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Fernando Cubides Cipagauta, El liberalismo y el movimiento sindical durante la República Liberal en República Liberal: sociedad y cultura. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Filosofía, 2009, ISBN: 978-958-719-237-7 Fernando Cubides Cipagauta se desempeñó -entre 1975 y 2012- como docente e investigador, en el campo de la sociología. Especializándose en sociología política – maestría realizada en la Universidad de los Andes Uniandes- y adelantando investigaciones en colonización, conflicto, violencia e historia de las ideas políticas. Actualmente es jubilado de la Universidad Nacional de Colombia, -en la cual realizó un pregrado de sociología- y se declara como investigador y escritor activo. Entre sus obras más importantes se destacan: “La Violencia en el Municipio Colombiano”, “Desplazados, Migraciones Internas y Reestructuraciones Territoriales” y por último, “Colonización, Coca y Guerrilla”. Podríamos afirmar que es un autor interesado especialmente en hechos históricos de Colombia en el siglo XX; como el tema del capítulo el cual nos corresponde. Sin embargo, sus investigaciones actuales tratan sobre la Cátedra de Pensamiento Colombiano. Este capítulo hace parte de un seminario realizado dentro de la Cátedra de Pensamiento Colombiano, adscrita al Departamento de Filosofía, de la Universidad Nacional de Colombia. Sus autores representan a un amplio espectro de disciplinas académicas (filosofía, teoría literaria, sociología, antropología, arquitectura, matemáticas, etc.). Este grupo multidisciplinario tiene como propósito ofrecer elementos para la formación de la conciencia nacional, a través de la recuperación y el análisis de la obra de los escritores y de los estadistas, como también de programas políticos y sociales que en el devenir social y cultural colombiano han tenido como objetivo pensar los problemas y ofrecer criterios de solución en las diferentes épocas que conforman nuestra historia. Tal es el caso de la llegada del liberalismo a Colombia.1 El capítulo -de 32 páginas- respeta una línea de tiempo, es decir, comienza narrando sobre los primeros procesos para institucionalizar un Código de Trabajo en 1928, y luego nos presenta todo el proceder a partir de 1930 del Partido Liberal, sus dificultades, (principalmente en poner en vigencia la ley), su “apogeo” en el segundo y tercer gobierno del liberalismo, y finalmente la huelga hecha por los trabajadores de Fedenal, -inició el 18 de diciembre de 1945 y concluyó hasta la primera semana de 1946- la cual significó el fin del ciclo liberal.

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Rubén Sierra Mejía, Editor de la obra: “República Liberal: sociedad y cultura”

Objeto de investigación El Sindicalismo y el liberalismo en los años 30’ (1930-1946) Consolidar las formas políticas de la Nación para tener así un Estado vigoroso, y cambiar la postura de un ciudadano denominado por Alberto Lleras como un “hombre desamparado”, fue de los mayores logros que trajo el Partido Liberal y consigo el sindicalismo. El proceso por el cuál se llevó a cabo toda esta restructuración política, social y cultural en la llamada República Liberal (1930-1946) es el tema del artículo el cual procederemos a reseñar. Antes de cortar la hegemonía del Partido Conservador en la política colombiana, precisamente en 1928, ya existía un proyecto de Código del Trabajo elaborado por un grupo de funcionarios de la Oficina del Trabajo, fue elaborado mediante una revisión de la legislación laboral a escala mundial. Aunque hayan conseguido proyectos favorables en vía de ser aprobados, es cierto, que no eran suficientes para las necesidades de los trabajadores los cuales, individualmente sólo pueden formarse en un concepto y en una práctica de Estado que lo reduce al aparato de gobierno, en el mejor de los casos, y que le es hostil, según Alberto Lleras en su obra: “El hombre desamparado”.2 Y además el país estaba con la herida fresca por el hecho el cual acababa de acontecer, uno de los episodios más terribles, significativos y recordados en Colombia: La masacre de las Bananeras. El pueblo colombiano estaba sin rumbo y necesitaba de la intervención del Estado. Con el ascenso del liberalismo al poder en 1930, se realiza y actúa una nueva concepción del Estado. En la serie de cuatro gobiernos surge la Ley 83 de 1931, la cual confirió un estatuto legal al sindicato como organización, también la Reforma Constitucional de 1936, la cual dio el beneficio del derecho de huelga como norma constitucional, y nace la Ley 6 de 1945 la cual antes era el Decreto 2350 de 1944, originada para crear una jurisdicción especial para los conflictos laborales, obviamente no son tomados en cuenta proyectos que no se plasmaron en ley, pero aun así están dentro del proceso.3 Sin embargo, durante el gobierno de Enrique Olaya Herrera no se tuvieron los resultados esperados, las modificaciones en la política económica fueron casi que imperceptibles y la ley opera de una manera escasa, pues en 1934 solo existían 164 sindicatos legalizados y con personería jurídica según lo estipulaba la legislación. La pasividad frente a sanciones para empresarios que deseen deshacerse de los sindicatos, la aversión a cambiar prematuramente fenómenos de la vida económica e industrial y la corrupción dentro de los sindicatos, ha hecho que la Ley 83 de 1931 no haya dado los resultados que los obreros hubiesen esperado. Pero el problema de la ley era el de su vigencia, pues no se la 2

Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 131

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Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 120

encontraba necesaria. Esto debido a los artículos restrictivos a todo lo largo del primer periodo liberal; la prohibición de la huelga; la prohibición expresa y categórica de cualquier vínculo con la política militante del país, son algunas restricciones que disgustaron a los organizadores sindicales y por tal motivo la poca militancia de la ley. Adán Arriaga Andrade fue el protagonista decisivo y cronista inicial de la política laboral durante todo el Partido Liberal, como ministro del trabajo en la segunda administración de López Pumarejo, expresa con claridad la intención de servirse del aparato sindical en formación para dar nuevas bases y más posibilidades a la acción del Estado.4 También es de admirar el trabajo hecho por Alberto Lleras, principalmente con el manejo que le dio a la huelga hecha por el poderoso sindicato de Fedenal en el Río Magdalena, su sabiduría y decisión que lo han caracterizado en todos los actos de su vida, el entonces presidente, enfrentó el reto para impedir el incalificable abuso y sancionar la arrogante actitud asumida por los directivos de Fedenal.5. Fue muy necesario para el Partido Liberal el aporte de legitimidad el cual le confirió el sindicalismo, ayudó al Estado colombiano a afianzarse de la mejor manera para los ciudadanos, en el breve lapso de 16 años. Idea Principal “Los coletazos de la crisis han convertido en necesario, para unos y otros, el sindicato como mecanismo de intervención: para unos, de encauzamiento de los conflictos y de adoctrinamiento religioso; para otros, o para los grupos socialistas, de trinchera para resistir al creciente deterioro del salario e inducir una conciencia política en los obreros”6 El sindicato es muy necesario para unos y otros, pues el país está atravesando una crisis, en la que principalmente afecta a los trabajadores los cuales sufren la deflación del salario. Como contrapartida el Estado recurre a medidas de improvisación, las cuales ocasionan condiciones inestables y generan incertidumbre entre toda la población activa. Guste o no, es necesario el sindicato, y a lo largo de esta investigación el autor expone la importancia y la institucionalización del sindicalismo en la República Liberal; ¿por qué es necesario insistir con el sindicalismo? la crisis, un fuerte argumento tal y como lo expone el párrafo ya citado. Fuentes primarias “Ley 83 de 1931”, esta legislación marca un hito en la historia de los trabajadores, pues reconoce por primera vez varios derechos, entre ellos la huelga y la constitución de sindicatos. Al comienzo de su implantación, aquella Ley tiene graves problemas, pese a ser Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 141 Editorial de “El Tiempo”, el 22 de julio de 1986 6 Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 134 4

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la legislación más importante impuesta en el periodo liberal, los primeros cuatro años fue un rotundo fracaso, era muy poca su operatividad en las empresas, dado que no la consideraban necesaria. Pero logró reponerse, ya que en el segundo y tercer periodo contaba con más ejecución, ya eran mucho más los sindicatos existentes. Así como también se menciona la “Ley 6 de 1945”, antes era conocida como el Decreto 2350 de 1944, fue originada para crear una jurisdicción especial con base a los conflictos laborales.7 Por último se hace mención a la “Ley 83 de 1923”, es la creadora de un Código del Trabajo, la cual se le había asignado a la Oficina General del Trabajo desde 1927, elaborarlo y vigilar el cumplimiento de las leyes existentes en materia laboral era su función. Para ello contaba con un grupo de diecisiete inspectores.8 Ante la falta de un código que formule las varias modalidades que puede adquirir la relación laboral, surge el “Boletín de la Oficina General del Trabajo” por parte de la Oficina Nacional del Trabajo, suplen esa falta de codificación y van sentando jurisprudencia.9 El periódico “El Tiempo” y la revista “Acción Liberal” fueron grandes promotores del sindicalismo, por lo cual se citaron varias publicaciones suyas, haciendo referencia a la importancia de la implantación de sindicatos en las empresas nacionales. Son también mencionados brevemente el periódico “La Unidad”, el cual era de carácter conservador, por lo tanto no eran partidarios del sindicalismo; y el periódico “Unirismo” el cual, dictado por Alejandro López hace una interesante diferenciación entre los analfabetos del trabajo y los que emplean la técnica. La editorial de “El Liberal” y el “Diario Popular” son puestos en escena para concluir el episodio frustrante de la huelga hecha por los trabajadores de Fedenal. Son citados obras de grandes autores las cuales tuvieron un eco importante en su tiempo, y fueron tomadas en cuenta, tal es el caso de la obra de Alberto Lleras: “El hombre desamparado”, por sus palabras aparece un programa de gobierno ejecutado por él mismo. “El salario de la mujer” de Luis Tejada, buscaba la justicia en el trabajo femenino. “El liberalismo y los derechos del trabajador” de Adán Arriaga, concluyendo lo que es obvio en nuestro tiempo pero dificultoso de entender en 1931: actúa una nueva concepción del Estado con el acceso al poder del Partido Liberal. “Economía industrial y administración” de Mariano Ospina Pérez sobre sistemas para calcular el salario. “La estadística nacional: su organización, sus problemas” de Carlos Lleras Restrepo, el Gobierno sentará las bases de una estadística del trabajo con ese libro. A continuación referenciaremos brevemente registros históricos citados en el capítulo, los cuales son poco relevantes en la tesis, pero grandes fuentes de investigación: “Plan de organización del liberalismo en todos los municipios. Reglamentación de las casas liberales Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 120 Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 121 9 Fernando Cubides, “República Liberal: sociedad y cultura”, p 139 7 8

en la República”; “La política oficial: mensajes, cartas y discursos del presidente López”, “La correspondencia internacional”; “Carta circular a los industriales del país, en Industrias Nacionales”; “Encuesta Etnográfica Nacional”; “Concepciones y debates sobre la cuestión agraria (1920-1938)”; y por último “Una tesis de gobierno: el contrato colectivo de trabajo, en Industrias Nacionales” Fuentes secundarias Las investigaciones hechas de forma científica posteriormente al liberalismo, es a lo que llamamos historiografía, nos brindan más información y una perspectiva, quizás, diferente a la que tengamos en mente. Comenzamos con el pionero en el tratamiento del tema: Miguel Urrutia Montoya y su obra “Manuel de historia en Colombia”, en la cual concluye que la existencia de los sindicatos depende de variables políticas y no económicas, reafirmado por Selig Perlman en su obra “Teoría del Movimiento Obrero”. Daniel Pécaut, sociólogo francés, fue el que ha considerado de mejor forma los aspectos valorativos e ideológicos de la acción sindical, dispuso de información de primera mano la cual enriqueció su investigación, y además por ser extranjero, examina el sindicalismo colombiano de una forma cosmopolita, comparándolos con otros países; todo ello en su obra “Los Inconformes”. Paralelo El Estado colombiano está pasando por una restructuración política social y cultural, con el ascenso del liberalismo al poder, se plasma un hecho histórico, el cual es haber roto la hegemonía del Partido Conservador, por lo cual iba a traer cambios decisivos, como la implantación de la Ley 83 de 1931, el derecho a la huelga, exigir salarios más adecuados etc. Todo ello hace parte de un proceso y el colombiano o sujeto, está sujetado a ese proceso. El problema es que el agente no sabe que esta sujetado a esa estructura, y se le hace imposible comprender la lógica de sus modificaciones, las tendencias, las fuerzas que lo impulsan y lo frenan, las posibilidades que encierra. El sujeto sin saber nada de aquello, va a objetivar, seguramente, de una manera inadecuada y no va a ser de mucha ayuda su aporte. Adán Arriaga Andrade comprendió con claridad la política laboral de ese período y por ello fue el protagonista decisivo y cronista inicial del sindicalismo. Es algo parecido con lo que estamos viviendo hoy en día, el proceso de paz es un hecho histórico el cual debe objetivarse desde una perspectiva histórica, teniendo en cuenta la estructura de ese conflicto el cual se extendió por más de cincuenta años. Tal como lo expresa Estanislao Zuleta.10

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Estanislao Zuleta, Anotaciones sobre el método: ¿Para qué la Historia? En Conferencias sobre Historia Económica de Colombia.

Opinión El liberalismo y el movimiento sindical durante la República Liberal, escrito por Fernando Cubides Cipagauta, no solo es un gran aporte a la historiografía moderna, sino que también atribuye a otras disciplinas académicas como la filosofía, la teoría literaria, la sociología, la antropología, etc. Es muy importante en la historia de Colombia el ascenso al poder del Partido Liberal, por lo que significó la implementación del sindicalismo, la consolidación del Estado y con ello la mentalidad del colombiano. Este libro y el capítulo en particular, basándose en fuentes históricas, es de gran ayuda tanto para los principiantes en este tema, como para los experimentados; los artículos de periódicos y revistas los cuales son citados, nos ayudan a comprender el contexto y la situación del año al que se refería. No todo fue color de rosas durante el periodo liberal, hubo momentos de incertidumbre y desazón las cuales, fueron bien resueltas primordialmente por los grandes voceros de este movimiento político, como Alberto Lleras, Adán Arriaga, Alfonso López, etc. Un gran período el cual debe ser estudiado detenidamente por quienes deseen estudiar el siglo XX colombiano, y por supuesto, no se puede quedar afuera de la investigación el libro: República Liberal, sociedad y cultura.

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