Espiritualidad-amr-al-projiimo.docx

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  • Words: 365
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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA Nombre: Katherin Flores Carrera: Ingeniería Civil Curso: 2do Nivel Grupo 2

Materia: Espiritualidad Fecha: 14/10/2016

¿Qué es el amor al prójimo? La Ley de Moisés enseñaba también al niño israelita quién era el prójimo al que debía amar. El prójimo era, ante todo, el próximo, el cercano, “los hijos de tu pueblo”, es decir, del pueblo de Israel. Así lo dice expresamente la formulación completa del mandamiento del amor al prójimo: “No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yahvéh.” (Lv19, 18). El concepto de prójimo se aplica también al “forastero que vive entre vosotros, a quien miraréis como a uno de vuestro pueblo, y le amarás como a ti mismo” (Lv 19,34). A pesar de las no escasas perspectivas de tipo universalista que aparecen en múltiples lugares del Antiguo Testamento desde Abrahán mismo (Gn 12,3: la formulación restrictiva del mandamiento de amar al prójimo de la misma nación tal como aparece en el Levítico ha marcado profundamente la psicología fuertemente etnocéntrica de buena parte del ‘pueblo elegido’ a lo largo de los siglos. En la enseñanza de Jesús se supera radicalmente el sentido restrictivo que tiene en el Levítico la palabra ‘prójimo’. A partir del evangelio esa palabra recibe un sentido universal que rompe todas las barreras étnicas y religiosas. De las varias enseñanzas que se desprenden de la parábola del buen samaritano la principal es la que quiere responder a la pregunta del legista que provoca la parábola: “¿Y quién es mi prójimo?” (Lc 10,29). El samaritano no es un miembro del pueblo judío, no es por tanto ‘prójimo’ según la Ley para el hombre tendido al lado del camino, ni éste lo es para el samaritano. Pero la Ley de Moisés no es la Ley de Jesús; esta rompe las barreras de las diferencias nacionales y religiosas (Ef 2,14-19) y constituye en prójimo a todo ser humano, en especial al ser humano herido y necesitado. Jesús enseñó con su propia actitud que el prójimo es cualquiera que está en necesidad y a quien yo puedo ayudar, no importa en qué categoría lo haya colocado la sociedad.

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