VALORACIÓN HEMIPLEJICO ADULTO MAYOR
DEL Y
La valoración de la capacidad funcional se encuentra incluida dentro del concepto mas genérico de Evaluación en un paciente hemiplejico y en un adulto mayor, entendiendo esta como aquel proceso de diagnóstico multidimensional e interdisciplinar, dirigido a las capacidades funcionales, médicas y psicosociales de un anciano y de un hemiplejico en orden a desarrollar un plan de tratamiento y de seguimiento. Por lo tanto, va mas allá del examen médico de rutina en su énfasis en los aspectos funcionales y en la calidad de vida, en su exhaustividad, en la utilización de instrumentos estandarizados de medida y en la utilización de equipos multidisciplinares. En este articulo se pretende analizar tres escalas que valoran la incapacidad AVD, y mostrar cual podría ser más completa para la evaluación de un paciente hemiplejico o también adulto mayo. LAWTON Y BRODY. Este instrumento valora la capacidad de desarrollo de tareas que implican el manejo de utensilios habituales y actividades sociales del día a día, a través de 8 ítems: cuidar la casa, lavado de ropa, preparación de la comida, ir de compras, uso del teléfono, uso del transporte, manejo del dinero, responsable de los medicamentos. Se puntúa si el individuo realiza la tarea, no si declara que puede hacerla, desde la máxima dependencia (0 puntos) a la independencia total (8 puntos). Incluye un rango de actividades, más complejas que las que se necesitan para el auto
cuidado personal, como las que permiten a la persona adaptarse a su entorno y mantener su independencia en la comunidad. Esta escala da mucha importancia a las tareas domésticas, por lo que en nuestro entorno los hombres suelen obtener menor puntuación. Una de las limitaciones de esta es que incluye actividades que no son realizadas por toda la población ya que hay que tener en cuenta el estrato social, el nivel de educación, la ocupación, si maneja algún medicamento de base entre otros. Adicionalmente hay que tener en cuenta que algunas de estas actividades se van perdiendo normalmente con la edad, lo cual tendría mucha variación en el resultado final. Otro limitante de esta escala es el método de calificación en el momento de responsabilidad respecto a la medicación ya que le da la misma puntuación a una persona que no es capaz de realizar la administración de su medicamento a si lo hace con la dosis preparada con anterioridad. También sucede cuando evalúa la capacidad de de usar el teléfono, tiene la misma puntuación la persona que utiliza el telefono por iniciativa propia a la que es capaz de contestar pero no de marcar. Lo mismo ocurre en la preparación de la comida donde califica de igual manera la preparación adecuada de las comidas si le proporcionan los ingredientes, a la persona que necesita que le preparen y le sirvan la comida. Desde este punto de vista la escala de Lawton y brody califica la discapacidad funcional con factores sociales modificables que no pueden ser muy objetivos, limitando o privando a un paciente de realizar o incorporarse a la vida cotidiana. BARTHEL El índice de Barthel fue publicado en 1.965 por Mahoney y Barthel tras diez años de experiencia en su uso para
valorar y monitorizar los progresos en la independencia en el auto cuidado de pacientes con patología neuromuscular y/o músculo esquelética, también permite evaluar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) en pacientes anciano Por otra parte, es la escala más utilizada internacionalmente para la valoración funcional de pacientes con patología cerebro vascular aguda y sus complicaciones como la demencia vascular. Es una escala heteroadministrada. El tiempo de cumplimentación es aproximadamente de 5 minutos, y la recogida de información es a través de observación directa y/o interrogatorio del paciente o, si su capacidad cognitiva no lo permite, de su cuidador o familiares. En este punto encontramos la primera limitación ya que si el paciente presenta problemas cognitivos. Los datos del interrogatorio pueden carecer de veracidad. Otra dificultad de esta escala son las derivadas de la metodología en la recogida de información, ámbito de utilización del instrumento y número de actividades evaluadas como, composición de estas actividades por diferentes elementos que pueden alterarse. Ha esta escala le faltaría la utilización de instrumentos que faciliten la observación y por ende la calificación. Por último encontramos que que el contenido fundamental descansa en tareas dependientes de las extremidades inferiores, característica que limitaría a la población de afectados, ya que no todos los pacientes hemiplejicos y adultos mayores, están afectados de estas extremidades. KATZ Creado en el año 1958 por un equipo multidisciplinar dirigido por S. Katz y formado por enfermeras, médicos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas del THE
BENJAMIN ROSE HOSPITAL (un hospital geriátrico y de enfermos crónicos de Cleveland) para delimitar la dependencia en fracturas de cadera. Aunque fue diseñado como un índice de rehabilitación, se ha empleado en la valoración de muchas enfermedades crónicas como el infarto cerebral o la artritis reumatoide, tanto en pacientes institucionalizados como ambulatorios. Es una escala con buena consistencia interna y validez. Su concordancia con otros test de AVD básica es alta. Además es un buen predictor sobre la estancia media hospitalaria, la institucionalización y la mortalidad a corto y largo plazo, siendo este ligeramente superior al Índice de Barthel, cuando se aplica a pacientes crónicos. Por otra parte, Katz vislumbra que la voluntad consciente puede participar en determinar incapacidades; este es el significado de INDEPENDIENTE para él: “habilidad para funcionar sin supervisión. Se basa en el estado actual no en la habilidad que tenga. A los pacientes que se nieguen a cumplir una función, se les considerará incapaces de realizarla, así sean capaces.” Esto nos indica como lo dice el adagio popular: “No hay pero sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver”. Ese es el punto; que siendo así, entonces, el primer aspecto a tratar será lo ACTITUDINAL que parte de romper el impedimento mental que entorpece la toma de desición para actuar y ser independiente para asumir el desempeño de sus actividades propias como persona capáz . Si no es así, cualesquiera de los métodos que elija corren el riesgo de medir erróneamente.
Esto hace que las dos escalas anteriores sean incompletas, pues estas cuantifican exclusivamente lo estructural y no van más allá de esto, desconociendo la parte a nuestro parecer, de vital importancia en la recuperación de un paciente:su ACTITUD MENTAL.