El orgullo, o la envenenada conciencia Dr. Miguel Aristy Vayan, intérnense con ayuda de una sensibilidad o de sentidos libres, en un flujo que se mueve (vale la redundancia). Eso quiere decir que solo vean los signos y los sonidos que usted va reproduciendo al ver esos signos. Eso que llaman leer. Solo eso. No digan que escribo mal o llamativo. Miren y vean qué pasa. Solo eso. Qué está pasando. Así que el bien lo encontrarán en el pasando y el mal, también, en lo que está fijado, pero siempre pasando. Vean la siguiente secuencia de signos. “El orgullo, y la envenenada conciencia que éste creó, funcionaba como una máquina de las tribulaciones del mundo. Incontestado [sin respuesta apropiada], lo llevó a una “despiadada, incesante, adusta concentración sobre sí mismo, la cual es la marca del infierno”. “Muchos liberales modernos rechazan el concepto de lo diabólico de Lewis, como superstición ‘medieval’. Pero muchos religiosos conservadores parecen hacer del mal una creación de Dios mismo. Para ellos, todo pecado individual y social —incluyendo el terror de Septiembre 11— es la perfecta” Los entrecomillados deben verse sobre la base de las recomendaciones para la lectura que se les pidió al principio de esta comunicación. Vuelva a ella. Hay, en casi todos, tanta prisa y dominio excesivo en el pensamiento, que mucho habrán dejado de mirar y leer. Miren y vean. ¿Este dominio del pensamiento, podría (Solo les pregunto) estar primero en la sucesión que lleva al orgullo? Miren este dominio como reducción o expulsión de la sucesión total y de la detención-observación de lo que llaman los acontecimientos. Estos son: la gente, las estrellas, los ruidos, los árboles y todo. Por favor. Insístanse en mirar signos y ver cómo se repiten palabras, que se convierten en cadenas que forman pensamientos. Lo está viendo. ¿Y si la marca del diablo es el lenguaje, que nace de los signos-palabras-pensamientos fijados y no de lo real, que está en el observar detenido del suceder o del movimiento? ¿Qué pasaría si se les dice que el bien está en la función armónica, generada en ese moverse, en una detenida observación, sin dominancias? ¿Qué pasaría si descubrieran que el diablo, vive en la realidad conocida-fija y ambos tienen misma y única matriz? ¿Ambos productos de una creencia fijada? Esa fijación hace de válvula que permite y no permite. En definitiva es el producto de una falla en la claridad-agudeza de la conciencia, que solo se calibra y recupera con el pasar o del flujo de sensaciones, en detenida observación. Así que, el vivir se ha convertido en un re-leer fijaciones y así se re-construye al pensamiento fijado y se acepta como fijo el observador de esa fijación. No se ve lo que hay en vivir irreal: una sensación se sensaciones fijas, no hay alguien viviente que piense. No hay nadie. Él, tú, yo y los plurales. Eso es gramatical y no tiene existencia real.
¿Quién creó a quien, el pensamiento al diablo o el diablo al pensamiento? Lo que les va a suceder, ahora, puede ser mortal. Aquí les va. Dios no existe para la gente que vive fijada en el pensamiento, por más Biblia que lean y re-lean, en sus memorias, esas letras piadosas. La existencia de Dios no puede mostrarse en ningún terreno, al diablo sí. Tienen que disolverse todas las demostraciones y todos los pensamientos-palabra, para que puedan ver sin esos obstáculos e incluso sin ojos, oídos, sin piel, olfato o gusto. Solo así verán lo real. Ahí está Dios. No verán nada. Pero la vida o lo que sea tendrá acción. Así que todo concepto-palabra-releer, sea de Lewis, de conservadores, (que se dicen religiosos. No hay religiosos conservadores. Sí hay embalsamadores de actos de los religiosos) todos están el mismo dominio de lo irreal o diabólico.