Epicuro

  • May 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Epicuro as PDF for free.

More details

  • Words: 703
  • Pages: 6
1. Según Diógenes Lacerío, un erudito del siglo III d. C. que escribió una obra titulada Vida de los más ilustres filósofos griegos y que resulta fundamental para conocer a ciertos autores de la antigüedad, Epicuro llegó a escribir 300 obras, formando un conjunto coherente y estructurado (al parecer había 34 libros dedicados al estudio de la naturaleza). Desgraciadamente lo que ha llegado hasta nosotros es muy escaso y consiste en varias cartas y fragmentos dispersos. Precisamente a Diógenes La erció, que nos ha trasmitido algunas de esas cartas y que dedicó a Epicuro el último y más extenso capítulo de la obra que hemos mencionado, debemos hoy la mayor parte de lo que conocemos de la obra de Epicuro.

2. También es de destacar, a la hora de reconstruir el pensamiento de Epicuro, el poema de Lucrecia Sobre la naturaleza de las cosas y los comentarios del romano Cicerón o de Filo demo de Gádara, nacido en torno al 105 a. C., y fundador de una biblioteca en la que reunió numerosos volúmenes de la obra de Epicuro, aunque tal biblioteca terminó siendo arrasada por el fuego.

3. La aversión que la filosofía de Epicuro suscitó en otras escuelas filosóficas o en doctrinas religiosas, así como la tergiversación de su contenido, provocó en numerosas ocasiones que el epicureísmo fuese simplemente ignorado, dificultando así la transmisión de las obras del fundador. Por ejemplo, cuando en el año 155 a. C. los atenienses enviaron a Roma a un grupo de filósofos como embajada al senado romano, escogieron a un estoico, a un peripatético del Liceo aristotélico y a un escéptico, pero los epicúreos no estuvieron representados. Por otro lado, esto no debió ofenderles lo más mínimo, pues los epicúreos rechazaban la participación política y formaban grupos aislados que convivían en un feliz retiro espiritual. Estas circunstancias, sin embargo, fueron un factor más que ayudaron a que la transmisión de la doctrina epicúrea fuese escasa y deformada.

4. Los textos de los que disponemos en la actualidad son la Carta a Ido meneo (que es a la vez el testamento de Epicuro, pues fue escrita el mismo día de su muerte), la Carta a Me neceo, la Carta a Hero doto así como la Carta a Pitocles y las Máximas capitales y los Escritos Vaticanos, siendo estos dos últimos una serie de máximas y sentencias breves.

Epicuro nació en la isla de Samos, a pesar de lo cual fue un ciudadano ateniense, pues su padre, Neocles, había sido uno de los colonos que, partiendo de Atenas, había marchado a Samos dotado con un lote de tierras. El padre de Epicuro fue maestro, por lo que es probable que éste comenzase a interesarse pronto por las cuestiones intelectuales. Al parecer a los 14 años ya había comenzado a estudiar filosofía y se había hecho discípulo del filósofo platónico Pánfilo. Es posible que a partir de este encuentro Epicuro adopte su postura anti-idealista contra la concepción platónica y sus postulados básicos (la existencia de dos mundos, sensible e inteligible, la existencia de un alma inmortal, etc.). Cuatro años más tarde le encontramos en Atenas realizando el servicio militar. Podemos suponer que durante esa primera visita a la capital de la filosofía Epicuro se impregnó del ambiente cultural, pero no tenemos información al respecto de su primer viaje a Atenas.

Epicuro proponía la realización de la vida buena y feliz

mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la ataraxia y los vínculos de amistad entre sus correligionarios. Este placer no debía limitarse sólo al cuerpo, como preconizaba el hedonismo cirenaico, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo. Además, para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad o ataraxia. El placer puro es el bien supremo, el dolor el mal supremo. Los placeres y sufrimientos son consecuencia de la realización o impedimento de los apetitos.

TRABAJO DE EPICURO LUISA FERNANDA OCHOA CORTES 11°A MATERIA: FILOSOFIA JUAN DIEGO URIBE O. INSTITUCION EDUCATIVA MONSEÑOR GERARDO VALENCIA CANO 2009

Related Documents

Epicuro
June 2020 11
Epicuro.
June 2020 9
Epicuro
June 2020 13
Epicuro
June 2020 11
Epicuro
June 2020 25
Epicuro
May 2020 9