Introducción Por el poder del Espíritu Santo Jesús es concebido en el vientre de María. Un ángel se aparece en sueños a José, quien decide no abandonarla. Con motivo del censo viajan a Belén, donde tiene lugar el nacimiento de Jesús y por cuna tiene un pesebre. El ángel se presenta ante unos pastores, quienes van y lo buscan, y el niño recibe la adoración de los pastores. En cumplimiento de la ley, a los ocho días el niño es llevado a Jerusalén para su circuncisión. Días después vuelven a Jerusalén para la presentación de Jesús en el templo, donde le profetiza Simeón. De vuelta en Belén, reciben la visita de los sabios de Oriente y, ante la persecución de Herodes, emprenden la huida a Egipto. Herodes ordena entonces la matanza de los niños. Muerto Herodes, la familia retorna de Egipto y finalmente se instala en Nazaret. En un viaje a Jerusalén, el niño es perdido y encontrado en el templo. Muy poco se sabe se la juventud de Jesús, etapa conocida como de su vida oculta en Nazaret. Breve historia del nacimiento de Jesús 1 – Una antigua historia Desde mucho tiempo antes, Dios había anunciado al pueblo de Israel, por medio de sus profetas, que enviaría un Mesías, un “ungido”, para liberarlo. En el antiguo Israel se ungían a los reyes y a los sacerdotes, de modo que ellos entendieron que Dios les daría un gran caudillo, como el rey David, que les permitiera terminar con la sumisión a los poderosos de entonces, sucesivamente los reyes de Mesopotamia, de Persia, de Grecia o de Roma. Fueron muchos los anuncios; algunos intuían ya el verdadero carácter del enviado de Dios. Los Evangelios hablan del nacimiento de Jesús. Hay que leer bien lo que dicen y no mezclarlo con las leyendas piadosas, que aunque son agradables para contar a los niños, no forman parte de la “Buena Nueva” que Jesús nos anuncia luego con su vida y con su predicación. Los Evangelios dicen pocas palabras
sobre el nacimiento, pero dicen mucho sobre el significado de salvación que tiene para nosotros. San Lucas y San Mateo cuentan cómo fue que Jesús se hizo hombre. San Mateo comienza con la genealogía de Jesús, esto es, diciendo de quién desciende, desde Abraham, padre del pueblo de Israel y padre de los creyentes, pasando por el rey David, el elegido de Dios. Lo que quiere significar esta genealogía es que Jesús es verdaderamente hijo de hombres y mujeres, tiene padres, abuelos, bisabuelos, como todos nosotros. Pero también tiene otros mensajes menos evidentes, como que entre esos ascendientes hay hombres y mujeres extranjeros o infieles... Como en cualquier árbol genealógico. Esta es la historia como está escrita. Pero esta historia ha sido contada de padres a hijos y de abuelos a nietos a lo largo de más de dos mil años. Así debe ser contada, para que podamos trasmitir su mensaje de paz, amor y fraternidad universal. 2 – Nace Jesús Jesús, hijo de José, de la familia del Rey David, y de María, una virgen probablemente del mismo linaje, nació en Belén de Judea, en tiempos del emperador César Augusto, del gobernador de Siria Cirino, y del Rey Herodes de Judea. Los datos históricos aportados por los Evangelios de San Lucas y San Mateo permiten situar el nacimiento en el calendario de los hombres. Estos dos evangelistas cuentan cómo fue, sin dar más detalles que los imprescindibles para el mensaje de salvación. María recibió la visita del ángel Gabriel que le anunció que tendría un hijo a quien pondría por nombre Jesús. Ella se extrañó porque aun no convivía con su prometido, José, y pregunta al ángel cómo se cumplirá su anuncio. Él le aclara que será obra del Espíritu Santo; por eso, el niño será santo y será llamado Hijo de Dios. Como prueba, le cuenta que su prima Isabel, estéril y ya anciana, ha concebido un niño “porque ninguna cosa es imposible para Dios”. María entonces acepta su maternidad. Por su
parte, también un ángel le anuncia a José lo que va a suceder y él recibe a María en su casa. En ese tiempo el emperador romano mandó hacer un censo y José, con su esposa embarazada, viaja a Belén para anotarse en su lugar de origen y allí permaneció hasta el nacimiento. Como en la sala de la casa familiar no había lugar apropiado, acostaron al niño en un pesebre. Cerca de allí había unos pastores que dormían al aire libre y se turnaban para cuidar el rebaño. Un ángel les anunció que había nacido en la ciudad de David un Salvador, que es el Cristo Señor. La señal para reconocerlo era que el niño estuviera envuelto en pañales y acostado en un pesebre. En ese momento una multitud de ángeles se unió al primero alabando a Dios. Cuando se fueron, los pastores se pusieron de acuerdo y fueron de prisa a Belén; encontraron a María, a José y al niño en el pesebre. Al verlo contaron lo que habían oído de ese niño y todos se maravillaban. Los pastores volvieron glorificando y alabando a Dios. Árbol de Navidad
El arbolito de Navidad. Su origen se remontaría a las antiguas creencias de los germanos que adoraban al roble. Creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el "divino Idrasil" o el "dios Odín", al que le rendían culto cada año y se lo decoraba, porque se tenía como creencia que cuando un árbol perdía su follaje era porque los espíritus lo habían abandonado. Por ello, se lo adornaba con papeles, frutas, trozos de vidrio, y antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol para que los espíritus retornaran en la época primaveral. Con la posterior cristianización, el roble fue remplazado por el abeto. Según la leyenda, explicó a Clarín.com el doctor Omar López Mato, médico e historiador, San Bonifacio, que “predicaba la palabra del Señor entre los pueblos germanos, que insistían en adorar al roble como árbol sagrado (de aquí viene otra costumbre sajona: el muérdago, parásito vegetal del roble, garantiza amor
eterno a las parejas que se besan en su proximidad), era un hombre de pocas pulgas y un día cansado de esta veneración sacrílega por parte de los druidas, derribó un roble a hachazos. Al caer este, cayeron todos los que lo rodeaban a excepción de un pequeño abeto ( de la familia de las pináceas) que San Bonifacio consagró como el árbol de Navidad” al considerarlo una señal. Otros autores describen que lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano: las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas representaban a Cristo (su luz). Pero existe un dato más curioso aportado por este investigador. Otros estudiosos del tema sostienen que esta celebración tiene su origen en Babilonia; ciudad fundada por Nimrod, nieto de Cam y por lo tanto bisnieto de Noe. Nimrod, detalló López Mato, era tan perverso que se casó con su madre, llamada Semíramis. Muerto Nimrod prematuramente, su madre propagó la doctrina de la sobrevida de su hijo-amante como un ser espiritual, reencarnado en forma de árbol. Cada aniversario de su natalicio, (que ¡oh casualidad!, era el 25 de diciembre), se colgaban regalos de este árbol. Resulta ser, entonces, “que esta inocente costumbre navideña es un rito pagano babilónico. Y Para que la historia del arbolito no fuera tan tenebrosa, surge la leyenda de San Bonifacio” concluyó el historiador. Sin embargo, hay otra leyenda que sostiene que Martín Lutero, el fundador de la iglesia Protestante, estaba caminando por un bosque en la víspera de Navidad cuando fue deslumbrado por la belleza de millones de estrellas que brillaban a través de las ramas de los árboles. Estaba tan impresionado por la vista que cortó un pequeño árbol y lo llevó a la casa de su familia. Su segundo paso fue colgarle bellotas, castañas y avellanas de las ramas para recordar los dones que los hombres recibieron de Jesús. Esta costumbre se extendió por Alemania al igual que el Protestantismo y, poco a poco, se le añadieron nuevos elementos como bolitas, guirnaldas, etc.
El Árbol de Navidad es un árbol decorativo, típico de la fiesta de Navidad. Tradicionalmente suele emplearse una conífera de hoja perenne, destacando entre ellas las especies abies nordmanniana y picea excelsa.1 En la actualidad también está muy popularizado el uso de árboles artificiales de plástico y otros materiales sintéticos. Se decora con elementos navideños como bolas, luces, estrellas, lazos, espumillones y otros elementos decorativos. Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol perenne, en la fecha próxima a la Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín; y en las raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos). Posteriormente con la evangelización de esos pueblos, los cristianos tomaron la idea del árbol, para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole totalmente el significado. Se dice que san Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las luces, se transformaron en esferas y otros adornos. Después se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por los Reyes Magos, Olentzero o Papá Noel dependiendo la leyenda de la región donde se encuentre.
Significado religioso
El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa al árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne. La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), representa a la Santísima Trinidad. Las oraciones que se realizan durante el Adviento se diferencian por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo: • • • •
El El El El
azul las oraciones de reconciliación. plata las de agradecimiento. oro las de alabanza. rojo las de petición.
Adviento
El Arcángel Gabriel anuncia a María que concebirá y dará luz al Hijo del Altísimo. Pintura en madera por Robert Campin, c. 1420-1440, Bruselas.
El adviento (latín: adventus Redemptoris, 'venida del Redentor' )? es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento del Salvador. Su duración es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. Marca el inicio del año litúrgico en casi todas las confesiones cristianas. Durante este periodo los feligreses se preparan para celebrar la conmemoración del nacimiento de Jesucristo y para renovar la esperanza en la segunda Venida de Cristo Jesús, al final de los tiempos Parusía. Durante el adviento, se prepara en cada hogar (no sólo en la Iglesia) una corona de ramas de pino, llamada Corona de adviento con cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe. Los domingos de adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote. Tiempo de Adviento
El Tiempo de Adviento Tiene cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico y empieza el domingo siguiente de la fiesta de Cristo Rey, próximo al 2 de diciembre.
Término: Adviento viene de adventus, venida, llegada, termina el 24 de diciembre por la mañana. Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. •
Color: En este tiempo se utiliza el color morado. •
Sentido: El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor. •
•
Duración: 4 semanas
Partes: Se puede hablar de dos partes del Adviento: •
Desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos; •
Desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historias, la Navidad. •
En estos días, las antífona del Magnificat (en el rezo de Vísperas), son las llamadas "Antífonas de la O", puesto que todas ellas empiezan por la invocación "Oh", seguida de un título alusivo a Cristo y del resto de la antífona. Estas son: -Día 17: Oh Sabiduría... -Día 18: Oh Adonai... -Día 19: Oh Renuevo del tronco de Jesé... -Día 20: Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel... -Día 21: Oh Sol que naces de lo alto... -Día 22: Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos... -Día 23: Oh Emmanuel...
Personajes: Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesia ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús. •
Origen
Corona de Adviento, uno de los símbolos de este tiempo litúrgico. La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos: La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar. •
Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre. •
Las cuatro velas: Nos hace pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al •
hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas de la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia. Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal. El listón rojo: representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve. •
MENU
En Panamá, el menú tradicional comprende pavo, jamón, arroz con guandú, tamal, ensalada, dulce de frutas, ponche y frutas. Si usted no cuenta con un gran presupuesto, puede variarlo; la cuestión es compartir, porque es tiempo de dar. Ejemplo, el jamón o el pavo lo puede suplantar por el pavipollo, lo puede encontrar de 8 libras. Otra opción muy original es colocar en la mesa frutas tropicales. Las naranjas y los
guineos son ideales para la ocasión. Tenga presente que lo importante es compartir.