Entrando En La Realidad-614673465

  • December 2019
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Entrando en la Realidad CAP. I: UNA SORPRESA Eran las 22:00h, de un miércoles de agosto; el calor aún se notaba en la brisa, y la humedad del ambiente hacía que el sudor no dejase de aparecer por los diminutos poros de la piel. A través de la ventana se veía el jardín de la urbanización, con una piscina en el centro donde algunos niños aun se bañaban para sofocar el calor. Andru miraba a través de la ventana, y dejaba perder su vista a lo lejos, mientras en su mente la idea de levedad no dejaba de atormentarlo. Pasaban los días y casi todos eran iguales, el trabajo, la casa, y la espera, la espera a que llegase la noche, y levantarse de nuevo a la mañana siguiente para volver a comenzar. En otro tiempo había tenido inquietudes, ilusiones, esperanzas, pero ahora, cada vez se encontraba más y más perdido, porque sabía o presentía que algo estaba ocurriendo, y nadie parecía darse cuenta, sin embargo estaba pasando, un día tras otro estaban produciéndose infinidad de cambios, pero nadie se percataba, el mundo estaba tan ensimismado en sus problemas, que no podía darse cuenta de la realidad. A veces Andru intentaba buscar respuestas en Internet, leyendo artículos, foros de opinión, pero casi toda la información que encontraba tenía tan poca credibilidad, que no podía fiarse, por tanto, aunque pudiera parecerle que otros estaban comenzando a notar lo que pasaba, tenía que desistir y volver a su soledad. - Tengo 32 años -, pensaba para si, - Y desde siempre recuerdo haber sido tan distinto, haberme sentido tan distinto -. Era cierto, desde pequeño su comportamiento no había sido igual al del resto de los niños, tal vez demasiado responsable para su edad, siempre había estado por delante de sus amigos y compañeros, de igual forma siempre había sido considerado algo raro, ya que su forma de actuar estaba fuera de lugar para un chico de su edad, por eso normalmente se rodeaba de personas mayores entre las que se sentía algo más a gusto, aunque en el fondo tampoco acaba de encajar, pues la mayoría de las veces estas personas tenían otro tipo de metas que no eran compartidas por él. Siguió mirando por la ventana un rato más y luego se dispuso a ir a la cama, se aseo un poco, se puso el pijama y durmió toda la noche hasta las 6:55h, hora en la que paro el despertador antes de que sonara, porque solía despertarse siempre unos 5 minutos antes de la hora prevista. Aun había silencio en la calle, y empezaba a clarear; aguanto 5 minutos más en la cama mirando al techo mientras pensaba para si – Bueno, hay que levantarse, otra vez -. Se aseo, se vistió, tomo un café y se dispuso a bajar al garaje para tomar su coche. En realidad no le importaba tener que levantarse e ir a trabajar, de hecho se alegraba de hacerlo pues le agradaba su trabajo, aunque no le aportase mucha satisfacción personal, pero estaba a gusto porque lo dominaba y era casi el único sitio donde se sentía un poco útil, aunque era consciente que lo que hacía no tenía la más mínima relevancia, y eso le atormentaba, quería dejar algo que trascendiese en el tiempo y que fuese de utilidad para aquellos que viniesen luego. En el garaje aun estaban todos los coches, - Vaya, se ve que mis vecinos no han madrugado mucho esta mañana -, se dirigió hacia su coche e intento abrirlo con el mando a distancia, pero no respondía; no era la primera vez, se había dando cuenta que en ciertas ocasiones cuando el ambiente estaba cargado, había mucha humedad o se encontraba cerca del mar, la señal del mando no se transmitía bien y dejaba de funcionar, así que decidió abrirlo manualmente con la llave y entro. Se abrocho el cinturón, puso el cierre de seguridad en las puertas, arranco el motor y encendió el climatizador a 21º C; era la temperatura a la que le gustaba sentir salir el aire fresco del salpicadero después de una calurosa noche, era como un ritual en el que se relajaba durante 2 o 3 minutos cada mañana, dejándose acariciar por el fresco torrente de aire entremezclado con el aroma manzanas del ambientador. El reloj del coche indicaba las 7:30h. Encendió la radio pero no funcionaba la emisión, así que decidió apagarla, de todas formas no tenía muchas ganas de escuchar música ni noticias. Comenzó a conducir hasta la puerta del garaje y cuando se encontraba a unos 10 metros de la puerta, pulso el botón del mando a distancia para abrirla, pero tampoco funcionaba, - ¡Vaya!, empezamos bien la mañana, tampoco funciona este mando -, no le pareció tan extraño, pues si el mando de apertura del coche no funcionaba, ¿Por qué tendría que hacerlo el de la puerta del garaje?. Retrocedió unos metros, paro el coche para sacar la llave del contacto e introdujo una llave de plástico alargada en la ranura de apertura manual del garaje; la puerta comenzó a abrirse lentamente; cuando estuvo abierta acelero para subir la pronunciada rampa de salida y en el exterior paro de nuevo a esperar que se cerrase la puerta. Mientras esperaba, sintió una extraña sensación, no sabía exactamente que, pero algo no estaba igual que otras mañanas. Miro a su alrededor, miro al cielo, estaba nublado y algunas nubes tenían un aspecto

amenazador por el oeste – Bueno, un poco de lluvia no nos puede venir mal, al menos refrescara un poco -. Andru atravesó las pocas calles del barrio que había hasta llegar a la incorporación a la autovía, - Que extraño, no hay coches, eso es lo que notaba, desde que he salido del garaje, no he visto a nadie -, todo parecía estar desierto, no había coches, no había gente. Unos cuantos metros más adelante, había algunos coches parados en mitad de la autovía. Andru detuvo su vehículo en el arcén, puso las luces de emergencia, y sin pensar en chalecos, triángulos y demás accesorios, bajo del coche y se dirigió hacia uno de los automóviles parados; por la ventanilla pudo comprobar que dentro había un hombre – Parece inmóvil-, intento abrir la puerta, pero estaba cerrada por dentro; Corrió hacia otro de los vehículos y se encontró con la misma situación, aunque en este caso la puerta estaba abierta, así que después de tirar de la manija, se quedo mirando el cuerpo de una chica que había dentro, no sabía muy bien que hacer, intento tomarle el pulso en la muñeca, pero no se lo encontraba, así que intento probar poniendo sus dedos índices bajo las mandíbulas cerca el cuello; El corazón no latía. La tomo por los hombros y la agito un poco para ver si reaccionaba, pero no tuvo efecto. Andru corrió hacia su coche con la idea de llamar a emergencia. Tomo su teléfono móvil, había olvidado encenderlo, así que pulso la tecla roja de encendido, introdujo el PIN, y luego sonó la musiquita de bienvenida; eso fue todo, porque no era capaz de conseguir cobertura. - ¡Dios!, esto ya no es normal, ¿Qué esta pasando?, ¿Me estoy empezando a poner muy nervioso? -. Muy cerca del lugar donde se encontraba, había un hospital, así que subió de nuevo a su coche y condujo rápidamente hasta allí. Mientras llegaba, se fue encontrando con más y más coches dispersos por la carretera, en las mismas condiciones que los que se había encontrado anteriormente. Cuando llego al hospital, dejo el coche en la puerta de urgencias, y bajo rápidamente; Lo que vio le helo la sangre, se quedo petrificado, todas las personas que estaban allí, se encontraban en las mismas condiciones que los conductores de los vehículos; comenzó a caminar muy lentamente entre ellos, tocando a algunos con recelo, intentando que reanimasen, pero nadie parecía estar dispuesto a despertar para contarle que había ocurrido. La sensación que tenía había pasado de ser nerviosismo, a miedo aterrador, y en un intento desesperado comenzó a correr y pegar gritos entre todos aquellos cuerpos inmóviles, subió a otras plantas del edificio, entro en la zona de cafetería, incluso llego a zonas restringidas como los quirófanos, y todo estaba igual. Su corazón palpitaba a una velocidad tan elevada que parecía le fuese a salir del pecho, y sentía que esas palpitaciones se extendían hasta sus sienes con tal fuerza que pensó que la cabeza fuese a estallarle; Corrió hacia fuera del edificio, con intención de coger el coche y huir de allí, pero antes de llegar, la angustia fue tal que su vista comenzó a nublarse y sintió que se desmayaba, lo ultimo que vio fue el reloj del salpicadero que marcaba las 7:30h. - ¿Esta usted bien?, ¿Se encuentra mejor? -, Andru escucho a lo lejos una voz de hombre que no reconocía; comenzó a abrir los ojos lentamente, porque aun seguía aturdido. - Si, estoy bien, estoy bien -, respondió, - ¿Dónde estoy?, ¿Qué ha pasado? -. - Esta usted en el hospital de Sta. María, le trajeron hace un par de horas; estaba en la puerta tirado junto a un coche, ha sufrido un desmayo, probablemente cansancio y estrés, le hemos realizado algunas pruebas pero esta usted perfectamente -. Andru no sabía que decir y tampoco que pensar, así que decidió dejarlo estar; Se dirigió a la salida, después de resolver algunos tramites administrativos en el hospital, y vio que alguien se había molestado en aparcarle el coche cerca de la puerta, pero sin estorbar al resto de vehículos. Lo abrió y lo arranco. Llamo al trabajo para explicar que se encontraba mal y no iría, y se marcho.

CAP. II: LA BUSQUEDA Durante los días siguientes, Andru intento buscar una explicación a lo que le había ocurrido. No hablaba abiertamente de ello, pues no quería que le tomasen por loco, así que intento buscar información en Internet sobre algún fenómeno parecido. Solo encontró historias fantásticas que no tenían ninguna base sobre la que sostenerse y que tampoco se parecían mucho a lo que le había ocurrido a él. De esta forma fueron pasando los días, y de nuevo día tras día se acostaba con la idea de que algo que no podía explicar le había sucedido, algo de lo que solo él parecía haberse dado cuenta. Habían pasado ya tres semanas desde el incidente, y esa noche se disponía a dormir cuando le vino a la mente un detalle que parecía haber olvidado desde el día del desmayo. Tuvo un flash de la última imagen que vio antes de caer desfallecido, y fue el reloj del salpicadero de su coche, marcaba las 7:30h. Ahora si que estaba confuso del todo, ¿Cómo era posible?, si cuando subió a su coche dentro del garaje eran las 7:30h, ¿Cómo después del tiempo que había pasado hasta llegar al hospital, seguían siendo las 7:30h? – No puede ser -, pensó, - ¿Habría sido un fallo del reloj? En aquellas circunstancias sería lo menos probable. No quiero volverme paranoico, pero es como si lo que el resto del mundo vivió como un segundo, para mí fue más de media hora -. Era la única explicación “razonable” que se le ocurría, realmente nadie habría estado parado o dormido, sino que él se habría movido mucho más rápido que el resto del mundo. ¡Era de locos!. Se levanto de la cama y se dirigió a su ordenador para buscar algo de información a cerca de las pérdidas de tiempo o paradas en el tiempo. En el fondo, se sentía un poco tonto buscando este tipo de cosas en Internet, pero ¿Qué podía hacer?, ¿Con quien podría hablar?. http://www.google.com, comenzó a probar con el famoso buscador. – Buscaremos “perdidas de tiempo” -, sobre eso halló bastante información pero de nuevo, como siempre no se sostenía, y entre las entradas que aparecían la mayoría eran referente a “perdidas de tiempo en el trabajo”, lo cual tampoco le interesaba demasiado. “paradas del tiempo”, otra vez miles de entradas al respecto, y entre ellas la mayoría referentes al tiempo que los pasajeros de autobuses tienen que esperar entre uno y otro; había también algunos artículos sobre ovnis, abducciones, visiones extrañas y en todos ellos se hablaba de perdidas de tiempo, pero ninguna de estas cosas se parecía a lo que él había vivido. Ensimismado en sus ideas, fue pasando el tiempo, ya eran las 5:30h de la mañana y se lamento de haber estado haciendo el idiota durante toda la noche, solo le quedaba hora y media escasa para dormir. Se fue a la cama y cerro los ojos. Un sobresalto lo despertó, el corazón le palpitaba a mil por hora y estaba empapado en sudor como si hubiese tenido una horrible pesadilla. Miro el reloj y eran las 6:50h, - Joder, ¿Que será lo que habré soñado? -, pego un brinco de la cama, encendió el calentador y se dio una ducha rápida, se vistió, tomo un café y se dispuso a ir a trabajar, pero antes de salir, fue a su ordenador y miro si tenía algún correo, solo había uno, sin remitente, y con un asunto cuanto menos extraño “No eres el único…”. Se quedo perplejo y dudo si abrir el correo; después de un instante, reacciono y lo abrió… “No eres el único, otros como tu podrán beneficiarse de las ventajas de tener un reloj Rolex ultima generación, venga, llámanos al 906 123 123, y encarga tu Rolex ultima generación. Las primeras 1000 llamadas podrán beneficiarse de un descuento del 30%”. Le entraron ganas de reír, aunque en el fondo sentía un poco de desilusión, pues esperaba que tal vez alguien estuviese intentando decirle algo. De nuevo bajo al garaje para tomar el coche y mientras iba en el ascensor miro el reloj, eran las 7:45h. Ya frente al coche, pulso el botón del mando a distancia para abrirlo, pero no funcionaba, - O mierda, otra vez -, se acerco un poco más y volvió a probar, - Joder, no se abre. Bueno, no nos pongamos nerviosos -, abrió con la llave y entro; arranco el motor y puso la radio, pero tampoco había emisión y esto hizo que empezase a ponerse más y más nervioso, se acordó rápidamente del detalle de la hora y miro el reloj, marcaba las 7:45h, - No puede ser, esta ocurriendo otra vez. Vale, pero esta vez voy a mantener la calma -. Saco el coche del garaje abriendo manualmente la puerta y comenzó a recorrer las solitarias calles del barrio, muy despacio, pero esta vez, con un temple más frió; tomo una libretilla que tenía en su cartera del trabajo, un bolígrafo y se dispuso a anotar todo aquello que le pudiese parecer extraño, o simplemente le llamase la atención. Comenzó mirando las aceras, y noto que había papeles, como siempre, pero inmóviles; también miro a su alrededor, hacia las ventanas de los edificios, en algunas se veía luz, pero sin embargo no parecía haber movimiento; el viento no soplaba y había silencio, mucho silencio. Andru paro el coche, bajo y comenzó a caminar lentamente por la acera; no podía entenderlo y sin embargo estaba sucediendo de nuevo, su cabeza no paraba de intentar buscar una explicación lógica para aquel “extraño fenómeno”, pues aun no sabía como calificar a esa situación. En la siguiente calle, había un par de coches en la carretera,

con personas dentro, pero inmóviles; se acerco a uno de los coches e intento abrirlo, no hubo problemas, la puerta delantera se abrió, había un niño pequeño en el asiento trasero y una mujer en el asiento del conductor, esta vez presto más atención a los detalles, ambos cuerpos estaban inmóviles, pero con los ojos abiertos, como si fuesen estatuas de cera, el niño tenía un cuento entre las manos y estaba abierto, curiosamente debía estar pasando una página porque una de las hojas estaba sustenta en el aire verticalmente entre el margen izquierdo y el derecho del libro – Increíble, ¿Cómo se sostiene? -. Andru quito el seguro de la puerta trasera, la abrió y acerco la mano hasta el libro, al tocarlo la página cedió y cayo sobre el lado izquierdo, como si al tocarlo el libro hubiese vuelto a ser prisionero de las leyes físicas de la naturaleza. Andru se preguntaba cuanto tiempo debía haber pasado ya, ¿media hora?, ¿tres cuartos?, ¿una hora?, la verdad es que estaba tan impresionado, tan intrigado, que había perdido la noción del tiempo, su reloj seguía marcando las 7:45h, pero él sabía que al menos a su alrededor había pasado el tiempo. Estaba pensativo con la vista perdida mirando al horizonte, de repente una libélula que pasaba volando ante su cara, lo saco de su ensimismamiento; se quedo observándola y pudo percatarse que había otra más pequeña que la seguía. - ¡Vaya!, ¡se mueven, están vivas! -, rápidamente miro a su alrededor, pero su entorno seguía estando inmóvil. Anoto en su libreta el detalle del libro, y el hecho de que las libélulas estuviesen moviéndose. Se acerco a una ventana baja que había en un bloque cercano en la que había tendida una sabana, estaba inmóvil, pero se veía perfectamente que había tenido movimiento, pues no colgaba, estaba moldeada, como si hubiese estado acariciada por el viento. Andru la toco, y la sábana quedo totalmente lacia e inmóvil, pues no soplaba el viento. Anoto en su libreta lo que había ocurrido con la sábana, que era lo mismo que había ocurrido con el libro. – Al tocar un objeto, este parece librarse de este extraño fenómeno, sin embargo la otra vez había tocado a varias personas, y no despertaron, ¿Por qué? -. Cada vez se le pasaban por la cabeza más y más cosas, pero no era capaz de encontrar una respuesta, así que siguió caminando, mirando muy atentamente todo lo que tenía a su alrededor; en ese momento escucho un zumbido penetrante, provenía del cielo, miro hacia arriba y vio como por el oeste se acercaban gran cantidad de nubes grises y densas que parecían tronar al tiempo que se desplazaban a gran velocidad. En el interior de los nubarrones se apreciaban destellos de luces, como si fuesen rayos, pero parpadeaban de forma más continua de lo que lo hace un rayo. Andru se asusto y corrió a refugiarse al interior de su coche, cerro las puertas, se quedo paralizado mientras miraba atentamente como las nubes pasaban muy rápidamente por encima de su coche, y luego se alejaban hacia el este al tiempo que dejaban caer a su paso una estela casi invisible que se posaba lentamente sobre todo lo que había en su camino, para luego acabar desapareciendo, algo que le asusto bastante fue que aunque estaba dentro de su coche esa “niebla” penetro a través del techo, los cristales y siguió verticalmente hacia abajo, como si nada pudiera detenerla, hasta desaparecer en el suelo. Después de eso Andru sintió una especie de escalofrío por todo el cuerpo, y cuando miró hacia el exterior del coche las cosas habían vuelto a la normalidad; Los dos vehículos inmóviles ahora circulaban, la sabana tendida se movía, hacía viento, se veían algunas siluetas a través de las ventanas, en definitiva, alguien o algo había pulsado el botón de encendido del mundo. Durante el resto del día, Andru no paró de pensar en lo que le había vuelto a ocurrir; las horas en el trabajo le parecieron eternas y estaba deseoso de salir para seguir buscando una explicación. Esa tarde cuando llego a su casa volvió a solicitarle ayuda a su navegador, confiando en que esta vez sí hallaría alguna pista que le abriese un poco las expectativas a seguir buscando una respuesta. “A ver, yo no se mucho de física, pero es posible que lo que este ocurriendo sea un fenómeno que tenga que ver con espacio, el tiempo y la energía, así que vamos a probar con esas palabras”. Andru introdujo en el buscador esas palabras y encontró un artículo que prometía ser al menos interesante, por lo que comenzó a leerlo y a tomar algunas notas… “La idea según la cual las partículas fundamentales podrían no tener dimensiones apareció en 1955, pero ella fue descartada a causa de la extrema complejidad de las matemáticas asociadas. Sin embargo se retomo un decenio más tarde, fue evidente que esta nueva teoría era el único medio de reconciliar la relatividad general con la mecánica cuántica.” “Según esta teoría, las partículas fundamentales se deben a la vibración de regiones extremadamente pequeñas del espacio. Por ejemplo, una partícula como el electrón podría ser el resultado de un cierto modo de vibración de una región unidimensional extremadamente pequeña -33 del espacio (1.6 x 10 cm. de largo). Este concepto se conoce como “teoría de las cuerdas”, debido a la similitud con los distintos modos de vibración posibles en una cuerda de violín. La gran esperanza de la física es desarrollar una Teoría del Todo (TDT) que abrirá la puerta a una percepción más profunda de la naturaleza del universo, y en un nivel práctico, a invenciones y realizaciones que todavía pertenecen al dominio de la ciencia ficción, será el comienzo de una nueva era.”

Después de leer algunos artículos más, descanso un rato para intentar asimilar parte de la información que había encontrado - mucha de ella incompresible para él -. Sumido estaba en sus pensamientos, cuando de repente le vino a la mente una situación, “Si un piloto volase en un avión supersónico más rápido que el sonido, es decir a más de 2500 km/h, y mirase al suelo justo debajo del lugar por donde pasa su avión, tendría la sensación de que todo esta inmóvil, porque el resto de cosas estarían paradas o se moverían a una velocidad extremadamente inferior a la del avión”. “¿Es posible que por algún extraño motivo yo haya estado moviéndome mucho más rápido que el resto de las cosas?”, “¡Es la idea más absurda que he tenido nunca!”, “¿Pero y si ese aumento de velocidad se ha producido a nivel molecular y no lo he percibido?. Al fin y al cabo, la materia esta compuesta por Átomos y estos tienen a su vez protones, electrones y neutrones que giran a su alrededor. ¿Qué ocurriría si aumentase la velocidad de rotación de estas partículas en todos los átomos de la materia de una sola persona u objeto?, ¿Como se comportaría con respecto al resto de las cosas?”. Después de la última reflexión, Andru comenzó a buscar información referente al movimiento de los electrones alrededor de los átomos y aunque encontró mucha literatura, destaco en sus notas algunos párrafos de ciertos artículos que le parecieron interesantes. “Vibración es el movimiento interno que tiene cada ser o cuerpo debido al movimiento del electrón alrededor del átomo, desde una célula, hasta una estrella, todo está en constante vibración. La vibración de todo cuerpo puede ser captada gracias a un campo electromagnético que lo rodea y está compuesto por numerosas líneas de fuerzas que emiten y reciben ondas de características similares a la de la luz, es decir que se comportan al mismo tiempo como una onda, y como una partícula o corpúsculo. Su volumen y su color son variables.” “El termino vibración ya era conocido por las culturas antiguas como la Egipcia y la Griega, gracias al gran sabio y maestro HERMES TRIMEGISTO que en sus enseñanzas del KYBALION sobre los siete principios de verdad del Universo, definió el principio de Vibración que dice: Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra." “En la actualidad el ser humano está en un estado de vibración de 35.000 átomos ciclo por segundo, que depende de su frecuencia de vibración que seria la velocidad de rotación y amplitud del electrón alrededor del átomo, o sea, a mayor velocidad y amplitud del electrón alrededor del átomo, mayor frecuencia vibratoria y a menor velocidad y amplitud del electrón alrededor del átomo, menor frecuencia vibratoria, la menor frecuencia vibratoria podría representarse con el color negro y al mayor por el color blanco”. “¡UFFF!, esto es de demasiado para mí, creo que me voy a la cama”. Miró el reloj y marcaba las 4:32h, era Sábado por lo que no le preocupo acostarse tarde, tenía mucho tiempo al día siguiente para seguir buscando una respuesta, incluso es posible… que todo el tiempo del mundo.

CAP. III: VIEJOS AMIGOS Andru durmió toda la noche, se encontraba tan cansado que cuando despertó por la mañana tenía un molesto dolor de cabeza. Eran las 13:00h, se levanto, se aseo, calentó un poco de café que había quedado en la cafetera del día anterior y se sentó en un sillón del salón desde el que tenía vista a la calle; así estuvo unos 10 minutos, con la vista perdida hacia la calle, escudriñando en su mente una forma de seguir adelante; fue entonces cuando se acordó de un compañero de estudios, que había optado por estudiar ciencias y trabajaba como adjunto en el departamento de física aplicada de la universidad. Hacía tiempo que no lo veía y le avergonzaba llamarlo para hacerle un interrogatorio sobre conceptos que a él se le escapaban de las manos. – Bueno, al fin y al cabo, para eso están los amigos ¿no? -, pensó para sí, así que marco un numero en el teléfono. A - Hola Germán, soy Andru, ¿Te acuerdas de mí?. G - ¡Hombre!, Andru, dichosos los oídos que te escuchan, hacía más de dos años que no sabía nada de ti. ¿Qué es de tu vida? A - Pues poca novedad, trabajo, casa, alguna que otra juerga, pero poco más, ¿Y tú que tal estas?. G - Muy bien, ahora estoy cerrando un proyecto importante en el departamento, si sale bien lo podremos utilizar para patentar unas nuevas fibras conductoras que permitirán circuitos electrónicos mucho más estables y pequeños. A - Uff!, eso suena complicado. Bueno, seguro que te estas preguntando, ¿como es que me he acordado de ti en este momento?. G – La verdad es que sí, hacía tanto tiempo. A – Veras, necesito consultarte ciertas dudas que tengo, pero me gustaría charlar tranquilamente. ¿Me dejas que te invite a una cerveza y charlamos? G – Vale, puedo quedar hoy sobre las 18:00h, ¿Te parece bien?. A – Estupendo. ¿Nos vemos en la cervecería a la que solíamos ir en el centro?. G – De acuerdo, nos vemos entonces a las 18:00h. Andru colgó el teléfono y escribió una relación con las preguntas que quería formular a su amigo; el resto de la mañana transcurrió con normalidad. Sobre las 17:00h se arreglo para salir al encuentro de German, miro por la ventana y observo que el tiempo había cambiado, la tarde estaba plomiza y negros nubarrones amenazaban lluvia por el oeste. No sabía si sería de nuevo el inicio de otra extraña experiencia, pero esta vez no sintió miedo, ¿Se estaría empezando a acostumbrar?, de hecho casi deseaba que volviese a ocurrir algo, pues tenía la sensación de ser capaz de averiguar más al respecto si se veía de nuevo involucrado en ese extraño fenómeno. De repente noto como se hacía el silencio; el aire que soplaba a través de la ventana ceso y un escalofrío le recorrió la espalda. Miro por la ventana y todo estaba inmóvil. – Bueno, pues ya estamos otra vez igual -, bajo a la calle y se acerco a un pequeño jardín que había cerca, tenía una corazonada, rebusco entre los matorrales y al apartarlos vio una estrecha fila de hormigas que corrían hacia su hormiguero, un poco más a lo lejos, había unas abejas revoloteando sobre unas flores. – Eso, es, parece como si los insectos no sufriesen la parada; si ellos no la sufren, ¿habrá alguien más que tampoco? -, al levantar la vista pudo ver a lo lejos una silueta que parecía examinar su entorno, tenía algo en la mano, pero Andru no podía ver lo que era, así que decidió acercarse. A medida que se acercaba la silueta se iba formando más nítida, pero no acababa de verse clara así que Andru aceleró el paso con idea de llegar antes. Aun no estaba lo suficientemente cerca, cuando la silueta se percato de la presencia de Andru, pareció mirarlo, y aunque no se distinguía claramente Andru se percato de que no se trataba de una persona normal, esto hizo que se detuviese y dudase en si seguir adelante, pero no hizo falta, porque la silueta comenzó a avanzar hacia él; las piernas de Andru temblaban y el miedo se volvió a apoderar de él, dudo en si quedarse a esperar o echar a correr, pero algo le decía en su interior que debía arriesgarse, así que muy lentamente comenzó a avanzar hacía la silueta que ahora comenzaba a verse mucho más nítida. El aspecto de aquel ser le recordaba al comic de Thor el vikingo, medía aproximadamente dos metros de estatura, complexión delgada pero fuerte, una melena larga rubia, piel muy blanca y unos ojos de un azul tan claro que casi no se distinguían del blanco que lo rodeaba; vestía con un traje ceñido de color blanco con botonera plateada parecida a la de los uniformes militares, unas botas también plateadas, pero de un material distinto al del traje. Cuando Andru estuvo aproximadamente a dos metros del ser, este levanto un brazo y extendió una mano en señal de alto. Andru se detuvo, y entonces el ser le hablo. S - No tengas miedo, no vas a sufrir daño alguno. A - ¿Quién eres?, ¿Qué esta pasando?.

S – No puedo quedarme mucho tiempo, pues tengo otra misión, pero te diré que debes ser un humano bastante evolucionado, sino no estaríamos hablando aquí en este momento. Aun falta tiempo para que el resto llegue a donde tú has llegado, pero no desesperes, todo llegará a su debido tiempo. A – Por favor, no me dejes así, explícame un poco más, ¿Por que me veo en esta situación?, ¿Cómo puedo hacer para volver al la normalidad?, ¿A que se deben estos tránsitos?. S – Te ves en esta situación, porque tu de forma inconsciente provocas estar en ella, por otro lado, esto es tan normal como lo que tu entiendes por normalidad, y estos tránsitos no son más que una forma distinta de percibir la realidad, solo que hasta ahora pocos son capaces de llegar a este tipo de percepción, aun no sabéis controlarla, pero llegara el momento en que esto sea para vosotros tan normal como respirar. Andru estaba tan perplejo que no sabía que decir; en ese momento el ser pidió a Andru que le permitiese hacer una medición con un aparato de forma rectangular que tenía en la mano, él accedió y entonces un haz de luz azulada salio e ilumino el cuerpo de Andru. El ser miro el aparato detenidamente, luego miro a Andru y le sonrió mientras que haciendo una leve reverencia con la cabeza le dijo – desde luego, muy evolucionado -, después de eso las nubes volvieron a pasar muy rápidamente dejando caer de nuevo la extraña neblina; cuando la neblina llego al suelo, el ser había desaparecido y de nuevo todo volvió a ser como antes. Andru miro el reloj, eran las 17:01h. Cuando Andru llegó a la cervecería su amigo German estaba esperándole, también acababa de llegar; se sentaron en una mesa que había apartada en un rincón tranquilo y comenzaron a contarse lo que habían hecho el uno y el otro desde la última vez que se vieron. Una vez se pusieron al corriente de sus vidas, Andru saco su pequeño cuaderno y comenzó a preguntar algunas de las dudas que tenía a German. A – Oye, una pregunta, ¿Qué ocurriría si pudiésemos aislar de alguna forma todos los átomos de un determinado cuerpo e hiciésemos que las partículas que lo orbitan aumentasen la velocidad de rotación?. G - ¡Vaya pregunta!, pues la verdad, en principio… si se aumentase la velocidad se incrementaría la temperatura, ya que se producirían choques entre ellos. Si la velocidad siguiese creciendo es posible que se intercambiasen partículas de entre los distintos átomos y la configuración molecular del objeto cambiaría, probablemente se transformaría en una especie de plasma. A - ¿Quieres decir, que el objeto se “derretiría”?. G – Bueno, no exactamente, el plasma es un estado de la materia después del gaseoso, donde prácticamente no existen átomos completos porque debido a los choques han desaparecido, y solo quedan algunas partículas aisladas que se desprenden de las orbitas atómicas, o átomos solitarios. A – Pero bueno, tu estas asumiendo que tiene que haber choques entre las partículas, ¿Y si no hubiese choques?, ¿Y si la velocidad de rotación de las partículas alrededor de los átomos se incrementase uniformemente a la vez en todos los átomos, evitando así los choques?. G – Eso es imposible, no se puede acelerar únicamente las partículas que orbitan los átomos, se necesita lanzar las partículas a mucha velocidad para que estas adquieran parte de esta velocidad, y en esa adquisición siempre se van a producir choques, eso es lo que se consigue con los enormemente grandes aceleradores de partículas. A – Pero bueno, vamos a suponer que existiese alguna tecnología capaz de hacer lo que te digo. ¿Cuál sería el efecto? G – Ummmm…. Sinceramente, no lo se. A – Haz alguna suposición, con tus conocimientos seguro que te imaginas cual sería el comportamiento. G – Bueno, la verdad, no se, tal vez… Mira si consiguieses hacer lo que dices y elevar la velocidad, es posible que la configuración molecular del objeto se volviese cada vez más luminosa, es decir, adquiriría cierta energía que podría manifestarse de forma lumínica, aunque ya te digo que esto es solo una suposición. A – Entonces, sería como esos peces que viven a grandes profundidades que son capaces de desprender luz.

G – No, porque esos peces tienen mecanismos que les permiten generar luz excitando mediante reacciones químicas ciertas células que poseen su piel, y en el caso del objeto esa luz sería, como te diría, como una especie de Aura Energética. Claro que supuestamente solo percibirían esa luminiscencia otros cuerpos que vibrasen a menor frecuencia, ya que otro cuerpo en las mismas circunstancias no percibiría ese efecto. A – La verdad, es una teoría un tanto desconcertante. De alguna forma propones que si un objeto vibra sustancialmente más rápido que otro, sería percibida cierta luminosidad por parte del segundo. G – Bueno, tu me has preguntado, te has empeñado en que te de una teoría rápida. ¿A cuento de que viene todo esto?. A – Si te lo contase me tomarías por loco. G – Prueba a ver, a lo mejor te llevas una sorpresa. Andru dudo durante un momento si contarle a su amigo Germán lo que le estaba ocurriendo. Conocía bien a Germán de su época de estudiante y no era la clase de persona a la que fuese fácil convencer de una historia como la suya. Siempre había sido muy escéptico y bastante empírico. Sin embargo, Andru necesitaba contárselo a alguien, necesitaba desahogarse porque aquella situación estaba siendo ya demasiado para él. A medida que le contaba lo sucedido a Germán, este iba abriendo los ojos cada vez más y miraba a su amigo Andru con cara de desconcierto; Andru era consciente de lo que estaba pasando, así que después de terminar... A – Perdóname Germán, creo que esto no va contigo, tu intención es buena pero se que piensas que estoy chiflado. G – Hombre, la verdad, lo que me cuentas es demasiado increíble, pero soy tu amigo, te conozco bien y no creo que estés loco, tal vez tengas algún problema, pero no de locura. ¿Duermes bien por las noches?, ¿Es posible que hayas soñado esas cosas y te parezcan reales?. A – Créeme que no. Tengo pruebas, anotaciones que he tomado en medio de ese extraño fenómeno y siguen ahí, las notas siguen ahí, y no me las he inventado. G - ¡Vaya, vaya!. Así que de alguna forma lo que estas intentando es explicar esos fenómenos como efecto de la aceleración de partículas, piensas que cuando un cuerpo aumenta su velocidad de vibración, además de la luminosidad que yo supongo, se “escapa” del continuo espacio tiempo que lo rodea, pudiéndose mover en otra línea temporal alternativa. A - ¡Guau!, más o menos, aunque no habría sabido explicarlo tan bien como tu. Ejem, realmente ¿Podrías explicármelo un poco mejor, no he entendido muy bien?. G – Si, claro. Imagínate que el tiempo es una línea recta que va de izquierda a derecha de forma horizontal por la que los cuerpos se mueven, de forma que tienen percepción del concepto tiempo gracias a ese movimiento. Ahora imagínate una línea perpendicular a la línea temporal horizontal, es decir, de abajo hacía arriba. Si un cuerpo se moviese por esta otra línea temporal, este cuerpo percibiría un concepto de tiempo distinto al de los cuerpos que se moviesen por la línea temporal horizontal, digamos que existiría tiempo para él, pero para el resto no, puesto que estarían parados siempre en un mismo instante de la línea horizontal. Como ves todo es relativo, no habría paradas de tiempo, sino que el concepto de tiempo lineal que manejamos cambiaría por otro donde el tiempo se vería como un plano en el espacio, y dependiendo de hacia donde te movieses lo percibirías de una u otra forma. A - ¡Vaya!, no se me habría ocurrido dar una explicación así jamás. G – Además, hay cosas me has contado que podrían tener sentido, por ejemplo el hecho de al tocar algunos objetos inertes estos volviesen a tener un comportamiento normal dentro de tu entorno. A - ¿Cómo es eso?. G – Si suponemos lo que te he dicho respecto al tiempo, cuando tú veías la sabana quieta o la hoja del libro flotando verticalmente, estabas viendo esos objetos desde tu línea temporal alternativa, pero esos objetos

seguían estando en la otra línea temporal. Al tocarlos, de alguna forma pasaban tu línea temporal por lo que volvían a tener el comportamiento normal según un observador que se encuentra en su mismo entorno. A – ¡Caray!, ¿Y porque no ocurría lo mismo con las personas?. G – Bueno, eso no lo se, tal vez tenga que ver con el hecho de que los objetos son materia inorgánica y las personas son materia orgánica, con lo cual, es posible que el comportamiento sea distinto. A - ¿Y las hormigas y las abejas?. G – Más misterios, no lo se, no te puedo dar una explicación. A – Bueno, ¿Esto significa que me crees?. G – Ni te creo, ni dejo de creerte. Intento mantenerme imparcial y darte una explicación algo científica.

CAP. IV: EL ENCUENTRO Treinta años habían pasado ya desde que Andru se viese inmerso en aquellos extraños sucesos. A lo largo de este tiempo muchas habían sido las ocasiones en que el fenómeno le había sorprendido; a veces por la mañana, otras por la noche; después de tanto tiempo se había convertido en una parte de si mismo, y ya no era capaz de concebir la realidad sin esa peculiar existencia, de hecho había aprendido a controlar la forma de entrar y salir de ese mundo inmóvil, un mundo que aunque había llegado a conocer muy bien desde su papel de observador, no dejaba de sorprenderle e intrigarle y le hacía seguir adelante en su búsqueda de respuestas. Sin embargo un los últimos dos años se habían producido una serie de acontecimientos que le hacían sentirse mucho más cerca de la verdad, algo estaba cambiando en ese entorno estático porque ya estaba siendo habitual encontrar cada vez a más insectos, plantas y animales con vida dentro de esa burbuja temporal. Eran las 18:00h de un miércoles de finales de noviembre. Hacía frío y comenzaba a caer una fina lluvia que acompañada por fuerte viento, conformaban un puñado de pequeños alfileres que se clavaban en el rostro al caminar por la calle. Había poca gente, debían estar todos resguardados en casa, solo se veía por la calle algún que otro perro buscando refugio entre cartones y basuras y algunos pájaros que parecían aprovechar la lluvia para salir a buscar alimento sin ser molestados en la quietud de la ciudad. Andru llegaba a su casa después del trabajo, tenía el coche en el taller, por lo que viajaba en autobús. Desde la parada hasta su casa había más de 300 metros y le apetecía bastante poco mojarse, pero eso no fue un problema para él, cerro los ojos, se concentro y de repente todo se detuvo, el autobús, los pocos transeúntes que pasaban por la calle y por supuesto la lluvia. Comenzó a caminar en dirección a su casa, mientras miraba a su alrededor viendo como todas esas gotitas de lluvia quedaban suspendidas e inmóviles. Alargaba la palma de su mano hacia el cielo de vez en cuando y se dejaba mojar por algunas de las gotas que se deslizaban por su palma al momento que entraban en contacto con su piel. Habían pasado muchos años, pero aquello le parecía tan increíble como la primera vez. Aún faltaban unos metros para llegar a su casa, cuando de repente el cielo se oscureció aún más de lo que estaba, un extraño zumbido comenzó a escucharse, y Andru comenzó a notar algo que hacía mucho tiempo no sentía, de nuevo un escalofrió le recorrió el cuerpo subiéndole por la espalda hasta la nuca y desapareciéndole por la parte superior de la cabeza mientras se transformaba en un intenso cosquilleo. Tuvo la sensación de no estar solo, miro a su alrededor, pero no había nadie, así que continúo caminando. Cuando se encontraba a escasos metros de su portal, volvió a mirar a su alrededor y a lo lejos vio una silueta que le resulto familiar, a lo largo de todos aquellos años nunca jamás había vuelto a encontrarse con el extraño ser, pero parecía que ahora volvían a coincidir, no sabía si se trataba de nuevo de una coincidencia, o tal vez era un encuentro preparado, pero no iba a quedarse allí quieto sin averiguarlo, así que comenzó a caminar en dirección al ser; cada vez estaba más cerca, y cada vez podía apreciar mejor los rasgos de aquella fascinante criatura. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se paro mientras observaba que estaba tal y como lo recordaba, parecía que el tiempo no hubiese pasado para el, aunque dadas las circunstancias, tal vez ese ser no hubiera hecho más que desaparecer y volver a aparecer. Andru estaba deseoso de hablarle, de preguntarle, de obtener respuestas, respuestas que llevaba treinta años esperando conocer. A – Hola. S – Hola Andru. A - ¿Me conoces?, ¿Te acuerdas de mi?. S – Por supuesto que me acuerdo de ti. Eres una persona demasiado evolucionada como para no prestarte importancia. A - ¿A que te refieres con que soy evolucionado?, ¿Qué significa todo esto?. S – Verás, el ser humano lleva en este planeta mucho tiempo, y desde sus comienzos lo hemos observado con mucha paciencia. Hemos visto su evolución, y a lo largo de la historia hemos intentado - sin inmiscuirnos demasiado -, que su papel sobre el planeta fuese decisivo tanto para él como para el resto de las especies que lo habitan. A - ¿Nos habéis observado?, ¿Quiénes?.

S – Nosotros, vosotros, al fin y al cabo somos la misma cosa. Vosotros estáis aquí igual que nosotros estuvimos en otro tiempo, y debéis evolucionar hacia una nueva forma de existencia, tal y como nosotros lo hicimos. De la misma forma llegara un día en que vosotros ayudareis a otros que son menos evolucionados a encontrar el verdadero camino, encontrar el verdadero fin para el que hemos sido creados. A - ¿Estas diciendo que vosotros nos creasteis o algo así?. S – No, nosotros no podemos crear la vida, solo podemos cuidarla y velar por ella. Este planeta al igual que muchos otros del universo es un jardín viviente al que hay que proteger. Vosotros habéis vivido etapas de vuestra historia en que os habéis acercado al camino correcto, pero por muchos intereses humanos, al final os habéis vuelto a separar. En alguna ocasión puntual hemos tenido que intervenir para evitar algún grave incidente, pero no siempre podemos hacerlo, porque es necesario que aprendáis a solucionar vuestros problemas vosotros solos. Sin embargo debido a circunstancias ajenas a vosotros y por vuestro propio bien, hemos tenido que tomar partido para acelerar el proceso de evolución y concienciación de vuestra sociedad. A - ¿Qué quieres decir?, ¿Se va a acabar el mundo o algo así?. S – Nosotros no somos los únicos en el universo, y no todos los seres han sabido encontrar el camino. Muchos están aun en esa búsqueda como vosotros, pero otros en mitad de ella se perdieron y aunque llegaron a un disponer de un nivel de evolución tecnológico muy avanzado, perdieron la verdadera esencia del sentido de la vida y se convirtieron en monstruos capaces de terminar con cualquier forma de existencia que se interponga en su camino. Vosotros estáis en un momento evolutivo muy crítico, podéis seguir hacia el camino de la verdad o cegaros en el camino de la tecnología y la vanidad, por eso hemos tenido que tomar cartas en el asunto. No podemos permitir que la humanidad completa se vea perjudicada por la acción de unos pocos con poder. A - ¿Y que vais a hacer?. S – Nosotros no podemos hacer nada resolutivo, eso es cosa vuestra, pero si podemos ayudaros a ver las cosas con más claridad. A ser más tolerantes, a tener unas miras más amplias cara al futuro, a ser más comprensivos y a entenderos mejor los unos con los otros. No ha sido una labor fácil, ahora han pasado treinta años desde que comenzamos y casi hemos finalizado. A - ¿Finalizado?, ¿Qué habéis finalizado?, ¿Qué habéis hecho?. S – Hemos acelerado vuestro proceso evolutivo en cuanto a la razón se refiere. Hemos hecho que vuestra estructura genética varíe más rápidamente de lo que lo hubiese hecho por vías naturales. Hemos acelerado susceptiblemente vuestra tasa de vibración molecular para acercaros más a lo que llegareis a ser en un futuro, seres de luz; pero el siguiente paso debéis darlo vosotros. A – No entiendo, muy bien. S – Cuando en otras ocasiones has entrado en lo que tú llamas una parada temporal, has notado que muchos seres seguían estando vivos en tu entorno. Eso es porque esos seres estaban evolucionados a tu mismo nivel, por su nivel de conciencia y de inocencia. Muchos insectos y animales ya estaban preparados para aceptar el cambio incluso antes que tu, estaban preparados para vivir en la verdadera realidad, donde tu estas ahora, realidad que de momento el resto aun no ha sabido descubrir. Nosotros con nuestras intervenciones en vuestro mundo hemos ido dejando caer por todo el planeta sustancias químico energéticas en forma de neblinas con las que hemos acelerado el proceso evolutivo en el ser humano; dentro de poco la mayoría estará en las mismas condiciones que tu. A - ¿Y en todo este tiempo solo yo lo he notado? S – No, vuestro planeta es muy grande, ya lo sabes y muchas otras personas en otros lugares han estado en tu misma circunstancia y han vivido durante estos años como tu, pero por vuestro propio bien no hemos querido haceros saber lo que ocurría, hasta estar seguros de que la ejecución de nuestro plan no se vería afectada. A - ¿Y ahora que?, ¿Qué va a pasar?

S – Lo que tenía que pasar antes o después. Vuestra sociedad comenzará a cambiar, vais a comenzar a tener conciencia de lo que realmente os estáis haciendo a vosotros y a vuestro planeta, cosa que hasta ahora solo hacían unos pocos, que como en tu caso habíais alcanzado ya un nivel superior de entendimiento. Eso no significa que no haya quien se resista a este despertar social, por cantidad de motivos e intereses que puedan tener, pero la diferencia será que ahora la gran mayoría comenzará a entender la realidad de otra forma, serán más perceptivos, más comprensivos, más tolerantes y capaces de sentirse interiormente los unos como los otros, compartiendo así en mayor grado la alegría y el dolor mutuo, por lo que se tenderá a un comportamiento basado en el bienestar de los demás, para que ese mismo bienestar recaiga sobre ellos mismos, puesto que de otra forma sufrirán el dolor ajeno en sus propias existencias. La gran mayoría tendrá la fuerza necesaria para luchar contra la actual minoría dominante. Ya no existirán imposiciones, ni órdenes de unos pocos sobre el resto, porque el resto va a ser capaz de entender por ellos mismos. A – Y… ¿Cuándo se supone que va a ocurrir todo eso?. S – Andru, ya esta ocurriendo… Y cuando termine estaréis preparados para aceptar vuestro verdadero destino, el destino al que todos los seres del universo están avocados, el de ser los guías protectores de otros, que como vosotros en los comienzos están despertando a una realidad nueva para ellos y que aun no han aprendido a aceptar. A - ¿Y vosotros ahora que haréis?. S – Nosotros seguiremos haciendo lo mismo, ayudaros para que seáis capaces de ayudar a otros más en su búsqueda. Entraremos en contacto con vosotros a escala mundial dentro de un tiempo, cuando este desencadenante de el resultado esperado y la gran mayoría este dispuesta a aceptar la verdadera realidad. A - ¿Y cuanto falta para eso?. S – Eso ya depende de vosotros. Después de esto, el ser miro a Andru, hizo una leve reverencia con la cabeza y desapareció de su vista mientras esbozaba una sonrisa. Andru noto que estaba empapado, había perdido la noción del tiempo y se encontraba en mitad de la calle, a unos pocos metros de su casa. Miro al cielo y vio como el sol comenzaba a salir entre las nubes; aun había un leve zumbido, pero sin embargo había vida a su alrededor, la ciudad parecía otra, la gente había salido al cesar la lluvia y cantidad de niños jugaban en las aceras con sus botas de agua chapoteando en los charcos. Andru se encontraba muy bien, podía sentir la alegría de todos aquellos que estaban a su alrededor y sabía que además todos ellos estaban sintiendo lo mismo que él. El mundo se veía maravilloso y sabía lo que tenía que hacer a partir de ahora en adelante, como casi todos los que estaban allí, como casi todos los habitantes del planeta tierra.

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