Guia 1

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HERRAMIENTA PEDAGOGICA DE APOYO PARA EL BACHILLERATO

DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES GUIA DE TRABAJO No 1 AREA DE HUMANIDADES SOCIALES CICLO III Elaborada por JORGE MELO

BOGOTA D.C 1

DATOS DEL ESTUDIANTE

NOMBRE DEL ESTUDIANTE

: ________________________ _________________________

CICLO

: ________________________

JORNADA

: MARTES Y MIERCOLES ( ) JUEVES Y VIERNES ( ) SABADOS ( ) DOMINGOS ( )

NOMBRE DEL PROFESOR

: ________________________

FECHA CALIFICACION

: DEL __________ AL _______ : ________________________

_____________________ FIRMA DEL PROFESOR

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VIDA DE LOS ESPARTANOS INSTITUCIONES Todas las leyes y la Constitución características de Esparta se atribuyen a Licurgo, aunque de su persona se sabe bastante poco. Unos dicen que viajo por todo el mundo conocido en su tiempo estudiando y comparando las leyes de distintos pueblos. Otros afirman que se inspiró en la vida de las abejas para componer sus leyes. Lo que está claro es que llevó a cabo una revolución legislativa en su ciudad, dándole un régimen diferente de todos los demás. TIERRA Y POLITICA Dividió la tierra en lotes iguales, capaces de producir mucho más de lo necesario para sustentar a una persona, y los repartió equitativamente entre los ciudadanos. Luego instauró un sistema político profundamente demócrata cuya norma fundamental, la llamada Gran Retra, era: “Que el pueblo tome las decisiones. Pero si se equivoca, rechácenlas los ancianos y los reyes”. Se hablaba de “los reyes”, en plural, porque una de las peculiaridades espartanas era que reinaban dos reyes simultáneamente, con lo que ninguno de ellos era monarca. Además, había un Senado o Consejo de Ancianos, compuesto por individuos respetados que formaban una especie de aristocracia popular. La manera de elegirlos tenía el encanto de los usos democráticos primitivos. Un grupo de jueces se encerraba en una especie de caseta sin ventanas, y el pueblo se congregaba a su alrededor. Los candidatos se iban presentando de a uno ante la asamblea popular. El pueblo los aclamaba sin mencionar sus nombres. Los jueces, desde su encierro, debían decidir cuál había sido el más aclamado, y ése era el elegido.

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DINERO Una de los mejores aportes de Licurgo fue la invalidación fáctica del dinero. Las monedas espartanas eran de hierro, pero ni siquiera valían su peso en hierro, porque se las templaba con vinagre para que el metal no pudiera reutilizarse. Además, eran tan grandes y pesadas que para transportar mil dracmas hacía falta una yunta de bueyes. Con eso se perseguían varios fines a la vez: anular la codicia —o, al menos, ponerla en evidencia, ya que un hombre rico necesitaba un granero para guardar su fortuna— dificultar los robos y mantener un sistema autárquico sin contacto con el mercado exterior. Además, era una forma de impedir el asentamiento en Esparta de extranjeros codiciosos, a quienes se veía con enorme recelo. FIDICIA Otra de las instituciones de Licurgo fue 1 comida en público. Todos los hombres estaban obligados a pertenecer a una especie de sociedad astronómica formada por 15 miembros, a la que a aportaban en especie lo necesario cada mes: harina, vino, queso, higos y algo de dinero para carne. El plato imprescindible era su célebre “sopa negra” hecha de sangre, vino y vísceras dedo. Estos clubes tenían u nombre —fldicia— que significa ahorro, aunque la palabra también evocaba el concepto de amistad. Eran una vía para mantener la cohesión y la convivencia, así como una escuela para los más jóvenes. Además servían de control para 1 mantener alejada la gula, un vicio detestado en Esparta, y la obesidad, también mal vista. A pesar de la rigidez de sus leyes, Licurgo no debió ser un hombre severo. Fue él quien introdujo la estatua de La Risa, que presidía las fidicia. MORAL SEXUAL

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Los espartanos

practicaban una moral sexual tan asombrosa para sus

contemporáneos como lo sigue siendo para nosotros hoy en día. Allí no había prejuicios ni escándalos. Las jóvenes se exhibían desnudas ante los varones. La mayorìa de los ciudadanos eran bisexuales porque, si bien la homosexualidad era normal el matrimonio era obligatorio. A los que no se casaba se los humillaba públicamente haciéndolos dar vueltas a la plaza por no dar hijos a la patria. Las nociones de celos o adulterio eran extrañas a una sociedad en la que no estaba mal visto que ambos cónyuges mantuvieran otras relaciones, e incluso convivieran con sus maridos y sus amantes en el mismo hogar. Leyes severas y arbitrarias Licurgo —arriba, su retrato—, implantó leyes severas. Un consejo de ancianos examinaba a salud de os bebés nacer. S no estaban sanos eran asesinados. Arriba, izquierda, un mosaico muestra el asesinato de Licurgo. MILICIA La manera de luchar de los espartanos era legendaria. Los reinos extranjeros que querían invadir Grecia buscaban antes una alianza militar con Esparta y colmaban a los espartanos de regalos. En cambio, el mejor presente que Esparta podía hacer a las otras ciudades griegas era un general. LOS HOPLITAS Espartanos eran los 300 hombres que contuvieron al formidable ejército persa en el desfiladero de las Termópilas y también los que, junto a los atenienses, los volvieron a derrotaren Platea. Entrenados desde la infancia para soportar el dolor, agitados por un impulso patriótico ferviente y ávidos estudiosos de la estrategia, los espartanos mantuvieron la preponderancia en Grecia durante el siglo V a. de C. Ello fue consecuencia del desarrollo de su técnica militar, yen especial de una nueva forma de ataque que consistía en el empuje frontal de una masa de guerreros dotados de armaduras pesadas, los hoplitas. Pero estos éxitos ahogaron a su

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sociedad en un militarismo ciego que anuló todas sus otras capacidades, hasta el punto de que la actividad cultural cesó. TOTALITARIOS En este militarismo yen otros aspectos —su xenofobia y su obediencia ciega a la autoridad, por ejemplo—, los fundamentos de la vieja ciudad helena concuerdan con las bases políticas de los totalitarismos del siglo pasado. Aunque Esparta nunca soportó tiranos, tanto Hitler como Mussolini y Stalin hablaban con admiración de ella, a pesar de que ninguno de los tres hubiera hecho allí una carrera muy brillante. LACONISMO Les habría faltado una conducta meritoria que exhibir y les habrían sobrado todos sus recursos oratorios, porque los espartanos odiaban los discursos. De hecho fue para referirse a ellos para lo que nació el concepto de laconismo. LA MUJER No tiene nada de extraño que lo que más llamara la atención de los otros helenos que con frecuencia visitaban Esparta fuera la conducta de las mujeres y su estatus de igualdad con los varones. DEPORTISTAS Ellas también se ejercitaban en los juegos de

deportivos, y era famosa a esbeltez

y fortaleza de sus cuerpos, que facilitaba además su papel de madres. Peleaban completamente desnudas y hubo en Esparta muchas lamentaban de no

atletas famosas que se

poder participar en los Juegos Olímpicos con los hombres.

ADMINISTRADORAS

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Como el Estado se hacía cargo de los hijos, y los maridos pasaban largas temporadas participando de las guerras, disfrutaban de mucho tiempo libre para entretener

se y organizarse. Eran

ellas las que manejaban la hacienda, la

administraban y llevaban las riendas del hogar. Estaban tan poco supeditadas al

varón que una extranjera llegó a preguntar a la mujer del famoso Leónidas

de las Termópilas por qué, entre todas las mujeres, sólo las espartanas dominaban a

sus

hombres.

A

lo

que

la

otra

mujer

respondió:

“Será porque sólo nosotras parimos verdaderos hombres”. AMANTES Ellas no se casaban de acuerdo con la voluntad de sus padres, sino con la suya propia y no lo hacían, como se acostumbraba en otras partes, a los 14 6 15 años, sino a los 20. Se dejaban raptar por el hombre que elegían y, después de eso, las relaciones entre ellos se alargaban una temporada durante la cual cada uno vivía en su casa. Los encuentros eran secretos, breves y en completa oscuridad, sin mediar tiempo de convivencia, para mantener sus cuerpos “recientes en el amor, por dejar siempre en ambos la llama del deseo y de la complacencia”, como escribió Plutarco. A veces, esa relación duraba tanto que había hombres que eran padres sin haber visto jamás a su mujer a la luz del sol. No se les exigía dote y la ley reconocía su igualdad hasta el punto de que les estaba permitida legal mente tener amantes. Una mujer joven casada con un hombre mayor podía llevar a su casa a un amante joven si lo deseaba. Un hombre mayor enamorado de una mujer casada podía obtener, si ella lo aceptaba, el permiso de su marido para visitarla con una asiduidad convenida. VOZ Y VOTO

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Las mujeres tenían voz en las asambleas políticas y podían recibir la herencia de sus padres cuando ellos morían, de modo que había en Esparta muchas damas acomodadas que vivían su vida con plena libertad. SOCIEDAD Aunque todos los ciudadanos de Esparta eran iguales ante la ley, no todos los habitantes eran ciudadanos. La mayor parte eran periecos —hombres libres, pero sin derechos— o ¡Iotas —esclavos—. Ambos vivían para garantizar la subsistencia y libre disponibilidad de los espartanos, que jamás se manchaban las manos con otra cosa que no fuera sangre, vino o la resma de las palestras. Vivían para atender las necesidades del Estado en lo relativo a la milicia, la administración y sobre todo la educación. EDUCACIÓN La base de Esparta residía en la educación. En realidad, toda la filosofía de Licurgo descansaba en la idea de que, cuanto mejor fuera cada ciudadano, mejor y más fuerte seria el Estado. Y el concepto de ser mejor se confundía para Licurgo con el de ser más fuerte y necesitar menos. Se cuenta que una vez le preguntaron cómo podía Esparta librarse para siempre de sus enemigos y contestó:”siendo pobres y no deseando tener más poder que el otro.” INFANCIA DURA Licurgo pedía mucho de sus conciudadanos, así que no resultaba fácil se un buen espartano. Se examinaba con cuidado a los recién nacidos, y si las criaturas no eran normales se las abandonaba o despeñaba desde el monte Taigeto. Los niños declarados sanos vivían hasta los siete años con los padres. Luego, el Estado se hacía cargo de los varones. Ponían especial esfuerzo en liberarlos de los miedos infantiles, la oscuridad, la soledad y las supersticiones, así que las amas de crianza espartanas eran muy valoradas en toda Grecia.

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PRUEBAS CONSTANTES A los varones les hacían pasar progresivamente por una serie de pruebas y sufrimientos que tenían el propósito de endurecerlos. A veces, los educadores promovían peleas entre ellos con el fin de estudiar sus cualidades y su valor individual. Les hacían pasar hambre y frío, correr descalzos por lugares pedregosos y dormir sobre cañas que ellos mismos cortaban con las manos. Aprendían a hablar poco y a decir las cosas de la manera más exacta y con el menor número de palabras posible. Se les exigía obediencia ciega. Los castigos iban desde morderles el pulgar hasta darles latigazos. Les estaba permitido robar comida, pero si los descubrían eran castigados. No por haber robado, sino por haber sido sorprendidos. En cuanto a su instrucción como hoy la entendemos, aprendían a leer y escribir, pero no mucho más. Se los veía por todas partes desnutridos, pero ágiles y vivos como nadie. A los 18 años mejoraban de estado, pero continuaban viviendo en régimen carcelario hasta los 30. PATRIOTAS Para dar una imagen del sentimiento patriótico que se les inculcaba, sirva la anécdota de aquel espartano que, en lugar de sentirse humillado por no haber sido elegido entre los 300 mejores ciudadanos, como él pretendía, regresó de la elección muy contento de que hubiese en la ciudad 300 mejores que él. En cuanto a su régimen de libertad, además de la obligación de casar se, a los ciudadanos les estaba prohibido viajar al extranjero, y debían obedecer una serie de leyes suntuarias que les impedían poseer oro o plata. Pero si quedaban sin nada hasta el punto de no poder contribuir a las comidas en común, se les retiraba la ciudadanía. FAMA Y MUERTE

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Los espartanos nunca fueron muchos. Cuando más, unos 20.000, así que se conocían todos entre sí y la fama era muy importante para ellos. Los pocos que llegaban a los 60 años solían ser individuos famosos y respetados. Vivían cómodamente el resto de sus vidas y cuando morían el Estado les hacía grandes funerales, el mismo Estado que había dirigido y forzado cada paso de su vida. Pero los entierros de la gente corriente eran mucho más sencillos: los envolvían con un paño, agregaban unas ramas de olivo y los sepultaban discretamente. Por ley, los duelos sólo podían durar doce días. En cuanto a la religión, la espartana era ritual, oficialista, y dedicada a reconocer a los dioses como aquellos que les dieron, a través del “profeta” Licurgo, sus preciosas leyes.

LA FILOSOFIA Etimológicamente, la palabra filosofía procede de los términos griegos philein (amar, aspirar) y sophia (sabiduría) por lo que su significado sería amor o aspiración a la sabiduría. Numerosos autores antiguos consideran a Pitágoras como el inventor del término ya que en su viaje por Grecia fue interrogado por el tirano Leonte de Fliunte sobre su profesión a lo que él respondió que no era sabio sino amante o buscador de la sabiduría (filósofo). El objetivo de la filosofía es, por lo tanto, saber, conocer, dar respuesta a las preguntas que todos nos planteamos relacionadas con la naturaleza y su creación, abandonando los mitos para dar protagonismo al logos. Los filósofos presocráticos están considerados como los promotores del cambio de pensamiento experimentado en Grecia. No formaron una escuela e incluso tienen pensamientos diferentes pero fueron los primeros en plantearse la búsqueda del saber. Tales de Mileto (624-546) será considerado el padre de la filosofía por

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Aristóteles. Considera el agua como el elemento único de lo que todo está hecho, otorgando un importante papel al movimiento. Anaximandro de Mileto (610-547) continuó la obra de Tales e introdujo el apeirón como el elemento clave del universo, desde donde se originarán parejas de contrarios que serán las causas de todos los procesos. El hombre sería el descendiente de los peces. Para Anaxímenes (588524) el origen de todas las cosas está en el aire, desde donde parten los diferentes elementos. Pitágoras de Samos (580-496) formó una comunidad filosófica en Crotona con durísimas normas de convivencia. Su pensamiento se basa en los números por lo que profundizó en las matemáticas, en la música y en la astronomía. Planteó la teoría de la transmigración de las almas, estando las almas castigadas a permanecer junto a un cuerpo del que se separarían tras la muerte, desarrollando una reencarnación considerada regeneradora. Jenófanes de Colofón (570-475) plantea que sólo hay "un Dios que es Uno y Todo" y de él proceden todas las cosas, renunciando así a las teorías del antropomorfismo y la pluralidad de dioses. Heráclito de Efeso (544-484) continuó con esta línea e incluso avanzó al considerar que la religión sólo era útil para los que temían a la muerte. "Todo fluye y nada permanece" será su máxima, apuntando a la guerra de contrarios como el principio de la creación. Parménides de Elea (515-440) se opone a Heráclito, siendo considerado el creador del método racionalista. Los planteamientos de Parménides serán rechazados por Demócrito de Abdera (460-370) al plantear la existencia de átomos que conforman las diferentes cosas. Zenón de Elea (490-430) se considera el creador de la Dialéctica aunque alcanzaría más fama por sus argumentos sobre el movimiento al plantear que Aquiles nunca alcanzaría a una tortuga si ésta obtuviera ventaja. Empédocles de Agrigento (490-430) considera que el origen del Universo está en los cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego, presentes en todas las cosas. El amor sería la fuerza que une a esos elementos mientras que la discordia o el odio los separa. Anaxágoras de Clazómene (499-428) considera la existencia de unas partículas como las componentes de las cosas, organizadas gracias a una mente rectora después del caos inicial. Rechazaba el planteamiento de la desaparición tras la muerte. Los sofistas forman una importante escuela desde

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donde aportarán fundamentales dosis de crítica y relativismo a la ciencia, la historia, la ética o la religión. Proponen impartir una formación general a los jóvenes para adaptarlos a la vida pública, a través del conocimiento del arte de hablar o retórica, del arte de la prueba o dialéctica y de la educación cívica. Protágoras de Abdera (480-410) puede ser considerado como el más importante entre los sofistas, incorporando significativas muestras de relativismo y subjetivismo a su pensamiento al considerar al hombre como la medida de todas las cosas, así como de escepticismo cuando plantea que la virtud es la destreza del fuerte. Gorgias de Leontino ahonda en ese escepticismo mientras que Hipias de Elis manifiesta que la ley es la tiranía del individuo. Sócrates (469-399) supera el escepticismo sofista y crea la filosofía antropológica al contraponer a la sensación la universalidad de la razón. El hombre debe alcanzar la verdad mediante el autoconocimiento ("conócete a ti mismo" será uno de sus planteamientos favoritos) y desarrollar su intelecto ("sólo sé que no sé nada"). La ignorancia nos llevará a la maldad por lo que a través del conocimiento y la inteligencia alcanzaremos la virtud. Pero esa inteligencia hay que desarrollarla, estimulando la búsqueda del conocimiento y de la razón "característica principal del hombre" según Sócrates. El daimónion (voz interior) constituye la única guía moral del individuo. Su oposición a las clases dirigentes provocó una acusación de impiedad y de corrupción de menores por lo que fue condenado a beber la cicuta. Sus amigos y colaboradores le posibilitaron la huida de Atenas a lo que él rehuyó. Platón (427-347) debe este nombre a la amplitud de su espalda, considerándose que se llamaba Aristocles, como su abuelo. Oponiéndose a la relatividad manifestada por los sofistas, Platón se interesa por la doctrina de Sócrates desde donde parte para desarrollar sus propios planteamientos basados en la existencia del mundo de las Ideas y el mundo del Ser, contrapuestos al mundo de las Apariencias. La formación del mundo se debe a una inteligencia, a un demiurgo, que desarrolla las apariencias (no ser) tomando las ideas como punto de partida. El individuo está formado de cuerpo y alma, siendo ésta inmortal. Existe un número limitado de almas por lo que es necesaria la reencarnación. Esta unión de alma y cuerpo es accidental y violenta. El Estado platónico está estructurado en

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tres clases: los filósofos que gobiernan, los guerreros que defienden a la sociedad y los artesanos que trabajan. La finalidad del Estado es que sus ciudadanos sean felices por lo que la Justicia debe ser la rectora, junto a la Prudencia, la Fortaleza y la Templanza. Todos estos planteamientos están recogidos en sus principales obras como El banquete, La república, Timeo o Fedón, estructuradas en forma de diálogos donde el protagonista es Sócrates hablando con sus discípulos. En el año 387 a. C. fundó la Academia de Atenas. Aristóteles (384-322) se formó en la Academia Platónica y fue nombrado preceptor de Alejandro por su padre, Filipo de Macedonia. A su regreso a Atenas fundó el Liceo donde se desarrolla la escuela peripatética denominada así porque los discípulos recibían la enseñanza mientras paseaban por el jardín. Aristóteles abarca todo el saber de su época, rechazando el idealismo platónico para fundar la lógica formal a través de su Organon donde basa la reflexión analítica, la construcción especulativa y el método empírico. El Organon está constituido por la Metafísica, la Física, la Lógica, la Política y la Retórica. La Metafísica estudia el ser en cuanto a ser, compuesto de materia y forma por lo que el ser es múltiple y no único. Una de las más importantes aportaciones de Aristóteles es la relación entre potencia y acto. El paso de la potencia al acto es el devenir, devenir que implica la existencia de una causa primera, un "primer motor inmóvil" que sería Dios, la "causa de las causas". Alma y cuerpo forman un solo ser. El fin del hombre es la felicidad, siendo el Estado el lugar apropiado para alcanzar esa felicidad mediante la virtud. Las conquistas militares de Alejandro provocarán la expansión y el contacto de la cultura griega hacia Oriente. Aparecen en esta época helenística nuevas corrientes de pensamiento como las escuelas epicúrea, estoica o cínica que se mantendrán hasta la época romana. Los epicúreos se interesan por el placer, por el goce continuo, siempre que ese disfrute sea regido por la inteligencia. La escuela estoica fue fundada por Zenón de Citio (335-264) y debe su nombre a las lecciones impartidas en un pórtico (stoa en griego). El acertado uso de la razón y la práctica de la virtud serán los dos puntales de esta filosofía, manteniendo siempre la independencia con el exterior. Los cínicos tuvieron en Diógenes de Sínope (404323) a su máximo representante, siendo famosa la anécdota, posiblemente falsa,

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del encuentro con Alejandro. El monarca fue a visitar al filósofo que vivía en un tonel y sin apenas recursos, ofreciéndole lo que quisiera. La respuesta de Diógenes fue que se apartara porque le estaba quitando el sol.

FIN DEL IMPERIO ROMANO Luego de haber tratado la evolución del imperio romano desde sus inicios, y para introducirnos próximamente en la edad media, con respecto al fin de roma podemos agregar lo siguiente: El imperio que restauraron Diocleciano y Constantino (imagen) se tambaleó por más de un siglo. Después de Constantino, el imperio continuó dividido en oriente y occidente, una división que se completó en 395 cuando las partes oriental y occidental del imperio se convirtieron en dos estados independientes. El occidente estuvo bajo una creciente presión por parte de las fuerzas invasoras bárbaras. La mayor ruptura hacia el interior del Imperio Romano aconteció en la segunda mitad del siglo cuarto. Guerreros feroces procedentes de Asia, conocidos como los hunos, penetraron en Europa oriental y ejercieron presión sobre los visigodos germánicos quienes, a su vez, se dirigieron hacia el sur y el oeste> cruzando el Danubio hacia territorio romano, donde se establecieron como aliados romanos. Pero pronto los visigodos se rebelaron, y el intento romano por detenerlos en Adrianópolis, en el 378 provocó una derrota aplastante y la muerte del emperador Valente (364-378). A partir de entonces> un creciente número de bárbaros cruzó las fronteras. En el año 410, los visigodos, bajo el mando de Alarico, saquearon Roma. Los vándalos inundaron el sur de España y África, y los visigodos invadieron España y la Galia. Los vándalos cruzaron hacia Italia desde el norte de África y saquearon Roma en el año 455. Veintiún años más tarde el emperador de occidente, Rómulo Augústulo (475-476) fue depuesto y, en la parte occidental, una serie de reinos germánicos

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remplazaron al Imperio Romano; en tanto que el Imperio Romano de Oriente continuó existiendo el cual tenía su centro en Constantinopla. El fin del Imperio Romano ha dado margen a numerosas teorías que intentan dar una sola razón globalizadora para explicar “la decadencia y caída del Imperio Romano”. estas incluyen las siguientes: el énfasis del cristianismo en un reino espiritual debilitó las virtudes militares y el patriotismo romanos; los valores tradicionales romanos declinaron a medida que los no italianos ganaron más prominencia en el imperio; el envenenamiento por plomo, debido a que las tuberías de plomo para el agua y las copas causaron decadencia mental; la peste causó la muerte de una de cada diez personas de la población; Roma no logró un avance tecnológico debido al sistema de esclavitud; más aun, ni siquiera pudo lograr un sistema político que funcionara. Podría haber un punto de verdad en cada una de estas teorías> pero también todas han sido cuestionadas. La historia es una red de intrincadas relaciones, causas y efectos. Nunca bastará una sola explicación para los eventos históricos. Una cosa resulta clara: debilitado por la escasez de hombres, el ejército romano del oeste no fue capaz de repeler las hordas de pueblos que invadieron la Galia e Italia. En cambio, el Imperio Romano de Oriente, que sobreviviría otros mil años, pudo librarse en gran medida de las invasiones.

GUERRAS PUNICAS LAS LUCHAS ENTRE ROMA Y CARTAGO Esta serie de enfrentamientos entre Roma y Cartago, que se prolongaron alo largo de los siglos III y II. C., convirtieron a la potencia italiana en la dueña del Mediterráneo occidental Introducción

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Una vez que Roma completó su dominio sobre toda la península itálica, emprendió la lucha contra Cartago para disputarle su influencia en el Mediterráneo occidental. Los cartagineses comercializaban las telas, las piedras preciosas y los perfumes de Oriente; el trigo de Sicilia y del Norte de Africa; el estaño de Francia y el hierro y la plata de España. El enfrentamiento se extendió desde el año 264 al 146 a.C. y se conoce en la historia con el nombre de guerras púnicas, debido a que los romanos llamaban poeni (fenicio) a los cartagineses. Cartago era una colonia de Tiro, fundada por Dido hacia el año 880 a.C., quien había huido de su patria para escapar del gobierno despótico de su hermano Pigmalión. Al llegar a las costas de Africa pidió a los nativos que le concedieran una extensión de tierra que no fuera más grande que la que pudiera cubrir la piel de un buey, lo que fue aceptado. Entonces Dido hizo cortar el cuero en tiras largas y estrechas, con las cuales trazó el perímetro de un terreno mucho más amplio del que debiera haber recibido. De inmediato levantó en aquel lugar una ciudad que rivalizó con Tiro y extendió su influencia a toda la costa africana del Mediterráneo. Luego los cartagineses ocuparon varias islas del Mediterráneo, inclusive parte de Sicilia, se establecieron en las costas de España, atravesaron el estrecho de Gibraltar y navegaron hasta las islas británicas y Francia hacia el Norte y hasta las islas Canarias hacia el Sur. De esta manera Cartago se convirtió en el centro de un verdadero emporio que monopolizó el comercio de Occidente. En su organización política, Cartago constituía una república, como lo era Roma en esa época. El poder ejecutivo era ejercido por dos magistrados llamados sufetes, elegidos con carácter vitalicio. Su poder era vigilado por un Senado, cuyos integrantes pertenecían exclusivamente a la clase alta de la población, que estaba

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dividida en dos facciones, encabezadas respectivamente por dos familias, la de los Hannón y la de los Barca. Por otra parte en la primera mitad del siglo III a. C. Roma se había, convertido en la primera potencia de la península Itálica, extendiendo su tutela a las ciudades griegas del sur y proyectando su sombra sobre Sicilia. Primera guerra púnica La antigua colonia fenicia de Cartago, era la mayor potencia marítima de la zona, con colonias en casi todas sus islas incluyendo el oeste de Sicilia. Pretendía dominar toda la isla para neutralizar a sus rivales comerciales y acaparar su importante producción de cereales. En estas circunstancias, una banda de mercenarios oscos, los mamertinos, se apoderó de la ciudad siciliana de Messina, que controlaba el paso hacia Italia. Amenazados por Hierón II de Siracusa, pidieron ayuda tanto a Roma como a Cartago (264 a. C.) Ambas potencias acudieron a la llamada, pero llegaron primero los cartagineses, que establecieron la paz con Hierón. Esto no detuvo a los romanos, que expulsaron a los púnicos de Messina e invadieron el territorio de Siracusa, forzando a Hierón a aliarse con ellos en 263. La superioridad de su ejército les permitió apoderarse incluso de la base púnica de Agrigento, un año más tarde. Pero los cartagineses controlaban el mar, lo que decidió a los romanos a construir su primera flota de guerra, que al mando de Cayo Duilio derrotó a sus enemigos en Milas, en el año 260. Esta ventaja les permitió expulsar a los cartagineses de Córcega y devastar Cerdeña (259), pero no apoderarse del oeste de Sicilia. Por ello, decidieron atacar directamente en Africa. Una gran flota romana venció a la cartaginesa en Ecnomo (256) y desembarcó cerca de Utica al ejército de Atilio Régulo, que se fortificó en Clypea. Las desorganizadas fuerzas cartaginesas, incapaces de resistir a los romanos en tierra, estaban dispuestas a capitular, pero las duras condiciones

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impuestas decidieron su resistencia. Jántipo, jefe de una partida de mercenarios espartanos, reorganizó el ejército cartaginés, que se apoyó en la caballería y los elefantes. Con estas fuerza derrotaron a Régulo (255), que tuvo que volver a Italia a bordo de una flota que acababa de destruir a la cartaginesa en el cabo Hermes. Esta flota resultó arrasada por una tormenta, pero los romanos construyeron una nueva que consiguió tomar Panormo (254), aunque las sucesivas operaciones por tierra y mar no lograron conquistar Lilybaeum y Drepanum. En 249 un contraataque cartaginés rompió el cerco sobre estas ciudades y destruyó la flota romana, pero el agotamiento de sus fuerzas impidió la continuación del ataque en la isla, limitándose a defender las posesiones que mantenían en ella. Un nuevo avance romano supuso la severa derrota naval de los púnicos en las islas Egatas (241); Roma consolidaba el dominio del mar. Cartago tuvo que firmar una paz por la que cedía Sicilia y las Lípari, además de pagar como indemnización la cantidad de 3.200 talentos. Entreacto en Hispania Roma aprovechó la debilidad de Cartago, agravada por la sublevación de sus mercenarios (241-237), para apoderarse de Córcega y Cerdeña, a pesar del tratado de paz. En estas circunstancias, el caudillo cartaginés Amílcar Barca propuso la conquista de nuevos territorios en la península Ibérica, donde podría obtener los recursos materiales y humanos para restaurar el poder de Cartago. El senado de la ciudad le otorgó plenos poderes y, acompañado de su yerno Asdrúbal y de sus hijos Magón, Asdrúbal y Aníbal, se aplicó a la tarea de construir un imperio en Hispania (237-228). Tras su muerte, su yerno continuó su labor y fundó Cartago Nova (228) como capital de los nuevos territorios. Roma, inquieta por estos avances, impuso el Ebro cómo lImité norte de esta expansión (226). Aníbal, que sucedió a su cuñado en 221, extendió el poder cartaginés al interior: La conquista de Sagunto (219), ciudad que mantenía relaciones con Roma,

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proporcionó a ésta el pretexto para exigir la entrega de Aníbal. Cartago se negó, lo que desencadenó una nueva guerra (218). Segunda guerra púnica Aníbal sabía que la única forma de derrotar a Roma era atacando la base de su poder en Italia, aparentemente protegida por su dominio del mar. El general cartaginés dejó a su hermano Asdrúbal en la península Ibérica, mientras él conducía un ejército compuesto de mercenarios africanos e hispanos, que cruzó los Pirineos, el Ródano y los Alpes en seis meses. Aunque sus fuerzas habían quedado reducidas a la mitad (20.000 infantes y 6.000 jinetes) tras la terrible marcha, consiguió adelantarse a la, reacción romana. Venció en Trebia (218) a un primer ejército mandado por los cónsules P. Cornelio Escipión y Tiberio Sempronio, tras lo cual muchos galos se unieron a las fuerzas cartaginesas. Aníbal entró en, Etruria y aplastó de nuevo a las tropas romanas en Trasimeno (217), dejando indefensa a Roma. Pero no se atrevió a cercar la capital con sus escasas fuerzas, y se dirigió al sur’para tratar de conseguir aliados entre las ciudades recientemente sometidas por los romanos. Mientras éstos habían enviado a Hispania un ejército al mando de Publio y Cneo Escipión, que desembarcó en Emporion (218) y logró cortar las comunicaciones de Aníbal con sus bases en la Península. En 215 los romanos cruzaron el Ebro, derrotaron a Asdrúbal y conquistaron Sagunto. El cartaginés tuvo que marchar a África para someter al rey númida Sífax, lo que aprovechó Publio Cornelio Escipión para avanzar hasta la Bética. Asdrúbal volvió a la Península, reforzado por los jinetes númidas de Masinisa, y logró vencer y dar muerte a los Escipiones en Cástulo e llorci (211), obligando a los romanos a replegarse al norte del Ebro. En otoño llegó a la Península Publio Cornelio Escipíón, hijo del cónsul del mismo nombre, que reorganizó las fuerzas romanas para evitar que Asdrúbal acudiera en ayuda de su hermano en Italia. Escipión consiguió tomar Cartago Nova (209) y

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derrotar a Asdrúbal en Bailén (208), pero éste reaccionó y marchó finalmente hacia Italia. Aníbal se había trasladado a Apulia tras la victoria de Trasimeno, mientras entraba en negociaciones con Filipo V de Macedonia y Hierónimo de Siracusa para presentar un frente común contra Roma. El general Fabio Cunctator le seguía de cerca sin presentar batalla, hasta que fue obligado por el senado y el cónsul Varrón. Aníbal le aplastó en Cannas (216), lo que decidió a varias ciudades del sur a apoyarle. Trató entonces de conquistar Tarento, cuyo puerto necesitaba para restablecer sus comunicaciones con el exterior, pero la debilidad de sus fuerzas, divididas para proteger a sus nuevos aliados, se lo impidió. Para cuando lo consiguió (213), Roma habla logrado recomponer sus tropas gracias a un extraordinario esfuerzo de su población, había contenido a Filipo en Iliria y mantenía sitiada a Siracusa, defendida por los ingenios mecánicos del sabio Arquímedes y apoyada por una flota cartaginesa. En 211 los romanos se apoderaron de Capua y Siracusa, acorralando a Aníbal en el extremo sur de la península Itálica. Asdrúbal, que por fin había llegado a Italia, fue derrotado y muerto en Metauro (207), al tiempo que Escipión vencía a los cartaaíneses en lupa y expulsaba a los púnicos de casi toda la península Ibérica. Gádir, el último bastión, cayó en 206; el romano llevó entonces la guerra a Africa (204). Consiguió la alianza de Masinisa, venció al rebelde Sífax y a los cartagineses en Útica (203) y amenazó a la propia capital. Cartago llamó en su ayuda a Aníbal, que se puso al frente de lo que quedaba del ejército cartaginés. La victoria de Escipián en Zama (202), que le valió el apelativo honorífico de «el Africano», significó la completa derrota de Cartago, que tuvo que renunciar a Hispania y a las islas que conservaba, entregar sus elefantes y su flota de guerra y pagar 10.000 talentos. Además, se comprometió a no emprender nuevas campañas militares sin el consentimiento de Roma. En el año 195 el senado romano exigió la entrega de Aníbal, convertido en sufeta (magistrado supremo) de Cartago, pero éste huyó a

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Oriente. Constantemente perseguido por los romanos, acabó suicidándose en Bitinia (183). Tercera guerra púnica A pesar de las derrotas, Cartago logró recuperar su vitalidad comercial, despertando la envidia de los mercaderes latinos y la suspicacia de los gobernantes romanos, especialmente Catón el Censor, que hizo famosa la frase Delenda est Carthago (Cartago debe ser destruida). Cuando los cartagineses se enfrentaron a las constantes pro-vocaciones del rey númida Masinisa, apoyado por Roma, ésta les declaró nuevamente la guerra (149 a. C.). Cartago intentó negociar la paz, pero las duras condiciones impuestas por los romanos provocaron una resistencia desesperada, que se prolongó por espacio de dos años, hasta que Escipión Emiliano, nieto del Africano, tomó el mando de la expedición romana (147). El nuevo general logró estrechar el cerco sobre Cartago, que finalmente cayó en 146. El solar de la ciudad fue arrasado y maldito, con la ceremonia simbólica de cubrirlo de sal y la prohibición de volver a edificar sobre él. Los habitantes supervivientes fueron vendidos como esclavos y el territorio se convirtió en la provincia romana de Africa.

ACTIVIDAD 1 Las leyes y la constitución de Esparta se le atribuyen a 2 De acuerdo a la política de Esparta, en que consistió la gran Retra

3 Cuales eran las características de las monedas espartanas

4 ¿Como era la moral sexual de los espartanos?

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5 ¿Cuáles eran las características personales de los deportistas espartanos?

6 ¿Cómo era la voz y el voto de las mujeres espartanas?

7 ¿Cómo eran los entierros espartanos de la gente corriente?

8 ¿Cómo era la religión de los espartanos?

9 ¿Cuáles fueron las obras mas importantes de Platón?

10 ¿Qué comercializaban los cartaginenses?

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11 ¿Cómo fue la primera guerra púnica?

12 ¿Cómo fue la segunda guerra púnica?

13 ¿Cómo fue la tercera guerra púnica?

14 ¿En el año 211 los romanos de que se apoderaron?

15 Cartago fue colonia de

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