Grupo Misionero Jesús María
Curación de un paralítico Mc 2, 15 Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra. Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados”.
•Al igual que el paralítico que en este texto quiere acercarse a Jesús para volver a caminar, cada una de nosotras tiene su propia parálisis. Esta parálisis es la que me hace acercarme a Jesús. Debido a esta parálisis quiero acercarme a Él para que me sane. ¡Quiero curarme! ¿Cuál es la parálisis que me hace querer acercarme a Él? ¿Qué quiero que Jesús toque? ¿Qué quiero que me cure?
•En el texto evangélico Marcos nos cuenta que CUATRO hombres ayudan al paralítico a acercarse a Jesús. Pero a pesar de eso no pueden acercarse a Él. Entonces no se dan por vencidos, por el contrario, levantan el techo, hacen un agujero y descuelgan al paralítico. El texto evangélico también dice claramente: “Al ver la fe de ESOS hombres (...)”. Con esto, Marcos nos quiere decir que Jesús sana al paralítico debido a la fe de quienes lo ayudaron a acercarse a Él. Recorro la historia de mi vida. Trato de recordar y de ver con la imaginación personas que me ayudaron a acercarme a Jesús. Aquellos que hicieron todo lo posible para que yo pudiera encontrarme con Él. Pueden ser también cosas, acciones o actitudes que creo que me ayudaron en mi vida a conocerlo más profundamente.
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•Al recordar mi historia de vida, me pude haber dado cuenta que algunas veces yo también fui medio para que otros se pudieran acercar a Dios. Recordando mis actitudes y mi forma de ser, ¿alguna vez ayude a otra persona a acercarse a Jesús? Habiendo recordado las personas que me dieron a conocer a Jesús y que quisieron acercarme a Él, me doy cuenta que éste es el llamado del misionero. Compadecerme de las “parálisis” de los otros y ayudarlos desde el corazón a que estén cerca de Jesús, que es quien los va a sanar, curar y reconfortar.
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