El giro copernicano en la filosofía política. Crítica de Hobbes al pensamiento aristotélico Por: Juan Diego Agudelo Molina En este ensayo me propongo mostrar a Thomas Hobbes como el fundador de la filosofía política moderna, recurriendo para esto a la fuerte crítica que él realiza sobre la obra aristotélica. Sin embargo, no pretendo centrarme en las connotaciones políticas que se sustraigan de las teorías de estos dos autores, mi intención es mostrar cómo influye su método en sus teorías, para así demostrar que el giro que propone Hobbes es un giro metódico más que teórico. Utilizó como título una expresión que ya es común en los textos de filosofía, a saber, giro copernicano. El uso de esta expresión no es arbitrario, y tiene un sentido especial en el presente trabajo. Si mi intención es mostrar un cambio de método que divide la historia de la filosofía política en dos, a saber, en filosofía política antigua y filosofía política moderna, que mejor que utilizar la expresión con que se denomina el cambio que propuso Copérnico en la filosofía natural, que también dividió esta rama de la filosofía en dos, a saber, en filosofía natural clásica y en ciencia moderna. Este trabajo se desarrolla en cuatro secciones. Primero ilustro qué entiendo por giro copernicano, para esto propongo una relectura de Copérnico que ilustre cómo el giro que él propone es metódico más que teórico. En segundo lugar, desarrollo el método que propone Aristóteles para deducir la clásica afirmación del “hombre como un animal social”. Después, expongo la metodología que usa Hobbes en su investigación del Estado civil. Finalmente, concluyo con algunas consideraciones que ubican a Thomas Hobbes como el fundador de la teoría política moderna, mostrando la ruptura que establece con relación al pensamiento aristotélico. Para lograr estos objetivos, limitaré mi investigación a tres grandes obras filosóficas, una por cada autor, de las que se pueden extraer todo el material que sustenta este trabajo. Para exponer a Aristóteles recurro a su obra La política, para explicar a Hobbes me concentro en El leviatán y para hablar del giro copernicano utilizo el De revolutionibus orbum coelestium.
Se me preguntará por qué recurro a Aristóteles para explicar la filosofía política clásica, y por qué lo utilizo sólo a él, se me dirá que también se podría utilizar a Platón, a Santo tomas, o incluso a Maquiavelo para explicar el pensamiento político antiguo y medieval. Mi respuesta es clara, doy por supuesto que la filosofía política aristotélica, y en general toda su filosofía, fue la que tuvo más trascendencia en la historia del pensamiento antiguo y medieval, y que fue sólo con Hobbes que este modelo de filosofía política fue destronado del pedestal en que se encontraba. 1. El giro copernicano Mucho se ha dicho sobre lo que se ha nombrado giro copernicano y sobre el carácter revolucionario del pensamiento de Copérnico. Este giro o cambio vulgarmente se asocia con la lucha y la victoria del heliocentrismo copernicano frente al geocentrismo precedente (en especial geocentrismo aristotélico y ptolemaico), que se traduce en la victoria de la razón frente a la tradición medieval de la Iglesia Católica. Esto es en parte ciencia ficción, por no decir completamente falso. Copérnico es católico y su obra da fe de ello, en sus líneas es común ver alusiones al creador del mundo, e incluso llamar al sol Dios visible. Con respecto al heliocentrismo, este no es para nada una innovación, pues incluso el mismo Ptolomeo había utilizado el recurso de ubicar al sol en el lugar central para dar cuenta de fenómenos. En conclusión, podemos decir que la única innovación que nos presenta la obra copernicana es la sistematicidad a la hora de atribuirle los movimientos circulares a los cuerpos celestes y el respeto por el principio de movimiento circular uniforme. Pero incluso no creo que la innovación copernicana sea propiamente teórica1, considero que el principal factor que caracteriza éste (a pesar de todo) giro o revolución es el papel atribuido a las matemáticas, en este sentido resumo el De revolutionibus orbum coelestium a su introducción y (para efectos de utilidad en mi investigación) me centraré en 1
Es hora de explicar esta afirmación que apareció desde el inicio del ensayo. Opongo teórico a metodológico o epistemológico en el sentido de que una teoría puede exponer un conocimiento especulativo, pero su coherencia interna depende del carácter metodológico que esté en juego, es decir, la validez y naturaleza de una teoría depende de los supuestos epistemológicos y metodológicos que la fundamenten. En este caso me refiero a que a pesar de que el sistema copernicano presenta una teoría novedosa, sigue siendo medieval y por tanto poco útil, comparado con el marco epistemológico en el cual sitúa las matemáticas, es decir, comparado con el método que propone en la investigación de los fenómenos naturales.
analizar solo estas dos primeras secciones. En la primera sección, Al lector sobre las hipótesis de esta obra, escrita por Andreas Osiander, se ve claramente la posición de un astrónomo medieval frente a la astronomía: Es propio del astrónomo calcular la historia de los movimientos celestes con una labor diligente y diestra, Y además concebir y configurar las causas de estos movimientos, o sus hipótesis, cuando por medio de ningún proceso racional puede averiguar las verdaderas causas de ellos […]. Y no es necesario que estas hipótesis sean verdaderas, ni siquiera que sean verosímiles, sino que se basta con que muestren un cálculo coincidente con las observaciones… (Copérnico, 1982, pág. 85).
En general la astronomía se veía como una disciplina encargada de salvar fenómenos, es decir, se encargaba de dar cuenta de los fenómenos tal y como aparecen a la percepción por medio de datos observacionales, aunque esta explicación no diera cuenta de cómo realmente son estos fenómenos. Así, el cálculo astronómico se reducía a un instrumento para predecir hechos aparentes, aunque estos no dieran cuenta de la estructura real del mundo. Si bien Osiander dijo esto en el libro de Copérnico, el Prefacio y dedicatoria al papa Paulo III, escrita ésta si por Nicolás, nos muestra lo contrario, pues arguye: Reflexionando largo tiempo conmigo mismo sobre esta incertidumbre de las matemáticas transmitidas para calcular los movimientos del mundo, comenzó a enojarme que a los filósofos, que en otras cuestiones han estudiado tan cuidadosamente las cosas más minuciosas de ese orbe, no les costara ningún cálculo seguro sobre los movimientos de la máquina del mundo, construida para nosotros por el mejor y más regular artífice de todos. (Copérnico, 1982, págs. 86-87).
Lo que da cuenta de su postura frente a las matemáticas. Por ejemplo, él no le atribuye movimiento a la Tierra para salvar los fenómenos, efectivamente la Tierra se mueve y el sol está en el centro, lo que permite un sistema del mundo que dé cuenta de cómo es él realmente. Este cambio en el método de investigación del conocimiento del mundo implica
que las matemáticas no sólo dan cuenta de los fenómenos, sino que dan un conocimiento real de ellos. 2. La ontología aristotélica y la formula “el hombre es por naturaleza un ser social” El pensamiento político de Aristóteles no puede separarse de su ontología natural, esto implica que sólo se pueden entender las relaciones sociales a la luz de sus supuestos teleológicos. Por esto, para hablar de política se debe empezar hablando de physis. La idea de physis aristotélica se entiende en dos sentidos, “por un lado, lo que es natural corresponde a lo que es regular, a lo que es habitualmente el caso […]. Por otra parte, la naturaleza es manifiesta, explícita y constantemente un télos, un fin, una meta” (Lloyd, p. 10). Estos dos supuestos suponen que la naturaleza es a la vez descriptiva y normativa, y que están en juego ambos aspectos en la investigación de cualquier asunto. La expresión “el hombre es por naturaleza un animal social, y el natural por naturaleza y no por azar es o un ser inferior o un ser superior al hombre” (Pol, 1253a 3-5) se explica atendiendo a estos supuestos. Empecemos primero desarrollando una explicación descriptiva de la naturaleza social del hombre. El hombre tiene, por naturaleza, una tendencia a asociarse, esto es, regular o habitualmente se asocia para satisfacer necesidades. Así, el hombre, por naturaleza, se asocia con una mujer para reproducirse, y se asocia con un esclavo para garantizar su seguridad. Estos son las primeras dos formas de asociación, que dan lugar a la familia. Las familias, de igual forma, se asocian entre sí para satisfacer necesidades no cotidianas, formando de esta manera otro tipo de comunidad, las aldeas, y las aldeas se asocian con el fin de conseguir ser autosuficientes en conjunto. Está unión de aldeas, que tiene el nivel más alto de autarquía, es lo que Aristóteles denomina Ciudad2. En este orden explicativo, el hombre es un ser social porque regularmente se asocia, es decir, porque tiene la tendencia natural a formar comunidades, a asociarse para satisfacer necesidades y para lograr la autosuficiencia (Pol, I, 2). 2
Ciudad entendida como polis. La polis es un conjunto de personas que viven en una extensión territorial reducida, con independencia económica (autarquía) y con independencia política (autonomía).
Considerando la naturaleza en su carácter normativo, el hombre se define como un ser social porque la Ciudad es el fin de todas las comunidades, y no sólo es fin, sino el mejor fin, esto la convierte en un bien. Es por esto que el fin del hombre es asociarse, pues encuentra en la Ciudad el mejor fin de las asociaciones, ya que esta es la comunidad más perfecta de todas. El hombre se realiza cuando hace parte de la sociedad, esto es, tiene por fin conformar un cuerpo político. (Pol, I, 2). Después de explicar esta idea de la naturaleza social del hombre, procedo a exponer lo que me interesa, a saber, el método que utiliza Aristóteles en su investigación de la Ciudad. Me gasté varias líneas en las consideraciones anteriores con el fin de no malinterpretar el método aristotélico. Aristóteles, como es usual, nos muestra la forma cómo habrá de proceder desde el inicio de su tratado, así, en el primer capítulo del libro I, nos dice: Como en los demás objetos es necesario dividir lo compuesto hasta sus elementos simples, así también, considerando de qué elementos está formada la ciudad, veremos mejor en qué difieren entre sí las cosas dichas, y si cabe obtener algún resultado técnicos. (Pol, 1252a
3). Esta formulación del método se explica de la siguiente manera: la Ciudad está compuesta de individuos, entonces la investigación debe comenzar indagando las condiciones naturales teleológicas por las que el individuo hace parte del todo, esto es, si el fin de las asociaciones del individuo es la Ciudad, cómo llega a conformar esta comunidad perfecta. Este proceso no debe entenderse al margen de su formulación de la naturaleza social del hombre, desarrollada desde las dos concepciones de lo natural, por esto expuse primero la expresión de la naturaleza social del hombre para después relacionar esta afirmación con el método. 3. Método de análisis y síntesis en la consideración del Estado civil hobbesiano Hobbes es un pensador revolucionario, no sólo por reformular la base conceptual sobre la que se asienta el estudio de la teoría política, sino por cuestionar el paradigma aristotélico de la naturaleza social del hombre y por introducir un nuevo método para
pensar la filosofía civil. La filosofía en Hobbes, independiente de si es natural o civil, va a entenderse como el conocimiento de causas, lo que implica que el método de análisis y síntesis, que está siendo utilizado como el método propio de la nueva filosofía natural, puede ser aplicado en el campo de la filosofía civil. Hobbes se propone mostrar por qué es preferible estar en un Estado civil que en una situación prepolítica. Por esto, lo primero que hace es preguntarse por la condición natural del individuo. El método analítico opera de la siguiente manera: como el todo está compuesto de partes, se debe separar cada parte de las demás, para así poder establecer principios, elementos constitutivos y causas que permitan justificar el todo. Aplicado este método a la investigación hobbesiana, la pregunta por el Estado inicia por una consideración del individuo, ya que éste es la materia constitutiva del Estado. La epistemología desarrollada en el primer libro de El leviatán corresponde a la aplicación de esta primera parte del método. (Lev, I, 1-14) La pregunta en torno al Estado civil no se agota en una descripción de la condición natural del hombre, sino que se hace necesario realizar una descripción de las causas que llevan a los hombres a salir de su condición natural para conformar un cuerpo político, es aquí donde opera el segundo momento del método. El método sintético permite recomponer el todo a través de sus partes constitutivas, obteniendo con esto la comprensión de la relación de sus partes como miembros indisolubles del todo. Gran parte del libro primero y un pedazo del libro segundo del leviatán se ocupan de esto, de mostrar la relación de los individuos entre sí y el modo por el cual buscan unirse al todo, además, de describir las relaciones de los hombres en su estado natural y las condiciones naturales que los llevan a formar ese todo, a constituir un estado artificial. (Lev, I-II, 14-18) Este método analítico-sintético se debe entender en relacional mecanicismo clásico, el cual Hobbes defiende. Los mecanicistas explican los fenómenos naturales en términos de materia y movimiento, y la analogía del reloj con el funcionamiento del mundo es muy utilizada para describir fenómenos. Hobbes también es innovador en este sentido, pues aplica los supuestos naturales del mecanicismo en la consideración del Estado civil. El
Estado civil, en este sentido, se entiende como un conjunto de materia que está en movimiento, es decir, que se está relacionando entre sí. Esto se explica así: el Estado está constituido por individuos, que son la materia del mismo, y estos individuos originalmente se unieron para conformar un cuerpo político, a este movimiento se refiere Hobbes. 4. El giro copernicano de Hobbes En este punto es más claro el argumento de que Hobbes es el fundador de la teoría política moderna, sin embargo, es hora de considerar las tres secciones anteriores en su conjunto. La filosofía política medieval, casi en su totalidad, se basó en la consideración del método propuesto por Aristóteles en La política y en la utilización de sus supuestos teleológicos. Hobbes, en el siglo XVII, con la publicación de El leviatán, propone un nuevo método de investigación en filosofía civil, y reformula con él toda la base conceptual de la reflexión en torno al poder político. El método de Hobbes es radicalmente distinto al de Aristóteles, aunque en la definición se parezcan mucho. Si bien ambos se proponen investigar el Estado partiendo de la consideración del individuo, como parte integrante del todo, su investigación y metodología gira en torno a principios epistemológicos totalmente distintos. Aristóteles, desde su ontología natural, define el Estado como un conjunto de individuos que naturalmente tienen la tendencia a asociarse, ya que este es su télos. Hobbes, por el contrario, desde una perspectiva mecanicista, se ocupa del Estado como un conjunto de individuos, que se relacionan entre sí con el fin de salir de una situación prepolítica insufrible y acuerdan formar un cuerpo político. Aunque la diferencia entre ambos autores, expuesta en el párrafo anterior, parezca meramente estilística, es de vital importancia y es la que marca un antes y un después, es la que divide la historia de la filosofía política en dos. La afirmación hobbesiana de que el Estado civil no es natural, sino que es producto de un pacto o un contrato, está derrumbando siglos de tradición política aristotélico-escolástica. Si el Estado civil no es natural, sino producto de una convención, surgen una serie de cuestiones que serán tratadas por la filosofía política precedente: ¿por qué los hombres acuerdan crear un poder
coercitivo, si éste no se da de manera natural?, ¿qué justifica el ejercicio del poder político?, ¿qué legitima un gobierno civil? Estas preguntas serán resueltas desde un marco conceptual novedoso del que Hobbes, como instaurador de un nuevo método, también es fundador. La tarea de la filosofía política moderna será entonces buscar marcos normativos que fundamenten el ejercicio del poder político y pensar escenarios posibles, descripciones hipotéticas, ficciones teóricas, etc., que justifiquen la creación de un Estado civil.
Bibliografía -
Aristóteles (1988). La política. Madrid: Editora Gredos, S. A.
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Hobbes, Thomas (1996). Leviatán. México: Fondo de Cultura Económica.
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Copérnico, Nicolás (1982). Sobre las revoluciones de la orbes celestes. Madrid: Editora Nacional, S. A.
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Lloyd, Geoffrey. La idea de naturaleza en la política de Aristóteles. Referencia desconocida.