Érase una vez un hombre llamado Diego, al que llamaban “EL ZORRO”. Lo llamaban así porque iba vestido de negro, con una capa, un antifaz, una espada y un sobrero. EL zorro tenía un caballo negro llamado Furia. Todos los días Diego, iba al castillo a vigilar a hombres malos, para evitar que se escaparan y pudieran hacer daño a la gente buena. Un día mientras paseaba por el bosque con su caballo, se encontró a un hombre que acababa de robar mucho dinero de un banco. Al verlo comenzó la persecución ¡Arre, Arre! ¡Furia! ¡Corre!- decía Diego gritando, mientras daba un leve golpe al caballo-. Furia aceleró el paso y cuando estuvo cerca del hombre, lo tiró al suelo y lucharon con las espadas hasta que el Zorro le desarmó. Entonces lo llevo a la cárcel que había en el castillo para que no volviera a robar a nadie más. Y colorín, colorín este cuento llego a su fin.
José Manuel
Alfonso
Álvaro Cegrí
Olga