El Precio

El precio En el año 1839 el científico alemán Schönbein descubrió el ozono, cuarenta años después, se descubre que el ozono tiene un efecto reductor sobre la radiación ultravioleta. Se debieron esperar otros 40 años para que en 1919 se descubriera que el ozono no se encontraba en la parte baja de la atmosfera. Para el año 1957 se establece una red internacional de monitoreo de ozono. Paralelamente otra historia se estaba desarrollando, en el año 1929 se sintetiza por primera vez los CFC, en la siguiente década General Motors inventará las aplicaciones para este compuesto , principalmente en el área de la

refrigeración. La producción de CFC pasará de 136 toneladas métricas en 1931 a más de un 1.000.000 millón de toneladas métricas en el año 1984 con un crecimiento anual promedio cercano al 20%. En el intertanto algo sucedió, en el año 1974 Rick Stolarski and Ralph Cicerone paralelamente plantean que los CFC podrían terminar con la capa de Ozono, Estados Unidos fue uno de los primeros países en tomar cartas en el asunto, principalmente por la acción de los grupos ecologistas en ese país y el soporte de científicos americanos al hecho que los CFC podrían terminar con la capa de ozono. Pero las acciones de Estados Unidos por sí solo no bastaban para detener el crecimiento en la producción y uso de los CFC, pues en el resto del mundo continuaban creciendo. Pero en 1984 algo sucedió, científicos del British Antarctic Survey descubrieron una baja de un 40% en la medición del mes de octubre. Los científicos no podían creer lo que sus instrumentos indicaban, por lo cual buscaron confirmar sus resultados, estaciones a miles de kilómetros de

distancia confirmaban bajas inmensas en la cantidad de ozono estratosférico. En 1985, en el mes de mayo, se publica en la re vista Nature el descubrimiento

de un "agujero en la capa de ozono". Un hecho que quiero destacar el es que desde 1978 el satélite controlado por la NASA, el Nimbus 7 había tomado mediciones regulares del ozono en la atmósfera y nunca había determinado algún agujero en la capa de ozono. Los científicos de la NASA revisaron en detalle esta situación, ¿que encontraron? el satélite había sido programado para rechazar automáticamente resultados muy bajos en la cantidad de ozono atmosférico asumiendo que esto se trataba de un error instrumental. Desde el descubrimiento del agujero en la capa de ozono hasta hoy, se generaron una serie de acuerdos internacionales que derivaron en un plan de acción mundial para frenar la producción de CFC y HCFC y llevarla a 0 según un estricto cronograma. Según los científicos, la capa de ozono se puede recuperar naturalmente en un plazo de 50 años, mientras eso suceda los habitantes cercanos a los polos sufrirán las consecuencias de la radiación ultravioleta que pasa a causa de los bajos niveles de ozono. Lo anterior no es más que un relato. Pero un relato que esconde las claves para entender cómo llegamos.

El Ministerio de la ciencia Para comenzar a analizar los factores claves que están en juego aquí debemos establecer algunos supuestos en los que me basaré para continuar. Todo acto científico, es un acto de fe, que se basa en asumir como cierto un conjunto de reglas y trabajos previos que sirven para estructurar el conocimiento e interpretar la realidad. La historia es un buen registro de esto, las grandes revoluciones científicas siempre fueron rechazadas tajantemente la primera vez que son planteadas, los estudiosos conservadores defienden la statu quo para que finalmente, con el tiempo y experimentos, se determine que, la locura planteada inicialmente, tiene perfecto sentido ahora. ¿Cambió la naturaleza cuando Einstein planteo la relatividad? ¡NO! lo que cambio fue científicos optaron por cambiar el sentido a los hechos que observaban. La forma en que veíamos el mundo cambio. Recuerden a la NASA y su satélite, programado para rechazar automáticamente resultados muy bajos en los niveles de ozono, pues DEBE SER un error de los instrumentos. Así la forma en que elegimos ver limita lo que vemos, en este caso, ¡un agujero gigantesco sobre nosotros! Viajando a la velocidad del sonido Otro elemento a considerar es el crecimiento, ¿se han dado cuenta cuanto han crecido las cosas en los últimos 200 años? Ya observamos cuanto creció la producción de CFC en décadas, agreguemos a modo de ejemplo la producción mundial de cobre, que paso de 1.000.000 de toneladas métricas en 1920 a más de 10.000.000 de toneladas métricas anuales, ¡10 veces!, ¿Cuando aumento el consumo de energías primarias en el mundo? a modo de

referencia, en los últimos 26 años aumento 1,5 veces. Si consideramos que todos estos aumentos son para satisfacer las necesidades de la población, otro ejemplo, la población mundial paso de 2500 millones a 6500 millones en 55 años, es decir, ¡2,5 veces!. Nos estamos moviendo a velocidades increíbles, dadas las dinámicas del libre mercado y la globalización, cada vez los cambios se inventan, introducen y crecen exponencialmente dado que los mercados se amplían, recordemos los CFC, pasamos de 136 a un millón de toneladas en 50 años, ¡que aceleración!. System Overload La Tierra es sustentada por una serie de sistemas, el cómo interactúan la totalidad de estos es un misterio para nosotros, solo conocemos piezas del cuadro. A la velocidad que aumenta nuestra población y nuestra producción industrial, el hombre se ha transformado en una fuerza que ya demostró ser capaz de generar un impacto a nivel plantario en décadas, el agujero en la capa de ozono. Lo que enfrentamos en el futuro es la ignorancia de como estamos afectando ahora en este preciso instante al resto del sistema, desechos nucleares, bolsas plásticas, neumáticos, pesticidas, transgénicos, son todas creaciones humanas que no sabemos cómo afectan al gran cuadro. En estos momentos está el tema del calentamiento global producto de las emisiones de CO2, ¿será así?, no lo sé, lo que si se es que no sería la primera vez y sobrecargamos uno de los sistemas de la Tierra a tal punto que de no haber actuado radicalmente, hubiésemos aniquilado miles de vidas humanas y animales.

“Nosotros” y la política de supervivencia El pecado en que incurren los políticos, es el mismo en que incurren los científicos, su forma de dar sentido a la realidad es fuertemente resistente al cambio, pero con una salvedad, cuando de ello dependa su supervivencia se vuelven extremadamente permeables (asumiendo un sistema democrático saludable). Dada la dependencia de los políticos de sus electores, nosotros, debemos asumir que lo que está en juego es nuestra supervivencia física y de nuestras ideas. Si en el futuro cometemos un error como el de la capa de ozono u otro peor, quien sabe cuántos pagarán el precio con sus vidas. Si cometemos un error que derive en generar escasez de algún bien básico, como agua o comida, quienes pagarán el precio serán quienes tengan menos recursos, la supervivencia de nuestra ética también está en juego. Mientras más tiempo sigamos embarcados en la idea de que el crecimiento es lo mejor, que no tiene límites, que con crecer solucionamos todo, ¿qué pasará cuando nos demos cuenta que no podemos sostener nuestro estilo de vía? ¿Cuando en vez de perder lo ganado, perdamos hasta las cosas que teníamos antes de empezar el viaje? No puedo recordar tiempo una gran época de escasez sin recordar tiempo donde afloraba lo peor de nosotros. He aquí la esperanza que nos da el ejemplo de la capa de ozono, los políticos tomaron medidas a nivel global y el problema se controló, tarde , pero se hizo, así que podemos enfrentar problemas globales cuando hay voluntad de hacerlo. El precio Tan pequeños nos sentimos frente al mar, que arrojar una bolsa, parece nada, tan grande parece el cielo, que arrojar un poco de gases contaminantes en ella, parece nada. El cómo damos sentido a nuestra existencia y nuestras acciones determinará como termi naremos, y sí, es plural, porque no podemos dividir la Tierra ni elegir aislarnos del resto de la humanidad. El precio de nuestra individualidad es perder la noción del poder que hemos desarrollado como especie, nos hemos transformado en una fuerza ecológica capaz de transformar el planeta y a nosotros mismos. Sin cambios en nuestra manera de dar sentido a la realidad, si obviamos la finita capacidad de nuestro planeta, si nos negamos a ver la imagen mayor, si asumimos teorías científicas como verdades irrefutables y, por sobre todo, no queremos ver lo que está en juego, el resultado es más que obvio. Debemos recordar siempre a Nimbus 7, programado para no ver, que lastima que no podía elegir, porque nosotros sí tenemos esa opción... José Luis Aravena Solís Universidad Técnica Federico Santa María, Valparaíso, Chile