*** g86 8/9 págs. 46 Revelando el misterio de las enfermedades mentales *** Revelando el misterio de las enfermedades mentales “¡Me aterrorizó pensar que yo tuviera una enfermedad mental! —recuerda Irene—. Palabras tales como ‘esquizofrenia’ o ‘depresión’ simplemente no eran parte de mi vocabulario. Una enfermedad mental llevaba consigo un estigma. Significaba ‘volverse loca’ o que metieran a una en un manicomio. ¡Algunos de mis amigos hasta pensaron que yo estaba endemoniada!” LOCURA, demencia, lunatismo. Estas palabras crean temor y evocan imágenes de celdas con paredes acolchonadas y camisas de fuerza. Sin embargo, no todas las personas con trastornos mentales son maniacos delirantes. Tampoco significa que todas las personas que tengan una personalidad extraña o idiosincrasias padezcan de una enfermedad mental. En este artículo y en el siguiente concentraremos nuestra atención en una enfermedad que comprende la mismísima esencia de las enfermedades mentales. La esquizofrenia: Lo más sombrío de las enfermedades mentales Estando ya en el hospital, Irene reincidió en más casos de identificación errónea. Abrazaba a médicos y enfermeras pensando que eran parientes de ella que hacía mucho tiempo habían desaparecido. Se imaginaba que podía percibir olores que otros no podían. Estaba convencida de que el personal del hospital buscaba la manera de matarla. “En una ocasión tuvieron que atarme a la cama”, confiesa ella. ¿Cuál fue el diagnóstico? Esquizofrenia, una enfermedad que con el tiempo afectará a por lo menos una persona de cada cien. Tan solo en los Estados Unidos se diagnostican anualmente más de cien mil nuevos casos. La persona esquizofrénica no tiene una personalidad doble o múltiple (este es un trastorno diferente y poco común), sino que tiene una personalidad dañada. Considere, por ejemplo, el caso de un joven llamado Jerry, a quien su médico describe como un caso de esquizofrenia ‘por el libro’. Su mirada es inexpresiva por un momento y de repente es hostil y amenazadora. Su habla es una mezcla desarticulada de temores (“Me han llamado aquí para electrocutarme”) y alucinaciones (“A ese cuadro le duele la cabeza”). Voces internas le llenan de terror. Las funciones de su cerebro son frenéticas. La esquizofrenia produce una gran variedad de síntomas extraños: alucinaciones, voces internas, pensar desordenado, temores sin razón y emociones que parecen estar en desacuerdo con la realidad. ¿Qué causa esta enfermedad? Hace solo diez años que los médicos acusaban a los padres de volver locos a sus hijos. Algunos piensan ahora que es más bien a la inversa. Los padres sufren enormes presiones y tensiones cuando un hijo es esquizofrénico. De modo que ahora la mayoría de los médicos dice que fue un error culpar a los padres. Por supuesto, la Biblia exhorta a los padres a no exasperar a sus hijos.
(Colosenses 3:21.) Pero aun si lo hicieran, no parece probable que esto por sí solo haga a sus hijos esquizofrénicos. En esto hay factores implicados que están más allá del control de los padres. El componente genético Nicolás y Alberto (seudónimos) eran gemelos idénticos. Separados al nacer, a Nicolás lo criaron padres adoptivos amorosos y a Alberto una abuela apática. A temprana edad las semillas de la demencia comenzaron a germinar en ambos. Nicolás prendía fuegos y robaba. A Alberto también le gustaba el fuego y torturar a los perros. En ambos se desarrolló la esquizofrenia y los dos fueron a parar al manicomio. ¿Fue esto una casualidad o es que los genes transmiten la esquizofrenia? Se sabe de 14 casos de gemelos que han sido criados separados en los que uno de ellos ha desarrollado esquizofrenia. Nueve de sus hijos también desarrollaron esta enfermedad. Obviamente, los genes desempeñan un papel importante en el desarrollo de la esquizofrenia. No obstante, aunque parezca extraño, solo existe un 46% de probabilidades de que los hijos de dos esquizofrénicos que se casen lleguen a desarrollarla. Según el libro Schizophrenia: The Epigenetic Puzzle (La esquizofrenia: el misterio epigenético), “si la esquizofrenia fuera el producto de un gene dominante, el 75% de los niños debería desarrollar esquizofrenia”. Esto debe implicar algo más que genes. Los autores del libro Mind, Mood, and Medicine (La mente, el humor y la medicina) suponen lo siguiente: “Es bien sabido que una experiencia sicológica —como por ejemplo, combatir la tensión— puede afectar profundamente las funciones químicas, hormonales y fisiológicas del cuerpo. En las enfermedades siquiátricas, una experiencia sicológica en una persona vulnerable puede, con frecuencia, identificarse como el factor que provocó la enfermedad”. ¿Y dónde pudieran encajar en esto los genes? Los doctores Wender y Klein dicen: “Nuestro punto de vista general es que los factores genéticos pueden hacer que la persona sea vulnerable a ciertas formas de experiencias sicológicas”. Por lo tanto, aunque la esquizofrenia en sí quizás no sea heredable, la predisposición a ella puede que sí lo sea. Cerebros anormales La publicación Schizophrenia Bulletin presenta todavía otra explicación sobre este misterio: “La evidencia presentada sugiere que el cerebro de los pacientes esquizofrénicos a menudo muestra anormalidades”. El Dr. Arnold Scheibel alega que en la sección del cerebro llamada hipocampo, las células nerviosas en los pacientes normales aparecen alineadas “casi como pequeños soldados”. Pero en el cerebro de algunos pacientes esquizofrénicos “las células nerviosas y sus funciones están completamente torcidas”. Él cree que esto es lo que causa las alucinaciones e ilusiones de los esquizofrénicos. Se ha
descubierto que en otros esquizofrénicos las cavidades cerebrales se han agrandado. ¡Pero lo más intrigante de todo esto es el descubrimiento de que el cerebro de los enfermos mentales podría tener defectos bioquímicos! (Véase el siguiente artículo.) Hasta la fecha, no se ha hallado ninguna anormalidad ni defecto bioquímico singular que sea común en todos los esquizofrénicos. Por lo tanto, los médicos creen que la esquizofrenia bien pudiera comprender “muchos trastornos con una multitud de causas diferentes”. (Schizophrenia: Is There an Answer? [La esquizofrenia: ¿tiene cura?].) Un virus de acción lenta, deficiencia de vitaminas, trastornos en el metabolismo, alergias a alimentos... estos son solo algunos de los factores que, según se alega, contribuyen a la esquizofrenia. Pero aunque la ciencia médica no conoce con exactitud la causa y el mecanismo de la enfermedad, el Dr. E. Fuller Torrey dice: “La esquizofrenia es una enfermedad cerebral, definitivamente conocida como tal ahora. Es verdaderamente una entidad científica y biológica tal como lo son la diabetes, la esclerosis múltiple y el cáncer”. De igual manera, también hay pruebas de que los trastornos depresivos se relacionan con causas biológicas. Las enfermedades mentales han perdido, por lo tanto, su aureola de misterio y su estigma. La posibilidad de tratarlas se ha convertido en una realidad. *** w88 15/11 págs. 2223 “Palabras espirituales” que alivian la angustia mental *** Una lengua sabia que sana Después que los ancianos hayan hecho cuanto puedan para determinar la naturaleza del problema de alguien, deben obrar en armonía con Proverbios 12:18, que dice: “La lengua de los sabios es una curación”. No, los ancianos no pueden curar la enfermedad misma. Pero su uso cuidadoso de palabras bien escogidas quizás pueda aliviar de ansiedad y tensiones innecesarias a los angustiados. Los ancianos pudieran empezar por seleccionar artículos de La Atalaya y ¡Despertad! sobre problemas mentales y emocionales. Entonces pueden considerarlos con los angustiados para ayudarles a entender mejor su condición. Frecuentemente alivia a estas personas enterarse de que su problema es el resultado de la imperfección física, no de la pérdida del favor de Jehová. Es cierto que puede ser difícil tratar con personas perturbadas, pues algunas se agitan demasiado. Sin embargo, el anciano sabio recuerda que “la respuesta, cuando es apacible, aparta la furia”. (Proverbios 15:1.) El asegurarse de hablar siempre con amabilidad impide agravar innecesariamente la situación. (Colosenses 4:6.) Por ejemplo, un hermano que sufre de esquizofrenia quizás insista en que oye voces. El Dr. E. Fuller Torrey declara: ‘Es contraproducente tratar de argüir con los esquizofrénicos para hacerles descreer sus alucinaciones. Muchas veces eso resulta en malentendidos y estallidos de cólera. En vez de argüir, simplemente
declare su desacuerdo’. En otras palabras, los ancianos pueden explicar pacientemente que, aunque esas voces parezcan reales, es probable que solo sean ilusiones que le crea la mente. Puede haber también muy buenos resultados si se usa eficazmente la Biblia. (Hebreos 4:12.) Por ejemplo, si el enfermo expresa un temor irracional de que Dios lo ha abandonado, sea bondadoso y muestre comprensión. Sin embargo, al mismo tiempo recuérdele con paciencia el poder del rescate, usando textos como Salmo 103:814 y 1 Juan 2:1, 2. Primera de Pedro 5:6, 7 y Romanos 8:26, 27 pudieran ayudar al enfermo a comprender que Dios ‘se interesa por él’ y escucha sus oraciones, aunque a él se le haga difícil expresar con palabras sus sentimientos. Los ancianos pueden entonces seguir el principio de Santiago 5:14 y orar con el angustiado. ¿Qué se puede hacer si la persona angustiada tiende a excitarse por asuntos de poca importancia? Se le puede recordar el consejo bíblico de no hacernos ‘justos en demasía’. (Eclesiastés 7:16.) Otro pudiera beneficiarse del estímulo que da Filipenses 4:8, que pudiera ayudarle a combatir pensamientos inmorales. Otro quizás no reconozca sus limitaciones y se sienta desanimado porque su enfermedad limita su actividad cristiana. Textos como Mateo 13:23 y Lucas 21:14 pudieran ayudarle a comprender que, aunque nuestras circunstancias limiten lo que hagamos, Jehová aprecia muchísimo nuestros esfuerzos. Sí, por el uso de su lengua adiestrada en la sabiduría bíblica los ancianos pueden ayudar y consolar mucho a sus compañeros de creencia angustiados. Una hermana que sufrió de problemas mentales dice: “Realmente aprecio lo que dice Isaías 32:2 acerca de los ancianos de la congregación. Siempre acudieron con consejo práctico cuando los necesitaba”. *** g75 22/7 pág. 6 Las muchas caras de la enfermedad mental *** Las esquizofrenias Entre las formas de enfermedad mental más graves y esparcidas se halla la esquizofrenia. También tiene muchas caras, razón por la cual los psiquíatras a menudo se refieren a ésta en la forma plural. La esquizofrenia es la principal causa de hospitalización, por lo menos en los Estados Unidos. Bien se ha dicho que, mientras que la enfermedad cardíaca causa la mayoría de las muertes, la esquizofrenia es la que causa los mayores pesares. Tres de cada cien personas aproximadamente serán afectadas por algún grado de esquizofrenia alguna vez en sus vidas, principalmente entre las edades de dieciséis y treinta años. Se le denomina “una de las afecciones que más quebranta e incapacita al género humano” y “una de las más conmovedoras experiencias humanas.” Los que padecen de cualquiera de las esquizofrenias se retraen de la vida social y
se retiran a un mundo interior de fantasía, aun hasta el grado de experimentar alucinaciones y/o ilusiones. Sufren de enormes cambios en el funcionamiento de sus sentidos, en sus sentimientos y en su comportamiento. Las personas y los objetos quizás adopten apariencias extrañas; el alimento quizás tenga un sabor peculiar; los olores llegan a ser repulsivos; los sonidos pueden hacerse insoportablemente fuertes o apenas audibles. Interiormente la persona quizás sufra de depresión, tensión y fatiga. Entre las formas más graves de esquizofrenia está la paranoia, es decir, ilusiones de grandeza, un sentimiento de hostilidad, temor de ser perseguido, y así por el estilo; también la catatonía, un estupor que se caracteriza por la incapacidad de hablar y/o mover los miembros. Por lo general los que sufren de cualquiera de estas esquizofrenias son más peligrosos para sí mismos que para los demás. Es por eso que un psiquíatra declaró que en un vecindario compuesto enteramente de esquizofrénicos habría mucho menos violencia que en un vecindario término medio. Pero los suicidios entre ellos son veinte veces más frecuentes. Se calcula que una tercera parte se recobra espontáneamente, una tercera parte permanece como está y una tercera parte empeora. Sin embargo, se debería señalar que por la mayor parte de su vida el esquizofrénico de término medio no es en realidad un desequilibrado. Así es que los esquizofrénicos han hecho logros sobresalientes.