El Mundo Entre Guerras

  • June 2020
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EL MUNDO ENTRE GUERRAS (1919-1938)

I.- LA DEPRESION ECONOMICA DE LOS AÑOS 30. 1.- Los "locos años 20" y la fragilidad del nuevo orden internacional: entre las herencias dejadas por la Primera Guerra Mundial, se cuentan una serie de transformaciones, paradojas y contradicciones que hicieron sentir la fragilidad del nuevo orden internacional. El signo de cambio más evidente, aparte de la desaparición de los imperios centrales o centroeuropeos, fue la transformación de Estados Unidos en primera potencia mundial. En 1914, este país debía a Europa 3.000 millones de dólares; mientras que en 1918, el viejo continente debía a Estados Unidos entre 12.000 y 14.000 millones de dólares. De gran deudor, se transformó en la principal potencia acreedora del mundo. Sus aliados en Europa, Inglaterra y Francia, no habían logrado traducir en la misma proporción la victoria militar y los avances económicos. Gran parte de la deuda europea se pagó con nuevos préstamos norteamericanos y así, a partir de 1924, la inversión, el consumo y la reactivación económica, lograda a base de créditos, aparentaba haber llegado a niveles de normalidad. En tan paradójica situación, la SOCIEDAD DE NACIONES admitió la presencia de Alemania en el entendido de que la restauración de la economía internacional se lograría sobre bases de consenso y colaboración. En esta ilusoria época de prosperidad, los franceses solían decir "París esta de fiesta". Una prosperidad, sin embargo, que sería bastante efímera. 2.- Los signos que presagian la depresión: los avances de la técnica, la producción en serie y la extraordinaria cosecha de divisas que Estados Unidos obtenía de sus deudores europeos, marcaron el fuerte ritmo de crecimiento de la economía norteamericana. En la década de los veinte, los sucesivos gobiernos norteamericanos volvieron a su tradicional aislacionismo y se concentraron en la expansión económica. La reserva de oro norteamericana que era en 1919 de 1.800 millones de dólares, alcanzó en 1928 a los 4.500 millones, es decir, la mitad del oro acuñado en el mundo. En 1925 los Estados Unidos aportaban a la economía mundial más de la mitad del hierro, carbón, acero, cobre, petróleo y algodón, mientras que su población equivalía apenas al 5% del total mundial. En este ambiente donde la prosperidad parecía eterna, el ciudadano medio norteamericano compraba, despreocupadamente y a crédito, radios, automóviles y cuanta manufactura le ofrecía la poderosa industria de su país. En el mismo período, el mercado bursátil, la

compra-venta de acciones en la bolsa de valores, se había desarrollado en forma tan sorprendente como la producción industrial y, en vista de que las cotizaciones de las acciones subían con regularidad, cundió entre la población la fiebre irresistible de invertir en la bolsa de valores. La sostenida demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles. 3.- El jueves negro: el derrumbe de Wall Street: en 1928 comenzaba a manifestarse la primera señal de contracción económica en áreas como la construcción y las industrias que la complementaban. A comienzos de 1929, fue evidente una disminución de las ventas de cobre y acero. Sorpresivamente, el 25 de octubre, que quedó en la historia con el nombre de JUEVES NEGRO, en pocas horas las cotizaciones de 16 millones de acciones bajaron a un 40% de su valor. El pánico estalló y la crisis desatada con la caída de Wall Street rápidamente arrastró a la actividad industrial y a toda la economía norteamericana. Para 1932 unos 5000 bancos norteamericanos habían desaparecido, centenares de industrias cerraron sus puertas y la cesantía se agravó a niveles extremos. 4.- La depresión traspasa las fronteras: cuando los bancos norteamericanos intentaron revitalizar la actividad financiera, el único camino que encontraron fue el de cobrar las deudas a los bancos europeos, lo que dio a la crisis el carácter de internacional. En el mundo occidental se produjo una reacción en cadena que paralizó la producción industrial del mundo capitalista. La crisis se extendió a los países productores de materias primas y la reducción violenta de las importaciones hizo bajar los precios en un 50%. Esta profunda crisis que estremeció las bases del mundo capitalista, trajo consecuencias económicas, sociales y políticas que afectaron al mundo entero en las dos décadas siguientes:

-AISLACIONISMO E INTERVENCIONISMO ESTATAL: en su intento por frenar el desempleo y la fuerte disminución de los salarios, los países adoptaron estrategias aislacionistas de fuerte proteccionismo. El modelo del NEW DEAL (NUEVO TRATO) implementado por el presidente F.D. ROOSEVELT, fue un claro ejemplo de lo anterior. -RECRUDECIMIENTO DE LOS NACIONALISMO Y DESCRÉDITO DE LAS DEMOCRACIAS PARLAMENTARIAS: desencadenó en algunos países la búsqueda de soluciones autoritarias. Las más graves de estas expresiones se vieron en el surgimiento del FASCISMO italiano y del NACIONALSOCIALISMO alemán. -EL DESEMPLEO Y LA FUERTE DISMINUCIÓN DE LOS SALARIOS que afectó a millones de trabajadores, causó el incremento de los movimientos obreros y el consiguiente fortalecimiento de los partidos de base proletaria. II.- SURGIMIENTO DEL FASCISMO Y DEL NAZISMO. 1.- Las raíces del fascismo: a pesar que durante la Primera Guerra Mundial, Italia había estado de parte de los vencedores, el triunfo no significó nada para ella. No obtuvo ninguna

ganancia significativa. Este hecho provocó una fuerte sensación de descontento en el pueblo italiano y preparó el camino para que el nacionalismo herido buscara una solución de corte totalitario. En especial, las millonarias deudas provocadas por la guerra, la falta de trabajo y las malas condiciones de vida, llevaron al pueblo a clamar por una solución autoritaria que les garantizara respuestas inmediatas y no promesas. El descontento contra la clase empresarial se agudizó, facilitando un fuerte crecimiento de las ideas de corte socialista y comunista. Atemorizada la burguesía por la posibilidad de un gobierno similar al bolchevique, no dudó en establecer un gobierno autoritario de derecha. Es decir, a comienzos de la década de 1920 la sociedad italiana se encontraba fuertemente polarizada. La situación se tornó más caótica cuando los comunistas iniciaron una fuerte ofensiva, provocando el estallido de huelgas y protestas, cuyo fin último era establecer en Italia una república soviética. Ya hacia 1919, los industriales y terratenientes alarmados por la creciente amenaza de anarquía y revolución, proporcionaron apoyo financiero a BENITO JUAREZ MUSSOLINI, editor de un periódico nacionalista de Milán (IL POPOLO D’ITALIA) y líder de numerosas escuadras de protección derechista que, por un pago, rompían las huelgas y protegían los bienes de la burguesía y capitalistas, en general. Ese año Mussolini había fundado los FASCI ITALIANI DI COMBATTIMENTO, escuadrones paramilitares conocidos como CAMISAS NEGRAS, que se dedicaron a reprimir a los sectores obreros organizados, bajo la mirada benévola de la policía, el ejército y el gobierno. En 1921, gracias a los subsidios de empresas industriales, como la Fiat y Pirelli, Mussolini y su partido conocido ahora como FASCISTA, obtuvieron varios escaños en el Parlamento. La izquierda hizo el juego a Mussolini: organizó más desórdenes y más protestas, que culminaron con una huelga general en agosto de 1922. Los capitalistas, la iglesia católica y las fuerzas armadas, atemorizados por la posibilidad de la toma del poder por los comunistas, estimularon a los fascistas para que se adelantaran. Fue entonces cuando Mussolini anunció su MARCHA SOBRE ROMA. El rey Víctor Manuel III presionado por los militares y los nacionalistas, le entregó el gobierno. Sin tener todavía una mayoría parlamentaria, desató una persecución contra todos los opositores, es especial la izquierda, hasta conseguir su eliminación. En 1925 Mussolini anunció la dictación de leyes de excepción, y comenzó con el título de DUCE su dictadura. 2.- El Concordato de Letrán: cuando Italia se unificó en 1871 debió poner fin a los Estados Pontificios, es decir, un conjunto de territorios al norte y centro del país, gobernados por el Papa. Desde esa fecha la Iglesia se había negado a reconocer al estado italiano unificado, creándose una difícil convivencia entre ambos poderes. Para acabar con esta tensión,

Mussolini llegó a un acuerdo con la Iglesia que se conoce como Concordato de Letrán, el que normalizó las relaciones entre la Iglesia y el Estado fascista. Los acuerdos más significativos fueron: El Vaticano es reconocido como Estado independiente. Se garantiza la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. La iglesia se compromete a no intervenir en la vida pública, garantizando de esta materia la autoridad sin freno del estado fascista. 3.- La ideología fascista: ¿qué sostiene el fascismo? La desigualdad social es connatural al hombre. Los mejores hombres de cada grupo social (la elite) están destinados a manejar los asuntos de su colectividad. En función de la misma ley natural, los mejores no son sino los menos; por consiguiente, no es admisible ni razonable preconizar el gobierno por las mayorías, lo que significaría sobreponer la voluntad de los inferiores a la de los mejores. Y de ahí el derecho y la predestinación de las minorías selectas a gobernar. Y como las elites constituyen los grupos directivos cuya última concreción es el Estado, se deducen 2 consecuencias:

Debe establecerse un orden jerárquico y disciplinario inviolable. La autoridad del Estado debe ser necesariamente suprema.

El Estado se convierte, entonces, en un ente casi místico; a su servicio quedan subordinados los intereses y las voluntades individuales. En la práctica rechaza las garantías individuales, los principios liberales de gobierno, es anticatólico y anticomunistas. El Estado se organiza en un partido único y en una sociedad piramidal. El Jefe de Estado es el Jefe del Partido, el DUCE, una autoridad suprema e indivisible: 4.- El Nazismo alemán: son tanta las similitudes y coincidencias entre el fascismo y el nazismo, que este último se considera una variante de aquel: El sentimiento de humillación y de revancha política y territorial de Alemania después de su derrota en la Gran Guerra, así como la destrucción de su economía, son correspondientes a las reivindicaciones territoriales y a la miseria que en Italia permitieron el triunfo del modelo totalitario como única respuesta a la frustración. En ambos casos se usó el nacionalismo extremo como trampolín para cautivar a la población y constituirla en base de apoyo y sustentación política. El apoyo político y financiero que los grupos económicos dieron a los nazis como una manera de frenar los avances de la izquierda. La organización de grupos paramilitares y de choque, formados por desempleados, excombatientes y delincuentes pagados, que reprimieron a los trabajadores y sindicatos. El culto a la personalidad y la exaltación de un líder carismático e infalible, transformaron tanto a Mussolini como a Hitler en salvadores y conductores de sus naciones. El fuerte apoyo en el aparato de propaganda, las manifestaciones grandilocuentes y monumentales, así como los discursos populistas y demagógicos, desembocaron rápidamente en la formación de un partido único que controlaba todo el poder. La xenofobia y el racismo. Tal vez en este aspecto se dibuje un rasgo distintivo, dentro de la similitud entre fascismo y nazismo. En el caso italiano se exaltó la supremacía de la raza latina que debía recuperar su papel civilizador en la cuenca del Mediterráneo, pero el nazismo agregó al concepto de superioridad de la raza aria y al odio y desprecio contra los extranjeros, la brutalidad criminal de su antisemitismo enfermizo que causó el exterminio sistemático de millones de judíos. 5.- El ascenso de Hitler: la REPUBLICA DE WEIMAR, instaurada en el ALEMANIA tras la abdicación del kaiser Guillermo II, debió enfrentar una aguda crisis económica que se extendió a lo largo de la década de 1920 y que terminó por colapsar en 1930, producto de la caída de Wall Street. Ese fue el momento, cuando la desesperanza cundía entre los alemanes, cuando Hitler entró en escena. De origen austríaco y exvoluntario del ejército alemán en el que alcanzó el grado de cabo, Hitler se había

transladado a Munich en 1913. En 1919 se integró al recién fundado PARTIDO OBRERO ALEMAN que en 1920 se transformaría en el PARTIDO OBRERO NACIONALSOCIALISTA ALEMAN. Hitler participó directamente en la redacción de su programa político, marcadamente anticomunista y contrario al parlamentarismo liberal. Consagrado como líder del partido, encabezó en 1923 el PUTSCH DE MUNICH, un intentó de golpe de Estado que al fracasar condujo a sus líderes a la cárcel. En los meses de cautiverio planificó la creación de organizaciones paramilitares (SS) y de las JUVENTUDES HITLERIANAS, también escribió MEIN KAMPF (Mi Lucha), donde da forma definitiva a las bases doctrinarias del nazismo. Hasta 1929, los eventos electorales no habían dado al partido nazi más de un 7% de los votos, pero la terrible depresión cambió la situación. En las elecciones presidenciales de 1932, Hitler obtuvo más de 13 millones de sufragios siendo aventajado solamente por PAUL VON HINDENBURG que quedó como PRESIDENTE DEL REICHSTAG o Parlamento. En enero de 1933, Hitler asumía como primer ministro o CANCILLER. En febrero del mismo año los SS incendiaron el Reichstag culpando del atentado a los comunistas, lo que sirvió para desatar su persecusión, suspender las garantías constitucionales y disolver todos los partidos políticos con excepción del nazi. En 1934 se creó el poderoso aparato de propaganda de los nazis a cargo de JOSEPH GOEBBELS , y en 1936 la GESTAPO, policía liderada por HEINRICH HIMMLER. En 1933 habían comenzado a funcionar los campos de concentración para presos políticos y comunes; desde 1935 empezaron a internarse judíos y en 1938 comenzó su abierta persecución y exterminio. Los judíos no fueron los únicos perseguidos: hubo planes para reducir a la esclavitud a determinados pueblos orientales, para cambiar la nacionalidad de elementos racialmente valiosos de pueblos limítrofes germánicos y para practicar la eutanasia y eugenesia. Se empezó a aplicar la prisión preventiva sin restricción jurídica alguna, se sucedieron los arrestos masivos sobre todo de los militantes de los partidos de izquierda y se procedió a eliminar a los ASOCIALES, vago término que podía aplicarse a un holgazán como a un homosexual o Testigo de Jehová. Ya el 21 de julio de 1933 había 27000 presos políticos. Para su reclusión se crearon los CAMPOS DE CON CENTRACIÓN

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