Varios autores
Escritos católicos Apologética del siglo II, Tertuliano, Montanismo, Gnosticismo, Carismas.
Quipu Editorial
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Quipu Editorial www.quipueditorial.com.ar Diciembre de 2007 Esta edición en formato PDF puede distribuirse de manera libre, siempre que no se distorsione el contenido.
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PRIMERA APOLOGÉTICA CRISTIANA DEL SIGLO II {Los apologistas cristianos del siglo II.} Por Hans KESSLER Con esta visión escalonada del mundo, propia del platonismo medio, intentaron exponer los apologistas cristianos del siglo II la fe en el Dios único y en Jesucristo, para defenderla contra los ataques y presentar abiertamente a Cristo cual compendio de la razón universal divina y superación de la razón filosófica dominante. Justino Mártir + 165 ca. Identifica el ser de Cristo con el logos universal de la filosofía. Ese logos universal preexistente (=razón universal y sentido cósmico), al que Dios ha puesto en el mundo y que desde siempre se ha manifestado en las «razones seminales» (logoi spermatikoi), apareció sobre la tierra y se reveló personalmente en Jesucristo con toda su plenitud. Por eso, para Justino «todos los que han 4
vivido (espiritualmente) con el logos» en el fondo eran cristianos (Justino, Apol. I 46,3). El logos, que en Juan y en Ignacio de Antioquía es uno de los varios predicados de Cristo, se convierte aquí en el predicado cristológico por excelencia: el Logos es el redentor y Cristo su forma de manifestación terrestre. La acogida de la especulación filosófica sobre el logos condujo a un desplazamiento del epicentro cristológico a la preexistencia anterior al cosmos. Se trataba ahora de cómo concebir la relación del Logos premundano o del Hijo de Dios con Dios Padre. Para Justino, el Logos fue «engendrado por la voluntad del Padre» antes de todas las criaturas. Concibe la existencia y generación del Logos como la procesión de la palabra humana pensada a la palabra pronunciada, en la cual se dan dos fases: en la primera está desde toda la eternidad en Dios como Logos interno (razón inmanente); en la segunda Dios se abre de hecho a la creación, es producido a la manera de una esencia independiente, alcanzando así una existencia propia y plena como Hijo; es decir, que es engendrado por la voluntad creadora de Dios (Justino, dial. 61,2s). Pese a todas las distinciones entre «hecho» y «primogénito», tanto Justino como su discípulo Taciano y Atenágoras de Atenas (177 ca.) designan al Logos justo como tal Hijo primogénito, por lo que pueden dar la impresión de que lo veían en la misma 5
línea de las obras creadas. El Logos preexistente tiene aquí claramente una categoría inferior al Padre (que es el único «ingénito», no engendrado, y sin comienzo), es su primera obra e instrumento, un dios subordinado al Padre (ho theos por antonomasia), un «Dios segundo» (deuteros theos: Justino, Dial. 56,4; cf. 128,4). Con esta idea del platonismo medio de una hipóstasis divina, segunda y subordinada, con un comienzo precósmico, se podía sí mantener la unidad de Dios –mediante una subordinación-, pero a costa de amenazar con destruir la divinidad real del Logos joánico, y en consecuencia la presencia efectiva y redentora de Dios mismo en Jesucristo. Ese peligro se agravó después con Arrio (+ 336). +++ Los alejandrinos Clemente y Orígenes Si los apologistas se habían limitado a interpretar la fe de la Iglesia con las formas mentales de la filosofía, los alejandrinos proyectan por vez primera una vasta síntesis entre cristianismo y conocimiento del mundo antiguo. Clemente de Alejandría (+antes del 215), teólogo del Logos como los apologistas, va más allá de estos y resuelve la disonancia (negación del mundo) gnóstica Dios-mundo en una consonancia o armonía fundamental (afirmación del mundo) Dios-mundo por medio del Logos universal, personificado en Cristo. El papel del ser humano de 6
Cristo pasa por completo a un segundo plano; el principio rector (hegemonikon) en Cristo lo es exclusivamente el Logos. Ese Cristo-Logos tenía que hacerse hombre sobre todo para, como maestro, entregar a los hombres «su enseñanza celestial» sobre el amor (Clemente, Protrept. 11,114,4). En este sentido también se transforma el motivo del intercambio de Ireneo: «El Logos se hizo hombre, a fin de que aprendierais de un hombre cómo el hombre puede hacerse divino (1,8,4). El primer erudito eminente del cristianismo es Orígenes (+ 254 ca.). Su vasto y complejo sistema empieza «arriba», en dios, origen espiritual y transmundano, para alcanzar en un poderoso movimiento cosmológico de descenso el punto más bajo de la realidad terrena, emprender entonces «desde abajo» el retorno hacia «arriba» por el camino soteriológico del Espíritu, hasta que finalmente dios mismo lo sea «todo en todas las cosas». El Logos se convierte en el mediador entre Dios Padre y una creación trascendente (no material), a la que sin embargo pertenece el Logos como primicias y primera «criatura» de la misma esencia. Por otra parte, Orígenes dice del mismo Logos que no hubo instante alguno sin que el existiera. El Logos ha tenido que existir desde la eternidad, porque desde la eternidad necesita Dios un punto de referencia al que está referido (en su ser creador). Su «generación es tan eterna y duradera como la generación del esplendor por la luz, porque no es en virtud de una 7
adopción por parte del Espíritu, por la que desde fuera se convierte en Hijo, sino que es el Hijo por naturaleza» (Orígenes, De princ. 1,2,4). La nueva idea de la generación eterna del Logos permanece todavía ambigua en Orígenes, porque no distingue claramente entre creador y criatura. Explícitamente habla el maestro alejandrino de tres «hipóstasis» eternas de la divinidad, entendiendo por hipóstasis – según las ideas del platonismo medio y nuevo- la realidad metafísica autónoma o la realización concreta. Tales hipóstasis continúa viéndolas Orígenes en una relación escalonada y subordinada, llegando a ser una sola cosa por la concordia y mismidad de la voluntad. +++ El monarquismo modalista (modalismo) Cristo es Dios Padre. (año 130 ca.) Ya antes de la mitad del siglo II, se inicia del lado cristiano el trabajo de ciertos escritores que posteriormente por el tipo de obras llamaremos “apologistas” todos en lengua griega, en este siglo II poco a poco van dando un cariz diferente a la literatura cristiana. Esto a diferencia de los padres apostólicos, no se refieren únicamente a la exposición de la fe de una forma sencilla. Su ámbito helenístico, le abre cada vez más a nuevos horizontes diferentes, a temas 8
nuevos. Debido a la hostilidad creciente hacia ellos se ven obligados a dirigir, también su reflexión a ambientes no cristianos, intentando dar una imagen fiel de la nueva religión, en contra de las imágenes extendidas por parte de los autores paganos, pertenecientes a las clases cultas de la sociedad romana. En cierto sentido, tampoco se debe negar el sentido misional y propagandístico de estos textos. El tener que realizar el discurso del logos, delante del público pagano, dió, muchas oportunidades a estos escritores de preparar discursos cara al público pagano. También se dieron en esta época diálogos con el judaísmo de la diáspora aunque aquí el tema, está puesto de ante mano, siendo siempre le tema mesiánico en Jesús el punto central. La vida cotidiana de los cristianos, también dará mucho que hacer, contraponiéndola con las creencias de los gentiles y en algunos casos explicando, o intentado encontrar mejor dicho, “intentos” de búsqueda de Dios en los autores gentiles. 1.- CUADRATO. Este ateniense está considerado el primero de todos, dirigió una apología al emperador Adriano. Es lo único cierto, ya que otras posibles obras no se sabe con certeza su verdadera procedencia
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2.- ARÍSTIDES. Recientemente descubierto, le falta la verdadera idea de Dios, intenta de un modo poco preciso, distinguir tres tipos de hombres, judíos, bárbaros y griegos. Solo el cuarto, los cristianos, poseen la rectitud y la verdad moral. Este autor, toma ideas de aquí y de allá. Aunque el intento de aproximación gracias a la misma lengua resulta interesante, en todos los sentidos. Este autor está plenamente convencido de que sólo el cristianismo puede traer la salvación a la humanidad. 3.- JUSTINO. Podemos decir, de este, que se trata de una de las grandes figuras, dentro de este género. Convertido de una familia gentil de Palestina. Su apología está dirigida a los emperadores Antonio Pío y su hijo Marco Aurelio. Es importante también el dialogo con el judío Trifon. Gran parte de su obra se ha perdido. El grado de formación del autor, dan a está apología una categoría especial a estos escritos . Ha revisado todos las corrientes de su tiempo, en un intento de buscar la verdad y hasta que no encontró el cristianismo y lo aceptó, no encontró la verdadera paz, después de esto ha dedicado, toda su vida a predicarlo. Ideas principales: 10
• Buscando cierto parentesco, con las ideas filosóficas, habla de dios al igual que los filósofos griegos, como el “padre del universo” .Es la unidad sin nombre, sentada encima de este mundo , que no puede hacerse inmediatamente visible . Justino relaciona este Dios con ideas trinitarias . El Logos, estaba desde el principio en el , paro es inferior a este. es mandado, conforma indica el AT y también algunos de los anteriores filósofos, recibieron esta inspiración del “ángel del Señor” , de modo que todos estos que han vivido, conforme a su inspiración pueden ser contados de algún modo ya como cristianos. ( la idea del logos, tiene una clara influencia estoica). • Los ángeles caídos, corrompidos por el orgullo, tientan al hombre y de ellos son la obra de la religiones paganas y ellos son los culpables de la desorientación de los judíos. Los cristianos en el nombre de Jesucristo, están protegidos, contra estos deones. El alto nivel de compromiso y de verdad ética, obrado siempre con rectitud, de los cristianos, demuestra que están en posesión de la verdad . El cumplimiento en Cristo de todas las escrituras, es prueba también de verdad absoluta. El bautismo y la eucaristía, serán signos de esta permanencia de dios entre los cristianos. Estos ritos, sustituyen a los antiguos ritos judíos de sacrificios etc. 11
La doctrina de la cruz y la muerte y resurrección de Cristo, son otros de los puntos doctrinales de importancia dentro de su apología. Su obra es importante como eslabón entre la primera teología cristiana y el desarrollo paulatino de esta. 4.- TACIANO. Discípulo de Justino. A diferencia de este, supone una regresión, ya que en vez de ver lo bueno de la filosofía y hacer una síntesis desde aquí, este solo encuentra burlas y desprecio, para las conquistas de la filosofía griega. En algunos momentos, llega a afirmar, que todo ha sido tomado de los bárbaros restando así toda originalidad a dicha filosofía. Todo es un juicio condenatorio. En cuanto a su teología nada de especial aporta a lo de su maestro 5.- ATENÁGORAS. “El filósofo de cristianismo de Atenas” reclama para el cristianismo , la igualdad de los derechos que las demás corrientes filosóficas . Lo más destacable, es la afirmación de que a Dios se le puede demostrar racionalmente . La resurrección especialmente dificultosa para los griegos, es tratada por esta autor, de un modo especial, en un escrito también especial. 6.- TEÓFILO. De el sólo se conservan “los tres libros a 12
Autolico” este, es un amigo pagano, al cual quiere acercar los escritos del AT afirmando: que estos son mas antiguos y tienen mas fondo filosófico que otros muchos escritos. Destacamos también a Melitón de Sardes, mencionado por Eusebio, sin duda sus escritos debieron de ser importantes en su época. También otros como Apolinar, tuvieron su importancia en este campo. Mencionar sin más el anónimo “Discurso a Diogneto”. 7.- CONCLUSIÓN. En este tipo de literatura, de este siglo, vemos un paulatino desarrollo de la fe y de la teología con respecto a la época anterior. Nos proporcionan datos, de la vida interna en este siglo II, Desde luego la intención del cese de las persecuciones, uno de sus propósitos, no se logró . Pero la intención misionera y desde luego el autovalimiento se reforzaron enormemente gracias a estos escritos.
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FRAGMENTOS DE T A C I A N O NOTICIA: Taciano, de origen sirio, se convirtió, al parecer, en Roma, y fue discípulo de san Justino. Se conserva de él un Discurso contra los griegos en el que se lanza a atacar el politeísmo y la filosofía pagana de una manera vehemente y extremosa que muestra bien su radicalismo y virulencia de carácter. Llevado de este radicalismo llegó a abandonar la doctrina común de la Iglesia y fundó una especie de secta puritana de tendencias gnósticas, que fue llamada de los encratitas o continentes, en la que se practicaba una total abstención de carnes, y de bebidas alcohólicas, se condenaba absolutamente el matrimonio y hasta se llegó a sustituir el vino por el agua en la celebración de la eucaristía. Son de particular interés, para el desarrollo teológico, sus ideas acerca de la generación del Verbo —que pronuncian los desarrollos ulteriores de Tertuliano y san Agustín— así como su elaboración de la doctrina de la inmortalidad y de la resurrección. (Josep Vives) A continuación, algunos fragmentos de Taciano: 1. El Verbo y su generación Dios era en el principio, y el Principio, según hemos recibido de nuestra, tradición, es la potencia del Verbo. Porque el Señor del universo, que es por 14
sí mismo el mantenedor de todo, en cuanto que la creación no había sido hecha todavía, estaba solo; pero en cuanto que residía en él toda la potencia de las cosas visibles e invisibles, sustentaba por sí mismo todas las cosas por medio de su potencia racional. Por voluntad de su simplicidad procede el Verbo: y este Verbo, que no salta al vacío, se convierte en la obra primogénita del Padre. Sabemos que él es el principio del mundo, y se produjo por participación, no por división. Porque lo que se divide de otro, queda separado de ello; pero lo que es participado, distinguiéndose en cuanto a la dispensación (o economía) no deja más pobre a aquello de donde se toma. Porque así como de una sola antorcha se encienden muchos fuegos, y la primera antorcha no queda disminuida en su luz por haberse encendido de ella muchas antorchas, así también, el Logos que procede de la potencia del Padre no dejó sin razón al que le había engendrado. Yo mismo, ahora estoy hablando, y vosotros me escucháis: y está claro que no porque mi palabra pase a vosotros me quedo yo sin palabra al conversar, sino que al proferir yo mi voz estoy poniendo orden en la materia desordenada que está en vosotros. Y a la manera como el Verbo, engendrado en el principio, engendró a su vez él mismo para sí nuestra creación, creando la materia, así también yo, reengendrado a imitación del Verbo y habiendo alcanzado la comprensión de la verdad, intento poner un orden en la materia de la que yo mismo participo. Porque la materia no está sin principio, 15
como Dios, ni tiene un poder igual al de Dios siendo sin principio, sino que ha sido creada. y no por otro ha sido creada fuera del que la produjo como creador de todas las cosas. 1 2. La resurrección de los cuerpos y la inmortalidad del alma Creemos que habrá la resurrección de los cuerpos después de la consumación del universo, no como opinan los estoicos, según los cuales las mismas cosas nacen y perecen de acuerdo con unos ciclos periódicos sin ninguna utilidad, sino que una sola vez cuando hayan llegado a su término los tiempos en que vivimos, se dará la perfecta restauración de todos los hombres en orden al juicio. Y no nos juzgarán Minos o Radamanto, antes de cuya muerte, según las fábulas, ninguna de las almas era juzgada, sino que se constituirá en juez el mismo Dios que nos ha creado. No nos importa que nos tengáis por fabuladores o charlatanes, porque creamos esta doctrina. Porque así como yo no existía antes de mi nacimiento y no sabía quién era, sino que sólo existía la sustancia de mi materia carnal, pero una vez nacido he venido a creer que existo en virtud de mi nacimiento, aunque antes no existiera, así también, de la misma manera, yo, que he existido, y que por la muerte dejaré de existir otra vez y desapareceré de la vista, volveré a existir de nuevo, por un proceso semejante a aquel por el que no existiendo antes comencé a existir. Y aunque el fuego haga 16
desaparecer mi carne, el universo recibe la materia evaporada; y si soy consumido en los ríos o en los mares, o soy devorado por las fieras, quedo depositado en los depósitos del que es un rico señor. El pobre que no cree en Dios no conoce estos depósitos; pero el Dios soberano, cuando quiera, restablecerá en su condición original aquella sustancia que sólo para él es visible. 2 3. De la inmortalidad del alma Nuestra alma, no es por sí misma inmortal, sino mortal. Pero es también capaz de la inmortalidad. Si no conoce la verdad, muere y se disuelve con el cuerpo, pero resucita luego juntamente con el cuerpo en la consumación del mundo, para recibir como castigo una muerte inmortal. Por el contrario, si ha alcanzado el conocimiento de Dios, no muere por más que por el momento se disuelva (con el cuerpo). En efecto, por sí misma el alma es tinieblas, y no hay nada luminoso en ella, que es, sin duda, lo que significa aquello: «Las tinieblas no aprehenden la luz» (Jn 1, 5). Porque no es el alma por sí misma la que salva al espíritu, sino la que es salvada por él. Y la luz aprehendió a las tineblas, en el sentido de que el Verbo es la luz de Dios, mientras que las tinieblas son el alma ignorante. Por esto, cuando vive sola, se inclina hacia abajo hacia la materia y muere con la carne; pero cuando alcanza la unión con el Espíritu de Dios ya no se encuentra sin ayuda, sino que puede levantarse a las regiones hacia donde le conduce el 17
Espíritu. Porque la morada del Espiritu está en lo alto, pero el origen del alma es de abajo. En un principio, el Espíritu era compañero del alma: pero ésta no quiso seguir al espiritu, y éste la abandonó. Mas ella, que conservaba, como un resplandor del poder del espíritu, y que separada de él ya no podía contemplar lo perfecto, andaba en busca de Dios, y se modeló extraviada muchos dioses, siguiendo a los demonios embusteros. Por otra parte, el Espíritu de Dios no está en todos los hombres, sino sólo con algunos que viven justamente, en cuya alma se hace presente y con la cual se abraza y por cuyo medio, con predicciones, anuncia a las demás almas lo que está escondido. Las que obedecen a la sabiduría, atraen a sí mismas el espíritu que les es congénito; pero las que no obedecen y rechazan al que es servidor del Dios que ha subido, lejos de mostrarse como religiosas se muestran más bien como almas que hacen la guerra a Dios. 3 4. Los cristianos y el emperador ¿Por qué os empeñáis, oh griegos, en que, como en lucha de pugilato, choquen las instituciones del Estado contra nosotros? Si no quiero seguir las costumbres de ciertas gentes, ¿por qué he de ser odiado como el ser más abominable? El emperador manda pagar tributos, y yo estoy dispuesto a hacerlo. Mi amo quiere que le esté sujeto y le sirva, y yo reconozco esta servidumbre. Porque, en efecto, al hombre se le ha de honrar humanamente, pero temer 18
sólo se ha de temer a Dios, que no es visible a los ojos humanos ni es por arte alguna comprensible. Sólo si se me manda negar a Dios no estoy dispuesto a obedecer, sino que antes sufriré la muerte, para no declararme mentiroso y desagradecido. 4 1. 2. 3. 4.
TACIANO, Discurso contra los griegos, cap. 5. Ibid., cap. 6. Ibid., cap. 13. Ibid., cap. 4.
TERTULIANO Una de las principales figuras del siglo III para el cristianismo, Quinto Septimio Florencio Tertuliano, más conocido simplemente como Tertuliano, nació en el seno de una familia gentil (o pagana) en Cartago -África- hacia el 150-160 d.C. Su padre era centurión en la armada preconsular, y Tertuliano, tras una juventud disipada y licenciosa según su propio testimonio se convirtió al cristianismo en la ciudad de Roma, hacia el año 195 d.C. siendo después, según Jerónimo, presbítero de la iglesia de Cartago. Sus primeras obras (de su etapa católica, antes de hacerse herético-montanista) son escritos generalmente apologéticos contra los paganos y las diversas herejías y cismas de la época. En estas obras se nota su educación como abogado por la retórica 19
que usa en sus argumentos, a veces mordaz y otras veces directamente tomada del derecho romano. Así, para Tertuliano, el depósito de la fe descansa exclusivamente en la iglesia universal, que ha recibido sus enseñanzas de los apóstoles, por lo que los herejes y cismáticos ni siquiera tienen derecho "legal" de usar el nombre de cristianos y las Escrituras, ni la Iglesia se debe tomar la molestia siquiera de discutir con los mismos. Estos argumentos serían usados 1400 años después por la Iglesia católica contra el naciente protestantismo y su lema de "Sola Escritura". Notemos que lo que Tertuliano dice es que la Iglesia podía demostrar una uniformidad de doctrinas por medio de los escritos apostólicos (aún no compilados en el Nuevo Testamento en la época de Tertuliano). Hubiese sido Tertuliano de Cartago un santo del siglo III para la Iglesia Católica –{siempre con sede en Italia, Roma sobre la colina vaticana donde reposan los restos del primer obispo de Roma ‘San Pedro’ martirizado en cruz invertida cabeza abajo en el 64/67 bajo Nerón} conocido Tertuliano como azote de los herejes y defensor de la ortodoxia, si no hubiese abrazado, el año 207 d.C. el montanismo, y del que tanto habló San Ireneo de Lyon (tratándolo más como grupo "heterodoxo" que como herejía). ¿Qué es lo que vio Tertuliano en este movimiento? Pensemos que el montanismo no fue un cisma ni una herejía en sus principios, más bien, del mismo modo que hoy pasa con ciertos movimientos extremistas y puritanos, fue una involución de carácter rigorista y 20
en muchos casos fanática y exagerada, que se dio en el seno de ciertos grupos y comunidades de la Iglesia y que, pese a que terminó siendo condenados por la autoridad del Magisterio de la Iglesia, algunos se consideraron patrones de la ortodoxia doctrinal. Así, conociendo el carácter de Tertuliano, no es de extrañar que se viese atraído por el rigor de los montanistas del siglo III y su excesivo celo por la santidad y el orden de vida cristiana, común al puritanismo protestante. Por otro lado parece que los montanistas africanos eran mucho menos místicos que sus homólogos de Frigia y Asia Menor. Ya como montanista, Tertuliano siguió escribiendo tratados contra las herejías, que han sido capitales para entender el posterior desarrollo de la teología cristiana. Quizá la más importante es su tratado "Contra Praxeas", un alegato contra un tal Praxeas, que en la Iglesia católica con sede en histórica en Roma, se opuso al montanismo y su interpretación acerca de la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así, Praxeas predicaba el llamado "patripasiosismo" herejía que explicaba que Dios unas veces actuaba como Padre, otras como Hijo, y otras como Espíritu. Así, entonces el Padre sufrió también la pasión, puesto que el Padre es el Hijo. Frente a tal herejía, el Magisterio de la Iglesia denunció dicha doctrina errónea en materia de fe, sostenida con pertinacia. Escribió después, como montanista, ardientes alegatos contra la iglesia católica a la que acusaba de 21
falta de rigor y santidad, y llamaba a los católicos los "psíquicos" por su oposición, según él, al Espíritu Santo. Su legalismo y rigorismo llegó al extremo de reprochar a la Iglesia por los refrigerios que hacía llegar a los mártires encarcelados tachando de glotonerías esas ayudas a, por propugnar que si se podía se debía escapar del martirio (los montanistas lo buscaban y lo llegaban a provocar -contra la opinión de la Iglesia ya desde el siglo I). Además, según él (y el montanismo) la Iglesia no podía reconciliar con la pax ecclesiastica no sólo a los que habían cometido pecata gravitoria, o pecado de muerte (apostasía, homicidio y adulterio), sino tampoco a los que cometían pecados menos graves (esto es, para el montanismo, existían numerosos pecados irremisibles que hacían perder la salvación). En fin, un auténtico puritanismo incapaz de aceptar la idea de un Dios misericordioso, pleno de amor frente a quien se arrepiente sinceramente. Se opuso, también según él, completamente a todo lo que sonara a cultura pagana dentro de la iglesia (filosofía, etc.) Resulta tremendamente asombroso y muchos menos paradójico que, un defensor de la ortodoxia como Tertuliano, se uniese a un grupo tenido por herético por el Magisterio de la Iglesia, y que ya "en la herejía" produjese algunas buenas fórmulas teológicas que han resultado ser de primerísima importancia para la doctrina teológica de la Iglesia. Debemos notar además (sería imposible exponer el 22
porqué aquí, por falta de tiempo) la importancia de su influencia en la Iglesia Católica, al ser el primer gran teólogo que escribió en latín. -.Los protestantes nos envidian muchas veces a nosotros los católicos el que gracias al Magisterio petrino con sede histórica en Roma, no existen en nuestra Iglesia fracciones incompatibles como en el caso de las trágicas divisiones que ellos padecen. O se está con Cristo o se está contra Él. +++ Se suele asociar la palabra “tertulia” con Tertuliano de Cartago (Quinto Septimio Florencio Tertuliano), famoso Padre de la Iglesia del siglo III, orador y apologeta con gran dominio de la retórica en su forma de argumentar. A este gran retórico se le llamaba tre Tullius “el que vale tres veces como Tulio (= Marco Tulio Cicerón)”, el gran orador romano. Según algunos, allá por el siglo XVII se comenzaron a formar círculos de gente culta que se reunía en algún local para leer a Tertuliano y a los grandes retóricos de la antigüedad y, de esta manera, aprender a conversar y argumentar en los salones. La “tertulia” es ya una institución española, como la “siesta”, etc. Ha habido tertulias famosas ya desde el siglo XVIII, pero las más célebres fueron las tertulias literarias del siglo XX. Hoy las tertulias son 23
o radiofónicas o televisivas. +++ La primitiva lengua del cristianismo, aun en el occidente romano, fue el griego. En la Galia romana, Ireneo de Lyón escribía en griego, y aun en la misma Roma, Hipólito utilizaba esta lengua a finales del siglo II. Sin embargo, a medida que el cristianismo iba arraigando en occidente, dejando de predominar entre sus filas los inmigrantes de origen oriental, empezó a sentirse la necesidad de expresarse en latín. Los textos latinos cristianos más antiguos hubieron de ser las traducciones bíblicas y los formularios litúrgicos, de los que quedan rastros dispersos. Pero ya a finales del siglo II aparecen obras literarias propiamente tales en latín: en esta lengua escribe, en los ambientes romanos, el apologista Minucio Félix; y en el Africa romana surge el genio incomparable de Tertuliano. Tertuliano nació en Cartago antes del año 160, y se dedicó desde muy joven a la retórica y al derecho. Pasó a Roma, donde parece que ganó reputación como jurista, aunque esto no acabó de satisfacer su temperamento idealista y apasionado. Hacia el año 195 se convirtió al cristianismo, y desplegó una incansable actividad literaria en defensa y explicación de su nueva fe. Sin embargo, ni aun en ella encontraba fácilmente satisfacción aquel africano ardiente a quien toda perfección parecía poca: 24
pronto se dejó atraer por las tendencias más espiritualistas y rigoristas dentro del cristianismo, y finalmente, hacia el año 207, se adhirió abiertamente a la secta herética de Montano, que pretendía ser un cristianismo más purificado por medio de una nueva encarnación del Espíritu de Dios en sus miembros. Los escritos de Tertuliano reflejan todo el apasionamiento de su alma. La doctrina cristiana se expresa en ellos con una fuerza extraordinaria, pero también de una forma extremosa, desmesurada y, a veces, llena de contradicciones. Los escritos montanistas del último período de su vida manifiestan una actitud rigorista y espiritualista que contradice las posturas más moderadas de sus primeros años. Aun así, los escritos de Tertuliano ejercieron un influjo incalculable en la formación del pensamiento teológico. Al revés que los alejandrinos, Tertuliano afecta repudiar totalmente la cultura pagana, lo cual no quiere decir que sus propios modos de pensar y de expresarse no estén profundamente influidos por la retórica y la filosofía de su tiempo. Antes de entregarse al espiritualismo montanista, Tertuliano está convencido de que la única verdad es la que se contiene en la tradición apostólica que se conserva en la iglesia. Ni siquiera la Escritura es por si misma garantía suficiente de verdad, puesto que todas las sectas apelan a ella: el verdadero sentido de la Escritura nos lo da la regla de fe de la Iglesia. Más 25
adelante, cuando él mismo haya caído en la secta montanista, Tertuliano repudiará la regla de fe y de vida de la Iglesia, para buscar la verdad únicamente en la inspiración carismática de los que se sienten arrebatados por una extraña nueva efusión del Espiritu. Contra el marcionismo, Tertuliano defenderá la unicidad del Dios creador y redentor, del Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento. La misma creación material es en sí buena, manifestando en su orden y belleza la bondad de Dios, que la hizo para bien del hombre. En el tratado contra Práxeas, hereje monarquianista, Tertuliano defiende la doctrina trinitaria con fórmulas que preludian el definitivo pensamiento agustiniano en esta materia: aunque se encuentra todavía con dificultades de expresión por falta de un lenguaje teológico preciso, Tertuliano expresa la verdadera unidad de naturaleza y de sustancia en Dios juntamente con la verdadera trinidad de personas, y al combatir el monarquianismo no cae, como los padres griegos, en expresiones de tendencia subordinacionista. En él se encuentra ya el germen de lo que será la explicación psicológica de la Trinidad que desarrollará san Agustín. El misterio de la Encarnación es explicado magistralmente por Tertuliano en el tratado De carne Christi, en el que combate las tendencias docetistas siempre amenazantes. La antropología de Tertuliano es original y vigorosa, y puede estudiarse particularmente en su tratado De Anima, el primer 26
libro que un autor cristiano dedicara especialmente a esta cuestión. El alma es imagen de Dios, libre, e inmortal. Respecto al origen de las almas individuales, Tertuliano se inclina por lo que luego se llamó traducianismo, es decir, por la explicación según la cual el alma se transmitiría y se multiplicaría a través del semen paterno en el acto de la generación. A partir de la doctrina cristiana de la resurrección Tertuliano corrige el espiritualismo de la tradición platónica, y defiende la dignidad de la carne y del cuerpo humano, que ha de servir a Dios juntamente con el alma, y que con ella ha de recibir el premio de la vida bienaventurada. El pecado original es una corrupción inicial y culpable de la naturaleza que se transmite con la transmisión de las almas a los individuos. Podría considerarse a Tertuliano como el fundador de la teología sacramental. Su tratado De Baptismo—la primera obra cristiana dedicada expresamente al estudio de un sacramento— establece las bases teológicas de los sacramentos como signos de la gracia. Antes de entregarse al montanismo, Tertuliano admitía la posibilidad de una penitencia aun después del bautismo, y como exhortación a ella escribió su tratado De paenitentia, Con el montanismo adoptó en cambio un rigorismo extremo, lanzándose a furiosos ataques contra la jerarquía de la Iglesia a la que acusaba de laxismo en el perdón de los pecados. En Tertuliano se encuentran también las primeras referencias al rito 27
del matrimonio cristiano. En cuanto a la vida cristiana, Tertuliano subraya en ciertos momentos con intención apologética que los cristianos son en todo como los demás hombres, dedicándose a toda suerte de ocupaciones y orando por los emperadores. En cambio, en otros momentos, y sobre todo a consecuencia del rigorismo montanista, parece exigir una rigurosa ascética de apartamiento del mundo, negando que el cristiano pueda prestar servicio militar y ocuparse en cosas temporales. A pesar de sus expresiones, a menudo intolerantes, Tertuliano es uno de los primeros escritores cristianos que, por razones apologéticas, proclama los principios de la libertad religiosa, por los que ningún culto particular puede ser impuesto a nadie por la fuerza, y declara la absoluta igualdad de todos los hombres ante Dios. Por lo que respecta a la escatología, Tertuliano acepta el milenarismo o reinado de los justos durante mil años sobre esta tierra al fin de los tiempos; en él se expresa ya la concepción, que luego se generalizó, por la cual el alma pasa a recibir el premio o el castigo de Dios ya inmediatamente después de su muerte, sin esperar a la resurrección final, así como la idea del purgatorio o purificación del alma después de la muerte. (Vives, Joseph) ***** 28
FRAGMENTOS DE TERTULIANO La pasión por la verdad ... Dejad que la verdad se abra paso hasta vuestros oídos, aunque sea por este camino privado de un escrito sin voz, La verdad no pide favor alguno para su causa, porque no se asombra de su condición: sabe que anda como extranjera en la tierra, y que, andando entre extranjeros, fácilmente se encuentra con enemigos: su linaje, su morada, su esperanza, su crédito, el reconocimiento de su valor están en los cielos. Mientras tanto, una sola cosa pide: que no se la condene sin ser conocida. ¿Qué daño les puede venir a las leyes, que son soberanas en su propia esfera, de que se la oiga? ¿Podrá su soberanía ser más gloriosa por el hecho de que condenen a la verdad sin haberla oído? Si la condenan sin oírla, además del reproche de injusticia, se atraerán la sospecha de un prejuicio por el cual no están dispuestos a oír aquello que saben que no podrían condenar una vez oído... 1 La verdad no tiene nada de qué avergonzarse, sino sólo de que no se la saque a luz. 2 El cristianismo y la filosofía Todo esto son doctrinas humanas y demoníacas, nacidas de la especulación de la sabiduría mundana, para agradar a los oídos. Pero el Señor las llamó necedad, y eligió lo necio según el mundo para 29
confundir a la misma filosofía. Porque la filosofía es el objeto de la sabiduría mundana, intérprete temeraria del ser y de los designios de Dios. Todas las herejías en último término tienen su origen en la filosofía. De ella proceden los eones y no sé qué formas infinitas y la tríada humana de Valentín; es que había sido platónico. De ella viene el Dios de Marción, cuya superioridad está en que está inactivo; es que procedía del estoicismo. Hay quien dice que el alma es mortal. y ésta es doctrina de Epicuro. En cuanto a los que niegan la resurrección de la carne, se apoyan en la enseñanza de todos los filósofos sin excepción. Los que equiparan a Dios con la materia siguen las enseñanzas de Zenón. Los que pretenden un Dios ígneo aducen a Heráclito. Las mismas cuestiones tratan los filósofos y los herejes, y sus disquisiciones andan entremezcladas: ¿de dónde viene el mal?; ¿cuál es su causa?; ¿de dónde y cómo ha surgido el hombre? Y también lo que hace poco propuso Valentín: ¿de dónde viene Dios? Está claro de la Entimesis y del Ectroma. Es el miserable Aristóteles el que les ha instruido en la dialéctica, que es el arte de construir y destruir, de convicciones mudables, de conjeturas firmes, de argumentos duros, artífice de disputas, enojosa hasta a sí misma, siempre dispuesta a reexaminarlo todo, porque jamás admite que algo esté suficientemente examinado. De ella nacen las fábulas y las genealogías interminables. las disputas estériles, las palabras que se insinúan como un escorpión... Quédese para Atenas esta sabiduría humana manipuladora y adulteradora de la 30
verdad, por donde anda la múltiple diversidad de sectas contradictorias entre sí con sus diversas herejías. Pero, ¿qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? ¿Qué relación hay entre la Academia y la Iglesia? ¿Qué tienen que ver los herejes y los cristianos? Nuestra escuela es la del pórtico de Salomón, que enseñó que había que buscar al Señor con simplicidad de corazón. Allá ellos los que han salido con un cristianismo estoico, platónico o dialéctico. No tenemos necesidad de curiosear, una vez que vino Jesucristo, ni hemos de investigar después del Evangelio. Creemos, y no deseamos nada más allá de la fe: porque lo primero que creemos es que no hay nada que debamos creer más allá del objeto de la fe... 3 La tradición apostólica, regla de fe Jesucristo mientras vivía en la tierra declaraba lo que él era, lo que había sido, cuál era la voluntad del Padre que él ejecutaba, qué deberes prescribía al hombre; y todo esto, ya abiertamente al pueblo, ya a sus discípulos aparte, de entre los cuales había escogido a doce principales para tenerlos junto a sí, destinados a ser los maestros de las naciones. Y así, habiendo hecho defección uno de ellos, cuando después de su resurrección partía hacia el Padre mandó a los once restantes que partieran y enseñaran a las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y al punto los apóstoles -—palabra que significa Enviados»— 31
...recibieron la fuerza del Espíritu Santo que les había sido prometida para hacer milagros y para hablar. Y en primer lugar anunciaron por la Judea la fe en Jesucristo e instituyeron Iglesias, y luego marcharon por todo el orbe y predicaron la enseñanza de la misma fe a las naciones. Así fundaron Iglesias en cada una de las ciudades, y de éstas las demás Iglesias tomaron luego el retoño de la fe y la semilla de la doctrina, como lo siguen haciendo todos los días para ser constituidas como Iglesias. Por esta razón éstas se tenían también por Iglesias apostólicas, puesto que eran como retoños de las Iglesias apostólicas. A todo linaje se le atribuyen las características de su origen. Y así todas estas Iglesias, tan numerosas y tan importantes, se reducen a aquella primera Iglesia de los apóstoles, de la que todas provienen. Todas son primitivas; todas son apostólicas, puesto que todas son una. Prueba de esta unidad es la intercomunicación de la paz y del nombre de hermanos, así como de las garantías de la hospitalidad... Aquí fundamos nuestro argumento de prescripción: Si el Señor Jesús envió a los apóstoles a predicar, no hay que recibir otros predicadores fuera de los que Cristo determinó, puesto que «nadie conoce al Padre sino el Hijo, y a quien el Hijo lo revelare» (Mt 28, 19), ni parece que el Hijo lo revelase a otros fuera de los apóstoles, a quienes envió a predicar precisamente lo que les había revelado. ¿Qué es lo que predicaron, es decir, qué es 32
lo que Cristo les reveló? Mi presupuesto de prescripción es que esto no se puede esclarecer si no es recurriendo a las mismas Iglesias que los apóstoles fundaron y en las que ellos predicaron «de viva voz», como se dice, lo mismo que más tarde escribieron por cartas. Si esto es así, es evidente que toda doctrina que esté de acuerdo con la de aquellas Iglesias apostólicas, madres y fuentes de la fe, debe ser considerada como verdadera, ya que claramente contiene lo que las Iglesias han recibido de los apóstoles, como éstos la recibieron de Cristo y Cristo de Dios. Al contrario, cualquier doctrina ha de ser juzgada a priori como proveniente de la falsedad, si contradice a la verdad de las Iglesias de los apóstoles, de Cristo y de Dios. Sólo nos queda, pues, demostrar que nuestra doctrina, cuya regla hemos formulado anteriormente, procede de la tradición de los apóstoles, mientras que por este mismo hecho las otras provienen de la falsedad. Nosotros estamos en comunión con las Iglesias apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada difiere de la de aquéllos. Este es el criterio de la verdad. ...Suelen objetarnos que los apóstoles no tuvieron conocimiento de todo; luego, agitados por la misma locura con que todo lo vuelven al revés, dicen que efectivamente los apóstoles tuvieron conocimiento de todo, pero no lo enseñaron todo a todos. En uno y otro caso atacan al mismo Cristo, quien hubiera enviado a unos apóstoles o mal instruidos o poco sinceros. Porque, ¿quién estando en sus cabales 33
puede creer que ignorasen algo aquellos a quienes el Señor puso como maestros, todos los cuales fueron sus compañeros, sus discípulos, sus íntimos? A ellos les explicaba por separado todas las cosas oscuras; a ellos les dijo que les estaba dado conocer los secretos que el vulgo no podia comprender. ¿Ignoró algo Pedro, a quien llamó Piedra sobre la que había de edificarse la Iglesia, quien obtuvo las llaves del reino de los cielos y el poder de atar y desatar en el cielo y en la tierra? ¿Ignoró algo Juan, el muy amado del Señor, el que descansó sobre su pecho, el único a quien el Señor descubrió que Judas sería el traidor, el que fue dado a María como hijo en su propio lugar? ¿Qué podia querer que ignorasen aquellos a quienes mostró hasta su propia gloria, con Moisés y Elías, y hasta la voz del Padre desde el cielo? Y con ello no hacía ofensa a los demás apóstoles, sino que atendía a que [texto interrumpido] ...Con una locura semejante, como dijimos, confiesan que efectivamente los apóstoles no ignoraban nada, ni predicaban cosas distintas unos de otros, pero no admiten que ellos revelasen a todos todas las cosas, sino que algunas las anunciaban en público y para todo el mundo, y otras en privado y para pocos. Aducen las palabras que dirigió Pablo a Timoteo (I Tim 6, 20): ...Era natural que al confiarle a Timoteo la administración del Evangelio, añadiera que no lo hiciera de cualquier manera y sin prudencia, según la 34
palabra del Señor de «no echar las piedras preciosas a los puercos, ni las cosas santas a los perros» (cf. Mt 7, 6). El Señor enseñó en público, sin ninguna alusión a secreto misterioso alguno. Él mismo les mandó que lo que hubieran oído de noche y en lo oculto, lo predicasen a pleno día y desde los tejados. Mediante una parábola les daba a entender que ni siquiera una mina, es decir, una de sus palabras, tenían que guardar en un escondite sin dar fruto alguno. Él mismo les enseñaba que no se solía ocultar una lámpara bajo un celemín, sino que se ponía sobre un candelabro, para que brille «para todos los que están en la casa» (Mt 5, 15). Todo esto, los apóstoles o lo habrían despreciado, o no lo habrían entendido, si no lo cumplieron, ocultando algo de la luz que es la palabra de Dios y el misterio de Cristo... 4 No basta la Escritura como garantía de verdad: se requiere la fe de la Iglesia que la interpreta. Es evidente que toda doctrina que esté de acuerdo con la de aquellas Iglesias apostólicas, madres y fuentes de la fe, debe ser considerada como verdadera, ya que claramente contiene lo que las Iglesias han recibido de los apóstoles, como éstos la recibieron de Cristo y Cristo de Dios. Al contrario, cualquier doctrina ha de ser juzgada a priori como proveniente de la falsedad, si contradice a la verdad de las Iglesias de los apóstoles, de Cristo y de Dios. Sólo nos queda, pues, demostrar que nuestra 35
doctrina, cuya regla hemos formulado anteriormente, procede de la tradición de los apóstoles, mientras, que por este mismo hecho las otras provienen de la falsedad. Nosotros estamos en comunión con las Iglesias apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada difiere de la de aquellas. Este es el criterio de la verdad 5. La regla de la verdad es la tradición antigua Habrá que considerar como herejía lo que se ha introducido con posterioridad, y habrá que tener por verdad lo que ha sido transmitido desde el principio por la tradición. Pero otra obra asentará contra los herejes esta tesis, por la que, aun sin discutir sus doctrinas, habrá que convencerles de ser tales a causa de la «prescripción de novedad» 6. La apelación no ha de ser a la Escritura; no hay que llevar la lucha a un terreno en el que la victoria sea ambigua, incierta o insegura. Aunque la confrontación de textos no tuviera por resultado poner en un mismo plano los dos partidos combatientes, todavía según requiere la naturaleza de las cosas, habría que proponerse antes la única cuestión que ahora pretendemos dilucidar, a saber, a quién hay que atribuir la fe misma, la fe a la que dicen relación las Escrituras. Por quién, mediante quién, cuándo y a quién ha sido dada la doctrina que nos ha hecho cristianos. Dondequiera que aparezca que reside la verdad de la enseñanza y de la fe 36
cristiana, allí estarán las verdaderas Escrituras, las verdaderas interpretaciones de todas las que verdaderamente son tradiciones cristianas 7. El Espíritu Santo, garantía de la tradición de la Iglesia Concedamos que todas las Iglesias hayan caído en el error; que el mismo Apóstol se haya equivocado al dar testimonio en favor de algunas. El Espíritu Santo no ha tenido cuidado de ninguna a fin de conducirla a la verdad, aunque para esto había sido enviado por Cristo, para esto había sido pedido al Padre, para que fuera doctor de la verdad. No ha cumplido su deber el mayordomo de Dios, el vicario de Cristo, sino que ha dejado que las Iglesias entiendan a veces otra cosa y crean otra cosa que lo que él mismo predicaba por medio de los apóstoles. ¿Es verosímil realmente que tantas y tan importantes Iglesias hayan andado por el camino del error para encontrarse finalmente en una misma fe? Muchos sucesos independientes no llevan a un resultado único. El error doctrinal de las Iglesias debiera haber llevado a la diversificación. Pero sea lo que fuere, cuando entre muchos se aprecia unanimidad, ésta no viene del error, sino de la tradición. ¿Quién tendrá la audacia de decir que se equivocaron los autores de esta tradición? 8
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El criterio de antigüedad combinado con el de apostolicidad Así pues, si quieres ejercitar mejor tu curiosidad en lo que toca a tu salvación, recorre las Iglesias apostólicas en las que todavía en los mismos lugares tienen autoridad las mismas cátedras de los apóstoles. En ellas se leen todavía las cartas auténticas de ellos, y en ellas resuena su voz y se conserva el recuerdo de su figura. Si vives en las cercanías de Acaya, tienes Corinto. Si no estás lejos de Macedonia, tienes Filipos. Si puedes acercarte al Asia, tienes Efeso. Si estás en los confines de Italia, tienes Roma, cuya autoridad también a nosotros nos apoya. Cuán dichosa es esta Iglesia, en la que los apóstoles derramaron toda su doctrina juntamente con su sangre, donde Pedro sufrió una pasión semejante a la del Señor, donde Pablo fue coronado con un martirio semejante al de Juan (Bautista), donde el apóstol Juan fue sumergido en aceite ardiente sin sufrir daño alguno, para ser luego relegado a una isla. Veamos lo que esta Iglesia aprendió; veamos lo que enseñó. Y con ella las Iglesias de Africa que le están vinculadas (ecclesiis contesseratis). Ella reconoce a un solo Dios y Señor, creador de todo, y a Cristo Jesús, nacido de la virgen María, hijo del Dios creador; reconoce la resurrección de la carne, asocia la ley y los profetas con los escritos evangélicos y apostólicos: aquí es donde va a beber su fe: la fe que sella con el agua, que viste con el Espíritu Santo, que alimenta con la 38
Eucaristía. Ella exhorta al martirio, y no admite a nadie contrario a esta doctrina. Tal es la doctrina, no digo que ya prenunciaba las herejías futuras, pero sí de la que nacieron las herejías. Estas no forman parte de ella, puesto que surgieron en oposición a ella. También de un hueso de oliva suave, rica y comestible, nace un acebuche. También de las pepitas de higos deliciosos y dulcísimos nace el vacío e inútil cabrahígo. Así las herejías han nacido de nuestro troncos pero no son de nuestra raza; han nacido de la semilla de la verdad, pero con la bastardía de la mentira. Siendo así que la verdad ha de declararse a nuestro favor, a saber, de todos los que profesamos aquella regla que la Iglesia recibió de los apóstoles, éstos de Cristo, y Cristo de Dios, es evidente que nuestro intento es razonable cuarido proponemos que no se ha de permitir a los herejes que apelen a las Escrituras, ya que probamos sin recurrir a las Escrituras que ellos no tienen nada que ver con las Escrituras. Si son herejes, no pueden ser cristianos, ya que no han recibido de Cristo lo que ellos se han escogido por propia elección al admitir el nombre de herejes. No siendo cristianos, no tienen derecho alguno sobre los escritos cristianos. Con razón se les ha de decir: ¿Quiénes sois? ¿Cuándo llegasteis, y de dónde? ¿Qué hacéis en mi terreno, no siendo de los míos? ¿Con qué derecho, Marción, cortas leña en mi bosque? ¿Con qué permiso, Valentín, desvías el agua de mis fuentes? ¿Con qué poderes, Apeles, mueves 39
mis mojones?... Esta posesión es mia; posesión antigua y anterior a vosotros. Tengo unos origenes firmes, desde los mismos fundadores de la doctrina... 9. El criterio de antigüedad de la verdad Volvamos a nuestra discusión acerca del principio de que lo más originario es lo verdadero, y lo posterior es lo falso. Tenemos en su favor aquella parábola de la buena semilla que fue sembrada por el Señor primero, y a la que el diablo enemigo añadió después la mezcla impura de la cizaña que es hierba estéril. Adecuadamente representa la parábola la diversidad de las doctrinas: porque también en otros pasajes la semilla es imagen de la palabra de Dios, y así la misma sucesión temporal manifiesta que viene del Señor y es verdadero lo que ha sido depositado en primer lugar, mientras que lo que ha sido introducido después es extraño y falso. Este principio permanece válido contra cualesquiera herejías posteriores, las cuales no tienen conciencia alguna de su continuidad como argumento de su verdad. Por lo demás, si algunas tienen la audacia de remontarse hasta la edad apostólica, a fin de parecer transmitidas por los apóstoles por el hecho de haber existido en la época de los apóstoles, les podemos replicar: Que nos muestren los orígenes de sus Iglesias; que nos desarrollen las listas de sus obispos 40
en el orden sucesorio desde los comienzas, de suerte que el primer obispo que presenten como su autor y padre sea alguno de los apóstoles o de los varones apostólicos que haya perseverado en unión con los apóstoles. En esta forma, solo las iglesias apostólicas pueden presentar sus listas, como la de Esmirna, que afirma que Policarpo fue instituido por Juan, y la de Roma, que afirma que Clemente fue ordenado por Pedro. De la misma manera las demás Iglesias muestran a aquellos a quienes los apóstoles constituyeron en el episcopado y son sus rebrotes de la semilla apostólica. Que los herejes inventen algo semejante, ya que nada les es ilícito, una vez que se han puesto a blasfemar. Pero aunque lo inventen, nada conseguirán, puesto que su misma doctrina, al ser comparada con la de los apóstoles, declarará por su contenido distinto y aun contrario que no tuvo como autor a ningún apóstol ni a ningún varón apostólico. Porque, así como los apóstoles no enseñaron cosas diversas entre sí, así los varones apostólicos no enseñaron cosas contrarias a las de los apóstoles; a no ser que se admita que una cosa aprendieron de los apóstoles, y otra predicaron. Con tal forma de argumento les atacarán aquellas Iglesias que, aunque no presentan como fundador suyo a ninguno de los apóstoles o de los varones apostólicos, puesto que son muy posteriores y aun todos los días siguen siendo fundadas, sin embargo, por la comunión con aquella misma fe se consideran como no menos apostólicas en virtud de la consanguinidad doctrinal. Así pues, que todas las 41
herejías, llamadas a juicio por nuestras Iglesias bajo una u otra de estas formas, prueben que son apostólicas por alguna de ellas. Pero está claro que no lo son, y que no pueden probar ser lo que no son, y que no son admitidas a la paz y a la comunión con las Iglesias que de cualquier manera son apostólicas, ya que por la diversidad de sus misterios (ab diversitatem sacramenti) de ninguna manera son apostólicas, 10 La regla de la antigüedad y la tradición, contra Marción. Siendo cosa clara que es más verdadero lo que es más antiguo, y es más antiguo lo que viene de los comienzos, y viene de los comienzos lo que viene de los apóstoles, será igualmente claro que fue transmitido por los apóstoles lo que es tenido por sacrosanto en las Iglesias de los apóstoles. Veamos cuál es la leche que los corintios bebieron del apóstol Pablo, según qué principios fueron reprendidos los gálatas, qué se escribió a los filipenses, a los tesalonicenses, a los efesios, qué es lo que los romanos oyen directamente, a los que tanto Pedro como Pablo les dejaron el Evangelio sellado con su propia sangre. Tenemos también las Iglesias que se alimentaron de Juan: porque, aunque Marción rechaza su Apocalipsis, si recorremos la sucesión de los obispos hasta su origen terminaremos en Juan, su autor. De la misma manera se puede reconocer la autenticidad de las demás Iglesias. Me refiero ya no 42
sólo a las directamente apostólicas, sino a todas aquellas que están unidas con ellas por la comunión del sacramento: en ellas se encuentran el evangelio de Lucas desde que fue publicado, mientras que la mayoría ni siquiera conocen el de Marción. ¿No queda condenado por el solo hecho de que nadie lo conoce? Ciertamente Marción tiene Iglesias: las suyas, tan posteriores como adúlteras, ya que si uno recorre su lista sucesoria, se encontrará más fácilmente con un apóstata que con un apóstol, esto es, descubrirá que su fundador es Marción u otro de los del enjambre de Marción. Las avispas hacen también panales, y así hacen Iglesias los marcionistas. Es esta autoridad de las Iglesias apostólicas la que garantiza los demás evangelios que nos han llegado a través de ellas y según la interpretación de ellas, a saber, el de Juan, el de Mateo, y el que publicó Marcos —aunque se dice que es de Pedro, de quien Marcos era intérprete—y el que compuso Lucas, cuyo contenido se atribuye a Pablo... 11
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
TERTULIANO, Apologeticus, I, 1, 1ss. TERTUL., Adv. Val. 3. TERTUL., De Praescriptione, 7, 1 ss. Ibid. 20-26. Ibid. 21, 4-7. TERTUL., Adversus Marcionem, 1, 1. De Praescr. 19, 1-3.
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8. Ibid, 28, 1-4. 9. Ibid. 36-37. 10. Ibid. 31-32. 11. Adv. Marc. 5, 1.
TERTULIANO Otros textos Los datos biográficos que conocemos de Quinto Septimio Florencio Tertuliano nos han llegado a través de San Jerónimo. Sabemos que pasó la mayor parte de su vida en Cartago, donde nació hacia el año 155. Se convirtió hacia el año 193, quizá durante sus años en Roma, donde se dedicaba al ejercicio de la abogacía. Desde entonces puso al servicio de la Iglesia su formación jurídica y una notable habilidad retórica. Fue el primero en emplear la lengua latina en la exposición teológica. Lamentablemente, al final de su vida, cayó en los errores del montanismo, una herejía de corte rigorista. Por esta razón no se le cuenta en el número de los Padres, aunque tiene gran importancia en la historia de la Iglesia. Murió en torno al año 225. En su época católica defendió con eficacia la fe frente a los paganos y frente a diversas herejías, y escribió obras teológicas y de carácter disciplinar y moral. Quizá el libro más conocido sea el Apologético: un valiente escrito dirigido a los gobernadores de las provincias romanas, para mostrarles la rectitud de vida de los cristianos, totalmente ajenos a los delitos que se les atribuían. Ya en una obra precedente, A los gentiles, había hecho otra 44
enérgica defensa del cristianismo, dirigiéndose al mundo pagano en general. En el Apologético sigue un programa mejor delineado y más sistemático. Se propone presentar a los cristianos como ciudadanos comunes, como cualesquiera otros, cumplidores ejemplares de todas sus obligaciones cívicas, interesados por la cosa pública como el que más, dignos de todo el aprecio que los gobernantes deben tener por los súbditos buenos y leales. De gran importancia son otros dos tratados: uno acerca de la oración, y otro sobre la penitencia, de los que a continuación se recogen algunos párrafos. El tratado Sobre la oración es el primero que aborda este tema en la literatura cristiana. En Sobre la penitencia es testigo de la práctica penitencial de la Iglesia y de la necesidad de confesar los pecados cometidos después del Bautismo.
LOARTE ¡Mirad cómo se aman! (Apologético 39) Habiendo refutado las perversidades que se atribuyen [al cristianismo], mostraré ahora sus excelencias. Somos un cuerpo unido por una común profesión religiosa, por una disciplina divina y por una comunión de esperanza. Nos reunimos en asamblea o congregación con el fin de recurrir a Dios como una fuerza organizada. Esta fuerza es agradable a Dios. Oramos hasta por los 45
emperadores, por sus ministros y autoridades, por el bienestar temporal, por la paz general (...). Aunque tenemos una especie de caja, sus ingresos no provienen de cuotas fijas, como si con ello se pusiera un precio a la religión, sino que cada uno, si quiere o si puede, aporta una pequeña cantidad el día señalado de cada mes, o cuando desea. En esto no hay coacción alguna, sino que las aportaciones son voluntarias, y constituyen como un fondo de caridad. En efecto, no se gasta en banquetes, bebidas, o en despilfarros mundanos, sino en alimentar o enterrar a los pobres; en ayudar a los niños y niñas que han perdido a sus padres y sus fortunas, a los ancianos confinados en sus casas, a los náufragos, a los que trabajan en las minas o están desterrados en islas o prisiones. Éstos reciben pensión a causa de su fe, si sufren como seguidores de Dios. Pero es precisamente esta eficacia del amor entre nosotros lo que nos atrae el odio de algunos que dicen: mirad cómo se aman, mientras ellos se odian entre sí. Mira cómo están dispuestos a morir el uno por el otro, mientras ellos están dispuestos, más bien, a matarse unos a otros. El hecho de que nos llamemos hermanos lo toman como una infamia, sólo porque entre ellos, a mi entender, todo nombre de parentesco se usa con falsedad afectada. Sin embargo, somos incluso hermanos vuestros en cuanto hijos de una misma naturaleza, aunque vosotros seáis poco hombres, pues sois tan malos 46
hermanos. Con cuánta mayor razón se llaman y son verdaderamente hermanos los que reconocen a un único Dios como Padre, los que bebieron un mismo Espíritu de santificación, los que de un mismo seno de ignorancia salieron a una misma luz de verdad (...), los que compartimos nuestras mentes y nuestras vidas, los que no vacilamos en comunicar todas las cosas. Todas las cosas son comunes entre nosotros, excepto las mujeres: en esta sola cosa en que los demás practican tal consorcio, nosotros renunciamos a todo consorcio (...). ¿Qué tiene de extraño, pues, que tan gran amor se exprese en un convite? Digo esto, porque andáis por ahí chismorreando acerca de nuestras modestas cenas, diciendo que son no sólo infames y criminales, sino también opíparas 1 (...). Pero su mismo nombre muestra lo que son nuestras cenas, pues se llaman ágapes, que en griego significa amor. En ellas, todo se gasta en nombre y en beneficio de la caridad, ya que con tales refrigerios ayudamos a los indigentes de toda suerte, no a los jactanciosos parásitos que se dan entre vosotros (...). Considerad el orden que en ellas se sigue, para que veáis su carácter religioso: no se admite nada vil o contrario a la templanza. Nadie se sienta a la mesa sin haber antes gustado una oración a Dios. Se alimentan teniendo presente que incluso durante la noche han de adorar a Dios, y hablan teniendo presente que les oye su Señor (...). 47
El convite termina con la oración, como comenzó. De allí nos alejamos, no para unirnos a grupos de bandidos, ni para andar vagabundeando, ni para cometer obscenidades, sino en busca del mismo cuidado de la modestia y de la pureza, como quienes han cenado más disciplina que alimento. 1. El ágape era una comida de fraternidad que precedía a la celebración de la Eucaristía, por un motivo de caridad con los más pobres. Posteriormente, esa costumbre dio lugar a las instituciones de beneficencia de la Iglesia. La calumnia de que eran objeto los cristianos no se limitaba a una supuesta glotonería, sino que también llegaba a imputarles conductas licenciosas e incluso antropofágicas.
Por qué confesar los pecados (Sobre la penitencia Vlll, 4—X) ¿Qué pretenden las parábolas del Evangelio? ¿Qué nos enseñan? Una mujer perdió una dracma, e inmediatamente se puso a buscarla; en cuanto la encontró, invitó a sus amigas para que se alegraran con ella. ¿No es como la imagen de un pecador que vuelve a la gracia divina? Se extravía la oveja de un pastor, y el rebaño entero no le es más querido que esa única oveja: sale en su busca, la prefiere sobre todas las demás y, cuando la encuentra, la conduce al aprisco llevándola sobre sus hombros, porque estaba rendida de tanto errar. Recordaré también a aquel padre bueno y paciente 48
que recibe a su hijo pródigo, y lo acoge con cariño a pesar de que el muchacho, con su despilfarro, se arruinó. Pero estaba arrepentido, y el padre mata un ternero cebado y, con la alegría de un convite, da rienda suelta a su gozo. ¿Por qué? Porque había recuperado al hijo perdido. Lo sentía dentro de sí mismo como la prenda más querida, precisamente porque lo había vuelta a ganar. ¿Quién es para nosotros ese padre? Dios mismo. Nadie es tan padre nuestro como El, nadie manifiesta tanta piedad hacia nosotros. Él te acogerá como hijo suyo, aun cuando hayas dilapidado a manos llenas todo lo que habías recibido. Aunque vuelvas desnudo, te recibirá, precisamente porque has vuelto. Y sentirá más alegría con tu retorno que con el buen comportamiento de su otro hijo. A condición, claro está, de que tu arrepentimiento sea sincero: es decir, de que proceda de lo íntimo de tu corazón; de que estés dispuesto a reconocer el hambre que te aflige y la abundancia de que gozan alegremente los siervos de tu padre. A condición de que abandones la piara inmunda de puercos, vuelvas a tu padre y—aunque él se sienta justamente indignado—le digas: he pecado, padre mío; ya no merezco ser llamado hijo tuyo. El reconocimiento de las propias culpas levanta y ennoblece al pecador, mientras el que intenta disimularlas, las agrava. En la confesión de los pecados se halla implícito el reconocimiento de las faltas y la verdadera contrición; si las disimulas, es señal de obstinación 49
culpable. El procedimiento para beneficiarse de este segundo perdón es más difícil que el del primero, que se obtiene en el Bautismo. Las pruebas que han de ofrecerse son más exigentes. No basta ya hacer un íntimo examen de conciencia; es preciso expresar el arrepentimiento con un rito claro y manifiesto. Este rito en griego se llama exomologesis, y consiste en confesar sinceramente al Señor las culpas que hemos cometido; no porque Él las ignore, sino porque declarándolas se satisface a la justicia divina. De la confesión oral procede la penitencia, y la penitencia mitiga la justa ira del Señor hacia el que ha pecado. RC/TERTULIANO: La exomologesis [rito de la Penitencia] comprende todo el proceso por el que el hombre se abate y se humilla ante la majestad de Dios, hasta el punto de conducirse de modo capaz de atraer sobre sí la piedad y misericordia divinas (...). Se propone avalorar las oraciones que dirigimos al Señor, con la aspereza del ayuno; removerse con lágrimas día y noche; invocar a Dios con todo el ardor de nuestra fe; arrodillarse a los pies del sacerdote... La Penitencia levanta al hombre precisamente cuando lo abate y lo postra en tierra; lo ilumina con una luz resplandeciente, cuando le mueve a reconocerse pobre y desvalido; lo justifica cuando le acusa; lo absuelve cuando le condena. Créeme: cuanto más severo seas contigo mismo, más perdonará y excusará Dios tus culpas. Sin embargo, 50
estoy persuadido de que muchos evitan o difieren de un día para otro la Penitencia, como si este rito les pusiese en evidencia delante de los demás. De este modo demuestran que les preocupa más la estima de los hombres que la propia salvación. Se les puede comparar al enfermo que contrae un mal vergonzante y, movido por un falso pudor, evita que el médico conozca su verdadero estado, y acaba muriendo (...). Pero, dime, tú que muestras ahora tanto recato y tanta vergüenza: cuando se trataba de pecar tenías la frente alta y soberbia, y ahora, cuando es momento de calmar la justa indignación del Señor, ¿tiemblas? No reconozco ningún mérito ni al pudor ni a la timidez, si produce más daño que beneficio. Y es precisamente este falso sentido del pudor el que mueve a algunos hombres como a pensar: no te preocupes; es mejor que me pierda yo, con tal de que mi estimación quede a salvo. Es verdad que, al reconocer las propias culpas, podría uno exponerse a un grave riesgo, si, por ejemplo, lo hiciese ante una persona pronta a insultarnos o a burlarse de nosotros, o cuando alguien esperase la ruina del otro para levantarse sobre la desgracia ajena, pisoteando lo que ya está caído. Pero estas cosas no pueden suceder entre hermanos, entre quienes participan de una misma esperanza, entre los que tienen de común el temor y la alegría, el dolor y los sentimientos. Si todos poseen un mismo espíritu, que procede del mismo Dios y Padre, ¿por qué te crees diferente de ellos?, 51
¿por qué huyes de los que están sujetos, igual que tú, a las mismas caídas y errores, como si ellos fuesen espectadores de tus luchas, prontos sólo al aplauso, y no en cambio gente muy cercana a ti, compañeros de tus mismas fatigas? El cuerpo no permanece impasible ante el sufrimiento de uno de sus miembros; necesariamente se duele con él, y busca un remedio. Allí donde están uno o dos fieles, allí se encuentra la Iglesia, y la Iglesia se identifica con Cristo. Por eso, cuando tú tiendes las manos hacia tu hermano, estás tocando a Cristo, estás abrazando a Cristo, estás implorando a Cristo. Y cuando tus hermanos derraman lágrimas por ti, es Cristo quien sufre, es Cristo quien por ti suplica a su Padre, obteniendo fácilmente lo que como Hijo pide. Vamos a decirlo francamente: si conservas ocultos tus pecados, ¿piensas obtener un gran beneficio?, ¿crees acaso que quedará a salvo tu honorabilidad? No. Aunque logremos ocultar nuestras faltas, en cuanto esto es posible al hombre, no las podremos esconder a los ojos de Dios. ¿Y vamos a comparar la estima de los hombres con la certeza de que Dios conoce nuestros pecados? ¿Qué es preferible: condenarse, ocultando las miserias a los ojos humanos, o reconocer sinceramente nuestras propias culpas? Alguno podrá decir: ¡pero es muy costoso admitir 52
los propios pecados, y confesarlos! Sí, pero del reconocimiento de la enfermedad procede la curación. Por otra parte, cuando se trata de arrepentirse, no hay que hablar tanto de lo que cuesta, sino de la luz y la salvación que ese acto de penitencia consigue para nuestro espíritu. Es muy doloroso, par ejemplo, ser quemado con un cauterio, o experimentar la acción de algunas medicinas; sin embargo, todos estos remedios se usan, aunque nuestro pobre cuerpo padezca, y su acción dolorosa se justifica en orden a la curación de la enfermedad. Cualquiera acepta de buen grado el mal presente, con la esperanza de un bien mayor de que gozaremos en un momento futuro. La eficacia de la oración (Sobre la oración, 28-29) Esta es la hostia espiritual que destruyó los antiguos sacrificios. ¿A mí qué la muchedumbre de vuestros sacrificios?, dijo. Harto estoy de los holocaustos de carneros y de la grasa de corderos; no quiero sangre de toros ni de machos cabríos. ¿Quién ha pedido esto a vuestras manos? (Is 1, 11). Lo que ha exigido Dios, lo enseña el Evangelio. Vendrá la hora en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, dijo. Pues Dios es espíritu (Jn 4, 23 ss) y, por consiguiente, exige adoradores de ese tipo. Nosotros somos verdaderos adoradores y 53
verdaderos sacerdotes, que al orar con el espíritu, sacrificamos con el espíritu la oración como hostia propia y aceptable a Dios, es decir, la que exigió y proveyó para sí. Ésta, ofrecida de todo corazón, apacentada por la fe, cuidada por la verdad, íntegra por la inocencia, limpia por la castidad, coronada por la caridad, debemos conducirla al altar de Dios con la pompa de las buenas obras, entre salmos e himnos, para que impetre de Dios todo lo que conviene. ¿Qué negará Dios a la oración que proviene del espíritu y de la verdad, si es Él quien la exige? Leemos y oímos y creemos: ¡cuántas pruebas de su eficacia! La antigua oración ciertamente libraba de los fuegos, de las bestias y del hambre; sin embargo, no había recibido de Cristo la forma. Pues ¡con cuánta más eficacia opera la oración cristiana! No coloca al ángel del rocío en medio de llamas, ni obstruye la boca a los leones, ni proporciona la comida de los campesinos a los hambrientos, no desvía ninguna sensación de las pasiones aun cuando se haya concedido la gracia, sino que instruye a los que padecen, sienten y se duelen con sufrimientos, y con la virtud amplía la gracia para que la fe, al comprender por qué se sufre en nombre de Dios, sepa qué es lo que se consigue del Señor. ORA/EFECTOS: Pero también antes la oración imponía plagas, dispersaba ejércitos enemigos, impedía la utilidad de las lluvias. Ahora, en cambio, 54
la oración aleja toda la ira de la justicia de Dios, está alerta por los enemigos, suplica por los peregrinos. ¿Qué tiene de admirable que sepa alejar aguas celestes la que también fue capaz de impetrar fuegos? Sólo la oración vence a Dios; pero Cristo quiso que ella no obrara nada malo y le confirió toda la fuerza del bien. Así, pues, ella no sabe nada más que alejar las almas de los difuntos del camino mismo de la muerte, corregir a los débiles, curar a los enfermos, expiar a los endemoniados, abrir las cerraduras de la cárcel, desatar las cadenas de los inocentes. Ella misma disminuye los delitos, repele las tentaciones, extingue las persecuciones, consuela a los pusilánimes, deleita a los magnánimos, conduce a los peregrinos, mitiga las agitaciones, obstaculiza a los ladrones, alimenta a los pobres, gobierna a los ricos, levanta a los caídos, apoya a los que se están cayendo, sostiene a los que están en pie. La oración es el muro de la fe, nuestras armas y nuestras lanzas contra el enemigo que nos observa por todas partes. Por tanto, nunca caminemos inermes. De día acordémonos de la guardia; por la noche, de la vigilia. Bajo las armas de la oración custodiemos el estandarte de nuestro emperador; esperemos la trompeta de los ángeles con la oración. Oran también todos los ángeles, ora toda criatura, oran y doblan las rodillas los ganados y las fieras y, saliendo de los establos y grutas, miran hacia el cielo no con ociosa boca, haciendo vibrar su aliento según su costumbre. También las aves entonces, 55
levantándose, se erigen hacia el cielo y abren la cruz de sus alas en vez de las manos y dicen algo que parece oración. ¿Qué más se puede decir del deber de la oración? También oró el Señor mismo, para quien sea el honor y la virtud en los siglos de los siglos. Felicidad del matrimonio cristiano (A la mujer, 9) ¿Cómo podré expresar la felicidad de aquel matrimonio que ha sido contraído ante la Iglesia, reforzado por la oblación eucarística, sellado por la bendición, anunciado por los ángeles y ratificado por el Padre? Porque, en efecto, tampoco en la tierra los hijos se casan recta y justamente sin el consentimiento del padre. ¡Qué yugo el que une a dos fieles en una sola esperanza, en la misma observancia, en idéntica servidumbre! Son como hermanos y colaboradores, no hay distinción entre carne y espíritu. Más aún, son verdaderamente dos en una sola carne, y donde la carne es única, único es el espíritu. Juntos rezan, juntos se arrodillan, juntos practican el ayuno. Uno enseña al otro, uno honra al otro, uno sostiene al otro. Unidos en la Iglesia de Dios, se encuentran también unidos en el banquete divino, unidos en las angustias, en las persecuciones, en los gozos. Ninguno tiene secretos con el otro, ninguno esquiva 56
al otro, ninguno es gravoso para el otro. Libremente hacen visitas a los necesitados y sostienen a los indigentes. Las limosnas que reparten, no les son reprochadas por el otro; los sacrificios que cumplen no se les echan en cara, ni se les ponen dificultades para servir a Dios cada día con diligencia. No hacen furtivamente la señal de la cruz, ni las acciones de gracias son temerosas ni las bendiciones han de permanecer mudas. El canto de los salmos y de los himnos resuena a dos voces, y los dos entablan una competencia para cantar mejor a su Dios. Al ver y oír esto, Cristo se llena de gozo y envía sobre ellos su paz. CRIPTOGRAFÍA. La etimología de esta palabra es bastante evidente: El origen es griego (criptós), "cripto- significaría "oculto" y -grafía "escritura", es decir, escritura oculta o secreta. El origen es griego (criptós), "oculto, secreto, engañoso", de donde derivó también la palabra gruta y, a partir de esta, grotesco. Más tarde surgiría cripta como cultismo.
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AUGE Y DECLIVE DEL MONTANISMO No estaba conclusa la controversia con el gnosticismo, cuando en el seno de la iglesia, se habría paso un nuevo movimiento que se dio a si mismo el nombre de “nueva profecía” También es conocida por la herejía de los frigios, aludiendo sin duda al lugar de donde procede esta herejía. Es a partir del siglo IV cuando se conoce como montanismo viendo el papel que desempeña este hombre dentro de la génesis del movimiento. Se trata de un movimiento de rigorismo, que intenta evocar los primeros tiempos, de la iglesia donde los hombres, aparecen como carismáticos y profetas dotados de dones especiales, que ellos ponían al servicio de una vida comunitaria más intensa. Profecía y autoridad de la iglesia llegaron a un enfrentamiento con el resultado de expulsión para los secuaces de estas ideas. Tres son los estadios por los que pasa el montanismo. 1.- Inicios. Comienza hacia el año 170 cuando Montano en la aldea de Ardabau, en las provincias asiáticas de Frigia y Misia, poco des pues de su bautismo, en un 58
lenguaje un tanto oscuro, anuncia a sus hermanos ser profeta del espíritu Santo que por obra suya iba a conducir la cristiandad a la verdad entera. La unión a este propósito, de dos visionarias como Priscila y Maximila fue decisiva. Este pueblo, era propenso a las grandes manifestaciones de tipo, carismático, posiblemente influido por las regiones mistéricas asentadas durante siglos en esas zonas, lo cierto es que tuvo un “boon” grande . Su principal signo el la idea escatológica, anunciando la llegada inminente del Señor y junto a ella comenzará en la llanura de Pepuza una nueva Jerusalén celestial. El ambiente era propicio, debido a que las catástrofes naturales y la peste, habían desolado a las gentes necesitadas de algo de consuelo. Pero el mensaje escatológico, no solo se limitó a la idea de profecía, tuvo su incidencia en la vida practica así el ayuno, como purificación será un punto importante a tener en cuenta haciendo la norma de la iglesia existente, rigurosa y pesada. El deseo del martirio es otro de los puntos verdaderamente significativos como el mejor de los desprendimientos del mundo y la mejor forma de encontrarse con el Dios de la salvación. Los bienes materiales, tampoco tiene valor de hay su entrega a los dirigentes para el sustento de los profetas. 59
Pero lo más significativo, es su renuncia al matrimonia, fuente de encadenamiento a las cosas del mundo La abstinencia según Priscila, capacita especialmente para las visiones y comunicaciones proféticas La extensión fue considerable en sus comienzos Asía Menor, Siria, Traciá incluso en Lyon y Vienne se tiene noticias de esto como hace notar Eusebio. Incluso tuvo cierto permiso, posiblemente debido a su teología, en un principio, los obispos de Roma, no tuvieron en consideración este movimiento como peligroso. Los principales representantes murieron pronto, pero fue el encuentro de esta movimiento, con la figura de Tertuliano, la suerte para su propio desarrollo, ya que este pasó al papel sus intenciones y esto lo reforzó extraordinariamente. 2.- Desarrollo: Tertuliano A partir del 205/206, sus escritos permiten deducir, que no solo conoce la doctrina sino que participa de ella, Sin duda su implacable rigor, contra todo termino medio y su excesivo amor a la verdad le llevó por sendas rigoristas. Su poder de apelación al Espíritu sedujo a este autor llevándole a una transformación paulatina de un término medio al 60
rigor más absoluto. Tanta fue su obra y su crítica interna, que el montanismo de tertuliano no representa el de la primera época, Según este se trata de llevar gracias al Espíritu Santo a la cristiandad a la edad madura. De este modo y de una manera magistral, expone los puntos antes mencionadas como principales, haciendo de ellos una doctrina perfectamente sustentada. Su exposición no fue para el pueblo llano, lo demuestra la historia, pero sus escritos si fueron leídos y tenidos en cuenta. 3.- Ocaso del montanismo Sólo ante la desfiguración de las ideas del cristianismo por parte de los montanistas tuvo reacción la iglesia. La iglesia, se negó a hacer suyo el exagerado programa ascético de estos grupos abriéndose así a todos los hombres . El negar la inminencia escatológica hizo que la iglesia se sumergiera en el trabajo de todos los días dedicándose más de lleno a las tareas misionales tan importantes en estos primeros tiempos.
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LA CONTROVERSIA CON EL GNOSTICISMO La polémica, literaria del paganismo, no representa, para la comunidad cristiana un peligro demasiado serio, pero en el gnosticismo, le salió a la Iglesia el verdadero adversario, que desde tiempos muy recientes puso en peligro, la continuidad de la misma iglesia, debido a las diferencias y a las luchas que se dieron, entre los diversos grupos y las diversas ideas. Ciertas corrientes dualistas del Oriente, con ideas del judaísmo tardío, unido a las ideas del cristianismo, dan como síntesis una corriente, que pretendía en los primeros tiempos, dar la solución a las preguntas últimas del hombre. El culto, la liturgia, tomaba parte de los ritos, de los cultos mistéricos unido a la propaganda y a la clara intención de conquista de la iglesia desde dentro hicieron de este movimiento, el verdadero rival de la iglesia naciente. 1.- Ideas fundamentales del gnosticismo El tema fundamental es este: ¿cómo se haya el verdadero conocimiento, que esclarezca el enigma del mundo, y del mal en el mundo, así como el 62
enigma de la existencia humana? . Las repuestas a todas estas grandes preguntas de la humanidad son desde esta corriente estas: El más íntimo ser del hombre está impulsado a la unión con Dios verdadero y perfecto, pero desconocido, por destino especial, el hombre, ha sido desterrado a este mundo imperfecto, que no puede ser obra de Dios sino la creación de un ser inferior e imperfecto, que lo domina, con la ayuda de los poderes malignos. El hombre, solo puede liberarse de estos poderes malignos, si se conoce bien a si mismo y reconoce que está separado de esto de este Dios. Solo este conocimiento, supone el retorno al mundo luminoso y superior del verdadero Dios todopoderoso No cabe duda, que esto aquí expuesto representa una mezcolanza de múltiples concepciones religiosas, cuestión propia de esta peculiar corriente. ¿Cuál podemos decir que es su influjo? Parece claro, que antes del cristianismo, existen ya movimientos de características gnósticas . El antiguo Irán, encontramos los precedentes mas claros en ideas dualistas del bien y el mal, la luz y la oscuridad etc. Cuando estas tropiezan con el relato del génesis, se amoldan, así el Dios de la creación, del judaísmo se convierte el demiurgo, que no conocía la luz. Las ideas astrológicas y el influjo de los planetas, 63
también entraron a formar parte de esta amalgama de ideas. En cuanto a la relación con el AT, todo el mundo coincide en que las ideas del AT, desempeñan un papel importante en la fundamentación del gnosticismo, especialmente lo relacionado con las ideas apocalípticas. Posiblemente entre gnósticos y esenios, y oras corrientes del judaísmo heterodoxo, corrieron ideas dualistas exportadas de Irán etc. Todo esto, se puede decir, que influyo, en la captación de gentes, también de cristianos, un culto, especialmente atrayente y unas ideas curiosas, y absolutas atraían hacia si, a las gentes necesitadas de seguridad en una posible salvación. Desde los primeros momentos apologistas como Justino y otros, mencionan comunidades de cristianos, ( que se auto llaman así) de carácter claramente sincretista y gnóstico. Lo cierto es que desde muy temprano el gnosticismo desfiguro las ideas y la vida de Jesús creando confusión y polémica en las comunidades. El camino gnóstico, se convierte así ,en un camino de adeptos, muy especiales, capaces de comprender a través de parábolas y de dichos secretos los misterios de la “gnosis” . El hecho de que todo tenga tanto misterio, hace interesante, esta 64
corriente, para los nuevos cristianos. El creerse los verdaderos y únicos conocedores de la verdad también les dio cierta fuerza importante, creando estados diversos de perfección neumáticos síquicos etc., que determinaban el grado de pertenencia y acceso al conocimiento. 1.1.- Formas más importantes de gnosticismo A la fase primera, pertenecen el grupo sirio, que se originó en torno a Menandro y Satornil (Saturnino) en Antioquía. El primero, se predicó a si mismo como redentor al que habían enviado al mundo las potencian invisibles. La doctrina de Saturnino la podemos recoger gracias a “philosophoneunas”. En ellos viene a decir lo siguiente. El Padre desconocido, habría creado los “emones” las potencias del mundo superior e inferior y el mundo es obra de 7 espíritus malos o inferiores. El más alto de ellos, ha de identificarse con el de los judíos. A estos, debe el hombre, su mísera existencia en la tierra. Pero algo de vida tienen dentro, cuando después de la muerte y dependiendo del conocimiento de la verdad vuelven cerca de los espíritus superiores, con los que se encuentran emparentados.
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2.- Basilides Su influjo sobre todo es en Alejandría. Es un hombre, de gran capacidad literaria, compuso un comentario a los evangelios de 24 libros. Un cristiano Castor Agripa, en un libro llamado Elenkos, habría refutado estos libros, lastima que la obra, se encuentre perdida. Punto de partida, son unas confesiones secretas que el Redentor habría confesado al Apóstol Matías, antes de la ascensión. Se encuentra muy familiarizado con las ideas dualistas y sus teorías y doctrina, son francamente difíciles. Lo más detestable es la idea de que Jesús, no murió en la cruz sino que fue, Simón de Cirene. 3.- Valentin. Logró las más altas cualidades del gnosticismo. Sin duda fue la verdadera y más genuina amenaza para el cristianismo. Su actividad docente, comenzó en el 135 en Alejandría durante casi dos décadas, hizo propaganda de sus ideas en Roma, donde desempeñó un papel importante, tal una desobediencia con los cristianos romanos marchó nuevamente a Oriente. Él, y sus seguidores formalizaron varios textos refutados por diferentes apologistas . 66
Es cierto que usa, ideas de Platón y Pitágoras, per también usa ideas de Jesús y cuestiones bíblicas, mal interpretadas haciendo, así familiar su doctrina los cristianos, muchas veces escasamente formados, estos, fácilmente prestaban atención a sus palabras y caían en la secta y en su particular sincretismo. La base de su cosmología es el mito del Dios invisible 30, supremos eones, forman el mundo espiritual y perfecto (pleroma) El demiurgo creo al hombre y le impuso el elemento síquico, ligándolo a la materia, pero sin enterarse este, el hombre recibió un elemento neumático y esto hará que el hombre, lo que tiene de espiritual después de la muerte otorne a la luz. Jesús se hizo hombre para hacer esto posible, a trabes del bautismo. El moribundo gnóstico es preparado a través de fórmulas secretas, para recorrer el mundo hostil, antes de llegar a la luz definitiva. 4.- Ofitas Existían además sectas especialmente exuberantes. En estas ocupaba un puesto especial la serpiente. La primera pareja humana fue desterrada a la tierra, pero también lo fue la serpiente tentadora que con sus hijos, se encarga de tentar y mal tratar a los hombres en la tierra. 67
De esta secta y de la interpretaciones simbólicas derivan otras. 5.- Marción Aunque no se le puede llamar propiamente gnóstico, sus escritos tienen cierto tinte de ideas gnósticas, por que podemos decir, que representa un gnosticismo “suigeneris” dentro del cristianismo. Ya desde joven tuvo sus disputas con dirigentes de su iglesia a consecuencia de las interpretación de las cartas paulinas A la privación de la comunión eclesiástica, siguió la repulsa de personajes como Palias y Policarpo de Esmirna, hacia el año 140 vino a Roma. Marción, bajo la influencia de Cerdón, se metió más de lleno dentro de las ideas gnósticas. Para Marción el dios del AT no es el Dios verdadero es el Dios riguroso y justo que impuso a los judíos una ley insoportable estas ideas fueron también criticadas en Roma en el año 144 se aparta definitivamente de la iglesia . Pronto se preocupo de hacer adeptos a los que dio una estructura particular Obispos, presbíteros etc. La igualdad de liturgia confundieron no a pocos. Los grandes de la época tuvieron que hacer un esfuerzo para neutralizar sus ideas ya que represento un verdadero peligro. 68
5.1.- Su doctrina: Se fundamenta en la sagrada escritura. El AT, queda excluido íntegramente ya que en el se habla del demiurgo despiadado sin bondad y amor Lucas y Pablo, pero purificados, son la base de su doctrina. A destacar, puede ser su claro docetismo, a Marción no le entra en la cabeza lo de la muerte en la cruz y la encarnación en un cuerpo humano lleno de impurezas. Para el, todo este proceso, es pura apariencia en Cristo También su especial condenación l matrimonio, es cosa destacar, como parte de su doctrina. Las ideas de Marción, están libres de astralismos, de ideas fantásticas etc. pero sus ideas son suficientes para considerarlo doctrina aparte de la iglesia . De hecho su presencia obligó a la Iglesia naciente, a prestar más atención a la escritura, a su fe, y a la organización interna. 6.- Desarrollo de la lucha defensiva de la Iglesia e importancia de su victoria Digamos, que ante la realidad del ataque y el peligro que suponía, en seguida los dirigentes de las diversas comunidades, tomaron cartas en el asunto tomando medidas prácticas, contra los gnósticos . Por otra parte los teólogos, pronto demostraron a 69
nivel practica la falta de suficiente fundamentación de las ideas de estos conforme a la tradición cristiana. Debían de tener, un carácter más defensivo que ofensivo, su propósito era extirpar dentro de la misma iglesia, los focos de infección excluyendo de la propia comunidad a aquellos que defendían fuertemente estas ideas, sirviendo esto como ejemplo para disuadir a futuros intentos. Ejemplo práctico de otodo esto es la excomunión de Marción. Esta situación defensiva se mezcló con la otra situación de organización interna y de una mayor atención de los dirigentes cristianos a sus respectivas comunidades, consolidando las estructuras y reforzando los vínculos de unión. Gracias a estas iniciativas, la ilustración del pueblo, fue cada vez más en auge. El trabajo de los obispos y una extensa producción literaria de los teólogos, fueron puntos importantes en la fundamentación y consolidación de la fe y de las comunidades Eusebio, conoce parte de esta literatura y nos habla en su obra, de algunos de los mayores escritores gnósticos así como de aquellos otros antignósticos que trataron de refutar todo este compendio de ideas Se puede decir, perfectamente, que las diversas ideas que trastocaban la idea central del cristianismo, 70
fueron claramente refutadas, bien por uno, bien por otros, reforzando así el sentido de una doctrina central. Así por ejemplo, los trabajos del famoso autor Tertuliano, vinieron a reforzar las ideas de la muerte de Cristo y su resurrección como parte fundamental la doctrina cristiana en contra de las ideas marcionistas su fuerte fundamentación bíblica, no deja lugar a dudas de esta realidad central del cristianismo. Ante el hecho de formarse en la posición de la revelación directa por parte de Dios los gnósticos tiraban por tierra prácticamente toda la realidad y fundamento de los libros sagrados. Contra esta intención de minar el sentido de iglesia, trabajaron fuertemente los autores cristianos fundamentándose en primer lugar el concepto de tradición y de sucesión apostólica. Y luego asegurando con certeza, el número de las Sagradas Escrituras pertenecientes al cristianismo. Sólo podían ser reconocidos como canónicos aquellos escritos, que se remontaban a la era apostólica, y que desde siempre hubieran sido apreciados de un modo particular por las iglesias cristianas. Y solo podían ser reconocidos dirigentes de las iglesias, aquellos, que en serie no interrumpida, se remontases hasta los apóstoles. Así 71
se aseguraba la tradición y por otra parte, referido a los libros se desechaban todos los escritos dudosos llenos de ideas raras caso de la mayoría de los apócrifos. Un transmisión optima, por parte de los teólogos de los principios fundamentales a los catecúmenos, aspirantes al bautismo , fue una forma de reforzar las ideas y dejar claros los principios básicos de esta doctrina. El concepto de ciencia fue valorado poco a poco e integrado dentro de las doctrinas de la iglesia. Se puede decir que la lucha, fortaleció en gran medida las ideas cristiano asentándose definitivamente los principales puntos. El afirmarse de este modo impidió que se perdiera en un mar de sincretismo helenístico propio de esta época.
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CARISMAS 1. Doctrina bíblica El concepto Járisma fue introducido por Pablo en la terminología teológica; los sinópticos, Juan y los Hechos de los apóstoles sin duda conocen el fenómeno de los c., pero no el concepto de c. que aparece en Rom, 1 y 2 Cor, 1 y 2 Tico y 1 Pe. Pablo creó una marcada teología de los c. (si bien él, con relación a los dones espirituales de la gracia, además de Jarísmata usa también los conceptos pneumatiká, diakoniai y energúemata [ 1 Cor 12 ] ). Es característico en él el esfuerzo (cf. sobre todo 1 Cor 12-14) por delimitar los c. frente a los fenómenos de entusiasmo y de éxtasis, por ordenarlos adecuadamente en la vida de la comunidad y por entenderlos como una nota peculiar de los bautizados (Rom 12, 6; 1 Cor 7, 7). En las listas donde se enumeran los c. (Rom 12, 6ss; 1 Cor 12, 8ss; 12, 28ss) el punto de vista decisivo es el servicio a la comunidad. Los carismas han sido dados para bien de todos (1 Cor 12, 7 );por esto Pablo prefiere el don de profecía, que es inteligible para todos y sirve a la edificación de la comunidad, al don de lenguas, que sólo sirve para la edificación y devoción propias (1 Cor 14). En la lista de 1 Cor 12, 28ss (cf. también Ef 73
4, 11) el Apóstol menciona en primer lugar los ministerios carismáticos de la comunidad, a saber, apóstoles, profetas y maestros, y luego, junto a c. tan extraordinarios como el donde hacer milagros, el de curar y el de hablar diversas lenguas, menciona c. que acreditan personalmente, como el poder de asistir y de gobernar (cf. además, 1 Cor 12, 8ss, donde se enumeran también: la palabra de sabiduría y de conocimiento, la fe y la -> discreción de espíritus; y Rom 12, 8, donde aparecen la benignidad y la misericordia). Para mostrar sensiblemente la ordenación mutua de los diversos c. y sus funciones, Pablo usa la imagen del cuerpo (1 Cor 12, 12-26; cf. Rom 12, 4ss). Como los fenómenos extáticos que en gran parte acompañan a los c. también se hallan fuera de la comunidad y pueden existir en la Iglesia misma sin estar legitimados por la fe, Pablo recurre al Pneutna como signo distintivo. Sólo en él es posible decir «Señor Jesús»; este «Kyrios» es el señor de los dones del espíritu (1 Cor 12, 3ss), y en él tiene su fundamento el amor que ha de superar y soportar todos los dones del espíritu, para que éstos queden adecuadamente integrados en el todo (1 Cor 13 ). Rom 5, 16 y 6, 23, con el concepto totalmente general del inmerecido don salvífico de Dios, se aparta ya de esta especial y terminológicamente fija inteligencia de los c.; 1 Tico 4, 14 y 2 Tim 1, 6 hablan de c. en el sentido de gracia de estado o del oficio, mientras que el sentido literal de 1 Pe 4, 10 se acerca a la concepción aquí diseñada. 74
2. La importacia de los carismas para la vida de la Iglesia La definición de la teología escolástica, según la cual los c. son privilegia peculiaria Ecclesiae apostolicae et primitivae, no puede apoyarse seriamente en Pablo, pues, para él, ciertamente los c, son en gran parte fenómenos de entusiasmo que caracterizan la situación escatológica de la Iglesia, pero, en principio, bajo todas sus formas (extáticas o sometidas al orden comunitario) pertenecen siempre a la Iglesia, ya que el bautismo justificante y el espíritu vivo están ordenados mutuamente. Por tanto el c. habría de describirse como signo de la (dispositiva, extrasacramental) gracia victoriosa, el cual en circunstancias puede presentarse como un fenómeno extraordinario, cercano al milagro, pero también puede presentarse sencillamente como fuerza de la gracia en las pruebas cotidianas (y, con ello, como --> virtud). Los c. son una característica de la operación del Pneuma en los justificados y, por tanto, pertenecen en todo tiempo a la imagen de la Iglesia (no sólo en el periodo de su fundación o en momentos extraordinarios por los movimientos entusiásticos de devoción). Ya las cartas pastorales anuncian un proceso que había de imponerse en el tiempo postapostólico: el c. queda vinculado al -> oficio eclesiástico y a sus órdenes. Y a esto se une que las manifestaciones 75
abiertamente carismáticas se hacen cada vez más raras. El montanismo y el donatismo son típicos para la relación crítica entre el oficio y el c. en el tiempo siguiente. Pero la tensión entre ambos nunca se desvió tan fuertemente hacia el oficio, que los fenómenos y dones carismáticos se extinguieran totalmente. El monaquismo (donde no está totalmente anquilosado en lo institucional), el ascetismo (-> ascética), la --> virginidad, el -> martirio, la -> pobreza y los movimientos de pobreza, la -> mística, las virtudes sociales y también la ciencia teológica, fueron y pueden ser formas de aparición de lo carismático. En último término el oficio eclesiástico, si no quiere hacerse profano, es inconcebible sin c. Los servicios de la lista de Rom y 1 Cor, los cuales tienden a un oficio y después recibieron de hecho un carácter institucional (¡cartas pastorales!), revisten un matiz carismático incluso más allá de Pablo. Las afirmaciones de la Escritura sobre el sacerdocio general (Ap 1, 6; 5, 9s) y la elección de todos en la Iglesia para un sacerdocio real y para el pueblo santo de Dios (1 Pe 2, 9, etc.; cf. Vaticano il, De eccl., n .o 11), así como la concepción neotestamentaria de la Iglesia como comunidad escatológica del tiempo salvífico que ya ha hecho su irrupción (cf. Vaticano II, De Eccl., n .o 48), exigen lógicamente la estima y el cultivo de lo carismático en todos los miembros y ámbitos de la Iglesia. Naturalmente, corresponde al oficio el último enjuiciamiento y valoración de lo 76
carismático, pero, por otra parte, este oficio debe dejarse corregir por lo carismático y escuchar la protesta que todo c. implica contra la petrificación institucional. Como testimonio del Espíritu los c., junto con los -> sacramentos, constituyen la vida de la Iglesia en su multiformidad. Su ausencia o su opresión hace increíble a la Iglesia, conduce a la uniformidad, e impide toda dinámica. En la Constitución sobre la Iglesia el Vaticano il concede especial atención a lo carismático (= pneumático) en la Iglesia (particularmente n .o 12, y también n .o 4, 34s, 40s, etcétera). Esta nueva valoración fue preparada en cierto modo por la encíclica Mystici corporis (AAS 35 [ 1943 ] 200s; Dz 2288), si bien ésta todavía entiende por c. en primera línea «dones prodigiosos», o sea, fenómenos especiales y marginales. Puesto que el Vaticano II reconoce la operación del Espíritu incluso fuera de los limites visibles de la Iglesia católica, el concilio también cuenta con la posibilidad de que allí existan c. (De Eccl., n .o 15; De Oec., n .o 3 ), y entiende el -> ecumenismo como expresión de lo carismático en la Iglesia (De Oec., n .o 1, 2; 4, 1, etcétera). Pues sólo el Espíritu puede conceder a la Iglesia su multiformidad y fundar la unidad en ella. Estévao Bettencourt
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“Cánticos de Salomón” (texto cristiano de principio del siglo II “Ánimo, soy yo, no tengáis miedo” Mi gozo es el Señor, y mi alma tiende a él. Hermosa es la ruta hacia el Señor, pues él me sostiene. Se da a conocer él mismo en su simplicidad; su benevolencia es más grande que su majestad. Se hizo semejante a mí para que le acoja; se hizo semejante a mí para que me revista de él. Su vista no me espanta, pues él es la misericordia. El tomó mi naturaleza para que yo le conozca, y asumió mi rostro para que no me aparte de él. El Padre de la sabiduría es el Hijo de la sabiduría. El que creó la sabiduría es más sabio que las criaturas. El que me creó sabía antes que yo existiese lo que haría yo una vez llamado a la existencia. Por esto tuvo misericordia de mí y me dio la posibilidad de dirigirme a él en la oración y participar de su sacrificio. Sí, Dios es incorruptible, es la plenitud de los mundos y es su Padre. El se manifestó a los suyos para que conocieran a su hacedor, y no pensasen que tienen en ellos mismos las raíces de su origen. 78
El ha abierto un camino hacia el conocimiento, ha ensanchado el conocimiento, lo ha prolongado y conducido a su perfección. El ha marcado el conocimiento con las huellas de su luz, desde el principio hasta el fin, porque el conocimiento es obra suya. El se ha complacido en su Hijo. A causa de la salvación ejerce su omnipotencia y el Altísimo será conocido por los santos; Para anunciar la venida del Señor a los que cantan, para que salgan a su encuentro y le alaben gozosos. +++ Fiel a Cristo, la Iglesia Católica desde hace 2000 años propone al mundo el único camino posible de la salvación. La Iglesia eleva la humanidad a Dios, porque en Ella se realiza plenamente la redención de Cristo Jesús, Rey de Reyes. +++ San Simeón, 2do. Obispo de Jerusalén Obispo y Mártir + 120 ca. El Evangelio de San Mateo describe a San Simeón 79
como uno de los parientes o hermanos del Señor. Su padre era Cleofás, hermano de San José, y su madre, era hermana de la Virgen María, siendo Simeón primo carnal del Señor. Sin duda, el santo fue uno de los hermanos de Jesús que recibió el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Siendo asesinado Santiago el menor por lo judíos, los apóstoles y discípulos se reunieron para elegir a su sucesor en la sede de Jerusalén y por unanimidad escogieron a Simeón. El año 66 estalló en Palestina la guerra civil a consecuencia de la oposición de los judíos a los romanos y parece que los cristianos de Jerusalén recibieron del cielo el aviso de que la ciudad sería destruida y que debían salir de ella sin tardanza, refugiándose con el santo en la ciudad de Pela. Después de la toma y destrucción de Jerusalén, los cristianos volvieron y se establecieron en las ruinas, hasta que el emperador Adriano arrasó con los escombros, pero este hecho permitió que la Iglesia floreciera grandemente y que numerosos judíos se convirtieran al cristianismo debido a los milagros obrados por los santos. Vaspaciano y Domiciano mandaron a matar a todos los miembros descendientes de David, pero Simeón consiguió escapar. Sin embargo, durante la persecución de Trajano, fue denunciado como cristiano y descendiente de 80
David, siendo sentenciado a muerte por el gobernador romano Ático. Fue torturado y crucificado*, soportando con fortaleza y valentía el suplicio, pese a que contaba con 120 años. * Llegó el momento de la prueba con uno de los emperadores más iluminados, el español Ulpio Trajano, que reina desde el 98 al 116. Como los predecesores, considera los cristianos un peligro para el Estado, mas prohíbe la persecución general: deberán ser sentenciados sólo bajo denuncia regular. +++ Vissuto nel I secolo d. C., era cugino di Gesù, anche se non è identificabile con Simeone il Cananeo. Eusebio ci dice che egli succese a Giacomo “il Minore”, primo vescovo di Gerusalemme morto martire, e che per oltre quarant’anni fu alla guida della Chiesa. Durante la distruzione della città da parte dei romani, i rappresentanti di questa prima Chiesa di Cristo si rifugiarono a Pella. Ritornati a Gerusalemme, continuarono la loro opera di predicazione tra gli ebrei. Durante la persecuzione di Traiano. Simeone fu denunciato e fu crocifisso. E´ il secondo capo della primitiva comunità cristiana di Gerusalemme. Il secondo vescovo, come lo chiama nella sua Storia ecclesiastica Eusebio di Cesarea. Il primo è stato l’apostolo Giacomo di Alfeo, detto il Minore, ucciso nell’anno 63. Tuttavia 81
non sembra che Simeone sia stato chiamato subito a succedergli. L’epoca, infatti, è quella del travaglio all’interno delmondo ebraico, che precede la rivolta armata contro il dominio romano. Segue poi la spietata repressione militare, sotto il comando del futuro imperatore Tito, con la devastazione della Città Santa, e col Tempio saccheggiato e distrutto. L’elezione di Simeone è stata riferita da Egesippo, uno dei primissimi scrittori cristiani, forse palestinese, giunto a Roma verso la metà del II secolo. E sulle sue informazioni lo storico Eusebio scrive: «Dopo il martirio di Giacomo e la caduta di Gerusalemme che subito seguì, narra la tradizione che gli apostoli e i discepoli del Signore che erano ancora in vita [...] si unirono ai parenti del Signore (la maggior parte dei quali era ancora in vita a quel tempo) e tennero consiglio tutti insieme per decidere chi giudicare degno di succedere a Giacomo. All’unanimità tutti designarono vescovo Simeone, figlio di Cleofa che è menzionato nel Vangelo » (Storia ecclesiastica, III,11). Simeone è dunque figlio di Cleofa; è uno dei due discepoli che sulla strada di Emmaus incontrarono il Risorto, senza dapprima riconoscerlo, come scrive san Luca. È ritenuto parente di Gesù attraverso la moglie, forse cugina di Maria di Nazareth. Simeone è dunque chiamato a guidare l’unica comunità cristiana formata interamente da ebrei, e costretta alla migrazione dopo la distruzione di Gerusalemme. La sua terra di rifugio è Petra di Perea, oltre il Giordano, dove una parte dei profughi 82
fisserà la sua dimora. Lunghissima è la vita di Simeone (si parla di 120 anni), ma della sua opera sappiamo poco. Al tempo di Vespasiano e Domiziano (padre e fratello di Tito), Roma ordina ricerche sui parenti di Gesù: ma solo perché, insieme ad altri, sono discendenti dalla stirpe di Davide, e per ciò stesso sospetti a chi ora ne occupa il regno. Ci sono denunce e arresti, ma nulla si dice di Simeone. Per lui il tempo della prova arriva con uno degli imperatori più illuminati, lo spagnolo Ulpio Traiano, che regna dal 98 al 116. Come i predecessori, considera i cristiani un pericolo per lo Stato, ma vieta le persecuzioni generali: dovranno essere colpiti solo su regolare denuncia. E per Simeone la denuncia arriva, forse per opera di eretici, dice Eusebio di Cesarea: «Accusarono Simeone, figlio di Cleofa, di essere discendente di Davide e cristiano: egli subì così il martirio, all’età di 120 anni, sotto Traiano Cesare e il console Attico»: quest’ultimo governava la Giudea e seguì di persona il giudizio e l’esecuzione, meravigliandosi per il coraggio di Simeone nei “molti giorni” delle torture, alle quali seguì la crocifissione. +++ Orígenes (hacia 185-253) presbítero y teólogo Homilía sobre San Lucas 32, SC 87, pag. 386-392 “Todos los que estaban en la sinagoga tenían sus 83
ojos clavados en él.” Cuando lees que Jesús enseñaba en las sinagogas y que todo el mundo hablaba bien de él (Lc 4,15), guárdate bien de creer que sus oyentes eran afortunados mientras que tú te consideres privado de sus enseñanzas. Porque, si la Escritura dice verdad, el Señor habla igual ahora que entonces, igual en nuestras reuniones que en la asamblea de los judíos. “Me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres.” Los pobres son los paganos. En efecto, ellos eran pobres, no poseían nada, ni a Dios, ni la ley, ni los profetas. ¿Por qué razón le envió como Mensajero a los pobres? Para “proclamar la liberación a los cautivos y dar vista a los ciegos, a libertar a los oprimidos y a proclamar una año de gracia del Señor.” (Lc 4,18) ya que por su palabra y su doctrina los ciegos recobran la vista... “Después, Jesús enrolló el libro, se lo dio al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga tenían sus ojos clavados en él.” (Lc 4,20) Ahora, en nuestra asamblea sigue siendo posible fijar los ojos en el Salvador. Porque cuando tú pones la atención en lo más profundo de tu corazón para contemplar la Sabiduría, la Verdad y el Hijo único de Dios, tus ojos verán a Jesús. Dichosa la asamblea en la que la Escritura nos da este testimonio: Todos tenían clavados sus ojos en él. ¡Cómo quisiera yo que nuestra asamblea mereciera semejante testimonio y 84
que los ojos de todos, catecúmenos y fieles, mujeres y hombres y niños vieran a Jesús con los ojos, no del cuerpo, sino del espíritu! Porque cuando lo hubieseis contemplado, vuestro rostro y vuestra mirada quedarían iluminados de su luz y podréis decir: “Haz, Señor, brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!” +++ Evangelio según San Mateo 18,21-35.19,1: Entonces se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ´Págame lo que me debes´. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ´Dame un plazo y te pagaré la deuda´. Pero él no 85
quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: ´¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?´. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos". Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán. -.San Francisco de Asís (1182-1226) fundador de los frailes menores Carta a un ministro general franciscano “Setenta veces siete.” (Mt 18,22) En esto conoceré que amas al Señor y me amas a mí, su siervo y el tuyo: si cualquier hermano en el mundo, después de haber cometido todos los pecados posibles puede reencontrar tu mirada, pedir tu perdón y salir de tu presencia perdonado. Si no pide perdón, pregúntale tú si quiere que le perdones. E incluso, si después de esto pecara mil veces más contra ti, ámalo más que me amas a mí, para 86
conducirlo así al Señor. Ten siempre piedad de estos desgraciados. Y si se presentara la ocasión, comunica a los guardianes de nuestras comunidades tu firme resolución de actuar así. +++ "No sigas a la muchedumbre para obrar mal, ni el juicio acomodes al parecer del mayor número, si con ello te desvías de la verdad" SAN ATANASIO + año 373 +++ La Iglesia, desde el inicio, es católica, esta es su esencia más profunda, dice Pablo. “El nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, es un pueblo que proviene de todos los pueblos. La Iglesia, desde el inicio, es católica, esta es su esencia más profunda. San Pablo explica y destaca esto en la segunda lectura, cuando dice: "Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu" (1 Co 12, 13). La Iglesia debe llegar a ser siempre nuevamente lo que ya es: debe abrir las fronteras entre los pueblos y derribar las barreras entre las clases y las razas. En ella no puede haber ni olvidados ni despreciados. En la Iglesia hay sólo hermanos y hermanas de Jesucristo libres”. S. S. Benedicto XVI 87
– P.P. 2005 +++ “Alegraos en el Señor siempre; lo repito: alegraos. Que vuestra bondad sea notoria a todos los hombres. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna, sino más bien en toda oración y plegaria presentad al Señor vuestras necesidades con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, considerad lo que hay de verdadero, de noble, de buena fama, de virtuoso, de laudable; practicad lo que habéis aprendido y recibido, lo que habéis oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con vosotros.” San Pablo en su carta a los Filipenses 4, 4-9vs. +++ Cristianos: un poco menos de buenas intenciones y un poco más de buena voluntad. Que en el infierno habrá muchos de buenas intenciones; quizá ningún cristiano de buena voluntad. +++ Debido a la existencia de páginas excelentes sobre apologética y formación, lo que se pretende desde 88
aquí es contribuir muy modestamente y sumarse a los que ya se interesan por el Evangelio de Cristo de manera mucho más eficaz.
FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN La Iglesia es Una * La Iglesia es Una debido a su origen. "El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas". * La Iglesia es Una debido a su fundador. "Pues el mismo Hijo encarnado por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios, restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo" * La Iglesia es Una debido a su "alma": "El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia". Por tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una. (CIC, 813) La Iglesia es Una. Cristo no fundó muchas, sino UNA Iglesia, dijo que quería formar un solo rebaño bajo la guía de un solo pastor (Cfr.Jn. 10) 89
La única Iglesia de Cristo, Nuestro Salvador, después de su resurrección, la entregó a Pedro para que la pastoreara. Le encargó a él y a los demás Apóstoles que la extendieran la gobernaran. Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. La unidad de la Iglesia consiste en una unidad en la fe, en la caridad y en la liturgia, bajo el gobierno de los apóstoles y sus sucesores. Algo que aparece expresado en los Hechos de los Apóstoles: "Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles y en la comunidad de vida, en el partir el pan y en las oraciones" (Hch 2,42) En este sentido, el Concilio Vaticano II ha hablado del triple vínculo de la unidad: La profesión de fe, los sacramentos y el gobierno y comunión eclesial. Esta unidad no debe ser confundida con uniformidad, ya que la Iglesia no podría unir a hombres de todos los pueblos, razas y culturas, con muy diferentes mentalidades y costumbres, si no se diera en su seno una diversidad que enriquece la unidad. Sin embargo, esta diversidad tiene unas fronteras que, si se traspasan anulan la unidad. Así aparecen los cismas y las herejías. Cuando se rompe la comunión vital, especialmente en la comunión en el culto, estamos hablando de un cisma. Si la ruptura se 90
produce en el ámbito de la unidad de la fe, que a su vez provoca una separación en el culto, nos encontramos ante una herejía. Las separaciones y escisiones sufridas por la Iglesia a través de la historia, se han debido a disensiones en el ámbito de la fe, que se han profundizado al incidir también factores no religiosos (tensiones nacionales, políticas, culturales, etc.) y disposiciones personales (espíritu de contradicción, rivalidad, orgullo...) sin embargo, tras estas escisiones había también un sincero afán de mantener la autenticidad del mensaje cristiano, por lo que el camino hacia la unidad se debe realizar mediante el esfuerzo común por entender rectamente el Evangelio. Las dos separaciones más importantes se produjeron en 1054, al escindirse la Iglesia Oriental y Occidental tras un largo período de disensiones y enfrentamientos, y la ruptura que la Reforma introdujo en la Iglesia Occidental, y que a su vez originaría nuevas rupturas. Estamos buscando la unidad Así como notamos la diversidad de comunidades cristianas, también constatamos que la mayor parte de lo que somos y de lo que anunciamos es lo mismo. Más son los aspectos que nos unen que los puntos diversos. Y la Iglesia busca la unidad, porque siempre le han dolido las divisiones por ser contrarias al pensamiento del fundador. 91
Un esfuerzo muy notable por encontrar la unidad de los cristianos comenzó con el Concilio Vaticano II. La Iglesia quiere la unidad, la busca y se revisa a sí misma para quitar todo lo que por culpa humana impide llegar a esa unidad. En las denominaciones no católicas también se ha emprendido esta búsqueda. Los cristianos de las diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, sienten la necesidad de la unidad que Jesús expresa en su oración al Padre. "Que sean todos uno, como tu, Padre, estás conmigo y yo contigo que también ellos estén con nosotros, para que el mundo crea que tu me enviaste". Este movimiento por la unidad de todas las Iglesias se llama "ECUMENISMO", antes a los no católicos los solíamos llamar protestantes, calvinistas, anglicanos.... Hoy ya se ha hecho común llamarlos mejor "hermanos separados", porque en verdad son hermanos nuestros y están separados de nuestra fe católica. El deseo de volver a encontrar la unidad de todos los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu Santo. Para responder adecuadamente a este llamamiento se exige: * Una renovación permanente de la Iglesia en una fidelidad mayor a su vocación. Esta renovación es el alma del movimiento hacia la unidad. * La conversión del corazón para llevar una vida más pura según el Evangelio. Porque la infidelidad de los miembros al don de Cristo, es la 92
causa de las divisiones. * La oración en común, porque esta conversión del corazón y santidad de vida, junto con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, deben considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico, y pueden llamarse con razón ecumenismo espiritual. * El fraterno conocimiento recíproco. * La formación ecuménica de los fieles y especialmente de los sacerdotes. * El diálogo entre los teólogos y los encuentros entre los cristianos de diferentes Iglesias y comunidades. * La colaboración entre cristianos en los diferentes campos de servicio a los hombres. Es muy difícil lograr en un futuro próximo la unidad de todos los cristianos, tener una sola Iglesia, porque las divisiones han perdurado siglos. Pero la tarea no es imposible. Si somos de veras cristianos que deseamos permanecer fieles al Evangelio, debemos poner de nuestra parte lo que podamos, poner toda la esperanza "en la oración de Cristo por la Iglesia, en el amor del Padre para con nosotros, y en el poder del Espíritu Santo." La Iglesia es Santa La Iglesia es Santa, porque Cristo "la amó y dio su vida por ella". Esto lo hizo para consagrarla. En Ella dejó el Señor todo el tesoro de su santidad adquirido 93
por su muerte y resurrección y así la Iglesia es dispensadora de santidad y santifica a todos sus miembros desde el bautismo hasta la última despedida, luchando siempre por purificarla del pecado Esta propiedad de la Iglesia parece contradecir la experiencia concreta, que nos manifiesta una comunidad con deficiencias en las actuaciones de sus miembros, y en sus propias acciones comunitarias. Sin embargo, podemos afirmar su santidad desde el misterio de su ser. Cuando la Sagrada Escritura habla de santidad, está haciendo mención a algo que es propiedad y pertenece a Dios, al solo Santo. Por tanto, la santidad no expresa en la Biblia una actitud ética primordialmente, sino una apropiación por parte de Dios que santifica una realidad profana. De ahí que podamos afirmar que la Iglesia es santa porque: * Es de Dios y para Dios. Él la elige y crea un pueblo santo, al que es incondicionalmente fiel y no abandona a los poderes de la muerte y de la contingencia del mundo (Mt 16,18) * Jesucristo, el Hijo amado de Dios, se entregó por la Iglesia para hacerla santa e inmaculada (Cfr. Ef 5,27), uniéndose con ella de forma indisoluble (Cfr. Mt 28,20) * El Espíritu Santo, prometido por Jesucristo (Jn 14,26; 16,7-9), está presente en ella, actuando con poder y haciéndola depositaria de los bienes de la salvación que debe transmitir; la verdad de la fe, los 94
sacramentos de la nueva vida, los ministerios. Sin embargo, al acoger a hombres y mujeres pecadores, la propia Iglesia es pecadora, necesitando convertirse al Evangelio para manifestar con su vida lo que es su ser mas profundo. El Apóstol Pablo nos recuerda a los cristianos que, por el Bautismo, hemos nacido a una nueva vida que transforma nuestro modo de obrar y que hace de nuestra existencia cotidiana un servicio a Dios. Esta conversión de actitudes, valores y comportamientos no es fruto de un empeño personal, sino efecto del Espíritu Santo que actúa en nosotros si somos capaces de dejarnos transformar por Él. Por todo lo anterior, podemos concluir que la Iglesia es Santa en su ser más profundo, pero pecadora y en constante conversión en su visibilización en el mundo. Al canonizar a ciertos fieles, es decir, al proclamar solemnemente que esos fieles han practicado heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad a la gracia de Dios, la Iglesia reconoce el poder del Espíritu de Santidad, que está en ella, y sostiene la esperanza de los fieles proponiendo a los santos como modelos e intercesores. Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de la renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia. En efecto, "La santidad de la Iglesia es el secreto manantial y la medida infalible de su laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero" 95
(CIC, 828) La Iglesia en la Santísima Virgen llegó ya a la perfección, sin mancha ni arrugo. En cambio, los fieles cristianos se esfuerzan todavía en vencer el pecado para crecer en la santidad. Por eso dirigen sus ojos a María. En ella, la Iglesia es ya enteramente santa. La Iglesia es Católica Porque la salvación que Cristo nos trajo se dirige a todos los hombres sin excepción. Es Universal. Por esto la Iglesia es Católica. A partir de la Ascensión del Señor, se rompieron las fronteras de Israel para "ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio a todas las gentes" Y en orden histórico los apóstoles serían los testigos de Jesús en Jerusalén en Judea y Samaria y hasta las regiones más lejanas de la tierra" (Hch 1,8) La palabra "Católico" no se encuentra en el Nuevo Testamento. Será Ignacio de Antioquia quien, hacia el año 110, aplique por vez primera este calificativo a la Iglesia (Carta a los de Esmirna 8,2). Originalmente significaba "la que expresa todo", "la plenitud de la fe", pero con el tiempo ha pasado también a denominar su extensión por todo el mundo. Consecuentemente, al reconocerse la Iglesia como católica, dice de sí misma que predica la Fe en su integridad a todo hombre, cualquiera que sea su raza, 96
nación o clase social. La catolicidad de la Iglesia se realiza de forma concreta por: a) La misión que ha recibido del Señor para anunciar la Buena Noticia a todos los hombres (Mc 16,15; Mt 28, 19-20); esta tarea la realiza enriqueciendo las diversas culturas, llevándolas a su plena humanización, al tiempo que ella misma se enriquece con las riquezas de todos. b) Su enraizamiento en un pueblo, localidad o ambiente, donde hace presente la plenitud de la Iglesia de Jesús que es al mismo tiempo Iglesia Universal, extendida por todo el mundo. c) La abundancia de grupos que realizan la existencia cristiana de un modo diferente, ya sea como religiosos, laicos, célibes, casados o clérigos. La catolicidad de la Iglesia es un don de Dios, pero al mismo tiempo es una labor permanente, no exenta de tensiones y dificultades, debido a la diversidad de culturas, costumbres, formas de vida y vocaciones. El Concilio Vaticano II en la Lumen Gentium 13 dice: "Todos los hombres están invitados al nuevo Pueblo de Dios. Por eso este pueblo, uno y único, ha de extenderse por todo el mundo a través de todos los siglos, para que así cumpla el designio de Dios, que en el principio creó una única naturaleza humana y decidió reunir a sus hijos dispersos...Este carácter de universalidad, que distingue al pueblo de Dios, es un don del mismo Señor. Gracias a este carácter, la Iglesia Católica tiende siempre y eficazmente a reunir 97
a la humanidad entera con todos sus valores bajo Cristo como Cabeza, en la unidad de su Espíritu" La Iglesia es Apostólica Apóstol quiere decir enviado. Los cuatro evangelios señalan que Dios, el Padre, ha enviado a Jesús, su hijo como Salvador del mundo. A su vez, Jesucristo confió a los apóstoles la misión que había recibido del Padre, encargándoles predicar en su lugar el Evangelio a todos los pueblos, con el poder del Espíritu Santo, hasta la consumación del mundo: "Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra, Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizadlos y consagrárselos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enseñadles a guardar todo lo que os he mandado, mirad que yo estoy con vosotros cada día hasta el fin del mundo" ( Mt 28, 18-20; Mc 16, 15-20; Lc. 24, 47-48; Hch 1,8). Su función apostólica intransferible, consistió precisamente en ser: * Testigos inmediatos de la Resurrección del Señor * Fundamentos de la Iglesia Hoy como ayer y siempre, el Espíritu Santo mantiene a la Iglesia en comunión con los Apóstoles y, gracias a esta comunión, en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. El Espíritu Santo es el principio de la comunión de todos los miembros 98
de la Iglesia en la fe y en el testimonio de vida de los Apóstoles. En este sentido toda la Iglesia es apostólica, manteniéndose en ella la vitalidad del Evangelio. Al servicio de la apostolicidad de todos los miembros de la Iglesia está la sucesión apostólica de los Obispos que garantiza en cada momento que esta Iglesia nuestra es la Iglesia misma de los apóstoles. La verdadera Iglesia de Jesucristo está allí donde los creyentes son fieles a la fe de los apóstoles, al mismo tiempo que se adhieren a la sucesión apostólica de los obispos. En el Nuevo Testamento hay indicios claros de cómo la misión apostólica, en los tiempos inmediatamente posteriores a los Apóstoles, se transmitió a otros discípulos. En efecto: Los Apóstoles no sólo tuvieron en vida diversos colaboradores en su ministerio, sino que: * Confiaron a algunos el encargo de continuar, llevar a término y consolidar la obra que ellos habían comenzado. * Establecieron colaboradores al frente de las comunidades cristianas y les encomendaron que proveyesen para que otros hombres probados se hiciesen cargo, mas tarde, del ministerio apostólico. La misión de los apóstoles se ha transmitido hasta nuestros días a través de los obispos y del Papa, sucesor del apóstol Pedro. Los obispos son sucesores de los Apóstoles no en lo que a éstos les 99
fue propio y exclusivo: ser testigos de Cristo Resucitado y ser fundamentos de la Iglesia. Los obispos suceden a los Apóstoles en su función de Pastores de la Iglesia; a través de ellos se manifiesta y se conserva en el mundo entero la Tradición Apostólica. No es necesario que cada obispo, en particular, sea sucesor de un determinado Apóstol. Para garantizar la sucesión apostólica, basta con que el Colegio (o conjunto) de los obispos suceda al Colegio (o conjunto) de los Apóstoles. Cada obispo, como miembro de todo el Colegio Episcopal, ocupa un puesto en la sucesión apostólica. Esto es lo que quiere decir el hecho de que, para ordenar a un presbítero como obispo, está establecido que le ordenen, por lo menos, tres obispos, como señal de que se admite al candidato en el Colegio de los obispos. Desde los orígenes de la Iglesia hasta hoy, y así sucederá hasta siempre, la Fe y la misión de los Apóstoles se han mantenido íntegras y vivas mediante la sucesión apostólica de los obispos, asistida por el Espíritu Santo. Un antiguo texto de la Tradición de la Iglesia resume esta realidad diciendo: "Los apóstoles salieron al orbe entero a predicar la misma doctrina de la misma fe a todas las naciones. En cada ciudad fundaron Iglesias, que vinieron a ser como retoños o semillas de la fe y de la doctrina para las demás iglesias de entonces y ahora. Por eso, nuestras Iglesias deben ser 100
consideradas como brotes de las Iglesias apostólicas. Aún siendo tantas Iglesias, no forman más que una sola". Tertuliano, siglo III ¿Por qué decimos que la Iglesia es Romana? Un hecho histórico vino a poner esta nota en la Iglesia de Cristo: San Pedro, el primero entre los Apóstoles, fue a Roma y ahí murió. En los Evangelios aparece San Pedro con un lugar muy importante entre sus compañeros apóstoles, esta primacía es confirmada por Cristo resucitado. En los Hechos es quien tiene la dirección principal de la Iglesia naciente. Así se le consideró como signo de ser la Iglesia de Cristo el estar en comunión con Pedro. San Pablo mismo que tiene una parte tan importante en la propagación del cristianismo primitivo, confiesa que después de su conversión fue a estar unos 15 días con Pedro, no fuera a suceder que su mensaje no estuviera de acuerdo con él. Este puesto importante de Pedro en toda la Iglesia lo sigue teniendo el sucesor de Él en Roma, porque ahí murió en el año 67 dando su vida por Cristo como testimonio final de su amor al Maestro. Conocemos los nombres de todos los sucesores de Pedro hasta el presente. Hoy también los cristianos conservamos la comunión con la Iglesia de Roma. Por eso decimos que la Iglesia es Romana.
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Fuera de la Iglesia no hay salvación ¿Cómo entender esta afirmación tantas veces repetida por los Padres de la Iglesia? Formulada de modo positivo significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia que es su cuerpo: El Concilio Vaticano II Sínodo "basado en la sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, en efecto, es el Único Mediador y Camino de Salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. Él, al inculcar con palabras bien explícitas, la necesidad de la fe y del Bautismo, confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el Bautismo como por una puerta. Por eso, no podrían salvarse los que, sabiendo que Dios fundó por medio de Jesucristo la Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella". (Conc. Vat. II Lumen Gentium 14) Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia: "Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna" (L.G. 16)
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Quipu editorial www.quipueditorial.com.ar 14 de Diciembre de 2007
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