Flujos Financieros

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Flujos financieros en América Latina, nuevos retos para viejos problemas Rodolfo Aguirre Reveles Introducción Una de las líneas más importantes de discusión académica y de política pública en América Latina es la relacionada a las fuentes y modalidades del financiamiento al desarrollo. Si bien la mayoría de diagnósticos coincidían en que el insuficiente ahorro interno constituía una limitante frente a la magnitud de los retos que enfrentaban los países de la región (industrialización, infraestructura y necesidades básicas de la población), la crisis de la deuda fue el parteaguas para la reorientación –inducida por las Instituciones Financieras Internacionales- de la política económica y de las formas de financiamiento de los países. En las últimas décadas se produjeron importantes cambios en los flujos financieros hacia los países en vías de desarrollo, tanto en términos cuantitativos --debido al gran crecimiento mundial del volumen de capitales y sus instrumentos financieros, principalmente especulativos--, como cualitativos, -derivados de los cambios en la composición del comercio internacional y de las decisiones de relocalización de procesos de las grandes empresas transnacionales--. Sin embargo, los supuestos beneficios conferidos por los promotores del ajuste en términos de un cambio sustancial y positivo de los patrones de los flujos financieros, fueron sobrepasados por los efectos devastadores de las devaluaciones, la caída del gasto social y para financiar infraestructura productiva. Asimismo, los países se mostraron vulnerables a problemas de balanza de pagos precisamente por su mayor apertura: si los ochenta fue la década pérdida, de reestructuración de la deuda externa y de los drásticos programas de ajuste estructural, los noventa atestiguaron las crisis financieras de los países con una creciente exposición a los grandes corrientes financiera, como lo evidenciaron las crisis: México (1994), Sudeste Asiático (1997), Rusia, (1998), Brasil (1999) y Argentina (2001). Las crisis consecutivas evidenciaron los efectos negativos de la desregulación financiera y la vulnerabilidad de las llamadas economías emergentes ante la necesidad de refinanciarse en los mercados internacionales de capital. No obstante, las instituciones financieras continuaron postulando que, a través de las reformas llevadas a cabo, América Latina paulatinamente superaría los periodos de inestabilidad financiera, para retomar el camino del crecimiento sobre bases pretendidamente más sanas. Sin embargo, en el 2008 este optimismo recibiría un nuevo golpe: la crisis financiera desatada por Estados Unidos y sus efectos devastadores en la economía mundial vienen a cuestionar, esta vez con inusitada severidad, los fundamentos mismos de un modelo que durante 25 años pregonó la desregulación financiera y los mecanismos de mercado como el camino a seguir por todos los países para allegarse de recursos. Ante la magnitud de la crisis, los países latinoamericanos se muestran otra vez sumamente vulnerables a las reducciones en los flujos comerciales y financieros. En este trabajo se describen de manera general la evolución y composición de los flujos financieros hacia América Latina a partir de los ochenta, con base en los componentes

de la balanza de pagos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), tratando de explicar los cambios ocurridos en este periodo y si el acceso a estos recursos ha permitido un aumento del stock de capital para impulsar el crecimiento y enfrentar las necesidades del desarrollo. Transferencias netas de recursos De acuerdo con la Cepal, los componentes de la balanza de pagos se clasifican en cinco categorías: 1 I. La cuenta corriente, comprende las balanzas comercial (bienes y servicios), de rentas (pagos a los factores de la producción, es decir, al trabajo y al capital) y de transferencias corrientes (remesas y otras transferencias que no implican enajenación de activos) II. La cuenta de capital, involucra transferencias de capital y adquisición o enajenación de activos financieros III. La cuenta financiera, comprende inversiones directa, de cartera y otros tipos. IV. La cuenta de errores y omisiones, compensa contablemente los desbalances de las anteriores V. La cuenta de reservas y partidas conexas, incluye activos de reserva del país, créditos del FMI así como pasivos de reservas de autoridades extranjeras. A partir de estos componentes la Cepal aporta información agregada de las entradas y salidas de recursos de una economía. Uno de los indicadores más importantes es la Transferencia Neta de Recursos (TNR), que “equivale al ingreso neto de capitales (incluidos los no autónomos y los errores y omisiones), menos el saldo en la Cuenta de Rentas (utilidades e intereses netos)”2. Para mayor precisión, en un trabajo reciente sobre fuentes de financiamiento público, Oscar Ugarteche la define como “la suma de desembolsos menos amortizaciones e intereses de crédito más desembolsos de inversión extranjera directa menos utilidades y depreciación remitidas a la matriz, de origen público y privado”.3 Un saldo negativo indica que salieron de un país más recursos de los que ingresaron en forma de créditos e inversión. No obstante, como lo muestra la Balanza de Pagos, los países tienen otras fuentes de ingresos, por ejemplo, los derivados de la venta de sus bienes y servicios o las transferencias de dinero que hacen al país de origen los ciudadanos residentes en otro país. En determinadas circunstancias, para algunos países éstas últimas categorías de ingresos pueden ser tan relevantes como las TNR. Considerando el periodo 1980-2006, la transferencia neta de recursos de América Latina fue negativa durante los ochenta, ya que con la crisis de la deuda los capitales se restringen y el pago de su servicio constituye una pesada carga para las finanzas de los países. 1

Comisión Económica para América Latina, América Latina y el Caribe: Balanza de pagos 1980-2005, , (20 de diciembre de 2008), p. 8 2 Comisión Económica para América Latina, Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2000. Apéndice Estadístico, , (22 de diciembre de 2008), p. 103 3 Oscar Ugarteche, “Fuentes de financiamiento públicos e indicadores internacionales: la evidencia internacional”, Economíaunam, Vol. 5, núm. 13, enero-abril 2008, , (22 de diciembre de 2008), p. 128

Gráfica 1. Transferencia neta de recursos de América Latina (miles de millones de dólares) 100,0

50,0

0,0 1980

1981

1982

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1987

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2000

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2006

-50,0

- 100,0

- 150,0

tr ansr ef er enci a neta de r ecur sos

Sal do en l a bal anza de r entas

Ingr esos netos de capi tal es

Fuente: Elaboración propia con base en Comisión Económica para América Latina, Balanza de pagos, varios años.

Es notorio que a partir de 1991 la restructuración de la deuda externa permite el acceso a nuevos préstamos casi siempre ligados a las condicionalidades de reformas diseñadas por el Banco Mundial y el FMI que configuraron el llamado Consenso de Washington: liberalización financiera, apertura comercial, privatizaciones y reducción del papel del Estado. Con ello se establece un nuevo marco institucional adecuado para la atracción de capitales, bajo la forma de inversión extranjera directa (IED) y de cartera, convirtiéndose en la principal fuente de financiamiento de proyectos y de compensación de los déficit de la cuenta corriente. Los nuevos préstamos se destinarían a la implementación de las reformas estructurales y la creación de programas compensatorios para los más pobres –sin de dejar de honrar sus compromisos con el exterior-, mientras que la creación de infraestructura y la dinámica industrial, esto es, el acceso a innovaciones y la internacionalizacion, estará altamente influenciada por las decisiones de inversión de los agentes privados (nacionales y extranjeros) ligada a los cambios en los patrones de comercio mundial. En la década de los noventa se presenta una situación opuesta, con una abundante entrada de capitales que permite una transferencia positiva entre 1991 y 1998. A partir de 1999 la transferencia neta pasa a ser negativa nuevamente, debido al creciente peso de los saldos negativos de la balanza de rentas, es decir, del pago de las amortizaciones e intereses de los créditos más las utilidades y depreciaciones de las inversiones remitidas al exterior. En el periodo 1999-2006 la balanza de rentas pasa de -51.2 a -89.7 mil millones de dólares, un aumento de 75%. En otras palabras, durante este periodo se conjugan un declinante ingreso de capitales con una salida creciente de recursos. Si bien esta primera aproximación nos aporta una visión de conjunto de la región, es útil conocer qué países resultaron más beneficiados o perjudicados con esta situación. Para hacer comparaciones más o menos válidas, se hace un somero análisis por grupos de

países con economías de tamaño relativamente similar, con base en datos desagregados disponibles desde 1991. La evolución de la TNR de América Latina se explica en buena medida por el comportamiento de las principales economías de la región, tal como señala Ugarteche, Argentina, Brasil, Chile y México representan alrededor del 80% de tales transferencias. A pesar de ser positivas en los noventa, las TNR fluctúan por el efecto de las crisis financieras: México, 1995-1996; Argentina, a partir de 2001; y Brasil desde 2002. No obstante, este último país mostró una transferencia neta positiva en 2007 del orden de 57.5 mil millones de dólares, derivados de una afluencia de capitales en la forma de IED, de cartera y adquisición de activos no financieros, reflejados en la balanza de capital y financiera. Del resto del Cono Sur, la mayoría de países muestran fluctuaciones cercanas a la tendencia general aunque destacan Venezuela, que ha mostrado una creciente salida de recursos desde 1993, hasta alcanzar 26 mil millones de dólares en 2007; Uruguay tuvo una fuerte caída en 2002 probablemente relacionada con la crisis argentina; y Ecuador, que ha presentado grandes fluctuaciones pero desde 1999 con salidas netas de recursos. En el caso de Centroamérica la mayoría de países presentan TNR positivas, probablemente debido al peso de los programas de alivio de la deuda implementados en los noventa en la llamada iniciativa para Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés, Highly Indebted Poor Countries). A partir de 2004 se da una situación peculiar en América Latina pues la salida neta de recursos coincide con tasas de crecimiento económico relativamente altas para el conjunto de América Latina. Esta reducción fue compensada con el aumento de las remesas enviadas por los migrantes a sus países de origen (que ha mostrado una tendencia creciente durante todo el periodo estudiado), mediante el incremento de la deuda interna4 y con superávit en la balanza comercial. Balanza de pagos de América Latina Existe un marcado contraste en el comportamiento de los distintos componentes de la balanza de pagos de América Latina en las últimas décadas. El volumen del comercio exterior tuvo un considerable aumento desde los ochenta -derivado de la desregulación y transición del modelo sustitutivo de importaciones a uno orientado a las exportaciones-; para el conjunto de América Latina dicho las exportaciones crecieron siete veces al pasar de 91,590 a 755,348 millones de dólares mientras que las importaciones se multiplicaron por seis, pasando de 92,4 a 684,704 millones de dólares. Como ya se señaló, los ochenta se caracterizaron por salida de capitales y el alto costo de los pagos al servicio de la deuda, compensados por los superávit en la balanza comercial producidos por los diversos episodios de depreciación de las monedas, particularmente de las grandes economías de la región. En la siguiente década la situación cambia radicalmente debido a una importante entrada de recursos relacionada con los procesos de privatización. Entre 1991 y 2001 los déficit en la cuenta corriente se compensaron con los saldos positivos en la cuenta de 4

Oscar Ugarteche, op. cit, pp. 128-140

capitales y financiera. Se trata de la década de la desregulación financiera y comercial que teóricamente permitiría canalizar el ahorro externo hacia los sectores o industrias volcados hacia la exportación, beneficiándose los países del boom del movimiento de capitales y del comercio mundial. Gráfica 2. Balanza de pagos de América Latina (Millones de dólares) 150000

100000

50000

19 80 19 81 19 82 19 83 19 84 19 85 19 86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07

0

-50000

-100000 I. BALANZA EN CUENTA CORRIENTE

BALANCE DE BIENES Y SERVICIOS

BALANCE DE TRANSFERENCIAS

III. BALANCE EN CUENTA FINANCIERA

BALANCE DE RENTA

Fuente: Elaboración propia con base en Comisión Económica para América Latina, Balanza de pagos, varios años.

Indudablemente este boom contribuyó a que América Latina recuperara el crecimiento bajo el impulso de una mayor demanda. No obstante, en este periodo se presentaron las grandes crisis financieras que evidenciaron inesperados efectos negativos de la entrada de capitales, documentados y analizados por la Cepal.5 En primer lugar, se dio un efecto de desplazamiento/sustitución (crowd out) de ahorro interno por el externo, en vez de complementarlo. Una parte de los recursos se utilizaron para adquirir instrumentos financieros de corto plazo o para comprar activos existentes, ya sea en la industria o en el sector inmobiliario. Según la Cepal, en la primera mitad de los noventa sólo una cuarta parte flujos netos de capitales se convirtió en IED, de manera que contribuyó poco a aumentar las capacidades productivas en los países.6 En segundo lugar, otra segmento de los flujos de capitales se desviaron hacia el consumo debido a que éstos tuvieron un efecto de revaluación del tipo de cambio real que permitió una mayor demanda agregada. En una etapa de apertura comercial y con 5

UN Economic Commission for Latin America and The Caribbean-Development Centre of The Organization for Economic Co-operation and Development, Capital flows and investment permformance. Lessons from Latin America, París, OCDE, 1998, , 6 Ricardo Ffrench-Davis y Helmut Reisen, “Capital flows and investment performance: an overview”, en Capital flows and investment permformance. Lessons from Latin America, op. cit. p. 13

una estructura industrial apenas recuperándose, estos aumentos se cubrieron en buena medida con importaciones. En esas circunstancias, antes de complementar y potenciar el ahorro interno, el ahorro externo volvía a salir en los déficit de cuenta corriente. En tercer lugar, la búsqueda de ganancias rápidas llevó a que los recursos se utilizaran también en los sectores que ofrecían altas tasas de retorno. Debido a los diferenciales de tasas de interés, la banca se enfocó a colocar créditos principalmente en los segmentos más lucrativos, que reforzaron también la tendencia a un excesivo consumo.7 Al inicio de la presente década el monto de los flujos financieros comienza a declinar nuevamente debido a las crisis argentina y brasileña. Pero a pesar de los crecientes saldos negativos en la cuenta de rentas, como ya se mencionó, la mayor salida de capitales fue compensada con los superávit en las balanzas comercial así como con el aumento sostenido de transferencias de remesas que envían los migrantes a sus países de origen, dando como resultado un superávit en la cuenta corriente. El cambio de tendencia en la balanza comercial se da a partir de 2002, como resultado de la depreciación de las monedas debido a las crisis financieras así como con el inicio del repunte en los precios de las materias primas en 2003.8 De esta manera, los términos de intercambio pasan a ser favorables para el conjunto de América Latina, principalmente las economías grandes y medias de la región cuyos productos primarios presentaron desde entonces alzas considerables. No obstante, los países centroamericanos y del Caribe, además de Paraguay y Uruguay, vieron deteriorarse sus términos de intercambio con el resto del mundo al no ser exportadores de tales productos. Cuadro 1. Términos de intercambio de bienes FOB/FOB de América Latina (2000=100) América Latina y el Caribe Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay 7

1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 91.3 90.9 100 96.3 96.6 98.6 103.7 108.7 115.1 117.9 96.6 102.0 111.9 91.0 81.2 117.5 75.8 95.8 115.3 107.6 108.9 90.6 79.6 1047 108.0 103.4 108.0

90.9 97.1 97.0 94.2 87.2 106.9 89.1 99.6 101.9 104.2 107.5 99.3 95.3 104.6 101.7 100.8 105.7

104.4 95.9

100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

99.3 95.8 99.6 93.3 94.2 98.4 84.6 102.5 96.7 101.2 94.8 97.4 88.4 102.7 100.2 95.6 100.9

98.7 96.2 98.4 97.2 92.5 96.9 86.8 101.6 95.8 100.2 92.0 97.9 87.0 101.6 96.7 98.4 101.5

107.2 98.5 97.0 102.8 95.2 95.5 89.8 97.7 93.0 98.7 88.0 98.9 84.1 97.2 101.4 102.2 97.9

109.2 104.1 97.9 124.9 102.3 91.9 91.5 96.8 92.1 96.0 87.2 101.6 82.5 95.3 104.3 111.3 96.7

100

104.0 102.6 103.5 99.9

106.9 118.8 99.2 139.8 111.0 88.3 102.4 96.8 91.3 92.4 87.2 103.6 81.4 93.5 97.4 119.4 95.8

113.0 134.6 103.8 183.7 115.2 85.8 109.9 95.5 89.6 88.9 83.2 104.1 79.4 90.8 95.5 151.1 94.9

116.2 137.2 107.8 194.3 121.3 84.9 114.1 95.5 88.8 83.9 80.8 104.6 78.3 90.4 99.2 161.8 94.7

90.7

88.7

88.7

Ricardo Ffrench-Davis y Helmut Reisen, op. cit, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Informe sobre el comercio y el desarrollo, 2008. Precios de los productos básicos, flujos de capital y financiación de la inversión, Naciones Unidas, Nueva York y Ginebra, 2008, p. VII 8

Venezuela 51.2 66.1 100 82.2 87.6 98.7 118.1 154.4 184.4 200.4 Fuente: Comisión Económica para América Latina, Anexos Estadísticos a Informes Institucionales, varios años.

No obstante, a pesar de las profundas reformas llevadas a cabo a lo largo de 25 años, los términos de intercambio no permiten inferir un cambio estructural en la competitividad de las exportaciones de la región ante el resto del mundo. Las fluctuaciones de este índice muestran que las economías latinoamericanas aun mantienen un alto grado de dependencia en el manejo del tipo de cambio y hacia los precios internacionales de las materias primas. Por su parte, las transferencias corrientes, cuyo principal componente lo constituyen las remesas de residentes del exterior, se convierten en una importante fuente de financiamiento interno. Entre 1980 y 1993 el monto de recursos por remesas fue casi equivalente a las entradas por IED pero mientras a partir de 1994 la IED se dispara, las transferencias corrientes tienen una tendencia ascendente hasta alcanzar en los últimos años montos similares a los de la IED. No obstante, salvo para el caso de México que ya existen evidencias al respecto, sería muy conveniente explorar hasta qué grado el aumento de las transferencias corrientes está asociado al de flujos migratorios y si éstos pueden relacionarse claramente en la mayoría de países con el desplazamiento de trabajadores que dejó la liberalización comercial. Asimismo, no basta con saber que el monto de las transferencias equipara al de la IED sino, quizá más importante, sería investigar para cada país la proporción de recursos utilizados para proyectos productivos o para el consumo. Gráfico 3 IED y transferencias corrientes netas de AL 90000 80000

Millones de dólares

70000 60000 50000 40000 30000 20000 10000

19 80 19 81 19 82 19 83 19 84 19 85 19 86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07

0

Transferencias corrientes

IED neta

Fuente: Elaboración propia con base en Comisión Económica para América Latina, Balanza de pagos, varios años.

El flujo de IED a la región fue modesto durante los ochenta pero en la década siguiente el incremento estuvo asociado a los procesos de privatización, liberalización financiera, la apertura comercial iniciada con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 así como la firma de Acuerdos para la Protección y Promoción de las Inversiones (APPRIS). A partir de entonces la IED aumenta año con año hasta alcanzar su punto más alto en 1999, cuando alcanza los 80,000 millones de dólares, para luego comenzar su descenso y grandes fluctuaciones. Al igual que en otros rubros, las economías más grandes de la región, Argentina, Brasil, Chile y México han sido las principales receptoras de IED, cuya participación ha fluctuado entre el 70-80% del total de IED, aunque en determinadas coyunturas otros países han aumentado la atracción de capitales a la región. Gráfico 4 IED por países selecionados 90000 80000

Millones de dólares

70000 60000 50000 40000 30000 20000 10000

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20

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04

20

03

20

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19

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19

94

95

19

93

19

19

91

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19

90

19

89

19

19

87

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19

86

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85

19

84

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83

19

82

19

81

19

19

-10000

19

80

0

-20000

Argentina

Brasil

Chile

México

Resto de países

Fuente: Elaboración propia con base en Comisión Económica para América Latina, Balanza de Pagos, varios años

Las instituciones financieras internacionales aceptan como válida la tesis de que tal aumento está relacionado con la creación de un marco institucional “más amigable” para las inversiones, sin embargo, en un estudio reciente Pierre Sauvé señala que no está claro que tales cambios determinen un incremento o sólo faciliten su permanencia: “En términos generales, un clima de inversión estable y transparente puede beneficiar a los inversores si previamente les perjudicaban condiciones de inversión impredecibles. No está claro si eso llevaría a más IED o simplemente a una situación más cómoda para los inversores […] Si este ya es bueno, las nuevas disciplinas no contribuirán mucho a generar más corrientes de inversión o a mejorar el ambiente inversor, aparte de ofrecer mayor seguridad a largo plazo”. 9

9

Pierre Sauvé, Normas sobre el comercio y las inversiones: perspectiva de América Latina, Revista de la CEPAL, núm. 94, abril 2008, p. 30

Asimismo, sería pertinente investigar el destino de la IED en cada país con el fin de determinar si tales flujos se inscriben en una estrategia de las empresas transnacionales de acceso a los recursos naturales del país receptor (IED horizontal) o para beneficiarse del diferencial en los precios de los factores de la producción (IED vertical). Otro estudio señala evidencia de que en el caso de los países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú), en los noventa fue el sector primario el principal atractor de inversiones.10 Otro fenómeno importante de los últimos años es la creciente IED de las empresas latinoamericanas fuera de su país sede, principalmente de los países más grandes. Las cifras que proporciona la Cepal muestra que inicios de los ochenta Argentina, Brasil, Chile y Colombia fueron de los primeros países que colocaron inversiones en el exterior, no obstante, en la última década ha destacado la creciente internacionalización de empresas mexicanas, brasileñas y chilenas. Sus inversiones se han dado de forma predominante en la misma región pero también existen casos de incursiones en otros continentes. No obstante, la mayoría se ha dado a través de adquisiciones de activos existentes aprovechando la flexibilización de los regímenes de inversión y los acuerdos comerciales, imitando las estrategias de sus pares de los países desarrollados. Se trata de un fenómeno reciente que involucra no sólo a las empresas latinoamericanas sino de forma generalizada a empresas de ciertas economías emergentes. En ese sentido, en los años siguientes será importante darle seguimiento al efecto de este nuevo fenómeno en los flujos financieros intrarregionales y las cuentas externas de los países de origen. 11 Un último aspecto a considerar es la evolución de las reservas internacionales en la región. Cabe recordar que después de los episodios de fuga de capitales y devaluaciones de los noventa, se añaden como nuevas recomendaciones de política la acumulación de reservas internacionales y publicación del nivel de éstas para enfrentar los ataques especulativos y generar “confianza en los mercados”. Llama la atención que a pesar del saldo negativo en las transferencias netas de recursos, se haya dado en la región un aumento de las reservas internacionales de prácticamente todos los países. La evidencia sugiere que esto pudo lograrse gracias a la utilización de fuentes alternas de financiamiento como son la deuda interna y las remesas así como por los ingresos extras derivados del aumento de las materias primas.

10

Luis C. Nunes, José Oscategui y Juan Peschiera, “Determinants of FDI in Latin America”, Documento de trabajo 252, [s.l.e], , p. 3-4 11 Para un análisis de este tema, consúltese a Javier Santiso, “La emergencia de las multilatinas”, Revista de la CEPAL, núm. 95, agosto de 2008, pp-7-29

Cuadro 2. Activos de reservas internacionales (millones de dólares) 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007(a) 173,897 166,559 170,118 163,307 165,409 201,224 227,708 263,483 320,908 414,362 América Latina y el Caribe Argentina 31,736 33,100 34,234 15,232 10,476 14,119 19,646 28,077 32,037 42,891 Bolivia 1,193 1,223 1,160 1,139 897 1,096 1,272 1,798 3,193 4,742 Brasil 44,586 36,342 33,012 35,867 37,823 49,296 52,935 53,800 85,839 162,962 Chile 16,292 14,946 15,110 14,400 15,351 15,851 16,016 16,963 19,429 16,320 Colombia 8,740 8,103 9,006 10,245 10,844 10,921 13,540 14,957 15,440 20,554 Costa Rica 992 1,472 1,318 1,334 1,500 1,839 1,922 2,313 3,115 3,886 Ecuador 1,786 1,888 1,180 1,074 1,008 1,160 1,437 2,147 2,023 3,611 El Salvador 1,766 1,972 1,894 1,712 1,591 1,910 1,893 1,833 1,908 2,420 Guatemala 1,369 1,243 1,885 2,359 2,381 2,932 3,529 3,783 4,061 4,274 Haití 258 264 182 141 82 62 114 133 253 281 Honduras ND 1,255 1,312 1,414 1,523 1,430 1,971 2,330 2,633 2,545 México 31,799 31,782 35,585 44,814 50,674 59,028 64,198 74,110 76,330 82,168 Nicaragua 357 513 497 383 454 504 670 730 924 1,036 Panamá 954 823 723 1,092 1,183 1,011 631 1,211 1,335 1,685 Paraguay 875 988 772 723 641 983 1,168 1,297 1,703 2,182 Perú 9,982 9,003 8,563 8,838 9,690 10,206 12,649 14,120 17,328 22,855 República 659 881 818 1,341 829 279 825 1,929 2,251 2,922 Dominicana Uruguay 2,589 2,600 2,823 3,100 772 2,087 2,512 3,078 3,091 3,540 Venezuela 14,849 15,163 15,883 12,296 12,003 20,666 23,498 29,636 36,672 29,154 Fuente: Comisión Económica para América Latina, Anexos Estadísticos a Informes Institucionales, varios años. (a) Cifras al tercer trimestre de 2007

CONCLUSIONES Se ha dado por descontado que la llegada de capitales en sus formas preponderantes, inversión extranjera y préstamos, es benéfico para la economía. Convencionalmente se dice que la desregulación financiera llevaría a mayores niveles de ahorro nacional. Sin embargo, no se toma en cuenta que éstos pueden llegar a desplazar o sustituir el ahorro interno, especialmente cuando se generan distorsiones en la economía provocando que los flujos financieros terminen nuevamente en el exterior principalmente por un mayor consumo, aunque también porque distorsiona los rendimientos esperados del capital, canalizando éstos a otros sectores más rentables que el de exportación. La afluencia de capitales permitió transferencias netas positivas para la región durante los noventa, sin embargo, esto no generó un aumento de las tasas de ahorro total de los países, ya que parte de las inversiones generaron un efecto de desplazamiento del ahorro interno. Los recursos fueron sólo parcialmente orientados hacia la creación de infraestructura productiva a la vez que desplazaron ahorro nacional. Una proporción importante de las inversiones se canalizaron hacia el consumo, de manera que los capitales salían nuevamente en los déficit de cuenta corriente generados por los pagos a los factores productivos y por el incremento en el consumo. Después de las crisis financieras desatadas en la región, los países mejoraron sus balances de la cuenta corriente pero las transferencias netas de recursos pasaron a ser deficitarias prácticamente desde el inicio de la presente década. En ausencia de transferencias positivas, los países han encontrado nuevas fuentes de financiamiento bajo la forma de deuda interna, pero también gracias al incremento de las remesas del

exterior, que para varios países han constituido una alternativa igual o más importante incluso que la IED. No obstante, aún no está claro qué porcentaje de éstos han sido canalizados hacia inversiones productivas y cuánto hacia el consumo, de manera que existe el riesgo que éstos tampoco representen un aumento significativo de capacidades productivas tal como sucedió en los noventa. La relativa disposición de recursos nuevamente ha estado relacionada con factores coyunturales como el aumento de los precios de las materias primas, apoyado también en el manejo de los tipos de cambio real. En ese sentido, tales factores que hicieron cambiar el balance de la cuenta corriente a favor de la región no parecen haber generado un cambio estructural en las competitividad de las exportaciones. Por su parte, el incremento de la volatilidad asociada a la crisis financiera demuestra que a pesar del aumento de las reservas internacionales la región no parece haber reducido sustancialmente su vulnerabilidad ante choques externos. Los datos de la balanza de pagos para el 2008 arrojarán más información sobre los cambios en los flujos financieros y permitirán conocer si la mejora en la posición de los países latinoamericanos ante el exterior se debe a una mejora en su posición competitiva o sólo corresponde a factores favorables en los últimos años que les permitió gozar de crecimiento y una relativa abundancia de recursos. La crisis financiera originada en Estados Unidos mostró que la excesiva desregulación no trajo los beneficios esperados en términos de crecimiento económico sostenido y desarrollo, demostrando de paso que aún hay un camino largo por recorrer en términos de independencia financiera para la región. Aun cuando la liberalización comercial y financiera permitió cierta internacionalización de algunas empresas latinoamericanas, es prematuro afirmar que este fenómeno se traducirá en tasas más altas de ahorro e inversión para los países de origen de tales empresas. Por su parte, parece agotado y en entredicho el paradigma del libre comercio y de las facilidades a los capitales como la mejor vía para aumentar la competitividad de una economía. Es buen momento para una revisión de tales supuestos de base del modelo para reducir la vulnerabilidad y dependencia histórica de la región.

Cuadro 3. Inversión Extranjera Directa Neta. Millones de dólares Países Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay Venezuela América Latina

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

568 90,5 1544 213 51,1 48,1 70 5,9 110,7 13 5,8 2090 0 218,5 31,7 26,9 92,7 289,5 55 5744,4

730 148,8 2313 383 228 66,2 60 -5,7 127,1 8,3 -3,6 3078 0 303,2 31,9 125 79,7 48,6 184 8119,5

197 61,1 2534 401 337 26,5 40 -1 77,1 7,1 13,8 1901 0 366,6 36,6 48 -1,4 -13,7 253 6343,7

183 12,9 1422 135 513,7 55,3 50 28,1 45 8,4 21 2192 0,1 79,4 4,9 38 48,2 -5,6 86 4928,6

268 13 1552 67 561 52 50 12,4 38 4,5 20,5 1542 0 -135,5 5,2 -89 68,5 -3,4 -3 4029,9

919 19 1360 142,6 1016 65,2 62 12,4 61,8 4,9 27,5 1984 0 67,3 0,7 1 36,2 -7,9 57 5828,7

574 20 202 313 642 57,4 81 24,1 68,8 4,8 30 2036 0 20,3 0,6 22 50 32,5 -444 3734,6

-19 66,1 1031 885 293 75,8 123 18,3 150,2 4,7 38,7 1184 0 -556,5 5,3 32 89 45,2 -16 3459,6

1147 -12 2629 952,3 159 121,3 155 17 329,9 10,1 48,3 2011 0 -595,1 8,4 26 106,1 44,5 21 7178,8

1028 -25,4 608 1276,7 547 95,3 160 14,4 76,2 9,4 51 2785 0 51,5 12,8 59 110 0 34 6892,8

1836 26,1 324 653,7 484 160,4 126 1,9 47,7 -8 43,5 2549 0 135,5 76,9 41 132,8 0 76 6722,5

2439 50 89 696,4 432,6 172,8 160 25,2 90,7 -15,4 52,1 4742 0 108,5 86,1 -7 145 0 1728 11022,2

3265 91,1 1924 537,3 678,7 221,8 178 15,3 94,1 -2,2 47,6 4393 15 144,5 117,5 -79 179,7 0 473 12294,5

Fuente: Comisión Económica para América Latina, Balanza de pagos, varios años.

Cuadro 2. Inversión Extranjera Directa Neta. Millones de dólares (Continuación) Países

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Argentina

2088

2621,9

4112,4

5347,5

5507,3

4964,7

22258

9517

2005,2

1521,8

878,2

3448,7

3954,2

2720,8

Bolivia

121,8

128

390,7

472

728,2

946,5

1007,7

733,6

703,3

674,1

194,6

62,6

-293,8

274,8

163,6

801

2035

3475

10733

18608

26002

26888

30497

20199,4

14108

9894,7

8339

12549

-9381

27518,2

Chile

600,1

1672,4

2205

3680,6

3808,4

3143,8

6203

873

2589,8

2206,7

2701,4

5609,7

4750,6

5256,1

8591,4

Colombia

719,1

1297,5

712,2

2783,8

4752,8

2032,8

1392,4

2069,5

2508,8

1282,7

820

2941,4

5578

5364,9

6739,4

Costa Rica

243,2

291,9

331,4

421,3

403,8

608,3

614,5

400,1

450,9

625,3

548,2

733,2

818

1371

1657,3

Ecuador

473,7

576,3

452,5

499,7

724

870

648,4

720

1329,8

1275,3

1554,7

1160,3

493,4

270,7

400

El Salvador

16,4

0

38

-7,2

59

1102,7

162,1

168,4

269,3

444,5

123,1

323

388,1

153,6

983,6

Guatemala

142,5

65,2

75,2

76,9

84,4

672,8

154,6

229,8

455,5

110,6

131

154,7

226,8

353,8

535,8 74,5

Brasil

1863,3

Haití

-2,8

0

7,4

4,1

4

10,8

30

13,3

4,4

5,7

13,8

5,9

26

160

Honduras

26,7

34,8

50

90,9

121,5

99

237,3

375,2

301,4

268,7

390,6

540,5

598,8

673,6

644

México

4389

10973

9526,3

9186

12831

12409

13712

17790

23045

18472,2

14086

18444

14349

13466

17751,3 292,5

Nicaragua

38,8

46,7

88,9

120

203,4

218,2

337,3

266,5

150,2

203,9

201,3

250

241,1

282,3

169,6

401,5

223

415,5

1299,3

1203,1

864,4

623,9

467,1

98,6

770,8

1003,9

962,1

2574,2

1000

75

137,1

98,1

144,2

230,1

336,3

88,9

98,4

78,4

8

21,9

31,7

46,4

165,8

180,7

Perú

760,6

3289,2

2549

3454,2

2054,3

1582

1812

809,7

1069,9

2155,8

1275

1599

2578,7

3466,5

5061,7

República Dominicana

189,3

206,8

414,3

96,5

420,6

699,8

1337,8

952,9

1079,1

916,8

613

909,1

1023

1183,3

1242,5

Uruguay

101,5

154,5

156,6

136,8

113,2

154,8

232,3

272,9

290,6

180

401,3

314,7

811,1

1372

300

-514

455

894

1676

5645

3942

2018

4180

3479

-244

722

864

1422

-2666

-1591

10439,5

24386,6

25799,8

40300,5

57598,7

60998,7

80004,2

70603

65012,3

45624,6

35341,5

46854

50609,2

27168,8

73494,7

Panamá Paraguay

Venezuela América Latina

Fuente: Comisión Económica para América Latina, Balanza de pagos, varios años.

BIBLIOGRAFÍA COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA, América Latina y el Caribe: Balanza de pagos 1980-2005, COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA, Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2000. Apéndice Estadístico, , (22 de diciembre de 2008) CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE COMERCIO Y DESARROLLO, Informe sobre el comercio y el desarrollo, 2008. Precios de los productos básicos, flujos de capital y financiación de la inversión, Naciones Unidas, Nueva York y Ginebra, 2008 FFRENCH-DAVIS, Ricardo y Helmut Reisen, “Capital flows and investment performance: an overview”, en Capital flows and investment permformance. Lessons from Latin America, en París, OCDE, 1998, NUNES, Luis C., José Oscategui y Juan Peschiera, “Determinants of FDI in Latin America”, Documento de trabajo 252, [s.l.e], SANTISO, Javier, “La emergencia de las multilatinas”, Revista de la CEPAL, núm. 95, agosto de 2008 SAUVÉ, Pierre Normas sobre el comercio y las inversiones: perspectiva de América Latina, Revista de la CEPAL, núm. 94, abril 2008 UGARTECHE, Oscar, “Fuentes de financiamiento públicos e indicadores internacionales: la evidencia internacional”, Economíaunam, Vol. 5, núm. 13, enero-abril 2008, , (22 de diciembre de 2008) UN ECONOMIC COMMISSION FOR LATIN AMERICA AND THE CARIBBEANDEVELOPMENT CENTRE OF THE ORGANIZATION FOR ECONOMIC COOPERATION AND DEVELOPMENT, Capital flows and investment permformance. Lessons from Latin America, París, OCDE, 1998,

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