Cuando se habla sobre estrés laboral lo primero que se menciona es el gran aumento que ha tenido este fenómeno el último tiempo, siendo cada vez más frecuente y acentuado en la mayor parte de los trabajos actuales, presentándose como una tendencia creciente en el mercado laboral moderno. Son muchos los estudios y estadísticas no sólo a nivel nacional sino que también mundial, que dictan el aumento de estrés laboral en la mayor parte de las empresas, focalizándose mucho en la importancia que se debe tener sobre este tema, ya que tal como lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su artículo “la organización del trabajo y el estrés”, las consecuentes de este fenómeno son variadas arrastrando gran cantidad de problemáticas. Entre ellas se visualiza a nivel de individuo deterioros tanto físico como psicológico, problemas en el trabajo involucrando deficiencias en la productividad laboral y la dedicación que se pueda prestar a ésta. A nivel organizacional se observa un declive en el clima laboral, aumento de la tasa de accidentes, creciente cantidad de quejas de usuarios y el deterioro de la imagen institucional. Por otro lado es posible mencionar que el estrés laboral es considerado como uno de los mayores causantes del ausentismo, por lo tanto se puede observar que tanto el individuo como las organizaciones se ven afectados por este fenómeno llamado estrés laboral (Leka, Griffiths, Cox, 2004)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el estrés laboral es considerado como un “conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”; en otras palabras, el estrés es un conjunto de respuestas fisiológicas, emocionales y conductuales del organismo ante estímulos o situaciones que significan peligro y que no se ajustan a los conocimientos y capacidades del trabajador. Es decir, que el cuerpo de alguna manera comienza a somatizar por no dar respuestas óptimas o insuficientes a un contexto con variables cargadas de requerimientos. (Leka, et al. 2004)
En el primer semestre de 2007, 11.835 trabajadores presentaron licencias médicas por estrés, que significan 14 días de ausentismo, es decir, según el ministerio de salud el 30% de las licencias médicas son por dolencias físicas o mentales y el 40% del ausentismo laboral tienen raíz en este mal.
En el artículo “Estrés Laboral” realizado por el Ministerio del Trabajo y Previsión Social el 2001, se comenta que los principales síntomas asociados a este mal se relacionan a síntomas físicos, psicológicos y conductuales, pero la mayor relevancia de este artículo es la relación que existe entre condiciones laborales y estrés, mencionando que las condiciones de trabajo tienen conexión directa a este fenómeno. Se destaca que las condiciones laborales deficientes favorecen el desarrollo de trabajos poco saludables plasmando situaciones directamente estresantes. Éste destaca que las condiciones que mayoritariamente hacen incremento de estrés en los trabajadores son: Condiciones relacionadas a las tareas a realizar: trabajos que contengan esfuerzos físicos o psicólogos relevantes en tiempos prolongados sin descansos necesarios u oportunos con
horarios rotativos. Trabajos rutinarios y monótonos con altos niveles de exigencia y que requieren de rapidez en la tarea. Estilos de dirección: trabajos donde existan direcciones autoritarias sin procesos de participación por parte de los subordinados, con mala comunicación a nivel general y con amplias carencias de bienestar. Relaciones interpersonales: trabajos con deficiente ambiente social o ausencia de un óptimo y adecuado clima laboral, además de malas relaciones interpersonales tanto a nivel de compañeros como de jefaturas. Roles en el trabajo: cuando se presentan altas expectativas laborales y no son llevadas a término, existiendo un alto nivel de frustración. Trabajos con altos niveles de responsabilidad, presencia de contradicciones laborales y necesidad de asumir variados roles. Preocupación por la carrera laboral: trabajos con altos niveles de inseguridad por la inestabilidad que puede presentar la organización, presencia de faltas de oportunidades, cambios drásticos en la empresa lo que no permite procesos de preparación. Falta de participación: trabajos que no dan la posibilidad a la creación de nuevas ideas, restricción de iniciativas, de opiniones y decisiones. Control: trabajos con altos y amplios niveles de estrictas supervisiones. Condiciones ambientales: contextos laborales con presencia de condiciones físicas deficientes y desagradables para trabajar, exposición a condiciones de riesgo. Bajo esta lógica, las variables que mayoritariamente causan estrés laboral de acuerdo al estudio, están relacionadas a la sobre carga laboral, las presiones del tiempo para el cumplimiento de resultados y metas, la existencia de supervisiones exigentes, la inseguridad en el ambiente laboral, la mala preparación para cumplir responsabilidades, las ambigüedades de roles a desempeñar, los cambios radicales de cualquier tipo dentro de la organización y los ritmos de trabajos exigentes con pocos descansos y control.
Es posible observar que las condiciones a las que los trabajadores se ven diariamente enfrentados como la falta de estabilidad laboral, los despidos y recontrataciones por menos dinero, la reducción de ingresos, las exigencias de las empresas por cumplir frecuencias extraordinarias incrementando las horas extras, el maltrato de los usuarios, el déficit en tipos de contrato, el déficit en las medidas de higiene y seguridad, sumado además a los vacíos legales que existen en relación al tipo de trabajo, como derecho a horas de descanso y de colación que se le otorgan a los conductores, produce finalmente un incremento de estrés laboral en los trabajadores del transporte urbano.
sus condiciones están constituidas por características tales como tareas con altos esfuerzos psicológicos en tiempos prolongados sin los descansos necesarios, horarios rotativos, trabajos rutinarios y monótonos, además déficit en condiciones ambientales como contextos con deficiencias físicas y altas exposiciones de riesgo, que, según el estudio del Ministerio del Trabajo antes mencionado, provoca como resultado altos niveles de estrés y desarrollo de un trabajo poco saludable. recorren lugares con alta vulnerabilidad y peligrosidad, lo que nos llama aun más la atención y nos lleva a querer saber cómo enfrentan los operarios estas diversas, escasas y muchas veces deficientes condiciones de ciertas comunas o lugares que deben enfrentar.0
horario de trabajo podría tener un mayor grado de relación con altos niveles de estrés en los operarios. Si tomamos en cuenta lo expuesto por el estudio de ICAL, en conjunto con las demandas que presentan los conductores de Transantiago en el diario Emol el presente año, podemos observar que una de las falencias características dentro de la empresa es la exigencia en relación a los horarios de trabajo y las horas extras,
SÍNTOMAS QUE PUEDE PROVOCAR EL ESTRÉS LABORAL Los síntomas de ansiedad más frecuentes son: 1. A nivel cognitivo-subjetivo:
preocupación, temor,
inseguridad,
dificultad para decidir,
miedo,
pensamientos negativos sobre uno mismo
pensamientos negativos sobre nuestra actuación ante los otros,
temor a que se den cuenta de nuestras dificultades,
temor a la pérdida del control,
dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse, etc.
2. A nivel fisiológico:
sudoración, tensión muscular,
palpitaciones,
taquicardia,
temblor,
molestias en el estómago,
otras molestias gástricas,
dificultades respiratorias,
sequedad de boca,
dificultades para tragar,
dolores de cabeza,
mareo,
náuseas,
molestias en el estómago,
tiritar, etc.
3. A nivel motor u observable:
evitación de situaciones temidas, fumar, comer o beber en exceso,
intranquilidad motora (movimientos repetitivos, rascarse, tocarse, etc.),
ir de un lado para otro sin una finalidad concreta,
tartamudear,
llorar,
quedarse paralizado, etc.
El estrés, además de producir ansiedad, puede producir enfado o ira, irritabilidad, tristeza-depresión, y otras reacciones emocionales, que también podemos reconocer. Pero además de estas reacciones emocionales podemos identificar claramente otros síntomas producidos por el estrés, como son el agotamiento físico, la falta de rendimiento, etc. Finalmente, si el estrés es muy intenso y se prolonga en el tiempo, puede llegar a producir enfermedades físicas y desórdenes mentales, en definitiva problemas de salud.
Signos fisiológicos del estrés Descarga de adrenalina. Tensión muscular.
Aceleración de la respiración. Aumento del ritmo cardíaco y la presión sanguínea. Sequedad bucal. Sudoración. Dilatación de la pupilas. Aumento de la actividad hormonal. Principales consecuencias psicofísicas del estrés Trastornos físicos: Trastornos del sueño (dificultades para dormirse y/o para tener un sueño continuo). Fatiga o caída de la energía. Pérdida o exceso de apetito. Trastornos gastrointestinales (indigestiones, diarreas o constipaciones, úlceras, etc). Trastornos cardíacos. Dolores de cabeza. Trastornos psicológicos: Ansiedad. Nerviosismo. Irritabilidad. Depresión. Pérdida del sentido del humor. Trastornos de memoria. Dificultades para la concentración y la atención. Disfunciones sexuales. Principales consecuencias en el comportamiento: Disminución de la productividad laboral. Disminución de la calidad del trabajo. Dificultades en la relación con los demás. Olvidos. Indecisión. Evitación de responsabilidades. Accidentes. Las consecuencias del estrés al volante Conducir es una actividad exigente y cambiante, por ende, potencialmente estresante. Conducir es una acción compleja que nos exige mucho más de lo que parece. Involucra al conductor psicológica y físicamente. Requiere de concentración y un estado de alerta y atención permanentes. Por ello, el logro de un desempeño correcto depende, no sólo de las habilidades adquiridas por el conductor para dominar su vehículo en todo tiempo y circunstancia, y del adecuado estado físico para poder
percibir adecuadamente las situaciones del camino, sino que también depende de la experiencia, de la clara conciencia de los riesgos de moverse en el sistema del tránsito, y de la madurez y equilibrio emocionales, que harán posible el desarrollo de actitudes y comportamientos seguros. Un conductor estresado no está en las mejores condiciones para conducir con seguridad ya que las exigencias del tránsito lo sobrepasarán fácilmente, amentando significativamente la tensión y el malestar interior. Un conductor estresado es un conductor en riesgo Cada dificultad en el camino (un embotellamiento en el tránsito, el auto que lo antecede circulando a menor velocidad, alguien que lo molesta con sus luces, el semáforo en rojo, cambios en el estado del camino, etc.) será causa de excesiva tensión y ansiedad con desencadenamiento de respuestas de riesgo de tipo erráticas y/ agresivas (conducción a excesiva velocidad, sobrepasos y cambios de carril permanentes, conducción encimada al vehículo que va adelante, maniobras bruscas y no avisadas, equivocaciones por distracción, indecisión frente a un imprevisto, etc.). Todas las situaciones descriptas son potenciales generadoras de incidentes que derivarán, en muchos casos, en accidentes. Entonces, teniendo en cuenta las dificultades de la vida de hoy, con mucha gente sufriendo un estado continuo de tensión y exceso de preocupaciones, ¿qué puede hacerse para disminuir el estrés al conducir? Algunos consejos para reducir el estrés al conducir - Primeramente, ser conciente del estado en que se encuentra. Si usted sabe que está atravesando un momento emocionalmente difícil, si está sufriendo algunos de los síntomas que se detallan más arriba, habrá que extremar las medidas de seguridad al conducir o bien, en situaciones límite, evitar conducir. - Planifique cada viaje dándole más tiempo del estimado necesario para ese recorrido. De esta manera evitará la ansiedad frente a demoras o inconvenientes en el camino. Si va a emprender un viaje prolongado, estime al menos una hora o más de tiempo para imprevistos y no se autoimponga una hora precisa para llegar. Si el viaje es corto, procure salir con varios minutos de antelación. - Disminuya la velocidad y adécuela a las circunstancias del camino, del flujo de tránsito y al estado emocional. Está comprobado que a mayor velocidad de circulación, mayor tensión. Por eso, para distenderse es bueno buscar una velocidad en la que se siente que se circula más relajado. Por otra parte, al circular más despacio se tiene más tiempo para reaccionar ante un imprevisto o corregir una maniobra equivocada. - Acepte las circunstancias del tránsito. Esto significa que frente a un embotellamiento, obstrucción, semáforos mal coordinados, flujo de tránsito lentificado, etc, hay que procurar calmarse y no intentar forzar la velocidad de marcha apurando a los otros, violando normas o zigzagueando; pensar que la salud y la seguridad están en juego. Si es necesario, realice ejercicios respiratorios de relajación por medio de inspiración profunda con exhalación lenta. Puede ayudarse escuchando una música agradable y relajante.
- Frente a un conductor torpe, lento y/o agresivo, no se enganche. Procure evitarlo, según el caso, cediéndole el paso, o sobrepasándolo con precaución y ponga distancia de él. Piense que su salud y seguridad son su prioridad. - Evite discutir con los acompañantes de viaje sobre temas conflictivos. - No atienda el teléfono celular mientras conduce, es fuente de distracción y sumador de tensiones. - Descanse un mínimo de 7 u 8 horas cada noche. La mayoría de las personas necesitan ese tiempo de sueño para funcionar bien durante el día. Procure tener los mismos horarios para su descanso, de manera de ayudar al funcionamiento de su organismo. Si padece de insomnio o se despierta varias veces en la noche pida ayuda profesional. Un conductor fatigado es un conductor disminuido en su capacidad de conducir.
- Evite el consumo de alcohol y /u otras drogas desde horas antes de conducir ya que alteran su rendimiento, percepción y capacidad de respuesta al conducir. - Si viaja con niños a cargo, procure que viajen entretenidos y con los cinturones de seguridad colocados.