El Maestro Jesus De Nazaret En Heliopolis.docx

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A.∙.L.∙.G.∙.D.∙.G.∙.A.∙.D.∙.U.∙. S.∙.F.∙.U.∙. EL MAESTRO JESUS DE NAZARET EN HELIOPOLIS PREÁMBULO “En todos los caminos de la vida terrenal yo debo andar, en todos los Templos del conocimiento debo sentarme; a las alturas que cualquier hombre ha escalado, a esas debo llegar…” dícese de Jesús. P.D. Ouspensky - 1947 DESARROLLO Para iniciar este trabajo considero importante resaltar primero donde estamos y lo que debemos considerar con la esencia masónica traducida en el simbolismo más genuino. La historia nos dice que Heliópolis fue una importante ciudad del Antiguo Egipto, capital del nomo XIII del Bajo Egipto. La ciudad estaba situada al noroeste de la ciudad de El Cairo (cerca del actual aeropuerto), un poco alejada de la ribera occidental del Nilo, a la que estaba conectada mediante un canal. Su nombre egipcio: Iunu. Nombre griego: Heliópolis. Nombre copto: On. Su nombre egipcio fue Iunu que significa "pilar". El nombre de Heliópolis al ser de origen griego significa "ciudad del Sol"; nombre muy apropiado porque esta ciudad era la sede principal del culto al dios solar Ra. Fue una de las tres ciudades más importantes del Antiguo Egipto, junto con Tebas y Menfis. Los coptos la conocieron como On. El Templo del Sol se dice que era depositario de antiguos registros reales, no solo egipcios sino de civilizaciones anteriores; Heródoto afirmaba que los sacerdotes de Heliópolis manejaban saberes de ciencias médicas, astronómicas, de historia, incluso estaban preparados en alquimia. Heliópolis también floreció como lugar de aprendizaje y transmisión de conocimientos; las escuelas de filosofía y astronomía se dice que fueron frecuentadas por Pitágoras, Platón, Solón y otros filósofos griegos como Eudoxo de Cnido; incluso, algunos autores indican que el mismo Jesús de Nazaret fue

instruido en este Templo en los años que no se registran en los 4 evangelios de la edición moderna de la Biblia. En tanto, el símbolo que denota la Ciudad de Heliópolis o ciudad del Sol es el que sigue:

Iunu en jeroglífico

Así reza la historia. No obstante, debemos entender, lo que en el principio indiqué: la esencia masónica traducida en el simbolismo más genuino; si comprendemos esto no tenemos opción de desviarnos. Los que nacieron en esta R:.L:.S:. Heliópolis o los que la vimos nacer, tenemos el privilegio de ser Sacerdotes de una estirpe heredera de antiguos misterios. Al ser Iniciados Masones nos convertimos en custodios de conocimientos superiores, altruistas en su esencia, conservantes y practicantes de virtudes morales y sociales que nos unen a personas que consideramos hermanos; que juntos evocan sus trabajos a la G:.A:.D:.U:. Pero somos además Sacerdotes del Templo de Heliópolis; heliopolitanos entregados a tareas sacerdotales, masones que tienen el privilegio de ver una luz especial, con el fin de buscar la iluminación interior y comprender que la vida no se encierra en lo físico de este mundo, sino lo intangible, la esencia misma de nuestra conciencia es el porqué del anhelo de ser mejores personas cada día. Con esta introducción, vamos a descubrir una enseñanza de la cual me gustaría que nos sintamos retados a leer e investigar, no solo con los ojos sino también con el corazón la Iniciación de Emanuel de Nazaret en el Templo del Sol. DESARROLLO Dejando de lado todo el contexto dogmático y religioso, comienzo exponiéndoles quien es, en un concepto puro Jesús de Nazaret. El nacimiento de Jesús, y todo lo que rodea la llegada del mesías a la tierra esta relatado en los cuatro evangelios incluidos en el Nuevo Testamento. El relato evangélico es la fuente principal para el conocimiento de Jesús, y constituye la base de las interpretaciones que de su figura hacen las diferentes ramas del cristianismo. Aunque puede contener elementos históricos, expresa fundamentalmente la fe de las comunidades cristianas en la época en que estos textos fueron escritos, y la visión que por entonces tenían de Jesús de Nazaret.

Hoy que celebramos la Navidad, algunos fieles pueden preguntarse por qué si el profeta Isaías anunció que al Hijo de Dios lo llamarían “Emmanuel”, el ángel dijo a María y José que pusieran al Niño por nombre “Jesús”. ¿Existe alguna contradicción?, ¿ambos nombres son lo mismo? Miguel A. Fuentes, profesor del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), indica que: Con dos versículos de diferencia, Mateo indica dos de los nombres que recibirá el Niño nacido de la Virgen: Le pondrás por nombre Jesús… Se le pondrá por nombre Emmanuel (Evangelio de Mateo 1:21-23). Por un lado, Emmanuel, expresa la naturaleza, la personalidad del Hijo de María. El nombre contiene la profecía que Isaías proclama, cinco siglos antes del advenimiento del anunciado: He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, Dios con nosotros (Isaías 7:14). En cambio, el mismo evangelista dice: Le pondrás por nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21). Tales las palabras del ángel a José. Este nombre expresa la misión del mesías al encarnarse. Revela el motivo de la encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador. El que viene a dar la salud al alma, que es donde mora la enfermedad del pecado. Respecto a la Iniciación de Jesús de Nazaret en Heliópolis, cito a Piotr Damiánovich Ouspensky, esoterista y escritor de origen ruso (Moscú 1880). Quien realiza un ensayo sobre la relación del Mesías hebreo con el Templo del Sol, en el antiguo Egipto. Es en su obra: Iniciación de Jesús en el Templo de Heliópolis de 1927, sobre la cual, baso esta exposición. En su obra, Ouspensky relata el proceso iniciático que tiene Jesús, pidiendo ser admitido en el Templo de la Sagrada Familia, en la Fraternidad heliopolitana. Describo a continuación, de manera sucinta este proceso iniciático de siete (7) Pruebas, que de cada una de ellas recibe un grado que se traduce en una virtud, llegando a un estado de conciencia superior. Primera Prueba de la Fraternidad: “Tu sabiduría es la sabiduría de los dioses” así reconoce el Hierofante a Jesús y recibe su Nombre, y Número místico, diciendo: “El círculo es el símbolo del hombre perfecto y siete el número del perfecto hombre. El Logos es el verbo perfecto; el que crea, el que destruye y el que salva.” Siendo Logos – Círculo – Siete como el escriba puso en el Libro de los registros de Heliópolis como el nombre de Jesús. Finalmente, el Hierofante le otorga el Primer Grado: LA SINCERIDAD.

Segunda Prueba de la Fraternidad: “¿Qué necesidad tengo de esperar? Yo no necesito descansar, el trabajo de mi Padre apremia”, con estas palabras Jesús inicia su segunda prueba, dominando luego las formas fanáticas del prejuicio y de la traición. Y sopesando el principio que enseña que: “Aquel que no ha pasado del plano de la traición; ama la falsedad y traicionará al amigo para servir a su yo egoísta” En un pergamino que Jesús recibe se le otorga el Segundo Grado: LA JUSTICIA. Tercera Prueba de la Fraternidad: “En el corazón del Mesías, durante cuarenta días, el yo superior luchó con el yo inferior y la batalla fue ganada por aquel. La fe se levanté triunfante, la incredulidad dejó de existir; la ambición cubrió su cara y huyó”. Tras la prueba, Jesús, declaró: “La riqueza, el honor y la celebridad terrenales, no son sino futeas del momento. Cuando una corta jornada de vida terrenal ha sido recorrida hasta el fin, las frustradas ilusiones del hombre serán enterradas con sus huesos”. Y Jesús recibe de su Maestreo el Tercer Grado: LA FE. Cuarta Prueba de la Fraternidad: Posteriormente, Jesús es conducido para pasar la cuarta prueba de la fraternidad, declarando con dulzura: “El Hombre sabio es aquel que busca el placer y puede hallarlo donde quiera. Después de todo la vida del hombre, sobre la tierra, es corta y pronto muere y va a lo ignoto. Yo os digo que todos somos de la misma familia; cada uno es una parte del gran corazón humano”. Ante el tribunal heliopolitano, de la mano del Hierofante, Jesús recibe el Cuarto Grado: LA FILANTROPIA. Quinta Prueba de la Fraternidad: Atado de pies y manos con fuertes cadenas, Jesús fue llevado ante bestias hambrientas, aves inmundas y reptiles. Entonces el Mesías declaró: “Las cadenas que ligan a los hombres a los cuerpos en la tierra, se forjan en las fraguas de la imaginación, están hechas de aire, y son soldadas con el fuego de la ilusión”. Cayéndose sus ataduras y llevado luego ante el consejo del Templo, Jesús declara: “Basta al hombre levantarse y hacer uso del poder de la voluntad para que sus cadenas caigan hechas pedazos, cual indignos harapos; porque la voluntad y la fe son más fuertes que las más sólidas cadenas que los hombre han forjado”. Para, finalmente, recibir el Quinto Grado: EL HEROISMO.

Sexta Prueba de la Fraternidad: A Jesús le es permitido entrar a la sala de la Armonía del Templo de Heliópolis, como parte de su proceso de Iniciación. Ahí el corazón del Mesías es conmovido por la belleza de una mujer: “Una llama de amor habíase encendido en su alma…” La sexta prueba de Jesús confronta el amor carnal con un sentimiento muy diferente: “Aunque mi corazón se haya de hacer mil pedazos yo no fracasaré en ésta mi más ardua labor; yo obtendré la victoria sobre el amor carnal”. Nuevamente, del Hierofante, Jesús recibe el Sexto Grado: EL AMOR DIVINO. Trabajo en la Cámara de los Muertos: Antes de recibir el Séptimo grado en el Templo de Heliópolis, Jesús es conducido a aprender los secretos de la ciencia mística de la tierra de Egipto; el gran secreto de la vida y de la muerte y de los mundos que están más allá del disco solar. Entró pues a la Cámara de los Muertos. Es cuando el Mesías aprende sobre el dolor de la muerte de un ser querido, consolando a una mujer que tenía a su hijo muerto, y dice: “Tú lloras, porque tu hijo está muerto. Muerte es una palabra dura; tu hijo no puede morir jamás. Él tuvo una labor que le fue dada a hacer en la vestidura carnal; él vino a hizo su trabajo; y entonces hizo a un lado la carne; él ya no la necesitó más. Más allá de donde alcanza tu mirada humana, él tiene otro trabajo que hacer, y él lo hará bien; y entonces pasará a otras labores, y, después, alcanzará la corona de la vida perfecta. Y lo que tu hijo ha hecho, y lo que aún debe hacer, todos nosotros debemos hacerlo. Ahora bien, si tú albergas el dolor y expresas tus tristezas, ellas serán mayores cada día. Ellas absorberán tu vida misma, hasta que, por fin, tú no serás más que dolor anegado en amargas lágrimas. En lugar de ayudarle, tú hieres a tu hijo con tu dolor profundo. El busca consolarte y alegrarte como siempre lo ha hecho; él está contento cuando tú estás contenta; él está entristecido, cuando tú te entregas al dolor. Ve y entierra tus pesares y sonríe al dolor, y olvídate de ti misma, ayudando a otros a enjugar sus lágrimas”.

La mujer llorosa volviese y partió para hallar la felicidad en el servicio a los demás; ella fue a enterrar profundamente sus tristezas en un ministerio de alegría. Dicho esto, lo llevaron a rendir la séptima prueba. Séptima Prueba de la Fraternidad: En la Sala Púrpura de las Iniciaciones Jesús recibe el Séptimo Grado y último Grado: EL CRISTO. Tras que de las seis pruebas que sufrió Jesús, que el tribunal de la justicia le puso, todas ellas las superó con honores, por lo que sobre la frente del Mesías, en una diadema estaba esta inscripción: “EN LA GRAN LOGIA DE LOS CIELOS Y TIERRA, TU ERES EL CRISTO”. Con una única consigna: “Sigue tu camino, porque tú debes predicar el evangelio de la buena voluntad de los hombres de paz sobre la tierra; tú debes abrir las puertas de las prisiones y poner a los cautivos en libertad”. Código Práctico de Ética Espiritual La obra de Damianovich Ouspensky, termina con un código de ética espiritual, a manera de decálogo que Jesús proporciona, el cual, en muchos aspectos no condice con las enseñanzas incluidas en los Evangelios de la biblia. Por ejemplo, en este Código dice: “Has a otros lo que te hagan. Como los otros juzgan, juzga; como los otros dan, da…”, en cambio en los sermones evangélicos descritos en la biblia indica: “Si tu hermano te agrede, ofrécele tu otra mejilla” (Mateo 5:21). Otro ejemplo es: “Si vosotros queréis mostrar el camino hacia Dios, debes hacer clara vuestra vista, así como también ser puros de corazón”; en cambio, los evangelios dicen que: “… Jesús en el camino, la verdad y la vida, y él vino a salvar a los impíos y faltos de pureza de corazón…” Marcos 4:24 y Lucas 15:27 No obstante ello, es de destacar la profundidad de las enseñanzas contenidas en este Código de Ética, que es sin duda, digno de reflexión. Vida de Jesús, luego de su Iniciación en Heliópolis La obra de Ouspensky, termina en que Jesús vuelve a la Jerusalén, con lo aprendido en la tierra de Egipto, el resto de la historia de la vida del Mesías está relatada en los Evangelios. Los Evangelios registran 35 distintos milagros llevados a cabo por Cristo. Mateo menciona 20; Marcos, 18; Lucas, 20; y Juan, 7. Sin embargo, en ese número no están incluidos todos los milagros que llevó a cabo el Señor. Mateo, por ejemplo, alude a 12 ocasiones en que Jesús, realizó cierto número de obras maravillosas.

De entre la alta cifra de milagros que el Señor llevó a cabo, los escritores de los Evangelios seleccionaron los que creyeron más convenientes para sus respectivos objetivos. CONCLUSIÓN FINAL Al querer realizar un pensamiento final, a manera de concluir esta investigación y extraer una interpretación, del todo personal, que principalmente sirva a mi crecimiento masónico y transmitir a mis queridos hermanos heliopolitantos, sobre este tema, considero. En tema de historia, la iniciación de Jesús en Heliópolis, no tiene una data que nos asegure cuando, el Mesías pasó por este Templo. Se supone que fueron los años perdidos de la juventud del maestro, ya que luego (según el relato evangelino de la Biblia) tuvo su vida pública. Pero consideremos también que estos relatos indican que de niño también enseñaba en la sinagoga a los fariseos; por lo que puede suponerse también que la visita del Mesías fue cuando sus padres eran perseguidos por Herodes. Sobre esto pueden haber una y mil conjeturas; pero si nos basamos en la obra de Ouspensky, cuando relata todo el proceso iniciático de Jesús, Emmanuel en el Templo de Heliópolis, si se pueden recoger enseñanzas para nuestro objetivo como masones: Nuestro crecimiento interno, mediante el conocimiento. Pero no con el fin de cuestionar o desestabilizar nuestra fe, sino todo lo contrario, para afirmarla y expandir nuestra mente y nuestro conocimiento a verdades muy superiores. Cada uno de los grados que describe el autor, son virtudes de enseñanza, que nuestro maestro va venciendo peldaño por peldaño, hasta coronar su grado a un estado de conciencia muy superior; basado en esto puedo concluir que el masón en su caminar, también debe recoger y practicar virtudes, en las cuales debe basar su vida y futuros caminos. Termino con lo que el Código de Ética Espiritual, también concluye, el cual me confronta, anima y reafirma en mi fe. “Id y edificad vuestra vida sobre la sólida roca de verdad y todos los poderes del mal no podrán conmoverla” P.D. Ouspensky - 1947

He cumplido V.∙.M.∙.

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