Flexibilidad y precariedad del empleo y condiciones de trabajo HOAC COMISIÓN PERMANENTE C/ Alfonso XI, 4.3º 28014-MADRID Tel. 917014080 · Fax: 915227403
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“Cuando se viola la integridad de la persona humana, como, por ejemplo… las condiciones laborales degradantes, que reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de la persona humana: todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador” (Gaudium et Spes, 27)
La HOAC, Hermandad Obrera de Acción Católica , es un movimiento de Acción Católica especializado en el Mundo Obrero. Somos un grupo de personas creyentes que han recibido el encargo de la Iglesia de hacer presente a Jesús en el mundo del trabajo e intentar vivir el amor de Jesucristo desde el compromiso solidario con los empobrecidos del mundo obrero. Por eso queremos poner de manifiesto, denunciar la precariedad y flexibilidad en el empleo y trabajar con personas que la sufren, para que se impliquen, afronten los problemas y transformen la realidad y al mismo tiempo suponga un proceso de conversión personal y comunitario para todos nosotros. Queremos vivir todo esto con ilusión y esperanza, desde la corresponsabilidad en esta tarea. Así, la HOAC va dando pasos para acercar Iglesia y Mundo obrero.
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¿ QUÉ SUCEDE ?
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as políticas de empleo de este país han producido, y están produciendo, una destrucción silenciosa, masiva y sistemática de puestos de trabajo, por la vía del expediente de regulación de empleo, y sustituyendo empleo estable y con derechos, por trabajos subcontratados, tanto en la empresa privada como en la administración pública.
Si la tendencia a subcontratar, por una parte, y la temporalidad, por otra, se consolidan, nos encontramos en una situación en la que se impondrá la desaparición progresiva del contrato de trabajo con todos los derechos que marca la ley: horarios, jornada, seguridad social, vacaciones, jubilación… y su sustitución por un contrato mercantil que no implica para el contratador ninguna responsabilidad de esos derechos. Esta será una de las maneras de ir haciendo desaparecer las relaciones laborales: como un contrato entre uno que compra fuerza de trabajo y otro que la vende. En su lugar lo que aparecerá será un contrato entre dos “empresas” en una relación muy desigual, dando lugar a la destrucción de empleo fijo.
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“El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y dar vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos y a proclamar un año de gracia del Señor” (Lc 4,18-19) “En la actualidad, los trabajadores de todo el mundo reclaman con energía que no se les considere nunca simples objetos carentes de razón y libertad, sometidos al uso arbitrario de los demás, sino como hombres entonos los sectores de la sociedad; esto es, en el orden económico y social, en el político y en el campo de la cultura” (Pacem in Terris, 40) “El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana. La Iglesia enseña el valor del trabajo no sólo porque es siempre personal, sino también por el carácter de necesidad” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 287)
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fiesto el mal personal y social que representa el empleo precario, a través de la denuncia de las condiciones de trabajo que precarizan la vida de las personas, niegan sus derechos en el trabajo y las hacen profundamente vulnerables. Queremos crear conciencia de que otra forma de empleo es imprescindible para que sea posible la vida social y el bien común. Y colaborar a que las instituciones sociales y las organizaciones obreras den a esta realidad la importancia que merece. Es urgente conocer más y mejor todas estas situaciones de precariedad y flexibilidad, difundir y crear conciencia entre los trabajadores para denunciar y exigir soluciones junto con las organizaciones obreras y sindicales. Como seguidores de Jesús, nos fijamos en el Evangelio que nos invita a mirar la realidad, lo que pasa a las personas, sobre todo a los pobres, como mira Dios: con misericordia. Y buscando la justicia que hace posible una vida digna. Ser y actuar así es camino de vida, felicidad y humanidad, mientras que no hacerlo es camino de muerte e inhumanidad:
Si a esto le añadimos la extensión de los contratos temporales, regulados por las condiciones de la flexibilidad en todas sus dimensiones, el resultado será que la persona trabajará menos tiempo al año, pero tendrá que dedicar mucho más tiempo de su vida para realizar este trabajo. La tendencia es que desaparezca la división entre tiempo de trabajo y el tiempo personal y que el tiempo de trabajo invada cada vez más el tiempo personal. Se funciona como si la vida humana se compusiera de un solo tiempo, el de trabajo; y los demás (el biológico, el familiar, el social) es como si no existieran, o deberían sacrificarse al tiempo de trabajo. Esta tendencia está ya muy consolidada y se manifiesta tanto en un profundo deterioro de las condiciones de trabajo para muchos trabajadores como en el deterioro de las condiciones de vida por la vulnerabilidad e inseguridad vital que genera la instalación en el empleo precario y por el cada vez menor tiempo que nos deja para dedicar a la vida de la familia. La precariedad en el empleo en función de su flexibilidad se manifiesta de muchas maneras: desde la flexibilidad (horaria, salarial, geográfica ) que se da en los contratos indefinidos, pasando por la temporalidad y rotación en el empleo , hasta sus formas más extremas en la economía sumergida.... Y a la precariedad están vinculados aspectos de enorme gravedad como las tasas más altas de sinies-
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tralidad laboral , que genera un sentimiento de inseguridad que repercute en toda la familia, el mayor deterioro de la salud de los trabajadores, las diferencias salariales que existen entre hombres y mujeres y la repercusión que causa el productivismo en el medio ambiente y, en concreto, en las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias y en las relaciones sociales. Esta situación genera también enormes dificultades para las formas tradicionales de defensa de los trabajadores , que necesitan repensarse desde la situación de los trabajadores precarios. Es necesario crear conciencia en las personas y en la sociedad sobre esta situación. Habrá que realizar un trabajo de observación permanente sobre las condiciones de trabajo y su evolución, al tiempo que se denuncian y se proponen cauces concretos para cambiar esta tendencia.
echan en falta estilos de vida alternativos y la transmisión de valores: solidaridad, dignidad, compromiso, lucha, conciencia de clase. Aparece así una vida sin perspectiva de futuro, que obliga vivir al día. Pérdida de credibilidad en las organizaciones obreras y sindicales, y, en consecuencia, alejamiento, pérdida de capacidad de lucha y falta de militancia en las organizaciones sindicales. Pérdida del estado de Bienestar mediante el deterioro y recorte de los servicios públicos sociales o la privatización de los mismos. ¿Y
ANTE ESTE REALIDAD , QUÉ RETOS NOS PLANTEAMOS ?
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o podemos aceptar esta situación como algo normal y natural. Debemos destapar la irreconciliable contradicción que existe entre la forma en que se está organizando el empleo y la dignidad del trabajo a la luz de la fe de la Iglesia, en tanto que ésta está vinculada a la dignidad sagrada de la persona del trabajador o trabajadora. El empleo precario es una clara manifestación de la negación del bien social, al negar que la persona debe ser siempre centro, y fin y sujeto del trabajo. Se instrumentaliza la persona, en función de la rentabilidad y la competitividad de la empresa. Ante esta realidad queremos poner de mani-
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¿ Y QUÉ CONSECUENCIAS TIENE ?
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o se respeta la dignidad de la persona ni por el empresario, ni por la sociedad ni por la misma persona: la persona queda reducida a mercancía. Se hace muy difícil organizar la vida personal y familiar, y las relaciones sociales. Impide planificar el futuro y disponer de tiempo libre. Afecta negativamente al desarrollo integral de las personas, repercutiendo en su salud: sueño, desestabilidad emocional, problemas digestivos, pérdida de la autoestima, desencanto, falta de respuesta ante las injusticias, desamparo, inseguridad, soledad, incertidumbre… Pérdida de derechos laborales: salarios bajos, aumento de la jornada laboral, sin vacaciones, sin permisos… Inestabilidad laboral, vulnerabilidad. Empobrecimiento y deterioro de las personas y familias. Aumento de los riesgos laborales y de la siniestralidad laboral Se consolida la cultura de la superficialidad. Aumenta el afán consumista e individualista y se
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¿ A QUIÉNES AFECTA ESTA SITUACIÓN ?
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l deterioro de las condiciones de trabajo afecta a todos los colectivos y actividades en distinta medida. Los sectores más afectados son: la agricultura, la construcción, el sector servicios: hostelería, grandes almacenes. El sector de empleadas de hogar está explotado y sin derechos. Está afectando a las mujeres que tienen serias dificultades socioeconómicas, personales y familiares; a las que tienen que conjugar la vida familiar y laboral; a las que trabajan en la economía sumergida. A los jóvenes sin estudios y a quienes los han acabado pero no encuentran un puesto de trabajo adecuado a su preparación. A los inmigrantes, que sufren las peores condiciones laborales o realizan los trabajos que el resto de la población no quiere, tienen trabajos temporales sin contrato y sin derechos, en muchos casos por carecer de documentos para su regularización.
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A trabajadores mayores de 40-45 años, despedidos por cierre o deslocalización de empresas. A muchas familias del mundo rural y trabajadores del mar.
¿ POR QUÉ DE ESTA SITUACIÓN ?
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ntre las causas de tipo económico más importantes se encuentra, sin duda, el poder actual del neoliberalismo y de su planteamiento economicista, que dirige la oferta y la demanda según sus intereses, a fin de obtener la máxima rentabilidad al menor coste. Para ello fija y regula, mediante leyes, las condiciones del mundo laboral. Estas prácticas parecen ya arraigadas, como normales, en la mentalidad muchas personas y de parte de la sociedad. Las nuevas tecnologías y la reconversión industrial, al servicio de las empresas, han arrojado al paro a muchos trabajadores. En la organización del trabajo, la persona se ve reducida a la expresión de mercancía. Las empresas no cumplen su función social, no trabajan para bien de la comunidad, sino de sus dueños. La deslocalización de las grandes empresas es un ejemplo. La cultura neoliberal, que potencia el individua-
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lismo, origina y agrava esta situación, penetra profundamente en los sentimientos y en la mente del pueblo llano y sencillo, y a veces está presente en los planteamientos y lógica de las organizaciones obreras. Los medios de comunicación, dirigidos al interés del capital, promueven lo fácil y dominan la conciencia de los trabajadores transmitiendo sus pautas culturales El miedo a perder el empleo robustece la precariedad laboral, pues genera resignación, conformismo y sumisión; no hay ganas de revindicar ni de luchar, cada uno mira por sí mismo. Este individualismo lleva a la división y fragmentación de los trabajadores, que se ven entre sí como competidores, rompiendo así el principio de solidaridad y de conciencia de clase. Constatamos también que se hace cada vez más dejación de la transmisión de valores de una generación a otra, sonando a rancio cualquier referencia a la “solidaridad”, el “compromiso”, la “conciencia de clase”, la “lucha”, la “dignidad”, etc. La falta de conciencia obrera potencia el individualismo y el conformismo.
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