “regulares”; Son desde luego “apolíticos”, “bíblicos” y corresponden a la concepción metafísica de la Institución a que al comienzo hicimos referencia. En lo internacional hacen el juego, por acción o por omisión, al imperialismo americano y, en lo nacional son los aliados naturales de las dictaduras y pseudo-democracias que hemos descrito al hablar de la situación política social y económica de nuestras repúblicas. En el seno de la Confederación Interamericana están las Grandes Logias sometidas y aliadas de las dictaduras más oprobiosas del continente, conviviendo con algunas Potencias Liberales. Para juzgar el carácter entreguista y antinacional, que en esencia tiene este grupo, podríamos aportar infinidad de testimonios; pero nos limitaremos a citar solamente algunos casos. El más bochornoso de todos, es el que ofrece la llamada Gran Logia Soberana de Puerto Rico, dirigida por un Sr. Marcano, que es a la vez líder obrero de la organización de trabajadores sometida al imperialismo; esta dualidad de funciones como dirigente proletario y masónico, confirma nuestra tesis antes subrayada, en el sentido de que el imperialismo procura controlar las organizaciones nacionales confederadas internacionalmente, por medio de agentes a su servicio. El Sr. Marcano, prominente personaje de la Confederación, sostiene que Puerto Rico se encuentra disfrutando de plena libertad como “Estado Libre Asociado” de los EE.UU. y se opone a la independencia real de este pueblo hermano. La farsa de ese Status, que tiene por objeto disfrazar el régimen de colonia a que está sometida la isla, ha sido constantemente denunciada por masones y Potencias masónicas no sometidas a la tutela de Papas anglo-sajones y, muy especialmente por el Gran Oriente Nacional de Puerto Rico y su digno Gran Maestro el Hermano A. Santaella Blanco, por lo que esa Potencia independentista es calificada de “política” e “irregular” y, en consecuencia, está excluida de la Confederación que juega en lo masónico, el mismo papel que la O.E.A. en los político. La Masonería dominicana está naturalmente sometida al dictador Trujillo y en la Conferencia de la Habana de 1955, sus delegados hicieron un elogio descarado del gobierno de su país, con la protesta ruidosa de

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otras delegaciones; pero no fue expulsada de la Confederación. Trujillo es masón y en el mes de Septiembre pasado ha sido nombrado Masón Ilustre por una de las Logias de la Isla, en solemne ceremonia de la que asistieron representantes de la Gran Logia. Que nosotros sepamos, este hecho tampoco ha merecido la expulsión de esa masonería del seno de la Confederación. Existen además, una serie de datos aislados que califican de entreguistas y reaccionarias a muchas potencias integrantes de la Confederación como por ejemplo: La Gran Logia de Venezuela sumisa a la pasada Dictadura retira la Carta Patente a la Logia Libertad Española, constituida por refugiados antifranquistas, por conmemorar el advenimiento de la República española, el 14 de Abril de 1955; los dirigentes de la recién revuelta reaccionaria en Honduras contra el gobierno constitucional, eran en gran parte masones escoceses de la Potencia reconocida por la Confederación, etc. Renunciamos a seguir citando esta clase de ejemplos. Nos hemos referido antes a la actuación del Gran Maestro Dr. Piñeiro, al frente de la Gran Logia de Cuba, sin que esto quiera decir que consideramos a los masones cubanos en bloque, como entregados al imperialismo. Nos complace reconocer lo contrario, demostrado con los claros pronunciamientos de esta Potencia, eliminando su funesto Gran Maestro Piñeiro, en relación con la revolución de su país y con su reforma agraria en los que se manifiesta plenamente adherida a la causa del pueblo. Tal actitud ha movilizado a la masonería americana, que viendo que se va de su órbita esta Gran Logia, pretende celebrar una reunión en la Habana, con fines divisionistas. Las Potencias que hemos clasificado en el segundo grupo del Rito Escocés, como grupo liberal-nacionalista, son clasificadas por el primero de “irregulares” y “políticas”, como el Gran Oriente Nacional de Puerto Rico, o de “irregulares” y “poco respetuosas con la Biblia”, como la Gran Logia del Uruguay, etc. En lo internacional, son antiimperialistas y, en lo nacional aliadas de los grupos liberales existentes en sus países. No están unidas en una Confederación como las Potencias reaccionarias, de ahí su debilidad para enfrentarse a la Confederación Interamericana. Muchas de ellas tienen la vana pretensión de transformarla, convenciendo a sus integrantes de que el papel histórico, social y humanista de la Institución, exige que abandonen sus tutores americanos y se coloquen definitivamente al lado de sus pueblos. Otras muchas pertenecen a la Alianza Fraternal de Potencias Masónicas, con sede en París. La Francmasonería Primitiva, que constituye el tercer grupo, sin preocuparse de la calificación de “política” e “irregular” de que es objeto por parte del grupo reaccionario, persigue en la actual etapa del desarrollo de las Repúblicas latinoamericanas, en lo que se refiere a su acción externa, los siguientes objetivos: Autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. Eliminación de las dictaduras. 20

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Vigencia de las Constituciones democráticas, derechos del hombre, e igualdad de la mujer. Emancipación económica a base de reformas agrarias, industrialización y no-dependencia del capitalismo extranjero. Lucha contra toda reminiscencia feudal y contra toda forma de imperialismo y colonialismo. Elevación del nivel de vida de los pueblos y justicia social. Educación laica y liberación de fanatismos religiosos. Lucha contra la concepción paternalista del gobierno de los pueblos, capacitándolos para la vida democrática, y en la resolución de sus problemas nacionales. Colaboración estrecha con personas y organismos que persigan fines análogos: intelectuales, burguesía nacionalista democrática, organizaciones culturales, políticas de trabajo, etc., y estableciendo una íntima solidaridad latinoamericana. En el campo de las relaciones masónicas, persigue la convivencia fraternal con las Potencias afines de cualquier Rito, a través de la Alianza Fraternal de Potencias Masónicas, con sede en París. También pretende unir sus esfuerzos a las Potencias liberal-nacionalistas de América Latina, para constituir una Confederación latinoamericana, que luche por el programa esbozado, eliminando toda aspiración a la unidad total con la masonería reaccionaria y entreguista, toda vez que esta unión heterogénea no conducirá más que a la esterilización de los mejores esfuerzos de la Francmasonería progresista. México, D.F., Octubre de 1959. El Pdte. de la Confederación de Supremos Consejos: J. Caridad Mateo.

-El Secretario: Salomón Eluani Háber.

A la memoria de la Resp. Log. Américo Vespucio de México, D.F.

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Reservados todos los Derechos conforme a la Ley. Este Libro no puede ser reproduciodo, en todo o en partes en forma alguna sin permiso. ISBN-968-451-893-6 Este libro se terminó de Imprimir el día 27 de Julio de 1997 en los Talleres de la Academia Maya. Esta Edición consta de 3,000 ejemplares.

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