Gorriti L..

  • July 2020
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Lengua iluminada, cohesión americana. Las Reflexiones de Juan Ignacio Gorriti1 Graciana Vázquez Villanueva Instituto de Lingüística Al afirmar que la Ilustración produjo la Revolución, la interpretación clásica, ¿no invierte acaso el orden de las razones? ¿No habría que considerar más bien que la Revolución inventó la Ilustración al querer arraigar su legitimidad en una recopilación de textos y autores fundamentales, reconciliadas más allá de sus diferencias vivas y unidos en la preparación de la ruptura con el antiguo mundo?. Al construir, no sin debates, un panteón de ancestros que reúne a Voltaire y a Rousseau, a Mably y Buffon, a Helvecio y a Raynal, y al asignar a la Filosofía, si no a todos Los Filósofos, una función radicalmente crítica, los revolucionarios construyeron una continuidad que es, ante todo, una obra de justificación e investigación de paternidad. Roger Chartier2 La cuestión es cómo, con apoyo en los elementos doctrinarios existentes al tiempo de la independencia, y en los que se desarrollan a partir de ella, los españoles americanos afrontaron el problema de organizar nuevos países, esto es, nuevos estados y nuevas naciones, a partir de los restos del derrumbe ibérico. Cuestión en la que hay acuerdo en cuanto a que, a partir de la independencia, las corrientes provenientes o derivadas de la Ilustración son predominantes. José Carlos Chiaramonte3

La paternidad de la Ilustración sobre la Revolución o los orígenes culturales de determinado pensamiento latinoamericano y la cuestión de la organización de nuevos estados y de nuevas naciones a partir de cierta legitimidad de autores y libros organizan un texto, producido en el canon del exilio argentino y publicado por primera vez en Valparaíso en 1836. El texto, Reflexiones sobre las causas morales de las convulsiones interiores de los nuevos Estados Americanos y examen de los medios eficaces para reprimirlas precedidas de un compendio de la vida pública del autor4, escrito por un revolucionario y hombre de la iglesia, representa la tarea de las elites que intentan constituir, a principios del siglo XIX, una sociedad ideal, donde todo se pretende coordinado y En: Elvira Arnoux y Carlos Luis (dir.) El pensamiento ilustrado (Vol. 2 de la Historia de las políticas e ideas sobre el lenguaje en América Latina), Buenos Aires, EUDEBA, en prensa. 2Chartier, Roger, Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII. Los orígenes culturales de la Revolución francesa, Barcelona, Gedisa, 1995, p. 17. 3Chiaramonte, José Carlos, La Ilustración en el Río de la Plata. Cultura eclesiástica y cultura laica durante el virreinato, Buenos Aires, Puntosur Editores,1989, p. 54. 4Buenos Aires, Librería La Facultad, Biblioteca Argentina, 1916. 1

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equitativo, uniforme y ordenado de acuerdo a la razón y a la performatividad política que regula la relación entre el decir y la acción social. Uno de los ejes que vertebran la comunidad que se proclama es la lengua, hecho que hace de las Reflexiones uno de los primeros discursos sobre las ideas lingüísticas en la Argentina. Exiliado en Cochabamba por la persecución de las montoneras de Latorre y Facundo, Juan Ignacio Gorriti, quien firma su libro como “Arcediano de la Santa Iglesia Catedral de Salta, sin libros ni documentos”5, comienza a escribir lo que concibe como “un plan de educación para los nuevos estados”6. Gorriti nace en Jujuy en 1766 y muere proscripto en Sucre en 1842. Graduado de la Universidad de Córdoba en teología, derecho civil y derecho canónico en 1790, representante de la educación colonial hasta 1810, a su vida como hombre de la Iglesia y de la colonia teocrática incorpora su acción como hombre de la Revolución cuando es designado diputado para integrar la Junta Grande en 18117. En ese cargo aprueba el 6 de septiembre el Decreto de la Junta por el que se impone el deber cívico a todo el virreinato y se declara la guerra revolucionaria8. Desterrado a Jujuy por el Primer Triunvirato en 1812 por su defensa de la autonomía de los pueblos del interior frente al progresivo centralismo del gobierno porteño, se desempeña como canónigo en la catedral de Salta y como capellán del ejército de Belgrano.

5Con

respeto a la falta de libros y documentos, Gorriti señala: “Ni tengo medios de recordar por hallarme cuando escribo enteramente destituido de mis libros y sin medios para suplir su falta”, op. cit., p. 177. 6En el naufragio que han padecido las instituciones liberales en la República Argentina, yo he abandonado una patria cuyo gobierno sigue en la práctica principios contrarios a mis opiniones políticas [...] El partido que me quedaba era dejar el país que no podía defender: lo hice, y con este paso perdí mi patria. Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 277. 7Hermano de Francisco “Pachi” Gorriti, guerrillero de la guerra de las Quebradas y tío de Juana Manuela Gorriti. 8“La patria está en peligro y entretanto que la hayamos salvado, la guerra debe ser el principal objetivo a que se dirijan las atenciones del gobierno. Las virtudes guerreras serán el camino de las distinciones, de los honores, de las dignidades. Las tropas estarán bajo la más severa disciplina: su descanso consistirá en mudar de ocupaciones militares. Todos los ciudadanos nacerán soldados, recibirán desde su infancia una educación conforme a su destino. El Campo de Marte será una escuela pública donde los jóvenes harán su aprendizaje y se formarán cuerpos robustos. Las ciudades no ofrecerán sino la imagen de la guerra. En fin todo ciudadano mirará sus armas, como que hacen parte de ellos mismos, y la guerra como un estado natural”. Registro Nacional, I, p. 117.

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Nuevamente nombrado diputado para representar a su provincia en la asamblea constituyente de 1824-1827 asevera la necesidad no sólo de erigir la constitución de la nación sino también de implementar la organización del Estado. Por esa razón, en los debates parlamentarios defiende tanto la representación política de todos los pueblos como “la existencia de una nación argentina” a la que define, en el marco de la teoría contractualista, como “una sociedad ya constituida bajo el régimen de un solo gobierno”9. En 1829 es nombrado gobernador de Salta, cargo que desempeña hasta 1831, año en que debe exiliarse a Bolivia. La formación colonial de Gorriti permite analizar el entrecruzamiento entre su filiación ideológica y su espíritu democrático al servicio de la Revolución, principalmente de una “educación americana”. Así en sus Reflexiones si por un lado, expone su actitud crítica con respecto a la educación colonial, censura la enseñanza religiosa y rechaza la escolástica, por otro proclama la necesidad del estudio “racionalista” de ciencias naturales y de la filosofía al mismo tiempo que combate el concepto de ideología y replantea los términos del contrato social en clave cristiana10: Cuando éramos colonos -escribe Gorriti- cuando la inquisición perseguía como a hechiceros a los que sabían un poco más de física que el común de los doctores: cuando prohibía el curso de libros que combatían los falsos principios del feudalismo; cuando 9Discurso

de Juan Ignacio Gorriti y Valentín Gómez en el debate relativo a la creación del Ejército nacional, iniciado en la sesión del 3 de mayo de 1825. El debate sobre la existencia o inexistencia de la nación, 1925. En: José Carlos Chiaramonte, Ciudades, provincias, estados: orígenes de la nación argentina (1800-1846), Buenos Aires, Ariel Historia, 1997, Biblioteca de Pensamiento Argentino Tomo I, p. 518-526. 10Gorriti escribe sobre Destutt de Tracy: “Aunque lo he leído con toda atención de que soy capaz, no he podido comprender qué es lo que se ha propuesto enseñar, si no es que bajo este título haya querido dogmatizar el materialismo. Ideología tanto quiere decir ciencias de las ideas; pero qué es esa ciencia de las ideas? ¿Qué quiere enseñar M. De Tracy? ¿A formar las ideas o, lo que es lo mismo, el conocimiento de las cosas? Trabajo inútil; en el sistema de M. De Tracy, nuestra facultad cognoscitiva es meramente pasiva, efecto de las impresiones externas que recibimos por los sentidos; los conocimientos se adquirirán según los objetos vayan afectando nuestros sentidos. A nadie le ha ocurrido enseñar a los niños el orden con que han de ver los objetos que se las presentan: porque los verán según los mismos objetos vayan afectando su sentido. ¿Pretende enseñar acaso cómo se han de coordinar las ideas recibidas? Pero esa coordinación no es obra de la mera impresión, sino de la comparación, y M. De Tracy debiera enseñar de dónde saca nuestra potencia cognoscitiva esta facultad de comparar, porque la comparación produce una idea distinta de las recibidas por los sentidos y del efecto de la aproximación de dos o más percepciones, lo que supone en el hombre una facultad activa para crearse ideas, con lo que el sistema de Tracy cae por Tierra”. Juan Ignacio Gorriti, op. cit., pp. 193-194.

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cruzaba de acuerdo con el gobierno el estudio de las ciencias exactas por temor, se decía, de que los jóvenes se hagan materialistas [...] sí [este] podía referir el catálogo de los concilios generales, enumerar las herejías, conciliar algunas aparentes contradicciones de los libros sagrados, se le consideraba como un pozo de ciencia: era un hombre eminente11.

Gorriti asiste en la universidad cordobesa a la reforma educativa que impulsan los franciscanos, luego del período jesuítico, marcada por una orientación más liberal en consonancia con la propuesta de la monarquía borbónica de favorecer la renovación de los estudios12. Al tener en cuenta la incidencia de esta “renovación educativa” en los revolucionarios, Ricardo Rojas afirmará: De las dos altas escuelas coloniales que dan su timbre mental a nuestra Revolución, surgen Moreno y Monteagudo como representantes de Chuquisaca en sus escritos; Funes y Gorriti como representantes de Córdoba en los suyos; pero si dentro de la común tendencia enciclopedista, Monteagudo excede a Moreno en frenesí demagógico, así dentro de la común procedencia teológica, Gorriti excede a Funes en capacidad liberal13.

La formación de Juan Ignacio Gorriti lo presenta como ejemplo de los principios de lo que se ha denominado Ilustración católica, fenómeno que define tanto la penetración gradual de la Ilustración en el contexto español e iberoamericano como la constitución de un pensamiento americano que no nace en ruptura con el enciclopedismo ibérico sino en íntima relación con aquél14. Esta filiación “iluminada” explica el hecho de que Gorriti se presente tanto como un

11Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p.180. Carlos Chiaramonte señala entre los ejemplos de renovación de la enseñanza universitaria en Córdoba el curso de física dictado en 1784 por Fray José Elías del Carmen, la introducción del pensamiento de Descartes y Newton sin abandonar la enseñanza de la escolástica, la lectura de la obra del Padre Feijoó en relación con las tendencias ilustradas, jansenistas y regalistas fomentadas por la política de la monarquía borbónica. José Carlos Chiaramonte, op.cit., p. 63-69 13Ricardo Rojas, Historia de la Literatura Argentina, Bs.As, Editorial Kraft, 1960. Vol. V, "Los proscriptos", p.14. 14Chiaramonte afirma con respecto a este concepto: “Un ejemplo de esto es el uso de un contradictorio concepto, el de Ilustración católica, para designar a gran parte de ese paradójico movimiento intelectual que se abre entusiastamente a la seducción del “espíritu del siglo” pero, al mismo tiempo, salvaguarda y reafirma su adhesión a los dogmas de la Iglesia o su fidelidad a la doctrina del origen divino del poder real”. José Carlos Chiaramonte, Pensamiento de la Ilustración. Economía y sociedad iberoamericanas en el siglo XVIII, Caracas, Biblioteca de Ayacucho, 1979, Tomo 51. p. XVIII. 12José

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representante de la “moderada” Ilustración iberoamericana en la medida que respeta el dogma, como un hombre que participa en la Revolución por la independencia, en tanto sus ideas políticas y sociales sobre la democracia y la educación convergen con los fines de “regeneración” americana propios de los hombres de mayo. De esta forma, su discurso puede ser leído como un avance progresista de la educación revolucionaria y como un manifiesto democrático y nacionalista de la iglesia argentina15. ¿Un discurso fundador? Quehaceres sobre un texto La lectura que proponemos de las Reflexiones, en tanto discurso que representa la emergencia de los procesos políticos constitutivos de las nuevas naciones, implica, en nuestro caso, el relevamiento y el análisis de las ideas sobre el lenguaje y, específicamente, sobre la enseñanza de la lengua castellana, que constituyen tanto la finalidad de su praxis política-educativa como un objeto discursivo privilegiado. En este sentido, comprobamos que las Reflexiones formulan el establecimiento de una norma o ley, con respecto a la lengua y a la educación, para los integrantes de la comunidad americana que les sirva como garantía y como modelo para el cumplimiento de determinados derechos. En un contexto histórico de gestación y emergencia política, este ensayo se expone como un ejemplo del discurso definido como constituyente o fundador en la medida que pretende delimitar un saber, expresar y regular un estatuto específico para la lengua y la educación. Entendemos el discurso constituyente o fundador, en términos de Dominique Maingueneau y Frédéric Cossuta, como aquel tipo de discurso cuya

15Escribe

Rojas con respecto a la formación de Gorriti: “Y es que siendo Gorriti un hombre del viejo régimen por sus principios filosóficos, es un hombre de la Revolución democrática por su moral, así en sus ideales, que las Reflexiones sistematizan, como en su conducta [...] Hombres del viejo régimen colonial por sus principios filosóficos, fueron también el cura Castro Barros y el Deán Funes, pero Castro se muestra en sus escritos franco reaccionario, y Funes aparece como un revolucionario vacilante. En cambio Gorriti no sólo apoya la Revolución democrática, sino que la crea a partir del año 10, y después de consumada, busca la causa de sus extravíos y tienta por la educación sus remedios. Ricardo Rojas, op. cit., p.16.

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pretensión es estatuir, para la producción simbólica de una sociedad, un nuevo orden y un nuevo saber, en este caso específico, político y lingüístico16. Este discurso pone en acción la conformación de lo que Maingueneau denomina archeion concebido, en un sentido etimológico, como el lugar de los saberes, de las fuentes, de la autoridad. Relacionado estrechamente con el trabajo de fundación en y por el discurso, un discurso constituyente debe apelar al archeion que se presenta como un espacio identificado a un cuerpo de enunciados consagrados y que se configura como la elaboración de una memoria social. Desde esta perspectiva dos son los mecanismos que hacen de las Reflexiones un discurso constituyente. En primer término, exponen la constitución de un discurso conformado como un cuerpo de enunciados, devenidos lugares comunes en una específica tradición discursiva, que representan el saber revolucionario. Este discurso procura instituirse como el espacio que engloba los enunciados fundadores de un saber que circulan y emergen en determinadas condiciones socio-históricas y, por esa razón, en tanto discursividad compartida de la memoria revolucionaria, las Reflexiones expanden un archeion determinado y con ello su performatividad política. El archeion en este discurso presenta su inscripción en el pensamiento ilustrado puesto que el saber que expresa y reformula -los enunciados canónicos de los discursos revolucionarios de la época- lo entrelaza con la doctrina de la Ilustración con la que su autor muestra su clara filiación. El segundo mecanismo exhibe un discurso que se presenta como un “lugar común” que da sentido, reglamenta y disciplina el comportamiento de una sociedad. La constitución que plantea es el establecimiento de una norma que regule los componentes y comportamientos sociales. De los órdenes y regímenes de la norma social para la comunidad americana, las Reflexiones exponen como objeto prominente la lengua.

16Maingueneau,

Dominique y Frédéric Cossutta, “L´anályse des discours constituants”. Langages Nº 117, Les Analyses de discours en France, París, Larousse, Marzo 1995.

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Surgen entonces varias líneas sobre un plano que vertebran el recorrido del presente trabajo. Una línea diseña el análisis sobre los discursos fundadores de una determinada época histórica. De esta forma, volver a la Revolución de Mayo implica una mirada que se detiene en un tiempo en que emergen tanto los procesos políticos como discursivos constitutivos de las nuevas naciones. En esa constitución discursiva y política, las ideas lingüísticas contribuyen de manera dinámica a la conformación teórica de “los nuevos estados americanos” en las palabras de Gorriti. Una segunda línea conduce al análisis de las estrategias específicas de estos discursos, una de las cuales se centra en el tópico de la lengua y en el mecanismo del archeion donde el pensamiento de la Ilustración está fuertemente inscripto. Entre una línea y otra, y atravesando ambas, emergen las Reflexiones, objeto de una praxis política, objeto de discurso de un líder revolucionario, objeto que hace de la lengua el espacio privilegiado de

reflexión

en

la

paradoja

política

de

una

escritura

proscripta,

desterritorializada.

La organización iluminada de las Reflexiones Las Reflexiones tienen un doble propósito. En primer lugar, el análisis del fracaso de la organización política de los Estados americanos a partir de las condiciones socio-políticas que se extienden desde 1810 a 1835, entre las cuales, la más concreta es la carencia de una educación para el pueblo. En segundo lugar, la solución que Gorriti centra en la difusión de la educación para todos los sectores sociales. De allí que este texto pueda ser leído como afirma Rojas como “el primer tratado de educación popular”17: Formados los españoles americanos con una instrucción tan mezquina -escribe Gorriti- y una educación tan depravada, no debe extrañarse que en sus asambleas legislativas se hayan cometido errores y fuera de ellas hayan descollado tantos demagogos que hayan echado por tierra el bien que se principiaba a hacer, devorados de una ambición brutal y de vicios innobles; lo que debe admirar es que no hayan sido incomparablemente 17Ricardo

Rojas, op.cit, p. 71.

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mayores y más feroces estos crímenes. Mas esta no debe ser una reflexión estéril, ella debe conducirnos a estudiar los medios de evitar estos males que tienen su raíz en la ignorancia e inmoralidad, plagas terribles que las autoridades de las nuevas Repúblicas de Sud América deben poner el mayor celo y constancia en exterminar, para que las leyes adquieran respetabilidad y los estados consistencia y tranquilidad18.

El propósito de nuestro trabajo es analizar, dentro de la reforma democrática de la educación propuesta en este discurso, los enunciados específicos con respecto al lenguaje y que constituyen un nuevo saber lingüístico y pedagógico. Las Reflexiones se dividen en dos ejes temáticos -la organización política del sistema republicano y la educación como herramienta indispensable para la consolidación de este sistema- ordenados en tres objetos de análisis:



La situación de opresión de los pueblos americanos durante la colonia, marcada por una política tiránica y de corrupción y contrapuesta a la constitución de una política republicana.



Los principios de esa política republicana que se centra en la educación como único instrumento efectivo para la “destrucción de la ignorancia y de la corrupción” y la “consolidación de las instituciones”.



La organización de los nuevos estados americanos articulada en la enseñanza de la lengua castellana como instrumento para el logro de la cohesión de la identidad americana.

Cada uno de estos argumentos, más allá de desarrollar una transición entre la condiciones sociales, políticas y culturales de la colonia teocrática a la América Revolucionaria, vertebran los órdenes sobre los que el discurso construye su sistema doctrinario: en primer término, la organización republicana como medio político; en segundo término la educación popular como fin de la organización 18Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 86-87. En todos los casos el destacado es nuestro.

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republicana; finalmente la lengua como eje de cohesión de una comunidad política. La educación como instrumento para solucionar los problemas americanos y la homogeneización de la sociedad a partir de la lengua muestran, más allá de la filiación iluminista, el objetivo político que se propone este discurso. Es en el paradigma ilustrado donde estos enunciados definen un objeto discursivo antagonista:



La política de los gobiernos republicanos opuesta a la política de los gobiernos opresores.



La educación al servicio de la sociedad opuesta a la ignorancia preconizada por el sistema colonial.



La lengua nacional y su enseñanza opuesta a los malos métodos de enseñanza.



La homogeneidad lingüística y educativa opuesta a la diversidad.

A partir de cada uno de estos objetos se postulan los principios constitutivos de la política educativa y lingüística enunciada:



La educación como principio fundamental de los nuevos estados democráticos



La lengua castellana como elemento de cohesión de la identidad americana.



La enunciación de una incipiente política lingüística que marca una posición determinada con respecto a las lenguas clásicas, las lenguas indígenas y las lenguas extranjeras.

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La educación popular como constitución de una política republicana

La edición chilena de 1836 de las Reflexiones es introducida por una nota del editor en la que se lee: El objeto que se propone el autor de este opúsculo es el más importante que puede someterse a examen de todos aquellos que apetecen con ardor una paz durable, y garantías eficaces a las instituciones libres sancionadas y reconocidas por las sociedades americanas. Indagando las verdaderas causas de esa agitación casi perenne, que en muchas de ellas ha venido a formar su manera de existir, imprimiendo un carácter tan monstruoso a su constitución social como contradictorio con el espíritu de aquellas mismas instituciones, designa los remedios radicales que deben adoptarse para preparar un cambio favorable de su presente situación19.

En este prefacio se enuncia la dimensión pedagógica sobre la que se construyen las Reflexiones. En primer lugar, la indagación de “los males” que condujeron al fracaso de la organización nacional de los estados americanos en cuanto a su orden social e institucional; en segundo término “el remedio” que se propone para estos “males” centrados en la educación. “Para morigerar un pueblo y hacerlo virtuoso” -sentencia Gorriti- “es grande auxilio la instrucción”20. La política de “los gobiernos republicanos” opuesta a la política de “los gobiernos opresores”, definida por “el fomento de la ignorancia y de los vicios, la indiferencia por la patria y el egoísmo de los ciudadanos” es el primer objeto discursivo que se expone: La política de todos los gobiernos opresores es mantener a los pueblos en una ignorancia estúpida y fomentar los vicios que más favorecen a su sistema tiránico, la aversión a los negocios públicos, la indiferencia por la suerte de la patria, la incoherencia de los súbditos entre sí y otros semejantes21.

Gorriti se dirige, entonces, a sus interlocutores para explicarles su situación social y darles una solución: “a los gobiernos americanos republicanos interesa ilustrar siempre a todos los ciudadanos y formarlos en todas las virtudes 19Juan

Ignacio Gorritti, op. cit., p. 285. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 246. 21Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 89. 20Juan

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sociales”22.

De esta forma los gobiernos americanos, en tanto que “son

concientes que un Estado necesita ciudadanos virtuosos e ilustrados”, “avanzan” en dos direcciones puesto que fomentan la educación, es decir, “instruyen a los pueblos en el respeto de los deberes y en el ejercicio de sus derechos”, y “extirpan la ignorancia y los vicios”. En efecto, la educación se presenta entonces como tarea privilegiada del Estado que incluye al “pueblo entero”: Un Estado cuyos ciudadanos se hallasen poseídos y bien penetrados de ellas [las virtudes], sería indudablemente feliz [...] No se me diga que me entretengo en formar bellas utopías o una república como la de Platón, imposible de realizarse. Yo siento las dificultades que ofrece la empresa de educar un pueblo entero, de modo que las máximas de sabiduría que he propuesto se generalicen hasta penetrar las ínfimas clases de ciudadanos23.

Por otra parte, el análisis que realiza Gorriti de las causas que conducen a las “convulsiones sociales” que afectan, en el momento de la emancipación, a los gobiernos de “las nacientes repúblicas” se sintetiza en la ignorancia: En los gobiernos republicanos hay tres causas a que atribuir las convulsiones y sacudimientos intestinos; 1º a las leyes contrarias al bien de la comunidad; 2º a seducciones que padece el pueblo a quien se le hace obrar en un sentido opuesto a sus intereses; 3º a la indocilidad del pueblo que no sufre pacientemente el yugo de las leyes que reprimen sus vicios; pues todas estas causas son efectos de la ignorancia y desarreglo de las costumbres24

Postula, en consecuencia, la necesidad de extender una educación pública uniforme, homogénea para todos los sectores sociales: “No puede ser una cuestión la utilidad que resultará a un Estado de uniformar la educación pública”25. Esta extensión y esta homogeneidad se construyen discursivamente a partir de dos estrategias. Por un lado, el rechazo a la ignorancia, concepto en el que se focaliza tanto el ataque al sistema colonial como la explicación del fracaso de la organización constitucional de la sociedad americana. Por otro, en la afirmación de una educación pública y popular. Con respeto a la ignorancia, 22Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 89-90. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 96. 24Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 90. 25Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 120. 23Juan

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se señala a la educación como la solución de los conflictos que de ella se derivan: “Así la ignorancia abre la puerta a la corrupción: ésta a la vez destierra a las ciencias, las artes, la industria; obstruye los canales de la Ilustración, perpetúa la ignorancia”26. La educación opuesta a la ignorancia es el concepto en torno al cual se desarrolla el objetivo último de una política republicana en una

red

semántica

de

identificación:

“Estado”,

“educación

pública”,

“funcionamiento democrático y constitucional”. Destruyéndose, pues, estos dos agentes poderosos del desorden (ignorancia y corrupción) de las sociedades políticas, éstas consolidarán sus instituciones y harán felices a los pueblos [...] porque los pueblos que fueron colonias españolas tienen que ser corregidos de los vicios que engendró una administración viciosa27. Es preciso confesar que en esta parte la conducta de los españoles, criminal en sí misma, era no obstante más análoga a sus intereses que la nuestra; a ellos convenía mantener en sus colonias la ignorancia y los vicios que desatan al hombre del suelo natal, que extinguen el amor a la patria, que enervan el espíritu y envilecen las personas. Era éste el medio de prolongar su dominación en las colonias. Nada era más descuidado que la escuelas de primeras letras28.

De esta forma “ignorancia” se asocia con “corrupción”, “dominación”, “carencia

de

patriotismo”,

“envilecimiento”,

“política

opresora”.

En

contraposición, los principios ideológicos sobre los que se constituyen los nuevos estados americanos son dependientes de la educación: 1º Las leyes tienen por objeto garantir los bienes que pertenecen a cada ciudadano; 2º El Estado debe considerarse como una gran familia; sus leyes son como las ordenanzas que hace el padre común para el buen orden; 3º Cada individuo debería contar con el favor de la sociedad; 4º Si un Estado viese de este modo estrechados sus vínculos de unión entre todos los conciudadanos, su legislación habría tocado el último ápice de la perfección29.

En relación con una educación pública y popular se precisa entonces su necesidad para extender a todos los sectores sociales los principios ideológicos que sirven para “encaminar a la nación” y constituir un Estado. Se debe, afirma

26Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 93. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 93. 28Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 105. 29Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p.95. 27Juan

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Gorriti, “generalizar la instrucción en las masas”30 y esta tarea de formación sólo es posible por medio de “un plan de educación apoyado en las leyes y metódicamente sostenido por las autoridades”. En consecuencia comprobamos que la finalidad de Gorriti es educar al ciudadano, orientar los nuevos hábitos políticos y organizar en América una democracia en una actitud que anticipa la Educación popular de Sarmiento, el Dogma de Echeverría y las Bases de Alberdi y que reformula la concepción ilustrada de la educación para el civismo: Un pueblo ignorante de sus derechos y deberes no puede conocer la importancia de hacer buena elección de diputados; de consiguiente, este empleo, o por decir mejor, esta dignidad política, será presa de cualesquiera astuto que haya sabido ganar el aura popular, aunque esté destituido de talentos, de ciencia y de probidad [...] Cualquier demagogo aspirante a la tiranía engaña con facilidad a un pueblo ignorante para tiranizarlo a fuerza de declamaciones vagas31.

Una política lingüística americana En la parte de las Reflexiones destinada a la enseñanza de las lenguas, el texto comienza con una afirmación fundante: “El castellano ocupa el primer lugar porque es el idioma nacional”32. El enunciado “idioma nacional” despliega la relación lengua/ nación/ independencia, interrelacionando los principios ideológicos de la emancipación americana. Lengua y nación son entonces elementos constitutivos de los nuevos estados democráticos: “Esta lengua es la que debe considerarse la natal de la América meridional”33. No obstante la “centralidad” que Gorriti otorga al castellano, presta una especial atención a la situación de multilingüismo, compleja en ese momento de emergencia histórica, tanto ante a la necesidad de homogeneizar social y culturalmente a la sociedad como frente a la urgencia de expandir, a escala continental, los ideales de educación popular. Expone de este modo el hecho de que la enseñanza en los nuevos estados debe desarrollarse en una lengua común para todos los pueblos 30Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 100. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 91. 32Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p.164. 33Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 126. 31Juan

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americanos. A su vez, la importancia de conocer el idioma nacional está relacionada desde el principio con la enseñanza de la gramática ya que la educación en los idiomas afirma Gorriti: “Debe ceñirse a la gramática del idioma nativo. Más ¿cuál es el idioma nativo que puede reputarse tal en los nuevos Estados americanos?. Sin trepidar me parece que debe resolverse el problema a favor del castellano”34. El calificactivo “natal” otorgado a lengua expande las significaciones de originario, propio y con ello, la de ser señal de pertenencia entre la nación y la lengua común a la tradición revolucionaria. En este sentido, la concepción política sobre el idioma nacional se vertebra en dos aspectos. Por un lado, la calificación del castellano desde un punto de vista jurídico y cultural. Por otro, la utilidad política de esta lengua para el orden social por sobre las lenguas indígenas. El castellano es por lo tanto el instrumento de cohesión de los pueblos americanos en la medida en que posibilita la alfabetización, la implementación de una educación pública homogénea y la formación de ciudadanos. De esta forma, el castellano se define en primer término por la extensión social de su uso como “el idioma de las leyes, de los tribunales, de los magistrados, de todos los funcionarios públicos” en América, “en el que se discuten y se definen todas las cuestiones, ya sean fiscales, ya entre particulares”, en el “que se extienden todas las escrituras y documentos fehacientes, certificados, de suerte que podemos llamarlo el idioma legal y el que se habla en todas las ciudades, villas y lugares por todos los europeos, por todos los americanos de raza europea o africana y por todos los indígenas que han dado algún paso hacia la civilización”35. El castellano, además, no sólo cohesiona las clases sociales y las etnias sino que es valorado por las estrategias de ampliación de sus funciones en la sociedad. La lengua es apreciada entonces sobre la base de su importancia jurídica, la extensión social de uso, su rango de lengua con escritura y de lengua de civilización, su calidad de instrumento de comunicación social y por la cohesión 34Juan 35Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 124. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 125.

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que brinda a todos los ciudadanos de los nuevos Estados. En este sentido, sigue la concepción que une estado/ nación/ lengua desarrollada a partir de la Revolución francesa. Paralelamente a esta apreciación del uso, en segunda instancia se valora a la lengua desde una perspectiva fundamentalmente política. De este modo Gorriti afirma “en el estado actual de las cosas, el uso de idiomas indígenas, en vez de ofrecer algún objeto de utilidad pública, propone grandes inconvenientes en el orden político, civil y religioso”36. Teniendo en cuenta los principios de su doctrina política -educar al pueblo implica en primer término alfabetizar, luego formarlo en ciencias y artes, en sus derechos y en sus deberes, para que se conforme una auténtica organización republicana- Gorriti parte de la necesidad de alfabetizar en castellano. Sin embargo, a pesar de esta posición, las Reflexiones desarrollan una evaluación sobre las lenguas indígenas, sus territorios, las gramáticas publicadas del quechua, guaraní, nahualt, araucano, y la función que se les asigna. Desde esta perspectiva se puede afirmar que las Reflexiones constituyen uno de los primeros documentos donde se exponen datos sobre la situación concreta del multilingüismo americano a principios del siglo XIX. La conservación de estas lenguas más bien es ya un objeto de curiosidad que de utilidad pública37. No podrá tacharse de exagerada la exposición de estado en que se hallan las lenguas indígenas respecto a la castellana; ella nos permite inferir dos cosas: 1º. que el castellano es, de todos los idiomas que se hablan en la América española, el más extenso y generalizado; 2º que todos los idiomas indígenas retroceden y pierden terreno delante de la civilización y el español marcha con ella38.

Una vez establecida la importancia de la lengua nacional y la función asignada a las lenguas indígenas, se refiere la importancia de enseñar gramática castellana puesto que Gorriti la concibe como una estrategia privilegiada para la adquisición de la lengua -de todas las lenguas posibles- en la enseñanza. De allí

36Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 125. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 124. 38Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 126. 37Juan

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que su función sea analizada con una mirada integradora. En este sentido, la enseñanza de la gramática se justifica por la extensión del uso del castellano “pues si la lengua española marcha naturalmente a establecerse en toda América meridional, si es la que hablan todas las gentes cultas, es la gramática castellana la que debe enseñarse a todos los jóvenes en la escuela”-, por su utilidad en cuanto a la necesidad de conocer el idioma propio -“no puede desconocerse la utilidad del estudio de la gramática del idioma nacional, porque sin poseerla no es fácil conocer su genio para no viciar su construcción”39-, por el fin político que implica su conocimiento -“se necesitan buenos oradores que en la tribuna de los cuerpos legislativos discutan científicamente para lo que necesitan [...] la posesión del idioma en que se perora y exactitud lógica”-40. Al basarse en estas razones Gorriti recomienda a los maestros “el prolijo cuidado en la enseñanza de la gramática castellana ya que sin su conocimiento sus discípulos no podrán desempeñarse honorablemente en los destinos a que pueden ser llamados en el servicio de la patria”41. Finalmente se asocia el conocimiento de la gramática del idioma propio con las destrezas que brinda para el aprendizaje de lenguas extranjeras: El conocimiento de las leyes que reglan su idioma natal, les da vencidas más de la mitad de las dificultades para aprender todos los idiomas cuya adquisición es un verdadero tesoro de sabiduría y un recurso inapreciable en la vida social42.

A partir de estos argumentos a favor de la gramática, se propone la reforma educativa organizada en dos ejes. Primero, se plantea la necesidad de la enseñanza de las lenguas extranjeras modernas; segundo, se expone la necesidad de la reforma de los métodos didácticos empleados en la enseñanza de lenguas, fundamentalmente del latín. Con respecto a la las lenguas extranjeras se postula que, una vez enseñando y perfeccionado el uso del idioma propio, se incluya en la educación la enseñanza 39Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 126. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 127. 41Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p.127. 42Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 127. 40Juan

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de francés, italiano e inglés. No se incluye el portugués porque “para saberse éste y entenderse bien, basta saber el castellano y poner alguna atención a la etimología de las voces”43. El estudio de las lenguas extranjeras es definido como lo

“más

urgente

de

nuestras

necesidades”44.

Estas

necesidades

son

contextualizadas en una crítica a la formación colonial de los pueblos americanos, “carentes de libros, de traducciones, de adelantos científicos” y sometidos a “la Inquisición que hizo extensiva la ignorancia a toda América”. En función de esto se afirma que en estas lenguas, “los idiomas sabios de Europa, se han hecho adelantamientos inmensos en física experimental, en matemáticas, en política, en economía”45 y que, si antes de la emancipación de América era “disculpable” la falta de instrucción en ciencias, ahora, [e]stá en los intereses de las Repúblicas, de los ciudadanos instruirse en todos los ramos conocidos de la literatura y para conseguirlo creo necesario el estudio y el conocimiento de los diferentes idiomas cultos de Europa porque en ellos se encuentran las obras más selectas sobre todas estas materias científicas46.

La enseñanza de idiomas tiene no sólo relación con la extensión del conocimiento sino también con la finalidad de concretar los vínculos que entre sí y con el resto de los pueblos deben tener los Estados americanos como ejemplo de la perfección de la moral pública. La integración regional se relaciona con la posibilidad de dar a conocer y extender a todas las naciones americanas los cambios políticos y culturales que se producen. En relación con los métodos didácticos, en el contexto de la reforma educativa propuesta, las Reflexiones exponen el ejemplo de la enseñanza del latín, lengua a la que se valora por “la formación sólida que brinda y porque en este idioma se encuentran atesoradas todas las riquezas de la sabiduría de los antiguos”47. De este modo, se critican

“los preceptos y normativas” de la

43Juan

Ignacio Gorriti, op.cit., p. 165. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 179. 45Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 179. 46Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 181 y p. 186. 47Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 172. 44Juan

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pedagogía utilizados durante el Antiguo Régimen que son calificados como un “método perverso que tenía como recurso al rigor” y del cual “no es necesario repetir los perniciosos efectos que este uso bárbaro causa en la moral de los jóvenes”48: El [método] que generalmente se ha seguido en nuestras aulas de latinidad ha sido perverso. Se ponía a los jóvenes en las manos el arte de Antonio Nebrija sin ninguna disposición previa, se cargaba la memoria del estudiante de una multitud de reglas y otra multitud quizá mayor de excepciones de ellas, expuestas no sólo en un idioma que no entendían, sino con muchas voces sincopadas [...] tenían recurso al rigor; palmetas y azotes eran el remedio; el que era más inflexible e inexorable en los castigos pasaba por el mejor maestro; la letra con sangre entra era un axioma favorito de estos mentecatos presumidos49.

Dentro de las “ideas” sobre el lenguaje, las Reflexiones analizan la lectura como una práctica social que se debe implementar en “las escuelas de primeras letras” y la escritura para la que se aconseja una determinada ortografía -“la forma española de la letra frente a la forma de la letra extranjera”50-: Entre las formas de letra italiana, francesa, inglesa y española, esta última merece la preferencia por su claridad y gallardía [...] La lengua española pronuncia clara y distintamente cada letra de su alfabeto [...] Pues los que hablan en este idioma han adoptado la forma de escritura que presente cada letra tan acabada como su pronunciación. No sucede lo mismo con las lenguas extranjeras; en ellas las letras no siempre tienen un mismo sonido51.

Gorriti recomienda la implementación de la lectura por medio de un método uniforme, asigna al Estado la obligación de dotar de libros a los sectores populares, y valora a través de diferentes representaciones la lengua española para favorecer la alfabetización en castellano: La lectura es el ramo de instrucción en que basta encargar al maestro, que a sus discípulos no les permita contraer ninguna habitud viciosa. Es a las altas autoridades de la República 48Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 173. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 173. 50Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 122. 51Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 122. 49Juan

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dictar leyes o reglamentos que lo metodicen. En primer lugar la enseñanza me parece que debiera ser uniforme en todo el Estado: a cuyo efecto todas las escuelas deberían ser dotadas de un número proporcionado de obras, con las que se proveería en la escuela a los sectores más pobres, cuyos padres no pudieran costearlas y se debía obligar a los que pueden comprarlas que las costeen52.

Su discurso también se detiene en la problemática de la traducción. Plantea tanto la necesidad de traducir nuevas obras que contribuyan a la difusión del conocimiento científico y literario -para los eclesiásticos recomienda la lectura de Gregoire, Pradt, Bossuet- y cuestiona la calidad de las traducciones españolas: Son poquísimas las traducciones correctas: los originales han quedado viciados, unas veces por ignorancia de los traductores, otras porque frecuentemente el orgullo español no puede sujetarse a dar una traducción neta: quitan y ponen a discreción sin que ni ellos adviertan al lector los puntos en que han hecho tales variaciones, contentándose con advertir en el epígrafe de la obra, que está traducida, corregida y aumentada; con este artificio los escritores sin reputación alguna en la república literaria, hacen circular sus opiniones absurdas o extravagantes bajo el nombre de los autores traducidos, lo que es una verdadera traición53.

Desde su “reflexión” sobre el castellano hasta el rol atribuido a las traducciones,

comprobamos

que,

en

una

inscripción

“ilustrada”

y

“revolucionaria”, el análisis de las lenguas que realiza Gorriti está fundado en una consideración sobre los destinos identitarios y constitucionales de los pueblos americanos. En efecto, la lengua es uno de los objetos privilegiados de este discurso que se muestra “iluminado” en la medida que identifica la lengua nacional con el paradigma de la educación y el progreso. Así constatamos que, si en las Reflexiones se desarrolla la necesidad de organizar en América la democracia y abolir las tradiciones políticas de la colonia, para poder instituir este sistema político, la lengua nacional en primer lugar y las lenguas eextranjeras en segundo lugar, constituyen un principio ordenador no sólo del pensamiento sobre el

52Juan 53Juan

Ignacio Gorriti, op. cit., p. 117. Ignacio Gorriti, op. cit., p. 189.

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lenguaje sino también de la educación de nuevos hábitos sociales propicios al funcionamiento de las democracias americanas. Lengua,

República, educación, Estado, son entonces los conceptos

constitutivos de la identidad comunitaria y política de las nuevas naciones americanas. En tanto ilustrado, Gorriti funda su concepto de nación en términos contractualistas. Junto con ello, el universalismo, tópico privilegiado de la Ilustración, se proyecta en su concepción política basada en una ideología americanista donde la lengua, eje fundante de sus Reflexiones lo materializa. Desde esta perspectiva su discurso pertenece al mismo campo de memoria social del pensamiento iluminado de la emancipación. Diez años antes de publicación de las Reflexiones, Bolívar convoca al Congreso de Panamá con la finalidad de concretar una federación Americana, Bernardo Monteagudo escribe su Ensayo general sobre la necesidad de una federación general de estados hispanoamericanos y José Cecilio Valle, el ilustrado guatemalteco, propone la americanización y la nacionalización del idioma: “La lengua castellana -afirma- hablada por las naciones independientes de Castilla, se irá mudando insensiblemente”54. Como ellos, Gorriti piensa en América tal como es formulada por Francisco de Miranda en 1801 e identifica nuestra patria con una América que, como la de Valle, se extienda desde el Cabo de Hornos hasta México. A esto deben sumarse los postulados explícitamente iluministas de su plan de Educación y con ello su filiación. La crítica al fanatismo y a la enseñanza colonial, la certeza en la educación como instrumento de dignificación social y política, el fomento de la tolerancia cívica y religiosa, el universalismo. Entre estos postulados la lengua nacional y la educación son los principios que vinculan tanto las relaciones de fuerza propias del ideario de la emancipación -alfabetizar, extender cultura, enseñar derechos, constituir un "pueblo virtuoso"- como las relaciones de sentido que se encuentran en su discurso: renovar, reformar, organizar repúblicas, educar.

54Soler,

Ricaurte, Idea y cuestión nacional latinoamericanas. De la Independencia a la emergencia del imperialismo, México, Siglo XXI, 1986, p. 50.

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De este modo se expande un ideario que une Estado americano, lengua, nación y educación en un intento de integrar y definir una nueva identidad colectiva. Este proyecto, que parte del análisis de la situación de opresión de los pueblos americanos, preconiza la instauración de una política republicana donde la educación opera como instrumento para la consolidación de las instituciones y la lengua nacional como un elemento de cohesión de dicha identidad colectiva: Por esta razón -escribe Gorriti- cuanto sea más respetada la moral pública, más general la instrucción de los ciudadanos, enseñadas con más exactitud las ciencias y las artes, tanto más segura estará la República de encontrar en su propio seno hombres que den ejemplos de amor a la patria sirviéndola con inteligencia y exactitud55.

El objeto analizado en las Reflexiones, la relación y la transferencia que vincula las ideas sobre la educación formuladas y difundidas por la Ilustración católica o moderada y las ideas revolucionarias sobre la lengua y la democracia, permite leer este discurso como un acontecimiento que instaura, por su dinámica propia, una configuración discursiva, política y social de ningún modo reducible a las condiciones que lo hicieron posible. Tal vez por ello Rojas constató que este teólogo, que no firmaba como presbítero sino como "Doctor Gorriti", al que definió como el tercer intelectual de la Revolución de mayo junto con Moreno y Monteagudo y con cuyos escritos inicia el volumen Los Proscriptos de la Historia de la Literatura Argentina, ha legado, en la contradicción ideológica que implica ser un hombre de la Revolución y un hombre de formación colonial y católica, éste, el “primer tratado de Educación Hispanoamericana” desde la soledad de su claustro cochabambino: Habiendo llenado con esto el plan que me propuse, cierro este escrito dirigiendo mis votos al cielo por la tranquilidad y prosperidad de todos los nuevos Estados Americanos; y que las generaciones futuras, más afortunadas que la presente, libres de enemigos externos y del azote de la guerra civil, al abrigo de instituciones justas y liberales, logren

55Juan

Ignacio Gorriti, o p. cit., p. 276.

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en paz y tranquilidad la libertad que con nuestros sacrificios les hemos conquistado, tomando lecciones de nuestros desaciertos para preservarse de ellos”56.

Bibliografía Chartier, Roger (1995), Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII. Los orígenes culturales de la Revolución francesa, Barcelona, Gedisa. Chiaramonte, José Carlos (1979), Pensamiento de la Ilustración. Economía y sociedad iberoamericanas en el siglo XVIII, Caracas, Biblioteca de Ayacucho. Chiaramonte, José Carlos (1989), La Ilustración en el Río de la Plata. Cultura eclesiástica y cultura laica durante el virreinato, Buenos Aires, Puntosur Editores. Chiaramonte, José Carlos (1997), Ciudades, provincias, estados: orígenes de la nación argentina (1800-1846), Buenos Aires, Ariel Historia. Gorriti, Juan Ignacio (1916), Reflexiones sobre las causas morales de las convulsiones interiores de los nuevos Estados Americanos y examen de los medios eficaces para reprimirlas precedidas de un compendio de la vida pública del autor, Buenos Aires, Librería La Facultad, Biblioteca Argentina. Maingueneau, Dominique y Frédéric Cossutta (1995), “L´anályse des discours constituants”. Langages Nº 117, Les Analyses de discours en France, París, Larousse. Rojas, Ricardo (1960), Historia de la Literatura Argentina, Buenos Aires, Editorial Kraft. Soler, Ricaurte (1986), Idea y cuestión nacional latinoamericanas. De la Independencia a la emergencia del imperialismo, México, Siglo XXI.

Juan Ignacio Gorriti, op. cit., p. 279.

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