F. De Carreras. Una Alocada Carrera

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12 LA VANGUARDIA

PO LÍ TI CA

SÁBADO, 13 SEPTIEMBRE 2008

El conflicto vasco La estrategia de Vitoria

El recurso de Ibarretxe al Tribunal Europeo de Derechos Humanos será un camino erizado de dificultades

Estrasburgo... o no

VINCENT WEST / REUTERS

El lehendakari Juan José Ibarretxe se despide de la prensa tras su comparecencia de ayer JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

El recurso que Ibarretxe se plantea para llevar su proyecto de referéndum ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) va a ser un camino erizado de dificultades, a la vista de los antecedentes del caso y las normas que regulan el funcionamiento de esa instancia. De entrada, el Gobierno estima que el Ejecutivo vasco no está legitimado para acudir a Estrasburgo. El Tribunal Europeo acoge las demandas de particulares que consideran vulnerados sus derechos fundamentales, o de organizaciones no gubernamentales. De ahí que Ibarretxe haya pedido a los ciudadanos vascos que acudan a título individual a Estrasburgo para exponer que estiman conculcados sus derechos políticos con la prohibición de la consulta. Y por ello el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, advirtió ayer que un recurso del Gobierno vasco podría constituir un “fraude de ley”. En cuanto al contenido de la demanda, debe referirse a alguno de los extremos recogidos en el Convenio de Roma, de 1950, texto que protege los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE. En-

tre esos derechos, no figura el de autodeterminación. El Gobierno se opondrá, en este sentido, a que pueda considerarse que la prohibición de la consulta de Ibarretxe vulnera algún derecho fundamental de los ciudadanos del País Vasco. La tesis del Ejecutivo es que los ciudadanos vascos tienen, como el conjunto de los españoles, plenas posibilidades de participación política, mediante los derechos de asociación y sufragio para la elección de los miembros de las distinEL INCIDENTE

Elogios de la Liga Norte a Otegi ]Mario Borghezio, eurodi-

putado de la Liga Norte (partido socio del Gobierno Berlusconi), se ha mostrado entusiasmado con la estancia de Arnaldo Otegi en Italia, asegurando que lo recibe “con los brazos abiertos”, pues es un “guerrillero de la libertad”. “Bienvenidos sean un petardo o una bomba-papel si se trata de defender la libertad”, ha dicho.

tas asambleas legislativas local, autonómica y central. El citado Convenio de Roma no recoge, en cambio, un supuesto derecho al ejercicio de la democracia directa. La oposición al recurso del lehendakari y los ciudadanos vascos que le secunden expondrá, en suma, que no existe un derecho a ser consultado para abrir un proceso de autodeterminación ni un derecho fundamental previo al ejercicio de la democracia directa. Como ha hecho ante el TC, el Gobierno defenderá llegado el caso en Estrasburgo que la convocatoria de un referéndum es competencia del Estado, según prevé la Constitución. Finalmente, el Ejecutivo estudia la posibilidad de oponerse a eventuales recursos de particulares porque para acceder al Tribunal de Estrasburgo hay que haber agotado previamente la vía interna. Nadie, de hecho, recurrió la decisión del Gobierno de impugnar la ley de convocatoria del referéndum. Tampoco los partidos vascos recurrieron la decisión del TC de rechazar que fueran parte en el proceso. Y todo ello hubiera podido hacerse.c LEA LA RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN www.lavanguardia.es/documentos

Francesc de Carreras

Una alocada carrerra

P

ocas sentencias le han resultado tan fáciles de elaborar al Tribunal Constitucional como la que anteayer aprobó sobre la propuesta de referéndum patrocinada por el lendakari Ibarretxe. Cualquier alumno medianamente versado en derecho constitucional la hubiera resuelto con los mismos argumentos y en el mismo sentido que lo han hecho por unanimidad los magistrados del tribunal. No ha habido, pues, sorpresa alguna. Sin embargo, Ibarretxe sigue en sus trece y ha manifestado que la sentencia es un “atropello democrático” y un “atentado al autogobierno vasco” que antepone “la razón política a la razón jurídica”. Afirmaciones todas ellas grotescas y ridículas que no hace falta ni siquiera comentar. Como también será grotesco y ridículo el anunciado recurso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que, con toda seguridad, ni siquiera será admitido a trámite porque no encuentra justificación en ninguno de los derechos que el Convenio Europeo garantiza, únicos sobre los que puede pronunciarse el Tribunal. Todo ello lo sabe Ibarretxe perfectamente, se lo habrán dicho los juristas que le asesoran. Entonces, la pregunta a formular es: ¿por qué Ibarretxe y el Gobierno vasco, a sabiendas, cometen tales barbaridades jurídicas? También pocas dudas caben al respecto: el PNV necesita votos para mantenerse en el poder y debe atraerse en la próximas elecciones autonómicas a aquellos electores que tradicionalmente dan soporte a la izquierda abertzale cuyo actual partido, el EHK, sucesor de la mítica Batasuna, está a punto de ser ilegalizado y, por tanto, no podrá presentarse a los comicios. El descenso de votos del PNV en las últimas contiendas electorales es bien conocido: sólo decir que en Ibarretxe quería ser las generales de el Bolívar de Euskadi marzo pasado el le rebasó en 11 y puede acabar siendo PSE puntos. Ante tal el enterrador del PNV descalabro, las opciones eran dos: o rectificar la vía Ibarretxe –que ya provocó la dimisión de Josu Jon Imaz– o intensificarla. Se optó por esta última opción, a pesar de las reticencias del mismo Urkullu, máximo dirigente del partido. Cambiar el rumbo ahora resulta francamente difícil. Sin embargo, esta alocada carrera hacia ninguna parte emprendida por Ibarretxe para proseguir con su famoso y fracasado plan tiene hoy toda la pinta de ser simplemente una suerte de salvación política personal, sin tener en cuenta los intereses de su partido. Porque así como el PNV puede recibir votos de la izquierda abertzale que se ha quedado sin partido, también puede perder los de muchos nacionalistas moderados, tradicionales votantes del PNV, que ahora pueden trasladar su voto a los socialistas o a la abstención. Ibarretxe quería convertirse en el Bolívar de Euskadi y puede pasar a la historia como el enterrador de un cierto PNV que se ha desviado del camino de la autonomía para emprender el de una utópica soberanía. Otros, en Catalunya, quizás deberían aprender esta lección.

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