Homofobia

Lunes 23 de Marzo del 2009  -  E L NORT E   op i n ión 

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JUAN CIUDADANO

XIMENA PEREDO

El fin de mes será testigo de nuevos anuncios de planes anticrisis del Gobierno de Obama, cuya repercusión esperemos que sea positiva en México.

Resulta inaceptable que los grupos parlamentarios de los partidos políticos se excluyan por su voluntad de la rendición de cuentas sobre sus recursos.

Respetar al amor es una tarea cívica acuciante cuando las parejas sufren en público discriminación por su orientación sexual.

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alta poco más de una semana para que termine el mes de marzo y todo apunta a que éste será un “cierre ciclónico”, con fuertes vientos a favor de las tendencias económicas, lo cual debe repercutir favorablemente en las bolsas, en la paridad y en el ánimo de los inversionistas. Son, cuando menos, tres factores los que inciden positivamente para propiciar una mejoría en los principales indicadores: 1. Ayer, en China, el ministro del Consejo de Economía pronosticó que su país crecerá el 8 por ciento en este 2009, merced a la enorme infusión de recursos que implementó el Gobierno. Más aún, reveló el funcionario que en algunos sectores industriales de su país ya se percibe un repunte. 2. A más tardar para el jueves 26, el Gobierno del Presidente Obama habrá realizado importantes anuncios, entre ellos un PLAN para deshacerse de los activos tóxicos de la banca emproblemada, y ello mediante la creación de un nuevo organismo, el “Public Investment Corp.”, con una infusión de 100 mil millones de dólares. Esta empresa mixta, que unirá también recursos privados para invertir, es una calca de la famosa “RTC” (“Resolution Trust Corp.”) creada por Alan Greenspan en 1989 para solventar la crisis de las “Savings and Loans” de aquella época, lo cual logró en forma muy exitosa.

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Cierre ciclónico el abogado del pueblo 3. El Presidente Obama y su tesorero Geithner, también esta semana, darán a conocer nuevas reglas de supervisión e incluso la creación de un órgano supervisor no sólo de las instituciones financieras, sino también de bancos y empresas privadas que cotizan en Bolsa para evitar excesos que perjudiquen al público inversionista. Ello partiendo de la base de que la SEC falló en su papel regulatorio (Madoff, Stanford, etc.) y que, por lo tanto, se requiere de algo con más dientes y medios para vigilar a quienes captan dinero del público inversionista. Estimamos que los mercados recibirán con buena gana estas noticias y que pueda haber una fuerte reacción positiva en ellos, pues la estrategia detrás de estas medidas es, precisamente, evitar que se repitan los excesos y la laxitud regulatoria que yacen bajo este megaborlote financiero que trae al mundo de cabeza.

Ahora que si con esto no se logra, pues entonces quién sabe qué se requerirá para animar a los mercados y a los inversionistas. Como les decimos una cosa, les decimos otra: hay que seguir siendo cautos, la bronca no ha terminado, existen todavía muchos escollos por superar, no siendo el menor de ellos el pequeño detalle de que el precio promedio de las viviendas sigue cayendo, lo cual hace que cada día más y más gente caiga en la insolvencia. Sobre todo si a esa misma persona no sólo se le cayó el valor de garantía contra la hipoteca que contrató, sino que además perdió el empleo. A fin de este mes se publicará el “Índice Schiller”, que es una encuesta nacional sobre los precios de vivienda, y éste indicará, claramente, si los precios siguen cayendo o si ya se estabilizaron. La estabilización sería una noticia sumamente positiva, mas no probable, entonces mientras sigan cayendo

los precios de las viviendas no se puede pensar en que ya se ha librado la crisis. Todo esto que les contamos es con referencia, claro está, a Estados Unidos, mas habrán observado ustedes que nuestros índices imitan con exactitud a los norteamericanos. Literalmente, los mercados consideran que lo que es bueno para los norteamericanos es bueno para México, aunque no viceversa. Habla mal de nuestras autoridades, y sobre todo resalta la inefectividad de sus planes anticrisis, que no nos podamos independizar del ciclo estadounidense. Casualmente, hoy hablamos de cosas positivas, que quizás nos beneficiarán para cerrar el mes con una buena nota, aunque de lo que viene en abril nadie puede saber nada. Cuando llegue la recuperación, ésta tomará la forma de una serie de escalones ascendentes (buenas noticias) mezclados con uno que otro descendente (malas noticias), ello hasta que llegue el punto en el que las buenas noticias serán muchas más que las malas tornando positivo el ánimo de los inversionistas Y DE LOS CONSUMIDORES, pues que no se nos olvide que el consumo es el MOTOR de la reactivación. Y nuestro Gobierno, ¿qué hace para estimular el consumo en México? [email protected]

Caja chica Juan Ciudadano

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l argumento del cártel de partidos en la Cámara de Diputados para seguir ocultando los gastos de los grupos parlamentarios es sencillo y contundente: lo hacen porque pueden. Lo tratan de decir con elegancia, pero en el fondo la justificación es así de burda. “Se considera que, de acuerdo al perfil constitucional y legal de los grupos parlamentarios y de los diputados sin partido, éstos no deben ser comprendidos en el texto del Artículo 47 del Proyecto de Decreto”, señala el adendum que busca ser incluido en la Gaceta Parlamentaria para ser aprobado a la brevedad. En diciembre pasado, los diputados habían aprobado un reglamento por el que se harían transparentes todos los gastos realizados por los partidos a través de los fondos otorgados a cada una de las bancadas. Pero el miércoles pasado, la totalidad de los partidos estuvieron de acuerdo con la propuesta del “nuevo” Partido Nueva Alianza en la dinosáurica defensa del derecho a gastar el dinero de los mexicanos sin rendir cuentas de ello a nadie. Estamos hablando de casi 350 millones de pesos que nuestros legisladores se sienten con derecho a gastar como caja chica y con discrecionalidad absoluta para los líderes de los partidos. La concesión jurídica pasa por alto que, precisamente por tener estos recursos un fin indeterminado y no necesariamente relacionado con el funcionamiento del día con día de la Cámara, son de los que más interesa observar desde la ciudadanía. En fondos co-

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n ratos de verdadera desolación, cuando nada parece funcionar, me consuelo pensando en la pareja de adolescentes que, pese a la deuda pública, al narcotráfico y la contaminación, se enamoran perdidamente. Para ellos no existe otro factor de preocupación que el de planear encuentros fortuitos en las escaleras o a la salida de la secundaria. Pese a todo, y en esto se fundamenta mi máximo alivio, la vida se impone y el amor se regenera. La certeza de que existe una pareja que hoy hará el amor por primera vez me genera una alegría capaz de minimizar mi catastrofismo. Por eso, cuando algo amenaza a esa hipotética pareja, siento que me es arrebatada mi última tabla salvavidas. La película “Milk”, del director Gus Van Sant, me hizo concentrarme en la belleza de una pareja homosexual. Qué difícil es reconocer una injusticia cuando ésta no me perjudica directamente o cuando, peor aún, formo parte de ella. “Milk” me hizo tomar conciencia de esto. A pesar de tener amigos y amigas homosexuales, a quienes verdaderamente amo, nunca había reparado lo suficiente en el sufrimiento de quienes se tragan las ganas de amarse por temor a represalias. Nunca había hecho conciencia de lo injusto que es que, en pleno Siglo 21, las personas no puedan amarse libremente. Ni siquiera lo indispensable hemos aprendido. Harvey Milk es recordado como el primer funcionario público electo abiertamente gay en Estados Unidos. Sin embargo, su legado supera por mucho haber sido supervisor en 1978 de la oficina del Alcalde de San Francisco, California. Milk luchó por reivindicar los derechos civiles y políticos de una comunidad lésbico-gay gravemente castigada y perseguida. Pero en lo profundo, su lucha fue conquistar el derecho de amar y ser amado abiertamente.

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mo éstos, manejados en la más absoluta opacidad, la tentación para el desvío es altísima. Hace más de dos años, el CIDE dio a conocer una investigación, encargada por el IFAI, en la que se evaluaba en materia de transparencia a los organismos conocidos como los “Otros Sujetos Obligados” (OSOS). Esta evaluación medía: 1) la calidad de los reglamentos, 2) la capacidad institucional para recibir y procesar solicitudes de información, 3) la calidad de las respuestas a usuarios simulados, y 4) el cumplimiento con aquello que tendría que estar permanentemente disponible en internet. La Cámara de Diputados salió en el lugar 13 de 16 organismos evaluados. El resultado es en sí mismo indignante, aún más tratándose de quienes en su calidad de representantes populares le han recetado transparencia a todos los órganos del Estado, pero se niegan a acatarla. No se ve mucho interés de corregir esta anomalía. Éste es uno de los temas en los que los partidos pequeños tienen una excelente oportunidad para justificar su existencia denunciando el comportamiento del cártel de partidos grandes para así vincularse de otra manera con la ciudadanía. En lugar de ello, han optado por sumarse al bloque. ¿No habrá, por lo menos, algún grupo de diputados que esté dispuesto a dar un paso al frente en protesta contra el cinismo de los líderes?

Observatorios de la justicia Es un fenómeno alentador el surgimiento de iniciativas, desde la sociedad, para observar el funcionamiento del sistema de procuración y administración de justicia en México. La semana pasada el presidente de Iluminemos México, Elías Curi, anunció la creación del Observatorio Ciudadano de la Justicia como “una nueva forma de interacción entre la autoridad y la sociedad civil (que) nos abre una ventana de posibilidades que debemos saber aprovechar con responsabilidad y eficacia”. Alejandro Martí y otros líderes sociales, por su parte, han insistido en la necesidad de vigilar y presionar para el cumplimiento del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad firmado en agosto del 2008. Los esfuerzos de Curi y Martí son encomiables, pero valdría la pena preguntarnos cómo es que los esfuerzos de observación y vigilancia desde la sociedad pueden dar mejores resultados. En México todavía tendemos a creer que la vigilancia del cumplimiento de la autoridad con sus responsabilidades da resultados cuando se hacen al más alto nivel dando seguimiento al Acuerdo Nacional. ¿Sirve de algo vigilar en términos de “sí” o “no” se cumplió con tal o cual punto del Acuerdo Nacional? ¿O más bien tendríamos que empezar por meternos a entender cómo funciona una agencia del Ministerio Público y de esa comprensión identificar cuáles son las diferentes formas de corrupción que se presentan y cómo habría que castigar o premiar el comportamiento de los agentes del Ministerio Público en cada una de ellas? Seguimos en la fantasía de componer la maquinota de un golpe en lugar de empezar por arreglar, uno a uno, los pequeños engranes motrices que no funcionan. [email protected]

De Política y Cosas Peores

Este mundo es cruelmente heterosexual. Las instituciones y las normas que nos rigen ignoran la presencia homosexual de millones de ciudadanos y ciudadanas. De la ley, la democracia y las bendiciones pueden gozar en tanto personas, haciendo a una lado su orientación sexual, chantaje del que nunca ha sido objeto una persona heterosexual. Bajo esta sofisticada forma de discriminación, la intolerancia cristiana lastima con su mensaje: “Dios te ama a pesar de ser homosexual”. En Monterrey, las parejas conformadas por hombres o por mujeres son sistemáticamente hostigadas por la Policía. Para la autoridad municipal, caminar por la calle tomados de la mano es motivo de detención. En el camino hacia las celdas, los servidores públicos se encargan de herir psicológicamente a los detenidos e incluso de agredirlos físicamente. Ya en los centros de detención municipales se les desnuda y humilla como entretenimiento cotidiano. Si se trata de un hombre vestido de mujer, la persona es arrastrada a las celdas acusada de prostitución y se abusa de su cuerpo. Un transexual nunca es escuchado dignamente. Su grito de justicia es motivo de risa. Hace más de un mes, el activista Mario Rodríguez Platas anunció su interés de buscar una regiduría en el Municipio de Monterrey. Mi primera reacción al topármelo fue intentar disuadirlo, pero Mario no movió un ápice su decisión, que ya estaba tomada. No fue hasta después de ver “Milk” que entendí esa seriedad en su mirada ante mi heterosexual indolencia. Por su trayectoria social y por el movimiento que representa, Mario debe encabezar la lista de regidores del candidato que lo incorpore a su planilla. No creo que exista una tarea cívica más acuciante que respetar al amor. Ése es el mensaje que nos dejó a todos el profeta Harvey Milk. [email protected]

Abstinencia difícil CATÓN

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frodisio Pitongo, galán concupiscente, fue a consultar a un abogado. Le preguntó: “¿Es cierto que muchos fumadores están demandando a las compañías cigarreras por el cáncer que les provocaron?”. “Así es, en efecto”, respondió el letrado. “Y ¿es cierto –prosiguió Pitongo– que muchos hombres y mujeres están demandando a los restoranes de comida rápida por la obesidad que les causaron?”. “También es cierto”, contestó el licenciado. “Entonces –concluye Afrodisio– yo voy a demandar a los fabricantes de vinos y licores por todas las mujeres feas con las que me he acostado”... Evoco cariñosamente al “Oaxaquita”, un músico de mi ciudad. La gente lo llamaba con afecto así, “el Oaxaquita”, no porque viniera de Oaxaca, sino porque Oaxaca era su apellido. Tocaba el violín ese señor tan bueno. Muy temprano llegaba a las casas donde vivía alguien que ese día celebraba su santo o su cumpleaños, y le tocaba las Mañanitas, y alguno de aquellos entrañables valses a cuyos acordes se casaban por el civil nuestros abuelos: “Olímpica”, “Recuerdo”, “Julia”, “Club Verde”, “Ojos de Juventud”. (Al oírlos era obligado decir: “Hasta parece que me estoy casando”). En aquellos años se acostumbraba en Saltillo que la gente desayunara y almorzara. El desayuno era frugal: una taza de café o de chocolate con una pieza o dos de pan de azúcar. Eso era solamente “para hacer estómago”. Luego, tras de cumplir los primeros deberes de la jornada diaria –el de los hombres, llevar el pienso a los animales del corral; abrir la tienda o el taller; el de las señoras, poner alpiste en la jaula de los pájaros; barrer y regar el frente de la casa–, venía el almuerzo, éste sí muy sustancioso, de barbacoa o menudo; de huevos con chorizo o carne seca; todo con generosa añadidura de frijoles y abundante dotación de tortillas de harina. (“Si son de maíz ni me las miente; si son de harina ni me las caliente”). Todos en la ciudad querían bien al “Oaxaquita”. Cuando acababa de tocar lo invitaban a que entrara y lo sentaban a la mesa. Le preguntaba la

señora de la casa: “¿Qué quiere, ‘Oaxaquita’? ¿Desayunar o almorzar?”. El músico bajaba la cabeza, humilde, y respondía con timidez: “Las dos cositas”. En esa frase, digo yo, hay una gran sabiduría que también se halla en la doctrina llamada “eclecticismo”, actitud conciliadora que rechaza los extremos y toma lo mejor de dos posturas contrarias. El Papa Benedicto levantó revuelo con las declaraciones que hizo en África respecto del condón. Cosa curiosa es que para efectos de regular los nacimientos la Iglesia admite las matemáticas –el método del ritmo–, pero no la física, y tanto para ese fin como para el de evitar enfermedades rechaza el uso del preservativo, y recomienda en su lugar la abstinencia, que es cosa –reconozcámoslo– difícil de lograr. Desde mi humilde posición, tan humilde como la del “Oaxaquita”, yo pienso que se deben usar las dos cositas, pues en ambas se ejerce esa virtud va-

liosa llamada responsabilidad. Lo ideal es la abstinencia, ciertamente, pero si en un momento dado la realidad se impone y las hormonas pueden más que las neuronas, entonces habrá que echar mano del hulito, pues así como más vale casarse que quemarse, también vale más cubrirse que hacerse daño o provocarlo a otro. Las dos cositas, como dijo el “Oaxaquita”... Doña Holofernes, esposa de don Poseidón, tuvo una ocurrencia. Se compró un perico que hablaba mucho y lo echó en el corral. Pensaba que el cotorro podía enseñar a hablar a las gallinas. No contó con el gallo. Tan pronto el rey del corral miró a aquel visitante de atractivo plumaje y de pasito chévere, fue hacia él con intención libidinosa. Vio venir al gallo el periquito, y levantando un ala para marcarle el alto le dijo con tono imperativo: “¡Momento! ¡No soy eso que crees! ¡Yo vengo aquí como profesor de idiomas!”... FIN.

Mirador ARMANDO FUENTES AGUIRRE

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e gusta la expresión que los masones usan para nombrar a Dios: lo llaman “El Gran Arquitecto del Universo”. Todas las cosas, en efecto, parecen estar sujetas a una sabia arquitectura que les da orden y belleza. La arquitectura, dijo Schelling, es música congelada. En la naturaleza hay una especie de armonía musical que se advierte en la sucesión de los días y las noches, de las estaciones del año, de la vida y de la muerte. La primavera es el allegro de la armoniosa sinfonía. Esas voces de amor que son las flores; la verde nota de la hierba y de los nuevos brotes en el árbol; el restallido de la eterna vida que late en los seres y las cosas, todo es parte de aquella música de las esferas que intuyó el filósofo. He abierto la ventana de mi estudio, y entra por ella la música del mundo, hecha de sol, de brisa, de mañana azul. En medio del sonido y la furia de lo humano, entre las ruinas que causa la maldad del hombre, las armonías puestas en el universo por aquel Gran Arquitecto nos hablan de un ordenado curso que todo lo lleva –y que nos lleva a todos– a cumplir nuestra vocación final: el bien. ¡Hasta mañana!...