GUIA DE TRABAJO TEMA: EL GRAN CAPITALISMO Y LA CUESTION SOCIAL. Objetivo: Conocer los efectos que provocó la Revolución Industrial, en el plano social, político y económico, como así mismo los cuestionamientos que se han planteado a las doctrinas emergentes del siglo XIX. 1. El gran capitalismo: En los primeros momentos de la Revolución Industrial, los gastos de las empresas fueron absorbidos por capital acumulado por familias enriquecidas por la intensa actividad comercial. Eran los días en que el maquinismo se aplicaba a pequeña escala en la industria textil. Pero, luego del desarrollo industrial, al entrar en juego la producción siderúrgica y sobre todo la construcción de ferrocarriles, los gastos de montaje aumentaron. Los capitales familiares se hicieron insuficientes ante la magnitud de las nuevas empresas. Para atender a los cuantiosos gastos que éstas causaban, se precisó dinero de grupos de particulares, que dieron un nuevo impulso al capitalismo. La Revolución industrial supone, por eso, el paso de un capitalismo comercial, que se configura plenamente en los siglos XVII y XVIII, al capitalismo industrial. Una serie de instituciones cobran valor en la primera mitad del siglo XIX: Las sociedades anónimas, la bolsa de valores y los bancos, éstos últimos acabaron comprando acciones y absorbiendo a las empresas industriales. De esta manera desde 1870 el capitalismo industrial entra en una nueva fase: el capitalismo financiero que llega a nuestros días. A partir de esta época del apogeo del Gran Capitalismo, se produjeron grandes especulaciones en que se ganaban y se perdían inmensas fortunas. El desarrollo del maquinismo y las nuevas formas de financiamiento permitieron un aumento masivo de la producción y de la distribución Hacia fines del siglo XIX se produjo una concentración mayor de grandes empresas con el fin de eliminar la competencia y obtener un completo control del mercado. En algunos países, la empresa más importantes se unieron en CARTELES, poniéndose de acuerdo sobre los precios y repartiéndose los mercados. En otros países la empresa más poderosa absorbió a las empresas rivales y se aseguró un MONOPOLIO. Fue el caso de los grandes TRUST que se formaron en Estados Unidos como la STANDARD Oil, organizada por Rockefeller que controló el mercado del petróleo. Como los CARTELES y los TRUST eliminaban la libre competencia que constituía un principio básico del capitalismo, pronto los gobiernos dictaron leyes con el fin de impedir los excesos y abusos, de proteger los intereses de los consumidores y de salvar la base del sistema capitalista liberal. CAMBIOS EN LA AGRICULTURA. El uso de abonos y el empleo de la maquinaria moderna significaron para la agricultura costos elevados que obligaron a los agricultores a recurrir al crédito bancario. Las modalidades capitalistas pudieron ser mejor aprovechadas mejor por los grandes propietarios y las sociedades agrícolas que lograron adquirir grandes extensiones de tierra. Los pequeños y medianos propietarios se defendieron fundando COOPERATIVAS las cuales se encargaban de comprar los elementos necesarios (semillas, abonos, maquinaria, etc.) y de vender los productos.
CAMBIOS EN EL COMERCIO: El comercio, aprovechando los modernos medios de comunicación y transporte, se encargó de distribuir a escala mundial la enorme producción industrial y agrícola. También en el comercio se pudo observar una tendencia hacia la formación de grandes empresas, capaces de financiar y ejecutar las complejas operaciones comerciales. Se formaron GRANDES ALMACENES que ofrecían al público una amplia variedad de mercaderías. La propaganda se encargó de fomentar el consumo y de ganar clientes para las distintas mercaderías. Las relaciones comerciales se extendieron por todos los continentes y convirtieron al mundo en un gran mercado único. A partir del siglo XIX los países europeos abolieron las aduanas proteccionistas que habían sido establecidas bajo el régimen mercantilista y aceptando los principios de Adam Smith, establecieron el librecambio. A raíz de una gran crisis agrícola que afecto a Europa, los países restablecieron el proteccionismo aduanero. Sólo Gran Bretaña mantuvo el librecambio. 2. LA CUESTION SOCIAL: Como consecuencia de la Revolución Industrial, hicieron su aparición dos nuevas clases sociales: La burguesía industrial y el proletariado. La primera, que comprendía a los dueños de fábricas, minas y ferrocarriles, absorbió a la antigua clase media de comerciantes y banqueros y abogados. Fortalecida de esta manera en número e influencia, esta burguesía combinada dejó de ser una clase media y se erigió en clase gobernante. En determinados casos, ello se logró en desmedro de la antigua aristocracia terrateniente, la cual quedó relegada a la oscuridad; en oteros uniéndose a ella. Apenas los capitalistas y empresarios lograron el poder, empezaron las disensiones. LAS MANIFESTACIONES DEL PROBLEMA SOCIAL. a) Las relaciones laborales: Las relaciones que impuso la burguesía industrial agudizaron la situación de inferioridad del proletariado, totalmente desprotegido de los sectores patronales al no existir normas legales que regularan los contratos de trabajo, los salarios, la jornada laboral o la seguridad social. b) La jornada de trabajo: Tanto el proletariado minero como el industrial, debían soportar jornadas laborales de entre 12 y 14 horas diarias de trabajo efectivo, a las que se sumaba el tiempo de traslado desde su hogar hasta el de las faenas. El tiempo para la recreación y las relaciones familiares eran un lujo casi desconocido. c) La dureza de la disciplina laboral: La fábrica maquinizada y la producción en serie, impusieron nuevas condiciones laborales y una disciplinada organización basada en criterios de rentabilidad y eficiencia. d) La inseguridad y desprotección del obrero: El trabajador debía poner a un sustituto si se enfermaba; no recibía salario por los días de ausencia y podía ser despedido sin ningún derecho. Por lo general, los lugares de trabajo no reunían las condiciones mínimas de seguridad, higiene y salubridad. Los accidentes y las enfermedades laborales no se imputaban a los empresarios y se consideraban de la responsabilidad del trabajador. e) El trabajo infantil: Los niños por ser más sumisos y por cobrar un salario menor, constituyeron una mano de obra muy rentable. En muchos casos se
escogía para labores en minas u otros lugares estrechos donde no cabía un trabajador adulto. f) Las habitaciones obreras: Si las condiciones en la fábrica eran inhumanas, la vida en los barrios obreros reunía todas las formas de miseria material y espiritual. Las viviendas carecían de espacio, servicios sanitarios, luz y ventilación. El hacinamiento, la escasez de agua potable y la inexistencia de áreas verdes transformaban los barrios obreros en verdaderos focos de infecciones y enfermedades. Embrutecidos por el trabajo desde la infancia, desnutridos, desarraigados y marginados por la sociedad, los trabajadores soportaron y padecieron los costos altísimos de la revolución económica. 3. Las soluciones al problema social: Tres elementos claves conformaban el problema social: a) Una situación de evidente injusticia que requería rápida solución. b) Conciencia de la existencia de dicha injusticia. c) Intentos de solución. Los principales intentos de solución han sido: LOS SOCIALISMOS UTOPICOS: Los primeros teóricos del socialismo pertenecían a la clase obrera y propugnaban diversas formas de cooperación entre los hombres, relativamente imprecisas y casi imposibles de llevar a la práctica, de donde proviene su nombre. Sus planteamientos quedaron superados con la revolución de 1848. La doctrina del socialismo utópico sostenía que el capitalismo sería sustituido por una nueva sociedad que terminaría definitivamente con la codicia y el afán de lucro, y convertiría el trabajo en la virtud principal. Los hombres dejarían de oprimirse unos a otros y se unirían para dominar en común las fuerzas de la Naturaleza, dando paso a la verdadera justicia social, a una auténtica igualdad y efectiva libertad. Cabe hacer presente que fueron los primeros en denunciar los efectos del capitalismo y propiciar su reemplazo por una nueva sociedad en la que la propiedad social, colectiva, la única capaz de servir de base a la libertad, igualdad y fraternidad de los hombres. Entre los principales inspiradores del socialismo utópico se destacan: Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint-Simón (1760-1825). Concebía una sociedad regida por sabios en la que la propiedad privada fuera reemplazada por la propiedad comunitaria y desapareciera la explotación del hombre por el hombre. En esta sociedad idílica, se reconocería a cada hombre según su capacidad y a cada capacidad según sus obras. Sus ideas sociales estaban fuertemente influidas por el evangelio y especialmente por el valor de la caridad fraterna. Robert Owen (1771-1858) Confiaba en la bondad natural del hombre, y creía que las contradicciones entre las clases se podían resolver a partir de la educación. Ensayó formas de propiedad colectiva en sus fabricas en EE. UU pero fracasó. En Inglaterra intentó un sistema cooperativo, en el que los productos se intercambiaban no por el precio de mercado, sino por el valor de las horas que había costado su elaboración. Charles Francoise Fourier (1772-1837). Sostenía que la civilización industrial y la mentalidad capitalista eran responsables de la pobreza, la anarquía y la corrupción moral. Soñaba con una sociedad en la que los hombres se agruparan libremente en falansterios, comunidades sociales en las que el trabajo y las necesidades se desarrollarían en armonía. Cada falansterio estaría organizado como una comunidad agrícola autosuficiente, en la que todos los servicios serían comunes y donde cada persona podría elegir libremente el trabajo
que quisiera realizar. Los bienes económicos serían distribuidos siguiendo el principio de la equidad. Pierre Proudhon (1809-1865). Se oponía a la existencia de la gran propiedad capitalista. Proponía el reemplazo del Estado por una sociedad basada en el mutualismo y en la libre federación de comunas. En1840, Proudhon publicó su obra ¿Qué es la propiedad?, en la que criticaba la existencia de la propiedad privada, estimando que la condición natural de la sociedad humana era la existencia de la propiedad colectiva o comunitaria. Se le considera el primero de los grandes teóricos del anarquismo por su postura contraria a la existencia del Estado. Luis Blanc (1811-1882). Fundó en París la Revista del Progreso y en ella publicó, en 1839, su estudio sobre La Organización del Trabajo. En esa publicación establecía principios y formulas para el mejoramiento social, que fueron la piedra angular de su pensamiento político. La famosa formula “a cada uno según sus necesidades, a cada uno según sus facultades”, está contenida en su estudio. Reclamó la disminución de las horas de la jornada obrera y sostenía que todo ciudadano tenía derecho a que el Estado le diese el trabajo en caso necesario. Quiso sustituir el capital individual por la producción industrial del Estado, a cuyo fin se fundaron los Talleres Nacionales en los que llegaron a reunirse 100.000 trabajadores. Las estrategias de reforma social seguidas por los socialistas utópicos fracasaron, es verdad, pero estos pensadores tienen el mérito de haber denunciado la situación desesperada de la clases trabajadoras en el régimen capitalista. Muchas de sus ideas dieron forma a los actuales programas de la social-democracia europea. El socialismo científico o socialismo marxista. Sostenida por el judío-alemán Karl Marx, secundado por su amigo Friedrich Engels. Formados en la filosofía alemana, elaboraron una doctrina político-social-económica que preconiza la transformación radical del Estado Capitalista en Estado Socialista. Sus postulados adquirieron notoriedad a partir de 1848 con la publicación del Manifiesto Comunista, en Londres. Esas ideas se desarrollaron luego en su obra fundamental, El Capital, que comenzó a publicarse en 1867. En su Tesis sobre Fehuerbach plantea que los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, y que ha llegado la hora de transformarlo. Los pilares de la teoría marxista se encuentran en el Materialismo Dialéctico y en el Materialismo Histórico. El método dialéctico de análisis utilizado por Marx y Engels, interpreta los cambios del universo natural y social como el producto de las contradicciones que todas las cosas encierran en sí mismas. Acción y reacción, positivo y negativo, combinación y disolución de elementos, explican la dinámica y el enfrentamiento de fuerzas y polos contrarios de la materia. En la vida social es la lucha constante entre lo viejo y lo nuevo, entre los dueños de los medios de producción y los que sólo tienen su fuerza de trabajo, entre las clases opresoras y oprimidas. Es el desarrollo de estas contradicciones lo que hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de la vieja sociedad por la nueva. El materialismo histórico es la aplicación del método dialéctico al estudio e investigación del desenvolvimiento de las sociedades. Según estos principios fundamentales, el modo de producción del hombre determina su pensamiento y sus deseos. La estructura económica de la sociedad, con sus particulares relaciones de producción material, es la base sobre la cual se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social como la mentalidad, la ciencia y la religión. Desde esta visión la lucha de clases ha sido siempre el motor de la historia: El permanente enfrentamiento entre opresores y oprimidos determinó el paso de la sociedad esclavista a la sociedad feudal, y de la sociedad feudal a la capitalista. Las contradicciones entre amos y esclavos, señores y siervos, nobles y burgueses han sido reemplazadas en la sociedad capitalista por las contradicciones entre la burguesía y el proletariado. Cuando estos conquisten el poder político, se socializarán los medios de producción y se podrá establecer una sociedad socialista que representa el paso previo a la instauración de una sociedad más justa y sin clases; sin opresores y oprimidos; donde no exista la propiedad privada: la sociedad comunista. El movimiento Obrero: Desde los albores de la Revolución Industrial, los obreros intentaron asociarse para defender sus derechos frente a la voracidad del capitalismo; sin embargo, los primeros intentos fueron muy locales, inorgánicos y espontáneos. Las revoluciones burguesas europeas de comienzos del siglo XIX dejaron algunos resabios feudales que obstruían el movimiento republicano y el desarrollo de la industria. La burguesía encabezó la lucha contra la nobleza feudal, apoyada por obreros y campesinos, pero muy pronto esas conquistas demostraron ser insuficientes para los trabajadores. No tardaría en llegar el enfrentamiento con los grandes capitalistas industriales en la búsqueda de condiciones laborales y de vida más justas y equitativas. EL LUDISMO y los Trade-Unions: Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, fue también la cuna del movimiento obrero. La aparición de la máquina en el proceso productivo, empeoró las condiciones laborales de los trabajadores, que vieron en la máquina la razón de sus penurias. Esa fue la causa de que en Inglaterra y, más tarde en otros países, los obreros destrozaran las máquinas e instalaciones, manifestando su protesta contra las condiciones de vida. En Inglaterra este movimiento fue denominado ludismo. El gobierno británico no tardó en penalizar con el máximo rigor a los culpables del deterioro de las máquinas. Los trabajadores comprendieron muy pronto que los responsables de la explotación no eran las máquinas sino sus dueños, y que la mejor manera de luchar por la defensa de sus interese era formar asociaciones obreras clandestinas, ya que estas organizaciones eran perseguidas por los industriales y por los gobiernos. Cuando la presión obrera consiguió la abolición de las normas prohibicionistas en 1825, se multiplicaron los sindicatos de oficio o Trade-Unions, alcanzando muy pronto el nivel de federaciones y grandes centrales sindicales. Estos sindicatos tenían por función principal la reivindicación social, mejores condiciones de vida, trabajo y protección laboral. Poco a poco las centrales sindicales comenzaron a exigir al Estado garantías relacionadas con la situación de un trabajador digno, es decir, buenas condiciones de salubridad, mejores sueldos, entre otros. El Cartismo: En las primeras décadas del siglo XIX, los obreros ingleses se fueron incorporando cada vez más activamente a la lucha por la reforma electoral contra el sistema censitario, que daba derecho de sufragio solo a una elite económica. En 1836, La Asociación de Trabajadores de Londres, con el apoyo de sectores burgueses intelectuales y progresistas, redactaron un programa de reforma conocida como La Carta, en la que se exigía el sufragio universal, el voto secreto, la dieta e inmunidad parlamentaria, y circunscripciones electorales iguales. En 1840 se organiza la Asociación Nacional Cartista, agregando una serie de reivindicaciones de carácter laboral. Las casi3 millones de firmas
que suscribían las peticiones obligaron al Parlamento inglés a promulgar, en 1847, una ley reduciendo a 10 horas la jornada de trabajo. Las revoluciones de 1848: Este fue otro hito histórico importante en el movimiento obrero. Esta lucha continental y antimonárquica que logró reunir a elementos republicanos, nacionalistas y socialistas, tuvo su más alta expresión en Francia, donde los trabajadores, al verse traicionados por la alta burguesía, se tomaron París y establecieron un gobierno provisional en el que participaron Luis Blanc y Alfonso Lamartine. Los sectores socialistas decretaron la formación de talleres nacionales para los trabajadores cesantes, la reducción de la jornada laboral y el establecimiento del sufragio universal. Si bien este movimiento no prosperó, demostró que los trabajadores eran capaces de presentar exigencias políticas y económicas propias y, mejorara su nivel de conciencia y organización. La Primera Internacional Obrera: Cuando los trabajadores europeos tomaron conciencia de que los problemas del proletariado eran los mismos en todas las naciones, fundaron en Londres la primera Asociación Internacional de Trabajadores (1864), bajo la influencia directa de Marx y Engels. Los estatutos en la Internacional, formulados por el propio Marx, contenían las principales tesis del socialismo científico: el internacionalismo proletario y la unión de la doctrina socialista con el movimiento obrero. Pronto esta asociación se disolvió por conflictos internos entre socialistas y anarquistas, culminando con la expulsión de estos últimos. En el Congreso de la Haya (1872). Paralelamente, los anarquistas convocaron otro congreso en Saint-Imier para rechazar los postulados del marxismo. El Anarquismo: Sus principales exponentes fueron el francés Pierre Proudhon y el ruso Mijail Bakunin. El denominador común de las diversas tendencias anarquistas es el rechazo a toda forma de autoridad y organización que les sean impuestas a las personas; en consecuencia rechazan la existencia del Estado por considerarlo la principal fuente de represión del individuo. Defienden la libertad total rechazando todo tipo de poder. La propiedad privada se considera un robo, y debe ser extirpada de la sociedad, junto con la supresión progresiva del derecho a la herencia. Para los anarquistas, los campesinos constituyen masas revolucionarias en potencia. Por último, a diferencia del marxismo, los anarquistas abominan la política, no llegan a formar partidos sino sindicatos, y no participan en el juego electoral ni en la vida parlamentaria, ya que para ellos, lo único y lo más importante es reivindicar la situación de pobreza que sufría la mayoría de la población trabajadora del viejo continente. La Segunda Internacional: Los conflictos entre socialistas y anarquistas unidos al pesimismo que produjo la derrota obrera en la Comuna de París (1871), terminaron por disolver la Primera Inte4rnacional en 1879, pero el movimiento obrero retomó vida en 1889. Cuando se reunió la Segunda Internacional, en la que triunfó una línea socialista reformista, se integró a los partidos obreros a la vida política, participando en los respectivos países dentro del marco de las democracias parlamentarias. El internacionalismo proletario, sin embargo, no pudo impedir, a pesar de sus esfuerzos, las competencias imperialistas que desembocarían en el estallido de la Primera Guerra Mundial a comienzos del siglo XX. La “cuestión social” que había tenido su origen en los mismos países donde se inició la Revolución Industrial, rápidamente se extendió por el mundo, siguiendo el rumbo de avance del modo de producción capitalista. En América Latina, las enormes desigualdades sociales, la estructura agraria latifundista y la incipiente industrialización, fue gestando un proceso de maduración del movimiento obrero y campesino que a fines del siglo XIX y comienzos del XX exigió con fuerza
condiciones de mayor justicia social. Las primeras formas de organización popular se llevaron a cabo en torno a movimientos mutualistas y de sociedades cooperativas. Más tarde, las mancomunadas obreras dieron a mayores movimientos reivindicacionistas laborales, especialmente en los lugares donde las faenas mineras aglutinaban y cohesionaban a miles de trabajadores, como fue el caso de las oficinas salitreras en Chile. En las postrimerías del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la mayor urbanización y la aparición de una industria incipiente, permitirán el desarrollo y maduración del movimiento sindical. En esta etapa de mayor conciencia política de los trabajadores, se sentirá con fuerza la influencia del pensamiento socialista, tanto con sus vertientes anarquistas, como en la línea marxista. Esta última expresión se extendió, sobre todo, después del triunfo de la revolución Bolchevique y la instauración de la Unión Soviética, que se ocupó de difundir el principio de internacionalismo proletario con la creación de la Tercera Internacional Comunista, en 1919. La Internacional Socialista es la organización mundial de partidos socialdemocrátas, socialistas y laboristas. Actualmente agrupa a 141 partidos políticos y organizaciones de todos los continentes. La Internacional Socialista, cuyo origen se remonta a las primeras organizaciones internacionales del movimiento laboral, ha existido en su forma actual desde 1951, cuando fue reestablecida en el Congreso de Francfurt. Desde entonces sus actividades han ido en aumento y sus miembros han crecido, en particular durante los últimos años, llegando a duplicarse en los años 90. Los partidos laboristas, socialdemócratas y socialistas son hoy en día una fuerza política considerable en las democracias del mundo. Numerosos partidos miembros de la Internacional, en distintos continentes, encabezan en la actualidad gobiernos o constituyen la principal fuerza de oposición. Los máximos organismos de la Internacional Socialista son el Congreso, que se reúne cada tres años, y el Consejo, que incluye a todos los partidos y organizaciones miembros y que se reúne dos veces por año. El Congreso más reciente, el XXI, celebrado en París en noviembre de 1999, eligió a António Guterres, entonces Secretario General del Partido Socialista y Primer Ministro de Portugal, como Presidente de la Internacional. Luis Ayala (Chile) fue reelegido Secretario General. El Congreso eligió también a los Vicepresidentes quienes, junto con el Presidente y el Secretario General, conforman el Presidium de la Internacional. Desde 1976 a 1992, el difunto Willy Brandt, antiguo Canciller de Alemania y ganador del Premio Nobel de la Paz en 1971, fue Presidente de la Internacional Socialista. Pierre Mauroy, antiguo Primer Ministro de Francia, fue Presidente desde 1992 hasta 1999. Desde 1976 a 1992, el difunto Willy Brandt, antiguo Canciller de Alemania y ganador del Premio Nobel de la Paz en 1971, fue Presidente de la Internacional Socialista. Pierre Mauroy, antiguo Primer Ministro de Francia, fue Presidente desde 1992 hasta 1999. El secretariado de la Internacional Socialista, ubicado en Londres, coordina las actividades de la Internacional, convoca sus reuniones y conferencias, emite declaraciones y comunicados de prensa y produce sus publicaciones, incluyendo la revista Socialis affaaires La Internacional ha establecido para el período entre Congresos 1999-2002, además de su Comité estatutario de Administración y Finanzas, los siguientes comités sobre materias o regiones: Africa; América Latina y el Caribe; Asia y el Pacífico;
Autoridades Locales; la Economía, Cohesión Social y el Medio Ambiente; Europa Central y Oriental; el Mediterráneo; el Oriente Medio; la Paz, la Democracia y los Derechos Humanos; y grupos de trabajo dentro de algunos de estos comités sobre el 'Pacto de Estabilidad'; la Cuestión Kurda; el Acuerdo de Kyoto y la Organización Mundial del Comercio. Estos comités o grupos de trabajo tienen programas específicos de actividades y se reúnen con regularidad. La Internacional Socialista también envía frecuentemente misiones o delegaciones a diversos países o regiones. En años recientes estas misiones han visitado en varias ocasiones el Oriente Medio, Africa, América Latina y el Caribe y Europa Central y Oriental. Como organización no gubernamental, la Internacional Socialista cuenta con status consultivo (Categoría I) en las Naciones Unidas y trabaja en el ámbito internacional con un gran número de otras organizaciones.
La doctrina social de la Iglesia: Surgió como reacción al marxismo. Mientras Carlos Marx basó su programa en un pensamiento materialista y señaló que los antagonismos de clases eran irreconciliables, la Iglesia Católica desarrolló una doctrina social que se basó en el mandamiento evangélico del amor y en el principio de la responsabilidad que cada uno tiene frente al prójimo y a la sociedad. El Papa León XIII publicó en 1891 la Encíclica RERUM NOVARUM en que hizo un llamado a la conciencia y señaló la imperiosa necesidad de buscar soluciones justas para los problemas sociales. En oposición a la tesis materialista de Marx de que la realidad económica determina todo el ser del hombre, la doctrina social de la Iglesia se basa en el principio de que el hombre, siendo por su naturaleza un ser espiritual, debe apoyar el orden social en los valores éticos de la dignidad humana y del amor al prójimo. La Encíclica parte del hecho de que los cambios que se han producido en la industria han destruido los antiguos gremios, de modo que el obrero ha quedado sólo e indefenso, mientras que los empresarios han podido aumentar cada vez más su poder y su riqueza. Señala que la distribución injusta de la riqueza no se resuelve mediante el reemplazo de la propiedad privada por la propiedad común. Las ideas socialistas referentes a la propiedad son contrarias al derecho natural y al derecho divino. Se debe usar la solución, no por medio de la lucha de clases, sino por medio de la cooperación de los gobiernos, de los empresarios y de los trabajadores. “Sin trabajo no puede haber capita, ni sin capital trabajo”. El trabajador debe realizar lealmente su trabajo y el empresario debe respetar en los obreros la dignidad de la persona y debe dar a cada uno lo que es justo. El dueño de un bien debe saber que tiene la obligación moral de hacer un uso justo de ese bien. La propiedad privada debe cumplir una función social. Los empresarios y los trabajadores deben saber que la acción económica no tiene un fin en sí mismo, sino que debe estar al servicio del perfeccionamiento moral del ser humano que constituye el verdadero fin de la vida en sociedad. El estado que, por razón de su oficio, debe atender al bien común, tiene la obligación de proteger al proletariado y dictar leyes que promuevan el bienestar moral y material del trabajador. Con este fin el gobierno debe reglamentar la jornada de trabajo, preocuparse de la salud, la vivienda, tomar medidas en beneficio de las mujeres y los niños y velar por que los sueldos sean justos.
Muchos empresarios comprendieron que tanto por justicia como por convivencia debían ofrecer mejores condiciones a los trabajadores. Las Iglesias fundaron colegios, hospitales y asilos para socorrer a los más necesitados. Los gobiernos comprendieron la necesidad de regular los procesos sociales y dictaron leyes sobre las condiciones de trabajo, las habitaciones obreras y la salud pública. Por iniciativa del canciller Bismarck, el Imperio Alemán estableció por medio de tres leyes (1883) un sistema de seguros para la enfermedad, los accidentes de trabajo y la vejez. Pronto otros países tomaron medidas análogas. 4. EL NACIONALISMO. Las revoluciones nacionales fueron el resultado del profundo sentir nacionalista que prendió en los pueblos a partir de la Revolución Francesa, alcanzando su pleno significado como fuerza política en el siglo XIX. El nacionalismo, como intento de construir un Estado-Nación moderno se fue desarrollando a medida que la burguesía tenía acceso al poder. Sus presupuestos ideológicos se basaban en la soberanía nacional, la autonomía como expresión de la libertad y una concepción romántica del pueblo. El nacionalismo exalta los factores geográficos, etnográficos, lingüísticos y religiosos, además de las características diferenciadoras que llamamos tradiciones; sentimientos subjetivos que aluden a la idea de un destino colectivo común. Bajo el estandarte nacionalista, pueblos de historias y culturas muy diversas, que durante siglos se había mantenido bajo el dominio de un mismo rey, o divididos en varios estados, iniciaron una lucha que los llevó a conseguir en algunos casos, la independencia, como en Grecia y Polonia; mientras que en otros, como Italia y Alemania, se lograba la unificación territorial y política. El nacionalismo fue sin duda una de las fuerzas más potentes que plasmaron la historia del mundo occidental entre 1830 y 1914. Sentimiento indefinido en los primeros siglos de la era moderna, creció luego hasta adquirir, en sus formas más exageradas, ribetes de verdadero culto. Para millones de personas desengañadas obró como una palanca más poderosa aún que la religión, pues sobrepasó al cristianismo en su demanda a la afectividad y al espíritu de sacrificio en favor de una causa sagrada. Los hombres murieron tan animosamente por el honor de una bandera, como los mártires que antes habían ofrendado su vida por la gloria de la Cruz. Aunque con frecuencia coexistió con la democracia y el liberalismo, el nacionalismo militante los superó y hasta los coartó y ahogó. Había germinado en los fraternos ideales de la Revolución Francesa y fue desarrollándose a través de una serie de etapas, cada una más radical que la anterior. Desde 1800 hasta promediar el año 1830, representó algo así como una lealtad sentimental hacia un grupo cultural y lingüístico y un romántico intento de liberarse de la opresión extranjera. Entre 1830 y 1870 se convirtió en una agresiva corriente en pro de la grandeza nacional y del derecho de las personas ligadas por lazos étnicos y culturales para determinar sus destinos políticos. A partir de 1870 adquirió contornos más extremistas aún. En ciertos casos se transformó en extraviado culto del poderío político y en servil de doctrinas de superioridad racial y las falsas apariencias del prestigio nacional. En tal carácter, fue virtual sinónimo de chauvinismo, aquella especie de vanidad patriótica tan bien sintetizada en el conocido juicio: “Mi patria, bien o mal”.
ACTIVIDADES.1. Investiga la unificación de Alemania e Italia y luego haz un cuadro comparativo de ambos. Debes considerar aspectos tales cómo: Ubicación temporal Situación inicial de los territorios Territorios o estados dirigentes del proceso. Personajes destacados Etapas y logros de cada una. Consecuencias generales. 2. El sentir nacionalista llevó a Italia y Alemania en el siglo XIX a luchar por su unidad. Hoy en día, el nacionalismo ha cobrado nuevos bríos. La radio y la Televisión y la prensa nos informan a diario conflictos que se sustentan en estos principios. ¿Qué conflictos de nuestro mundo actual enarbolan este estandarte? ¿Existe alguna similitud entre los conflictos actuales y las de Italia y Alemania en el siglo XIX? 3. ¿Cómo definirías el concepto “cuestión social”? 4. ¿Por qué en algunos lugares los obreros quisieron resolver sus problemas destruyendo las maquinarias? 5. ¿Qué relaciones laborales entre obreros y patrones durante la Revolución Industrial consideras de mayor injusticia? 6. ¿Qué diferencias fundamentales encuentras entre el Socialismo utópico y el socialismo científico de Marx y Engels? 7. ¿Qué diferencia fundamental existe entre el Socialismo Marxista y el pensamiento Anarquista? Fundamenta tu respuesta. 8. ¿Cuál es la posición de la Iglesia frente al problema de la “cuestión social”? 9. La primera organización internacional de trabajadores (Primera Internacional) tuvo una estrecha vinculación con el socialismo de orientación marxista. ¿Qué orientación política tienen las actuales organizaciones sindicales internacionales? Fundamenta tu respuesta. 10. Investiga ¿Cuándo se dictaron las primeras leyes sociales en Chile? ¿Qué repercusiones tuvo en Chile la aparición de la Doctrina Social de la Iglesia? ¿Cuáles han sido los hitos del movimiento obrero en Chile durante el siglo XX? ¿Cuáles fueron los primeros partidos políticos de extracción obrera en Chile? ¿Quién fue el primer diputado de extracción obrera en Chile? ¿Qué conflicto laboral chileno se conoce como “los sucesos de la Escuela Santa Maria de Iquique” ocurrido en el año 1907? ¿Cuál era el trato laboral que se daba al minero de las salitreras del norte de Chile, que funcionaron a comienzos del siglo XX? 11. Averigua cuánto es el mínimo de horas diarias que debe, según la ley, trabajar una persona en nuestro país. ¿Estás de acuerdo con este horario? ¿Por qué? 12. Averigua cuando comenzó en Chile el mutualismo y si aún existen instituciones de ésta índole en nuestra ciudad.