El fenómeno “ENSO” ( El Niño y la Oscilación Sur en el Pacífico)
Oscilación Sur: ENSO y Contra-Niño Al efectuar la introducción sobre las distintas ramas de la Climatología hicimos alusión a la notable relevancia y progreso adquiridas en los últimos años por la Climatología Diagnostica, en definitiva, por la búsqueda de teleconexiones que permitieran un mayor conocimiento de la Circulación atmosférica General, e indicamos asimismo que la cuestión que hoy se considera gran clave interpretativa y que suscita la mayor de las atenciones es el denominado ciclo de la Oscilación Sur, con sus fases contrapuestas de valores negativos del SOI ( Índice de la Oscilación Sur), es decir, episodios de aguas cálidas en las costas ecuatorianas y peruanas, chilenas y episodios de SOI positivos con vigorización de la corriente de Humboldt, y por tanto, un episodio positivo y frío de la Oscilación del Sur. Y antes de entrar en la consideración del fenómeno son necesarias algunas expresiones semánticas tal y como hizo notar Pablo Aceituno. Recientemente a comienzos de 1998 cuando se encaminaba a su término un episodio negativo y cálido del Oscilación del Sur fue habitual escuchar en los medios de comunicación, particularmente en la segunda mitad de febrero, cuando se produjeron un gran brote de tornados en Florida, severas inundaciones en California y torrenciales diluvios en el desierto chileno-peruano que el responsable de todos aquellos desastres meteorológicos era El Niño, aseveración que podía sorprender incluso parecer irónica al preguntarse quién había aplicado tal denominación a un mecanismo al parecer tan ubicuo y destructor. Sin embargo, no se trata de ningún rasgo de humor. Los navegantes, exploradores y conquistadores hispanos, de igual manera que recurrieron al santoral para individualizar los huracanes denominaron El Niño a una contracorriente cálida, débil que se inicia por Navidad e interesa la costa meridional de Ecuador y la septentrional de Perú desplazando al sur de la bahía de Guayaquil a la corriente marina fría del Perú o corriente de Humboldt. Esa situación, que temporalmente suprime los mecanismos de producción pluviométrica de dicha corriente fría suele aparecer hasta marzo o todo los más hasta abril y luego retorna la corriente de Humboldt. Difícil resulta entender que esa contracorriente cálida, débil, bautizada como El Niño resulte responsable de sucesos meteorológicos de enorme entidad en puntos muy distantes del planeta. Lo que ocurre es que las cosas no siempre suceden así. En ocasiones, las aguas cálidas de la contracorriente no sólo ganan latitud hasta alcanzar la costa chilena sobrepasando los 30º de La Serena y alcanzando los 33 de Valparaíso sino que el fenómeno, en lugar de desvanecerse llegado marzo o abril se prolonga un año más, es decir, hasta marzo o abril siguiente. Esto fue lo que sucedió en 1982-83 y más recientemente en 1997-98. Por tanto, constituye un tropo inadmisible, una metonímia flagrante responsabilizar a El Niño de esa grandiosa interacción atmósfera-océano. Es necesario referirse a la denominada Oscilación del Sur y a sus fases contrapuestas. Ya en las postrimerías del siglo XIX, Hugo Hildebrand Hildebrandsson había detectado unas modificaciones de presión de signo opuesto entre el Pacífico Meridional occidental y oriental. De todas maneras, la investigación básica y el descubrimiento y hasta la propia denominación de la llamada Oscilación del Sur ( Southern Oscillation), o simplemente en castellano, Oscilación Sur, fue claramente detectado y enunciado en 1924 por Sir Gilbert Walker, a la sazón director del Servicio Meteorológico Ingles de la India. Lo que investigaba y pretendía el meteorólogo inglés era encontrar alguna referencia que le permitiera predecir cómo se iba a comportar el monzón indio de
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El fenómeno “ENSO” ( El Niño y la Oscilación Sur en el Pacífico)
verano, cuestión de suma importancia, ya que del mismo depende la cosecha de arroz, en definitiva, la alimentación en aquellos momentos del imperio de la India. A la búsqueda de esa referencia, Sir Gilbert Walker encontró un balanceo de presión entre Indonesia y Norte de Australia por una parte, y el pacífico Oriental por otra, y acuñó el concepto de SOI, que no es sino el Índice de la Oscilación del Sur. Esa denominación de la Oscilación del Sur, Oscilación Austral fue acuñada poco después en 1932 por el propio Walker y Bliss. El Índice de la Oscilación del Sur establece mediante una diferencia de valores barométricos entere Darwin, en el territorio norte de Australia y los valores de presión simultáneos registrados generalmente en Tahití, aunque también pueden emplearse los de Apia, en Samoa Occidental, los de Rapa, en la Polinesia francesa o los de la Isla de Pascua. Cuando esa diferencia es superior a la normal nos encontramos en una fase positiva o fría de la Oscilación del Sur. Cuando por el contrario esos valores resultan inferiores a los normales, se trata de una fase negativa o episodio cálido de la Oscilación del Sur. A partir de ahí se manejan una serie de denominaciones que conviene ahora precisar. Se ha señalado que no cabe atribuir la responsabilidad de un episodio negativo o cálido, intenso a la contracorriente cálida de El Niño, ya que éste es un mecanismo menor, pero lo cierto y verdad que por comodidad y facilidad de comunicación, los medios emplean la denominación de El Niño. En consecuencia, lo correcto cuando se produce un fenómeno cálido, intenso y duradero no es hablar de El Niño, sino de ENSO, es decir, El Niño y la Oscilación del Sur ( o ENOS), siglas que fueron propuestas por Rasmusson y Carpenter en 1982. En español, los equivalentes son los de ENOS, El Niño y la Oscilación del Sur. Por tanto, la denominación que toca en ese episodio claramente negativo, cálido, intenso y prolongando es la del fenómeno ENSO o ENOS, y por tanto, se corresponde con un SOI negativo. En cambio, cuando el máximo de Pascua es potente y el SOI notoriamente positivo nos encontramos ante un episodio de SOI positivo y frío, con refuerzamiento del alisio procedente de la Isla de Pascua y vigorización paralela de la corriente de Humboldt. Es el episodio conocido bajo una serie de expresiones sinónimas, las de la Niña, Anti-Niño o Contra-Niño. En consecuencia, estas últimas denominaciones aluden a un episodio oceánico y atmosférico de características opuestas a lo que representa el ENSO o ENOS. Esos dos tipos de episodios componen el ciclo de la denominada Oscilación del Sur u Oscilación Austral.
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