El Cuerpo: La Sigilosa Voz Del Alma

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UNIVERSIDAD DEL NORTE DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES

EL CUERPO: LA SIGILOSA VOZ DEL ALMA MARÍA CARINA MONROY MONTAÑO EXPRESIÓN CORPORAL

BARRANQUILLA, OCTUBRE 8 DE 2008

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma Pitágoras de Samos El CUERPO: LA SIGILOSA VOZ DEL ALMA La expresión corporal es el método más antiguo para comunicarse, a saber que los seres humanos nos encontramos con la permanente necesidad de movimiento, pues, posiblemente poseemos cierto temor a lo estático y permanente (la muerte por ejemplo). Así como nuestra mente está en permanente funcionamiento: imaginando, solucionando problemas, soñando o recreando; paralelamente nuestro cuerpo nos exige realizar una función sumamente similar. Las personas se comunican primeramente con el cuerpo antes que a través de la escritura y vocalmente, nótese que para escribir es necesario cierta capacidad motora. Observándose desde la perspectiva de la concepción del ser humano, los primeros intentos de comunicación se dan por medio de las patadas que únicamente siente su progenitora. Al nacer, con el paso del tiempo y la observación, se van desarrollando otras habilidades como el balbuceo y el habla, y por otro lado se va aprendiendo a caminar, a correr, a saltar, a bailar y a actuar. Así, a medida que se toman experiencias y se acumulan vivencias, se podría decir que el cuerpo crea un baile coordinado con la mente, en donde cada movimiento se vuelve más coherente con la emoción y en donde se desarrolla el autocontrol. Adicionalmente, si estas habilidades se desarrollan aún más que en la vida cotidiana, a través de perseverancia y disciplina, se puede concebir la belleza en el movimiento que expresa un mensaje, tal como lo hacen los actores y bailarines que se aprecian con conmoción en una noche teatral. La práctica de la expresión corporal es en sí una oportunidad de auto reflexión y nos permite aprehender nuestro entorno desde una perspectiva única en donde las emociones, los impulsos, los temores y los sentimientos concebidos en nuestra alma se desfogan volviéndose perceptibles a través del cuerpo. Las personas suelen acercarse a esta disciplina porque la ven como aquél refugio al que se puede recurrir después del agotamiento que produce el mundo de hoy, en medio de sus afanes, de las presiones, del posible asfixiamiento que sugiere estar sentado un sinnúmero de horas al día al frente de un computador, en donde el cuerpo se limita a mover los dedos para teclear y la cabeza está llena de ideas y problemas sin liberar. Los aprendices de esta disciplina tienen como expectativa lograr un proceso de catarsis. Adicionalmente, cuando las personas se inmiscuyen en el mundo del autodescubrimiento, precisamente buscan esto, pues para un desarrollo integral del ser humano, tanto en su vida profesional como en su vida personal es imprescindible conocer cada detalle de si mismo, pues en la medida que utilizamos nuestro cuerpo para expresarnos conocemos nuestras emociones, nuestras posibilidades y de esta manera le corps puede funcionar como canal para entrever nuestra esencia. Conjuntamente, aquella persona que interesa por la expresión corporal indudablemente debe tener como expectativa mejorar su comunicación (a través de gestos, acciones y movimientos) y las relaciones con

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma Pitágoras de Samos los demás, desarrollar la capacidad de abstracción, la construcción de un pensamiento crítico y la apropiación de significados y valores culturales (Ros, 1998) así como desarrollar la imaginación, la improvisación, la espontaneidad y creatividad. Es de notar que: Las expectativas terapéuticas de la expresión corporal se cifran en la liberación de pulsiones que proporcionan un mejor conocimiento y ausencia de tensiones, una mayor movilización de nuestras articulaciones que contribuye favorablemente a nuestro desarrollo gestual y a las acciones que realizamos cotidianamente , un mejoramiento de la agresividad, a la vez que flexibiliza las rigideces de nuestras actitudes y devuelve espontaneidad a nuestros gestos y actitudes corporales, enriqueciendo el léxico del corporal. Para ello se sirven del movimiento, el desbloqueo muscular y vocal, la relajación, el masaje, etc. (García et al, 1996, p 168)

A diferencia de lo que puede vislumbrar un ser humano que se interese por esta disciplina y sus expectativas, Jean Le Du en su libro El cuerpo hablado: Psicoanálisis de la Expresión Corporal anota distintos aspectos relacionados con: la represión fundamental del cuerpo, pues un poco en contraposición de lo postulado previamente, el autor dice que la represión fundamental de la cual es víctima el cuerpo no significa esa “reserva” que es necesaria adoptar bajo la presión de los tabúes y de las prohibiciones sociales. Reserva que lo dejaría de este lado de sus deseos y posibilidades, que se podría menguar en gran medida de acuerdo al equilibrio de fuerzas en presencia. Por otro lado hace alusión a las funciones simbólicas, la cual se refiere a la aptitud de una persona para producir expresiones diferenciadas con relación a la materialidad de los objetos, pues ha logrado desprenderse de aquellos objetos que movilizaban sus pulsaciones, de esta manera se podría decir que el lugar del cuerpo no se halla en lo que ha vivido en el mero plano somático (De Lu, 1992). Complementando lo anterior, según Jean Piaget la función simbólica se manifiesta en cinco tipos distintos de conducta: • La imitación diferida. • La imagen mental. • El juego simbólico. • El lenguaje. • El dibujo. Ahora, aclarado los conceptos de represión fundamental del cuerpo y función simbólica podemos hacer referencia a otro aspecto mencionado por Le Du: La represión de lo simbólico. Así lo define el autor: Compulsión realista vertiginosa, que, con el pretexto de devolver al cuerpo su lugar, trata de volver a instalar lo vivido en el plano somático en lugar de la palabra. O hablarnos de una conspiración inconsistente que contribuye a anclar los deseos, a fijarlos, a paralizarlos sobre sus objetos primarios y/o

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma Pitágoras de Samos dinamismo arcaico, organizándose todo alrededor de la fantasía de la totalidad, la integridad y la completitud (Le Du, ¿??, p. 20).

Un tercer aspecto mencionado por Jean Le Du bajo el marco de represión fundamental del cuerpo consiste en las situaciones de aflicción, muy frecuentes en los grupos de teatro, danza y/o expresión corporal. En estas circunstancias un individuo se sume en un aislamiento, dentro de un agujero, se distancia de los demás compañeros y sufre una angustia inmedida. Dado esto pueden resultar dos reacciones por parte del grupo: 1. Paralizarse, lo que sugiere el hecho que se han vuelto víctimas de la represión, pues este no responde al deseo e impulso de ayudar a su compañero. De esta manera, pueden estar inhibidos o represados. 2. Darle consuelo, apoyo, caricias, cariño. Esto implica una acción desinhibida en donde cada uno gesticula, actúa, habla y toca presentándose un despliegue de motricidad y una alta expresión verbal y corporal que se vuelve persuasiva permitiendo que el individuo salga del agujero mental en el que se halla. Así mismo, el autor habla de la reactivación de la angustia ante el espectáculo de la carencia, en donde los actores muestran gran actividad, pero todo el esfuerzo invertido para mostrarla puede no llegar a quien lo necesita y se pretende alcanzar, es decir que el público no se logra conectar meramente con la actuación del artista. Se puede decir que con quien se deben encontrar no está presente, es simplemente un objeto imaginario que se reaviva por la situación angustiosa. Así, la manera como el actor y/o artista le llega al individuo supone ser un interés de cierta manera ciego por eliminar la carencia, así el movimiento que intenta acabar con ella en el otro sujeto sugiere en verdad eliminarla en el propio actor. Ahora bien, haciendo referencia a la relación imaginaria aludida por el autor, se puede mencionar que el orden simbólico no es el que surge en una primera instancia, dadas unas circunstancias angustiosas o que implican mayores emociones. Conjuntamente es importante destacar lo relacionado a los primeros objetos y objetos simbólicos en donde el hombre se apropia de los primeros objetos, tal como lo denomina Le Du como el pecho materno, el ambiente cálido y al momento en el que renuncia a ellos se pone a disposición de lo simbólico, o sea, el lenguaje y meramente lo humano, demanda objetos sustitutos dando lugar a una desviación de una energía salvaje a una fuerza canalizada. Es importante mencionar que muchas veces mostramos cierto apego excesivo a los objetos primarios y una modalidad en el que la persona llega a abstraerse en si misma y a aislarse, de esta manera, si se le ayuda a esta persona a salir de tal estado, se satisfaría una carencia. Jean Le Du no se limita a exponer en su libro únicamente el aspecto relacionado con la represión fundamental del cuerpo, sino que también hace alusión a lo que denomina la ley de la alternancia, en donde se incluye la proscripción y la prescripción o bien la negatividad. De esta manera se espera a que se desarrollen los sentidos, y se vuelven más agudos, tal como lo dice Le Du”…se podría

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma Pitágoras de Samos desempeñar un gran papel en la educación de la acuidad sensorial”. Pero también se espera, y con mayor fuerza, a que miremos más detenidamente sobre la estructura de la alternancia como tal y en su aptitud para engendrar una simbolización. Ahora bien, relacionando todo lo previamente relacionado con nuestra clase de expresión corporal es posible destacar que por parte de las expectativas que llevaba cada aprendiz se han ido cumpliendo paulatinamente, pues, dado el horario, se presenta como la oportunidad perfecta de “desestresarnos” en medio de un ambiente de trabajo en grupo. Específicamente con el trabajo de caracterización de los animales podemos encontrar el momento perfecto para expresar nuestras emociones, en el caso de los felinos, dada la fuerza propia del león o el tigre, su impulso, se puede desatar la sensación de impulsividad bajo la máscara de estos animales. Por otro lado, también es posible destacar la sutileza de los gatos, permitiéndome así explorar el lado tierno de cada ser humano, pero a la vez el lado receloso. Por otra parte, el primer trabajo relacionado con secuencias evidentemente fue clave a la hora de autodescubrirnos, y talvez descubrir un poco al resto de compañeros, ya que observamos muchísimas posibilidades de movimiento, en lugares que a veces son olvidados, por ejemplo los dedos, sus yemas y articulaciones. Así mismo, descubrimos las posibilidades que tiene nuestro cuerpo de moverse, hasta donde puede llegar, qué se podía mover y que no, así como que tanto se podía mover. Nos dimos la oportunidad de conocernos a nosotros mismos y a través de los sentimientos que nos embargaban al llevar a cabo la actividad, también conocer nuestra esencia. Adicionalmente, ambos trabajos indudablemente nos han permitido mejorar nuestra comunicación, en primera instancia porque el simple hecho de trabajar con un gran número de personas te obliga a ser correcto, delicado y asertivo en la forma de comunicación, pues cada uno tiene ideas distintas (dada su historia de vida) y quiere imprimirlas en la presentación, de esta manera, se hace necesario que todos los miembros concilien sus ideas para así quedar todos satisfechos con el montaje, pero esto sólo se logra con una buena comunicación. Así mismo, la comunicación se ha mejorado, ya que a través de los trabajos se ha logrado imprimir un concepto que ha sido absorbido por cada uno de los observantes. Además, los niveles de inhibición han menguado, se ha realizado una apropiación de significados a la hora de caracterizar y ponerse en el papel de un animal. Se ha desarrollado la creatividad, pues al montar una presentación se hace necesario innovar para impresionar al espectador, teniendo en cuenta conceptos como los tiempos, el espacio, la complejidad de los pasos, la presentación personal, los distintos niveles del espacio ( bajo, medio, alto), los elementos que servirán para un mejor desempeño en el escenario. La espontaneidad e improvisación también se han desarrollado en la medida en que al pasar al frente, desafortunadamente es posible que alguna persona se aísle o se desconcentre por un instante en medio de una presentación, dado esto, ya es posible tomar la suficiente conciencia, madurez y control sobre la situación y simular que no ha pasado nada.

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma Pitágoras de Samos Ahora bien, el cuerpo abandona la reserva impuesta cotidianamente para adoptar formas de animales y para desarrollar secuencias, en donde los tabúes se echan a un lado y surgen las funciones simbólicas, al lograr expresar la ansiedad, cautela o curiosidad de un animal sin necesidad de utilizar ciertos objetos. Conjuntamente, dentro del proceso de preparación del proyecto, surgen pequeños inconvenientes asociados al temor o ansiedad de alguno de los miembros, pues por ejemplo, es posible que no tenga el mismo grado de asimilación del movimiento que sus compañeros por lo que se distancie del resto del equipo. Dada esta circunstancia, todo el grupo se aproxima con paciencia a darse apoyo y afecto, para que de esta manera pueda aprehender mejor su papel en la presentación. Así, se ha apartado la represión y se ha entrado a un campo de conciliación, afecto y trabajo. Por otro lado, se ha trabajado arduamente para mostrar su actividad y fuerza, se ha intentado que llegue directamente a todos los espectadores pero en especial a la profesora, en donde se ha encontrado una gran disposición y presencia con relación a las presentaciones; así como se ha evidenciado una alta conexión con el público en general, que siempre está expectante. Conjuntamente, bajo el marco de la experiencia en la clase de expresión corporal en ocasiones podemos presentar un excesivo apego a algunos objetos, como por ejemplo, el piso o las sillas. Específicamente en el trabajo de las secuencias inicialmente se realizaron únicamente con la utilización de estos elementos, llegando incluso a tal punto de “abstracción en el espacio” que se limitaban a esas posibilidades sin descubrir otros niveles del espacio, pero luego, con asesoría, se pudo escapar de tal abstracción obteniendo así el resultado óptimo. Relacionando la ley de la alternancia mencionada en el libro de Jean Le Du con la clase de expresión corporal se puede decir que efectivamente se ha desarrollado la acuidad sensorial, en la medida que miramos con mayor cautela cada movimiento, escuchamos con mayor atención cada sonido, definitivamente nos hemos vuelto más sensibles, pues, por ejemplo, a la hora de ejecutar los movimientos en la presentación de las secuencias teníamos presente los movimientos de los demás para caer todos juntos en el mismo tiempo y empezar la rutina que era igual para todos, teniendo en cuenta que había fragmentos en los que cada uno tenía distintos movimientos. Dentro del estudio del comportamiento de los animales también se ha evidenciado lo postulado previamente, pues se ha analizado cada uno de los sonidos que emiten en las distintas circunstancias, así como cada uno de sus movimientos, la forma de caminar, de mirar, la posición de su cabeza, de los pies, el pelaje etc, en cada una de las diversas situaciones que viven. En conclusión, el lenguaje corporal es básicamente lo que se transmite a través del cuerpo por medio de gestos o movimientos que permite así desenmascarar los sentimientos, percepciones y emociones de cada ser humano. Entender el lenguaje y la expresión corporal de otra persona y de si mismo es un trabajo arduo que generalmente toma años, y sólo se logra a través de observación. La expresión corporal nos permite concebir nuestro entorno a un gran nivel de detalle y nos permite comunicarnos, desinhibirnos y nos revela ante un mundo lleno de posibilidades.

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma Pitágoras de Samos

BIBLIOGRAFÍA García, Víctor et al (1996), Enseñanzas Artísticas y técnicas (Madrid: Ediciones Rialp) Le Du, Jean (1992), El cuerpo hablado: Psicoanálisis de la Expresión Corporal (Barcelona: Editorial Paidos) Ros, Nora (1998), “Expresión Corporal en Educación, aportes para la formación docente” (Buenos Aires: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires)

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