¿Hijos del Rey? ...nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, (Efesios 1:3) Se cuenta la historia de un hombre de negocios rico de Londres quien buscó muchos años a su hijo fugitivo. Una tarde se disponía a coger un tren a Londres, cuando descubrió a un mendigo que pedía dinero. Su primer impulso fue evitar al mendigo, pero había algo extrañamente familiar en él. Cuando el mendigo se acercó el hombre de negocios comprendió que había encontrado a su hijo perdido hacía mucho. Con lágrimas en sus ojos abrazó a su hijo, diciendo, “¿unos chelines? ¡Eres mi hijo, todo que tengo es lo tuyo!” Esto ejemplifica a muchos cristianos que son ignorantes o negligentes de sus recursos espirituales; son los hijos del Rey pero viven como pobres espirituales. Pablo repetidamente acentuaba nuestra suficiencia como creyentes. En Col. 2:10 él declara que en Cristo “vosotros estáis completos en él” En Fil. 4:19 Afirma que “mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Y Pedro agrega que “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” (2 Pe. 1:3). La palabra “espiritual” en Efe 1:3 habla del trabajo del Espíritu Santo. Cada bendición que recibimos, material o
inmaterial, tiene a Dios como su fuente. Así que debemos recordar que como cristianos poseemos cada recurso espiritual necesario para realizar la voluntad de Dios en nuestras vidas. No tenemos que pedir más amor, por ejemplo, porque Su amor ya ha brotado en nuestro corazón por el Espíritu Santo (Rom. 5:5), al igual que el gozo (Jn. 15:11), la paz (Jn. 14:27), el poder (Fil. 4:13), y cualquier otro recurso necesario. La llave al progreso espiritual y la victoria se basa en aplicar lo que ya tenemos, no buscando más. Con amor, Jesús Polaino