el uso de sustancias peligrosas en agricultura
Las sustancias peligrosas intervienen de varias maneras en las actividades agrícolas y forestales. Pueden ser plaguicidas, combustibles, productos químicos o pinturas, estiércol, medicamentos, fluidos animales o incluso materiales de construcción. Son importantes para el funcionamiento de la explotación, pero, al usarlas se pueden inhalar, tocar o ingerir inadvertidamente.
Sustancias peligrosas propias de las explotaciones agrícolas
Productos químicos Plaguicidas y productos de fumigación Pinturas y protectores de la madera Disolventes Agentes de limpieza y desinfectantes Medicamentos veterinarios Abonos Estiércol, purines, moho Combustibles y aceites Amianto Polvo de madera Grandes cantidades de grano.
Daños que pueden causar las sustancias peligrosas
Intoxicación, trastornos digestivos, teratogénesis, cáncer, enfermedad de Parkinson, enfermedades crónicas, muerte.
Vías de contacto Las sustancias peligrosas pueden: entrar en contacto con la piel; salpicar los ojos;
ser inhaladas; ser ingeridas accidentalmente; ser inyectadas accidentalmente.
Consideraciones relativas al almacenamiento Cuando almacene productos químicos, plaguicidas, medicamentos veterinarios o abonos, asegúrese de que: están etiquetados, preferiblemente en el envase del fabricante, en recipientes fáciles de manipular, abrir, cerrar y volver a abrir, para reducir al mínimo las fugas y salpicaduras; van acompañados de las fichas de datos de seguridad pertinentes; los guarda lejos de los productos alimentarios, para evitar la contaminación cruzada y el consumo accidental; están separados de los materiales incompatibles, pues el contacto o la mezcla con ellos podría ocasionar reacciones químicas e incluso incendios y explosiones; los guarda lejos de los equipos de protección individual y de toda prenda de vestir; están equipados con depósitos de retención o los guarda en recipientes de protección para evitar que las posibles fugas se extiendan; están apartados de las zonas de fumadores y otras fuentes de ignición; están bien ventilados. Los almacenes y depósitos se deben señalizar y, si es necesario, se deben mantener cerrados con llave. Puede ser necesario controlar su temperatura y su humedad. Tanto la legislación de la UE como la nacional dan directrices claras sobre el almacenamiento y la manipulación de productos químicos.
Fichas de datos de seguridad Las fichas de datos de seguridad son unos documentos que elabora el fabricante para indicar: la composición química; las instrucciones de uso; las instrucciones de almacenamiento; la potencia (toxicidad, abrasividad, acción corrosiva, inflamabilidad, peligro de explosión y características mutagénicas y teratógenicas); cómo reaccionar ante accidentes, derrames, explosiones o incendios relacionados con la sustancia química; las posibles consecuencias de una manipulación inadecuada, el contacto y el consumo; las medidas que se han de adoptar. Además, se recomienda:
Pida siempre a su proveedor copias de las fichas de datos de seguridad (son gratuitas y dan información útil). Estudie las fichas de datos de seguridad. Mantenga las fichas de datos de seguridad en un lugar al que los trabajadores puedan acceder fácilmente (por ejemplo, en el almacén donde se guardan los productos químicos). Guarde siempre una copia de cada ficha de datos de seguridad de reserva.
Contacto con sustancias peligrosas Puede entrar en contacto con sustancias peligrosas cuando las mezcla, carga o aplica, o al limpiar el equipo de aplicación, durante su transporte o almacenamiento o, simplemente, al entrar en una zona donde se acaba de fumigar. Intente automatizar los procedimientos para evitar, en la medida de lo posible, el contacto directo con los productos químicos. Al fumigar plaguicidas, use tractores o maquinaria equipada con cabinas filtrantes homologadas.
Uso de sustancias peligrosas Cuando utilice sustancias peligrosas: asegúrese de que están aprobadas por las autoridades nacionales competentes; lea la etiqueta y siga las instrucciones del fabricante; utilice equipos de protección individual limpios; no las mezcle con otras sustancias peligrosas (salvo que el fabricante lo permita explícitamente), aunque sean productos compatibles; no las pulverice cuando haga viento o contra el viento si utiliza un pulverizador de mochila; no deje soluciones sin etiqueta o sin vigilancia. Los recipientes vacíos se deben etiquetar, almacenar y entregar al proveedor o a una empresa de reciclaje autorizada para que los elimine. No se deben utilizar para guardar otras sustancias o materiales ni como juguete.
Uso de equipos de protección individual Cuando manipule sustancias peligrosas, debe usar: guantes, para protegerse las manos de contactos accidentales o inevitables; gafas de protección, para protegerse los ojos de vapores, humos y salpicaduras; protección nasal y bucal, si prevé que se formen humos o vapores o si está pulverizando plaguicidas (una máscara de carbón activado); un delantal o un mono de trabajo, si fumiga plaguicidas u otros productos químicos peligrosos para la piel; botas resistentes y absorbentes con punteras de acero.
Etiquetado y señalización
Para garantizar el uso seguro de las sustancias peligrosas, los recipientes que las contienen deben estar siempre adecuadamente etiquetados. Si las sustancias peligrosas se pasan a recipientes más pequeños o de otros tipos, estos también se deberán etiquetar. Todas las instalaciones de almacenamiento de sustancias peligrosas se deben indicar con señales de seguridad de conformidad con los requisitos de la Directiva de señalización. Si recibe visitantes en la explotación, marque o aparte la fruta recién fumigada y avise a los visitantes de que no deben probarla, pues puede ser venenosa. Por otra parte, debe colocar señales de advertencia en las superficies recién pintadas o en las que acabe de aplicar algún agente conservante, pues pueden provocar erupciones, irritación cutánea u ocular, etc.
Combustibles y aceites La recarga de los depósitos de combustible es especialmente peligrosa, pues se pueden producir derrames, fugas o incendios. Pida al proveedor una declaración de método de trabajo seguro para repostar. Prohíba fumar y coloque rótulos que así lo indiquen. Tenga cerca extintores y sacos de arena.
Plantéese la posibilidad de instalar detectores de fugas, calor y humos. Instale válvulas de cierre en las tuberías de combustible. Los aceites y lubricantes también son inflamables y se deben manipular con cuidado.
Polvo de grano, trigo, cereales y pienso El polvo de grano, trigo, cereales y pienso en grandes cantidades puede crear una atmósfera explosiva. Mantenga apartadas de ellos las fuentes de ignición y asegúrese de que los equipos eléctricos utilizados en su proximidad son adecuados. Si los cereales u otros alimentos para los animales se humedecen o empiezan a descomponerse, pueden generar gases capaces de suprimir o reducir el oxígeno del almacén o silo. Se recomienda medir los niveles de gas con mucho cuidado antes de entrar en los almacenes y silos, para asegurarse de que la calidad del aire no es peligrosa para la salud, pues los gases procedentes de la descomposición pueden ser mortales. El pienso en grandes cantidades puede desprender gases y fuertes olores capaces de dejar inconscientes a los trabajadores. Se puede formar óxido de nitrógeno, que puede causar neumonitis.
Fluidos procedentes de los animales y purines Los excrementos de los animales y los fluidos expulsados durante el parto son contaminantes biológicos, pues son portadores de virus e infecciones. Para tratar a un animal enfermo o atender un parto, protéjase de la posible contaminación con guantes y monos de trabajo. Se recomienda que un veterinario realice o supervise la tarea. La eliminación de cadáveres de animales sin tomar las precauciones necesarias puede contaminar a los seres humanos directamente por el contacto o indirectamente por la contaminación del suelo y las reservas de aguas subterráneas. Los cadáveres de animales deben enterrarse lejos de los cursos de agua, pozos y balsas, o incinerarse si las autoridades locales lo permiten. Los abonos y el estiércol son inflamables y peligrosos en caso de inhalación o de contacto directo.
Sulfuro de hidrógeno y metano Cuando el ganado vacuno o de otro tipo se alberga en establos con suelo de listones, bajo estos se almacenan en depósitos grandes cantidades de purines. En los períodos en los que estos purines no se pueden esparcir por la tierra, se forma una costra dura. Bajo dicha costra se forman gases de descomposición, como metano y sulfuro de hidrógeno, que pueden alcanzar niveles letales cuando la costra se rompe. El momento más peligroso es el de la agitación de los purines, que se hace para facilitar el bombeo a las cisternas de vacío y, posteriormente, esparcir los purines por la tierra. El abono de champiñón agotado y otras materias orgánicas también puede producir niveles letales de sulfuro de hidrógeno cuando se descompone, por lo que también se ha de ser muy prudente al manipularlo o cargarlo. Antes de la agitación: agite y esparza el abono únicamente en días de viento, para que los gases se dispersen rápidamente; retire todo el ganado, así como los perros y otros animales domésticos, del establo y de la zona general; abra todas las puertas que sea posible para ventilar el establo o el espacio de alojamiento del ganado e impida el acceso a la zona, en especial a los niños y las personas de edad avanzada; mientras introduce el equipo de agitación, permanezca de espaldas al viento y asegúrese de que está funcionando todo el dispositivo de seguridad de la toma de fuerza; la mayor parte de los gases se libera en los primeros 15 a 20 minutos de agitación, pero no hay que bajar la guardia en ningún momento; el sulfuro de hidrógeno es un gas muy tóxico de olor similar al de los huevos podridos y que destruye ligeramente el sentido del olfato, con lo que crea una falsa sensación de seguridad de que el gas se ha dispersado, cuando en realidad es posible que la concentración haya aumentado;
las concentraciones que liberan los purines cuando se rompe la costra suelen ser letales y una sola inspiración puede causar la muerte; al retirar el agitador para proceder a bombear y extender el abono, establezca algún sistema que garantice que el punto de agitación vuelve a quedar cubierto o protegido de alguna manera contra accesos accidentales. Al acabar, vuelva a colocar siempre la cubierta del punto de agitación.
Amianto El amianto es una sustancia muy peligrosa y cancerígena. En otros tiempos se había utilizado mucho como elemento estructural de cubiertas y tuberías. Actualmente, el amianto ya no se usa y se tiende a retirarlo, si es necesario, de las estructuras existentes. Sin embargo, dado que el peligro que el amianto entraña para el ser humano radica en sus fibras, es importante saber que es mucho más seguro si se deja intacto o incorporado a un material huésped que si se corta o se tritura, con lo que sus fibras se liberan. Si tiene una cubierta de amianto: si está en buenas condiciones, no la toque; si está estropeada o se está rompiendo, póngase en contacto con un contratista cualificado y autorizado para que la retire: su inspección de trabajo local tiene una lista de contratistas competentes; no intente quitarla usted mismo; asegúrese de que nadie se expone al polvo o las fibras de las placas u otros elementos de amianto; asegúrese de que el contratista la retira totalmente y la elimina adecuadamente. Si tiene otros elementos de amianto en la explotación, como calderas, tuberías o placas, deshágase de ellos por medio de un contratista o una empresa de reciclaje autorizados. Recuerde que no hay límite de exposición seguro.