Mayo de 2018
ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS; UNA EXCUSA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA EN EL AULA
Cristian Gabriel Rueda Ramírez Seminario de Ética Maestría en Pedagogía Universidad de la Sabana
ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS; UNA EXCUSA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA EN EL AULA “Solo quien se sabe reconocido por una comunidad de este tipo como uno de los suyos y cobra propia identidad como miembro de ella, puede sentirse motivado para integrase activamente en ella” (Cortina, 1998)
El presente escrito muestra un panorama que permite construir una respuesta a la inquietud que surge de la reflexión sobre la práctica pedagógica y que indaga sobre el fin mayor de esta. Durante un tiempo relativamente amplio, se trató de abordar este análisis a partir de conceptos como alfabetización científica, desarrollo de pensamiento científico, conocimiento profesional del profesor de ciencia, etc., si bien, al desarrollar la reflexión a partir de la información recopilada en el ejercicio investigativo y contrastarla con la base teórica de estos conceptos aporta elementos en esta empresa, la inquietud inicial no se logra satisfacer completamente. Tal situación motiva la búsqueda de una nueva ruta que involucre la revisión del componente comunicativo de la práctica pedagógica y cómo esta se robustece al incorporar en su análisis las acciones éticas que la constituyen, comunicación porque “educación es primero que todo comunicación, tanto que si la comunicación se desvirtúa fracasa el proceso educativo” (Hoyos, 1990 p. 15) tanto más cuando un reto en el proceso de enseñanza aprendizaje, radica en activar la comprensión de los estudiantes a través del desarrollo de la competencia comunicativa en el aula (Biggs, 2004). En consecuencia, se logra determinar que el fin mayor que se quiere lograr con la enseñanza de las ciencias en particular y con la práctica pedagógica en general es el empoderamiento de los estudiantes, tal que les permita ser protagonistas y responsables de su aprendizaje y el de sus compañeros, este fin se puede analizar a partir del principio bioético de
autonomía (Beauchamp & Childress, 2013) en la medida en que se busca una enseñanza de las ciencias fundada en una educación práctica, que forme al ser humano para actuar en libertad y que a la vez sea capaz de vivir como miembro de la sociedad reconociendo su propio valor individual, partiendo en este caso de una micro sociedad en el aula, (Hoyos, 1990), esta libertad está enmarcada en restricciones elaboradas conjuntamente entre el docente y los estudiantes, de no ser así, se convertirían en pautas de conducta impuestas que estarían destinadas a sucumbir “unas pautas de conducta desarraigadas no tienen más perspectiva de futuro que su desaparición… no tienen más perspectiva que su desaparición a corto, mediano o largo plazo.” (Cortina, 1998). La educación práctica que se busca desde la enseñanza de las ciencias tiene como fin lograr que el estudiante obre libremente, que desarrolle su personalidad y que se baste a sí mismo (Hoyos, 2012) para ello se requiere consolidar un trabajo colaborativo en el aula que visualice la “ciencia como asunto comunitario” (Husserl 1933, citado por Hoyos 1999, p. 21) y en la cual la acción comunicativa se potencie en ejercicios de socialización que se sitúen en un actuar comunitario que, por un lado, logre el beneficio personal a partir de un bien común y donde se valide la crítica constructiva enmarcada en criterios previamente establecidos conjuntamente entre docente y estudiantes. Para lograr este fin, se apela a la construcción de una comunidad cívica en el aula, es decir, una comunidad de la que el estudiante se sienta parte y en la cual encuentre factores de adhesión y justicia que lo lleven a involucrarse activamente y a sentir el aula como propia, refiriéndose al aula no solo como el espacio físico sino también a ese componente intangible de redes sociales, emocionales o de otra índole que articulan la formación. Esa adhesión busca la conformación de una civilidad en el aula que se desarrolla en tanto exista un acción
comunicativa que permita articular los anhelos del docente con los de los estudiantes, para lograrlo es imperativo que entre los actores de la práctica pedagógica exista un interés genuino por el bienestar del otro, es decir que exista un reconocimiento por el otro que produzca una sensación de justicia en el aula (Cortina, 1998) este sentimiento genera en el estudiante la tranquilidad de pertenecer al aula y lo compromete con la participación para el desarrollo del bien común. En este proceso, es necesario que se provea distintas soluciones a la problemática de sintonizar adecuadamente esos anhelos, es allí donde toma un papel protagónico la acción comunicativa (Habermas, 2013). Esta teoría posee dos elementos constitutivos, por un lado, la necesidad de revisar las problemáticas del mundo a partir de la totalidad de múltiples perspectivas y en segunda instancia la necesidad de una comunicación que permita relacionarlas creativa, constitutiva y críticamente. Por tal razón, el hacer del aula una micro sociedad justa no parece alejarse de la finalidad de la enseñanza de las ciencias, dado el panorama que desencadeno la reflexión sobre la necesidad de empoderar al estudiante en el desarrollo de su libertad y como consecuencia de potenciar la acción de la autonomía en la práctica pedagógica a través del poder de la palabra, porque “como apuntaría Aristóteles, el hombre es un ser dotado de palabra” (Cortina, 1998, p. 45), lo que implica que tiene la capacidad de relacionarse, disentir y consentir, construir comunidad y participar de ella y que excusa más grande que la enseñanza de las ciencias, cuando es la ciencia una construcción social que permite la deliberación, la crítica constructiva y la puesta en escena de la libertad y la autonomía.
REFERENCIAS Beauchamp, T. L., & Childress, J. F. (2013). Principles of biomedical ethics / Tom L. Beauchamp y James F Childress. Recuperado a partir de http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=cat06493a&AN=sab.000267285&s ite=eds-live Biggs, J. (2004). Calidad del aprendizaje universitario. Educativo Siglo XXI. Cortina, A. (1998). Ciudadanos del mundo : hacia una teoría de la ciudadanía / Adela Cortina. Recuperado a partir de http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=cat06493a&AN=sab.000009012&s ite=eds-live Habermas, J. (2013). Teoría de la acción comunicativa / Jürgen Habermas. Recuperado a partir de http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=cat06493a&AN=sab.000222050&s ite=eds-live Hoyos Vásquez, G. (1990). Pedagogía discurso y poder / pról. Guillermo Hoyos Vásquez. Recuperado a partir de http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=cat06493a&AN=sab.000021816&s ite=eds-live Hoyos Vásquez, G. (2012). Ensayos para una teoría discursiva de la educación / Guillermo Hoyos Vásquez. Recuperado a partir de http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=cat06493a&AN=sab.000254499&s ite=eds-live Kant, I. (1985). Tratado de Pedagogia. Tratado de Pedagogia, 1–58.