Universidad Pedagógica Nacional. Subsede 211-3 Huauchinango Pue. Asesor: Profr. Rafael Sampedro. Materia: Evaluación y seguimiento en la escuela. Integrantes del equipo: Profra. Juanita Hernández L. Profra. Estrella Cruz L. Licenciatura en Educación Plan 1994. Séptimo semestre.
Actualmente la evaluación se conceptualiza como un proceso continuo, sistemático y dinámico que promete calidad educativa. En este sentido, la evaluación es la base para el perfeccionamiento y eficacia del trabajo docente. De esta forma se concibe a la evaluación como vanguardista, es decir, que estamos en progreso de las altas expectativas que muestran los países mas desarrollados en cuanto a evaluación, ya que en estos momentos no se trata de evaluar por evaluar como anteriormente se hacía, como tradicionalmente se nos llegó a calificar a nosotros mismos, esto es, sumativa y cuantitativamente, es decir, que se daba importancia solamente al resultado final y no se tomaban en cuenta destrezas, habilidades, actitudes, a lo que ahora llamamos competencias de los alumnos. Hoy, la evaluación primeramente debe tomar en cuenta los aspectos individuales del alumno con base en su contexto sociocultural, en sus necesidades e intereses; un verdadero evaluador sabe de ello. En estos días en donde el tema de la evaluación ha dejado de ser solamente un asunto exclusivo del sistema educativo nacional para convertirse en asunto de escrutinio internacional, en donde se nos evalúa de manera externa con la evaluación PISA, y de manera interna con ENLACE, es esta última la que nos atañe en estos momentos y la que pretendemos analizar desde un enfoque hermenéutico este equipo de profesoras. Entrando en materia, la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares por sus siglas (ENLACE), es una evaluación estandarizada que tiene como principal objetivo “proporcionar información diagnóstica de los temas y contenidos que los alumnos evaluados no han logrado aprender bien en ciertas asignaturas (Español, Matemáticas y Ciencias). De esta manera, el Sistema Educativo Nacional lo ha llamado su “herramienta fundamental” en términos de evaluación educativa. De antemano sabemos que este tipo de evaluación lleva consigo un carácter sumamente cuantitativo, al establecer
como base para dar un resultado nacional de evaluación, un numeral, sí, un número de aciertos que nos dejan a los ojos de los demás como un país de “burros”, como gente que de plano no sabe ni la “o” por lo redondo, cuando hemos analizado los reactivos de las pruebas y hemos visto que se han creado desde un enfoque positivista y algunos de ellos sin relación con el contexto de los alumnos, cómo es posible si ahora que tenemos a la mano tanta información sobre los procesos psicológicos en el ser humano, las inteligencias múltiples, los estilos de aprendizaje de los alumnos, se le siga dando importancia a aspectos tan concretos, cuando la psique del individuo es tan compleja. Reforzando nuestra idea dice Stenhouse (1984) que “para evaluar hay que comprender. Cabe afirmar que las evaluaciones convencionales del tipo objetivo no van destinadas a comprender el proceso educativo, lo tratan en términos de éxito y fracaso”. Respecto a esto decía el Profr. Felipe Martínez Rizo en su conferencia sobre estas evaluaciones, que con ellas se pretendía evaluar al sistema educativo, pero con base en lo que hemos visto y vivido desde que se aplican estas mismas, que la pretensión era poner en evidencia a las escuelas con menos puntaje, no al sistema, lo dice bien claro Stenhouse en la idea anterior, y con ello también se distorsionó el verdadero fin de la evaluación como se estipula en el acuerdo 200 que dice “la evaluación deberá ser cuantitativa (pero también) cualitativa, y continua”. Pero que podemos decir sobre las comparaciones que se hacen de las escuelas con mayor y menor puntaje, aquí hay otra incongruencia con el verdadero fin de la evaluación ya que esta debe servir para saber en dónde nos encontramos y a dónde queremos llegar. No basta con hacer comparaciones o discriminar “para ayudar al alumno importa más enseñarle hasta dónde lo han conducido sus esfuerzos en el proceso de aprendizaje, que el lugar que ocupa con relación a sus compañeros o una escala” (G. De Landsheere).
A continuación se exponen los objetivos primordiales de la prueba ENLACE; posteriormente se analizan estos puntos. OBJETIVOS: Reforzar y mejorar las habilidades y conocimientos de los alumnos. Aportar información para la gestión escolar. Estimular la participación de los padres de familia. Sustentar procesos efectivos y pertinentes de planeaciòn educativa y políticas públicas. Atender requerimientos específicos de capacitación a docentes y directivos. Brindar información a jefes de sector, supervisores y directores para realizar análisis y focalizar esfuerzos. Informar a padres de familia, docentes, directivos, autoridades educativas y la sociedad respecto de estado actual y la evolución de los esfuerzos y resultados escolares. En todos los puntos estamos de acuerdo que son objetivos congruentes de acuerdo con la génesis de la prueba, ya que cada uno de estos se centra más en factores externos, que en los procesos mentales y de comprensión de los alumnos, pero se vuelve a hacer mención sobre lo que dice el Profr. Martínez Rizo en su conferencia; que si el objetivo de la prueba era el de evaluar al sistema educativo como tal, ¿Por qué los resultados de la prueba están “condenando” a ciertas escuelas y ciertos profesores, en vez de hacer esto mismo con el sistema?. Es cierto que este mismo personaje también manifiesta que ya la educación no es como lo fue en tiempos anteriores, donde el maestro era el único que evaluaba y su criterio era el único que pesaba para establecer la calificación de los alumnos, ahora se necesitan factores externos que proporcionen un panorama mas amplio con respecto a la evaluación dentro de los centros educativos, en eso estamos de acuerdo, pero entonces no nos explicamos por qué solamente se le da peso a la prueba enlace para determinar en dónde nos encontramos respecto al proceso enseñanza-aprendizaje en
nuestro país, respecto al grado de conocimientos de nuestros alumnos, cuando nosotros como maestros conocemos las competencias con las que cuentan nuestros alumnos porque nosotros somos los que nos encontramos diariamente dentro de las aulas y que llegamos a conocer las fortalezas y debilidades de cada uno de nuestros niños, ¿por qué no se da peso también a esa evaluación que conocemos mejor que nadie?; se dice que enlace ni aprueba ni reprueba, ni premia ni castiga, nosotras dudamos de eso, ya que se percibe y se ve todo lo contrario. No pretendemos decir que enlace no nos conviene o que no se aplique o que no sirva, simplemente que no se le de todo el peso de la evaluación educativa a la prueba, sino que sea un instrumento parcial respecto a esta y que se tomen en cuenta todos los demás aspectos que deben tomarse para evaluar a los alumnos y maestros, de acuerdo con los objetivos establecidos en la prueba, ya que la misma está basada en un criterio de eficiencia terminal, como antes se fundamentaba la evaluación. Para concluir este ensayo nos parece necesario retomar el discurso del Profr. Eduardo Andere M. (citado en la Revista Política Educativa de octubre 2007, pàg.11) que dice: “Enlace sí tiene la capacidad de convertirse en un instrumento potente de evaluación formativa, sin embargo, entre más utilicemos a ENLACE como parámetro para clasificar a escuelas y alumnos menos nos sirve. Entre más le entreguemos a ENLACE “cualidades” que no tiene como detector de “mejores escuelas” y “peores escuelas” o “mejores y peores alumnos”, menos servirá para mejorar la educación. En este camino se cavará lentamente su sepultura”.