Imaginemos un cordel, una soga, con un gran nudo. Nos puede parecer algo imposible de desarmar. A veces preferimos tirar ese hilo y buscar otro que sea más fácil de usar. Otras veces, alguien nos lo pide, y en pocos segundos nos lo devuelve totalmente liso y tirante. Otras veces, podemos ponernos a mirarlo, observar por donde tenemos que empezar a desarmarlo lenta y continuamente. Otras veces, podemos pensar que no tenemos uñas, o que se nos pueden romper. En fin, esto nos dice, que siempre estamos eligiendo. Y a medida que hacemos esas elecciones, vamos escribiendo nuestra vida, donde pueden quedar muchos nudos, que nos parecen inmensos, terribles, gigantes, o ver un cordel en el cual apareció una simple dificultad que podemos resolver.
Pero también podemos recordar que es un simple hilo común, más allá del aspecto que pueda presentar o de los avatares con los cuales se ha encontrado. Podemos preguntarnos que es lo que vemos, o que sobresale del fondo, el hilo o el nudo. Hay muchas personas que viven viendo nudos, otras que viven viendo hilos y otras que saben aprovechar un hilo y también arreglárselas cuando aparece un nudo allí. Y eso depende de nosotros, de nuestra actitud frente a lo que nos va sucediendo, de nuestras creencias y nuestra forma de percibir el mundo que nos rodea. Que puedan deshacer sus nudos y apreciar el hilo. Les deseo muy buena vida a todos y a sus seres queridos.